Post on 14-Jan-2015
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Se trata de un logotipo que quiere expresar una gran
variedad de razones por las que debemos
esmerarnos en cuidar nuestro planeta
tierra, como la casa de todos, a no ser que nos quedemos sin ella.
En primer lugar si nos fijamos en los
colores escogidos por el artista que lo ha
confeccionado, expresan una
pluriforme variedad de situaciones que
puedan darse hoy en nuestro plantea:
Lo mismo podríamos decir de los mares
simbolizados por el color azulazul, que según
la visión del autor están aún limpios de
contaminación.
El color verdeverde de las sabanas del
hemisferio sur nos sugieren un mundo donde todavía no ha
llegado en gran medida el progreso, y la naturaleza luce en todo su esplendor.
Aquí es posible encontrar aún animales que
disfrutan de libertad en su propio medio
porque el hombre aún no lo ha degradado en
su afán de explotación.
En la parte superior del logotipo un color ocreocre, que situaríamos en el hemisferio norte, casi podríamos decir vacío de “alma”, nos
sugiere un mundo inhóspito para el
mismo ser humano.
Si comparamos la extensión de cada
parte enseguida nos damos cuenta que el
hemisferio norte ocupa una extensión menor que el resto.
Pero esto es una simple apreciación
cuantitativa pero no cualitativa, pues ese hemisferio es el que
está condicionando el bienestar del ser
humano y del resto de los seres de
nuestro planeta: animales y plantas.
¿La causa? El progreso del norte
representado gráficamente por las cinco chimeneas de la industria de los países ricos que día y noche producen una gran
cantidad de desechos contaminantes para
nuestros mares y nuestros campos y por
supuesto nuestra atmósfera.
Todo esto se traduce en dinero que apenas
llega al sur, precisamente quien
proporciona sus materias primas
baratas para un norte insaciable de progreso y bienestar. Ese norte
que desequilibra el planeta.
El aireaire, que no vemos, pero percibimos, no sólo contribuye a
sostener la vida, sino que, en una maravillosa
interacción con los animales y las plantas,
genera vida.
El suelosuelo es soporte de vida. Su descomposición
a causa de la contaminación y la erosión origina el
deterioro de millones de microorganismos o
bacterias que deberían contribuir a la
formación del suelo.
El agua cubre las tres cuartas partes de la
superficie terrestre. La mayor cantidad de agua
se encuentra en los océanos representados por esa masa azul del logotipo en un 97%;
otra parte el 2,25%, está congelada en los
glaciares y en las capas de hielo polares; el
0,75% se encuentra en los lagos, ríos, arroyos y
en las aguas subterráneas.
Sólo un 0,0001% se halla en forma de
vapor en la atmósfera. Atmósfera en la que
desembocan esas chimeneas
amenazadoras para nuestra vida y la salud de nuestro planeta, la
casa de todos. La función que el agua desempeña para el
desarrollo de la vida es fundamental.
El logotipo, en definitiva trata de
interpelarnos y denunciar el peligro en que estamos poniendo nuestra propia casa, ese regalo de Dios al
hombre en los albores de su acto creador y
que quiere invitarnos a colaborar en su acción providente de cuidado y conservación de la
misma.
Es una invitación a la reflexión para
terminar con las agresiones que el
hombre inflige hoy a cada uno de estos
elementos: el aireaire, el suelosuelo y el aguaagua.
A pesar de todo el logotipo nos abre a la esperanza: Un círculo de ocho seres humanos vestidos de los colores de distintos pueblos de
la tierra enlazan sus manos y abrazan la
tierra en que vivimos para aunar esfuerzos
en su cuidado amoroso.
Estamos ante una llamada a la
responsabilidad para que las agresiones del
hombre contra la naturaleza no se vuelvan contra sí
mismo. Pues el ser humano provoca la
rebelión de la naturaleza, más tiranizada que
gobernada por él.
Rebelión que simbolizada por ese
volcánvolcán en plena erupción destructiva,
nos evoca otras calamidades naturales
directa o indirectamente
provocadas por el hombre: inundaciones, sequías, destrucción de la capa de ozono, etc.