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La Escritura y el Arte: La Edad Media. Por: Virginia Seguí
Los hitos significativos de la escritura, las representaciones de ella,
el crecimiento de muestras artísticas, evangeliarios, codex, códices,
pinturas, grabados, durante la Edad Media, van mostrando cómo el
arte de la caligrafía y con él de la escritura forman un muestrario
cultural movilizador de voluntades, de pueblos y hasta de intentos
del poder para dominarlo.
La Escritura y el Arte. La Edad Media. Por: Virginia Seguí.
A fines del siglo IV comienza el principio del fin para el Imperio
romano, tras la invasión de Italia por el visigodo Alarico y el saqueo
de Roma por Geiseirco, rey de los vándalos, las incursiones de
pueblos bárbaros se hicieron cada vez más frecuentes y cruentas, y
sus consecuencias cada vez más negativas para el poder de Roma;
poco a poco estos pueblos irán conquistando territorios e
instalándose en ellos de manera permanente, creando sus propios
estados nacionales. Para esta empresa una de sus mejores armas
fue la ruptura de algunos de los pilares donde se asentaba el poder
de Roma: el idioma; la imposición del Latín como lengua común para
todos los territorios que, una vez conquistados, convertían en
provincias de su Imperio había sido, sin duda, un valioso método de
unificación; y, su ruptura fue también una de las primeras
consecuencias de su desmantelación, ya que sus invasores eran
poseedores de su propia lengua y tradiciones con las que
diferenciarse del mundo romanizado. Algunos de ellos como:
visigodos, merovingios, ostrogodos, vándalos, alanos, anglo-sajones,
etc., consiguieron controlar diferentes zonas del continente europeo
y establecerse como naciones soberanas.
(Fig. 1. San Gregoria copista
Scriptorium )
Sin embargo, existía ya, y fuertemente organizado, un poder, al que
hoy día quizás llamaríamos transversal, que, además del control
político, aspiraba al control de otros muchos aspectos de la vida de
los pueblos; y que por ello sabía que, en un momento de crisis como
el que se vivía en la época, además de mantener un estatus
diferenciado debía tener la capacidad de sobrevivir frente a
cualquier tipo de vicisitud, y este poder era la Iglesia o el
Cristianismo; a quién no le quedó otro remedio que idear un sistema
de defensa y protección; por ello se plantearon, entre otras
cuestiones, la organización de sus ritos, ya que su conocimiento y
divulgación era básica para su supervivencia, y curiosamente para
conseguirlo emplearon el mismo sistema que los romanos, es decir,
un idioma común; y de esta manera el Latín se convirtió en la lengua
propia de la Iglesia: un idioma único para una iglesia extendida por
todo el orbe conocido y un idioma, además, con fuertes raíces en los
territorios ocupados; en él codificarán sus ritos para preservar y
divulgar sus dogmas; y a él se unirá el uso de una caligrafía que
también le es propia: el alfabeto uncial. La evangelización llevada a
cabo por la Iglesia en el territorio europeo se realizó mediante la
creación de centros religiosos, desplegando avanzadillas de monjes
misioneros que iban estableciendo inicialmente células básicas o
cenobios que fueron creciendo a medida que aumentaban las
conversiones; llegando con el tiempo a convertirse en grandes
Monasterios y focos de cultura; ya una de primeras cosas en se
ocupaban los monjes era en organizar un scriptorium (Fig.1); donde
los copistas trabajaban en la redacción de los diferentes textos
sagrados; mientras que más capacitados o mejor dotados para ello
los ilustraban e iluminaban; así la uncial, derivada del Epitome, se
convertirá en la escritura románica por excelencia, convirtiéndose
gracias a la pureza y robustez de sus líneas, la suavidad y redondez
de sus formas, en una perfecta integración con el contexto artístico
del momento.
( Fig.2. Durrow.
Página de tapiz. 675)
A partir de entonces y con la practica ya
individualizada de la uncial como tipología básica, ésta irá
evolucionando y adquiriendo caracteres propios en cada scriptorium,
ya que con la práctica los monjes irán adquiriendo destrezas e
introduciendo sus propios estilos; de esta forma aparecerá otro tipo
de escritura conocida actualmente como: semiuncial, denominada
así por los benedictinos dom. Toustain y dom Tassin, en su
obra Nouveau traité e diplomatique, aunque expertos posteriores
han demostrado errores en sus tesis, estableciendo que la relación
entre ambas grafías tiene su origen en su procedencia común
del Epitome, no por ser diferentes evoluciones del mismo tipo de
letra.
En cualquier caso una de las cuestiones que a nosotros más interesa
es ver cómo en cualquiera de las producciones de los diferentes
códices y manuscritos que, con el tiempo, fueron creándose, los
monjes, además de esmerarse en practicar una cuidada escritura y
bella caligrafía para escribir los textos, se dedicaron también a
iluminarlos, y cada vez con mayor profusión, introduciendo en ellos
decoraciones, quizás hasta ahora, más propias de las Bellas Artes;
ya que en su afán de ilustrar sus historias fueron creando hermosas
y originales miniaturas para ayudar a su comprensión, en las que
hoy podemos apreciar todo su arte.
