Post on 01-Mar-2021
Los Retos del Marxismo en el Siglo XXI
Enrique de la Garza Toledo1
Es común afirmar que Marx creó una nueva ciencia, la ciencia de la Historia, pero ¿Con cuál
concepto de ciencia? ¿Será el concepto de ciencia del positivismo con capacidad de explicar
y predecir el futuro más allá de la voluntad de los sujetos sociales? ¿Es decir, una ciencia
basada en una concepción de la realidad sujeta a Leyes que se imponen a los individuos
más allá de su voluntad? En la Historia del marxismo ha habido corrientes –el marxismo de
la segunda internacional, el stalinismo- que así lo pensaron: la subsunción del sujeto y su
subjetividad en la objetividad, el sujeto determinado por las estructuras, especialmente las
económicas.
Sin embargo, ha habido otra heterogénea corriente en el marxismo en el siglo XX que, por
el contrario, planteó que el eje central de la Historicidad era la relación sujeto-objeto (“Los
hombres hacen las Historia en condiciones que no escogieron”) (De la Garza, 1989).
Al respecto, el marxista norteamericano, Harry Claver, dice que El Capital –máxima obra
científica de Marx- acepta varios ángulos de lectura, por extensión podríamos decir que
estos ángulos serían en general para el marxismo:
1). El marxismo es una ciencia positiva, con capacidad explicativa y predictiva a partir de sus
Leyes. En esta medida, El Capital sería una obra de Teoría Económica traducible en una
econometría (Morishima, Regulacionismo francés). En el fondo la epistemología del
marxismo y del positivismo serían semejantes.
2). El marxismo en un Método, más que una teoría. Tradición inaugurada por Lucáks en
Historia y Conciencia de Clase (1969). La justificación sería la concepción marxista de
Movimiento. Es decir, si la realidad está en constante transformación, de esto se deriva la
1 Doctor en Sociología, investigador del Postgrado en Estudios Laborales de la Universidad Autónoma Metropolitana en México, D.F. correo: egt57@hotmail.com. Página web: http://sgpwe.izt.uam.mx/pages/egt
no perennidad de las Leyes y conceptos. En cambio, el Método tendría una mayor vigencia
temporal, sin ser tampoco absoluto. Marx decía que el único absoluto que reconocía era el
movimiento2
3). La tercera lectura sería que el marxismo no serviría para hacer experimentos de física en
el laboratorio, como ingenuamente lo pensaron los soviéticos, sino que es la ciencia de la
Revolución. Qué específicamente es una Sociología pero vestida de Ciencia Política. Es decir,
una forma de análisis de la realidad social (incluyendo la económica) como interrelaciones
entre sujetos pero con el ángulo del poder y la dominación: el poder y la dominación serían
dimensiones de todas las relaciones sociales.
Lo anterior se complementa con la aseveración de que en Marx conviven dos conceptos
de Ciencia, una que proviene de la tradición anglosajona (empirismo clásico), como ciencia
empírica, cercana a la ciencia natural. Que convive con la tradición romántica alemana
(antecesora de la hermenéutica actual), que considera la especificidad del fenómeno
histórico, que no lo subsume en Leyes Universales y da importancia a la voluntad de los
Sujetos en la explicación sociocultural. El marxismo de Marx, hijo de su tiempo, estaría
presionado por esta doble tensión. Los marxistas posteriores a veces enfatizaron la primera
dimensión (Stalinismo), en otras la segunda (el marxismo del Sujeto-Objeto).
Esta doble tensión está presente en interpretaciones duales en el marxismo de:
1). El concepto de Ley y de determinación como tendencias vs. La Ley como causalidad.
2). El concepto de tiempo presente y de futuro, como articulación entre objetividad y
subjetividad vs. Futuro determinado por las estructuras objetivas.
2 Gramsci lo planteaba diferente, el marxismo sería una concepción del mundo
3). La predicción como espacio de posibilidades para la acción de los sujetos voluntarios vs.
El futuro determinado (De la Garza, 1992)
4). La prueba científica vista como praxis vs. La verificación empírica.
Detrás de estas interpretaciones polares hay conceptos de realidad-visiones del mundo
diferenciado:
1). La Historia como articulación entre objetividad y subjetividad vs. El naturalismo
2). El Movimiento –transformación de la realidad- como rearticulación entre niveles y con
los sujetos sociales, que conduce a pensar en legalidades y conceptos históricamente
determinados vs. Conceptos y Leyes universales.
3). La realidad en multiniveles y no reducida a lo empírico, en constante rearticulación, con
dinamismos diferentes entre niveles, que conduce al concepto de Totalidad vs. Sistema.
Sistema funcionalmente integrado que no contempla la contradicción como parte
integrante del mismo y, sobre todo, que no da un papel a los sujetos voluntarios.
