Post on 03-Apr-2020
Ministerio de Educación Pública
Despacho Ministro de Educación
División de Desarrollo Curricular
Departamento de Cooperativas Escolares y Estudiantiles
ESPAÑOL
46 MEPINFOCOOP
R E L A N Z A M I E N T O D E L A E D U C A C I Ó N C O S T A R R I C E N S E
GU
ÍA D
IDÁC
TICA
PAR
A LA
EN
SEÑ
ANZA
DE
LOS
VALO
RES
Y PR
INCI
PIO
S D
EL C
OO
PERA
TIVI
SMO
COM
O P
ARTE
INTE
GRA
DA
A LA
S AS
IGN
ATU
RAS
DE
LOS
PLAN
ES D
E ES
TUD
IO V
IGEN
TES
ESPA
ÑO
LII
CICL
OIV
AÑ
O
OBJ
ETIV
O P
ROG
RAM
A D
E ES
TUD
IO:
Aplic
ar e
n de
scri
pcio
nes
y na
rrac
ione
s lo
s di
fere
ntes
niv
eles
de
la c
ompr
ensi
ón l
ecto
ra s
egún
la
fund
amen
taci
ón d
e es
te p
rogr
ama.
EJE
TRA
NSV
ERSA
L : V
alor
es O
BJET
IVO
GU
ÍA D
IDÁ
CTIC
A:
Des
arro
llar
habi
lidad
es d
e in
terp
reta
ción
de
la le
ctur
a de
tex
tos
desc
ript
ivos
.
ACT
IVID
AD
ES D
E M
EDIA
CIÓ
NVA
LORE
S Y
ACT
ITU
DES
APR
END
IZA
JES
POR
EVA
LUA
R
• Le
e el
cue
nto
“Los
cer
dito
s co
oper
ador
es”
(*)
• Co
men
ta e
l men
saje
del
tex
to.
• D
escr
ibe
dife
rent
es e
scen
as d
adas
en
el t
exto
.•
Anal
iza
situ
acio
nes
coti
dian
as q
ue r
equi
eran
de
esfu
erzo
s co
njun
tos
para
ser
sup
erad
as.
• Se
lecc
iona
y s
e re
spon
sabi
liza
de a
ctiv
idad
es g
rupa
les
en
bene
ficio
de
la e
scue
la o
en
la c
omun
idad
.
• D
escu
bre
nece
sida
des
del g
rupo
en
el
aula
, la
esc
uela
y la
com
unid
ad.
• Se
lecc
iona
act
ivid
ades
aco
rdes
con
su
edad
, pa
ra s
uper
ar e
l bie
nest
ar d
e su
en
torn
o.•
Mue
stra
incl
inac
ión
por
la le
ctur
a de
ob
ras
liter
aria
s.•
Apre
cio
por
la d
escr
ipci
ón y
nar
raci
ón
liter
aria
.
• D
esar
rolla
ha
bilid
ades
de
inte
rpre
taci
ón d
e la
lect
ura
de t
exto
s de
scri
ptiv
os.
(*
) P
adil
la S
ibaj
a, N
uria
. A
dapt
ació
n
MEPINFOCOOP
47R E L A N Z A M I E N T O D E L A E D U C A C I Ó N C O S T A R R I C E N S E
Los cerditos cooperadores
Cierta vez había tres cerditos que tenían un problema en común: en el bosque que vivían existía un terrible lobo, feroz y hambriento, que en diferentes oportunidades había estado a punto de atraparlos.
Ellos, temerosos por el peligro que corrían sus vidas, llegaron a la conclusión de que debían construirse una vivienda, cuyas condiciones impidieran al temido animal salirse con la suya.
Y así cada quien inició su labor. El mayor de ellos se internó en el bosque, recogió cuanta leña encontró en su camino, hasta que reunió una gran cantidad. Luego, se buscó un lugar despe-jado, que reuniera las condiciones deseadas y ahí empezó a levantar su casita. Poco a poco, y con mucho trabajo, consiguió tener terminada una linda cabañita y, apenas ocupó la mitad de la leña que había recogido. Después se dio a la tarea de instalarse en ella.
Pero, apenas llevaba dos días en su nuevo hogar, cuando escuchó unos ruidosos golpes en la puerta.- ¿Quién es? – Preguntó el cerdito.- Soy yo, el lobo. Abre la puerta.- No te abriré. Respondió el cerdito.- Pues si no abres, empujaré y empujaré hasta que los leños cedan, amenazó el lobo.- ¿Ah, sí? ¡Pues hazlo!
Y el lobo empujó y empujó. Con gran horror el cerdito vio cómo los leños cedían a la fuerza de su enemigo y se introducía furiosamente en la pequeña morada.
48 MEPINFOCOOP
Segundo Ciclo
R E L A N Z A M I E N T O D E L A E D U C A C I Ó N C O S T A R R I C E N S E
Guías didácticas para la enseñanza de los valores y los principios del cooperativismo
El cerdito, despavorido, corrió velozmente y se refugió en la espesura del bosque.
El segundo cerdito recogió cuanta piedra encontró a su paso y logró acumular una cantidad enorme. Buscó un lugar apropiado; con sumo cuidado fue colocando piedra sobre piedra hasta formar la casita que él había imaginado. Y al fi n, se instaló en su nuevo hogar. Pero al igual que su hermano mayor, no pasaron muchos días para que el temido lobo lo visitara.