Las Islas Británica son un foco básico en este tipo de obras, allí
encontramos algunos de los ejemplos más importantes, para la
degustación de ambas artes: el de la caligrafía y el de la iluminación.
El Libro de Durrow, fechado en el ultimo cuarto del siglo VII, contiene
varios textos: los cuatro Evangelios, concordancias según San
Eusebio, una carta de San Jerónimo sobre su traducción al papa
Dámaso I, prefacios, resúmenes y glosarios de nombres hebreos, y
el trabajo de iluminación comprende los símbolos de los cuatro
Evangelistas, cuatro hojas tapiz y la decoración de las palabras
iniciales de los Evangelios. (Fig.2-3) Según parece en Irlanda este
tipo de libros se guardaba protegidos en bolsas de piel en huecos
abiertos en las paredes de los Monasterios, la tradición recoge que,
sin embargo, elLibro de Durrow se guardaba en un cofre
especialmente creado para ello, y que esto se debe a la convicción
de que su realizador había sido el propio San Columban; quién lo
había realizado en tan solo doce días, convirtiéndose así, además de
en una obra de arte, en una reliquia, conservándose por ello como
tal: en una caja relicario o catharch.
( Fig. 3. Libro de Durrow. S. VII)
Con ocasión de una boda real, la del rey Edelberto de Kent y la hija
cristiana de uno de los reyes merovingios franceses, el papa
Gregorio Magno aprovechó pare enviar a Inglaterra un grupo de
monjes irlandeses con la misión de extender la religión a nuevos
territorios; la elección de monjes irlandeses para tal cometido parece
ser que estuvo condicionada por el conocimiento que éstos tenían
en la realización de todo tipo de códices, sobre todo evangeliarios,
considerados básicos para la propagación de la fe.
El Libro de Lindisfarne es la materialización de dicha empresa, tiene
como copista e iluminador al que era Obispo de la isla del Mar del
Norte: Eadfrith, fallecido en el año 721; el libro contiene los cuatro
Evangelios, y se halla iluminado con las imágenes de los cuatro
evangelistas, dieciséis tablas de concordancias, cinco páginas tapiz,
y numerosas iniciales de pagina. (Fig.4) Al igual que el caso anterior
el libro se guardaba en una caja relicario, hoy perdida realizada por
Ethewald, sucesor de copista, con maderas traídas por Bilfrid, un
ermitaño, que trabajó el metal que adornaba su exterior cubriéndolo
de oro y piedras preciosas y, al parecer fue Alfred, un indigno y
miserable presbítero quien glosó el texto a la lengua vulgar.
( Fig. 4. Incipit del Libro de Lindisfarne) ( Fig.5. Libro de
Kells. Capitular E.)
El Libro de Kells procedente de los cenobios establecidos en la isla
de Iona y fechado hacia el 800, está escrito en latín con algunas
partes traducidas al irlandés y contiene: los cuatro Evangelios, con
más de seiscientas páginas iluminadas en color y con un texto muy
ornamentado, sobre todo las letras con las que se inician las páginas
que, a veces, aparecen enmarcadas por pilares verticales
distribuidos en campos con cintas entrelazadas con el sistema celta
que vemos en muchas ocasiones en trabajos de orfebrería celta.
(Fig.5-6) Destaca la página conocida como Ji-ro con la que se da
inicio al Evangelio de San Mateo, que ofrece uno de los ejemplos
más destacados del sistema decorativo insular de la época y que
incluye un monograma de Cristo. (Fig.7)
( Fig. 6. Libro Pericopas. Enrique II
Cunegunda)
Otro foco importante de creación de códices miniados se sitúa en
Centroeuropa predominando las mejores realizaciones durante los
períodos: carolingio y otoniano, momentos álgidos del arte que
toman su nombre de los gobernantes que los propiciaron. El reinado
de Carlos I el Grande conocido como Carlomagno significo el
denominado renacimiento carolingio, que significó un resurgimiento
de las letras y de las artes en las que tuvo mucho que ver el rey
quien desde su posición predominante apoyó de forma decidida el
desarrollo cultural; creó la Escuela Palatina poniendo al frente de
ella a Alcuino, diácono bretón, formado en York y conocedor de la
cultura de las islas y de las miniaturas irlandesas y anglosajonas,
que llegó a Aquisgran en el 782; acometiendo desde su puesto de
rector, la expansión de los conocimientos adquiridos en York,
relacionados con diferentes ciencias como: Gramática, Retórica,
Leyes, Poesía, Astronomía, Geometría y Ciencias Naturales, como
vemos un amplio y variado abanico de conocimientos que muy
pronto dio sus frutos.
