Post on 28-Jun-2015
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POESÍA VITAL (3)
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POESÍAS DE LA PRESENTACIÓN
Tesoros del pasado Diap. 3Adoro tus arrugas, amigo y compañero Diap. 4El bisturí Diap. 5El burka Diap. 6Y me quedaré sola... Diap. 7Vagabundo Diap. 8La muerte Diap. 9Mi antigua ventana al amor Diap. 10Hoja seca de otoño Diap. 11Hoy he visto el invierno Diap. 12La vejez Diap. 13Naciendo al morir Diap. 14El tren subterráneo Diap. 15 y 16Te prosificaré, poesía Diap. 17, 18 y 19La ventana quieta Diap. 20Por los túneles de acero Diap. 21
Tengo en mis pensamientos un enclavesembrado con amor que he recibido,brota el recuerdo alegre, dulce, suave,mies del pasado que hoy ha florecido.
Mies del hogar velada por el aveque anida nuestro unísono latidoen una misteriosa, extraña, clavede armonía. ¡Qué tiempo tan querido!
Años de mi niñez, fundamentales,fueron savia vital de mi raízy fruto de semillas celestiales.
Retazos de emoción, inmateriales,son mis recuerdos de un hogar feliz,joyas, tesoros, goces esenciales.
TESOROS DEL PASADO
Las arrugas talladas en tu rostro curtidoy el fulgor apagado en tus ojos de luz,son las huellas del tiempo escribiendo un destinode noches de azabache y mañanas de tul.
Se han grabado en tu piel las horas de la vida,con sonrisas y lágrimas se ha formado tu historia,han surcado tu cuerpo placeres y agoníasy habita entre sus pliegues el fracaso y la gloria.
Adoro tus arrugas, que son el libro abiertoen el que se relatan nuestras horas de amor,de locas esperanzas, de inaccesibles sueños,de inmensas alegrías, de profundo dolor.
Adoro tus arrugas, amigo y compañero,son el refugio cálido para el invierno gris,cobijados en ellas, al sol de los recuerdos,haremos del futuro el tiempo más feliz.
ADORO TUS ARRUGAS,AMIGO Y COMPAÑERO
Hoy he visto tu plástica figura,tus senos juveniles y turgentes,
la perfecta armonía de tus dientes,brillantes con excepcional blancura.
Tu cuerpo es sicalíptica esculturaincitadora a goces vehementes;
tus lujuriosas curvas prominentesexcitan la pasión y la locura.
¡Qué lástima!, pues falsa es tu belleza,
es producto de mil operaciones,de horrible silicona y cirugía.
Ríe el cuerpo, tu espíritu bosteza,el vacío rellena los rincones
que el bisturí no alcanza todavía.
EL BISTURÍ
No margines el burka de inocencia,aleja la mirada del lascivo,
del sexo incontrolado y primitivoque denigra el umbral de tu decencia.
El burka, que cobija la existenciadel amor familiar, está cautivo
por un modelo absurdo y “progresivo”que veda en el hogar la permanencia.
Tú tienes, bajo el burka, libertadde ser o de no ser mujer-familia,o de ser en la ciencia autoridad.
No radica en el burka la verdad,¿quién sabe en qué razón se domicilia?
¡es cuestión de arreglar la sociedad!.
EL BURKA
Y me quedaré sola... como la cima helada de los montes como el abismo negro de las minas como elefante herido ante la muerte
Y me quedaré sola...
se irá la luz de mi horizonte rosa se irá el rumor azul del mar y el cielo
se irá lenta la vida en el ocaso
Y me quedaré sola... con el recuerdo gris enardecido
con púrpura extravío embriagador con tristeza amarilla en mi hondonada
Y me quedaré sola...
entre viejos papeles inservibles entre ruinosos fúnebres retratos entre añejas reliquias de la nada
Y me quedaré sola...
sintiendo la crudeza del invierno sintiendo el corazón a fuego vivo sintiendo agonizar las esperanzas
Y ME QUEDARÉ SOLA...
Y me quedaré sola... sin días en mi insulso calendario sin martirio y placer en el futuro
sin savia circulando en las arterias
Y me quedaré sola... con la mirada huyendo del paisaje con el peso excesivo del pasado
con tantos sueños rotos sin destino
Y me quedaré sola...