- ¡Upe! ¡Abre la puerta, amigo cerdito! El cerdito, al escuchar la voz del lobo, se llenó de pánico.- ¡No te abriré, por más que me lo pidas!- Entonces, empujaré y empujaré tus preciosas piedrecitas hasta que logre llegar hasta ti.- ¿Ah, sí? ¡Pues hazlo!
Y el lobo nuevamente empujó y empujó... Las piedras que con tanto cuidado habían sido colo-cadas por el dueño de la casa, se desplomaron. Entonces, el cerdito tuvo que salir en carrera a esconderse en el bosque, antes de que su enemigo lo atrapara.
El cerdito menor se fue a la orilla de un río y con mucho trabajo fue haciendo una mezcla de barro con paja. Cuando logró preparar una buena cantidad de material, fue levantando las paredes y días después terminó con mucho orgullo su casita.
MEPINFOCOOP
49R E L A N Z A M I E N T O D E L A E D U C A C I Ó N C O S T A R R I C E N S E
Sin embargo, pasados unos días, llegó el lobo a tomar agua del río. Al ver la chocita de barro se dirigió inmediatamente a ella y tocó la puerta con fuertes golpes.
- ¿Quién es? Preguntó adentro el dueño.- Soy yo, el lobo. Necesito que me abras la puerta.- Ni soñarlo, señor lobo.- Pues abre ahora mismo; si no lo haces, en pocos momentos derribaré estas paredes de ba-
rro y entraré por ti.- ¿Ah, sí? ¡Pues hazlo! Y el lobo, otra vez, empujó y empujó las paredes de barro que se fue-
ron resquebrajando. El cerdito vio como las paredes que tanto le había costado levantar, se balancearon hacia él. Antes de que fuera demasiado tarde, corrió despavorido hacia el boque.
Pasaron los días. Cierta mañana se encontraron los tres hermanos en un claro del bosque. Des-pués de abrazos, sollozos y lamentaciones, se sentaron a analizar lo que les había ocurrido.
Y así habló el cerdito mayor.
- Hermanos, pensemos detenidamente en lo que nos sucedió y veremos que todo se ha de-bido a que actuamos de forma individual; cada uno pensó en su propio problema y quiso solucionarlo sin ayuda de los otros. Ese fue nuestro error.
Debimos pensar de forma colectiva, organizada y que cada uno aportara lo que pudiera.
50 MEPINFOCOOP
Segundo Ciclo
R E L A N Z A M I E N T O D E L A E D U C A C I Ó N C O S T A R R I C E N S E
Guías didácticas para la enseñanza de los valores y los principios del cooperativismo
- Sí, - interrumpió el pequeño- debimos pensar que teníamos un problema en común y, por lo tanto, entre los tres debíamos buscarle la solución. En vez de habernos separado, debimos unir nuestras fuerzas, nuestros materiales y nuestras ideas.
Bueno, sí – aceptó el mediano, - pero nunca es tarde para remediar un mal.
También es bueno aprender de nuestros errores. A los tres nos ha quedado material; por lo tanto unamos la leña sobrante, las piedras que quedaron, preparemos más barro con paja y construyamos nuestras viviendas.
¡Y manos a la obra! Los tres cerditos trabajaron afanosamente de forma conjunta.Mezclaron mucho barro con paja, acarrearon las piedras y trajeron cuanta leña pudieron.
MEPINFOCOOP
51R E L A N Z A M I E N T O D E L A E D U C A C I Ó N C O S T A R R I C E N S E
Buscaron el lugar más hermoso del bosque y allí levantaron tres lindas casitas, cuyas paredes, hechas con una mezcla de barro, paja y piedra y apuntaladas con duros leños, quedaron tan fuertes que ni una docena de lobos las podría derribar. También fue utilizada leña en aquellas partes de la casa a donde el lobo no podría alcanzar y en las divisiones internas de las vivien-das. Las puertas fueron elaboradas con maderos más gruesos y las reforzaron debidamente por ambos lados.
Ya terminada la obra, los cerditos se acomodaron en sus respectivas casas y por primera vez desearon que el lobo llegara por los alrededores.Y en efecto; a los días se escucharon unos aullidos horribles. Era el lobo que así anunciaba su entrada triunfal.
Llegó a la casa del cerdito menor y tocó con sus característicos golpes.- ¿Quién? - Preguntó tímidamente el cerdito.- ¡Yo! ¡El lobo! Abre, antes de que empiece a derribar estas tres casuchas.- ¿Ah, sí? ¡Pues hazlo! – Contestó el cerdito.
Y el lobo empujó, empujó y seguía empujando. Daba golpes, patadas, bufidos.
Por último, desesperado, se echó a llorar fuera de la casa y terminó con estas lamentacio-nes:
- ¡Ay!, pobre de mí! Si así se organizaran los otros habitantes del bosque, ¿a quién podría yo dañar?, de qué me alimentaría? ¡Ay de mí!
Y de esta manera, totalmente derrotado, el lobo se fue del lugar para nunca más volver.
Los cerditos salieron a celebrar su victoria al jardín común que adornaba sus viviendas.
Bailaron y cantaron por largas horas. Más tarde, como un símbolo de aquella victoria sobre su enemigo, y para no olvidarse nunca de que la unión hace la fuerza, hicieron una bandera con los siete colores del arco iris y la colocaron en el árbol más alto del lugar.