Post on 17-Feb-2015
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PROBLEMAS DEL MUNDO CONTEMPORÁNEO:
Al comenzar el siglo XXI hay muchos indicios que nos incitan a pensar que la historia del
mundo entra en una nueva era, prometedora e incierta como todas las que han producido
grandes cambios históricos.
Los dos siglos anteriores, XIX y XX, han representado una fase absolutamente crucial para
la humanidad, en la que han ocurrido más transformaciones, y de mayor trascendencia, que
en cualquier momento anterior de la historia del
hombre.
Esos dos siglos son los que conocemos como
«historia contemporánea» o «mundo
contemporáneo».
Quienes vivieron las grandes revoluciones de
fines del siglo XVIII tuvieron clara conciencia
de las mutaciones que experimentaba su
mundo. Quienes hoy se adentran en el siglo
XXI, parecen tenerlas también de un proceso
similar.
Ningún momento histórico más oportuno, pues,
que el presente para preguntarse por la significación de esos dos siglos de
contemporaneidad, y para intentar entender sus problemas, porque el presente y el futuro
nunca se podrán comprender sin la interpretación del pasado.
CONFLICTOS BÉLICOS ACTUALES
• El fin de la guerra fría y sus repercusiones en el mundo
El derrumbe de la Unión Soviética (URSS) dejó a los Estados Unidos como la única
superpotencia mundial. La victoria en la guerra fría borró los recuerdos de la derrota en
Vietnam. En adelante, Washington podrá ejercer el papel de "gendarme mundial" sin miedo
a la concurrencia de otra superpotencia.
• El Oriente Medio
• La guerra del Golfo (1990-1991)
Cuando Saddam Hussein invadió el 2 de agosto de 1990 el
pequeño y rico estado de Kuwait para tratar de paliar las
enormes pérdidas ocasionadas por la guerra que había enfrentado
a Irak con Irán no tuvo en cuenta la nueva situación creada con
el fin de la guerra fría.
Modernidad con problemas
La Organización de las Naciones Unidas (ONU), siguiendo las propuestas de EE.UU.
condenó la agresión, decidió sanciones económicas y, finalmente, autorizó la intervención
militar.
La URSS, tradicional aliada de Irak, no tenía fuerza suficiente para vetar en el Consejo de
Seguridad las directrices de la política norteamericana.
Así, el presidente Bush pudo articular una gran coalición internacional. Además de sus
aliados tradicionales en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), la URSS
y los nuevos regímenes de Europa oriental, Egipto y una mayoría de los países árabes,
Japón y los nuevos países industrializados de Asia buscaron la alianza y la amistad con la
superpotencia.
El desenlace de la guerra era previsible. Saddam Hussein apenas pudo lanzar algún misil
Scud sobre Israel, en su mayoría interceptados por los misiles antimisiles norteamericanos
Patriot.
Tras un intensísimo bombardeo iniciado el 15 de enero
de 1991 cuando concluía el ultimátum lanzado por la
ONU, las tropas de la coalición liberaron con gran
facilidad el territorio kuwaití. Para la sorpresa de
muchos, las tropas norteamericanas no continuaron su
camino hacia Bagdad y permitieron que Saddam
continuara en el poder.
El 28 de febrero se acordó un alto el fuego en un
conflicto inacabado que no iba a concluir aquí.
• El proceso de paz árabe-israelí
Tras el estallido de la Intifada (revuelta palestina contra la ocupación israelí) en 1987 en
Gaza y Cisjordania, la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) y su líder
Yasser Arafat consiguieron consolidarse en la dirección de la resistencia palestina.
En ese contexto, se reunió el Consejo Nacional Palestino en Argel en 1988 y acordó la
proclamación de la independencia del Estado Palestino, aceptando el acuerdo de la ONU de
noviembre de 1947 que decidió la partición de Palestina en dos estados, lo que implicaba el
reconocimiento del Estado de Israel. Gorbachov había recibido a Arafat en abril de 1988 y
le había solicitado que tomara en consideración "los intereses de la seguridad de Israel".
