Post on 27-Dec-2015
INTRODUCCIÓN
Dentro de las patologías humanas producidas por animales con la capacidad
de inocular veneno, las picaduras de abeja producen el mayor número de
accidentes por animales en muchos países, superando a menudo en mortalidad
a los producidos por serpientes, escorpiones y arañas. El cuadro clínico por la
picadura de estos himenópteros puede consistir en fenómenos alérgicos o en
cuadros de envenenamiento. 1
Existen aproximadamente 16 000 especies de himenópteros. Menos del 1%
producen picaduras en los seres humanos y pertenecen a las familias Apidae,
Vespidae, Formicodea (abeja, avispa y hormiga).4
Las picaduras por himenópteros son comunes en la infancia ya que, durante
muchos años, los niños juegan al aire libre. En su mayoría producen
reacciones tóxicas locales, con eritema, dolor y edema, que se resuelven con
simples medidas terapéuticas en horas o días.4
Estos últimos se producen por el ataque de enjambres constituyendo un hecho
grave que puede comprometer la vida. En el sujeto envenenado pueden
observarse hemólisis, rabdomiólisis e insuficiencia renal, que junto a otras
alteraciones sistémicas pueden conducir a la muerte. El conocimiento de los
acontecimientos fisiopatológicos que se producen ante los ataques masivos de
abejas es de suma importancia para el personal de salud dado que hasta la
fecha no existen antivenenos que hayan demostrado tener eficacia clínica
comprobada.1
El aparato inoculador venenoso de las abejas, utilizado como arma de defensa,
es exclusivo de las hembras infecundas u obreras ,(hallándose ausente en la
reina y los zángano), tiene forma de estilete con un perfil aserrado y dentado. El
aguijón de las abejas es espiculado y una vez que ha penetrado se desprende del
abdomen de la abeja portando una vesícula repleta de veneno. La contracción
de los músculos alrededor de esta vesícula facilita la expulsión del veneno
el cual persiste por algunos minutos aún después de que el insecto se ha
alejado de la víctima.5
La facultad de picar es exclusiva de las abejas hembras y, una vez que han
picado mueren.
Ésta es la razón por la que al picar queda retenido en la víctima, no
consiguiendo desprenderse del mismo cuando intenta retirarse, resulta de esta
manera arrancado, del cuerpo del insecto, junto con parte de su paquete
intestinal y anexos, produciéndole la muerte (por esta razón la abeja es el único
heminóptero que se puede identificar fácilmente). 5
En el veneno de la abeja se han podido identificar mediante filtración con gel
una serie de proteínas con actividad enzimática alergénica importante
(hialuronidasa, fosfolipasa A2 y fosfatasa ácida) y un polipéptido (melitina) con
poder antigénico. También se ha descrito un compuesto molecular alto. La
fosfolipasa A2 es el principal alérgeno en el 95% de las personas alérgicas al
veneno de la abeja (la existencia de anticuerpos IgE específicos a este
antígeno corrobora este hecho). 5
La picadura de este género de insecto puede producir una serie de
manifestaciones clínicas, de aparición tanto inmediata como tardía, que
dependen de la cantidad y acción propiamente tóxica del veneno inyectado, la
sensibilidad de la víctima y el lugar de la picadura. Desde el punto de vista
tóxico estas picaduras empiezan a ser graves cuando son más de 200.5
PICADURAS DE ABEJAS
EPIDEMIOLOGÍA
Las picaduras de insectos producen por lo general una reacción local, pero
existen situaciones potencialmente mortales tanto en niños como en adultos,
que son más frecuentes en estos últimos.5
Los insectos de la orden Himenóptera, que incluye a las hormigas coloradas,
abejas y avispas, son los habituales causantes de las picaduras.5
En Estados Unidos, la prevalencia de reacciones sistémicas por la picadura de
estos insectos, entre los adultos, oscila en 0,5-3,3% y produce unas 40-50
muertes por año.6
Aproximadamente el 80% de estos óbitos ocurren en personas de más de 40
años. Los estudios epidemiológicos europeos comunican una prevalencia de
reacciones sistémicas que varía desde 0,3% hasta 7,5%. En los niños, las
tasas de prevalencia de las reacciones sistémicas son más bajas y varían
desde 0,15% hasta 0,8%. La incidencia de mortalidad por las picaduras de
insectos debida a anafilaxia temprana es baja, pero no insignificante, oscila en
0,03-0,48 decesos por millón de habitantes, cada año.6
PICADURA:
Son pequeñas heridas punzantes producidas principalmente por insectos,
artrópodos y animales marinos a través de las cuales inyectan sus sustancias
tóxicas que actúan letalmente y en forma sistemática (en todo el cuerpo) de
acuerdo con la clase de agente causante, la cantidad de tóxico y la respuesta
orgánica.2
REACCIONES LOCALES
En la mayoría de los pacientes los primeros síntomas son eminentemente
locales y se caracterizan por sensación de dolor urente en la zona afectada
(dura escasos minutos) con formación de una pápula pálida que rodea el
aguijón. Posteriormente, toma un color sonrosado (eritema local). Todo esto
acompañado de prurito y sensación de calor. Estos síntomas pueden
desaparecer al poco tiempo (aunque en ocasiones pueden durar varias horas)
sin apenas tratamiento. 9
Aproximadamente un 10% de los casos pueden presentarse reacciones
locales de tipo moderado o graves, en que el área tumefacta que circunda la
picadura sobrepasa los 5 cm de diámetro o más, (parte del brazo o pierna),
durando varios días. 9
En algunas personas estas reacciones preludian reacciones sistémicas.
