Tema 1. Diversidad Geomorfológica de España

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1. Características geográficas del espacio español.

Por su situación, España se encuentra en el hemisferio norte, en el continente europeo (entre los 27º de latitud norte y los 43º de latitud norte).

Por su tamaño, España es el segundo país más extenso de la Unión Europea, con unos 506.000 Km2.

Dentro de España se diferencian cuatro unidades territoriales. La principal es la España peninsular (un 97,53 % del total) encrucijada entre Europa y África, y entre el Océano Atlántico y el mar Mediterráneo.

El archipiélago balear (0,98 %), en el mar Mediterráneo, está formado por las islas de Mallorca, Menorca, Ibiza, Formentera y Cabrera.

El archipiélago canario (1,47 %), en el Océano Atlántico, está formado por las islas de Lanzarote, Fuerteventura, Gran Canaria, Tenerife, La Gomera, La Palma y El Hierro.

Además, existen dos enclaves en la costa norteafricana (0,0006 %): Ceuta y Melilla.

España es un país diverso debido a la variedad de relieves y climas, que generan paisajes diferenciados y un desigual reparto de recursos naturales, que tiene su repercusión en la actividad económica.

2. El relieve peninsular.

2.1 Características del relieve peninsular.

La península tiene una forma maciza debido a su gran anchura y costas rectilíneas, por lo que la influencia del mar en el interior es limitada.

La altitud media de España (660 metros) es elevada respecto a la media europea debido a las altas cordilleras y la extensa meseta interior.

La disposición predominantemente periférica de las cordilleras frena la influencia del mar en el interior.

2.2 Tipos de unidades morfoestructurales peninsulares.

Zócalos: Son mesetas cuyos orígenes se remontan a la era primaria, siendo resultado de la erosión de las cordilleras originadas en dicha era. Son de rocas silíceas y se localizan en la mitad occidental peninsular.

Macizos antiguos: Montañas de la era terciaria surgidas por levantamiento de partes del zócalo. Son de rocas silíceas y se localizan en el Sistema Central, Montes de Toledo, Macizo Galaico, parte occidental de la Cordillera Cantábrica y Sierra Morena.

Cordilleras de plegamiento: Montañas de la era terciaria surgidas al plegarse sedimentos de la era secundaria. Son de rocas calizas y se localizan en el Sistema Ibérico y parte oriental de la Cordillera Cantábrica (cordilleras intermedias a partir de bordes del zócalo), y en los Pirineos y Cordilleras Bética (cordilleras alpinas a partir de fosas marinas).

Cuencas sedimentarias: Zonas hundidas en la era terciaria rellenadas con sedimentos. Son de rocas calizas y arcillosas y se localizan en las Depresiones del Duero, Tajo y Guadiana (cuencas a partir de bloques hundidos del zócalo), y en las Depresiones del Ebro y del Guadalquivir (depresiones prealpinas a partir del hundimiento de fosas marinas).

2.3 Evolución geológica.

Era Arcaica (Precámbrico): Entre 4.500 y 600 millones de años. Se desarrollan montañas de pizarras y gneis que hoy en día se observan en Galicia, parte del Sistema Central y Montes de Toledo.

Era Primaria (Paleozoico): Entre 600 y 225 millones de años. La orogénesis herciniana da lugar, a partir de materiales silíceos, a los macizos Hespérico, de Aquitania, Catalano-Balear, del Ebro y Bético-Rifeño.

Era Secundaria (Mesozoico): Entre 225 y 68 millones de años. Se erosionan los relieves de la era primaria y se sedimentan materiales calizos en los bordes del macizo Hespérico y en las fosas marinas pirenaica y bética.

Era Terciaria (Cenozoico): Entre 68 y 1,7 millones de años. La orogénesis alpina da lugar a partir de fosas marinas a las cordilleras alpinas (Pirineos y Cordilleras Béticas) y a depresiones prealpinas (del Ebro y del Guadalquivir).

