Plath

Post on 23-Nov-2015

344 views 195 download

Transcript of Plath

  • Or~ste Plath

    lfASCIIIEif'O

  • 0 R E S T E P L A T H

    Geografia del m ito y la leyenda chilenos

    Segunda Edica6n

    EDITORIAL NASCIMENTO SANTIAGO 19 83 CHILE

  • 1 a Edici6n 1973 21 E.dicion 1983

    NY 4032

    I~ propiedad del auror 1~npci6o N? 4tn2

    Tira,e: 3.000 eicmplares lmpreso en lo. talleres de la l::dhorial Nucimeoro, S. A.

    Anuro Prar 1

  • RETABLO DE LO FABULOSO

    Sabcmos que los mitos perteMccn a rma lpoca en que Ia intcligcnda del hombre pnmitivo no era apta para descn-lraiiar Ia explicaci6n de los fcn6menos que en fomo suyo se Jesarrollaban.

    El mito no es, pues, nufs que tma explicacion de Ia cttu sa o del origen imagmado de raJ o cual se-r, cosa, fcnomeno o hccho.

    E/ hombre mitol6gico sin:io que cl mundo vivla. Pero 110 in1erpret6 ua vida como nosotros.

    Los fen6mcnos de Ia naturaleza que se prcsentaban, no cran cl rcsultado dc una Icy natural, sino como aetas de pcr-sonajes divinos, o al menos sobrchumanos, de poder~s bue-nos o ma/os.

    Era el tiempo de la fantasia, de Ia expresi6n poetica, de las impresi(fflcs producidas por los fm6menos de Ia natura /eza en Ia sensibi/idad virgen de los hombres primitivos.

    El mito enJrcga el conocimiento de Ia vida Jd hombre amiguo y Ia interpret{lci6n de su pcnsamiento y de sus acdo-

    5

  • ncs. Es una dave qttc permiu reconstruir, trozo a trozo, el ttcmpo sin ucn'tura. El Jato mitologico pasa a ser el auxi-bo a much'l disciplinas humanfsticas y cien#lficas que explo-ran eJ origen, el ambiente y el quehaccr natural e intelectual del hombre.

    l'or essas razonu merece igual respel Ia ~lativa inexac-titud de un texto mitol6gico que Ia exaclitud relativa de un texto historico.

    La leyenda responde a los estfmulos de Ia naluraleza cir-etmdantJc, ticne implicacionu de variadtM fndolu, logra Vtl-riantes, matices difcrentes conformc a/ mcdio. Puede tener tma ra::6n, tma verdad y dccir r-elacion con Ia geo~afta, con un hccho hist6ric9, um rm acontccimiento que repetido y exa-guado wtegra cl accrvo folklorico, conformando el l"'ycndario.

    En /11 lqenda sc esta a corta o mtteha distancia de las fucntcs, pero Ia imaginaci6n popular tcjc Ia aventura y Ia des-tlentura. LA imaginad6n avasalla y co/orca Ia realidad.

    En esta Gcografla se han ordtmado mitos pascuenscs de Ia isla chilena etnoarqueo16gica que proporcionan una gravitacion polinlsica; mapuches que dan a conoccr Ia gencalogta de sus deidades, con Ia cxplicacion de los atributos peculiares de cada uno de ellos; los chiloensu con personificactones constitrtidas con elements que dicen relaci6n con salud, enfermedad, mucr te y animalu que conforman un bestiario fantJstico; y Ia cos-mt>gonfa de Ia cultura fXitagonica con stu cspfritru del mal y del bien, con sus meflos y presagios, con sus gcnios poderosos que maniobran a su arbitrio a los hombres y a los elementos natural~s.

    us leyenda.t .te prcscntan por su vigencia en cada provin-cta, aunque a vues algrmas ttenen figuracton en otro territorio provincial, pero Ia mayoria tiene accion localizad11.

    6

  • En otras ocasiones, tambien, se regis1rii1J mtls Je una vll-riante para no romper Ia secuencia tem~Uctl.

    No se desaprovecharon sueesos NZCiomues, IUofltecimientos de gran contenido social, lo mismo que ('e'rsonajes que no !tan entrada Ia historia, pero que el pueblo los eln11$ a Ia catego-rla de figtmu /egendarias, como bandiJor ;utticia, que robaban a los ricos para ayudar a los pobres.

    Mucho de ute material fue recogiJo de viva voz por el autor, numerosas versiones fueron entregadas por escritores 1 otras fueron tomadas de publicaciones.

    El autor deJa especial constancia de su profunda reconoci miento a las personas de cuyos labios recogio versiones, lo mis mo agradece a los escritores que le permitieron 1-ef"''dtldr l4s suyas y a los que cogio sin m atttorizaci6n, ya que UJdot elws hicieron posible este Retab/o de lo Fabuloro.

    7

  • PROVINCIA DE TARAPACA

    MITOS Y LEYENDAS

    Jfurasil ffurasil La Nina de mis Ojos Por que el Tacora se apag6 Los Payachatas La Princesa y el T oro El Padr-e de Camifia Un Pueblo de Indios Los Socavones de Pica El Estanque de Jasjara El Pasto de Jasjara El Rio del Vaile de Azapa El Diablo Disfrazado de Gttagua

    9

  • JJURASII JJURASII

    U02 iiusta o princesa gobernaba Ia reg10n en afios remotos. Tuvo Ia suerte de no envejccer nunca, porque le fue reve!ado cl poder mistcrioso de cse manantial de Ia montaiia, cuyas aguas dis-currlan sin cauce, agradablememe tcmperadas.

    La princesa enterr6 a numcrosos maridos que sc h:tdan viejos a su lado, mientras ella m:mtenla una emidiable juvcntud.

    Como era de buen coraz6n, cuid6 a un nii'io sin hogar y lo edu-c& con el mayor esmero. Creci6 fuerte y gal'ardo y, ya mozo, se enamor6 de cl y se desposaron.

    Como nOtara c:l joven que su cooo;orte no :10memaba en aiios, y en cambio el ya le estaba superando Ia edad, se puso receloso y trat6 de averiguar Ia causa de tan prolongada lozanla. Descubri6 sus furtivas escapadas a Ia fuente y dedujo que, dado el secreto con que proeedla, debfa existir en el1a alg\ln 1xx.ler.

    A su yez us6 de esas aguas y consi!,rui6 disfrutar los clones de la cdad juvcnil sin menoscabo flsico ni incertidumbre del manana.

    No se C$C3p0 a Ia fiusta Ia influcncia del hechi7.(l vital en su com-

    11

  • paiiero, y sus solpechas la condujeron a espiarlo hasta 9ue lo en.; contr6 sumergid~ en las tibias aguas.

    _ Ciega de indignaci6n se puso a gritar: jJurasi! jJurasil, que quiere decir: jHirviente! jHirviente!, logra.ndo que se caldearan hasta producir vapor, caracterfstica . que todavfa subsiste y que oca-sion6 al infeliz marido Ia muerte mas dolorosa.

    Ya Ia princesa no pudo baiiarse mas y se marchit6 casi de golpe su iPlexplicable juventud.

    Version de Luis Urzua Urzua.

    LA' NI~A DE MIS OJOS

    Una princesa incaica que comenz6 a enceguec;:er fue trafda a una laguna enclavada entre los cordones cordilleranos que bajan por los Andes hasta la Pampa del Tamarugal, a tres mil met(os, donde

    -se sumergi6 en sus aguas_ por varias veces; al poco, not6 que recw-peraba la vista y los descendientes del Inca, llamaron al Iugar, Mil-mifia, que quiere decir, La nifia de mis ojos.

    . Y Mamilla, durante afios, vio Jlegar caravanas incaicas con el prop6sito exclusivo de encontrar alivio y remedio en sus aguas.

    Version de Oteste Plath.

    POR QUE EL TACORA SE APAGO

    Las aguas del mar de Arica eran las predilectas .de uno de l6s incas mas famosos del Peru. Todos los aiios bajaba a Ia play:_1 ro- . deado de un sequito cortesano, celebrandose con tal motivo fiestas interminables. Las mujeres mas hermosas y divinas se deleitaban _en las tranquilas y tibias aguas del puerto, y eran tan bellas, qt~e

    12

  • las siren.as les teo{an envidia y cclos. Seres marinas acudian tambicn a admirar corte tao vistosa y feliz. Mas en una de aquellas nochcs de orgfa y de Iocura, sirenas y caballos marinas form:uon tal albo-roto con las olas. que estas crecieron y se extendteron en t21 forma que arrasaron con inca, doncdlas y cautivas. Ocsde entonces el Ta cora apag6 sus fuegos. Miles de aves aparecieron en los aires a con-tcmplar desde arriba una corte tan brillante sepuhad:~ en el fondo del mar.

    V usion de Oresu Plat"

    LOS PAYACHATAS

    a) Los Payachat:l~: cl Parinacota y el Pomer:mle, que levantao sus cumbres a mas de 6.000 metros de altura, guardan un tesoro incaico, esto es: las est:~tuas de oro de los monarc:~s, que adorna-b:tn .los nichos del Templo del Sol, en d Cuuo; las de plata de las reinas, del S:1ntuario de b Luna, y mulcitud de

  • fueton enterrados los pdncipes sc Je,antaron los dos hermosos vol-ca.oes: el Parinacota y el Pomer~.

    v~mon de P~dro Rosmd~ JJ~i11.

    LA PRINCESA Y EL TORO

    En el cerro La Gloria, en Ia Pampa Soronal, algunas noches apa-rece una princesa cubierta con una especie de umka blanca, coo un gran lazo en Ia cintura, sus pies con sandalias y sus cabellos adoroados con una diadema que rcsplaodece en mil colorcs, su ros-tro joven y hermoso, rcfleja una gran angustia.

    y pick con acento de suplica, que no la dejen sola, que la de-fieodan de un gran peligro que Ia acecha.

    Hombres le han preguntado cu:H es su temor y se han puesto a su disposici6n.

    -jMc he cxtraviado! ~s su rscpuesta-. Y se que desde arri-ba de CSt

  • EL PADRE DE CAMI~A

    Dos indios en Ia pampa de Tarapaca (ueron sorprendidos por Ia noche. Los camioantes, temcrosos del frfo, prendieron una {$.. gata. No bien abri6 esta su rosa de luz, cuaodo eJ fuego camin6.

    -jAy Dios, el fuego anda, cl fuego corre ... I -grit6 despa-orido uno de dlos.

    -jHuyamos, ~rmanito, huyamos! -propuso e1 otro. Y, vdo-ces, enfilaron su miedo a Ia parroquia de Camifia. Tocaron a sus pueruas, agitados y convulsos.

    El cura sc sobn:saJt6: ~que pudo imprimir tales gestos eo fe-ligrescs tan mansos, que visi6n infernal ... ?

    Avcntur6 una pn:guota. Los indjos, a coro de pavor, no ar ticulaban sino cste lamentable estribillo:

    -tAh, taitita, por Dios ... I -tAh, taitita, por Dios ... ! El cura fue calmandoles y supo ~ el diablo hablasc metido

    en una fogata y corrla a Ia siga de ellos. El cura, sin perder minutos, invito a los indios a caminar con

    el basta el Iugar demonaco. Llegados, le bcndijo y sustrajo terro-nes de "esa tierra", para analizarla con tranquilidad. En la paz de ru parroquia, la exarcc6 y termin6 por descubrirle nitrato de po-tasio. Una sana inquietud le gui6 a su jard1n.

    Su diestra empufiaba tierra de aquella. Cavilaba: -~Que pasa.ra si la arrojasc a mis plantiw ... ? Y, persign3.ndosc, Ia tir6 satisfecbo. No tard6 Ia sorpreu: lu

    plantas crecieron, igorosamente. Era como una primnera de m~ que embelleciesc la parroquia.

    Las comadres fueroox de suposici6n en suposici6n, )aquello era milagrosol

    J5

  • -El jardfn del sefior cura esta bendito -murmuraban. El mur-mullo irrit6 al buen cura de Camifia, medio sabio y medio santo.

    -No, hcrmanas -adoc:trinO-, nada de: milagros . . . Entrad a mi cuano y os ensefulre algo para calmar vuestras lengua5 .. .

    Abri6 una caja y exhibi6 Ia tierra fortificante: -Esto que veis no guarda magia alguna. Llama.remos a esta

    tierra beodita, si OS agrada: "T6nico para e1 Reino v~getal". Os repartire uo punadito y, luego, me cont:treis como se hermosean vuc:stras hortaliz:ts y sembrados.

    Camiiia onde6 gracias nuevas y cegadoras. El "T6nico pam d Reino Vegetal" permiti6, desde 1879, que d nombre de: Chile via-jara en los sacos salitreros, como sin6njmo de Patm de Ia Feli-cidad.

    V errion de Andres Sabella.

    UN PUEBLO DE INDIOS

    A tres kilometros al sudc:ste de Matil!a eltisti6 hace siglos, un pud>lo de indios, que: fue destruido por un terremoto, no quedan-do hoy du, ni eJ mas CCmOlO \'C:Stigio de SU existc:ncia, pcrO al pa-sar por este sicio, sc: oye un ruido extraiio y parcce que Ia tierra se fuera a huodir.