( Fig. 7. Página Ji-ro. Evangelio San Mateo. Monograma de Cristo)
Existen diversos códices interesantes procedentes de diversos
centros de producción que fueron creándose durante su reinado en
los que volvemos a ver unidos el arte de la caligrafía y de la
miniatura. El desarrollo de la caligrafía continúa su curso y en esta
época adquiere gran esplendor, creándose un estilo propio carolino,
consistente en una minúscula utilizada entre el 800 y el 1200 en
todo el territorio del imperio de la que después derivaría la escritura
gótica. Se trata de un tipo letra legible, clara y uniforme resultado
del intento de normalización acometido por Carlomagno, en el que
se vislumbra también un sentido unificador; lo que se facilitaba su
comprensión en todo el Imperio. Aunque su uso no excluye la
utilización de otras grafías, algunas de ellas retomadas de la
Antigüedad como la capital rústica derivada de las inscripciones
solemnes presentes en soportes escultóricos o arquitectónicos, con
las que coexistirá.
El Evangeliario de Godescalco, copista que realizó la obra a iniciativa
del emperador, entre los años 781 y 183 y durante el viaje que
realizó acompañándole a Roma, es un códice significativo cuyo texto
escrito en uncial, a dos columnas, sobre pergamino púrpura en oro y
plata, añade una novedad, ya que contiene uno de los primeros
ejemplos y versiones de la minúscula carolingia o minúscula regular,
además del uso de la capital rústica. Su contenido se centra en las
lecturas de los Evangelios o perícopas evangélicas, en el orden
litúrgico del año eclesiástico, seis miniaturas de página entera, la
ornamentación que enmarca los textos y la decoracion de las
capitales que inician lás páginas. ( Fig.8)
(Fig
. 8. Evangelario de Godescalco)
Aquisgrán, sede del poder carolingio y de la Capilla Palatina, en la
que Carlomagno recibió en el 812 juramento de fidelidad de los
emisarios del Bajo Imperio y en la que él mismo nombró emperador
a su hijo Ludovico el año siguiente fue, donde Otón III, en el año mil
para honrar a su antepasado mandó abrir su sepultura encontrando
un valioso Evangeliario, que se veneró en la ciudad como reliquia del
emperador, junto a su sable y la bolsa de peregrino de San Esteban.
Este suntuoso códice escrito en letra de oro y plata sobre pergamino
púrpura, como símbolo del poder del Imperio, hecho quizás a
imitación del Génesis de Viena o delCodex Rossanessis, es conocido
como los Evangelios de la Coronación oEvangelios del Imperio, y
contiene un texto en el que se empleó la uncial y la
monumental capital rústica estando considerado como una de las
obras capitales del arte carolingio. Los cuatro evangelistas a pagina
entera, muestran la iluminación artística más rica de todas la obras
de este tipo, podemos verlos sentados escribiendo, envueltos en
túnicas blancas; enmarcados por un paisaje en el que destacan
monumentos arquitectónicos, en lo que parece ser una escenografía
clásica; en cierto modo deudoras de la Antigüedad clásica tardía,
quizás influenciados y posiblemente relacionados con talleres
similares bizantinos. ( Fig.9)
( Fig.9. Evangelios coronación. E Palatina)
Durante la Pascua del 827 sucedieron en el Imperio Carolingio
algunos acontecimientos considerados extraordinarios, cerca del
Monasterio de Saint-Médard de Soissns, en la Picardía francesa, los
monjes se hicieron cargo de una reliquia asombrosa: los restos
mortales de San Sebastián a quien los soldados del Emperador
Diocleciano, hacia el año 450, habían saeteado hasta su muerte;
pero el santo tenía mucho predicamento en la zona y seguía siendo
invocado cuando se consideraba necesaria su protección ya fuera
contra los infieles o contra cualquiera de las numerosas epidemias
que diezmaban la población. El emperador carolingio Ludovico Pío y
su esposa Judith regalaron, en tan magna ocasión, a la iglesia de
Saint-Médard de Soissons un rico Evangeliario que había pertenecido
a Carlomagno; o al menos eso decía el monje Odilo en la reseña que
hizo en una de sus cubiertas, concluidas hacia 1169, y hoy perdidas;
su texto recoge los cuatro Evangelios, y se incluyen 6 miniaturas a
toda página más 12 tablas de concordancias. Una de sus páginas
iluminadas, quizás la mas famosa, representa la fuente de la vida:
en la que la imagen de un ambiguo jardín, semidesértico a la vez
que frondoso; poblado de ciervos y aves y embellecido con
arquitecturas, nos permite, si no conocer a su autor, sí adivinar que
se trata de un iluminador de amplia cultura ya que en su obra ha
mezclado simbologías de variado origen: el mundo cristiano, el
clásico, del mundo oriental propio de las culturas mesopotámicas; la
imagen de Apolo, dios mitológico solar, se representa como
vencedor del dragón lo que, dada la época, podemos relacionar con
fuentes paleocristianas que de esta forma lo relacionaban con
Cristo; las características orientalizantes del jardín son inequívocas:
la fuente central con un sentido de manantial de vida, los cuatros
ríos, los cuatro Evangelios ambos interpretados como fuente de
vida. (Fig. 10)
(Fig. 10. Evangelios Saint Medart de Soissons)
(Fig. 11. Códex Aureo)
La pormenorización de todos los códices que salieron de los talleres
carolingios excede la finalidad de este trabajo, no obstante no
queremos dejar de mencionar el Codex Aureo que conserva su
cubierta (Fig.11) y que nos permite admirar uno de los mejores
trabajos de orfebrería de la época, en la que el artífice emplea todo
tipo de técnicas de repujado y filigrana para trabajar el oro y
combinarlo con la incrustación de piedras preciosas mediante los
típicos cabujones de la época. Carlos el Calvo, nieto de Carlomagno
fue su primer propietario desde el 875; luego hacia el año 893 fue
donado por el rey Arnulfo al monasterio de San Emmeran de
Ratisbona. Sus ilustraciones contienen el germen de la iluminación
otoniana.
