Post on 13-Aug-2015
Trabajando por la creación de una cultura de la evaluación
Germán Pilonieta2007
Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación.Facultad de Filosofía y Educación
Departamento de Formación PedagógicaMódulo
Autonomía, Aprendizaje, Cooperación
La educación ha jugado un papel reproductor de estas viejas formas y de mantenimiento de una cultura de
la mediocridad y la subyugación.
Un maestro comprometido con excelentes referentes teóricos relacionados con el desarrollo humano, cognitivo y
una pedagogía alternativa contextualizada.
Beligerante y que se atreve a salir de lo escolarizante, y que definitivamente contribuye en la construcción de un nuevo hombre y en la construcción de nación.
En este sentido, urge comprender que todo proceso de enseñanza aprendizaje va de la mano de las práctica evaluativas.
Pero de la evaluación de procesos de formación, del ser en todas sus dimensiones (afectiva, cognitiva, ético - política, social, comunicativa, entre otras) en toda su integridad
y una evaluación que contribuye significativamente en la formación de la autonomía como antesala de la libertad humana
En el paradigma empírico, analítico, positivista era un mecanismo de medida de resultados mediante las normas de comparación del ser humano “estudiante” con lo que se esperaba de él
Ahora la evaluación debe ser una construcción inteligente, diagnóstica, que permita identificar debilidades para
superarlas,
Un camino que permita apoyar a todos en el logro de sus competencias necesarias y suficientes para el desarrollo personal y profesional. Una evaluación inscrita dentro de la democratización de la oportunidad.
Una evaluación que respete el principio de plausibilidad, en el que todo lo que se hace (expectativas, los criterios) esta en función de las estructuras formativas de los estudiantes.
En el paradigma naturalista constructivista, cuyo enfoque es procesual el hombre es un sistema abierto que en su
evolución adquirió el poder de automodificarse, de transformarse, gracias a la intervención de agentes
mediadores.
Aquí los errores son fuente de aprendizaje. Lo que cuenta es el proceso de desarrollo de las estructuras mentales que se evidencian en lo que se hace, en la superación de las dificultades, en la instauración de un mejor modo de vivir.
Colocando al estudiante en situaciones nuevas,tanto en complejidad como en abstracción, observando atentamente, no los resultados, sino las manifestaciones de la estructura cognitiva de la persona, lo procedimental, las propias explicaciones de su proceso,(metacognición), en otras palabras, acompañarlo en su automonitoreo y su autorregulación.
En el proceso de búsqueda de una evaluación de tipo alternativo nace la evaluación laberíntica, que es una actividad lúdica para diagnosticar
pensamiento divergente y creativo
aquí la evaluación es un índice tendencial cualitativo sobre el tipo y cantidad de apoyo requerido para que cada uno de los
estudiantes sigan adelante en su proceso de formación.
Por ultimo esta reflexión abre la posibilidad de romper con viejos atavismos y acartonadas posiciones en torno de la evaluación.
En la cual lo importante no es medir cuantitativamente cada uno por su lado lo que ha pretendido transmitir al “dictar su clase”
…haciendo del acto educativo un procedimiento mecánico de repetición, ignorando que dentro late la vida y es aquí donde urge progresivamente desprendernos del caparazón,
La invitación es a seguir cuestionándonos y hacer de la evaluación una puerta hacia nuevas maneras de concebir las prácticas educativas,
El sentido del aprendizaje y la relación que tenemos con el mundo, como una cultura que se construye y da plenos frutos.