Las cenizas del día · del género, en ediciones bellas y económicas, que se dis-tribuye como...

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La colección Un libro por centavos, iniciativa del De-partamento de Extensión Cultural de la Facultad deComunicación Social-Periodismo, junto con el Depar-tamento de Publicaciones de la Universidad Externadode Colombia, persigue la amplia divulgación de los poe-tas más reconocidos en el ámbito nacional e internacio-nal y la promoción de los nuevos valores colombianosdel género, en ediciones bellas y económicas, que se dis-tribuye como obsequio para los suscriptores de la revistaEl Malpensante.

El número 18 de esta colección es una selección de poe-mas preparada por DAVID BONELLS ROVIRA, bajo el títu-lo Las cenizas del día, especialmente para está colección.

n.º 18

universidad externado de colombiafacultad de comunicación social-periodismo

2006

las cenizas del día

davis bonells rovira

ISBN 958-710-

© david bonells rovira, 2006© universidad externado de colombia, 2006

Derechos exclusivos de publicación y distribución de la obraCalle 12 n.º 1-17 este, Bogotá, Colombia. Fax 342 4948www.librosuexternado.com

Primera edición: marzo de 2006

Diseño de carátula y composición: Depto. de PublicacionesFotomecánica, impresión y encuadernación: PANAMERICANA,formas e impresos S. A., con un tiraje de 13.500 ejemplares

Impreso en ColombiaPrinted in Colombia

Universidad Externado de Colombia

Fernando HinestrosaRector

Hernando ParraSecretario General

Miguel Méndez CamachoDecano de la Facultad de Comunicación Social-Periodismo

Clara Mercedes ArangoDirectora de Extensión Cultural

7

C o n t e n i d o

Las horas de este dia 11Como esperando a alguien 12Las cosas pérdidas 13Entre tinieblas voy 14Restos del tiempo soy 15Ya no me queda casi nada 16Igual que caminar contra un espejo 17El paso del tiempo 18La casa en ruinas 19Parece mentira 20El aire enrarecido huele a antaño 22Todo en la vida es pasajero 24Postales 25La sombra del almendro 26Ciudad en ruinas 28Pompeya 29Carta a Mario Rivero 30La gallada 31Distintos soles 32Después del infortunio 33Poco antes de morir 34Vaya uno a saber 35Alguna vez de lejos 36

De bruces con la muerte 37El extraviado 38Mientras cae la niebla 40Instantánea 42Desprevenidamente 45La lava del olvido 46Amor en ruinas 47Ceremonia de amor 48El roce de tu piel 49El deseo 50Las cenizas del día 51Hay gente sola en la ciudad 52El solitario 53El inquilino del apartamento del lado 55De la clandestinidad a la deriva 56

EL AUTOR 61

A Maria Mercedes Carranza.

11

Las horas de este dia

Como perro que se muerde la cola,las horas de este díadan vueltas en redondo.

Como la sombra al cuerpo,el tiempo nos persigue sin sosiego,nos marca con su hierro candente,nos consume,y no nos deja más, sino los huesos.

Venimos y nos vamos en silencio–nada tiene sentido sin la muerte–.

12

Como esperando a alguien

Las hojas del otoñocaen sobre mis hombrosmientras suben palomaspor el cielo.

Paso las horas del díacaminando bajo los árboles,deshaciendo lo andadososegadamente,sin prisa,como esperando a alguienque no sabe,que cumpliré puntualcon esa cita a ciegasque tenemos.

13

Las cosas pérdidas

Hundí los ojosen el mary vi los pecestras los barcosperdidos.

Miré el cieloy vi los pájarostras los vientosperdidos.

Volví los ojoshacia dentroy vi las sombraspersiguiendomuertos.

14

Entre tinieblas voy

Yo no soy másque un cuerpo en el que llevo:el alma rotay un armazón de huesosque me mantiene en piecomo bastón de ciego.

Entre tinieblas voy,a tientas me sostengo.Doy vueltascomo un runcho en el cordel,todo es incierto.

–He perdido el pasoy no lo encuentro–.

15

Restos del tiempo soy

Como un árbol caídosobre mi sombra estoysin sabia, ni raíz.Poco a pocome voy desvaneciendo.Restos del tiempo soy,fuego sin leño.

16

Ya no me queda casi nada

Ya no me queda casi nada,unos cuantos recuerdos no másy un puñado de sombrasque empaña la memoria.

A tientas por la vida voy,desesperado,y ciego.

–No tengo patriani lugarni asilo–.

