LECCION 4

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Dios es GrandeHay un slo Dios y l slo es grande. Todos los dems seres y cosas son totalmente dependientes de Su bondad y fuerza. Si tal es el caso para los hombres ms estimados y an ngeles, Cmo podemos atribuir grandeza a un ser u otra cosa que no sea Dios? Como el Creador auto-existente e infinito, l es infinitamente ms exaltado que Su creacin dependiente y finita. El arcngel ms fuerte no es ms semejante a Dios que el gusano ms pequeo. Dios es incomparable. Para los creyentes, esta verdad es extremadamente importante. No hay grandes hombres o mujeres de Dios en las Escrituras o en la historia de la Iglesia, solamente hay hombres y mujeres dbiles, pecadores, e infieles de un Dios grande y misericordioso.

Hay varios textos que nos hablan acerca de la grandeza de Dios, uno de ellos es el Salmo 95:3. Este texto nos dice que Jehov es Dios Grande y Rey Grande sobre todos los dioses.

Otro de estos textos es Daniel 9:4 que nos ensea que Dios Grande y digno de ser Temido La palabra temido proviene de la palabra hebrea yare' que significa temer, reverenciar, o asustarse. An la ms pequea revelacin de la grandeza y santidad de Dios infunde asombro, reverencia, y terror en las ms grandes y esplndidas de Sus criaturas. Dios es grande, y por eso, l es digno de la ms grande reverencia.

Entre muchos ms textos se destaca tambin el Salmo 104:1 el cual dice que Dios est vestido de Grandeza y de Majestad. El esplendor y majestad de Dios no son cosas externas con las cuales l se viste, sino son parte de Su mismo ser. A diferencia de los hombres, Dios no tiene ninguna necesidad de aadir algo a Si mismo para hacerse ms grande o hermoso. Su grandeza y hermosura son perfectas.

2. la grandeza de Dios se describe en Salmo 145:3 como una grandeza es Inescrutable. La palabra se refiere a lo que est ms all de investigacin o exploracin una cosa que no se puede medir o profundizar. Sera mucho ms fcil contar cada grano de arena en todas las playas y desiertos del mundo, o numerar todas las estrellas en el espacio que medir la grandeza de Dios.

3. Qu afirman las siguientes Escrituras acerca de la grandeza de Dios? Cmo se contrasta el nico Dios verdadero con todos los dems dioses falsos?

Salmo 77:13, Salmo 95:3, Salmo 135:5 En estos versos podemos comprender que la grandeza de Dios es incomparable, no hay nada que se le asemeje, no hay ningn otro dios sobre nuestro Dios.Salmo 86:10 Este verso reafirma la verdad acerca de la grandeza de Dios, adems aade que es creador y que es el nico Dios que existe.4. Segn las siguientes Escrituras, Cul debe ser nuestra actitud y nuestra respuesta a la grandeza de Dios? Cmo debemos vivir a la luz de Su grandeza inescrutable?

Deuteronomio 32:3 Porque el nombre de Jehov proclamar. Engrandeced a nuestro Dios.I Crnicas 16:25 Porque grande es Jehov, y digno de suprema alabanza, Y de ser temido sobre todos los dioses. Salmo 104:1 Bendice, alma ma, a Jehov. Jehov Dios mo, mucho te has engrandecido; Te has vestido de gloria y de magnificencia.Salmo 111:2 Grandes son las obras de Jehov, Buscadas de todos los que las quieren.Salmo 138:5 Y cantarn de los caminos de Jehov, Porque la gloria de Jehov es grande.Estas escrituras nos ensean que debemos vivir para glorificar a nuestro Dios con temor reverente, alabarle engrandeciendo su nombre, bendecirlo con nuestra alma, proclamando el nombre de nuestro DiosResumenAl finalizar este estudio podemos afirmar con certeza que hay un slo Dios y l slo es grande e incomparable. Como el Creador auto-existente e infinito, l es infinitamente ms exaltado que Su creacin dependiente y finita. An la ms pequea revelacin de la grandeza y santidad de Dios infunde asombro, reverencia, y terror en las ms grandes y esplndidas de Sus criaturas. A diferencia de los hombres, Dios no tiene ninguna necesidad de aadir algo a Si mismo para hacerse ms grande o hermoso. Su grandeza y hermosura son perfectas.La grandeza de Dios es inescrutable; esto se refiere a que no se puede medir o profundizar. Debemos vivir para glorificar a nuestro Dios con temor reverente, alabarle engrandeciendo su nombre, bendecirlo con nuestra alma y proclamando el nombre de nuestro Dios.