Post on 27-Sep-2018
SOCIEDADES ANTIGUAS DEL CRECIENTE FÉRTILAportes para su estudio histórico
Coordinador
Roberto R. Rodríguez
Escriben
María Silvia Álvarez - Viviana Boch de Boldrini
Paula M. Cardozo de González - Juan Vicente Estigarribia
Lisandro Mendoza - Delia del C. Moreno
Javier M. Paysás - Ana Bella Pérez Campos
Roberto R. Rodríguez - Susana Ema Romero
Horacio Miguel Hernán Zapata
Centro de estudios del egipto
y del Mediterráneo oriental
SOCIEDADES ANTIGUAS DEL CRECIENTE FÉRTIL Aportes pArA su estudio histórico
de María Silvia Álvarez - Viviana Boch de Boldrini - Paula M. Cardozo de González - Juan Vicente Estigarribia - Lisandro Mendoza - Delia del C. Moreno - Javier M. Paysás - Ana Bella Pérez Campos - Roberto R. Rodríguez - Susana Ema Romero - Horacio Miguel Hernán Zapata
© de María Silvia Álvarez - Viviana Boch de Boldrini - Paula M. Cardozo de González - Juan Vicente Estigarribia - Lisandro Mendoza - Delia del C. Moreno - Javier M. Paysás - Ana Bella Pérez Campos - Roberto R. Rodríguez - Susana Ema Romero - Horacio Miguel Hernán Zapata
1ra Edición
Diseño, diagramación y Edición:EDITORIAL UTOPIAS de Jorge NavoneUshuaia - Tierra del Fuegowww.editorialutopias.com.ar
Todos los derechos reservadosI.S.B.N: 978-987-3767-56-2
Impreso en Argentina
Queda hecho el depósito que marca la ley 11.723
Queda estrictamente prohibida, sin la autorización escrita del autor, bajo las sanciones establecidas por las leyes pertinentes, la reproducción total o parcial de esta obra por cual-quier medio o procedimiento, comprendidos la reprografía y el tratamiento informático.
Sociedades del Cercano Oriente Antiguo : aportes para su estudio histórico / María Silvia Álvarez ... [et.al.] ; coordinado por Roberto R. Rodríguez. - 1a ed. - Ushuaia : Utopías, 2015. 406 p. ; 21x15 cm.
ISBN 978-987-3767-56-2
1. Arqueología. 2. Estudios Culturales. I. Álvarez, María Silvia II. Rodríguez, Roberto R., coord. CDD 306
A mi padre Ramón Pilar Rodríguez (in memoriam)
A mi madre Blanca González
A mis familias Rodríguez-Willhuber
Al colega y amigo Luis Kowaleski (in memoriam)
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agradeCiMientos
A los Dres. Marcelo Campagno y Graciela Gestoso Singer,
quienes durante varios años me han orientado en el estudio de dis-
tintas temáticas de la historia del Cercano Oriente Antiguo, con su-
gerencias, críticas constructivas y material bibliográfico.
A los colegas y amigos, Profesores Martín Vulcaín y Andrés
Aragón, que me incentivaron en la realización del libro.
A los colegas profesores e integrantes del Centro de Estudios
del Egipto y del Mediterráneo Oriental (CEEMO), Javier Paysás,
Juan Vicente Estigarribia, Susana Romero y Enoé Crescentino, por
su confianza, apoyo y colaboración en este proyecto, pese a los dis-
tintos obstáculos surgidos durante la preparación del libro. Como
así también a los profesores Viviana Boch, Paula Cardozo, Lisandro
Mendoza, María Alvarez, Ana Pérez Campos, Horacio Zapata y De-
lia Moreno, por sus contribuciones.