17

Igual que caminar contra un espejo

Igual que caminar contra un espejoy verse regresar,el tiempo se vuelve cauce arriba,en sentido contrarioal curso de los días,y a medida que se acerca al pasadolo hace ya muchos años sucedido,lo jamás recordado,lo perdido,vuelve de nuevo a la memoriay se repite como un disco rayado.

18

El paso del tiempo

Como el insomneque mira su rostroen el espejo,y ve pasar los sueñosdebajo de la piel,en la palma de mi mano,veo pasar el tiempo:los días que se fuerony aquellos que me debenen las cuentasde señalar la fechacuando debo partir.

19

La casa en ruinas

Donde estuvo la casade los abuelossólo hay ruinas,muros caídosy habitaciones destruidas.

–Árboles que alguna vezfueron abetos o abedulesyacen también sobre la tierra,muertos–.

20

Parece mentira

Parece mentiraque el abuelo,no estuvieracon las botas puestasy su enorme bigotedonde escondía la bocacuando lo sacamosa hombros de la casa,como si fuerauna tarde de toros.

De haber vivido mas,estoy seguro,hubiera podidorealizar sus sueñosy de paso saldaralgunas cuentasque tenia consigo mismo

21

pero su tiempoya se había cumplido,y la tierrase le vino encimacomo un aludy le cubrió los huesos

22

El aire enrarecido huele a antaño

Nadie entra a ésta casahace ya mucho tiempo.

La aldaba sordomudaque anunciaba visitasse olvidó de sonar.

Detrás de la paredesque habitaron los abuelosno hay mas que arcillay argamasa.De los clavos caídossólo quedan los huecosy el recuerdode unos rostros fantasmas.

23

Queda poco en el patio:una fuente sin agua,el mismo sol de siempre,el mismo cielo,y el árbol que se niega a moriry sigue dando sombra.

24

Todo en la vida es pasajero

Mí memoria está llenade recuerdos en desorden.Ciudades donde estuvey quedan lejos,calles por las que anduvey no he vuelto a recorrer,cuartos de hotel,rostros de amigos que se fueron.

Me preguntosi todo en la vida es pasajero,si las cosas que he conservado:libros, postales,objetos en desuso, trastos viejos,se irán conmigo, cuando yo me vayao seguirán viviendo,ignorando mi ausencia.

25

Postales

Las postales me traen de España:las callejuelas de Peñiscola,entre geranios,el Paseo de las Ramblasy, las casas encaladas de Cadaquésrecortadas sobre el azul Mediterráneo.

Si pudiera volver a esos lugares,no dudaría en escoger:de Peñiscola el mar,de Cadaqués la luzy, de las Ramblasla sombra de sus árboles.

26

La sombra del almendro

Mi padre hablaba de una ciudadque se sabía de memoriacomo ninguno.

Cada calle era distinta a las demáspero todas estaban empedradasy desembocaban en algún lugarque propiciaba encuentros.

Las casas de ladrilloo barro crudotenían las paredes encaladas,rincones misteriosos,historias olvidadasy, un patio en la mitadcomo un altarcon flores en sus tiestos.

27

De la ciudad de mí padreno queda casi nada.Apenas el trazado de las calles,el cuadrado de la plazay la sombra del almendro.

De mí padre,queda la casa en la que vivo,su mujer y seis hijos,la piedra donde estásu nombre escrito,esa sonrisa suya que heredamosy un inventario de objetos inserviblesque habitan las gavetasy el olvido.

28

Ciudad en ruinas

Mi padre hablaba también,de una ciudad en ruinas.

Yo no sé si era Romao Berlíno simplemente Cúcutadespués del terremoto.

La que fuera de las tresque hubiese sido,habitó para siempresu memoria,y sobrevivió al olvido

29

Pompeya

La tierra temblóy se escucharon ruidos extraños.El volcán hizo explosióny el cielo se iluminócon el resplandor de las rocas ardientes.Densas nubes de ceniza y humose extendieron sobre los ríos de lavaque cubrían lo que encontraban a su paso,destruyéndolo.

Poco despuésel volcán se apagó por completo.

–Bajo las cenizas del Vesubioquedó Pompeya sepultada–.

30

Carta a Mario Rivero

Cuando los muchachos del barrio fuimos al circo,expectantes asistimos al espectáculo.Después de la fanfarria, apareció el elenco,y comenzaron a desfilar por la arenalos enanos en zancos,los payasos con sus caras de harina,el domador de mansas fieras,la amazona y sus potros,y el caballero de frac y flor en el ojalque remedaba al mago.

