Motivos separacion

Post on 11-Jul-2015

431 views 0 download

Transcript of Motivos separacion

LUTERANISMO

Motivos de la separación

Martín Lutero

Escribió 95 tesis con las que desafió las enseñanzas de la Iglesia de Roma.

Y las clavó, el mismo, en las puertas de la Iglesia del Palacio de Wittenberg el 31

de octubre de 1517.

Fue una invitación abierta a debatirlas.

Las tesis condenaban la avaricia y el paganismo en la Iglesia como un abuso, y pedían una disputa teológica en lo que las indulgencias podían dar. Sin embargo, en sus tesis no cuestionaba directamente la

autoridad del Papa para conceder indulgencias.

El Papa León X ordenó en 1518 al profesor dominico de teología Silvestre Mazzolini investigar el tema.

Éste denunció que Lutero se oponía de manera implícita a la autoridad del Sumo Pontífice, al

mostrar desacuerdo con una de sus bulas, por lo que declaró a Lutero hereje y escribió una

refutación académica de sus tesis. En ella mantuvo la autoridad papal sobre la Iglesia y condenó cada "desviación" como una apostasía. Lutero replicó de

igual manera y se desarrolló una controversia.

Poco a poco la postura se fue haciendo cada vez más rígida en una serie de puntos

que reclamaban reforma.

En 1521 fue excomulgado.

Nunca quiso fundar una nueva Iglesia, sino reformar la Iglesia verdadera. Cuando sus intentos de reforma fueron desdeñados y fue excomulgado, llegó a la conclusión de que la Iglesia que había hecho esto no era la Iglesia auténtica,

la Iglesia de Cristo.

Lutero se veía a sí mismo más como un predicador evangélico de la misericordia de Dios que como un

reformador. De hecho buscó la reforma, pero era una reforma religiosa, teológica y pastoral, y no una

reforma de lo meramente exterior, que él consideraba irrelevante.

Las divisiones de la Iglesia ocasionadas por la Reforma se debe a un doble motivo: la negativa de la Iglesia oficial a escuchar a Lutero; la falta en Lutero de

voluntad de entablar un verdadero diálogo, ya que el diálogo rara vez es posible en un ambiente de polémica y menos para alguien tan apasionado como era el joven

Lutero.

Ángela Peñín