( Fig 12. Evangeliario Otón
III.) (Fig.
13. Evangeliario Otón III. Letra Q)
Ya dentro del denominado Sacro Imperio Romano dos de los mejores
ejemplos pertenecientes al reinado de Oton III: su Evangeliario y
la Apocalipsis de Bamberg. El primero de ellos, que también
conserva su valiosa encuadernación original, es otro de los mejores
ejemplos de la orfebrería medieval que enmarca un marfil bizantino
que representa la escena de ladormición de la Virgen, procedente de
los talleres de Reichenau, alcanza gran nivel artístico; obra atribuida
a los hermanos Liuthard, contiene los cuatros Evangelios una
miniatura a dos páginas y 34 miniaturas de página entera, 12 tablas
de concordancia y cuatro iniciales enteras. (Fig.12-13)
(Fig. 14. Apocalípsis de Bamberg.
Coronación)
Por último el Apocalipsis de Bamberg, fechado en los comienzos de
la primera centuria y procedente de los mismos talleres que el
anterior, posible encargo de Oton III y tras su prematura muerte su
sucesor Enrique II ordeno su finalización. Su texto contiene el
Apocalipsis de San Juan y los cuatro Evangelios y se halla ilustrado
con 57 miniaturas, 103 capitulares, algunas de ellas de página
entera. Enrique II y su esposa Cunegunda son los donantes del libro
(Fig.14); que al parecer debe su realización a distintas manos debido
a la muerte de Oton III, lo que obligó a ciertas modificaciones para
adecuarlo al nuevo soberano, junto con el anterior y el Libro de las
Pericopas de Enrique II son las tres joyas de la iluminación otoniana.
(Fig.15)
( Fig. 15. Libro Pericopas. Enrique II y Cunegunda)
La Escritura y el Arte.- II- De Roma al Cristianismo. Por: Virginia Seguí Collar.
25 Valorar entrada
( Fig.1. El Imperio Romano en 395 dc.)
La gran cantidad de culturas y países que dominó, política y
administrativamente, el Imperio Romano abarcaba, en su época, la
mayor parte del mundo conocido (Fig.1); mediante su colonización y
la incorporación a su sistema administrativo fue realizando su
latinización; no obstante, el nivel de control que obtuvo sobre la
cultura y el lenguaje de estos pueblos colonizados no alcanzó un
nivel uniforme, siendo mayores la dificultades cuanto mayor era el
grado de desarrollo cultural alcanzado por cada uno de ellos antes
de la conquista. En algún caso la influencia fue, incluso, a la inversa,
siendo la propia Roma la que asumiría e incorporaría como propios
algunos de los aspectos más significativos del acervo cultural de los
pueblos conquistados; el ejemplo más claro de esto sería el caso
griego.
Por otro lado habría que plantear que el largo período de dominación
romana no estuvo exento de tensiones, tanto en la metrópoli como
en el resto de países lo que acabaría provocando, primero su
división y, a la larga, su desaparición; en este sentido una de las
cuestiones mas significativas sería la aparición y evolución del
cristianismo y, por otra parte, las sucesivas invasiones de pueblos
bárbaros que fueron decisivas y significaron la desmembración del
Imperio Romano de Occidente; si bien estos pueblos durante la
conquista y en los comienzos de la organización de sus nuevos
estados acometieron la destruyeron de la organización romana
preexistente, finalmente acabaron, en muchos casos, asumiendo a
posteriori sus beneficios, recuperándola e incorporándola a su propia
cultura lo que acabo significando su romanización en muchos
aspectos.