Tras un redoble de tambor, los maromerosen los trapecios ejecutaron sus acrobacias,en medio de nuestro asombro convertido en aplausos.–Yo deseaba locamente caminar por la cuerda floja, pero elleón no me quitaba los ojos de encima.

31

La gallada

Los de la galladaeran pelados de quince añosque azotaban al barrio.Todos conocían sus andanzas.Metían basuco y música rockjunto a los pistolerosen las películas.

Eran malososesos pelados,donde ponían el ojoponían también la bala.

32

Distintos soles

Tres soles brillanen la chaqueta del General.Parece irónico,pero en el cielobasta con uno solo.

33

Después del infortunio

Cumplidos los mil días de la guerrael General agobiado por el infortuniosostenía sus pasos en una vara de bambú.

Cansado por añosal frente de los ejércitos del sur,no había abdicado de sus investiduraspara cubrir la sombra de sí mismo.

34

Poco antes de morir

El General poco antes de morir,hizo un alto en el sueñopara espantar las pesadillas,y entre el canto del galloy la vigilia,recordó sus días de guerraa voz en cuello.

Hasta pasada el albaestuvo delirando,más tardesu rostro se hizo tenso.

–Fue entoncescuando nubes de polvo y pólvoracomenzaron a borrarle sus recuerdos–.

35

Vaya uno a saber

Vaya uno a saber si fue ciertoque murió de las fiebres palúdicaso de una pulmonía.

–Fue el día del incendio del circocuando dejó de ser una atracción–.

Tan displicente como era,tan desdeñosa y presumida.

Vaya uno a recordarel nombre que teníasi solo llevaba las inicialesbordadas en la punta del pañolónque como una sombrale abrazaba el cuerpo.

36

Alguna vez de lejos

Debió llegar alguna vezde lejos.

Hubiera pasado desapercibidosi no hubiese sidopor ese contoneo cojeantey la “nueve milímetros”que exhibía en la cintura.

No se arrugaba por nadani se dejaba montar de nadie.Todo el que tropezaba con élla llevaba perdida.

Cuando se encontró con la muerte,ya se había echado sobre sus hombrosmás de dos matones encima.

37

De bruces con la muerte

Lo imagino tendido de cara al soly al fondo el marel mismo mar de siempre,el mismo cielo.

Nada había en el mundoque pudiera abatirloni nadie capaz de intimidarlo.

Sin embargo,un oscuro presentimientole cruzaba la frente.

Nunca antes se le vio tan solo,Abandonado y tristecomo aquella mañanacuando doblo la esquina equivocaday se encontró de bruces con la muerte.

38

El extraviado

Nunca se supo cuando llegóni de dónde venía.

No era más alto que el umbralde una puertani tampoco más bajo.

Tenía los ojos pardos,y la cara salpicada de pecas.

Andaba solo por la ciudadcomo un náufrago a la deriva.

No se metía con nadie,y rehuía a los demás.

39

Pasaba horas enterastumbado sobre la hierbasin hacer ni pensar.

Sus ojos estaban siempreen un punto fijo del firmamento,siguiendo el movimientode la esfera solar.

40

Mientras cae la niebla

Sucedeque no puedo dejar de recordartemientras cae la nieblay Magione toca su trompetaen un solo tristísimo.

Te imaginocayendo desde el aire,tu cuerpo calcinado por el sol,y tu rostro tensocomo la piel de los tambores.

Ahora no eres másque un puñado de tierra,un recuerdo agazapadoen la memoriaque el olvido dejó.

41

Solo queda de ti,quien lo creyera:un retrato colgado en la paredy una horqueta por cruzsobre tus huesos.

42

Instantánea

Ojeas el diarioy tropiezas,ilustrando la noticia,con unas fotografíasque registran escenasde los “enfrentamientos”en la Universidad.

Quizácon impacienciamientras contemplas las escenas,te preguntespor aquel estudiantea quien viste alguna vezy busques apresuradaen la memoriael lugar del encuentro.

43

Sin embargo, solo tendrás la certezade su nombrecuando descubrassu asiento vacío en el salón,y adviertas que él era el mismoque esperaba a tú ladola llegada del bus,poco antes de que el Presidentedecretará el Estado de Sitio.

Repasas la noticia que recogelos pormenores de su fusilamientoy la versión de ”la bala pérdida”mientras estallabanbombas lacrimógenasentre la multitud.

44

Miras por última vezla instantánea que ilustra la noticiay al tiempo que concluyes la lectura,concluyes tú tambiénque eres la misma muchacha de la foto,de espaldas a la cámara,con los brazos en altoy la nuca en la mira del fusil.