    V ersi6n de Ore.ste Pllzth

    LOS SOCA VONES DE PICA

    Cuando los espaiioles vinieron a establerse en estos lugares. no tuvieron acogida por los indios piquefios, por lo que se tras'a-daron a Macilla, donde fundaron una poblaci6n.

    Uno de estos pobl.adores se enamor6 de La hija del cacique de

    16

  • Pica, solicitindola a su padre para contraer matrimonio, a lo cual sc ncg6 c:l cacique. Damaso Morales, que as{ se llamaba d espaiiol, insisti6 en su petici6n, obteniendo c:sta vc:z mejor resultado, pero con una condici6n tan diffcil como imposible.

    Dfjole c:l cacique a Morales que no tendrla inconveniente en cederle Ia mano de su hija, siempre que le lilciera florecc:r c:l val!e entre Pica y Matilla, lo cual fue para este mas terrible que 1a sim-p!e negativa anterior.

    Y Damaso Morales se puso a construir d primer socav6n que se hizo en estos lugares, obtuvo agua, hizo florc:cer cl valle y sc casu con Ia hija dd cacique.

    Los indios a ciertos hilos de agua los juntaban en unas represas que llamaban lochas, d espafiol sigui6 esta veta horadando la pie-dra y la hizo seguir un cauce basta las cocha.r que se 'vieron au-mentadas en su caudal, d valle reverdeci6 y {ue una lor en la are-na, lo que quiere decir Pica.

    V"sion de Orate Plath.

    EL ESTANQUE DE JASJARA

    En Jasjara hay un c:stanque de aguas profundas consideradas mahHicas. Esta habitado por Sirenas, ~stas son apariciones. En las noches se oye mllsica indefinible. Si se deja cerca una guitarra des-afinada, al dla siguiente aparece a punto para ejecutar un concierto.

    Version de Luis Urzua Urzua.

    EL PASTO DE JASJARA

    Cerc:l del estanque habfa un sembrado; pero el pasto desap:l-reda continuamente, sin poderse averiguar qui~n era el visitante

    17 2.--Geognfla del mito ...

  • nocturno que se tomaba el empcno de cortarlo. El propietario de-ciJi6 quedarsc una noche en vc:la para sorprendcr al ladr6n. A eso de las 10 divis6 un bulto, prcpar6 su revolver y le dirigi6 Ia pa-labra sin obtener respuesta; por el conuario, avaru:aba directamen-tc h::.cia el. Por scgunda vez le babl6 con e! mismo resuhado, por lo que dispM6 su arma al aire. Not6 que ca(a el intruso pesada-rocntc al sudo, y se asust6 ante el tcmor de habcr mucno a un horuhre, por lo que arranc6 precipita&mente.

    AI otro db no encontr6 huellas de que alguien hubiesc estado en d Iugar, s:1l\'O las sciiales de sus propios pasos.

    Ver.si6n de LtJIJ Urzc~a Urzt4a.

    EL RIO DEL VALLE DE AZAPA

    Antes corrfa por el valle un do caudaloso que satisfacia con cxccso las necesidades de sus cuhivos. Con motivo de Ia llegada de los espaiioles, los indios naturales de Ia regi6n. cansados de su-frir el duro trato de los conquistadores, y a modo de venganza, torcieron c! CUISO de las aguas de esc rfo, dejandolo en SCCO.

    Ver.si6n de Oruu PlaJh.

    EL DIABLO DISFRAZADO DE GUAGUA

    Regrcsaba de noche de las fiestas del Carmen de Chitita, des-puts de Ia tinea o baile campesino que sigue a la procesion y fren-te a Jasjara sinti6 c:l llanto de una criatura y pronto avist6 una gua-gua abandonada en las piedras del camino. Se baj6 del cabaUo1 la recogi6 y le hizo mimes para tra.nquilizarla.

    18

  • La adcrez6 en cl cabczal de la montura, con solicitud pater-nal, mientras pcnsaba que deb1a scr de alguna fomstera venida a Ia fiesta, Ia que fatalmente sc embriagarfa sin atcnder a su obligaci6n natural. A poco andar Ia mir6 para comprobar si estarfa dormidit:a y se asust6 al ver que echaba candclas por Ia boca, mostrando unos dientes de bestla.

    tEl diablo!, dijo y Ia bot6 a1 fondo de la quebrada, convenci-do de que era el mismo demonio, micntraS sujetaba Ia cabalgadu-ra, presa de cspanto, en un sendero tan estrecho como peligroso que pudo acarrear una cafda mortal.

    V ersi6n Je Luis Urzua UrzrSa.

    LEYENDAR/0

    La Cueva Jd lnca.-Eo cl morro de Arica, por Ia cual recibfa cl inca d pcscado en el dra. La gente que intcnta pcnetrarla jam~s sc: sabe de ella, porque el aire en el interior esta envencnado por maldici6n de los incas.

    Ahracadabrantes corsarios.-Los piratas mM famosos detuvieron sus naves frc:nte a Ia ciudad de Arica: Francis Droke, Thomas Ca-vendish, Georg Spilberg, Wotling y Bartolom~ Sharp, entre las zo-zobras de los ariqueiios; incendian, capturan barcos y recogen un bucn bocln.

    Oro bllmco.-Afios de vida salitrern inflan las velas de los ve-lcros de todo el mundo. El mariscador, cl pescador, sc coovierte en pampino y sc fragua en las calicheras el nonino de lieque, que le da al norte una fisonomfa rebelde que ensaogrienta Ia pampa y ani-ma una fuerza social.

    Ciudadu fantannas.-Oicinas salitreras que sc cierran y que el hombre abandona despues de haber vivido intensamente una vi-da de trab:ljo. Sus h4bitantes desmontan las casas: techos, puenas,

    19

  • ventanas y quedan los muros como seres desollados. Restos de edi-ficaciones en Ia soledad y d silencio. El personaje m:is interesante es el vieoto que ulula sobre los pueblos inanimados. Ladran los perros entre los escombros, pero estos se comen por hambre los unos a los otros y ya no se siente su aullar.

    Relatos dramaticos y novelescos se escribeo en oflcinas aban-donadas, que son fantasmas de una epoca.

    Dona~ mu~r~n los ~nfermo.r y los vi~jos.-Al interior de Lagu-na, se encuentra un sitio donde los indios encierran a los cnfermos y a los ancianos a fin de mantener un pueblo sano.

    E/ baiio tid inea.-Hay on t\lnel en Ia cordillera que se aden-tra mas 0 menos 3 kil6metros y en cl ondo de el hay unos bafios con asientos de piedra y que eran utilizados por el inca en los via-jes a sus dominios que se extendlan hasta Atacama. Desdc Ia cum-bre de uno de los cc:rros se ve el camino hacia los banos, pero cuan-do se baja por las quebradas, este desaparece. por uno de los tan-tO$ senderos.

    El Toro FantO.Jma de Ia laguna d~ Caquena.-Sus mugidos hacia Ia medianoche, producc.n extrafias pcnurBaciones.

    Los .riete ~FIO.Jcos d~ Pachama.-Serpientc de siete cabezas que se convierte en pefia.

    La piedra del Padre.-Perdida entre los barrancos esta Ia pie-dra gigante, que corresponde al encantamiento de un saccrdote co-nocido por el Padre lnunc. Cuando se pasa por este sitio a horas a\anzadas, se aparece sobre Ia piedra con sotana y breviario.

    El Volc4n Guallfltire.-Cuentan de el. que es un galan que pre-tendi6 de amores a una cumbrc vecina, y fue \'enc:ido, por eso Ianza resplandores de furor en las noches de invierno. Estos resplandorcs se vuelvcn sangrientos y se sacuden con rabia como si fueran a Jan zarse contra su odiado rival.

    Altiplano ariqueiio.-Las poblaciones de Putre) Socoroma, Cba-

    20

  • piquifia, Pachama, Bclen, Tignamar, Timar, Timanchaca y Codpa que flucruan en tres Jimites, mantienen en mcdio de su espantosa soledad, sus fiestas y tradiciones y en su memoria revolotean conse-jas y leyendas.

    TOPONJMIA

    Tarapac4.-Voz quecbua. Descubrir un secreto. Se traduce tam-bien como zona tapada por it-boles tara. Para otros esta voz es cunza y seria: pampa, llanura blanca.

    Arica.-Voz quecbua. Bahla Nueva, Puerta Nueva. Un caci-que de Ia comarca del morro se apeUidaba Ariacca, ser{a mucho SU poner que de aquf se derivara la palabra Arica.

    Azapa.-Voz aimar.i. Quebrada Sana. Esquiiia.-Voz aimara. lquiiia. Pequeno. Mamiiia.-Voz aimara. Pupila curada, Nifia de mis Ojos, Luz

    de mis Ojos. MtZJil/a.-Voz quechua. Angostura. Payachatas.-Voz aimara. Dos paridos, mellizos. Los Payacha-

    taS son dos imponentes volcanes, apagados: e1 Parinacota (6.380 m.) y el Pomerame ( 6.250 m.).

    Soronal.--S

  • BIBUOGRA.FIA

    Dagnino, Vicente. El Corregimi~nto d~ Arica (15JS.l784). Ari-ca, 1909.

    Dagnino, Vicente. Cronicas Ariqudias. Tacna, 1910. Ramrez, Julio T. Por Ia pampa adusta. Santiago, 192i. Rojas N., Augusto. Cronicas Pampinas. Iquique, 1936. Sabella, Andres. S~mblam:a d~l Noru Chi/~no. Santiago, 1955. Unlia Urzua, Luis. Arica, Pu~rta Nu~ua. Santiago, 1957. Wormald Cruz, Alfredo. Frontera Nort~. Santiago, s. f. Tello Poblete, Mois6. LA Leyenda d~l Toro y la Princ~sa. Apun-

    tes mimeografiados. Oficina Victoria, Iquique, 1964.

    22

  • PROVINCIA DE ANTOFAGASTA

    MITOS Y LEYEKDAS

    El Esprrittt del Volc4n licancalmr EJ Carbunclo El Alicanto La l.la El Pueblo de lat Cabezat Los Humanos fosi y Manuel El f/uerto Invisible La Cadena del Inca El Zorro y Ia Piedra Las Tres Cmdades Sagradas El Paso del Diablo El Diablo en Ia Laguna Ojo del Mar

    23

  • EL ESPIRI11J DEL VOLCAN LICANCABUR

    En los tieropos que los incas dominaban el norte y centro de Chile, par.a calmar los arrebatos colericos del Dios -abor.a apaga-do-, se echar?n a Ia espalda pieJ:Iras recortadas y otros presentes para el espSritu de Licancabur, y comenzaron a trepar los 2.400 metros de Ia llanura, a Ia cima misma de 6.000 m. Construyeron all! sus pircas, depositaron sus ofrendas, hicieron sus oraciones y desc-c:n-dieron con el alma ligera. Los descendientes de aquellos indios to-davfa temen y reverendan al esp{ritu del volcan y las gigantescas pircas existentes en su cumbre.

    V ~rsi&n J~ Evelio Ech~verrla y Ricardo Cruzat.

    EL CARBUNCLO ( CarhuncoCiarunco)

    a) Es un animal que tiene Ia forma de un choclo y posee m~s de cuatro patas. Tiene coyunturas por las cuales sale una luz que 1e Ye basta de una legua de distaneia. En su interior este animal fan~ico t.iene mucbo oro y otras riquezas.

    Es muy difkil atr.aparlo porque tiene finfsimo ofdo y se CJerca

    25

  • C\Wldo siente alg6n ruido, quedando a oscuras y confundiendose con una piedra comun.

    El que tiene 13 suerte de tomarlo, qued:t rico, tiene Ia fortuna en sus manos.

    b) Es un pequefio cuadrupedo del tamafio de un gato. Dicho animal lleva debajo de Ia barba un mech6n luminoso. El

  • Ja. Para d que no la conoda, su fama misteriosa y vaga, era como una mujer de embrujo.

    Su padre, llamado Pedro, vivla para cuidar a su hija y distan-ciarla de sus enamorados. Este hombre era conocido por cl apodo de Vagabundo, por sus bUsquedas de minas en una epoca, y des-pues por sus viajes por Ia costa en un barqukhue)o de su propie-dad.

    La hija, vigilada de cerca y de lejos por su padre sembraba entre los hombres ilusiones y desengafios; y entre las mujeres en-,idias y rencores. Hasta que un dfa un jovcn es su preferido, pero 8 vda en ella la figura querida de una ausente. Pero, lleg6 Ia mujer que ocupaba su corai6n, y a1 verse eiJa desplazada, despe-chada, pronto se transform6 en Ia mas terrib!e celosa.

    Vivian odiando a Ia rival, que era una hermosa rubia. Atisbaba dfa y noche a Ia feliz pareja y se conswnla de celos

    y pasi6n. Una noche, descalza y silenciosa, lleg6 a Ia pieza donde dor-

    mfa tranquilamente el hombre que Ia hada sufrir y hundi6 pro-(undamente en su coraz6n un puiial, y huy6 hacia los cerros clan-do gritos, alaridos.

