Post on 14-Dec-2014
INTRODUCCIÓN
La intención de este trabajo es realizar en la medida de lo posible una analogía
con el “Mito de la caverna” de Platón y las personas que se encuentran privadas
de su libertad o en contexto de encierro en las cárceles de nuestro país.
Se nos ocurrió proponerlo de esta manera por que en el mito, las personas que se
hallan en ella se encuentran encadenadas y también privadas de su libertad al
igual de quienes cometen o supuestamente cometen delitos, cuya consecuencia
es el encierro.
Si bien en la primera Platón realiza una alegoría y en el caso de las cárceles es
una realidad de nuestra sociedad, pero no es una condición natural del ser
humano hallarse privado de su libertad. Para tratar de desarrollar este trabajo
recurriremos a diferentes conceptos considerando el proceso educativo, como un
proceso de transformación, de tránsito, de un estado imperfecto y provisional a
otro que se considera más valioso y mejor y a la educación cuya intencionalidad
es el perfeccionamiento o plenificación de las potencialidades específicamente
humanas1. Es en estas conceptualizaciones es que radica la importancia de que
no queden ajenos a este tránsito hacia la perfección, hacia la plenitud las
personas que se encuentran privadas de la libertad; la libertad no es algo que
tenemos sino algo que somos2.
La Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948) y múltiples pactos y
tratados internacionales han reconocido la educación como un Derecho Universal
orientado al desarrollo integral de la persona como condición de posibilidad para
ejercer otros derechos y poder convivir con los demás. Los Derechos Humanos
son fundamentales para el desarrollo personal y social de todo ser humano.
1-La Filosofía de la Educación. 2da Ed.Edit. Anábisis –año 2011-Capítulo II-pág.57
2- La Filosofía de la Educación. 2da Ed.Edit. Anábisis –año 2011-Capítulo II-pág. 75
No está ajena a ello el ejercicio del derecho a la educación incluso en las cárceles
apuntando al desarrollo integral de la persona, a mejorar su calidad de vida dentro
y fuera de la cárcel, en resumen, en la posibilidad de construir un proyecto de vida,
de conocer su cultura y participar en ella, conocer y defender sus derechos, dado
que mal puede defender aquello que se desconoce o no se sabe que le
pertenecen.
La dignidad humana no es un derecho sino; más bien, el fundamento de todos los
derechos. No distingue edad, etnia, color, religión, estrato social, si es soltero o no,
etc. Ser persona es un don, una gratuidad que recibimos con la existencia pero
que conlleva la libertad y la responsabilidad para la plenificación o para la
frustración: podemos conservar, consolidar, conquistar nuestra personalidad o
bien perdernos, malograrnos, deshumanizarnos. La persona, entonces, es y se
realiza3.
La educación es la que debe articular la urdimbre de valores en torno a la dignidad
personal y, por ello, el centro de los procesos educativos no puede ser otro que la
persona humana en su multidimensionalidad4. Todo lo expuesto desde una
perspectiva humanista.
A los fines de este trabajo hemos definido algunos conceptos, nos parece
adecuado agregar donde se lleva a cabo el encierro, es decir, en el espacio donde
desarrollará su vida por un tiempo determinado. Nos estamos refiriendo en
primera instancia a qué entendemos como institución, entendiendo por ella, a las
formas sociales establecidas que refieren a lo instituido, lo reglado como los
procesos por los cuales las sociedades y los sujetos que habitan en ellas se
organizan para generar procesos de cambio, de transformación de lo instituido a lo
instituyente (Bertoni y otros). En nuestra sociedad coexisten muchas instituciones;
y muchos sistemas que incluyen instituciones, como el sistema educativo incluye a
la escuela; a continuación, trataremos de definir el sistema penitenciario y a la
institución penitenciaria.
3- La Filosofía de la Educación. 2da Ed.Edit. Anábisis –año 2011-Capítulo II-pág. 77
4- La Filosofía de la Educación. 2da Ed.Edit. Anábisis –año 2011-Capítulo II-pág. 78
Podemos definir el sistema penitenciario como la organización creada por el
Estado para la ejecución de las sanciones penas (penas o medidas de seguridad).
“En la argentina existen aproximadamente más de 50.000 internos alojados en
166 unidades penitenciarias provinciales y 30 dependientes del Servicio
Penitenciario Federal”(MECyT 2004). En la actualidad seguramente esta
estadística ha sido superada y hecho de que los penales estén saturados de
internos es consecuencia de un sistema que se retroalimenta de manera continua.