El fin de la guerra fría facilitó que
EE.UU. y la URSS convocaran una
Conferencia sobre la Paz en Oriente
Próximo en Madrid en octubre de
1991. En la capital de España se
abrió un difícil proceso de paz
basado en el principio de "paz por
territorios".
Tras arduas negociaciones secretas
en Oslo, en septiembre de 1993 se
firmó en Washington la
"Declaración de principios sobre los
arreglos provisionales de
autonomía" que daba el pistoletazo
de salida a un proceso de paz que
desgraciadamente terminará fracasando.
• Europa
En Europa, el fin de la guerra fría provocó básicamente dos reacciones contrapuestas:
• En el occidente se acentuaron los procesos de integración. Tras la firma del Acta Única
en 1986, los doce países asociados en la Comunidad Económica Europea (CEE) firmaron el
Tratado de Maastricht de 1992 que daba nacimiento a la Unión Europea. Tres años después
la Unión se ampliaba a Suecia, Finlandia y Austria.
• Mientras en la Europa central y oriental, el derrumbamiento de los sistemas comunistas y
de la URSS abrió un período de
disgregación política.
En algún caso fue un proceso
pacífico como el "divorcio
amistoso" entre la República Checa
y Eslovaquia en 1993; en el caso de
Yugoslavia abrió un proceso
desgarrador que trajo de nuevo la
guerra a Europa tras un período de
paz iniciado en 1945.
La caída del régimen comunista
organizado por Tito despertó los
enfrentamientos nacionalistas entre
los pueblos de la Federación
Yugoslava. La política
ultranacionalista del líder comunista serbio Slobodan Milosevic produjo la reacción de las
otras repúblicas yugoslavas.
República Checa
Así en 1991, Eslovenia y Croacia declararon su independencia lo que provocó una cruenta
guerra entre serbios y croatas.
La situación se hizo aún más dramática cuando un año más tarde la guerra se trasladó a la
vecina Bosnia-Hercegovina. El conflicto étnico entre serbios ortodoxos, croatas católicos y
bosnios musulmanes trajo de nuevo a Europa lo
• Otras zonas del mundo
La situación mundial en los inicios de la década
de 1990 era claramente contradictoria. Por un
lado, conflictos como el árabe-israelí, el del
Líbano o el de Camboya entraban aparentemente
en vías de solución y se producían avances
espectaculares en el respeto de los derechos
humanos como el fin del régimen del apartheid en
Sudáfrica en 1990-1991 y la convocatoria de las
primeras elecciones democráticas y multirraciales
en 1994.
Por otro lado, conflictos localizados como la
brutal guerra entre las comunidades Hutus y
Tutsis en Ruanda y Burundi (1990-1994) hacen
patente las dificultades de la comunidad
internacional y la ONU para instaurar un "nuevo
orden mundial" que permitiera avanzar hacia un
futuro basado en el respeto de los derechos
humanos, la solidaridad internacional y los
valores democráticos.
CONFLICTOS DURANTE EL SIGLO XXI
La corta historia de este siglo está marcada en todo el mundo por los ataques terroristas de
2001 en Estados Unidos. Europa no se ha librado de las consecuencias de este hecho.
En la víspera, y tras el inicio de la Invasión de Irak de 2003, las naciones de Europa se
vieron divididas en cuanto a la forma de encarar el terrorismo.
Tras el ataque lanzado por Estados Unidos contra Afganistán (amparado por las
resoluciones de la ONU) e Irak, los países europeos reaccionaron de forma diversa, tanto en
Mujer de la guerrilla Tutsi
el seno de la UE como internamente, ante el enfoque que había dado Estados Unidos a la
lucha contra el terrorismo.
Por un lado, algunos países europeos,
encabezados por Alemania y Francia, se
opusieron al nuevo concepto de "guerra
preventiva" y rechazaron participar en el
ataque a Irak.
Otros países europeos, encabezados por
Italia, España y Polonia, respaldaron la
iniciativa de Estados Unidos y enviaron
efectivos militares.
Sin embargo, debido al cuestionable objetivo
de la operación, a cambios políticos internos
y a las numerosas críticas desde diversos
sectores sociales, España ha aproximado sus posturas a las tesis del eje franco-alemán,
mientras que Polonia e Italia han dado un perfil más discreto a su posición.