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autores
MARÍA SILVIA ÁLVAREZ. Profesora de Historia y Maes-
tranda en Didácticas Específicas (FHUC – UNL). Actualmente tra-
baja en las cátedras Espacio y Civilización. Mundo Antiguo: Sociedades
Orientales y Espacio y Civilización. Mundo Antiguo: Sociedades Gre-
colatinas, en las carreras de Profesorado y Licenciatura en Historia,
así como en la cátedra Historia de las Culturas y Mitologías, de la Li-
cenciatura en Psicología. Ambas carreras pertenecen a la Facultad
de Humanidades, Artes y Ciencias Sociales de la UADER. Ha sido
miembro de proyectos de investigación en la UADER y en la Uni-
versidad de Salta. Ha presentado ponencias en diversos congresos
y jornadas, y ha publicado artículos en revistas científicas. E-mail:
mariasilviaalvarez@gmail.com
VIVIANA BOCH de BOLDRINI. Profesora, Licenciada, Es-
pecialista en Docencia Universitaria, Magister y Doctora en Historia
por la Universidad Nacional de Cuyo. Profesora Titular Efectiva de la
Cátedra de Historia Antigua y por extensión de las Cátedras de Histo-
ria del Antiguo Oriente y Seminario de Historia de la Antigüedad Clásica
en la Facultad de Filosofía y Letras UNCUYO. Profesora Pro-titular
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en la Cátedra de Historia de la Cultura, Universidad Católica Ar-
gentina (UCA). Directora de proyectos de investigación en SeCTyP
de la UNCUYO. Autora de artículos de revistas científicas y capítu-
los de libros en el país y el extranjero. Directora de tesis de grado y
posgrado. Integrante de paneles, Mesas redondas y conferencista en
universidades del país, Brasil, Chile y España. E-mail: vivianaboch@
yahoo.com.ar
PAULA M. CARDOZO de GONZÁLEZ. Profesora de Ense-
ñanza Media y Superior y Licenciada en Historia por la Universidad
Nacional de Cuyo (UNCUYO). Profesora Adjunta Efectiva de la Cá-
tedra de Historia Antigua y por extensión de la Cátedra de Historia
del Antiguo Oriente en la Facultad de Filosofía y Letras-UNCUYO.
Profesora Jefa de Trabajos Prácticos en la Cátedra de Historia de la
Cultura, Universidad Católica Argentina (UCA). Codirectora e in-
tegrante categorizada de Proyectos de Investigación en SeCTyP de
la UNCUYO. Autora de artículos de revistas científicas y capítulos
de libros. Expositora en reuniones científicas del país y del extranjero
(Brasil). E-mail: paulacardozogv@gmail.com
JUAN VICENTE ESTIGARRIBIA. Miembro de la Asocia-
ción Internacional de Egiptólogos. Ha realizado trabajos de investi-
gación sobre la civilización egipcia y sobre la historia y cultura del
Segundo Reino de Kush (Napata y Méroe) en la actual República
del Sudán. Ha publicado artículos sobre temas de su especialidad
en Argentina, Alemania y Austria. Autor del Módulo III, “El Anti-
guo Egipto”, correspondiente al Tomo I de “El mundo del Cercano
Oriente” (Editorial Docencia, Buenos Aires 1997), texto de la Fun-
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dación Universidad a distancia Hernandarias. Integró el Instituto de
Egiptología de la Argentina. Miembro del cuerpo docente del Cen-
tro de Estudios del Egipto y del Mediterráneo Oriental (CEEMO).
Participó en la 11a Conferencia Internacional de Estudios Meroíticos
(Viena, septiembre de 2008) presentando una ponencia. E-mail: cee-
mo.aegyptus@gmail.com
LISANDRO MENDOZA. Profesor de Historia por la Uni-
versidad Nacional de Cuyo. Jefe de Trabajos Prácticos Efectivo de la
Cátedra de Historia Antigua de la Facultad de Filosofía y Letras de la
UNCuyo, Mendoza. Autor de artículos de revistas científicas. Inte-
grante de ADEISE (Asociación de Estudios Interdisciplinarios sobre
Europa) y conferencista en Simposios y Jornadas de Historia. E-mail:
leyjumas@hotmail.com
DELIA MORENO. Profesora y Licenciada en Historia. Maes-
trando en Antropología Social U.N.C. Profesora Adjunta Ordinaria
en la cátedra Historia del Antiguo Oriente, de la Facultad de Huma-
nidades y Ciencias Sociales, Universidad Nacional de la Patagonia
San Juan Bosco- Sede Trelew, Chubut (U.N.P.S.J.B). Ha dictado Se-
minarios sobre las relaciones de género, patriarcado y mujeres mar-
ginadas en las sociedades del Antiguo Oriente. Tiene publicaciones
de reseñas y artículos sobre antropología social de las sociedades an-
tiguas de pueblos que habitaron Patagonia. También ha publicado en
Argentina sobre problemáticas referidas a las sociedades del Antiguo
Oriente.