Vagabundo: ¿Qué vieja historia encubren tus harapos?
¿Qué existe tras tu espalda fugitiva de látigos antiguos?
Habitas los silencios del pasado. Olvidado de ti,
sin el zurrón del tiempo a cuestas, recorres los paisajes de la nada.
Un temblor malva alienta crisantemos, atardecen violines con lluvia de vigilias
y en tu sangre se enfrían los otoños. Cilicios de la noche te aproximan al limen.
Delirios del enebro y de la ortiga reclaman la inocencia perdida en el asfalto.
Despiertas sin destino
en tu feudo de rosas y gorriones. Nómada, polizón y peregrino,
libre de reglas, leyes y costumbres, sin cartera y sin llaves,
continúas tu humana singladura.
Al conjuro del vértigo escancias el acíbar en el éxtasis
de mortales mixturas. Lívido, cárdeno, aterido, mudo,
te acoge en su regazo la quimera. Lejanos pebeteros,
que embriagan con perfumes inmortales, mitigan los latidos de tu sien,
febril por el concepto y el absurdo.
Amanecen las arpas sobre la piedra-lecho de tu vida,
cuando es losa que cubre tus despojos. Desnudo de soberbia
te cobijan maitines celestiales y ciñen tu cabeza guirnaldas luminosas. Canta tu corazón un salterio sagrado.
Ya no sigues radío, sin rosa de los vientos. Viajero del relámpago divino
eres una metáfora en el sol.
Se desvela el enigma de la vida en las últimas ráfagas de tierra, telaraña de aurora que se cierra
sobre el dolor abierto de la herida. El laberinto azul es avenida,
y un imán amoroso nos aferra al destino mortal que nos aterra,
revelado en la mágica partida.
Nuestros lazos se van desanudando y sus cintas flamean en el viento,
el recuerdo es un sueño, un lamento, estertores del ser resucitando.
A lo lejos la luz alboreando en las ondas de un nuevo pensamiento,
despoja de la niebla al firmamento con la eterna verdad que está triunfando.
Amanece el rocío en el jardín,
en la rama la tórtola zurea, el abrazo en las nubes aletea
y enmudece el aullido del mastín. Se ha parado de golpe el balancín que agitaba el fragor de la marea y una espiral de dársenas ondea en arpegios de antiguo clavecín.
Lejos de la crisálida, en la huella que emite claridades, se estremecen
impulsos ancestrales, se ensombrecen las rutas luminosas de la estrella. Un coloquio de soles firma y sella
el pacto celestial, voces que ofrecen la plenitud de amor y palidecen
los rayos de pasión de la centella.
Atravesando pórticos de gloria se alcanza el paraíso universal,
se vive el espectáculo final, se recupera atávica memoria.
Te veía, asomada a mi ventana,con tus andares de velero al viento,
y suspiraba con mortal lamento,honda fragancia de una flor temprana.
Triste recuerdo es mi pasión lejana
que convirtió la vida en un tormento,en un morir doliente a fuego lento,
en la desesperanza del mañana.
Quiero olvidar, de aquel amor ausente,tu amada imagen en mi vida vana,
que la llenó en un tiempo plenamente,
y el pensamiento, loca filigrana,vuelve hacia ti, a verte adolescente,en nuevos sueños desde mi ventana.
MI ANTIGUA VENTANA AL AMOR
Estalló ocre el otoño sobre mí,sobre la savia hambrienta de pasión,
estalló de repente y conocíla sequía de la desolación.
Soy hoja solitaria, macilenta,sacudida por fría realidad
y me aferro, ya muerta, amarillenta,a la rama de la felicidad.
¿Será el barro mi tumba, mi destino,en el mundo de humana expiación?.
¿Será el cielo, o el infierno, un desatino?.¿Viviré en celestial resurrección?
La esperanza no muere en la caíday yo espero un alegre amanecer,
seré abono de rama verdeciday en la flor veré al sol resplandecer.
HOJA SECA DE OTOÑO
Hoy he visto en un rostro la agonía, la cárcel del invierno sin retorno.
En el último invierno las golondrinas libres del verano
emigraron al sol. Se deshojaron, mustios, los rosales.