4). Las Leyes sociales como de tendencia, con mediaciones que pueden amortiguarlas o
acelerarlas y su complemento, el espacio de lo posible en la coyuntura para la acción viable
de los sujetos vs Leyes de observancia necesaria.
5). La realidad con una cara objetiva que va más allá de la voluntad de los sujetos (naturaleza
distante de la interacción humana y objetos sociales cosificados), y otra subjetiva (proceso
de construcción de significados). De tal manera que la realidad no es solo lo objetivo o bien
objetivado sino también el espacio de significados que los humanos dan a lo primero (De la
Garza, 2010)
Sin embargo, otra concepción de Ciencia a la anterior, con una visión del mundo diferente
de la del marxismo de Marx, se volvió hegemónica en buena parte del siglo XX, el
positivismo. El Hegemónico no fue el positivismo de Augusto Comte. –contemporáneo de
Marx y por el cual éste sentía un gran desprecio por su superficialidad-, sino inicialmente el
empiriocriticismo y con toda propiedad el positivismo lógico. El segundo influyó en el
marxismo posterior a la muerte de Marx, el de la segunda internacional, el tercero en el de
la tercera internacional. Marxismos que fueron incapaces de dar cuenta de la revolución en
la Física (física cuántica y relativista), puesto que las Leyes de la Dialéctica, rescatadas de
Hegel por Engels, no fueron instrumentos analíticos suficientes para explicar los cambios de
paradigma en las ciencias naturales y sus significados. Por ejemplo, al tratar de subsumir los
soviéticos esa enorme transformación en el pensamiento físico en la Ley de la negación de
la negación.
El resultado fue que el concepto de que es Ciencia, de que es una Teoría científica, de sí
el camino de la investigación es el de la prueba de la hipótesis, de que es verificar, de que
es un dato empírico, de que es explicar se dejaron al positivismo y en todo caso a las
corrientes hermenéuticas. Una importante excepción fue “Materialismo y
Empiriocriticismo” (Lenin, 1969), así como pasajes de los Cuadernos Filosóficos (Lenin,
1974), en donde Lenin mostró que el positivismo de segunda generación era un idealismo.
No obstante, problemas como los mencionados más arriba no se abordaron y el marxismo
de esta línea, continuado en la tercera internacional, creyó que epistemológicamente era
suficiente con demostrar que la corriente que se volvía dominante en epistemología era un
idealismo, sin tener alternativas en cuanto a los problemas mencionados. En esta corriente
la reflexión epistemológica se estancó y simplificó, primero, al creer que bastaban las Leyes
de la Dialéctica para explicar el proceso del conocimiento científico. Aunque finalmente se
acabó aceptando muchas de las propuestas positivistas. Por decenios –a partir de la década
de los veinte del siglo xx y hasta los años setenta- el marxismo de esta línea no fue rival de
la epistemología positivista. Este papel le tocó a la hermenéutica, quien acabó sustituyendo
al positivismo en las preferencias de los epistemólogos.
El marxismo de la segunda internacional y su paradójica continuación epistemológica en
la tercera impusieron en el marxismo una visión naturalista de la Historia durante muchos
decenios. Afortunadamente, el marxismo posterior a la primera guerra mundial no se
redujo a la primera corriente, aunque esta fue la más importante del marxismo hasta los
años setenta del siglo XX. La revolución europea de 1917-23, solo triunfante en la URSS,
reabrió en otros marxistas como Lucaks, Korch, Gramsci, Bloch, la Escuela de Frankfort, la
discusión acerca del estatus del marxismo en el concierto positivismo-Hermenéutica y, en
general, en la transformación de la sociedad. Este marxismo occidental siempre presentó
muchas diferencias a su interior, pero estuvo protagonizado por profundos y actualizados
conocedores de las polémicas más importantes del momento con respecto de la filosofía y
de la teoría social, preocupados por la reivindicación de un Sujeto no completamente
sujetado en la Historia. Todo esto en franca lucha con el naturalismo y el positivismo, pero
también con el marxismo positivizante. Por ejemplo, cuando Gramsci criticó el Tratado de
Sociología marxista de Bujarin. Sin embargo, con el autoritarismo soviético y su
centralización del poder en el sistema de partidos comunistas del mundo, se impuso un
marxismo economicista y positivista. La imposición estatal de una versión del marxismo
tuvo un costo Histórico enorme: Historia y Conciencia de Clase de Lucaks (1969), punto de
arranque del marxismo occidental, fue criticado tanto por los restos de la segunda
internacional como por la tercera. Zinoviev, bolchevique de primera línea, en su informe al
V congreso de la Comitern hizo la crítica política a este libro. Korch y Gramsci fueron
marginados por el movimiento comunista internacional hasta después de la segunda guerra
mundial. El marxismo que se impuso en el mundo, fue codificado en los manuales de
Marxismo de la Academia de Ciencias de la URSS. El marxismo occidental en los primeros
decenios de vida quedó reducido a grupos de intelectuales o pequeños partidos críticos del
stalinismo. Sin embargo, desde la muerte de Stalin, se fueron dando aperturas parciales en
la reflexión acerca del marxismo, pero un quiebre fundamental fue 1968 y su secuela de
movimientos estudiantiles y obreros, terreno fértil para reflexiones que, a veces, se
iniciaron desde los años veinte del siglo XX pero no encontraban sujetos sociales en donde
anidar: Escuela de Frankfort, E.P. Thompson (1972), Agnes Héller, Obrerismos italiano y
francés, etc. En cambio en los setenta, se extendieron y volvieron legítimas las críticas al
socialismo real. De esta apertura del marxismo en los setenta del siglo 20 se infieren varias
enseñanzas:
1). No insistir en coincidir con una epistemología que está en crisis, el positivismo. Tampoco
en una lectura idealista de la Dialéctica.