    AI db siguiente, conocido ya el crimen, el padre sale en bus-ca de b hija y el sol, Ia sed y el silbido del viento tenninaron con el.

    Despues de mucho tiempo regres6 ella al poblado \'klima de !.a locura, s61o sabiendo rdr, basta que muri6.

    Desde entonces la Lola y su esplritu vengativo _recorren los cerros.

    Version de Oreste Plath.

    la que se realiza al termino de Ia temporada de invierno. La novedosa prue-ba que materializa Ia leyenda de Ia M11jer tl l4 Nm es una competen-cia simb6)jca en los dominios de la misteriosa vi.si6n. El resJamento coo-

    ~mpla uo ritual espedal, que le da car2cter y fantasia.

    27

  • EL PUEBLO DE LAS CABEZAS

    En San Pedro de Atacama acamp6 don Diego de Almagro 18 dias en 1536~ en 1540. don Francisco de Aguirre aguard6 aqu( Ia llegada de don Pedro de Valdivia y, para evitar contratiempos, c;m-prendi6 Ia t.area de un degollamiento de notables de un puk:lr.l, fonaleza atacameiia vecina.

    Cuando don Pedro de Valdivia lleg6, su lugartenicntc lc mos-tr6 25 cabezas que pc:rtenedan a cabecillas rebeldes del pueblo ve-cino. En recuerdo de este degiiello, los atacamefios hablaron mucho tiempo del pueblo de Las Cabezas que, seg\ln parcce, no fue otro que el pukara de Quitor.

    Vernon de Salvador Reyu.

    LOS HERMANOS JOSE Y MANUEL

    En Toconao, a o~lllas del tranque se armaron en pelea dos her-manos, Jose y Manuel Chocorba, todo esto originado por una mer-cadeda que debfan vender en el pueblo de Socaire.

    Jose empuj6 al tranque a Manuel y este, desesperado, le hacla scfias que lo sacara. Jose, arrcpentido y descspcrado. trat6 de sacarlo y pereci6 t.ambien.

    Desde esc d(a para S:tn Jose y para San Manuel se ven brazos que bacen seiias en la noche y la arena se pone m~s Ksbalosa que de costumhre, a Ia v~z que corre mucho vicnto.

    V errion de Dina Rivera Alvarez.

    EL HUERTO INVISIBLE

    Un '2rriero que llcg6 a un pueblo montafies que no conocfa, tom6 fruta de un hueno y, al Uegar a Toconao, convid6 de esas

    28

  • c1u1ces uvas a unos amigos. Estos qutsteron con
  • LAS TRES CIUDADES SAGRADAS

    En Toconao, dicen que hubo tres ciudades, c.uando los abuc:-los eran mas fuertes: una era Toconao, que en lengua cunza signi fica rincon perdido; la otra estd en el cerro Quimal, y Ia tercera se cscondio hacia Ia meseta de Ia cordillera. Como la tercera se escon~ dio, s61o quecbron dos. Pe.ro de ambas sobreexiste Toconao. La ciu-dad del Quimal se ocult6 sin perderse, porque en cienos dfas del aiio aparece y se ve cla.ramente situada en Ia cumbre del cerro. En-tonces es posible observarla desde distintos lugares. Y ahf se ven de nuevo sus grandes constrncciones petreas envueltas en una luz de fuego. y aparecen sus grandes arboles y wdo lo que ella contie.ne.

    As{ se queda visible para todos por mucho tiempo sin que sus formas pierdan Ia realidad. Hasta que alguien, atra!do por su fan-tasia, quic:ra subir a tocarla. Y s6lo entonccs toma a desaparecer, basta que las rondiciones de tranquilidad le vuelven a ser favorables.

    Aparece y desaparece, como la ambici6n humana. Versi&n de Mario Bahamondc S.

    EL PASO DEL DIABLO

    A orillas del no Loa en Cbiu..Chiu, e_xiste el llamado Paso del Diablo, por donde nadie traosita despues de las doce ck Ia nochc, porque del rio sale el diablo ron un cuchillo en La boca bailando y convidando a irse con el a todos los que encuentra a su paso.

    Version de Dina Rivera Alvarez.

    EL DIABLO EN LA LAGUNA OJO DE MAR

    En la Iaguna denoJDinada Ojo de Mar, en Chiu-Chiu, sopla un fuene viento que c:mpuja hacia c:Ua. Estc vicoto es el diablo que

    30

  • ~sea llevarse con el a los curiosos, y cl que logra caer en sus bra-zos no vuelve jam:is porque lo arroja al fondo de este ojo que no ticne fondo.

    V~rsi6n de Dina Rivera Alvarez.

    LEYENDARIO

    Cateadores del desierto.-Van tras !a riqueza del guano y el ya-cimiento de saliue, como tambien de Ia veta mineral de oro, plata y cobre. Desafian las inmensidades del desierto sin facilidades, sin lo-comoci6n. sin cartas geograficas, sin gufas ni oricntaci6n alguna. Des-cubren riquezas, fundan pueblos, son comerciantes, empresarios de carretas, mineros, salitreros. Y dictan un curso de cateo dcl ddier-to r.omo el que realiza Victorino Puig Gonzalez que, aunque vlc-tima de una cruel enfermcdad, arteroma arterial, por lo que sufre primero la amputaci6n de un pie, para evitar Ia gangrena y, des-pues, diez y nueve amputaciones mas que lo dejan convertido en una efigie mutilada ; sin piernas y sin brazos es llevado en unl mu]a o conducido en brazos para que continue su peregrinaje por Ia pampa impregnada de leyenda.

    Los cam~teros.-Realizan haz?.ii.as dcsmedidas con sus carretas, barcazas del desierto, las que se ocupan p:ua el transporte de ma-quinas, salitre y plata.

    Los empampados.-Son los perdidos en Ia vastedad de Ia pampa, los que se extravlan y mueren de sed y bambre, quedando frente al sol y expuestos al viento basta que Ia arena los cubre y el tiempo los descubre con novelescos caracteres.

    El e1pejismo.--Casas que hacen sonar con eJ desc.anso; fU

  • duciendo 1a m~s trcmcnda angustia que mata de fascinaci6n al ca-minante.

    Pe/~as a corvo.-Esus son de asombro entre los rotos bravos y rebasan Ia realidad y adquieren caracteres de leyenda.

    Los bandidos.-Protagonizan hechos fanu\sticos: el Rancho y el Pi~oteado, tienen su enemisud y un dia se desaffao a pelear a pu iialadas y ambos lucbadores rindcn sus vidas; cl Minero, el Colora-do, Salomon y Bruno Guerra, asaltan los retazo.r de carreus, ama-rran a los carreteros y pasajeros, violan a las mujeres y roban sus alhajas y dinero que llevan consigo.

    El Chichero.-Celcbre bandido, Silverio Lazo, que el pueblo lo presenta como un hombre bueno, pero un dfa se le ma!trata tan in-justa y cruelroente, que sale al camino transforroado ~ un hombre lleno de venganza. Se bizo criminal. Se fuga de Ia carcel y mata a sus carceleros. Tiene en jaque a Ia ciudad de Antofagasta, basta que Ia poblaci6n pone a precio su cabeza y declarado fuera de Ia ley; todo el pueblo anda tras cl, que permaneda dentro de un barril de chicba, basta que despues se le ecnuentra en Chanaral y se le da muerte.

    Liz Carretera d~l Gotio.- La jornada heroica de Ia carreta 1a dC$-cribe el esp:~fiol Jos~ Benito G

  • bees no han logrado verlo, a pesar que aparcc.e a eso de las 9 6 10 de Ia noche. Este desulx2ado no haec daiio, fuera de asustar enor-mcmente a las mujeres.

    El de.rtalonado.-Aparece eo Peine en el mcdio de los remoli-nos de viento, y se Ueva a los niiios en una bolsa que tiene en su vi entre.

    El gaJO negro.-En San Pedro de Atacama, un muchacho que odia a los gatos, una noche ve pasar a uno, le lanza una piedra y este se convierte en el diablo y de micdo eJ muchacho se muere. Cuando alguien pasa en Ia noche por este Iugar, sicnte una pcdra-da en Ia espalda, es Ia piedra que le fue lanzada al diablo y al ca-minar unos pasos mas se atraviesa el gato negro.

    Liz carroza.-De las cercanw de Ia plaza de Cbiu-Chiu sale una carroza muy adornada y haec un recorrido por el pueblo. Esta ca-rroza anda en busca de los agonizantes que hay en el pueblo.

    TOPONIMIA

    Antofagasta.- Voz quechua. Escondrijo del cobre. Para otros es voz aimara y querrla decir, yacimiento, mina de c0bre. Y no fal-tan los que dicen que cs top6nimo de Ia lengua cacan o diaguita Katufayagasta, lo que serfa Pueblo del Salar Grande.

    Chiu-Chiu.-Nombre onomatopeyico del jilguero (Crysomtiris), 11amado taml>ien Shihu, en mapuche.

    Toconao.-Voz aimara. Antl.tr saltJndo por todas partes. Para otrus vocabulistas es voz cum~a: Rinc6n pcrmitido.

    33 3 -Geografla del m.ito ...

  • BIBUOGRAFIA

    Bahamondc S., Mario. Vmo An~jo Je las uy~nJas Noru'nas. Rclatos Regional~ . Revista "Atcnca" N 438, afio 1978, Univcrsidad de Conccpci6o.

    Echeverria, Evelio y Ricardo Cruzat. Anuario Je Monlllfia. Fede-raci6n de Excursiooismo y Aodinismo de Chile. Santiago, 1956.

    Reyes, Salvador. Andanzas por el Dui~rto de Atacama. Anto-fagasta, 1%3.

    Rivera Alvarez, Dina. Ra,sgos Caracurfnicos de los Pu~blos ln-Jigenas tiel Departamento de E/ Loa. Memoria de Prucha para op-tar al dtulo de profcsor de Estado en la especialidad de Castellano. Profesor Asesor: Oreste Plath. lostituto Pedag6gico T&.nico. Uni-versidad Tecruca del Estado. Santiago, 1966.

    Sabella, Andres. Norte Grande. Santiago, 1944. Sabella, Andres. Sembllma J~l Norte Clliln~o. Santiago, 1955. Sabella, Andm. El Alicanto n ~I P4jaro tl~ Ia Forttma. Revista

    Vea, N9 1.419. Santiago, 21-VII-1966. Tolota C., Bernardo. LeyenJIU Je Tie"a AJentro. Antofagasta,

    1970.

    34

  • PROVINCIA DE ATACAMA

    El Alicanto u Bwnt~ Moa El Btwreterito El lnsecto Reloj

    MITOS Y LEYENDAS

    Los C14~s J,l Traque Lautaro EJ Zorro Colorado EJ Volc4n Dont1 /nls El Cerro Br11mador

    35

  • EL AUCANTO

    a) Es un p:ij:lro abuloso que vive eoue los ccrros de minerales y se alimenta de oro o de plata, segU.n sea el metal del cerro donck mora. Sus ojos despiden extraiios fulgores. De sus alas se despren-den reflejos que lo envuclven en un halo luminoso, cuando camj.. na por los pefiascales. Si tiene su buche lleno, no puede volar ck-bido al peso de los metales con que se alimenta, pero no Je es di-flcil huir si alguien se atreve a perseguirlo, pues en cualquier re-codo o grietn se oculta, sin clcj:u huelJn de su paso.

    Si Ja persecuci6n es mantenida, el Alicanto se perder:S. y apa-receri; caminar~ con un paso m~s r~pido y a veces Iento, hasta que por fin arrojara una luz fuertfsima que traspasara y encandilara al perseguidor dejandolo enceguecido en medio de un camino o al borde de un precipiciG.

    Venidn de Omte Plath.

    b) Cuando esci ayuno come con ligereza y, cuando est~ harto, lentamente. Si se siente perse~uido oscurece sus alas. B abita en pe-quefias cuevas. Pone dos huevos, de oro o de plata. A veces lleva a

    3.7

  • SUJ perse&uidores a la muerte y los arr:lStm a los bordes de los pre-cipicios. ~ mineros que tienen por gula a un Alicanto se enri-qwecen, ya que 6te los conduce a puntos donde existen ricos yaci-mientos o a los sitios donde hay algun tcsoro entcrrado.

    c) Es un p:ijaro de plata y oro que orienta a los a1ineros hasta el fil6n del mineral que ellos buscan. Aparece solamente de noche y su cuerpo no proyecta sombra alguna sobre Ia tierra. Si el mine-ro que lo sigue va poseldo de una ambici6n desmedida, el Alican-to lo arrastra a un precipicio, donde perece.

    LA BUEKA MOZA

    a) Mujer vam~tiro que maneja un fino puiial y que lo hunde certeramente en el coraz6n de su vlctima, a Ia cual I~ beb~ Ia stln-gre e11liente que escapa de Ia profunda herida inferida.

    b) Es una mujer buena mo2:a, llena de enc.antos, vestida con ua brillante traje negro y nrrebozada con un pafiuelo rojo, que se aparece a los hombres que sc picrden en el desierto, o que se entre-gao a sus lulagos. La ~uena Moza ~~ una bruja el Jermmio mis-mo lr11n>JormaJo en muier.