Se helaron las fontanas y jamás volverá la primavera.
La semilla de amor,
que engendró nueva vida en los jardines, muere en la frialdad de las estepas.
El árbol de la sangre tiene ramas desnudas, la vejez ha incrustado en sus tejidos
larvas de soledad. No brotarán más hojas de esperanza.
En el último invierno, el sin retorno,
el tiempo está cumplido más allá de sus límites, no hay destino en la arcilla de los odres,
sólo hambredad frutal. Se vislumbra la muerte por los pliegues del cuerpo,
hábito de experiencias trascendidas. El mundo es estremece ante su imagen.
Al filo del abismo maduran en las cimas extraviadas
los helechos llagados por la ausencia. Cúmulos de recuerdos
descargan la nostalgia sobre el barro. En la mente aterida
crepitan rojas brasas que incineran la aurora.
Por los jirones negros de la noche del invierno final
centellea una luz lejana y pálida. Pero nunca las sabias golondrinas
contaron su aventura. Hoy, que he visto el invierno sin retorno,
quisiera tener alas...
HOY HE VISTO EL INVIERNO
Las arrugas cincelan experiencias en el semblante triste del espejo.
En los brazos abiertos se marchitan las hojas del otoño.
El viento seca el agua del esencial torrente.
El mundo es lejanía y amargura. El fuego del amor
es ascua mortecina en el crepúsculo.
Los años se han perdido, serán polvo yacente en el asfalto.
Avalancha de hielo estremece la carne apasionada.
El rubor palidece ante el futuro hostil. Anochece en los ojos un extraño horizonte. Los labios se resecan
con la sed infinita de esperanza. Los músculos se encogen
por el dolor oculto en la renuncia. Encorva la figura agonizante
el peso abrumador de los recuerdos.
Y la vejez se acerca con pasos vacilantes hacia el fin.
Tras la frontera azul el alma vestirá
su cuerpo luminoso.
LA VEJEZ
NACIENDO AL MORIR
Sería quizá hermoso ir hacia atrás viviendo,
como alma que navega en proceloso mar y arriba a edén eterno. Así, al nacer muriendo,
la travesía humana suavemente acabar.
Vejez, promesa firme de cuerpo floreciendo, exaltada emoción por quién hemos de amar; amor, ascua de esencia, que rejuveneciendo,
será pasión ardiente, ¡no puede fracasar!.
Encuentro con los padres, dulce surco marcado,
gozosa adolescencia, periodo idolatrado, y jugando llegar al final del camino.
Anidarse en el seno de la madre, arropado
con calor de su carne y, en largo viaje alado, unir el alma a Dios en el soplo divino.
El raudo tren subterráneo atraviesa la ciudad
con su carga de tristeza, con su carga de ansiedad.
Vamos todos hacinados, privados de libertad,
arrastrando las cadenas de la vida en sociedad, las cadenas de trabajo, pobreza y enfermedad,
de dura lucha incesante, de la falta de piedad.
El tren orada la tierra, huye de la claridad,
se avergüenza de su carga de dolor y suciedad.
Vamos de un lugar a otro juntos, pero en soledad,
esperando un nuevo cielo lleno de felicidad,
un cielo que nunca llega dentro de esta oscuridad, de un quehacer rutinario
de absurda finalidad.
EL TREN SUBTERRÁNEO
1 DE 2
El tren sigue hora tras hora su febril actividad hacia la monotonía
bajo la fatalidad.
Nuestras miradas reflejan
la triste conformidad, una calma precursora de futura tempestad. así un día y otro día,
así hasta la saciedad, por el raíl cotidiano de la brutal realidad.
El tren abre nuevos túneles, se extiende en profundidad,
hay que llevar muchos cuerpos que ofrecen utilidad.
Lejos del tren vuela el alma buscando la inmensidad en un cielo gris, ausente
de la solidaridad. algún día encontraremos la estación de la Verdad,
en la que todos, hermanos, tendremos amor y paz.
EL TREN SUBTERRÁNEO
2 DE 2
Voy a silenciarlas campanas de tus adjetivos,
de nexos y verbos,de tu melodía,
de tu abecedariosostén de metáforas,cuerpos de la idea.Voy a componer
densas retahílas recurrentes.