Respecto al tema que nos ocupa habría que plantear que la gran
extensión geográfica que llegó a incluir el Imperio romano no estuvo
unificada en cuestiones lingüísticas, ya que aunque la nueva
administración romana emitiera sus normas y edictos en latín la
lengua de cada uno de los pueblos conquistados siguió estando
vigente sobre todo en sus bases sociales lo que significa, dada la
variedad de culturas y pueblos, que las manifestaciones epigráficas
se multiplican siendo su número cada vez mayor y, por tanto,
debiendo circunscribir nuestro estudio a las muestras más
representativas. (Fig.2)
( Fig.2. Base de columna trajana con letra capital
romana. Remates.)
(Fig.3. Epitafio Romano. Museo de la Civilización. Roma)
(Fig. 4. Inscripción Escuela
Augustana. Herculano. Letra Capital)
Como vemos, simultáneamente a las creaciones epigráficas
realizadas en soporte perdurable se sitúa la escritura sobre soportes
no perdurables que, poco a poco, había ido adquiriendo carta de
naturaleza y cobrando mayor importancia llegando a superar a las
muestras epigráficas; además la escritura sobre este tipo de
soportes pronto obtiene el apoyo de la miniatura, así las
manifestaciones caligráficas en rótulos, manuscritos y/o códices y, a
más largo plazo, sobre libros, se verán ilustradas y enriquecidas
con iluminaciones conformando un grupo de obras de arte muy
interesantes y valiosas que bien merecen un espacio en este
estudio.
De esta forma el tipo de letra dominante en la epigrafía romana será
la conocida como capital romana que adquirió gran importancia y
tuvo importantes repercusiones en caligrafías posteriores como la
carolingia y renacentista; podemos considerarla un modelo que
gozará de un status privilegiado. Se utilizará en todo tipo de
inscripciones destacando su uso en la proclamación de edictos o
leyes imperiales, inscripciones funerarias, etc. Se utilizó a partir del
siglo V a. C. y fue evolucionando y consolidándose como modelo a lo
largo tiempo a la vez que los artistas adquirían una mayor
perfección en su ejecución; Edward Catich en su obra The Origin of
the Serif plantea la teoría de que los artistas la dibujaban
previamente sobre la piedra al ocre rojo utilizando la spathula o
brocha plana y a continuación procedían a su grabación; cuestión,
que si bien en un principio tuvo gran aceptación, hoy día tiene
detractores al haber demostrado los ejemplos encontrados que esto
no era sistemático. Los artistas fueron adquiriendo una gran
maestría en su realización y comenzaron un proceso de
ornamentación, a veces obligados por cuestiones de funcionalidad;
comenzando a utilizar los llamados remates como ayuda en el
tallado, aunque no dejan de ser una especie de refuerzos en forma
de cuña que delimita sus fustes a la vez que embellece sus formas.
(Fig. 2, 3 y 4)
( Fig. 5. Sarcófago cristiano. ) (Fig.
6. Laudas sepulcrales)
La aparición del cristianismo y su evolución tiene también su
importancia en este tipo de inscripciones, los primeros cristianos
fueron considerados una secta siendo perseguidos por los romanos;
por ello y como sistema de protección, sus actividades inicialmente
fueron clandestinas; no obstante, partiendo de las provincias más
orientales del Imperio su culto fue extendiéndose, en principio, entre
las clases sociales mas desfavorecidas, aunque poco a poco fue
captando adeptos también dentro del grupo social de los
funcionarios y la clase alta; obteniendo la libertad de culto a través
del Edicto de Milán firmado en el 313 por Constantino I y Licinio que
dio lugar a un período de tolerancia que permitió su expansión y
desarrollo. Pero durante los años de clandestinidad los cristianos
procuraron no hacer ostentación de su fe manteniendo el culto en
casas particulares, utilizando para sus ritos funerarios los métodos
más frecuentes de la cultura romana como era el uso de sarcófagos
en los enterramientos; existiendo muchos ejemplos epigráficos y
artísticos en esta modalidad (Fig.5); pero los cristianos, en sus ritos
funerarios, fueron tendiendo hacia la inhumación y sobre todo en
provincias alejadas de la metrópoli sus manifestaciones en este
aspecto adquirieron mayor relevancia, algunos de estos ejemplos los
encontramos en Túnez donde aparecen lápidas sepulcrales con
inscripciones en capital romana, aunque ésta no adquiera la
perfección de los ejemplos ya vistos al correr su ejecución a cargo
de artesanos o artífices de menor categoría; estas lápidas están a la
vez embellecidas con la imagen de los fallecidos que aparecen
representados como orantes, rodeados de elementos propios de la
iconografía cristiana. (Fig. 6)
( Fig. 7. Mujer con tablilla encerada y estilo.
Pompeya) (Fig. 8. Retrato Paquio Proculo y esposa.