    EL BARRETERITO

    Es un barretaito fantasma, cuyo martilleo suele ofrse en el on-do de alguna galerla, cuando Ia mina ha quedado en reccso. Es cl

    bt~"eterito, espccie de duende bcnefico, que trae el anuncio de un alcance. No hay minero que no crea en su cxistencia, y que no es-pere sentir los golpes misteriosos que le abriran las puertas de Ia fortuna.

    38

  • EL INSECTO RELOJ

    El lnsecto Reloj aparece en las alcobas de los enfermos condo-o.ados a morir. Denota su presencia haciendo ruido semejame at \:ic-tac del reloj.

    El Insecto Reloj acompafia al enfermo y cuenta con su tic-tac, los m.inutos que altan lust2 el cese de la Yida.

    Cuando los enfeanos mueren, se les eocueotra en Ia pieza a estOs in~os, que son de uo color Yerde, pero ya sin vida.

    LOS CUEROS {l) DEL TRANQUE LAUTARO En d fondo cenagoso del tranque Lautaro viven cueros o cu-

    lebras acuaticas de dimensiones enonnes. l.l cuero es un teiitlo Yiviente, provisto de ventosas que atrae

    a cuanto bafiista se aventura en Ia laguna Lautaro.

    EL ZORRO COLORADO

    a) En sus corredas por los cerros, er cateador de minas se en-cuentra con uo zorro colorado que lo mira sin miedo ai temor, instiotivamente se agacha y recoge una piedra para lanzarsela al aBimal; d peso de Ia piedra le llama la atenci6n y Ia mira deteni-damente, jes de oro!

    b) El zorro colorado se aparece a los buscadores de minas en

    (I) El ~Nero tiene vigencia en rios, lagunu y lap de Chtle. Para los mapucbes es TrelqN~, TrelfJNihncli y TrMII[IIt. El pueblo lo llama &Mtro, cero Jet llllla, "'""'" y m""'" J~/ tli11blo.

    Este animal aofibio coge a los hombres que se baiW:l, a los anim&les que se acercan a heber en su Yecindad y los enYUelYe sujetaDdolos con IUJ garrlU y por constricci6n los 'mata. A las embercaciones las aprisiona y las sumerge. AJ CNero lo combateD con ramas con espinas, el que al enrro-IJarse se clan y sudta a su presa.

    39

  • d &itio cxacto doude sc:: encuenua el mas rico yacuruen~o de cstc metal. Su presencia asegura al minero Ia riquc:za y Ia felicidad pa-ra toda Ia vida.

    Version de Oruu Plath

    EL VOLCAN DOJ\IA INES

    a) Al vc:mr a Chile don Pedro de Valdivia, bautizo el volcln ubicado al interior de Atacama -5.070 m.- con el nombre de su compaiiera de conquista y aventuras: dona lnes de Suarez. Y asf lo bizo porque ni el voldn ni Ia damn espanola tenan precisamente buen caracter.

    b} Don Pedro, gran conquistador y amador, quiso ver ~rpetuado el nombre de su compaikra en el pals que venia a conquistar.

    EL CERRO BRA~OR

    Es un imponente tri3.ngu!o negro que descuelga por sus flan-cos torrentes de arenas movedizas y sonoras.

    A sus pies se siente un sordo trueno subterraneo, por esto !o llaman el Bramador.

    Si esta resonanci~, mensaje de la roca, admira, asombro pro-duce un nuevo viaje que emprenden las arenas; as{ como descen dieron, ascienden perseverante y perpetuamente faldas arriba.

    Version de Carlos M. Sayago.

    LEYENDARJO

    Un rio de plata.-Flora Normilla, india, y su hijo Juan Godoy, leiiador, abren el cauce de un ro de plata que corre por Chile, d mineral de Cbaiiarc.illo.

    40

  • Un dia, estaba Juan Godoy arreglando 1a carga a uno
  • donde rnucb3s veces mueren y sus cadaveres suelen encontrarse en el foado del pique.

    El Trile Vallejo (Cayetano Val!cjo).-Pcrsonaje coo altura de mito que aviva rdatos, avemuras, embustU y hace floreoer le-yendas.

    Tolopampa.-Ciudad cncamada, donde vave Ia princesa Tolo-lo Pampa, con su cuidador el Pata Larga y su ayudante el toro que ticnc una estrdla en la rente y cueroos de fuego. De esta ciu-dad se precisa el sector donde se yerguc con su resplandor fosfores centc, Ia risa de SU6 habitantes y Ia mwica de sus fiestas.

    Iii pQJaro azul.-&: aparece a los niineros y luego se aleja :-a-pidamente, sabe que su esplendida bdleza conduce a Ia muerte.

    LA azbra negra.-Vencida lleva al sitio donde se encuentran ri-cas minas.

    El valle tie las f/ores.-Planicie de extrafias flores que al accr-carse se encucntra Ia muerte.

    La mono negra.-Mano que aparece en la vastedad producieo-do cs,)3ntO.

    LA piedra negra.-Piedra que cs como una esponja empapada en agua y que salva a los mineros sedien.tos.

    LA Martina.-Codiciada mioa por sus riquezas. pero resguar dada por agua y culebras, Ia que una sola vez al aiio se seca y re-luccn las parcdes de oro.

    TOPONIMIA

    Atacama.-Voz quechua. Pato o pastoreo malo. Tambien se tra duce t.lel cunza, pato negro.

    Louraro.-V oz mapuche: Traru, traro, ave de rapiil:a (Poly-burus tr:aus). Lautaro es traru dcsplulll2do.

    42

  • BIBUOGRAPIA.

    AceYedo Hern~odez, Antonio. Leyettdas Cltiknu. Santiago, 1952.

    Hernandez .c., Roberto. Juan .Gotloy o el Descubrimiettto de Cllflfflrcillo.' 2 Vols. Valpara{so, 1932.

    Lanas, Oscar. Al/4 en las minas. ReYista ~,. Vije, N9 403, mayo, 1967.

    Plath, Oreste. Baraja de Chik. Santiago, 1946. Plath, Oreste. FollrJore Chi/eno. Santiago, 1962. Sayago, Carlos M. Hisl()ria de Copiap6. Copiap6, 18i4. Zaiiartu, Sady. Ei Trile Vallejo y sus Cuentos. Vida tltl Busc6n

    Copi11pino. Santiago, 1963.

  • PROVINCIA DE COQUIMBO

    MITOS Y LEYENDAS

    Dona Ana us Labranzas d~ Osorio E/ 11EncaniQ" J~ Tamayo La Duaparicitm d~ Ia Ciudad d~ La s~r~na El Bosqu~ Fray forg~ l.a Aflaiiuca F.l Cl~t~viflo El Mate de Piedra El T~soro de el "Santiaguillo" Liz Cu~va de San Julian Rruios de Tamaya EJ Ce"o LA Torre La Procuion dd Cerro la Raiaaura de Manqudu F./ Dtablo Trabaiando d~ Minero

    45

  • OO~A ANA

    Haec much!simos aiios, una iiusta enamorada se escape) con un guerrero y b pareja, huyendo de las iras del inca, termin6 por re-fugiarse en Ia cumbre de una montaiia. El guerrero era expcrto ca-zador y consegu1a f:kilmente huanacos y vicunas que les propor-cionaban carne .sabrosa y abrigadas pides. Dcdan 'qUe los fugiti-VOI al partir dd Peru o de donde uere, habfan cargado abundan-tcs riquezas en catorce cogotes de guanaco convcrtidos en arguenas.

    La pareja no podia vivir sujeta a las contingencias de Ia caza y pronto encontr6 Ia manera de proporcionarse los recursos que ne-ccsitaba. I>e.We las heladas cumbres los dos amantes atisbaban d paso de las caravanas que iban en busca de hu milagrosas aguas del Toro. En cua.oto alguna se divisa~, Ia /Justa corrta ladera aha-jo, dejaba sobre el camino algo de oro o de plata y luego sc escon-dfa. Sin que mediaran palabras. los viajeros comprendran que sc trataba de un trucque, recogbn el valiOtO dep6sito y en su Iugar abmdooaban abUDdantes {veres frescos. A menudo al metal pre-cioso te afiad{a alguna pie! fina, espccialmente Ia de cogotc de gua-Mco, muy apreciada por 101 lazot y mndas de calidad que sc sa-CID de ella.

    47

  • Largo tiempo dur6 c:se extrafio comercio. Las gentes de: los 3.lc:-daiios llamaban a la mujer Dona Ana y esc nombrc le quedo no solameme a Ia montana, sino a todo cl ele,ado cordon conocido :tho ra como cordillera de Dona Ana.

    Cuc:ntan que: Ia mujer, al principio, solo s:tlla de su escondiu~ para recoger los vlvercs cuando ya 1:1 caravana habfl desapJrec:do entre los cerros. Con los :1fios fue tomando mayor confianza, de . jandose ver y hasu aproximar, pero sin cntznr p.tlal>ra con nadie El guerrero jamas fue divisado.

    Dicen que el indio muri6 ptimcro. El'a siguio reali7.antlo !Ous trueques durante alg.m vasijJs de gyc:da con fguras de oro puro trahajaJ:tS a martiUazos.

    Conocedor del car3cter de los naturale~ o,orio no se ;~trevi6 a

    48

  • hacer preguntas que hubieran despen ado desconfianzas infinitas. Pero Ia codicia le ha.b!a lleoado el coraz6n y para satisf.acer su cu-riosidad se acogi6 a los brazos de su india enamorada, apremiindo-la para que le revelara el secreto de tanta riqueza.

    De nada valieron sus artimaiias. La india no podia traicioJUr a su gente. No cejando en su cmpeiio, e1 espaiiol se reparua entre promesas de amor etemo para conseguir Ia rcvelaci6n de labios de la mujer y Jargas excursiones por los cerros vecinos, tratando de descubrir per .sr mismo el escondite. T9do fue en vano.

    Pero tanto fueron las s(Jplicas y tan reiter:Jdas y vebemcntes las promcsas, que comenz6 a desmoronarse la resistencia de Ia india. Cuando al fin el caballero le jur6 solemneaiente no ab:mdonarh

    jam~s y llev:irsela a Espaiia en calidad de esposa, Ia mujer accedi6 a entrcgar el secrete de su raza.

    Salieron de Huanta mucbo antes del amanecer y se fueron cru-zando cerros bacia el norte del caj6n del rio Turbio, se supone que por los ahora ocupados por Ia hacienda El Calvano. En aquellas soledades, Ia india sabia reconocer Ia senda sin vacilar y marchaba segura de sus pasos. Todav{a brillaba el sol cuando llegaron a las labranza,r. Desde un seguro c:scoodite pudo ver Osorio como los in-dios extrafan el oro de La montaiia y alli mismo lo trabajaban a toscos manillazos, sin someterlo a ninguna fundici6n.

    El espaiiol qued6 deslwnbrado y le pareci6 estar viviendo un sueiio fanclstico. Pero el t.iempo :1premiaba Y. la oscuridad que se les ven{a encima parec{a magnificar los peligros que estaban en ace-cho. En cuanto lograron burlar la vigilancia de los cuidadores .:le Ia mina, la pareja carg6 con todos los lingotes que consider6 posi-ble transponar J sigui6 su camino entre los cerros. Subieron y ba-jaron laderas que paredan multiplicarse al infinite, y cuando ya Osorio sc crela para siempre per~ido entre aquellos vericuetos cor-dil!eranos, apareci{> una cinta verde ante sus ojos: ua el otro valle,

    49 4.-Geografla del mito . ..

  • cl de I luasco. Entonces Ia marcha sc hizo nuts aliviada. Baja ron hastn d mar y sc cmbarcaron para La Serena. Osorio se cas6 con Ia india y regrcs6 a Espana con ella y sus lingotes.

    b) Osorio lleg6 en su fuga a un imprcciso Iugar cordil!erano, en hs \'ecindaJes de las labranzas. Los indios moradores temieron qu: hubiera sorprendido d sccreto de l::ls riquczas y resolvieron dar-!.: .!.Crt~. La nieta del cacique mir6 con buenos ojos Ia arrogante 1 r~1 nd:1 d.::; .:spaiiol y le rogo a1 abuclo que se lo diera. El hombre le fue entrev,ado, ast como puede entregarsc un perro o un 'caballo.

    1.3 india erJ henuosa, suave de modales y se cnamor6 toea-mente del oiiLial. Este se dcjo gannr por cl afecto ingenuo de Ia muducha y a.:epto casarse con ella segl1n el rito indlgcna. De esa 1 rult:ra quc .. l6 incorporado a Ia tribu, aunque no del todo. Hab{a < rc:lls que aurt sc le ocultab:>n. No podian olvidar su doble con-o ci~n de hla::co y 'de conquistador.