JAVIER M. PAYSÁS. Profesor de Historia (UBA). Co-fun-
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dador, docente e investigador del Centro de Estudios del Egipto y
del Mediterráneo Oriental (CEEMO) y miembro del Consejo de Re-
dacción de la publicación Aegyptus Antiqua. Profesor Adjunto Ordi-
nario a cargo de las Cátedras de “Historia de la Cultura Egipcia” y
“Pensamiento y Manifestaciones Religiosas de la Mesopotamia” de
la Licenciatura en Estudios Orientales, Escuela de Estudios Orien-
tales R. P. Ismael Quiles S.J., Universidad del Salvador. Miembro de
la Asociación Internacional de Egiptólogos (IAE). Autor de libros y
artículos sobre el Antiguo Egipto y el legado iconográfico oriental a
las civilizaciones grecorromana y medieval. E-mail: jmpaysas@uolsi-
nectis.com.ar
ANA BELLA PÉREZ CAMPOS. Es Profesora en Historia y
Magister en Docencia Universitaria . Posee una considerable expe-
riencia docente y actualmente es Profesora en la cátedra Espacio y
Civilización. Mundo Antiguo: Sociedades Orientales, en la carrera Pro-
fesorado y Licenciatura en Historia de la Facultad de Humanida-
des, Artes y Ciencias Sociales de la Universidad Autónoma de Entre
Ríos (UADER). También trabajó en la cátedra Espacio y Civilización.
Mundo Antiguo: Sociedades Grecolatinas. Ha codirigido Proyectos de
Investigación en la UADER y participado en Proyectos de Investi-
gación en otras Universidades. Ha presentado ponencias en diversos
congresos y jornadas, y ha publicado capítulos en libros y artículos en
revistas científicas. E-mail: anabellaper_3@hotmail.com
ROBERTO RAMÓN RODRÍGUEZ. Profesor en Historia.
Licenciado en Educación. Ha sido Integrante Auxiliar en las Cáte-
dras “Historia del Antiguo Oriente” e “Historia de la Antigüedad Clási-
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ca” de la carrera Profesorado y Licenciatura en Historia de la Facul-
tad de Humanidades y Ciencias Sociales, Universidad Nacional de
la Patagonia San Juan Bosco Sede Comodoro Rivadavia (Chubut).
Cursante de la carrera de Maestría en Metodologías y Estrategias
de Investigación Interdisciplinar en Ciencias Sociales- Universidad
Nacional de la Patagonia Austral (UNPA). Profesor Adjunto en las
asignaturas “Contenidos Escolares de las Ciencias Sociales” de la carre-
ra Profesorado de Educación Primaria, “Antropología Sociocultural” de
la carrera Enfermería Universitaria, y Profesor Responsable del Semi-
nario “Problemáticas Contemporáneas” en Universidad Nacional de la
Patagonia Austral-Unidad Académica San Julián. Ha sido integran-
te de varios proyectos de investigación (área Educación-Ciencias
Sociales) en UNPA. Ha dictado conferencias, seminarios y cursos
referidos al Mundo Antiguo en el país, en Chile y en la República
Oriental del Uruguay. También ha publicado artículos sobre proble-
máticas del Mundo Antiguo en Argentina, Chile, Uruguay, Costa
Rica, Guayana Francesa y República de Armenia, y ha participado
como expositor y asistente en Jornadas, Congresos y Simposios re-
feridos al Mundo Antiguo, a nivel nacional e internacional. E-mail:
rrodriguezar@yahoo.es
SUSANA ROMERO. Licenciada en Estudios Orientales.
Profesora Auxiliar en la cátedra “Religión y Filosofía Egipcia” en la Es-
cuela de Estudios Orientales de la Universidad del Salvador, Buenos
Aires. Ha publicado artículos sobre temas egiptológicos en Argen-
tina, Chile y República Oriental del Uruguay. Como integrante del
cuerpo docente del Centro de Estudios del Egipto y del Mediterráneo
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Oriental (CEEMO), ha dictado cursos y participado como expositor
en Jornadas Científicas sobre temáticas del Antiguo Egipto.