Con tablilla encerada y estilo. Pompeya)
La capital romana, en sus diferentes variantes, dominó el mundo de
la epigrafía dada su elegancia y claridad; pero el aumento de
manifestaciones escritas sobre los soportes no perdurables fueron
favoreciendo el nacimiento de otros tipos de escritura que facilitara
el trabajo de los escribas y les permitiera una mayor rapidez en la
plasmación caligráfica tanto sobre las habituales tablillas enceradas
(Fig. 7 y 8) como en rótulos, papiros, pergaminos etc. Esto favoreció
la aparición de la rústica y la cursiva lo que unido a la gran variedad
de alfabetos que los habitantes del imperio tuvieron a su disposición
da mucha pluralidad a los ejemplos existentes en este tipo de
soportes.
( Fig. 9. Manifiesto electoral. Rústica. Pompeya.)
La rustica está pensada para escribir con rapidez y su ejecución
suele ejecutarse con un ángulo de escritura entre 50 o 70 grados, lo
que produce unos trazos verticales mas perfilados siendo los
horizontales más gruesos, como ponen de manifiesto algunas
inscripciones pompeyanas(Fig.9); también son consideradas rústicas
las clasificadas como tipo De Bellis de la que encontramos ejemplos
en los primeros códices romanos que hicieron su aparición durante
la época de los flavios; las palabras del poeta Marcial ilustran la
utilidad de este tipo de volúmenes en oposición a los habituales
rollos o rotulos: “Pequeños volúmenes muy manejables que ocupan
un espacio mínimo en las bibliotecas, los rollos en cambio, requieren
más espacio y son menos cómodos para viajar“.
El Epitome es otro tipo de letra, incluida entre las rústicas,
indispensable para comprender la evolución de la capital a la
minúscula, los mejores ejemplos de este tipo fueron encontrados en
Egipto durante las excavaciones realizadas a principios del siglo
pasado, entre ellos los fragmentos de dos libros: el Epitome de Tito
Livio (Figs. 10) escrito sobre papiro que contiene en el lado del verso
una copia de la Epístola a los Hebreos en unciales griegas datada en
el siglo IV y seguramente posterior a texto del recto y un escrito
sobre pergamino denominado De judiciis.
( Fig. 10. A. Epitome de Tito Livio) (Fig. 10.
B. Inscripción Flavia. Epitome. S. III. Aquitania)
Se sabe que en el siglo I este tipo de letras se encuentran ya
perfectamente conformadas lo que sugiere que su existencia es muy
anterior pues su grado de perfección así lo exige, las Elegías de
Gallus, fechadas en el año 22 a. de C. (Fig.11), el papiro de Carmen
de bello Actiaco encontrado en Pompeya o el Papiro de Florencia así
parecen indicarlo y este tipo de letras proceden de modelos muy
anteriores de los que no se conservan ejemplos. Las Epístolas de
San Pablo se mencionan entre los primeros textos cristianos y la
traducción griega del Evangelio de San Marcos, realizada en Roma
aunque con fuertes influencias judías está datado hacia el año 65
siendo posiblemente el texto más antiguo y el que mejor representa
las tradiciones petrinas y/o paulinas; el arameo es la lengua en la
que se escribió, posiblemente en Antioquia o Jerusalén, el Evangelio
de San Mateo hacia el año 80; el de San Lucas y los Hechos de
Apóstoles datados bien entrado el siglo I, están escritos en griego y
son considerados los textos más eruditos del Nuevo Testamento.
Hay que considerar que la comunidad cristiana inicialmente fue
mayoritariamente grecohablante y de tradición oral no existiendo
textos litúrgicos como salterios o lectarios hasta el siglo IV; está
probado que, en virtud de la disciplina arcani, se ocultaba al no
bautizado el conocimiento del oraciones como el Credo o las partes
más importantes de la liturgia como la eucarística, lo que parece
confirmar este extremo, pues esto no sería posible de existir textos
escritos.
( Fig. 11. Elegías de Gallus . año 22.a.d.c. Papiro.
Egipto)
La comunidad cristiana latinohablante emerge en el siglo II en la
zona del Norte de África; donde existía ya una tradición cristiana
ligada al pueblo Copto que por su ubicación geográfica hunde sus
raíces culturales en la antigua cultura egipcia; el copto era el idioma
dominante en el Egipto del siglo III y IV y aunque no adquirió nunca
el estatus de idioma oficial sustituyó al griego y llegó a ser utilizado
por escritores y eruditos. El copto tiene seis dialectos, siendo los
mayoritarios elsahídico utilizado sobre todo en al Alto Egipto y
el bohaírico que dominó en la ciudad de Alejandría y las regiones
más occidentales (Fig. 12). Se basa en el alfabeto griego al que
añaden siete nuevos caracteres y se acabo por convertirse en el
idioma utilizado por la comunidad cristiana establecida en la zona, y
cuando en el siglo V se produce su separación de la Iglesia Cristiana
de Oriente pasó a ser el idioma litúrgico de la Iglesia copta, siendo la
lengua utilizada en la redacción de sus textos religiosos,
circunstancia que ha permitido su pervivencia. En el siglo VIII tras la
dominación islámica, pese a ser declarado como idioma oficial: el
árabe, se permitió su existencia, aunque quedó circunscrito a los
monasterios cristianos; pasando a identificarse el término copto y
con el concepto de <cristiano de Egipto>.