Además, la orogénesis alpina provocó el rejuvenecimiento del macizo Hespérico que: se inclina hacia el oeste, se rodea de bordes montañosos (parte oriental de la cordillera Cantábrica, Sistema Ibérico y Sierra Morena), y se fractura dando lugar a bloques levantados (Macizo Galaico, parte occidental de la Cordillera Cantábrica, Sistema Central, Montes de Toledo), bloques hundidos (depresiones del Duero, Tajo y Guadiana) y volcanes (Campo de Calatrava, Olot-Ampurdán y cabo de Gata).

Era Cuaternaria (Neozoico): Entre 1,7 millones de años y la actualidad. Tiene lugar el glaciarismo dando lugar a glaciares de valle (Pirineos) y glaciares de circo (en las principales cordilleras).

Además se formaron terrazas fluviales escalonadas en torno a los ríos por la variación de sus caudales (lo que ocurrió en los ríos Duero, Tajo, Guadiana, Guadalquivir y Ebro).

2.4 Tipos de unidades litológicas (roquedo) y su modelado.

Área silícea: Predomina el granito (roca ígnea formada en las eras arcaica y primaria). Se localiza en el oeste peninsular, parte occidental de la Cordillera Cantábrica, Sistema Central, Montes de Toledo y Sierra Morena.

El relieve granítico si se altera químicamente por el agua da lugar a arenas pardoamarillentas y si se fractura a través de diaclasas en alta montaña origina crestas o galayos y canchales, en zonas bajas con diaclasas paralelas a la superficie da lugar a domos y en zonas bajas con diaclasas verticales a la superficie genera bolos, berrocales, tores, caos granítico y rocas caballeras.

← Cresta o galayo

Canchal →

Domos Bolo y piedra caballera

Berrocal Tor

Área caliza: Predomina la caliza (roca sedimentaria que se disuelve fácilmente con el agua formada en la era secundaria y plegada en la terciaria). Se localiza formando una Z invertida en la península (Prepirineos, Montes Vascos, parte oriental de la Cordillera Cantábrica, Sistema Ibérico, Cordillera Costero – Catalana y Cordillera Subbética).

El relieve cárstico da lugar a surcos (lapiaces o lenares), valles estrechos y profundos (gargantas, cañones, foces u hoces), depresiones alargadas (poljés), cavidades en forma de embudo (dolinas o torcas, que unidas forman uvalas), galerías subterráneas (cuevas con estalactitas y estalagmitas) y pozos que conectan la superficie con una cueva (simas).

← Lapiaces o lenares

Cañón →

Poljés

Torca o dolina

Uvalas

Sima →

Área arcillosa: Predomina la arcilla (roca sedimentaria formada en las eras terciaria y cuaternaria). Se localiza en las cuencas de la Meseta, Depresiones del Ebro y del Guadalquivir y llanuras costeras.

El modelado de la arcilla da lugar en los valles a llanuras suavemente onduladas (campiñas), y en zonas sin protección vegetal y alternancia de sequías y lluvias torrenciales a surcos profundos (cárcavas) que unidos generan badlands.

Campiña Cárcavas

Modelado por erosión diferencial: Se desarrolla cuando existen estratos de rocas diversas en cuanro a origen y resistencia.

Modelado de estratos diferentes horizontales: Los estratos duros dan lugar a páramos o mesas (plataformas planas y elevadas) y en sus bordes aparece el estrato blando (cornisas). Si el páramo es pequeño se denomina cerro testigo (colina de techo plano) y cuando este se erosiona y redondea da lugar a antecerros. En los valles aparecen campiñas (llanuras onduladas).

Páramo o mesa

Cerro testigo y antecerro

El modelado de estratos diferenciales horizontales se desarrolla en las cuencas de la Meseta y en las depresiones del Ebro y del Guadalquivir.