Arrancarélas ovaciones de los cobardes,seré otro asesino de tu esencia,
y disfrazaré de sinfoníael desconcierto.
Mi concitaciónde vértigos fósiles,
fundidos al juego de los símbolos,de mitos confusos,
trepará pedestales precarios.Cual luz de magnesio entre las sombras,
brillara tu voz agonizante.
Velaré tu sol bajo mis párpados,la alucinación será misterio,momentánea flor de una culturade incapacidad.
TE PROSIFICARÉ, POESÍA, HASTA LA MUERTE DE LOS CÍCLOPES
1 de 3
Retorceré claves de tu ritmo,tu vital latido, tu equilibrio,
huiré de la magia de tu estética.
Voy a abrirmi diccionario del feísmo,
inventaré el absurdo,y en crasa oscuridad
te prosificaré.
Te prosificaréporque aborrezco la sonrisa
de suficiencia estérilque implanta la atonía de las piedras
y esculpe en frío mármollápidas de palabras
con golpes de impotencia.
Te prosificaréporque cantan sirenas
ocaso y destrucciónbajo la sombrade los cipreses.
TE PROSIFICARÉ, POESÍA, HASTA LA MUERTE DE LOS CÍCLOPES
2 de 3
Te prosificaré,te daré el beso bíblico.
Con el senatorial cuchillo,patrimonio de dioses,
te eliminaré.Subiré los peldaños
clavados con grotescos sustantivos.Alcanzaré la gloria,
me sentaré en el trono de ignoranciae impondré mis esquemas.
Te prosificarécon la violencia trágica
de víctima suicida,conjuro lúdico de olvido,un paradigma tránsfuga
de la razón puray exiliaré tu resplandor
hasta la muerte de los cíclopesque hoy dominan el mundo y su cultura.
Mas por los surcos diáfanos del almatransitan los fantasmas de tu sery en estremecedor desasimiento
abrazo tu belleza,las sílabas afloran en tu rayo
con acordes eternos.
Siento en míun delirio de amor, de rebeldía.
Vuelvo a ti,a tu ritmo, a tu acento, poesía.
TE PROSIFICARÉ, POESÍA, HASTA LA MUERTE DE LOS CÍCLOPES
3 de 3
Lento gotea el tiempo en los cristales de la ventana quieta,
y mi alada ansiedad traspasa el aire hacia la luna nueva,
eleva algarabía de jazmines, en un landó de estrellas,
redime atormentadas nubes grises en pos de la belleza.
Y sigue goteando en los cristales
cuando el rayo sensual besa la esfera, y el amaranto se abre tras la ventana quieta;
al otro lado canta la alegría aquí llora el agobio de la brega,
tediosa, repetida, en muros de tristeza.
Lento tiempo gotea en los cristales
de la ventana quieta, martillea apetencias sollozantes
en el recinto estrecho de la celda, gotea en el cerebro,
el alma gime tensa, prisionera. ¡Que finalice el tiempo!,
¡el tiempo lento que el cristal golpea!.
LA VENTANA QUIETA
La ciudad abre sus fauces a la mañana ceniza, regurgita su hato de hombres hacia esperanzas marchitas, por los túneles de acero que ofrecen ciegas salidas al paraíso perdido buscado por las esquinas. Hombres que al atardecer, con las miradas sombrías y el peso de la añoranza en sus cansadas pupilas, por los túneles de acero regresan a sus guaridas, al cemento de sus cárceles, fraguado en melancolía.
En la noche sin descanso, rota por la algarabía de motores y sirenas en las ventanas rojizas, por los túneles de acero del sueño que les habita galopan pena y dolor, y el ansia de nuevas vidas.
Y a la mañana siguiente la fría ciudad vomita los mismos hombres de asfalto hacia iguales fantasías, por los túneles de acero que ofrecen ciegas salidas al paraíso perdido en las oscuras esquinas.
POR LOS TÚNELES DE ACERO
Autora de las poesías:Emma-Margarita R. A.-Valdés
Todos los derechos reservados ©
Autor de la presentación:Vicente Sánchez Pino
Música:The Sky Lives Among Four Eyes
Ernesto Cortázar
Fecha: 8-2-2008
Fotografías y filigranas: universoliterario.net
Poesía vital 3