( Fig. 12. Inscripción copta)
Los cristianos coptos fundaron numerosos monasterios en los que se
alejaban de la civilización quizás, en principio, con el objetivo de
eludir la persecución de la que eran objeto por parte de las
autoridades romanas y siguiendo en cierta manera una tradición
secular: la de los anachoresis; antiguos egipcios denominaban así a
los individuos que se retiraban al desierto para vivir fuera de la
sociedad establecida, normalmente con el propósito de eludir el
pago de impuestos. Este tipo de vida religiosa proliferó entre los
cristianos coptos y desde allí se extendió al resto de comunidades
cristianas iniciándose el proceso por Siria y Palestina. En estos
monasterios coptos se realizaron algunos de los primeros códices;
algunos de los que se conservan, como el que presentamos en la
imagen, (Fig. 13) están ilustrados con dibujos y contienen, además
del texto original, su traducción a la lengua árabe realizada <a
posteriori> por escribas islámicos.
(Fig. 13. Manuscritos coptos)
La Escritura y el Arte: III. Oriente. Por Virginia Seguí Collar.9 Valorar entrada
(Fig.1. Mapa de Oriente)
Las culturas primitivas que se desarrollaron en Oriente (Fig.1) tuvieron una evolución
y unas fases de desarrollo equivalente a las occidentales y en un momento dado de este
proceso también llegaron a organizar primero, un lenguaje que les permitiera
comunicarse y, después, un sistema de escritura que lo expresara gráficamente. Sin
lugar a dudas el lenguaje es una de las manifestaciones más personales y diferenciadas
de cada cultura y su organización nos permite descubrir muchas de sus características
más significativas.
Durante la Edad del Bronce las facies culturales más activas en Oriente se sitúan en la
zona de la actual China y es en ellas donde encontramos los primeros restos de
escritura; su carácter difiere del occidental pues no se basa en un sistema fonético sino
ideográfico, sus signos de escritura transmiten un significado independientemente de
su sonido, lo que permite que habitantes de diferentes regiones e incluso países, con
idiomas y pronunciaciones diferentes incapaces de entenderse oralmente, puedan
hacerlo perfectamente por escrito. Los restos arqueológicos prueban que hacia el 5000
a. C. existían ya signos gráficos que corresponden a palabras, aunque todavía sea
difícil hablar de un sistema de escritura, que al parecer no aparece hasta el 3000 a. C.;
ya en la fase Anyang durante la dinastía Shang. Anteriormente a esto, los registros de
la dinastía Tang mencionan que los acontecimientos importantes se mantenían vivos
en la memoria mediante un complejo sistema de nudos en cuerdas o mediante el
tallado, en madera, de muescas o símbolos. Estos símbolos irían evolucionando y
formando imágenes rudimentarias relacionadas con la vida y las necesidades diarias de
la comunidad estando, por tanto, fuertemente vinculadas con la naturaleza (Fig. 2).
Este tipo de escritura es de una gran complejidad y su aprendizaje puede parecer
utópico a un occidental dada la gran cantidad de signos que deben conocerse, aunque
no hay que olvidar que el conocimiento de ellos es, en muchos casos intuitivo, y suele
estar facilitad por el contexto.
Las primeras muestras de pictogramas las encontramos grabadas en caparazones de
tortugas o huesos de paletillas de vacuno; son los denominados huesos oraculares que
contienen los resultados del oráculo de los antepasados que, una vez consultado, se
grababa en ellos por contacto de un hierro candente y que en muchos casos aún no han
sido descifrados, esta tarea la asumía la casa real ya que el gobernante era tenido por
un dios. (Fig. 3)
( Fig. 2. Ideogramas chinos)
( Fig.3. Paletilla de vacuno.Huesos oraculares)
La escritura clara,
regular y uniforme comienza aparece inicialmente en recipientes de bronce de época
Zhou (1027-771 a. C.), formando un tipo de escritura muy expresiva que se denomina
<de sello grande> (Fig. 4); la inestabilidad de esta época permitió la creación de
varios tipos de escritura en algunas de las regiones y principados que luego fueron
unificados a la vez que el país por la dinastía Qin en el 231 a. C., aunque para ello se
procedió a la destrucción de un legado cultural importante; esta escritura uniformada
se conoce como <de sello pequeño> y se convirtió en la escritura oficial pudiendo
encontrarla en documentos e inscripciones de la administración y sepulcrales,
manteniéndose actualmente vigente y prácticamente sin cambios, sus ideogramas se
distribuyen dentro de un rectángulo imaginario que tiene como base el lado más
ancho. (Fig. 5)
(Fig . 4. Escritura sello Grande. Bronce.)