La función de los penales es la de ser contenedores sociales y no funcionan como
generadores de sujetos que puedan transformar el medio que los llevó a perder la
libertad. Hoy la mayoría de los que ingresan simplemente cumplen su condena y
vuelven a insertarse en el mismo medio del que salieron, sin ninguna herramienta
nueva que los lleve a modificar su situación, de tal manera que es previsible
esperar que se repitan las situaciones que los llevaron a perder su libertad.
El sistema penitenciario debiera, no solo ocuparse de ejecutar sanciones a
quienes han delinquido sino también ofrecerles herramientas para poder
transformar su realidad. Una de ellas es sin lugar a dudas la Educación.
Características de la institución educativa que funciona en las cárceles
La escuela dentro de la institución penitenciaria se presenta a la persona privada
de la libertad como un espacio ideal y propio donde es posible pensar una
sociedad más justa, mas construida, más de todos y cada uno, más humana.
Ahora bien, la realidad es que las escuelas tienen similares características dentro
de la cárcel y fuera de ella: son organizaciones institucionalizadas, donde las
relaciones de poder son el vínculo de preferencia. A esto se suma que estas
escuelas tienen las características de ser una institución escuela dentro de un
sistema penitenciario, lo que muchas veces hace que se enfrenten cada uno en
sus fines; la primera tratando de fortalecer vínculos y a partir de allí ejercer el rol
del educador con ética y responsabilidad y por otro lado se encuentra el sistema
penal como institución legitimada para la sanción, la pena lo correctivo.
Alumnos en contextos de encierro
La mayoría de los alumnos que asisten a las escuelas presentan similares factores
individuales y biográficos en las que se concluye que el interno es una persona5
con un gran conjunto de necesidades y carencias: son personas impulsivas, con
antecedentes de fracaso escolar, baja autoestimas, carencias afectivas,
importantes niveles de agresividad. Según el documento “Problemas significativos
que afectan la educación en establecimientos penitenciarios” (MECyT, 2004), en
nuestro país los sujetos de la educación en estos establecimientos tienen las
siguientes características:
• SOCIOCULTURALES: la edad de la mayor parte de los internos oscila entre los
18 y 34 años, lo que los ubica como jóvenes adultos, con diversidad cultural,
familias desarticuladas, escasa experiencia escolar, sin oportunidades de
participación en redes de contención social y sin formación ni trayectoria laboral,
por provenir de sectores sociales altamente desfavorecidos, caracterizados por la
pobreza, el desempleo, la violencia, las adicciones y la inasistencia sanitaria.
• PSICOSOCIALES: la situación de encierro, sumada a las características
socioculturales de los internos, produce dos tipos de conducta predominantes: las
vinculadas a reacciones depresivas, que se expresan a través de una baja
autoestima, desvalorización y vergüenza, lo que en ocasiones lleva al aislamiento
y las vinculadas a las reacciones impulsivo-agresivas, que se expresan a través de
cambios de humor, susceptibilidad, etc.
• SANITARIAS: la superpoblación y el hacinamiento propio de las cárceles facilitan
la difusión de enfermedades infectocontagiosas, los hechos de violencia, las
conductas adictivas y la proliferación de enfermedades de transmisión sexual,
constituyéndose en una amenaza constante para la calidad de vida de los
detenidos.
• EDUCATIVAS: sus biografías pedagógicas están signadas por múltiples
fracasos, largos períodos fuera de la escuela y abandono. Es una población
escolar heterogénea desde el punto de vista cognitivo y cultural que se refleja en
una diversidad de estilos y ritmos para el aprendizaje.
5-G.S Blazich. Revista iberoamericana de educación N° 44
Los motivos para asistir a la escuela son diversos; a veces están ligados a la
utilidad del conocimiento, la capacitación laboral o el aprendizaje de un oficio.
También se observan actitudes antagónicas, desinterés y desgano.
Práctica docente en contextos de encierro
La práctica docente, como un tipo particular de práctica social, no es el resultado
de la simple interacción de los que enseñan y los que aprenden, sino que es una
relación mediada por significados y circunstancias específicas, que guían las
conductas de las personas y les otorgan sentido. Estas prácticas, entendidas
como las actividades que el docente desarrolla cotidianamente en determinadas
condiciones sociales, históricas e institucionales, tienen significación social y
personal y están atravesadas por un amplio espectro de cuestiones vinculadas
con la enseñanza, las situaciones institucionales, las relaciones sociales, las
formas de trabajo, los intercambios comunicativos, etc.