    TranscuHieron algunos afios. Nacieron hijos. Un ella el viejo c:Jciquc llam6 a O$orio y gui6ndolo por entre los cerros le condu-jo basta un YCnero de oro. Era un regalo que le hada por La feli-ct1~cl d:vh a su nicta.

    Osorio comcnz6 Ia explotaci6n de su bien y no tard6 en que-clar cxtasindo nntc los montes de oro puro que extraia. Una vez le dijo a su mujer: Con ~sto tmdriamos para irnos a Espalfa ..y vi-vir como prfncipn Entonces ella tuvo Ia mala ocorrencia de con-testarlc: Esto cs un grano d~ arena al /ado del oro dutinado al itJca. Se encendi6 Ia curiosidad del espafiol y de rodillas suplic6 a Ia espo-sa que Je dejara vcr esos tesoros fabulosos.

    Ocurrla que los indios de los a!edaiios segu(an pagando pun-tualmente el tributo al inca y este se iba amontonando en un Iugar secreto a Ia espera de nuevos tiempos de esplendor para el imperio quechua.

    Largo tiempo rttbaz6 Ia india los ruegos desesperaaos de Oso-

    50

  • rio, hasta que al fin cc:di6, entre 13grimas y reproch~s, pues no sc le escapab.-m los pdigros mortales que ambos iban a corrcr. Una nochc: lo condujo por una quebrada hasta el rcc6nclito Iugar donde cstaba almacc:nado d oro, listo p:tra scr conducido sobrc Hamas a traves de Ia cordiUc:ra en cuanto sc diera Ia seiial.

    Osorio quedo absorto rente :1 to que vela. Todas las leyendas de tesoros fabu!osos que habfa escuchado en ticrras americanas quc-'aron empa!idecidas por c:s:1 sobcrbi:l rcalidad. Jam6s hubiera crel-

    do que se pudiera mirar de una vez tantt\ riqueza junta. ~o le fue dado al intruso dis!rutar durante mucho tiempo de

    cs.1 visi6n feerica. Eran muchos los centinelas apostados por Ia tri-bu para la custodia y defensa de tamaiio bien. Uno de ellos, al percibir ruidos sospechosos, dio la voz de a!arma. Entre sollozos Ia india le pidi6 al marido que huyera cuanto antes, porque ya nada podrfa salvarlo de Ia furia de los suyos, ni siquiera la autoridad de u abuelo d cacique. Osorio vacilaba, pues el amor de 1a esposa y

    los hijos pesaba harto. Las suplicas de Ia mujer sc hicieron mis :~oremiantes. Comprcndiendo, cntonces, que ya no haba esperan-zas de dctener los peligros descncadenados por su malbadada cu-riosidad, el espanol termin6 por ceder y sali6 a la carrera por entre los cerros eo Ia direcci6n indicada por su pobre mujer. Veioticua-tro horas despues estaba en Huanta, a orillas del rio Turbio. B.t-jando por el valle de Elqui, se reuni6 con los c:spafio1es de la costa y les refiri6 su aventura. Pero nadie volvi6 a dlf j:tm~s con aquel Iugar.

    V usion de Marta E/(na Samatan.

    EL "ENCANTO" DE TAMAYA

    En d cerro de T amaya. en un palacio oculto a cierta profun. didad, en la- cumbre, vive una princ.esa encantada. El cncargado de

    51

  • su vigilancia es un gigante que tiene Ia forma de un potente toro negro.

    De repente, el lomo del cerro empieza a iluminar su inmensa giba con unot maravillosa fosforescencia. Poco a poco Ia extraiia cla-ridad va cedieodo Ia cima y, entonces, se puede ver a Ia princesa, sentada en su trono aureo, luciendo las joyas mas .. hermosas. El trono resplandecese a1 pie de un naranjo cuyos frutos parecen de oro macizo. El gigante, el toro legendario, recorre una gran cancha, lugar donde el trono se levan:ta a uo extremo. El terrible vigilante observa inquieto y con ojo avizor al predio luminoso entregado a su custodia, dispuesto a clavar en su afilada cornameota al minero audaz que tuviera Ia osadia de aventurar sus pasos por ese Iugar en los momentos de Ia manifestaci6n encantada, plena y maravillo-sa como un mitagro.

    Hay cierta losa que cubre Ia entrada a este palacio escondido en Ia entraiia del cerro.

    Un minero valeroso pag6 con su vida su intento temerario de querer libc:rar de su encantamiento a Ia . beUa princesa, soiiada y ad-mirada por todos los mioeros.

    Versi6n de Ht:mtero Bascufidn. LA DESAPARICION DE LA CfUDAD DE LA SERENA

    La primitiva ciudad de La Serena era mucbo mas hermosa que Ia actual. Vivfa en eUa un joven bien parecido, pero pobre, a quien llamaban Juan Soldado, nombre que, en recuerdo suyo, se pu.so des pues al cerro cerca del cual aquePa ciudad estaba edificada. Ju.:m Soldado se enamor6 de Ia hija unica de un cacique riqufsimo, que habitaba a ttts 1eguas de Ia ciudad. Como eJ cacique era ambicio-so, se opuso a que se casara con un pobre. Los enamorados re.sol

    52

  • vieron huir, para casane en Ia iglesia de La Se~na, pues la joven era cristiana. Ad to hicicron, y en el momento en que el sacerdote bcndeda el matrimonio, genre del pueblo lleg6 a Ia iglesia coo gran-de alboroto, ruciendo que e1 cacique, a Ia cabcza de sus mocew-ocs, se aproximaba a la ciudad, jurando destruirla, despues de rna-tar a los enamorados. Nadie sabe lo que pas6, pero lo cierto es que en el momento en que el cacique con sus guerreros pis6 los su-burbios, Ia ciudad se desvaneci6. Recorrieron el campo donde es-t:lba situada, pero no la encontraron aunque Ia anJaban pisanJo. En ciertas noches, singularmente los sabados, los que pasan cerca del sitio en que estuvo edificada, oyen musicas y canciones, y el Viernes Santo la ciudad se hace visible a los que Ia contemplan des-de lejos, pero se borra poco a poco ante los ojos de los que preteD-den Uegar a ell:l.

    Version .Je Julio Vicuna Cifuenks.

    EL BOSQUE FRAY JORGE

    El aiio 1627 hahda Ucgado a las playas de La Serena una ba-landra tripulada por dos marineros espaiioles y un ingles llamado Joige, que habfa ,sido tornado a bordo de l3 embarcaci6n cuando luchaba con las embra,ccidas olas, dcspues del naufragio que lo condujo a estas playas.

    El ingles era cat6lico, y mientras combatfa con las olas, sin es-peranza de salvaci6n, hizo el prop6sito de vestir el habito de Ia pri mcra ~ligi6n que al pisar tierra encontrase.

    Cuando desembarc6, vio a un !ego fraociscano, tenieodo del cabestro a un asno gordo y rollizo, que hada recolecci6n de pesca-dos, mariscos y algas.

    53

  • El ingles Jorge, firme en su prop6sito, lc dijo: -Hermano, deseo vestir el habito que usted \iste. EL !ego lo mir6 y le respondi6: -Si tal cs la vocaci6n de su merced, vcngasc conmigo y suba

    en ancas de mi burro. De esta manera Ueg6 el ingles Jorge al convento de San Fr~n

    cisco y qued6 en la comunidad. Habfan pasado seis ailos que el !ego habitaba el convento; era

    un modelo de humildad y mansedumbrc. Su fama lleg6 al extremo de que todos to creyeran un santo.

    Los franciscmos ten{an su iglcsia sin terminar por falta de ma-dera; no podfan proporcionarse las maderas largas para cl techo de Ia iglesia. Los frailes se desesperaban, y esto lo conoda muy bien Fray Jorge.

    Una manana se present6 Fray Jorge ante su superior contan-dole que h:~bfa cstado rogando a Jerus que le ayudara a encontrar una soluci6n para concluir 13 construcci6n del templo, y que sin-ti6 una especie de suefio y en esc estado escuch6 una voz que Je dec1a: Manana toma una carrelil con bueyes y sigue tionde e/los re 1/even. Por este mOU\'O se dirigfa a! Prior y le solicitaba permiso para ausentarse de Ia Congregaci6n, con una carreta de bueyes.

    El Prior lo autoriz6 y una maiiana temprano parti6 sin rwnbo, tal lo habla escuchado; sigui6 a los bueyes los que lo condujcron a un bosque. Fray Jorge carg6 Ia carreta con largos tronco,; y se rc-gres6 a Ia Congregaci6n ante el estupor de toda Ia poblaci6n que no le cabin duda que era un santo.

    Desde entonces, el bosque !leva el nombre de Fray Jorge, por haber cohado alli las maderas par:1 13 iglesia de San Francisco, el beato !ego.

    Vusi6n de Ma11uel Concha.

    54

  • LA Aft Al'1UCA ( 1)

    En Monte Patria, dcsdc los tiempos en que esta se Uamaba .Monte Rey, vale decir, ames de la Independencia, la Aiiaiiuca era una lor joven de carne y hueso .

    Un dla entre los dlas hizo alto en el poblado un minero ex-uaiio, hermoso y gallardo que cruzaba los caminos en busca del eterno derrotero perdido.

    Y entonces floreci6 el romance del minero y Ia Aii:u'iuca. El mance!:>O, hechizado por Ia niiia morena, se qucd6 en el poblado. ! 'n" coch~ tu\'O un sue.iio: un duende de Ia mont:>.fia !e dio en d ducrmevcla de esc sucilo ~I sit io preciso en que se haHaba el teso-ro, la veta perdida, y el minero parti6.

    La ni.iia de Monte Patria o mas bien dicho de Monlc Rey, que-do esperando Ia vuelta del amor. El mincro no volvi6 jamas, se lo trag6 el espejismo de Ia pampa.

    La muchacha muri6 de pena, de ese mal de ::unores que a(m existla cuando Monte Patria se llamaba Monte Rey.

    La enterraron un di'a de aguacero en el valle. Al dfa siguieme al1mbr6 el sol y el valle se cubri6 de flores rojas. Asl naci6 la Aiia fiuca.

    Versi6rJ de Manuel Gandarillru.

    EL cHuvrno El Chuvifio es un duende, es un diablillo y tambien un mono.

    El Chuviiio en cualquiera de sus formas, siempre trata de deses-perar al que haec vktima, por medio de Ia astucia y la bellaquerfa.

    ( 1) Aiianuca (Hippeastromsp). A esta flo.r Ia llaman tam bien Flor de Sangre. Abunda eorre Copiap6 y el valle de Quilimarf, en C~quimbo. Surge dtspues de Is escasas lluvias y se mantieoe bebiendo en los vasos difusos y fantasmales de Ja camaochaca.

    55

  • No hace daiio material, sino que les inflige las mas terribks humill3cioncs que ofendcn at amor propio.

    El Chuviiio ejercita sus artimaiias lo mismo entre las personas que entre los animates.

    EL MATE DE PIEDRA

    En Chalinga hubo una fiesta y falt6 el vino. Uno de los asir temes se ofreci6 para ir a buscarlo a Sa!amanca y parti6 co:1 un chwco.

    De \'uelta, un tanto cansado, se sem6 a reposar y luego de caer en un sopor lo transportaron a una fiesta que se celebraba en una cueva.

    En ella se scna en un fino servicio de oro; e1 licor se ofrcc!a en mates de oro y en lo mejor de Ia fiesta se ech6 a1 bolsillo uno de estos.

    Dcspues, fue devuelto al mismo Iugar, donde habla cstado des-caosando y se recuerda que en medio de Ia fiesta se habfa guarda-do uno de los mates en que se sirvi6 y se llev6 la mllno al bolsillo y se encontr6 con una piedra.

    Verri6n tfe Orerte Plath.

    EL TESORO DE EL "SANTIAGUILLO"

    E/ Santiagui/lo era un barco espafiol que fondc6 en el puerto de Los Vilos. Tra(a tcsoros fabulosos del Peru y una de sus lanchas que estaba cargada de valioso mineral encall6.

    El mar y el tiempo sepuharon e1 tesoro en Ia playa. Los pcs-cadores de estos contomos ven navegar una embarcaci6n llcna de

    56

  • tripulantes. Son las almas de los marineros insepultos que claman y piden descanso; descanso que lograrin despues de que alguien sa-que este tesoro escondido que sus manos aprisionaron con codida.

    LA CUEVA DE SAN JULIAN

    En Ia vedndad de Ovalle esta ta Cueva de San Julian. En una ocasi6n se encontr6 un campesino con un amiguo cooocido, el que lo invito a una fiesta en una parte que 61 sabla. El campesioo acep-t6 y de pronto el amigo sac6 de un calabazo, de un mate, un un-giiento y se lo puso en las axilas. Le aconsej6 que dicta con el tres pasos bacia atras y exclamarSt con el: Sin Dios ni Santa Maria; y sa!icron volando.

    Llc:garon a una cueva, Ia Cueva de San Julian, donde se cele-braba una fiesta muy alegre y donde el campesioo empez6 a darse con personas que hacfa algunos afios hab!an desaparecido de este mundo. Se eocomr6 con una amiga y comenz6 a recordar gntos ticmpos pasados.