45

Desprevenidamente

Desprevenidamentevuelvo a mirarfotografías de la infanciay entre la herrumbre del tiempoy la polillarescato el rostro de alguiena quien perdí de vista alguna vez.

Me pregunto:

¿Qué habrá sido de él?¿A que lugar del mundohabrá ido a parar?¿A qué ciudad?

¿Si habrá muerto tal vezo vive todavía?

46

La lava del olvido

Como la roca fundidaque fluye del interior de los volcanes,al precipitarse va borrandotodo indicio de vida vegetal,la lava del olvido va sepultando todolo que la memoria ha construido.

A su paso sólo deja cenizas, ruinas,capas de lodo endurecidas como piedra.

–No quedan huellas,ni marcas,ni señal–.

47

Amor en ruinas

Como sobre los restosde las antiguas aldeasse han levantado los murosde las ciudades,más de una vezse ha construido un amorsobre las ruinasde otro más antiguo.

48

Ceremonia de amor

La ceremonia del amor suele iniciarsecon un leve jugueteo:unas miradas que se cruzan,un susurro al oído,o ese roce fatal de las mejillasque termina al final de los labiosdonde fluye el deseo.Lo que sigue despuéses una lenta procesiónde manos por los cuerpos.Los amantes se buscan a tientascomo ciegosmientras el aire se va llenandode gemidosy las ropas resbalan por la piel.

49

El roce de tu piel

Poco a pocome vas llenando todo.El roce de tú pielbasta para calmarel deseo que tengode tiy que solo se saciacon tu cuerpo.

50

El deseo

La bella criatura salvajeque deambula dentro de mis sueños,se mueve nerviosamentecomo un tigre al acecho.Se sobresalta cuando te acercasy solo se aplacacuando juntamos nuestros cuerpos.

51

Las cenizas del día

Cae la tardesobre el mundo,el cielo esta gris,la lloviznano cesa de caery la ciudadse va llenando de niebla.

Poco a pocolas cenizas del díase esparcenpor el aire

52

Hay gente sola en la ciudad

Hay gente sola en la ciudad.Las calles están llenas de seres extraños.

Pero no podemos ir a la playay pensar que hay menos soledad allíque en la ciudad.

–Hay demasiada gente solaen el balneario–.

53

El solitario

El olor de su piel delata al solitario.Podemos también seguir su rastroguiándonos por el vahoque deja en los objetosque ha tocadoo en el andar escurridizodel desconocidoque se abre paso entre la gente,pegado a la pared.Nadie habrá dejadode observar sus movimientos,que por ser tan realesresultan sospechosos,ni tampoco dejado de mirarlocuando recorre las callesextraviado entre la multitud.

54

Es posibleque tropecemos con élen el café,o la salida del trabajo,cuando con el periódicoy la barra de pan debajo del brazo,dobla la esquinay comienza a perderse de vistacomo el naufrago que se hundecon su barco.

55

El inquilino del apartamento del lado

El inquilino del apartamento del ladoestá en confinamiento voluntario.Dicen que no sale de su aposentoy que solo se le ve por la ventanacuando atraviesa el pasilloen dirección al baño.

De pronto los vecinosno saben de su encierro,ni escuchan la canciónque ahoga su silencio,ni perciben sus pasos de sonámbulo.

La verdad es que el inquilinodel apartamento del ladono quiere abrir la puerta,y a pesar de que no se ha apartadodel teléfono, se niega a contestarlo.

56

De la clandestinidad a la deriva

En un abrir y cerrar de ojospasé de la clandestinidad a la deriva,dejando a mis espaldasel paraíso perdido.

Durante cuarenta díasy cuarenta nochespermanecí en el desierto de la ciudad,hasta que las tormentas de arenay los latigazos del vientome dejaron en carne viva.

Caminé entre la gentepor calles desconocidas,unas veces despacio,otras aprisa;siempre del tambo al tumboy del tumbo al tambo.

57

Deambulé por las avenidasen medio del tráficoy el ruido de las bocinas.

Por los empinados callejones de las colinassubí a pie hasta los barrios de la miseria.Tras las paredes de barrocompartí con los pobres la misma pieza,el piso en tierra, la casa a medio hacer.

Descendí hasta los bajos fondosconviví con alcohólicos,putas y drogadictos,

Entré a los supermercadosen busca de la fruta podrida.Use los sucios retretes pintados con graffitiesde los bares de la “Guayabera”.

58

Toqué todas las puertas sordas.Dormí a la intemperie,bajo los puentesy en las estaciones de policía.