El docente que se desempeña en estos establecimientos, debe ser flexible,
reflexivo, con capacidad de mediación, sentido de solidaridad y alto niveles de
compromiso con su tarea. A su rol tradicional se suma el de contención emocional,
que a veces produce desgaste y frustración, por la exposición permanente a
situaciones adversas y a los problemas pedagógicos que deben que afrontar,
entre los que se encuentran la adecuada adaptación de los contenidos y la
aplicación de estrategias metodológicas pertinentes.
A continuación no quisimos dejar afuera de este trabajo y tampoco que Ud se
perdiera de leer esta charla que tuvimos personalmente con un joven que estuvo
por nuestras cárceles de Córdoba. Le contamos que tuvimos la oportunidad de
conversar con Claudio un joven que pasó cuatro años de su vida preso por robo,
según nos dice. Nos cuenta que proviene de un hogar no muy pobre, bien formado
por padre y madre y cinco hermanas mujeres siendo él, el sexto hijo menor y único
varón.
Terminó la escuela primaria séptimo grado, en una escuela pública cerca de su
casa de la infancia, la cual es la misma que la que habita en la actualidad, se las
dejó su abuelo paterno de herencia a su papá. El secundario rodó por algunas
escuelas y no concluyó, realizando sin terminar sólo hasta segundo año.
Como se predispuso de manera muy cordial y amena a realizar una charla más
bien informal; nos atrevimos a realizarle algunas preguntas, como una pequeña
entrevista la cual nos permitió grabar-las cuales son las siguientes:
¿Por qué cárceles estuviste, o sólo estuviste en una todo ese tiempo?
Al principio estuve detenido en la cárcel de Encausados, es horrible, vieja, una
ratonera y me quedo corto. Estábamos todos juntos, violines (violadores), choritos,
choros, asesinos. Nos turnábamos para dormir, para cuidarnos de nosotros y
entre nosotros. Éramos cuatro en una pieza de dos por dos, lleno de ratas y
cucarachas, la cocina y la comida era un asco. Pasaban con una olla gigante y un
cucharon y ponías el plato cerca de la reja y te ponían la comida. No había un
lugar para comer todos, un salón o comedor o algo así. Yo comía a veces y si no,
nos hacíamos en la celda con una garrafita en el mejor de los casos o con el
ladrillo con la resistencia. A las visitas las trataban remal y se abusaban los
“cobanis” y nos sacaban la mitad de las cosas. Bueno de ahí, cuando cuando me
dieron sentencia firme me pasaron a Bower. Allí estaba mortal porque era nueva,
éramos dos en cada celda, eran más grandes, separadas por pabellones depende
el motivo por el que estaba, comedor y salón para la visita.
Después a Cruz del Eje, yo iba en el primer colectivo cuando nos trasladaron para
inaugurarla, es similar como la de Bower, allí ya trabajaba igual que en Bower por
buena conducta. En Cruz del Eje trabajaba en el casino de oficiales, es decir, le
hacía la comida y atendía a los oficiales y guardia cárceles, obvio no comían lo
mismo que los presos, ahí estaba de diez. Y por último en Monte Cristo que es
una colonia abierta, también trabajaba en la cocina, ordeñábamos vacas,
carneábamos, hacíamos chacinados. No era tan linda porque era vieja, pero no
tenía rejas. Eso, lo del ruido de las rejas es lo que después cuando salís te queda,
ese ruido –se toma la cabeza cuando lo dice- el de las rejas y también caminar en
cruz dentro de un espacio como si no pudieras salir a otro. Mi hermana ,cuando
salí y ya estaba en mi casa, me preguntaba cuando salía a hablar por teléfono al
patio de mi casa y caminaba así y a veces sólo caminaba con las manos atrás y
le decía que así teníamos que caminar cuando estaba adentro de la cárcel.
¿Podías estudiar si querías? ¿Había escuela?
En la de Encausados no, no había. Si había talleres de marcos, maderas, telar,
palitos de helados, pero escuela no.
En Bower si, pero después de los seis meses porque tenes que tener buena
conducta y recién te califican a los seis meses y comenzas con 4 puntos y para
poder estudiar tenes que tener 6 puntos. Pero ahí en eso manda la psicóloga,
quien dice sí es sí, o dice no es la psicóloga. Igual que para trabajar, ella es la que
tiene la última palabra. Sí había una escuela dentro del servicio, pero sólo
primaria, cuando yo estaba no había secundario, por eso yo no seguí el cole allí.