HORACIO MIGUEL HERNÁN ZAPATA. Profesor de
Enseñanza Media y Superior en Historia por la Universidad Nacio-
nal de Rosario y Magister en Ciencias Humanas y Sociales por el
Centro UNESCO para la Formación en Derechos Humanos, Ciu-
dadanía Mundial y Cultura de Paz. Docente en el Departamento de
Historia de la Facultad de Humanidades de la Universidad Nacional
del Nordeste (UNNE) y en el Departamento de Ciencias Sociales y
Humanísticas de la Universidad Nacional del Chaco Austral (UN-
CAUS). Forma parte del comité científico-editorial de Pensar. Revista
de Epistemología y Ciencias Sociales. Integró equipos y proyectos de
investigación subsidiados por la UBA, el CONICET, la Agencia Na-
cional de Promoción Científica y Técnica (ANPCyT) y la Fundação
de Amparo à Pesquisa do Estado de São Paulo (FAPESP) (Brasil).
Ha investigado sobre temáticas relativas a historiografía, museología
histórica, etnohistoria indígena y estudios de frontera. Ha participa-
do en numerosos congresos como así también publicado varios ca-
pítulos de libros y artículos en revistas nacionales y extranjeras. En
la actualidad se encuentra investigando las formas de organización
sociopolítica y cultural de las sociedades de la América Precolombina
y del Cercano Oriente antiguo en clave comparada. E-mail: horaza-
patajotinsky@hotmail.com
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a Manera de introduCCión
Roberto R. Rodríguez
Los procesos históricos de la macro-región denominada “Cer-
cano Oriente”1 involucraron a una cantidad de sociedades (en dis-
tintas formas de organización social) que dieron muchas característi-
cas a dichos procesos.
¿Qué entenderíamos por “Cercano Oriente”?. Lo primero que
hay que decir es que la noción de “Oriente” es un constructo ar-
tificial. Una elaboración intelectual hecha por Occidente. Oriente
consistía (y consiste) en las grandes civilizaciones situadas al oriente
de Occidente: los países islámicos, China, India y Japón. Occidente
siempre ha mantenido una relación de ambivalencia, utilitarismo, y
autorreferencia con Oriente.
Ahora bien, la noción de “Occidente” como entidad política se
remonta al siglo XVI. Antes de él existía la Cristiandad. Y es en los 1 - Existen otras denominaciones como “Próximo Oriente”, “Oriente Medio”, “Asia Occi-dental”, “Creciente Fértil”. Si bien no existe un consenso generalizado para denominar esta región, y más aún desde nuestro lugar en Latinoamérica, queda a libertad de los colaborado-res en esta presente obra el uso de cualquiera de estas denominaciones.
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choques entre la cristiandad y su vecino más cercano, el Islam, donde
hay que buscar los orígenes del Orientalismo.
La primera vez que Occidente desarrolló su visión de Oriente
como un lugar misterioso, exótico y erótico, y donde se desarrollaban
escenas crueles y bárbaras fue en el momento de su contacto con el
Islam. Las Cruzadas por ejemplo, iniciaron y perpetuaron a un tiem-
po la representación de los musulmanes como malvados, bárbaros,
inferiores, fanáticos, violentos. Para la Cristiandad, el Islam era el
lado oscuro de Europa.
Durante el siglo XIX, en la etapa del Imperialismo, la expresión
“Occidente” adquirió un rol más eminentemente político, como voz
utilizada para designar el proyecto imperial de Europa, consecuencia
de la penetración colonial en India, China y Oriente Próximo2.
Estas afirmaciones fueron formuladas en la obra de Edward
Said, titulada “Orientalismo”, a mediados de la década del 80 del
siglo pasado. Este autor estableció que el Orientalismo había consis-
tido en una serie de discursos apoyados en unas instituciones, en un
vocabulario, en imágenes, en enseñanzas, etc.
En la perspectiva de Said, el Orientalismo fue una serie de imá-
genes que Occidente había creado sobre Oriente y que se apoyaron
en un conjunto de procesos de institucionalización. Procesos que se
reflejaron en la serie de informes consulares, en los informes de via-
jeros, en la novelística, en los estudios etnográficos, en los informes
de guerra, en las expediciones militares y científicas, en artículos aca-
démicos, en cuerpo de descripciones coloniales, etc3. Pero además,
2 - Para una profundización del tema, se recomienda el excelente análisis de Susana Murphy (Murphy 2006).3 - La descripción de Oriente desarrollada desde el Orientalismo ha sido, siempre, franca-mente descalificatoria. Entre las señas identitarias de Oriente se destacaban: despotismo,
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este autor tuvo en cuenta que el “Oriente” ya figuraba desde tiempos
antiguos (como lo habían demostrado las obras de Heródoto, Esqui-
lo con “Los Persas”, Eurípides, con “Las Bacantes”, entre otras) y
continuando hasta el presente, siendo representado como un lugar
exótico, lejano y extraño.