Modelado de estratos diferentes en cuesta: Los estratos inclinados dan lugar a cuestas, en las que se distingue un estrato duro inclinado (dorso) y un borde (frente) en el que se distingue la cornisa (con pendiente acusada) y el talud blando cóncavo. En las cuestas también aparecen cerros testigos y antecerros.

Modelado de estratos plegados: Se diferencia entre el relieve apalachense y el jurásico. En el primero, desarrollado en montañas hercinianas aplanadas y levantadas de nuevo, se alternan crestas paralelas de similar altura (estratos duros) y valles (estratos blandos). Se observa en la parte occidental de la cordillera cantábrica, los Montes de Toledo y Sierra Morena.

En el relieve jurásico, surgido en las cordilleras alpinas, se alternan pliegues convexos (anticlinales) y cóncavos (sinclinales). La erosión de los anticlinales crea valles transversales (cluses) y paralelos a las cumbres (combes). Los valles sinclinales pueden quedar a una altura superior (sinclinales colgados) y puede aflorar el estrato inferior del anticlinal (anticlinal exhumado).

El relieve jurásico se localiza en la parte oriental de la Cordillera Cantábrica, Pirineos, Cordillera Bética y Sistema Ibérico.

2.5 Unidades morfoestructurales de la península ibérica.

MESETA: Llanura elevada (600-800 metros) en el centro de la península. Surgió en la era primaria al erosionarse el Macizo Hespérico creado en la orogénesis herciniana. En la era terciaria se transformó en tres unidades.

Zócalo: Se formó en la era primaria con rocas silíceas y se observa en penillanuras (superficies onduladas), montes isla (elevaciones en zonas de roca más dura), y gargantas o tajos (zonas hundidas por los ríos). Domina el oeste peninsular (penillanuras zamorano-salmantina y extremeña).

Garganta: Arribes del Duero

Sierras interiores: Se formaron en la era terciaria por el levantamiento de bloques del zócalo en la orogénesis alpina. Sus cumbres se han redondeado. Predominan las rocas silíceas. Engloba al Sistema Central y sus sierras (Ayllón, Somosierra, Guadarrama, Gredos, Peña de Francia, Gata y Estrella) y a los Montes de Toledo (donde destacan las sierras de Guadalupe y San Pedro).

Cuencas sedimentarias: Se formaron en la era terciaria por el hundimiento de bloques del zócalo en la orogénesis alpina, alternando estratos blandos (arcillas) y duros (calizas), que dan lugar a páramos (zonas planas elevadas), campiñas (llanuras onduladas) y cuestas (zonas de transición entre páramos y campiñas). Las cuencas sedimentarias se desarrollan en torno a los ríos Duero, Tajo y Guadiana.

REBORDES MONTAÑOSOS DE LA MESETA: Cordilleras diversas que rodean la Meseta. Formadas en la era terciaria por levantamiento de bloques de la Meseta o plegamientos de bordes.

Macizo Galaico - Leonés: Se formó en la era terciaria por el levantamiento del noroeste del zócalo. Sus rocas son silíceas. Destacan las sierras Segundera, La Cabrera y Los Ancares.

Cordillera Cantábrica: Se diferencia entre un sector oeste (Macizo Asturiano) y otro este (Montaña Cantábrica).

Macizo Asturiano (sector oeste): Se originó en la era terciaria por levantamiento del zócalo. Predominan los materiales silíceos, aunque hay excepciones (Picos de Europa).

Montaña Cantábrica (sector este): Se originó en la era terciaria por el plegamiento de caliza en el borde de la Meseta.

Montaña Cantábrica (sector este): Se originó en la era terciaria por el plegamiento de caliza en el borde de la Meseta.

Sistema Ibérico: Se creó en la era terciaria al pegarse materiales calizos del borde de la Meseta, aunque también aparecen otros materiales. Hay dos sectores.

Sector noroeste: Presenta las mayores alturas, destacando las sierras de la Demanda, Urbión y Moncayo.

Sector sureste: Hay dos ramas una interior o castellana (sierras de Albarracín y de Cuenca) y otra exterior o aragonesa (sierras de Javalambre y Gúdar), estando separadas ambas por la fosa de Calatayud.