Pero sí hice un curso de peluquería para hombres únicamente.
Me olvidaba, cuando vos trabajas te pagan, una miseria pero para los gastos
mínimos por ahí te salvaban, eran $150 pesos más o menos por mes y trabajas a
veces 10 horas o más por día.
¿Cómo te trataban? Y… algunos bien otros como animales, de los “cobanis” me
hablan no? Sí… y de otros presos. Y… te tenes que cuidar. En cada pabellón
hay “plumas” son los que mandan en cada pabellón, por lo grande que hicieron o
por que se las aguantan y se hacen ganar respeto. Ellos son los que si mandas
una macana te hacen “pedir puerta” o te matan a golpes porque adentro del
pabellón no hay guardias, y te tenes que ir a otro pabellón sin nada de lo tuyo, no
te dejan sacar nada, los guardias no hacen nada porque es como el lenguaje de
los presos. Miren en realidad si te portas bien o sea haces lo que te dicen como
son las cosas no tenes problemas con los guardias, haces la tuya y tratas de
pasarla lo mejor posible se te pasan los días más rápido. Si querías hablar con el
Director de la cárcel pedías una “audiencia” y siempre me la concedieron. Lo que
le voy a decir que ahí nadie te dice nada, ni lo que te corresponde o no, cómo se
manejan las cosas, siempre en esos casos cuando sos “novato” siempre hay
alguno que te dice cómo se manejan o son las cosas y cómo tenes que hacer, no
son los “cobanis”.
¿Y ahora qué haces? ¿Se te complicó o complica buscar trabajo o tener un
trabajo?
Miren en realidad si, pero no por haber estado preso porque mis compañeros y
otros consiguieron trabajo… se te complica más por no tener el secundario
completo. De eso me arrepiento de no haber estudiado, porque soy y he sido
capaz, tenía muy buenas notas, enserio. Saben que allá para pasar el tiempo
todos leemos mucho, por ejemplo; la biblia, libros de abogacía, la constitución, el
diario que lo pagamos mensual entre todos, porque so nos servía para
defendernos, para poder oponernos o defendernos, poder pedir y exigir en
algunos casos, para tener de alguna manera contacto con la realidad cuando no
teníamos televisor. También es necesario estudiar para poder ayudar a nuestros
hijos en sus tareas de la escuela, yo por ahora puedo porque los dos están en la
primaria.
Hasta ahora no consigo trabajo, por el secundario y porque tengo prótesis en la
cadera y las cosas que consigo no las puedo hacer por eso mismo.
¿Qué otra cosa nos quieres contar que te parezca importante?
Bueno lo que se me ocurre ahora es decirles que cuando uno entra a cualquiera
de esos lugares te cuesta adaptarte te cuesta mucho adaptarte al encierro, a no
ser vos, a no poder hacer como en tu casa que después uno se da cuenta de la
seguridad que tenes en lo tuyo y después te acostumbras a las normas a las
reglas de la cárcel, a no tener a tu familia y esperar la visita, muchos no la tienen,
y de vuelta las rejas. Y cuando salís también te cuesta adaptarte, pasas tiempo
solo, te despertas a las seis de la mañana como allá, algunos quieren hacer todo
de golpe y muchas veces vuelven a caer. Mi familia sufrió por mí muy mucho, y le
prometí que nunca más iba a robar. Terminó de decir eso y le avisaron que lo
llamaban por teléfono. Nos saludó le agradecimos y se fue. Agregamos que nos
dijo además que salió en libertad en julio de 2007; es decir, es decir hace
bastante, pero cuando nos hablaba parecía ayer.
Quisimos transcribir esta charla porque nos pareció enriquecedora para el trabajo
que estamos realizando y habría mucho para analizar sobre su relato. A los fines
de este trabajo nos parece relevante dado que en ella menciona la importancia de
la educación en este contexto y en la vida, la importancia de la libertad y por lo
que ha pasado durante esos cuatro años sin entrar en detalles y mencionar el
tema de la droga, por ejemplo. Además como para tener una foto de cómo es el
interior de estos contextos que en la mayoría de las bibliografías consultadas
coinciden y plantean que la mayor dificultad se les presenta en relación a la
inserción de la escuela en los servicios penitenciarios dado que ambos son dos
sistemas completamente diferentes, con normativas, sistemas, reglas, legislación,
contenidos, espacios, tiempos, objetivos, diferentes entre sí y en el cual se debe
insertar la escuela el objetivo primordial o eje transversal de todo este contexto es
la “seguridad” por sobre todo.