Y lo relacionamos con los planteos de Mario Liverani, quien
sostuvo que en la perspectiva europea el Cercano Oriente era conce-
bido con caracteres míticos. También señaló que con las obras de un
viajero griego, Herodoto, hacia el siglo V a.C. se afianzó una imagen
contrapuesta a Occidente: Oriente era el equivalente a despotismo,
estancamiento tecnológico y cultural, mientras que Occidente re-
presentaba a la libertad, a la democracia, al dinamismo cultural, a la
ciencia racional y lógica)4.
Otro cambio en el campo académico ocurrió en la década de
1980, cuando un paradigma trató de denunciar y contrarrestar el
eurocentrismo imperante en muchas ramas de las Ciencias Socia-
les, y reprodujo paradójicamente de manera invertida las imágenes
decimonónicas europeas de África. El afrocentrismo de Molefi Kete
Asante y los trabajos del historiador senegalés Cheik Anta Diop, in-
sistieron en presentar África como un lugar con una cultura común y
un orden social propio y distintivo, cuyo origen cultural es el Egipto
antiguo. Sostuvieron que el etnocentrismo europeo estaba imbuido
de las ideas hegelianas, que caracterizaban a los africanos como gen-
crueldad, irracionalidad, ferocidad, falsedad, mentira, inconstancia, entre otras. En definiti-va, el orientalismo se había encargado de indicar y recordar a Occidente y a Oriente, cómo es Oriente. Recordemos la perspectiva de Samuel Huntington, en la segunda mitad del siglo XX, en donde la identificación de lo oriental con el terrorismo y conceptos tales como “cho-que de civilizaciones” expresaban la vitalidad de esta tradición de pensamiento (Said 1990; Huntington 1996).4 - Liverani 1995: 10-22.
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tes sin historia ni civilización5. África se construía así como antítesis
de la percepción que los europeos tienen de sí mismos: frente a la
civilización, el progreso y la nación, los africanos vivían en el salva-
jismo, el estancamiento y la tribu.
A pesar que esta perspectiva ha sido fuertemente cuestionada
por muchos estudiosos africanos y no africanos, la egiptología africa-
na logró hacerse un lugar. En 1974, con la realización del Coloquio de
El Cairo sobre “el poblamiento del Egipto antiguo y el desciframiento
de la escritura meroítica”, organizado por la UNESCO, los trabajos
de Diop alcanzaron una aceptación, aunque limitada. También su
proyecto de elaborar una Historia General del África, en una labor
conjunta de africanistas de distintas partes del mundo, concretada
gracias al patrocinio de la UNESCO.
Con el enfoque iniciado por Anta Diop, surgió un grupo de
investigadores, pertenecientes a la “Escuela Africana de Dakar” que
comenzó a interesarse por los procesos internos y propios de la histo-
ria africana y, claro, consideraron el África antigua como un momen-
to genuino, “clásico” del desarrollo del mundo africano. Además, an-
tropólogos y prehistoriadores habían empezado a analizar la riquísima
información que deparaba y aún depara el área sahariano-nilótica6.
Siguiendo a Cervelló Autuori7, los cambios que han conducido a
esta nueva situación se habían producido en tres niveles: el epistemo-
lógico, el metodológico y el empírico. En el campo epistemológico, se
eliminó definitivamente el enfoque evolucionista del pasado humano,
según el cual la humanidad había pasado por sucesivas fases de “desa-
5 - De Brito 20026 - Rodríguez 2009: 176.7 - Cervelló Autuori 2001: 7-8.
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rrollo”, universales y necesarias, en una línea teleológica que culmina-
ba en la civilización occidental moderna, la más “progresiva” de todas.
Las sucesivas civilizaciones implicadas en este proceso lo estaban en
virtud de los “acontecimientos dignos de memoria” que habían prota-
gonizado. África, con un pasado remoto sin escritura, y por lo tanto,
sin acontecimientos registrados era un continente “sin historia”. En
esta perspectiva, la Antigüedad que se analizaba a partir de fuentes
escritas, el “África antigua” era un sinsentido, un imposible.