    A Ia manana siguiente despen6 en un escampado, molesto por d sol que cstjlba quemando y lo extraordinario es que estaba uni-do a una osamenta de vaca de hucsos albos. Tenia sed y mal gusto en Ia boca y se acord6 que antes de ir a la fiesta tenia unos dulces en el bolsillo y esta era Ia ocasi6n JXlra servfrselos, y al buscarlos st encontr6 que estaban con\'ertidos en excremento de animal.

    V"sion dt> H omt'ro Baswflan.

    BRUJOS DE TAMAYA

    Brujos famosos son oriundos de este mineral. A un caballero, una bruja, memada por sus cabras negras y porque irijcrtaba de-

    57

  • monios en el cucrpo, que vivi':t en los pcilascales de El Chaleco, lo hizo rico a! indicarle el Iugar dondc el cerro tenia oculta su rique-za casi a lor de tierra.

    Version de Homero Basmiian.

    EL CERRO LA TORRE

    En Salamanca, desde Ia cumbre del cerro L3 Torre, se lanzan los brujos a volar Ia noche de San Juan, para reunirse en las cue-vas de Salamanca, ubicadas en el fondo de Ia quebrada del cerro llamado La Rajadura de Maoquehua, dondc celebran el aquelarre.

    Version de Oreste Plath.

    LA PROCESION DEL CERRO- LA RAJADURA DE MANQUEHUA

    En cl cerro la Rajadura de Manquchua, el que ostenta nn:1 profunda rajadura, los brujos se reunen aqu1 y el dfa Viernes San-to sc YC salir una procesi6n con luces, que se intern:~ por los cerros de los alrededores.

    Version de Oreste Plat/1.

    EL DIABLO TRABA].\NDO DE ~1INERO

    En 1:1 rcgi6n de Tamaya, cl diablo p:1sa temporadas en las mi-n:ts tr::tbajando de apir o barretero. ~1uchos mineros se encuentran y SC tOpttn COO tl en )as profundidades de Jos piques y CD )OS OSCU ros soc:~vones.

    58

  • Por supucsto, que lo~ dfas s~bados por ln nochc baja a comer useos de patas y a tomar mistela en las cocinerfas de La Placilla

    San Jose. Es amigo de algunos mozos tarambanas.

    Versi6n de Homero Bascuiian.

    LEYENDAR/0

    Las sirenas.-Cuando los esgaiioles fundan por pr'imera vez la ciudad de La Serena, ven en el mar poblado de gritos y gemidos acmiticos, un pez mujer. L:!s Sirenas o Serenas, de donde, segt)n Ia leyenda, sc le puso por nombre a este pueblo La Serena.

    El Cha11chillo.-Es un pez de metro y medio de largo por 0,70 de di:hnctro en su parte mas gruesa, gran amigo de los pes-cadores. Si un pescador cae at agua, por tempestad o por cualquier otto motivo, si hay cerca un ch:mchillo, toma a! hombre sobre su lomo y lo va a dejar a la playa, en un Iugar en que este Libre Je todo pdigro.

    El ' pescador sieme verdadero carifio por el chanchillo y si uno de 6tos es cogido en las re.des y muere antes de que el pescador pueda librarlo, cl hecho produce verdadera consternaci6n.

    Pimtas e11 La Seretra.-Diablos encarnados en bandidos de los mares inician sus andanzas poe Ia regi6n. El primero es sir Francis Drake, el que hace de !a bahia de Guayac3n su seguro refugio, en cuyas costas emierra e1 producto de sus correrfas; Thomas Caven-dish, adalid de Ia hostilidad inglesa contra el imperio espaiiol, co-mete tropelfas imborrables: Dirik Ghrritz, pirata holandes, hostiga a la pob!aci6n y es una blasfemia tonante; Bartolome Sharp que habfa recibido los- latigazos de las olas de todos los mares del mun-do, con su mirada de hie!, como Ia de un pirata que esta fuera de

    59

  • Ia ley, saquea e incendia La Serena; Eduardo Davis, Ia asalt.a y pren-de fuego; y sigue John Hawkins, sembrando el ~panto coo sus cu-chillos de filo a dies,tro y siniesuo para que e1 enemigo no pueda huir ni por aqui ni por al1a. Y todos ckjan fabulosos tesoros escon-didos.

    Los Tapados.-Dinero depositado en talegas y eoterrado en al-g\m Iugar escondido, cuyo secreto es una pagina que se busca tn cansablemente.

    De"oteros.-Minas fabulosas perdidas y vetas a lor cuehtan con derroteros que pese a la exactitud con que estan descritos no se en-cuentran, porque siempre acontece algo sobrenatural.

    LA Piedra dd Lobo.-Escondite de un gran tesoro en Tongoy. LA Piedra dt Ia Muj.:-r.-Hija maldita por su madre que se

    transforma en piedra y que la representa con su hijo en ~os brazos. El Cerro d.:-1 Frai/e.-Sacerdote convertido en piedra. LA Cueva ile Salamanca.-Sitio donde se perfecc.iona el arte de

    la brujera. Peri6dicamente en esta cueva se 'efccruan fiestas a 1a qu.e asisten los maestros con algunos invitad6s especiales, toda 1:1 vajilla es de oro; el servicio es exquisito. Pero, nada de lo que aquf s.e sirve puede salir del recinto. L!evado a1 exterior se cOnvierte en materia vulgar y grosera.

    Los CuaJreros.-El Enchapado, montado en brioso caballo corre por el valle de Elqui, luce montura guarnecida de plata, lo que le da cl alias de Enchapado, malhechor temible que va pcrdiendo su per der con Ia edad; el Chacha, revestido de haz.afias por su punterla infalible; Facundo, e) Chinga y EHas Rojo, cuatreros fronterizos que viveo entre las polida de un lado y del otro lado de Ia cordillera, igual que Valeriano Torres y Alfredo Fasten, bandidos que no aban-donan su presa hasta que son baleados de muerte. El lenguaje rojo de las balas puso sus cadaveres atravesados sobre sus propias mon-turas y camioan hacia Ia leyenda.

    60

  • La Roca d6 La Quintrala.-En Pichidangui se encuentra esta JOC2 con una gran v:uiedad interior, donde Ia Quintrala, despota ~omendera amarra a sus t'SC!avos, dejando que las altas marcas .se cncargucn de liquidar!os.

    La Qu~hrada del Negro.-Un mulato cruel y sanguinario se iostala en las cercanias de Pichidangui, parn asaltar las diligen.:iu que transitan entre La Serena y Ia capital. No deja a nadie vivo. Es-conJe su botfn en diversas partes de la regi6n, el que cada cierto 1iempo descubren los pescadores.

    TOPONIMIA

    Coquimbo.- Voz quechua. Tal vez alterado de Cullquitampu,

  • Pichidangui.-Voz mapuche. Bahla Chica. Salanumca.-Sc clio este nombre en homcnaje de Ia aotigua du'!-

    fia de estas tierras, doiia Matilde Salamanca. Serena (La).-En recuerdo de Villanueva de La Serena, de

    donde era el fundador de Ia familia de don Pedro de Valdivia, con-quistador de Chile y creador de pueblos.

    Vilos (Los).-Voz mapuche. Vilu, culebra, o de Vinu, paraje de culebras. Otros dicen que viene de una embarcaci6n pequefia llamada Vilos que usaban los filipinos y no faltan los que agregiln que viene de Lord Willow, cuyo bergantln hahrfa naufragado en estas costas.

    62

  • BJDU OGIUFIA

    BascuiUn. Homero. El uEncanto" de Tamaya. Diario Las VIti-mas Notid.rs. 2 de noviembre. Santiago, 1965.

    Con

  • PROVINCIA DE ACONCAGUA

    MITOS Y LEYENDAS

    LA Laguna del Inca /.11 lAguna del Toro La lAguna de Copln El Cerro Orolonco El Curo La Sirena El Cerro del Inca LA CU

  • LA LAGUNA DEL INCA

    Sobre Ia superficie de esta laguna, en ciertas noches de plenilu-nio, se oyen !amemos que turban su quietud. Es un encantamien-to el que produce estas elttrafias quejas.

    Es e1 wima del Inca Jlli Yupanqui que torna a vagar sobre 1:t tumba lacust:re en que hizo scpultar a su amada Kora-IJe, despeiia-da tr3gicamente en un precipicio durante el fesdn de un nasett o monterfa real. El inca, cuyo dolor sacudi6 Ia montaiiar crey6, que ning-Uo sarc6ago bumano serfa comparable a -aqueUa sepultura. Envuelto en blancos linos, el gnlcil cuerpo fue desceodiendo .1 Ia profundidad azul, ante el dolido sequito im.perial, y desde e.oton-~.s el agua se tiii6 con d matiz de esmeralda de los beJJfsimos ojos que ya el hijo del Sol no podr{a jam;is despertar.

    Vaga asf en el Iugar un Mlito de am or y de misterio que se cubre coo el manto sileocioso de la nieve.

    LA LAGUNA DEL TORO

    En el sitio llamado Caj6o de Riedllos, en RJo Blanco, Los An-des, esta la pequeiia laguna a Ia que Haman lAguna dttl Toro, por-

    61

  • que en su f
  • dijo que su amado habfa mueno. Es ~I cartigo J~ los Jioses por trai-cionar a IU ptt~blo, lc dijo Ia macru, y Orolonco sinti6 .morir su co-raz6o. Entonces, Ia triste princesa picunche subi6 basta Ia cumbre del rtrro a llorar Ia muene de su amado y a esperar que sus dio-ses Ia llevaran junto a Rodrigo. Nunca mas baj6 del cerro y sus U. grimas fueron tan abundantes que formaron Ia vertiente que aU.n cxiste en el cerro.

    El pequeiio riachuelo son las Ugrimas de Orolonco que toda-vu Uora su castigo.

    V "si6n J~ Carlos Ruia ZalJI11ar.

    EL CERRO LA SIRENA {1)

    Entre San Lorenzo y Cabildo hay un cerro llamado La Sirena, en cl cual sc aparece, en las madrugadas, una bella mujer que se para sobre una piedra muy grande y ~ peina con una peineta de oro que relumbra como una tstrella.

    En d cerro La Sirena, en 1:1 quebrada del Sapo sale una nebli-na como un gran copo que recorre Ia lorna La Tutca y sc pierde en Ia quebrada El Carbunco. Vuelvc a apareccr en Ia quebracb del Sapo y haec cl mismo recorrido. Esto dura mas de media hora, mientras Ia bella dama de 1:1 peineta de oro sc bafia en una ver-tiente que hay junto a Ia gran roca.

    Version d~ Flora M. Lucia Galrrma Ac~11~Jo.

    ( 1) Pan el pueblo Serena o Sirena es nin(a del mar que se rqnesenta con busro de mujer y cuerpo de ave o pe-z. Mujer ~rmosa.

    En 1632 vieron mucbos indios y csptiioles en el mar de ~ uu bestia con c:abeza, rosuo y pelos de mujer. Tent cla y espalda de mu jer. Los indios Ia llsmaron Pincoya.

    69

  • EL CERRO DEL INCA

    Este cerro se le:vanta junto a Ia Laguna del Inca, en plena cor-dillera.

    La cumbre del cerro tieoe Ia forma de una cara humana. En 8 yace el espiritu de un jefe indio, un curaca, que permaoece en lo alto de la cordillera vigilando lo que fue Ia tierra de sus anter pasados.

    Tambien, seglln Ia posici6n del sol, un dfa en el afio el cerro se refleja en Ia laguna en forma vertical, pudiendose ver :rl Inca en el fondo del agua, como si el espuitu del curaca hubiera dcs-ceodido a1 mundo terrestre.

    Version de Flora Lucia Ga!Jona Acevedo.

    LA CUEVA DEL LEON

    En fa ciudad de Los Andes, en el cerro que un Liempo se lla-m6 de las Piedras Paradas, en uno de sus costados, se halla Ia ca-verna denominada la Cueva del Le6n, la que es profll,lld.lsima y llegarla hasta rio Blanco, siendo imposible penetrar en ella a cau-sa de las horribles apariciones que salen al paso de los osados.

    En la Cueva del Le6n existe una imagen de Ia vhgen coloca da aqur por piedad popular. Esta virgen posei:a un par de ojos her-mosfsimos; estos ojos erao Ia admiraci6n de todos, quienes no se cansaban de h."'blar de ellos. En cierta ocasi6n, un hacenclado que se preciaba de incredulo y urgido por unos amigos apost6 que le arrancarla los ojos a Ia virgen. Subi6, pues, a caba11o a1 cerro y des-poj6 a Ia imagen de sus ojos.

    No acababa aun de hacerlo cuando cay6 (ulminado, despeiian-dose.

    Versi6n de Enriqm: S. Rodriguez.

