Presentación de PowerPoint"La noche para los nocturnos y el día para los diurnos”. ... Ayúdanos...

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JUAN MANUEL ETXEBARIA AYESTA

Un mendigo dormía en el pórtico de la iglesia todas las noches después de haber hecho los recorridos del día.

Una noche se le aparecieron las ánimas nocturnas gritando: "La noche para los nocturnos y el día para los diurnos”. Nosotros somos ánimas y estamos en el mundo hasta cumplir lo incumplido. Ayúdanos ".

El mendigo contó en todas las casas lo que había visto y oído y por si acaso se fue a dormir a la ermita de arriba.

¡Allá también, madre mía! A medianoche apareció un ánima y el mendigo le dijo: "No te acerques más, ¿qué te pasa?

Pues bien, por un lado, morí sin pagar los diezmos, y por otro, guardé en la hornacina de la casa unas monedas de oro, y como morí sin decírselo a nadie, aquí ando errante hasta que todo se haya resarcido.

Tranquilo mendigo, seas quien fueras. Yo mismo iré a donde el sacerdote para pagarle esos diezmos y luego a tu casa a hacerles saber lo de tu dinero.

!Dicho y hecho! El mendigo contó al sacerdote lo de los diezmos no pagados.

El mismo mendigo pagó al sacerdote la deuda de los diezmos, según los libros de cuentas, al parecer, fueron cinco duros en total

El cura aconsejó al mendigo: ¡si un ánima te pide la mano, dásela pero cubierta con un pañuelo!

El mendigo se dirigió a la casa del ánima errante y aclaró con precisión el asunto de las monedas de oro.

La casa había sido quemada por un rayo y, con la ayuda de los vecinos, habían construido una nueva, pero las paredes de la vieja seguían en pie.

Y se fueron a la hornacina que el ánima le indicó al mendigo, y, !efectivamente! Allí estaban en un saco las monedas de oro.

Al anochecer sonó el ángelus y el ánima apareció en la puerta para extenderle la mano y agradecerle. El mendigo le dio la mano envuelta en un pañuelo. Y, madre mía! Dejó con quemaduras las cinco huellas de los dedos.

Al día siguiente, el mendigo enseñó a todo el pueblo el pañuelo con la marca de los cinco dedos. Qué cosas más raras hay por ver.