Aunque las reacciones locales graves no presentan riesgo de mortalidad, su
morbilidad es importante, ya que la infección secundaria puede complicar y
prolongar este tipo de reacciones. 9
En niños existe la posibilidad de ingerir inadvertidamente una abeja o también
una avispa al comer una fruta caída en el piso que contiene tales insectos. En
estos casos, el aguijón al clavarse en la orofaringe puede dar lugar a un
edema de glotis y posteriormente a asfixia. 9
REACCIONES SISTÉMICA O GENERALIZADAS
Estas reacciones son generalmente "anafilácticas" (resultado de la liberación o
producción de mediadores químicos secundarios a una reacción
inmunológica).
El síndrome provocado es similar a cualquier reacción alérgica. Estas
reacciones pueden presentarse segundos o minutos después de la picadura,
aunque en ocasiones el tiempo de aparición es mayor (horas). 8
Aunque variables, los síntomas iniciales de este tipo de reacciones son de tipo
cutáneo; luego de la picadura, se produce en primer lugar eritema difuso, en la
piel, seguido de sensación de calor y prurito, que precede al desarrollo de una
urticaria generalizada; más tarde esto evoluciona hacia un trastorno grave,
rápidamente progresivo, de la función respiratoria siendo su causa el
broncoespasmo y/o el angioedema de laringe. 7
El cuadro referido puede ir acompañado de síntomas gastrointestinales, con la
presencia de: vómitos, diarreas y calambres abdominales, etc.
El colapso vascular (shock anafiláctico) puede hacer su aparición siguiendo al
complejo de síntomas dermatorespiratorios, o bien en ocasiones puede
aparecer, no siguiendo este orden.7
ETOLOGIA DE LAS ABEJAS:
Perciben formas y realizan movimientos rápidos.
Olfato = Humanos
Sentido del gusto, es similar pero menos sensitivo.
Las vibraciones del aire, les permiten construir sus panales, succionar el
néctar, volar kilómetros y comunicarse con sus congéneres.
Penetra su aguijón, y se desprende del abdomen; portando una vesícula
de veneno.
Aun después de haberse alejado de la persona, los músculos siguen
contraídos.
Las abejas hembras tienen la facultad de picar, y luego mueren.
COMPOSICION DE LA PICADURA DE ABEJA:
2 2
La presencia de estructuras y adaptaciones morfo fisiológicas y la producción
de sustancias que les permiten proveerse de alimento o defenderse de sus
enemigos, son una constante filogenética frecuente en la evolución de las
especies.
En principio, el fin de las sustancias producidas por especies predadoras es el
de iniciar un proceso extrínseco de digestión de las presas capturadas, lo que
explica las acciones de neuro o histotoxicidad características de algunos
venenos animales, propiedades que pueden darse en forma independiente o
combinada; también les permiten responder con cierta ventaja al ataque de
enemigos naturales y mantenerse vivos en la cadena biológica, como en el
caso de las abejas.
El veneno de los himenópteros es una mezcla compleja de sustancias
químicas con actividades tóxicas: incluye compuestos orgánicos de bajo peso
Molecular (masa molecular < 1.000), péptidos (masa molecular < 10.000) y
compuestos orgánicos de alto peso molecular (masa molecular > 10.000) que
varían en composición y acción biológica entre los grupos y especies del
Orden.