    70

  • LA PIEDRA DEL LEON

    Esta piedra esta en el cerro Yevide, en El Almendral, San Pe-lipe. En Ia epoca de los indfgenas, en este cerro abundaban los pu-mas, que poco a poco estaban siendo exterminados por los indios. Entre los pumas, habla una familia compuesta de Ia hembra y dos c.achonos. Una vez. Ia hembra dej6 a sus dos cachorritos durmien-do junto a una enorme piedra del Yevide, y sali6 n cazar. Cu:tndo volvi6, no encontr6 a sus hijos. pues unos :micros se los hahhn llevado. La madre busc6 desesperadamente a sus c.1chorros y al lie-gar Ia noche se ech6 junto a !a piedra, y en todos los alrededores se o{an sus rugidos -que mas er:m Jlanto- llamando a sus hijos. AI dia siguiente, no habfa pumas en el cerro. Sc hahfan ido todos. Pero w.un en cstos dfas, en las noches crudas de invierno, se suelen escuchar los gemidos de Ia madre. Es el espiritu de 1:1 leona que todavla llama a sus hijos.

    Version de Carlos Rui:: Zaldfvar.

    LAS TJNAJAS DEL P1\:0N

    Saliendo de San Felipe camino a Palomar, junto al cerro y mi-randose en el do Aconcagua, hay dos grandes rocas muy juntas que al avistarlas de lejos p:~recen dos tinajas, aunque una es de mayor tamaiio. Las tinajas del Peii6n, las Haman y en estas rocas se hal!an encerradas las almas de una pareja enamorada que mu-ri6 de amor. Eran dos sanfdipeiios, novios de Ia infancia. Pero un dla, el muchacho quiso conocer otros mundos y se fue del lugar, aunque jur6 volver para desposar a Ia nina. Pas6 cl tiempo y Ia novia no pudo resistir mas esa ausencia tan dolorosa y muri6.

    71

  • AI cabo de I~ d{as, d muclucbo volvi6 y aJ enterarse de la muene de Ia que lubfa de ser su esposa, su coraz6o no sopon6 el golpe y tambien muri6. Entonces, el Amor los uni6 en Ia muene y depo$it6 sus almas en esas piedras para que en las noches de lu-na renucan sus iJusiones y se contemplen en el rio, testigo de su amor y su dolor.

    V "ri&n d~ Flortr Lucia GahoM Acn~~do.

    CARI~O BOT ADO

    a) Los habitantes de este caserfo cercano a Los Andes, supieron que las columnas del Ejercito Libenador pasar{an por ahf y de in-medi2to comenzaron los preparativos para hac~r/u un cariifo, sin embargo, cuando todo estaba listo para recibir a los soldados de Ia libe.rtad, se supo que Ia columna desvi6 su ruta, por orden de San Manfn, por lo que los preparados quedaron abandonados, el cari-llo til'llllo. Y de esta ocasi6n tom6 el nombre de Carino Botado.

    b) Este poblado se llarn~ as( porque antiguamentc, en todas las casas tenfan chicba, chacoU, no faltaba Ia buena comida y mu-clu alegrfa. Habfa una juventud sana, vibrante, niiias tocaban la vigiida y cantaban muy bien.

    Todo el que iba a este Iugar rccibfa ~da m~s que atcncio-nes, es decir cariifo botado.

    c) En Mendoza, Rep{lblica Argentina, existe una calle El Ca-rino Bo14do y refieren que en Ia epoca sanmaniniana, un destacado n6cko de familias que admiraban al gran organizador del Ejercito Libenador, quiso tributarlc un homenaje y, con tal motivo, organi-z6 un suntuoso banquete que, desde luego, fue aceptado. Este se realizar{a en las inmcdiaciones de Ia inca del Dr. Biritos, en Go-doy Cruz, calle Tucutn4.n.

    72

  • Pero, es d caso que el d!a y Ia bora fjjados, los anfitriones c~ peraban la llegada del Libertador, cuando en vez de ~ste, lleg6 pre-suroso un ayudante para presentar toda clase de excusas a los due-fios de casa, causando, pese a las disculpas, la natural contrariedad, cooocicndo d caracter rectillneo y cortes del General San Mardn.

    Transcurrido alg\ln tiempo, los obsequiosos vecinos reanudan el convite, que el General acepta. Las familias_ invitantts echaron la casa por Ia ventana esta vez para atender como correspond{a a1 lnteodente

  • Jil'O CARMELLTO

    En Cahi!do era muy respetado ~o Carm~lito, un anciano que tenia en su poder unas ' 'ari!las de virtud, que lc habl:t donado un vagabundo que result6 ser brujo. La vinud de las varillas consis-tia en adivinar lo que se le pedfa. fiJo Carmelito las colocaba en forma piramidal y se movfan solas, sin cacr, para dar respuestas a las preguntas de su dueiio, que las formulaba por encargo de los consultantes.

    El viejecito de las variOas, como tambitn se le llamab:t, muri6 repentinamente, y no alcanz6 a hacer donaci6n de elias a 1a fami-lia que siempre lo ayud6.

    En Cabildo siempre protegen a los harapientos, porque pueden ser brujos.

    LA GUIT ARRA DEL DIABLO

    El di:tblo en Curim6n se pasea por Ia caJJe ReaJ a mediano-che en una carrctel:t tirada por un caballo negro, de ojos como bra-sas, que echa fuego por Ia boca y Ia nariz. EJ diablo va enter:unen-te vestido de negro y Jleva una guitarra, en Ia que tOC

  • LA PIRCA DEL DIABLO

    En Putaendo, antiguamente se levaotaba una pirca en Ia ca-Ue principal, junto a 1a cual, se reun.lan los hombres a jugar a los dados. Eo las nocbes llegaba hasta la pirca un hombre a cabaUo y todo vestido de negro. Venia justo a Ia mediaooche y destrufa Ia pirca, pero al dfa siguiente esta volvla a aparecer. El hombre de negro era el Conde11atlo, que venfa a saber cuantas almas bab!a ga-nado en el d(a ..

    EL LLANTO DEL DIABLO

    En Cabildo, del Cerro Bellavista baja un hombre vestido de negro, montando un caballo blanco cuyos ojos dan tanto resplan-dor que se pueden ver desde lejos.

    En el mismo cerro se escucha, a la mcdianoche, una mujcr que llo.a. Es el Mandinga que gime para atraer a Ia gente que pasa a esa bora.

    EL BAfLE DEL DIABLO

    En un campamento minero, cerca de Hierro Viejo, habla un m.inero muy alegre y muy bu~no para las fiestas. Llego a Ia mina sin decir de d6nde venia. Una vez que estaban todos en un bailc, le pidieron al mineto guc danzara solo. Lo bizo tap bien que uo muchacbo que estaba mirando dijo: jAvt: Marfa! JQut baila bit:n! En el mismo instaote el minero revent6, dejando un fuene olor a uufre.

    V t:r.riotJ dt: Flora Luda Galton a Acevt:do.

  • LEYENDARJO

    Do114 Maria Je Eneio.-En La Lig\12, azota de!nudos a sus es-clavos, al ritmo de una canci6n inventada por ella para tales oca-siones. Doiia Maria de Encio Sarmiento es madre de don Gonzalo de los Rfos y Encio, padre de Ia niiia que ~ conoce como La Quintrab.

    Federico Ro~spierre.-Despues de Ia epoca Jel terror, en Fran-cia, un franc~s llamado Federico emigra a Chile y ~ radica en. San Felipe, donde ~ dedica a cultivar una pequciia chacra. A quien le preguntara, contestaba que hab{a huido de su patria por el horror a su apeUido, y agregaba que expiaba una deuda de sangre. Esta leyenda persiste y ~ asegura que esta enterrado en el cementerio del Almendral, aunque nunca se ha encontrado Ia sepultura.

    So/dados y arrieros.-Cordil!eras y pueblos son los escenarios de los caballeros de Ia espada, de los ~iiores de la libenad, que con los arrieros y arrierfas rumbean bacia los hechos que encienden Ia imaginaci6n.

    EJ Saito del Soldado.-Forrnidable salto de un tajo en Ia mon-tana que da un chileno bacia Ia gloria y La leyenda.

    Entierros de chi/enos y espafloles.-Riquezas y bienes que po-seen qucdan entcrrados desde cuaodo se gesta Ia Repllblica, en Ia zona cordillerana, y noche a noche muestran sus luces.

    Los contrabandirtas.-Ocu!tan Ia mercader(a que traen, y d di-nero cuando se les persigue, y ahf andan los buscadores.

    El DestalonaJo.-Se presenta en medio de un remolino de viento. El Sapo Fuerzo.-Sapo que debe su nombre a! poder de su mi-

    rada maligna. Las Brujas del Valle H ermoso.-Respetadas como -sabias en el

    am de la brujeria. El Dillblo m Ills minlli.-Ccrca de Cabildo, trabaja como un

    76

  • aaiDero mas. Y eo cl Cerro Zapata, CD Curim6o, tapa COD UDa in-JDC,Dsa piedra Ia boca de UDa miDa.

    TOPONIMIA

    Aconcagua.-Voz mapuche: Lugar dondc se pone d sol. Otros derivan m.a voz de la piedra Cancagua. A Ia vez. Ia tnducen co-mo: Llegar remando o como Sitio donde hay mucbo matt.

    Alicahue.-Voz mapucbe: Lugar muy caluroso. Cabildo.-Ayuntamien.to. Cop/11.-Voz mapuche: Se vc agua; o bien abrojo. Esta lagu

    no esta situada ce.rca del baJneario de Jahuel, charcos, pozas, por lo que tambi~.n se Ia conoce como Laguna de Jahuel.

    Curim6n.-Voz ma:puche. Ser negro. Ligua (La).-Voz mapuche: Adivinar, adivino. Oroltmro.-Voz mapuche: Cabeza de gavilan, tambi~n Otolon

  • BIBUOGRAFIA

    Figueroa Gonzalez, Julio. Historia de San Felipe. San Felipe, 1902.

    Gahona Acevedo, Flora Lucia. Folklore de Ia Provincia de Aconcagua. Memoria de Prueba para Optar al Titulo de Profesor de Estado en Ja Espccialidad de Castellano. Profesor Asesor: Ores te Plath. Jnstituto Pedag6gico Tecnico. Uoiversidad Tecnica del Es-tado. Santiago, 1965.

    Perez Browne, Jorge. En CordiUera. Los Andes, 1946. Ruiz Saldfvar, Carlos, Estampas Sanfelipeiias del Pasado. San

    Felipe, 1957.

    78

  • PROVINCIA DE VALPARAIS O

    MITOS Y LEYENDAS

    El "O'rlflama", Nave de los Agomzantes La Piedra Fe/i:: El "Encanto" de Ia Campana La Roca del Buey Batalla rotre las OlaJ La Casa M isurios.s r 1 l'tvenltlra de Robinson Crusoe Fl Emie"o de Lord Aoton

    79

  • EL "ORIFLAMA", NAVE DE LOS AGONIZANTES (1)

    A pnnc1p1os de 1770 sali6 de Cadiz con 300 tripulantes y pa ~jeros el velero OrifJama ( I). Peneneda a la firma naviera Usta-riz. L3 nave venia hacia America al mando del capitan Jose Anto-nio Alzaga y del piloto Manuel de Buenechca. Desde que entr6 al Padfico hincharon las velas de [a nave vientos que presagi.aban te-rrible tragedia. Una epidemia misteriosa y el hambre diezmaron Ia tripulaci6n y pasajeros.

    AI atardecer del 23 de junio de li70, cl Oriflama fue avistado en las cercanias de Valparaiso por cl vc:1ero Gallardo. Com:mdal.n este Ultimo barco cl capitan Ju::m Esteban Ezpclcta. Esta nave tam-bien era de matr(cula de C:idiz.

    ( 1) El Or;fl.ns es un buro fanwlllll qut recorce los pueCU)a del U-tOral ch.ileoo, coo los oombte:S de N"" ti~ los AtOrH%tmWI, Ntlft u los Murtos, EJ Ce.en~Mio PlotiMlt~.

    Se ~uepo .-ersiones que correo eo las CO$C:U de VaJpara.(ao Ma.u!e 7 Arauco.

    81 6.-Geosrafia del mito .

  • El capicln Ezpeleta era amlgo fotimo del capitan Alzaga, AI divisar al Oriflama, ordeo6 disparar un canonazo de saludo. Sin em-bargo, el Oriflama no dio seiiales de vida y sigui6 silenciosameme "so marcha. Esto provoco naturnl extrafieza en Ia rripulaci6n del Gallardo. Su capit~n orden6 entonces darle alcance. Vino la noche y con ella una calma que impidi6 altanzar al barco silencioso.

    El dfa 24 y a una distancia de dos leguas, el Gallardo arri6 un bote. Este se acerc6 al Oriflama, donde reinaba un silencio impre-sionante. Cuando los hombre~ del Goflardo abordaron el extraiio na-vlo presenciaron un cuadro ,macabro. De los 300 tripulantes y pa-sajcros, s6!o quedaban con vida 106. Todos moribundos. S61o 30 pod(an sostenerse en pie. Pero debilitados en grado sumo, cran in-capaces de anicular Ia menor palabra ni de hacer Ia m~s !eve ma-niobra. Esta era la raz6n del silencio y de que Ia nave llevara ~6lo una de las velas izadas y ninguna luz indicadora. El dfa :mtes un marinero del Onflama habfa tratado de subirse a un palo para en-cender una luz. La debilidad lo hab{a arrojado al mar, al no po-ckr sujctarse.