Conclusión
Claudio en su relato menciona la dificultad de adaptarse cuando uno sale de ese
contexto el cual bien puede relacionarse con el mito de Platón de aquel que sale a
la luz del sol fuera de la caverna, que necesita acostumbrarse para ver las cosa de
arriba progresivamente con mayor nitidez, y también cuando promete no delinquir
más porque obviamente no quiere volver ni hacer sufrir a su familia en cuanto que
en el mito expresa “cuando se acordara de su anterior habitación y de la ciencia
de allí y de sus antiguos compañeros de la cárcel, ¿no crees que se consideraría
feliz por haber cambiado …..”
Este trabajo nos llevó a buscar material bibliográfico es distintos soportes; libros,
artículos periodísticos, online, etc. Y hemos de decir que el material no es mucho,
no es mucho lo que hay en relación a esta problemática, a la obligatoriedad de la
educación formal en contextos de encierro o las situaciones diarias por las que
atraviesan las personas privados de la libertad, quienes asisten a ellas a verlos y
quienes deben vigilarlos, protegerlos y velar por su seguridad e integridad.
En relación a esta problemática queda mucho por investigar y por hacer, no sólo
se necesita una ley o un marco legal en dónde figura el “Qué” se debe hacer y
faltando el “Cómo y Quiénes” llevarán a cabo este compromiso con la sociedad
Y sin faltar el estado quien debe garantizar que así sea desde todas las
perspectivas y actores implicados en llevar tan titánica tarea.
Quizás la educación pueda ser el medio adecuado para despertar al hombre del
sueño del consumo, recuperar el sentido perdido y restaurar las heridas del
individualismo violento y salvaje que ha globalizado el mundo.
La educación tal como la expone Platón en el mito de la caverna, es un proceso
paulatino y doloroso; que parte de la oscuridad de la ignorancia y nos lleva a la
claridad del sol, del conocimiento de la realidad.
El hombre es connatural a la diversidad y variedad cultural implicando que, el
proceso de socialización será siempre diferenciado en relación a estas
especificidades y, por el otro, impone un desafío ético que, en base a la asunción
de la complejidad y diferenciación del todo social, articule la diversidad variedad
En una totalidad coherente, dialogal y respetuosa que ha de proyectar en
instituciones educativas ya sea en un contexto libre y de encierro.
Bibliografía
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―La educación en contexos de Encierro: su marco histórico, político, legal, social
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Mónica González de Zuttion. La filosofía de la Educación.2ª Ed. Córdoba.
Anábasis 2010.
MINISTERIO DE EDUCACIÓN, CIENCIA Y TECNOLOGÍA DE LA NACIÓN,
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(2004): “Problemas significativos que afectan la educación en establecimientos
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MINISTERIO DE EDUCACION, Dirección Nacional de Gestión Curricular y
Formación Docente.< http://www.me.gov.ar/curriform/edpen_carta.html>
Educación en Contextos de Encierro-Carta de un Alumno.
En este texto quiero plasmar mi experiencia, de recibir educación desde un
contexto en encierro, adonde se dificulta mucho estudiar, a comparación de un
colegio normal, en el lugar que me toco estar, intervienen diferentes
condicionamientos para los maestros y para los alumnos. Los maestros llegan con
incertidumbre, no saben con lo que se van a encontrar, se preguntan cómo tienen
que enseñar, los métodos que deben usar o seguir, ellos se encuentran bajo las
normas pedagógicas educativas, y por otro lado las normas reglamentarias de un
establecimiento penitenciario que no es menos que un condicionamiento de libre
expresión: un ejemplo – el maestro debe llamarlo al alumno por su apellido- y
cuestiones similares.
También existe la problemática por parte de los alumnos hacia los maestros, en el
comportamiento o la falta de interés en el estudio, algunos salen porque se sienten
sofocados y encuentran un lugar de recreo en la escuela un lugar que por un
momento facilita el olvido de la rutina diario que se vive en ese lugar, pero a su
vez dificulta que se trasmita ese conocimiento al que sí se interesa en aprenderlo,
experiencia que yo viví. Me acuerdo que empezó a partir de los tres o cuatro años
que llevaba detenido y estaba cansado de estar encerrado, me la pasaba de la
celda de castigo al pabellón, ese era mi paseo, sin la oportunidad de realizar un
trabajo o recibir una capacitación, hasta que un día se me ocurrió mentir, para
poder estudiar. Me acuerdo que realicé una audiencia a la directora de la escuela
primaria, porque no existía todavía en los establecimientos penitenciarios la
secundaria, y le dije que quería realizar el sétimo grado y me dijo que ya lo había
hecho, pero le conteste que no me acordaba de las divisiones y las
multiplicaciones, y me empezaron a llevar a la escuela.