TERRORISMO
Terrorismo es, sin duda, un término que ha sufrido un fuerte abuso de lenguaje por parte de
los estados que intencionadamente pretenden desacreditar a sus enemigos. Así los nazis
llamaban terroristas a los judíos que se rebelaron en Varsovia; en la Sudáfrica del apartheid
se decía que muchos negros hacían actividades terroristas; los franceses dijeron lo mismo
de los argelinos que se opusieron a la dominación de Francia (y que en algunos casos
utilizaron métodos terroristas). En la situación de ocupación de Irak, iniciada por los
Estados Unidos en 2003, es difícil trazar la línea divisoria entre terrorismo y resistencia.
Si terrorista es aquel que utiliza el terror para conseguir
fines políticos, hay quienes consideran que muchos
ejércitos recientes han cometido tales actos; por
ejemplo los serbios en Bosnia, los israelíes en los
Territorios palestinos, los rusos en Chechenia y los
estadounidenses en numerosos lugares del mundo.
El terrorismo al que se hace referencia, usualmente es
mucho más difícil de determinar, ya que es el que se
ejerce con una relación de fuerzas desfavorable.
Resulta difícil separar "terrorismo" de "resistencia".
Mujeres afganas
LEGITIMIDAD O ILEGITIMIDAD DE LOS GRUPOS TERRORISTAS
Este es el punto más conflictivo pero sin él resulta imposible la condena moral o legal.
Tales distinciones en muchos casos estarán sujetas a la visión subjetiva de uno u otro bando
en conflicto.
La legitimidad se otorga o se toma según se consideren legítimos los objetivos que eligen,
si sus ataques son indiscriminados o no, si la población a la que pertenecen está sufriendo
algún tipo de opresión, si tienen entre su gente apoyo social y cuánto, si comenzaron ellos
las hostilidades o si antes de surgir como grupo no había conflicto alguno, si también son
atacados con iguales o peores métodos.
Por desgracia, en muchos casos la línea que separa lo
legítimo o ilegítimo es demasiado tenue y queda borrada
por los horribles actos de unos y de otros, por lo que
muchas organizaciones pueden ser vistas como
salvadores por unos y como asesinos por otros.
Contra eso muchos grupos que no quieren recibir el
epíteto de "grupo terrorista" tratan de mantener claros
sus objetivos ajustándolos a su supuesta legítima lucha.
Otros se amparan en causas que parecen legítimas para
llevar actos que van más allá de lo justificable, como es
el caso de la organización Al Qaeda.
El caso de Irak permite a comienzos del siglo XXI
analizar una diferencia sutil. Los grupos de resistentes
iraquíes se empeñan en atacar a las fuerzas militares
estadounidenses y sus aliados, y procuran que la
violencia no alcance a sus propios conciudadanos, a
pesar que en la realidad la mayor parte de los
damnificados, muertos y heridos, son civiles iraquíes.
En cambio los terroristas —frecuentemente extranjeros atraídos por la Yihad— con tal de
desestabilizar el régimen no tienen consideración alguna en atacar objetivos civiles.
Recientemente y, sobre todo, tras el 11 de septiembre, ha surgido la opinión de que el
elemento determinante en la identificación de un grupo como terrorista o no son solamente
los medios prescindiendo a tener en consideración sus fines.
El problema de esta calificación es que afecta a un colectivo demasiado amplio. Sin ir más
lejos, las principales potencias militares habrían sido terroristas en un momento u otro de su
historia al atacar indiscriminadamente objetivos civiles.
Según la ONU, todo pueblo oprimido tiene derecho a resistirse. Las propias Naciones
Unidas legitiman la resistencia contra el opresor. El problema, no obstante, es el de
Terror en la ciudad
siempre: la subjetividad inherente a ambos bandos, que obliga siempre a mirar desde una
posición un tanto alejada de las simplificaciones fáciles en las que suelen caer unos y otros.
La ONU tampoco especifica cuál es el nivel de opresión
intolerable o resistencia tolerable. Como suele ocurrir en
estos casos, el dictamen final quedará a criterio del
vencedor.