Por ello, Cervelló Autuori mencionó otro cambio importante
que fue la superación del concepto de “civilización” (acuñado “a ima-
gen y semejanza” de Occidente), como de sociedad jerarquizada, con
escritura y con una tecnología y urbanismo desarrollados, que dejaba
fuera de la Historia a todas las culturas ágrafas y con desarrollos ma-
teriales menos vistosos. Una vez más, las culturas africanas tenían
muy poco que hacer8.
En lo que se refiere al aspecto metodológico, las civilizacio-
nes africanas (como la egipcia), tenían una concepción del tiempo
radicalmente opuesta a la nuestra. Lejos de medirlo por “aconteci-
mientos”, lo medían por “repeticiones”, es decir, por continuidades
y permanencias”. La historia que se haga de África deberá ser una
historia basada en una categoría de carácter cosmovisional y recu-
rrir a la Antropología que contará con otros tipos de fuentes, como
la tradición oral. Y si se objeta su fiabilidad, debemos recordar que
8 - Categorías utilizadas por la Antropología Occidental, tales como “desarrollo”, “culturas superiores” y “culturas inferiores”, han sido abandonadas en la actualidad, dado que los pará-metros de juicio pueden ser variados y, por tanto, todo juicio de esa naturaleza es relativo, y porque las civilizaciones, simplemente, son lo que son, están donde están (en el tiempo y en el espacio), y dejan los vestigios que dejan. La cuestión es cómo se documentan fragmentos varios del pasado.
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muchos textos escritos de la Antigüedad fueron recogidos a su vez de
la oralidad.
Y con respecto a la experiencia empírica, la progresiva supe-
ración del eurocentrismo y el interés creciente por las alteridades
culturales ha impactado en Arqueología. Es así que en el caso de
África, los prehistoriadores y antropólogos han estudiado infinidad
de estaciones de arte rupestre en distintos lugares del África boreal,
desde el Atlas magrebí hasta el Sahara Central y Oriental y el va-
lle del Nilo altoegipcio y sudanés. Como resultado, se ha obtenido
mucha información que en algunos casos ha obligado a revisar por
completo teorías bien establecidas9.
En nuestro país, los estudios sobre el “Cercano Oriente anti-
guo” adquirieron una fuerte tradición académica, gracias a la Egip-
tología y los Estudios Bíblicos. Como bien ha señalado Berlesi, el
afianzamiento de dicha tradición fue posible gracias a los deseos de
una élite política y económica de seguir las novedades académicas en
Europa, la existencia de una tradición universitaria laica y autónoma
desde principios del siglo XX, y los aportes de estudiosos bíblicos pro-
venientes de las distintas colectividades residentes en el país como
la judía, protestante y católica10. Recién a partir de la década del ’50,
los estudios egiptológicos adquirirán status académico en dos univer-
sidades (Universidad de Buenos Aires y Universidad Nacional de la
9 - Como ocurrió con el hallazgo en el Sahara central y oriental de cerámicas más antiguas (VIII milenio a.C.), unido al hecho de que la economía de producción no aparece en esas regiones hasta el VI milenio a.C., hizo que el modelo de neolitización del Asia Anterior, que era tomado como prototipo universal y según el cual la economía de producción precede a la cerámica (IX milenio a.C. contra VI milenio a.C.), tuviera que relativizarse y circunscribirse a su área, e hizo que se cuestionara el carácter focal y difusor del neolítico próximoriental (la zona del Asia Menor).10 - Berlesi 2013.
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Plata) con las investigaciones del Doctor Abraham Rosenvasser, que
codirigió las excavaciones franco-argentinas en un sitio del antiguo
Egipto llamado Aksha, en el actual Sudán, y fundó el Instituto de
Historia Antiguo Oriental (IHAO) en la UBA11.
En el caso de los Estudios Bíblicos, cobrarán un gran impulso
académico gracias a instituciones como la Facultad de Teología de la
Pontificia Universidad Católica Argentina, y el Instituto Universita-
rio ISEDET, entre otras. Un referente de estos estudios fue Severino
Croatto, quien desarrolló actividades de docencia/investigación en la
UBA y en el ISEDET.