Sierra Morena: Se formó en la era terciaria, al levantarse las Cordilleras Béticas y crearse la Depresión del Guadalquivir. El color de sus rocas (pizarras) dieron nombre a la sierra. Destacan la sierras de Madrona, Pedroches y Aracena.

DEPRESIONES EXTERIORES DE LA MESETA: Cuencas o fosas prealpinas triangulares situadas fuera de la Meseta. Formadas en la era terciaria al hundirse las zonas periféricas a las cordilleras alpinas y rellenarse con sedimentos terciarios y cuaternarios.

Depresión del Ebro: Encerrada entre los Pirineos, el Sistema Ibérico y la Cordillera Costero – Catalana. Tiene dos sectores: los somontanos y el centro.

Somontanos (piedemontes pirenaico e ibérico): Próximos a las cordilleras y formados con materiales conglomerados que dan lugar a torreones rocosos (mallos) y depresiones (hoyas).

Centro: Terrenos junto al río Ebro con estratos duros de calizas y blandos de arcillas, que dan lugar a mesas y en las zonas áridas arcillosas a badlands.

Depresión del Guadalquivir: Encerrada entre las Cordilleras Béticas y Sierra Morena. Predominan los materiales de arcilla que dan lugar a campiñas, aunque en zonas calizas aparecen mesas o cerros testigos.

CORDILLERAS EXTERIORES DE LA MESETA: Cordilleras que recorren algunos bordes de la península ibérica fuera de la Meseta. Se formaron en la orogénesis alpina de la era terciaria al plegarse calizas de fosas marinas y rejuvenecerse macizos primarios.

Pirineos: Se diferencian tres zonas: la axial, los Prepirineos y la depresión media.

Eje o zona axial: Formado por el rejuvenecimiento del macizo silíceo de Aquitania en la era terciaria. Presenta las mayores altitudes de los Pirineos: Pico de Aneto y Monte Perdido.

Prepirineos: Formados por materiales calizos de la fosa pirenaica plegados en la era terciaria. Se sitúan al sur de la zona axial y se dividen entre sierras interiores y exteriores.

Depresión media: Zona hundida entre las sierras interiores y exteriores formada por margas.

Montes Vascos: Prolongan los Prepirineos hacia el oeste, estando formados en la era terciaria por el plegamiento de calizas depositadas en fosas marinas. Destacan Peña Gorbea y Aralar.

Cordillera Costero Catalana: Se originó en la era terciaria por el rejuvenecimiento del macizo Catalano Balear de rocas silíceas (norte) o el plegamiento de calizas de fosas marinas (sur). Se divide en dos sectores.

Cadena litoral: Paralela a la costa (Altos del Garraf).

Cadena prelitoral: Al interior, con mayores altitudes (Montserrat y Montseny).

Cordilleras Béticas: Se diferencian tres zonas: Cordillera Penibética, Cordillera Subbética, Depresión Intrabética.

Cordillera Penibética: Macizo primario silíceo Bético – Rifeño rejuvenecido en la era terciaria. Se sitúa junto a la costa, destacando Sierra Nevada (con el Pico Mulhacén).

Cordillera Subbética: Formada en la era terciaria por plegamiento de calizas de la fosa bética. Alternan calizas y margas. Se localiza en el interior, destacando las Sierras de Grazalema y Cazorla.

Depresión intrabética: Zona hundida arcillosa entre las cordilleras Penibética y Subbética. Aparecen badlands y destacan las hoyas de Ronda, Antequera, Guadix y Baza.

2.6 El relieve costero peninsular.

En la península ibérica podemos distinguir numerosas formas del relieve costero. Como salientes de tierra en el mar tendríamos a los cabos, denominados deltas cuando aparecen en las desembocaduras de los ríos.

Los entrantes de mar en la tierra se denominan golfos si son grandes y si son menores bahías. Cuando la entrada de mar se produce aprovechando el final de un valle fluvial tenemos una ría.