En todo caso la ONU, al igual que otras entidades
internacionales y nacionales, en ciertas ocasiones ha
condenado claramente las acciones de varias organizaciones
armadas como crímenes de guerra o actos terroristas,
acciones que por lo tanto irían más allá de lo que sería la
legítima defensa contemplada anteriormente.
VIOLENCIA INTRAFAMILIAR
Son innumerables las formas la violencia familiar. Puede
pensarse en violencia hacia los mayores, entre cónyuges,
hacia los niños, las mujeres, los hombres, los discapacitados, etc. Además siempre es difícil
precisar un esquema típico familiar, debido a que la violencia puede ser física o síquica, y
ocurre en todas las clases sociales, culturas y edades. La mayoría de las veces se trata de los
adultos hacia una o varios individuos.
En la práctica, el maltrato tiende a "naturalizarse" es decir se torna cotidiano sobre todo a
través de conductas violentas que no son sancionadas como tales.
Muchas personas que maltratan son considerados (y se consideran a sí mismos) como de
mayor poder hacia quienes son considerados (se piensan a si mismos) como de menor
poder.
Cabe destacar que las personas que sufren estas situaciones suelen ocupar un lugar
relativamente de mayor vulnerabilidad dentro del grupo familiar. En este sentido la
violencia hacia los niños y las mujeres, estadísticamente reviste la mayor casuística, en
cambio los hombres maltratados son solo el 2% de los casos de maltrato (por lo general
hombres mayores y debilitados tanto físicamente como económicamente respecto a sus
parejas mujeres).
También cabe enumerar la violencia cruzada, cuando el maltrato
pierde el carácter de aparente unidireccionalidad. Desde el punto de
vista jurídico resulta dificultosa la comprobación. Cuando se trata de
violencia física en su mayoría son lesiones leves, las cuales cuando
dejan marcas desaparecen en no más de 15 días.
Por lo general, quienes padecen estas situaciones tienen reticencia a
denunciar lo que ocurre.
Osama Bin Laden
Los motivos de este recelo ocupan desde hace muchos años a investigadores y
profesionales. Por un lado porque se mantiene una espera de un cambio espontáneo de
quién agrede, por otro lado se aceptan las disculpas (típicas) de quién agrede, y se creen las
promesas que no se lo volverá a hacer (otro rasgo característico), también influye el temor
al prejuicio social, las convicciones ético – religiosas, la dependencia económica, el miedo
a represalias, la falta de esperanzas en la eficiencia de los trámites jurídicos, etc.
Pero quizás el punto más crítico del razonamiento
sobre el maltrato se evidencia en el sostenimiento
del vínculo violento.
En este sentido, entran en consideración tanto el
aplastamiento síquico, la baja autoestima, la
educación violenta, como también una
consideración al suponer una relación signada de
vicios y sistemas síquicos o relacionales, o un
posible montaje estructural subjetivo que impide romper el tipo de relación, etc.
Se debe considerar que la situación violenta no solo la padecen quienes sufren golpes o
humillaciones, sino también quién propina esos mismos golpes y humillaciones.
Intervienen al respecto los modelos de organización familiar, las creencias culturales, los
estereotipos respecto a supuestos roles relacionales, y las maneras particulares de significar
el maltrato.
Es el estado el que debe velar por la protección de las personas involucradas, mediante
acciones concretas tales como el dictado de leyes y demás normativas jurídicas, y la
generación de espacios educativos, de contención e intervención comunitaria.
Cabe destacarse que la represión por parte del estado al agresor no soluciona el problema,
por lo que resulta esperable el fomento de una pronta asistencia sicológica hacia el, la, o los
agresores que en muchos casos ejerce violencia sólo en la intimidad familiar y privada, ya
que en otros ámbitos poseen un comportamiento cordial y afectuoso.
Fuentes Internet:
http://es.wikipedia.org/wiki/Historia_de_Europa#La_Uni.C3.B3n_Europea
http://www.historiasiglo20.org/FGF/fin3.htm
http://www.paradigmalibros.com/libros/4/950786285.html
http://es.wikipedia.org/wiki/Terrorismo
http://www.clinicapsi.com/violencia%20familiar.html
http://es.wikipedia.org/wiki/Siglo_XX