Después como es común en las cárceles, ocurrió un motín y me trasladaron a otra
cárcel, lejos de mi familia de todo, en donde tuve que comenzar de nuevo, tuve
que insistir en que quería estudiar. Pero se me hizo mucho más difícil, primero
tenía que pasar los regímenes penitenciarios- socialización, afianzamiento,
periodo de prueba... fases establecidas en la ley N° 24.660. En donde se avanza
cada seis meses, o se pueden repetir, en donde se los estudia o carátula de
acuerdo al concepto que ellos tienen de tu persona respaldado de un grupo de
profesionales, como un psicólogo, asistente social y un informe de seguridad.
Existen casos que el psicólogo realiza un informe favorable y en el mismo caso el
asistente social, pero si el informe de seguridad dice que tu conducta no es
recomendable, basado en ningún fundamento, no podes estudiar. Algo
contradictorio que dos profesionales sean irrelevantes en un régimen
penitenciario, porque un informe de seguridad puesto en un árbol jerárquico es la
cabeza de toda decisión, hasta de tu destino intelectual, entonces como lograr la
reinserción?
Pero yo luché ante todos estos obstáculos que se me interpusieron, porque sentía
la necesidad de aprender, de estudiar, de querer salir adelante y creía que me lo
merecía, sin saber que tenía derecho a recibir esa educación que demandaba. Un
día me llamaron para avisarme que iba a tener mi primera clase en la secundaria,
estaba tan contento pero no tenía con quien festejarlo porque estudiar en la cárcel,
es ser blando, es estar de otro bando, no querer lo mismo ni pensar como los
otros y comienza el aislamiento con tus compañeros; entonces intervienen una
serie de factores que se deben tener muy en cuenta porque son importantes para
el desarrollo del conocimiento y en el estado que se encuentra la persona que
quiere adquirirlo.
Me sentía como que lo que quería estaba mal, querer progresar, sin embargo
seguí adelante con mis convicciones. Comencé a concurrir a un taller literario algo
muy significante para alguien que hacía poco que había cometido un delito, sentía
que podía cambiar que podía alcanzar mis metas a cambio de esfuerzo y
dedicación.
No me conformé solo con eso empecé a ir a un taller de manualidades y dibujo,
luego me dieron la oportunidad de aprender computación.
Mi primer año terminaba y pensé que también las sorpresas, pero estaba
equivocado, todavía faltaba una, terminé siendo el alumno con mejor promedio
que me convertía en el abanderado de la secundaria.
A pesar de mis logros, mi concepto de seguridad penitenciaria era (regular cuatro )
menos que buena, fundamentada en lo que había sido hace cuatro años atrás,
situación que impedía mi traslado a un pabellón menos riguroso y acorde a las
actividades que realizaba.
Tenía que estudiar mientras mis compañeros dormían y ellos lo hacían de día,
cuando yo trabajaba y concurría al colegio, quiero decir, nunca. Entre ruidos de
música, televisión y conversaciones, aprendí a estudiar. Mi segundo año fue muy
similar solo con el agregado que sufrí otro traslado, según era problemático por
reclamar mis derechos y ellos cumplir con sus obligaciones.
Ya mis fuerzas estaban agotadas de tener que volver a comenzar, pero no me di
por vencido, seguí reclamando mi derecho a estudiar, logré volver al colegio y me
recibí de bachiller. Había terminado la secundaria, era un logro muy importante
para mí. Luego me inscribí en la carrera de - letras – en la facultad de filosofía.
Que quiero decir con todo esto? que todo puede cambiar, yo lo hice a base de
esfuerzo y convicción, a pesar del contexto que me encontraba.
Imagínense, si ustedes que tienen la posibilidad de aportar desde el lugar que se
encuentran, para que una persona pueda lograr tener los mínimos derechos como
es estudiar, las personas que cambiarían y saldrían adelante, llenándolos de
herramientas para poder desenvolverse en esta sociedad que hoy vivimos. Yo lo
conseguí con la ayuda de una persona que lucho y confió en mi y que lo viene
haciendo con un montón de personas que necesitan una palabra de esperanza,
como la que un día él me dijo: Vos podes negro.
Adivina quien me dijo estas palabras...si, vos hermano.