2). Buscar desarrollar lo que en Marx fueron concepciones epistemológicas y metodológicas
básicas, pero en forma actualizada, empezando por recuperar la reflexión de Marx acerca
del Método de la Economía Política (De la Garza, 1990ª). Afortunadamente fue el marxismo
occidental de la época el que emprendió esta tarea, autores que estaban al día con las
polémicas internacionales. En esos momentos el rival del marxismo no era Hegel, como
insistían los soviéticos, sino el positivismo y el relativismo en ascenso.
De cualquier manera, durante el stalinismo y hasta la actualidad ha habido dos desarrollos
claves de la reflexión marxista, a contracorriente de aquel marxismo dominante:
1. Metodológicamente
1). Las reflexiones acerca del Método de la Economía Política (Zeleny, 1974) que llevaron a
pensar, finalmente, en un concepto alternativo de Teoría. No como sistema de hipótesis
vinculadas en forma deductiva, sino a través de las relaciones entre conceptos históricas y
lógicas, en un camino de lo abstracto a lo concreto. Esta recuperación de una metodología
concreta hizo aparecer problemas que no eran propios del positivismo: los puntos de
partida en la investigación y en la exposición; las diferencias entre método de investigación
y de exposición; las relaciones lógicas y históricas entre conceptos de diferentes niveles de
abstracción; la presencia de la dialéctica en las categorías teóricas; la verificación interna y
la prueba de la praxis; la reconstrucción de la Totalidad concreta.
2). La metodología contenida en “estado práctico” en las grandes investigaciones marxistas
concretas como La Formación de la Clase Obrera en Inglaterra de E.P. Thompson (1972)
(articulaciones entre materialidad, cultura y lucha de clases); el 18 Brumario de Marx (los
cambios en metodología de un objeto económico como El Capital, al objeto de una
coyuntura política); La Personalidad Autoritaria de Adorno (2010) (las relaciones entre
cultura, inconsciente y propensiones políticas).
3). Las diferencias entre Totalidad abstracta y Totalidad concreta (Kosik, 1969), la
explicación como reconstrucción de la Totalidad concreta y no la subsunción del caso
concreto en un sistema teórico (Dal Pra, 1971).
4). La profundización sobre el método de investigación, a través de la descripción articulada
de H. Zemelman (1992) y la síntesis Configuracionista (De la Garza, 2001).
Reflexiones complementarias fueron: la influencia del objeto sobre el método; la de la
Teoría sobre el método; el concepto de lo empírico; que significa captar potencialidades en
el presente; la recuperación marxista del concepto de configuración: red de relaciones entre
conceptos (Teoría como configuración); entre códigos de la subjetividad (la subjetividad
como configuración); configuración de relaciones sociales; configuración entre niveles de la
realidad. La configuración no es un sistema porque incluye a la contradicción como parte
de la misma, la disfuncionalidad, la oscuridad. Además, las relaciones pueden ser duras
(causales, funcionales, deductivas) o blandas (a través de metáforas, analogías, principio
etcétera, reglas prácticas, formas del razonamiento cotidiano). Pero, sobre todo, el
concepto de Configuración no agota a las relaciones entre estructuras-Subjetividades y
Acciones, es decir, no puede prescindir de los sujetos y sus subjetividades.