Pité marihuanachupé pegantemetí metanol.

Me extravié en el silencio,sufrí de mal de amor,de tedio incurabley de melancolía.

Recurrí a curanderosvisité brujos, profetas, hierbaterostratando de encontrar un brebajepara curar la soledad.

59

Escribí versos bajo los faroles.Serví de testigo falsoen juzgados y notarías.Fui payaso de circo,cómico trashumantey rey del aire.

Hundí la mano hasta el codoen las fauces de los leonesque bostezaban en el fosoal lado de Daniel.

Permanecí largas horascerca de la playasiguiéndole los pasos a los turistasque tomaban el sol.Vendí gafas oscuras,aceite de coco, papaya fresca.

60

Sobreviví tocando a Vivaldi en mí violínen medio del asombro de los curiosos.

Entre el ruido y la prisa,la vida se me hizo insoportable.Una mañana el cielo se me vino encima.

En la pila del parqueapagué la sed que me abrazaba,y antes que el gallo me delatara,canté tres veces.

Con el correr de los días me volví loco.El tiempo no me desespera.Nada me une a nadie,nada me lastima.

–Soy el solitario del montón–.

61

DAVID BONELLS ROVIRA (1946). Cursó estudios de Arquitectura en laUniversidad Piloto de Colombia, un postgrado en Gestión Pública y undiplomado en Docencia Universitaria en la Escuela Superior de AdministraciónPública.Participó en los seminarios de Animación Cultural y Educación Permanenteorganizado por la UNESCO en Belfort, Francia (1976), sobre Estudios Jurídicosde las Areas Metropolitanas realizado en la Universidad Externado de Colombia(1991) y sobre Residuos Sólidos convocado por la Organización Mundial de laSalud en Caracas (1993).Se ha desempeñado como: Director del Instituto de Cultura de Norte deSantander, de la División de Desarrollo Cultural del Instituto Colombiano deCultura y el Centro Cultural Municipal de Cúcuta. Consultor de la UNESCO yde FONADE, Jefe de Planeación y Secretario de Hacienda de la Alcaldía deCúcuta, Gerente del Área Metropolitana, de las Empresas Municipales y de laCentral de Abastos de Cúcuta.Actualmente, es el delegado del Ministro de Cultura ante el ConsejoDepartamental de Cultura de Norte de Santander.Aparte del ejercicio de la Arquitectura, que es su profesión, ha mantenido unaconstante actividad como docente universitario, poeta y urbanista. En esteúltimo campo, ha realizado numerosos trabajos como: “el Patrimonio Históricorelacionado con la vida del General Francisco de Paula Santander”, el Plan deDesarrollo Urbano de la Ciudad de Cúcuta” y la “Problemática Urbana delÁrea Metropolitana de Cúcuta”.Entre sus libros de poemas figuran: “La Noche de Madera”, “Poemas deHojalata”, “Las Antologías Poetas Nortesantandereanos” y “Poemas al Padre”.

62

El primer título le valió el premio de poesía Jorge Gaitán Durán, otorgado en1963. Formó parte de los movimientos Nadaista y la Generación Sin Nombre.“Las Cenizas del Día” recoge poemas publicados, y versiones corregidas.

COLECCIÓN UN LIBRO POR CENTAVOS

1. Postal de viaje, Luz Mary Giraldo

2. Puerto calcinado, Andrea Cote

3. Antología personal, Fernando Charry Lara

4. Amantes y Si mañana despierto, Jorge Gaitán Durán

5. Los poemas de la ofensa, Jaime Jaramillo Escobar

6. Antología, María Mercedes Carranza

7. Morada al sur, Aurelio Arturo

8. Ciudadano de la noche, Juan Manuel Roca

9. Antología, Eduardo Cote Lamus

10. Orillas como mares, Martha L. Canfield

11. Antología poética, José Asunción Silva

12. El presente recordado, Álvaro Rodríguez Torres

13. Antología, León de Greiff

14. Baladas - Pequeña Antología, Mario Rivero

15. Antología, Jorge Isaacs

16. Antología, Héctor Rojas Herazo

17. Palabras escuchadas en un café de barrio, Rafael del Castillo

18. Las cenizas del día, David Bonells Rovira

19. Botella papel, Ramón Cote Baraibar

Editado por el Departamento de Publicacionesde la Universidad Externado de Colombia

en marzo de 2006

Se compuso en caracteres Garamond de 10 puntosy se imprimió sobre papel periódico de 48.8 gramos,

con un tiraje de 13.500 ejemplares.Bogotá, Colombia

Post tenebras spero lucem