    Regreso e1 bote del Gallitrdo para uplicar su asombroso descu-brim~to y buscar auxilio. El capitan Ezpeleta orden6 bajar cuatro botes con 40 hombres para ayudar a las vfctimas del Oriflama.

    Pero en los instantes en que se cumpUa esta orden, se dcsen-caden6 una tormenla viokndsima que separ6 a ambas naves. So-brevino Ia tarde y se puso el sol. Ueg6 Ia noche. Y mientras deses-peraba d Gallardo poe Ia imposibilidad de socorrcr a Ia tripulaci6o del Oriflamll, sucedi6 lo increfble e impresionante: vkron que iza. ba con gran rapidez sus vclas. Enccnda todas sus luces, las de los mistiks, incluao l3 del tope del palo mayor. Y se alejaba vdoz-rnmte.

    Version de fose l!milio Mor'l.

    82

  • LA PIEDRA FELTZ

    La Piedra Feliz ~ra un pcn6n cncla\'ado en La~ TorpeJ~ras, h:1lncario de Valparaiso. Por muchos Jnos los aburridos Jc Ia 'ula, los dcscontento.s, los cnamorados des

  • b) Los indios que habitaban en Olmoc llama ban a crtc cerro el Penasco del Brujo.

    El cerro no era cortado en su parte superior, como se ve ac-tualmente. Terminaba en un cono de oro y pedrerlas. Los indlgenas de Gulmuc eran padficos y contemplaban con admi:raci6n su cerro encantado.

    Un pnls ex:tranjcro moviliz6 a sus buestes guerreras pa(a apo-derane de esas riquezas.

    Pero los mad1is, que bal>l.a en gran c~ntidad, se imp~sieron de dicho plan. Luego de una rt'.unicta, en Ia cual. funcionaba una escuela con un mag-nifico cuerpo de profesorcs y alumnos, jovcnes .de famili.3s de Fran-cia y B~lgica.

    Esto ob!ig6 a ponerle una boy:t que paso a conocerse; co~o ~ Boya del Buey, por su qu.ejido c:u:acteristico cuando habfa oleaje, et cual servia a los barcos anunciando la proximidad del peligro.

  • Los porteoos lo sienten como un bramido de bucy, que en me-dio cJc Ia espesa neblina y Jd temporal, csta junto a los naufro~go' en d furor de Ia tormenta y el frio tk Ia noche.

    Version Je Orute Platll.

    BAT ALLA ENTRE LAS OLAS

    Entre las costas de Conc6n y Quintero, los pescadores ven una batalla re:f!ejada cuando revientan )as ol:ts.

    Agregan que es un combate de Ia cevoluci6n de 1891. Eo las mismas costa.s, los pescadores aseguran haber visto emer-

    ger del mar una ciudad como por encantamiento.

    Veni6n de Orute Piatll.

    LA CASA MISTERIOSA

    En Valparafso, Playa Ancha, habfa una c:asa muy bien tenida a cuyos moradorc$ nadic conocfa. Los vecinos por mas que sc em-pciiaban por verlos no los Yetan. Nadie entraba ni sa'la. Las flores tid j:udn, todns de cuidado, se mostraban hellas como atcndidas por c:l mejor jardincro. Los arboles se destacaban hermosos. En ge-neral sc apreci:tba una limpieza como si sc e~tmicra esperando a alguna visita.

    Aumentaba m:ls el mi.sterio el que !a casa quedara en d camino al cementerio.

    Un dfa vino el progreso e hizo que Ia casa misteriosa fuera demolida para levantar un edificio moderno y nadie "io a sus resi-dentes.

    Version de Oresle Plath.

    85

  • LA A VENTURA DE ROHINSON CRUSOE

    En octubre de 1694, dos barcos de guerra inglcses, al nundo del capitan Wil!iam Dampier. el Saint George y e.l Cinque Ports, navegau:m en consena por las aguas del Padfico cbileno, rumbo al norte, con objcto de atrapar a los bien provistos galeones espa-fiolcs que hadan Ia ruta Peru-Filipinas.

    A bordo del Cinque Ports, cuyo jde era el famoso pirau John Stradli ng, ih:~ como contranuestrc Alejandro Selkirk, n:tcido en Es-cocia (condado de Fife), en 1676.

    Selkirk era hijo de un humilde curtidor y Z3patero. Desde ~u mas tierna in(ancia dio muestra de un car:kter brutal y pendenciero.

    Una anciana de Ia localidad, que los habitames consideraoon como bruja, le habla predicho que haria fortuna en d mar.

    Sc habla iniciado en su carrera naval a los doce anos de edad como grumete. No es de extraiiar, que a l:l edad de 18 anos, des-empdias:: el delicado puesto de cona amaestre y que hubiese dado cuatro vec~s Ia vuelta al mundo.

    Un violento temporal separ6 a las dos naves rente a ValparaJ-so. E1 Saint George onde6 en Coquimbo. El Cinque Ports rttal6 con grandes avedas y a duras penas en Ia isla Mas a Tierra, donde se procedio a repararlo.

    Durante su permanencia en Ia maravillosa is!a, los tripulaates oJcontraron una compensaci6n flsica y espirituaJ -a las fatigosas exi-gencias que Ia vida de a bordo imponla.

    Fue asl, como en dos ocasiones el capicln Stradling tuvo que envia.r patrullas armadas a traer marincros que, con intenciones de qucdarse en Ia isla, se inte~naron, llevando consigo armas y p6lvora. Para evitar deserciones, orden6 acelerar las faenas de reparacion del barco y aplic6 severlsim:u sanciones a todos Jos que habi:tn tratado de dt>serur.

    86

  • Apenas d Cinquf' Ports estuvo listo se hizo a Ia mar, pero con un hombre de menos: d contramaestre Alejandro Selkirk burl6 Ia vigilancia y sin mas am1as que un cuchillo, un fusil, un cuerno con p61vora y diez cargas de plomo, vio alejarse el barco desdc Ia costa, que habfa ganado eo un pequeiio chinchorro de dotaci6o.

    El primer y unico colono de Ia isla Mas a Tierra inici6 una vida conternplativa, que s61o abandonaba para cazar y pescar. To-dos los dlas Ida Ia Biblia en voz alta para no olvidarse de hablar, marcaba en un arbol peqoefios cortes que indicaban los dias y !le-nba detalladamente un diario.

    Su alojamiento lo cstableci6 primitivarnente en una de las ca-vernas naturales que todav{a existen en Ia isla, en Ia parte de Ia bah{a Cumberland. Despues se traslada a 550 metros de altura, donde arm6 su cabana con excdente divisadero.

    Cuando se le terminaron las balas y Ia p61vora, utiliz6 su cu chillo para serrar cl can6n del fusil y convert.ir los pedazos en pun-tas de arpones y anzuelos. Se ejercit6 en perseguir a Ia carrera a las cabras hasta sujetarlas por un cuerno y matarlas a cuchillo. Coci-naba con sal de mar cristalizada en los huecos de las rocas. Se daha luz ULilizando el aceite de los lobos marinos, que mataba a garro-tazos. lnvept6 tamhien un paraguas de pid armndo con varillas de ran1as; y para pescar_ desde Ia playa us6 una na'a hecha de tripas de cabrito.

    Su vestimenta se redujo a dos pielcs de cabros, cocidas con cue-ro de la misma.

    Dos tempestades le fueron de gran utilidad, pues recogi6 en La playa una cantidad de elementos provenientes de alg\ln naufragio y, posteriormente, el cuerpo seminanimado de un inJio, a quien cuid6 con esmero hasta devolverle Ia vida. Lo Uam6 Viernes, en conmemoraci6n del dla y fue su obligado alumno de inglcs. Vicr-nes retribuy6 a su amo, enseiiandolc d uso cle muchas plantas me-dicinales y fue su activo coopemdor en .Ia peSC4l y caza.

    87

  • Cuatro :Wos duraba el vo!untario aislamiento de Selkirk, cuan-do cay6 gravememe enfermo.

    El temor de morir lejos de los suyos le bizo semir una prv-{unda aiioranza por el mundo civilizado y fue asi como desde ese momento una gran bumareda y una fogata se destacaron de dla y de noche respectivamente, en su devado alojamiento.

    El capit~n ingles Wood Rogers, que pasaba a Ia cuadta de 1a isla en su barco Duke, Ja noche del 30 Je enero de 1709, vio Ia se-fial. AI amanecer daba fondo en Ia bahfa, donde lo esperaba en su tosca piragua uo extr:Wo personaje que se expresaba en ingl6 con voz gurural, cubierto de una marafia de cabellos que caian basta cerca de las caderas, mal cubiertas con un trozo de cuero de cabra. Entre los tripulantes del Duke iba tamhi~n William Dampier, quien por azares de su profesi6n de filibustero, ya no era capitan, smo que simpk piloto.

    Antes de zarpar, Selkirk. volvi6 a tierra para tr3tat de con-veneer a Viernes que lo acompafiase, pero el indio, que valorizaba su verdadera libertad, rehus6 terminantemente. Despues de una emo-cionante despedida, Selkirk prometi6 regresar a Ia isla para seguir con Viernes Ia vida selvatica y se embarc6.

    El capitan Rogers present6 sobre Selkirk un extenso informe al Almirantazgo, acompanandolo del diario que aqucH habfa lleva-do en su voluntario destierro, lo que aprovech6 el escritor Daniel Defoe para escribir el libro Robinson Crusoe.

    Selkirk, en tanto, despots de Ul\ brove descanso en Londres, volvi6 a embarcarse, atrafdo por el mar. Tom6 parte en varias ope-raciones de corso, Jo que le permite reunir una pequeiia fortuna e instal3rse en Londres en 1711.

    Los hombres se apartan de ~1. rechazados por su caracter som-bdo y su aspecto exuaiio que inspiran temor.

    Deseoso de formar un hogar, solicita Ia mano de u02 joven,

    88

  • Sofia Bruce, cuyos padres le opncn una negativa categ6rica y eo tonces no vacila en raptarla.

    En 1717, vuelve otra vez a Ia mar, despues de haber redactado un testamento .a favor de Sofia.

    Recorre los oceanos de un lado a Ol!O durante tres aiios y en 1720 regresa a Londres.

    Aqui cae {ulminado, vlctima de los encantos de una seJucto-ra viuda, Frances Candis. Anula el testamento a favor de Sofia y hace extender otro por el que Jcga todo lo que posee a Frances.

    La inactividad le pesa. Se aburre. Siente Ia nostalgia de los amplios espacios llquidos y a pesar de las suplicas de Frances, sc decide a embarcarse otra vez.

    Pero ahora no se emb~rca en ua navfo cualquiera de corso o de tdfico. Tendd. el honor de servir como contramaestre en un bar-co de su Graciosa Majestad Britanica, el W eymor1th .

    Y muere :1 bordo de esta unidad en el mes de noviembre del afio 1720.

    EL ENTIERRO DE LORD ANSON

    En 1740 estuvo en Juan Fernandez Lord George Anson, coo cuatro barcos, todos ellos en mal estado, que casi se huodfan por el largo tiempo que hablan estado en el mar y por el peso de lo:> fabulosos tesoros arrebatados a los espafioles.

    Lord Anson, de los cuatro barcos hizo dos, dej6 algunos "a-nones en tierra y otros los bot6 al mar. Estos caiiones todavfa se vco en Ia isla.

    Casi dentro de Ia bah(a atac6 Lord Anson al mercante espa-fiol Nuestra Senora del Monte Carmelo, y como rccuerdo de I~ fe-

    89

  • chorfa dej6 pane de este tesoro enterrado en un morrito, en el que estuvo el fuerte o Ia casa de los piratas. El botln eran veinlitres zu-rrones con ochenta mil d61ares en pesos fuertes.

    Dlas despues, captur6 un g:~le6n rep!cto de moneda acufiada y plata virgen.

    El entierro del morrito no le interesab3 ante tan suculento ho-tfn. Hoy cl espectro de un piratn monta ~uardia en el sitjo para abuyentar a los codid osos.

    t Y el valor del tesoro de Lord Anson? Se puede imaginar, pues al llegar a lng!

  • de luces de variados colores, luces que suben basta Ia copa, para luego convenirse c:n una llamarada.

    Pi~Jra d~ Ia lgluia.-En Maitencillo hay un UJnc:l 1)Crforado en Ia roca y que las olas azotan por los dos c:xtrc:mos. c:ncontrandose al cen-trO con ronco c:strepito. Tan s6lo en las hor:1s de Ia b:~jamar se puc-de atravc:sar este ttlnd, objeto de mucbas lc:yc:ndas.

    Esc~nario d~ lo imo/ito.-Son las isbs de R6binson Crusoe que se convie:rten en centro de abastecimic:nto de piratas; de c:ncuentro con perros mudos que se olvidan de: ladrar, lebrcles de mar tc:mi-dos por su braveza que se alimentan de lobc:znos marinos; de: gato