La cantidad de veneno extraído por abeja es muy variable, así como lo es la
proporción de los diferentes componentes, pudiendo hallarse ejemplares
con más de 300 µg de veneno. La composición relativa y por lo tanto sus
efectos, puede variar estacionalmente, con la edad, o en función de las flores
frecuentadas.2
El veneno de abejas está constituido por una compleja mezcla de substancias,
con proteínas mayoritariamente neutras o de punto isoeléctrico básico
siendo las principales enzimas, péptidas y aminas biogénicas.
Estas proteínas poseen acciones farmacológicas y alergénicas capaces de
provocar cuadros de envenenamiento en el humano y en animales. El veneno
puede producir bloqueo neuromuscular y conducir a parálisis respiratoria.
Tiene acción destructiva sobre las membranas biológicas, por lo que
algunas de las actividades biológicas más conspicuas del envenenamiento
son la hemólisis y la miotoxicidad. 1
Sus componentes principales son la melitina y la fosfolipasa A (PLA) que
después de una perturbación realizan una persecución más persistente,
hasta 200 metros del sitio del ataque inicial. Esta última constituye 50 -
75% de la masa total del veneno, aunque posee varios otros componentes
biológicamente activos.1
En sujetos que sufrieron picaduras masivas se han encontrado lesiones
cardíacas que podrían ser atribuidas a la acción tóxica del veneno aunque
experimentalmente se sugirió que estas lesiones podrían ser producidas por un
mecanismo indirecto, favorecidas por los niveles altos de noradrenalina.2
El veneno de abeja posee componentes proteicos capaces de producir
manifestaciones farmacológicas similares a las observadas en los procesos de
tipo alergénico. Entre estos componentes se pueden mencionar las lipasas,
fosfatasas, fosfolipasas y hialuronidasas. 1
El veneno de las abejas es complejo, tiene al menos ocho componentes
bioactivos y varios otros inactivos. La abundancia de proteínas favorece las
reacciones alérgicas.
Contiene:
Histamina: es el principal factor farmacológico del veneno.
Melitina: es una proteína con un peso molecular de 33.000 a 35.000;
tiene una importante acción de superficie con efecto hemolítico por
actividad detergente sobre la membrana celular.
Toxinas polipeptídicas: péptido degranulante de mastocitos y minimina.
Apamina (Api m 6: alérgeno de bajo peso molecular) caracterizada por
una fuerte respuesta de los anticuerpos, IgE y proliferación de células T.
Esta proteína reacciona con Ig E específica para el veneno de abejas.
Hialuronidasa: actúa como factor de difusión e infiltración de los tejidos
por el veneno. Involucrada en la reacción de reactividad cruzada con
el veneno de avispas.
Fosfolipsa A2: carece, aparentemente, de toxicidad general pero,
indi- rectamente, causa hemólisis.
También provoca inactivación de la tromboquinasa, inhibe la fosforilación
oxidativa y ataca enzimas involucradas en la dehidrogenación
metabólica. Estas tres últimas acciones están involucradas en la
fisiopatología del dolor pospicadura.
Fosfatasa ácida, péptido 401.
El veneno ejerce efectos:
- Neurotóxico con parálisis del sistema nervioso.
- Hemorrágico por aumento de la permeabilidad capilar.
- Hemolítico.
PRESENTACIÓN CLÍNICA:
Hay varios tipos de reacciones posibles tras las picaduras de insectos, con
manifestaciones clínicas a veces similares entre unas y otras. Las reacciones
se pueden dividir en dos grandes grupos: no inmunológicas e inmunológicas
(o alérgicas propiamente dichas).7
Las reacciones no inmunológicas son respuestas de los tejidos a los
componentes farmacológicos y enzimáticos del veneno del insecto.
Generalmente aparecen entre las 24 y 48 horas posteriores a la picadura, con
una inflamación alrededor del sitio de la picadura de un diámetro menor de 10
cm, y un dolor más o menos intenso.