A comienzos de la década de 1990 se creó, en el ámbito del
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CO-
NICET), el Programa de Estudios de Egiptología (PREDE)12. Entre
sus actividades se desarrollaron las denominadas “Jornadas de Egip-
tología e Historia del Cercano Oriente”, destinadas a brindar una
serie de actualización documental, bibliográfica y metodológica en
distintas temáticas históricas, para las cátedras específicas del Area
de Historia Antigua de distintas universidades del Interior. Estas ac-
tividades fueron de gran relevancia, pues posibilitó mejorar la calidad
académica y el comienzo de una red de comunicación e intercambios
entre el PREDE y dichas cátedras universitarias del Interior de nues-
tro país.
Desde una mirada epistemológica, debemos destacar que a
partir de la década de 1980 hubo cambios renovadores en el campo
11 - También debemos mencionar otros referentes académicos en Egiptología en dichas uni-versidades: Ricardo Caminos, Perla Fuscaldo y Alicia Daneri. Luego se incorporaron Ana Fund Patron y Bernardo Gandulla.12 -http://es.wikipedia.org/wiki/Unidad_de_Investigaciones_sobre_el_Cercano_Orien-te_Antiguo (fecha de consulta: 13-8-14).
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de las Ciencias Sociales, desarrollándose un área de estudios para
distintas disciplinas, mediante fuentes testimoniales directas o el tra-
bajo de campo. Como ejemplo, una temática muy abordada ha sido
el estudio de la identidad étnica. La significatividad de los estudios
interdisciplinares radica en que sus herramientas teóricas posibili-
taron un impulso, un cambio de enfoques para las investigaciones
dedicadas a las problemáticas históricas del Mundo Antiguo. Pues,
hasta entonces, la Historia Antigua se había desarrollado bajo el au-
xilio de disciplinas afines como la Filología o la Arqueología. Con sus
métodos propios y su distanciamiento en la elaboración de modelos
teóricos, había permanecido aislada y desconocedora de los avances
de otras ciencias sociales.
De esta manera, se va produciendo un acercamiento entre histo-
riadores y científicos sociales, logrando el beneficio de una mejor com-
prensión de problemáticas relacionadas con los procesos históricos en
el Mundo Antiguo (sea el Cercano Oriente o el Mundo Grecorroma-
no), especialmente cuando el contacto se logra con las investigaciones
y modelos desarrollados en el campo de la Antropología13.
Los estudios de las sociedades pastoralistas en el Cercano
Oriente antiguo han adquirido gran relevancia, dado que han reali-
zado profundos avances, basados especialmente en los enfoques eco-
lógicos, sistémicos o procesuales (sobre la base de los datos origina-
dos por los estudios sobre terreno, donde nuevas técnicas realizarán
aportes sobre paleoclima, paleobotánica, etc.). Es así que los estudios
paleoambientales y las reinterpretaciones en el ámbito arqueológi-
co han permitido una mejor comprensión de los desplazamientos de
13 - Por ejemplo, los estudios del Dr. Marcelo Campagno, de la Universidad de Buenos Aires, referidos a la formación del Estado en Egipto (Campagno 1998, 2000).
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grupos seminómadas en distintos momentos de la historia del Cerca-
no Oriente Antiguo.
Estas investigaciones permitieron entender que las formas de
vida que predominaron en el Cercano Oriente (sociedades pasto-
ralistas y sociedades urbanas), no constituyeron nunca mundos
totalmente separados, sin comunicaciones entre ellas, sino que se
relacionaron frecuentemente. Por ello se sostuvo que existió una in-
teracción, no siempre exenta de tensiones y violencias, sobre todo en
tiempo de crisis. Parafraseando a Michael Rowton, existieron “socie-
dades dimórficas”.
El presente libro reúne trabajos de investigadores-docentes de
distintas universidades y centros de estudios en el país, y constituye
un aporte a la comprensión histórica del Mundo Antiguo. Está es-
tructurado en regiones y tiempos históricos, y cierra con un aporte
historiográfico-pedagógico.
referenCias bibliográfiCas
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the origins of Research to the Present”, en ASOR. (http://asorblog.
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tinuidades en lo Ideológico, Colección Estudios, Nueva Serie 6, Buenos
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Universidad Autónoma de Centro América. San José, Costa Rica.
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