Post on 21-Feb-2021
El baúl de sabiduría Quién lleva razón -‐ 1
fuente: www.otsiera.com
¿Quién lleva razón?
Había una vez dos hermanos que discutían por la posesión de una casa. Se fueron a buscar el rabino del pueblo para que aclarase quién tenía la razón.
Habló primero el hermano mayor que expuso al rabino todos los motivos por los que consideraba que la casa le pertenecía.
Cuando acabó de hablar, el rabino le dijo: "¡Tienes razón!", Y dirigiéndose al hermano pequeño le dijo: "es tu turno".
El hermano menor dio también muchos argumentos para defender que la casa le correspondía. Y cuando acabó, dijo el rabino: "¡Tienes razón!"
Cuando lo oyó la mujer del rabino que tejía en la misma habitación, exclamó: "¿cómo puede ser que digas eso? Ambos están litigando por la misma casa y cada uno considera que la casa le pertenece, ¡no pueden tener razón los dos!"
El rabino la miró y le dijo: "tú también tienes razón!"
fuente: www.otsiera.com
Sugerencias Cuando dejamos que los textos metafóricos resuenen, cuando escuchamos mitos y poemas desde el corazón, cuando damos tiempo a que las palabras de sabiduría nos impregnen, cuando invitamos a abrir los ojos a las distintas expresiones artísticas, los mensajes que nos llegan pueden ser múltiples y diversos. Es importante comprender que las "verdades" no se excluyen. Acogemos lo que ha visto esta persona y aquella, lo que ha resonado en mí y lo que ha resonado en ti. Seguro que las aportaciones serán diferentes. Y todas ellas tienen valor si vamos a todas, si no hablamos por hablar, si lo que procuramos es compartir el fruto de la escucha y de la mirada atentas. Algún día querremos quizás hablar de todo esto: reflexionar sobre los múltiples significados que se pueden desprender de un texto o de una situación; valorar que las comprensiones no se excluyen entre sí. Incluso cuando pueden parecer incompatibles. Este pequeño relato de la tradición judía hasídica nos puede ayudar.
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Lo propio del lenguaje poético y fantástico, lo que lo vuelve irremplazable en la formación equilibrada de un niño, es su esencia multívoca. Vuelve a dar al niño o prolonga en él el sentido de un uso gratuito, no utilitario del lenguaje. Afirma i confirma que el lenguaje, lejos de ser sólo una restricción recibida el exterior, es material per jugar, para soñar, para reír, para acariciar, para dar vueltas y vueltas. Hace que desaparezca en el niño la culpabilidad frente a un uso ridículo, absurdo, surreal del lenguaje. Desbloquea lo imaginario y recrea la fascinación primera de la palabra. […] El niño no es “esto” o “aquello”; desde el comienzo es un ser disponible, multiforme, abierto a todas las posibilidades. De ahí la importancia capital de una pedagogía que salvaguarde y desarrollo en él esta disponibilidad original, esta actitud de libertad creadora frente a las imágenes, a las ideas, a las palabras, a lo que cada uno puede hacer. Importancia, pues, de los cuentos, modernos o antiguos, pensados, vividos, sentidos y propuestos no como un dato rígido, unívoco, impuesto desde el exterior, sino como un alimento esencial muy propio y muy personal y que será para cada cual un punto de partida. Gérmenes de fantasía, de humor, de sueño, de poesía, de invención de palabras, de objetos y de seres. Enriquecimiento de la imaginación, de la sensibilidad, entrenamiento constante en un manejo flexible, complejo, crítico y creativo del lenguaje.
Jacqueline Held Los niños y la literatura fantástica: función y poder de lo imaginario.
Barcelona: Paidós, 1987, p. 169 i 173.