Según la altura de la costa está puede ser alta o baja. Las costas altas dan lugar a acantilados (paredes verticales o abruptas junto a las costas), cuevas (galerías subterráneas a nivel del mar), arcos marinos (puentes entre dos acantilados), farallones (agujas rocosas) y rasas (plataforma rocosas costeras elevadas o a nivel de mar).

Las costas bajas formadas por arena, grava o guijarros al nivel del mar dan lugar a playas, dunas (montículos de arena), marismas (terrenos costeros pantanosos inundados por el mar), flechas y cordones litorales (acumulación de arena lineal que penetra en una bahía pudiendo llegar a cerrarla), tómbolos (cuando una flecha litoral une un islote con el continente) y albuferas (lagos separados del mar por un cordón litoral).

Las costas españolas podemos dividirlas en atlánticas (noroeste) y mediterráneas (sureste), en función de las aguas marinas que las bañan.

En la costa atlántica diferenciamos la cantábrica (en general, rectilínea y acantilada), la gallega (entrecortada por las rías altas y bajas), y la atlántica andaluza (dominada por las marismas del Guadalquivir y el golfo de Cádiz).

Costa cantábrica

Costa gallega

Costa atlántica andaluza

En la costa mediterránea diferenciamos el sector sur bético (paralela a las Cordilleras Béticas, con acantilados y terrazas marinas), el Golfo de Valencia (con amplias playas y albuferas), y el litoral catalán (dominada por costas acantiladas por influencia de la Cordillera Costero Catalana y calas).

Costa mediterránea

2.7 El relieve insular balear.

Las islas Baleares son parte de dos cordilleras de la era terciaria: la Cordillera Subbética (Mallorca, Ibiza y Formentera) y la Cordillera Costero – Catalana (Menorca).

En Mallorca se diferencian tres unidades de relieve: la Sierra Tramuntana (con el Puig Mayor), la Sierra de Llevant (con la isla de La Cabrera) y el Pla o depresión central.

En Ibiza (Eivissa) y Formentera se diferencian tres unidades de relieve: montañas calizas del norte de Ibiza, montañas al este de Formentera y llanuras entre ambos macizos (sur de Ibiza y casi toda Formentera).

En Menorca se diferencia entre la Tramuntana (montañas calizas al norte de la isla) y el Migjorn (llanura caliza al sur de la isla).

El relieve costero balear combina acantilados (en las zonas montañosas del norte de Mallorca y Menorca) y playas largas y arenosas en el sur, además de calas en las desembocaduras de los torrentes y albuferas (Alcudia). Destacan las bahías de Mallorca y Alcudia.

2.8 El relieve insular canario.

Origen geológico: Las islas se crearon en la era terciaria (orogénesis alpina) a partir de fracturas en la corteza terrestre por las que ascendió magma (volcanes).

El relieve canario es, por tanto, un relieve volcánico en el que se observan conos volcánicos (elevaciones cónicas formadas al acumularse cenizas y piedras alrededor de la boca de emisión de un volcán) como los que presentan el Teide (Tenerife) o el Teneguía (La Palma).

También aparecen calderas (cráteres circulares creados por la explosión o hundimiento de un volcán) como las calderas de Las Cañadas (Tenerife) o Taburiente (Las Palmas).

Las erupciones volcánicas generan malpaíses (terrenos abruptos creados al solidificarse la lava), abundantes en Fuerteventura.

Las paredes volcánicas pueden ser horizontales (diques o muretes volcánicos) o verticales (roques o agujas volcánicas) al rellenarse los conductos de emisión del magma por lava solidificada.

Por último también destacan los barrancos, valles escarpados que van desde las cimas volcánicas a través del mar, erosionados por torrentes.

Por su parte, la costa canaria está dominada por grandes acantilados (como los de Los Gigantes en Tenerife) y playas de cantos (islas occidentales) o de arena (islas orientales).