Las reacciones no inmunológicas rara vez se generalizan, y cuando lo hacen
el cuadro suele ser leve. Pueden propagarse localmente, sobre todo en las
extremidades, originando cuadros de celulitis, o inflamación del tejido celular
subcutáneo, que pueden llegar a ser extensos y requerir tratamiento médico
urgente.7
Las reacciones inmunológicas o alérgicas pueden dividirse a su vez en
reacciones locales (RL), con hinchazón, picor y dolor en la zona de la
picadura, que si bien son molestas, no revisten gravedad; o reacciones
sistémicas (RS), en las que los síntomas no se limitan a esta zona, sino que
se producen de manera generalizada en todo el cuerpo, y pueden llegar a ser
graves, e incluso mortales. 4
El conocimiento y correcto diagnóstico de este tipo de alergia son de crucial
importancia, ya que el tratamiento con hiposensibilización específica
(inmunoterapia) a los pacientes alérgicos suele conseguir rápidamente
tolerancia frente a futuras picaduras, con una eficacia cercana al 100%.4
SIGNOS Y SÍNTOMAS
Sensación de pinchazo con un leve edema, ardor, prurito y
enrojecimiento que desaparece en dos a tres días.
Anafilaxia. Esta reacción alérgica es inmediata (2 a 10 minutos)
asociada con flushing, angioedema, urticaria generalizada, prurito,
náuseas y vómitos.
Los cuadros más severos se acompañan de edema de vías aéreas con disnea y
broncoespasmo, hipotensión y shock. Estas reacciones pueden presentarse
hasta 72 horas después de la picadura. La tasa de mortalidad es elevada en las
primeras horas. Puede ser desencadenada apenas por una picadura. Se estima
que, en los Estados Unidos, el 4% de la población está sensibilizada el veneno
de abejas.
La anafilaxia se define por el compromiso de dos de algunos de los siguientes
sistemas: gastrointestinal, cardiovascular, respiratorio, piel. Por año fallecen
50 personas a causa de anafilaxia desencadenada por picadura de
Hymenópteros.
Reacción local extensa 12 a 24 horas después de la agresión, con
expansión del edema que alcanza su pico máximo a las 48 horas y puede
durar varios días. Esta reacción se atribuye a hipersensibilidad mediada
por células u otra mediada por anticuerpos IgE. Estas reacciones pueden
confundirse con celulitis, aunque esta complicación es muy infrecuente.6
Enfermedad del suero: se desarrolla 7 a 10 días después. Se
caracteriza por fiebre, artralgias, urticaria. Menos frecuentemente puede
ocurrir síndrome nefrítico, convulsiones, enfermedad neurológica
desmielinizante progresiva, etc.6
Los primeros 15 a 20 minutos después de una picadura son
críticos.
CUADROS CLÍNICOS:
Picadura ocular: inyección conjuntival y edema de córnea por
hipersensibilidad tipo I. Dolor, edema periorbitario, quemosis conjuntival,
oftalmoplejía externa, edema corneal, queratopatía estriada, iritis,
opacidad del cristalino, neuritis retrobulbar, papilitis óptica, papiledema,
atrofia óptica.7
Falla renal: se han reportado casos de insuficiencia renal aguda como
consecuencia de reacciones alérgicas severas a picaduras masivas de
abejas africanas. La falla renal se atribuyó a hemólisis intravascular,
hipotensión, mioglobinuria por rabdomiolisis, y acción tóxica directa.6
TRATAMIENTO:
En primer lugar debe extraerse el aguijón con una pinza de depilar o con
las uñas. El veneno está adherido al aguijón de modo que se
recomienda realizar una extracción rápida para evitar la difusión del veneno.4
Lavar con agua y jabón.
Si la picadura compromete una extremidad deben retirarse
prendas de vestir y alhajas que pudieran comprimir la zona.
La aplicación de compresas frías cuatro veces por día, sobre la picadura
reduce el dolor. Se recomienda no aplicar hielo directamente sobre la piel.
La aplicación tópica de aspirina soluble puede reducir el dolor.
Aspirina oral, 650 mg cada 4 horas reducen el edema.
Los corticoides y antihistamínicos por vía oral pueden contribuir a aliviar
los síntomas pero demoran algunas horas en actuar y no previenen
los cuadros de alergia severa.
Están indicados en pacientes con enfermedad del suero.
La epinefrina debe aplicarse inmediatamente a pacientes con la reacción
anafiláctica, por vía subcutánea o intramuscular a razón de 0,01
ml/kg de una solución al 1: 1000 (0,3 ml). En caso de hipotensión, colocar
solución salina normal en bolo (20 ml/kg) o Ringer lactato. También
debería imple- mentarse una terapia intravenosa con epinefrina 1:1000.
La obstrucción de la vía aérea requiere oxígeno y, en ocasiones,
intubación y ventilación.
El broncoespasmo puede aliviarse con agonistas beta-2 por
inhalación. La reacción de hipersensibilidad retarda- da puede abortarse
con difenhidramina (1 mg/kg intravenosa) o metilprednisolona (2
mg/kg) intravenosa. También puede indicarse un bloquean- te H2
como la cimetidina.