2. La transformación y ampliación del concepto de Trabajo en el Neoliberalismo tardío
Se relaciona con la emergencia de los Servicios, como sector clave de la economía
capitalista desde los años sesenta del siglo XX, en cuanto a importancia en el empleo y el
Producto. Se trata de Trabajos que implican interacciones directas entre trabajadores y
usuarios o a través de medios de comunicación y sus intercambios simbólicos; la producción
de símbolos como productos; la intervención de los clientes en la coproducción del servicio
(el trabajo del cliente). Lo anterior ha llevado a la necesidad de un concepto ampliado de
Trabajo: trabajar es también producir interacciones, símbolos y que el cliente trabaje. Pero
también a un concepto ampliado de relación de trabajo y de control sobre el trabajo: el
cliente está imbricado en la relación laboral, sin ser capitalista ni empleado.
Finalmente ¿Por qué decayó el marxismo en la década del noventa en forma amplia y
todavía en algunos países?
1). Porque se derrumbó la concepción de marxismo de la URSS, que afectó la legitimidad de
los otros marxismos.
2). Porque la ciada del socialismo real en la URSS no solo ha implicado reflexionar en
problemas no desarrollados por el marxismo, sino en revisar supuestas verdades teóricas,
tales como ( De la Garza, 1990) ( De la garza, 1990ª):
a). ¿Pueden formarse clases dominantes sin existir la propiedad privada?
b). El énfasis soviético por la industrialización descuidó a los servicios y al medio ambiente,
lo que provocó, junto con la burocratización del estado, un atraso en ciencia y tecnología.
c). ¿La abolición de la propiedad privada y la centralización de las decisiones en la Economía,
terminaría con los ciclos de auge y crisis propios del capitalismo?
¿Cuál es nuestra Herencia?
1). Reivindicar el concepto de explotación, frente a Lanzarato y Negri y compañía (2001) .
2). Reivindicar la perspectiva del sujeto-Objeto, frente al positivismo y el relativismo De la
Garza, 1993).
3). Reivindicar la concepción del mundo y sus consecuencias epistemológicas de realidad
en movimiento, en multiniveles, con la dimensión subjetiva como parte de la realidad, la
reconstrucción de la Totalidad como configuración de configuraciones.
4). El papel central del Trabajo en sentido ampliado, de relación laboral (De la Garza, 2010)
¡El marxismo no ha muerto, puede ser punto de partida de futuros desarrollo, a condición
de aplicarle el marxismo al marxismo¡
Bibliografía
Adorno, T. (2010) La Personalidad Autoritaria. Barcelona: AKAL
Dal Pra, Mario (1971) La Dialéctica en Marx. Barcelona: Ed. Martínez Roca
De la Garza, Enrique (1990b) “El Método del Concreto-Abstracto-Concreto”. México, D.F.:
UAM
De la Garza, Enrique (1990a) “La Crisis del Socialismo Real, retos para el Marxismo”,
Dialéctica, No. 21.
De la Garza, Enrique (1990)“La caída del socialismo real y sus repercusiones en la teoría
marxista”, El Socialismo en los Umbrales del Siglo XXI. México, D.F.: UAM.
De la Garza, Enrique (2010) Hacia un Concepto Ampliado de Trabajo. Barcelona: Anthropos.
De la Garza, Enrique (1989) Hacia un Metodología de la Reconstrucción. México, D.F.: Ed.
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De la Garza, Enrique (1992) Un Paradigma para el Estudio de la Clase Obrera. México, D.F.:
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De la Garza, Enrique (1993) “Postmodernidad y Totalidad”, Revista mexicana de Sociología,
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De la Garza, Enrique (2001)“La Epistemología Crítica y el Concepto de Configuración”,
Revista Mexicana de Sociología, Vol. LXIII, No. 1, enero-marzo.
De la Garza, Enrique (2010) “El Método Marxista y el Configuracionismo Latinoamericano”,
en Tratado de Metodología de las Ciencias Sociales. México, D.F.: Fondo de Cultura
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Kosik, Karel (1969 ) Dialéctica de lo Concreto. México, D.F.: Ed. Grijalbo
Lanzarato, M. y Tony Negri (2001) Trabajo Inmaterial. Rio de Janeiro: DP&A editora.
Lenin, V.I. (1969 ) Materialismo y Empiriocriticismo. México, D.F.: Ed Grijalbo
Lenin, V.I. (1974) Cuadernos Filosóficos. México, D.F.: Ed. Martínez Roca
Lucakcs, G. (1969) Historia y Conciencia de Clase. México, D.F.: Ed Grijalbo.
Thompson, E.P. (1972) La Formación de la Clase Obrera en Inglaterra. Barcelona: Laia
Zeleny, (1974) La Estructura Lógica de El Capital de Marx. México, D.F.: Ed. Grijalbo.
Zemelman, H. (1992) Horizontes de la Razón. Barcelona: Anthropos
Las obras del autor pueden consultarse en forma libre en:
http://www.sgpwe.izt.uam.mx/pages/egt