CUADROS DE INTOXICACIÓN:
Es causada por la acción de los componentes tóxicos del veneno per se
cuándo se produce la inoculación masiva al recibir el sujeto cientos de
picaduras, por lo que no es necesario que medie una sensibilización previa.
Este tipo de accidente puede verse en los casos de los ataques de
enjambres.7
La reacción de envenenamiento comienza como una intoxicación histamínica
sistémica (por su liberación inducida directamente por la melitina) y con
cuadros de hemólisis que provocan anemia e ictericia. Hay rabdomiólisis con
mialgias generalizadas, taquicardia, cefalea, náusea o vómito, cólicos
abdominales, elevación de creatín fosfocinasa (CPK), deshidrogenasa
láctica (DHL), aldolasa y aspartato amino transferasa (AST). 7
E v e n t o a n a f i l á c t i c o
Pueden presentarse trastornos neurológicos con agitación psicomotora,
convulsiones y coma, broncoespasmo, edema pulmonar e insuficiencia renal
aguda. Otras alteraciones menos frecuentes incluyen necrosis hepática,
trombocitopenia, lesiones miocárdicas, coagulopatías, y arritmias
cardíacas.También se ha descrito la aparición de púrpura trombocitopénica.4
EXÁMENES DIAGNÓSTICOS:
No se realizan exámenes específicos para el diagnóstico. Pueden ser utilizados
los análisis de orina y el hemograma completo como herramientas iniciales del
diagnóstico en los cuadros sistémicos, seguidos de la cuantificación de
bilirrubinas en suero. Las enzimas CPK, DHL y AST así como la creatinina se
deben determinar para la evaluación del compromiso muscular.5
Son de utilidad los electrocardiogramas, ecocardiogramas y las radiografías
de tórax, que deben acompañar a la evolución del cuadro clínico
cardiopulmonar. Las determinaciones de urea, creatinina, sodio, potasio y
calcio en el suero deben ser repetidas de acuerdo con la evolución de los
pacientes. La gravedad del cuadro sistémico puede indicar la ejecución de
exámenes específicos para la evaluación neurológica.5
En los envenenamientos masivos puede llegar a observarse plasma de
aspecto hemolítico, así como orina oscura a causa de la mioglobinuria y la
hemoglobinuria.
INMUNOTERAPIA:
La inmunoterapia específica es el tratamiento de elección para pacientes con
reacciones sistémicas alérgicas a la picadura de insectos. Se postula, como
mecanismo de acción, un efecto regula- torio sobre los linfocitos T asociado con un
viraje de las células B específicas hacia la producción de IgG.6
La inmunoterapia es altamente efectiva para prevenir reacciones. El riesgo de
recurrencia se reduce de un 50% a 10% después de dos años de tratamiento y al
2% a los tres y cuatro años. Luego de la desensibilización se requiere una terapia
de mantenimiento durante 5 años.4
Personas con síntomas severos de anafilaxia y pruebas cutáneas
positivas al veneno de insectos.
Pacientes con antecedentes de asma o fiebre del heno en quienes no se
puede evitar la exposición, con mala respuesta terapéutica o intolerancia
al tratamiento.
El 50 a 80% de los pacientes que experimentan una reacción local extensa,
tendrá una prueba positiva cutánea o serológica. La incidencia de reacciones
sistémicas en este grupo es del 5 al 10%, sólo el 1 a 2% se consideran en
riesgo de desarrollar reacciones graves con riesgo vital. En la práctica
estos pacientes no se consideran candidatos a inmunoterapia; sin embargo,
algunos casos que han optado voluntariamente por la terapia de
desensibilización, han logrado reducir hasta 100 veces la reactividad con un
importante beneficio.4
DIAGNÓSTICO DE HIPERSENSIBILIDAD:
El diagnóstico de hipersensibilidad radica en dos criterios: el antecedente
clínico que asocia temporalmente la reacción alérgica con la picadura y, la
detección de IgE específica en la piel o sangre mediante prueba cutánea o
serología.5
La dosis administrada en las pruebas intradérmicas es de 0,001 a 1 micro-
gramo/ml. Dosis mayores usualmente producen falsos positivos.
Pero, se reporta que el 30% de los individuos con antecedentes positivos de
alergia sistémica por picadura de hymenópteros presentan resultados
negativos en los tests cutáneos y, el 20 a 40% de estos casos muestran
serología positiva, el 10 a 20% de este grupo tiene antecedentes de reacciones
sistémicas a más de una picadura.6
Las pruebas intradérmicas pueden ser negativas en pacientes alérgicos al
veneno de abejas u otros himenópteros, probablemente por cambios en la
potencia de los extractos. Sobre esta base se insiste, ante pruebas negativas
en pacientes con antecedentes clínicos de alergia a la picadura de insectos,
repetir las pruebas.6
PREVENCIÓN:
Las abejas ven el mundo en colores, perciben formas y pueden realizar
movimientos rápidos. Su olfato es idéntico al de los humanos y el sentido del
gusto es similar pero menos sensitivo. La percepción táctil y las vibraciones del
aire son excepcionales. Estas extraordinarias habilidades sensoriales les
permiten construir sus panales, succionar el néctar, volar kilómetros para libar
flores determinadas y comunicarse con sus congéneres.8
Conocer algunas de estas habilidades es lo que nos permite adoptar conductas de
prevención de sus picaduras.
No acarrear bebidas dulces sin la tapa.
Usar prendas de colores claros, blanco, beige o verde, que cubran la
mayor parte del cuerpo, en particular los pies.
Evite usar perfumes.
No las provoque.
Deje a los especialistas la tarea de quitar los nidos.
Las personas con hipersensibilidad conocida a las picaduras
de insectos deben llevar consigo un botiquín con una jeringa
prellenada con epinefrina.
CONCLUSIONES
Teóricamente los más expuestos a accidentes son los trabajadores de apiarios,
para quienes se puede estimar el riesgo a reacciones alérgicas mediante
pruebas de hipersensibilidad, sin embargo los accidentes graves pueden
sucederle a cualquier persona debido a las características alergénicas del
veneno, que en un sujeto presensibilizado, pueden provocar un colapso
anafiláctico, aun cuando la reacción a la primera picadura haya sido normal.
Los venenos de himenópteros presentan los componentes más alergénicos
entre los venenos de animales y son los animales venenosos que mayor
cantidad de fenómenos alérgicos producen.Por ello se ha sugerido identificar
los individuos hipersensibles en la población general para instruirlos en
medidas profilácticas y curativas de emergencia, y eventualmente proceder a
algún esquema de desensibilización.
En relación a los ataques masivos, con la presencia de enjambres de abejas
africanizadas, éstos pueden suceder en lugares inesperados a cualquier
individuo. Dada la persistencia en tiempo y espacio de la irritabilidad de estas
abejas, la perturbación próxima al panal o enjambre puede no tener relación
causal con el atacado. Recordemos a su vez que la agresión puede
desencadenarse por perturbaciones difíciles de percibir como son los campos
eléctricos (previo a tormentas, roce de ropa sintética o cabello), vibraciones
(motores de baja frecuencia), movimientos rápidos, cambios de temperatura o
descenso de la misma, desaparición brusca de la fuente azucarada, etc. Una
vez iniciado el ataque éste puede concentrarse en una o unas pocas víctimas
probablemente por características fenotípicas y fisiológicas. La dosis de veneno
así recibida, a su vez, se incrementa a medida que la feromona de alarma
liberada por los aguijones insertos en la piel excita a nuevas abejas que pican
al mismo individuo.
Aunque en general con el tratamiento médico se resuelven la mayoría de los
accidentes, en los casos de envenenamiento grave la terapéutica se torna
mucho más complicada. En esta instancia estaría indicada la aplicación de un
antiveneno para neutralizar los efectos tóxicos de los diferentes componentes
del veneno. Sin embargo, a pesar de que el veneno de abeja puede generar
anticuerpos que brindan cierto grado de protección y que existen varias
experiencias en la producción de antiveneno de abeja, aún no se dispone de un
antiveneno efectivo para este tipo de patología a nivel asistencial.
Recientemente se ha comunicado la obtención de antivenenos que
experimentalmente neutralizaron actividades biológicas del veneno
de A. mellifera., sin embargo, la potencia neutralizante de los mismos no es de
las más altas y el tratamiento requeriría de grandes volúmenes de los mismos.
Hasta que se logre desarrollar un antiveneno efectivo, el tratamiento médico es
la única herramienta con que se cuenta para la terapéutica. Debido a esto, el
conocimiento de los componentes del veneno y su papel en la fisiopatología del
envenenamiento es de fundamental importancia para el adecuado
entendimiento y tratamiento de este tipo de accidentes.
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