(Fig. 5. Peso. Escritura “sello pequeño”)
Durante la época Han (206 a. C.-220 d.C.) surgieron otros cuatro tipos de escritura que
siguen vigentes hoy día. La cancilleresca o curial (en China: Lishu y en Japón:
Reisho), una escritura oficial, normalmente sobre bambú o columnas sepulcrales, la
tinta china con que se escribía hacía resaltar muchos sus terminaciones, lo que acentúa
su carácter gráfico y la hace apropiada para usos ceremoniales. (Fig. 6)
La escritura cuadrada o normal (China: Kaishu, Japón: Kaisho) es un tipo de escritura
que utiliza signos simplificados habitualmente utilizada en libros y revistas (Fig.7). Y
también la corriente o cursiva (China: Xingshu, Japón: Gyosho) creada por la
necesidad de llevar un ritmo rápido en la ejecución lo que al mismo tiempo aumenta la
individualización en la realización de los signos que pueden llegar a superponerse y
adquirir un carácter demasiado personal lo que dificulta su legibilidad, el mejor
ejemplo conservado es una carta obra del calígrafo Wang Xun (350-401), en ella las
cinco líneas originales permiten apreciar su amplia y personal gama de pinceladas,
habiéndosele añadido con posterioridad inscripciones de otros calígrafos y
coleccionistas (Fig.8).
Por último la escritura de hierba (China: Caoshu; Japón: Sohsho) una especie de
taquigrafía o signos simplificados que pueden llegar a parecer simples garabatos; en
principio fue usada por funcionarios de baja categoría aunque con el tiempo adquirió
gran auge entre literatos y poetas. (Fig.9)
(Fig. 6. Carta. Escritura
Lishu) (Fig.7. Himno Pintura. Jinnong.
Cancilleresca)
(Fig. 8. Carta del calígrago Wang Xun)
(Fig. 9. Diseño abanico caochu. 1082-1135)
Estos tipos de escritura no están
circunscritos, únicamente, al
ámbito geográfico chino sino
que en virtud de las vías de
comunicación comerciales y/o
culturales que se fueron
abriendo, como la ruta de la
seda o la filosofía budista,
consiguieron traspasar sus
fronteras siendo adoptados por
los países del entorno manteniéndose también vigentes en la actualidad sin apenas
variaciones, siendo los tipos que admiten una mayor libertad de expresión personal las
que presentan las características más significativas de cada cultura. El caso más
significativo es el de Japón, la propia esencialidad del carácter japonés unido a
desarrollo del budismo zen en la zona ha permitido a la caligrafía japonesa llegar al
máximo de efectividad expresiva con una total economía de medios y signos. (Fig. 10)
En Japón se han hallado restos de escritura que han sido datados en el siglo II a. C. lo
que demuestra a la vez los contactos con el continente; aunque las relaciones no
debieron ser fluidas hasta los siglos III y IV; momento en los nativos japoneses
comenzaron el aprendizaje y la adecuación de los ideogramas chinos a su idioma que,
al parecer, difiere tonalmente del chino lo que dificulta su adaptación por lo que
debieron crearse unos alfabetos fonéticos que les permitieran encajarlos en el japonés
hablado. El monje de la secta budista Shingon: Kodo Daishi (774-835) fue quién
consiguió crear dos tipos de escrituras fonéticas que permitieron realizar el proceso;
tipos que estaban en vigor ya en el siglo IX: la Katakana, de forma relativamente
cuadrada y la Hiragana más redondeada y derivada de la escritura china corriente.
Ambas añaden 46 signos fonéticos que se corresponden con la pronunciación de
vocales y sus combinaciones que permiten reproducir cualquier expresión oral
japonesa. La primera (Fig.11) está especialmente indicada para sonidos autóctonos y
la segunda se utiliza sobre todo para adaptar los extranjerismos.
(Fig. 10. Bolsa bastón. Hoteiko. S. XVII)
(Fig. 11. Escritura fonética Hiragana)
En Oriente el arte y la caligrafía están perfectamente imbricados tanto en los sistemas
de ejecución como en sus propios ejecutantes, ya que el artista calígrafo abarca varias
disciplinas dominándolas todas sin distinción de categorías, siendo algo cercano al
concepto que se tenía de artista durante el Renacimiento europeo. Los materiales que
se emplean en el arte de la caligrafía son los mismos que los que se utilizan en la
pintura: el pincel, la moleta, la tinta china, de la que inicialmente se creía que contenía
la esencia de los colores básicos convirtiéndose así en elemento perfecto para su
ejecución. Los soportes más frecuentes: la seda, el bambú y papel.
La literatura china tradicional hace referencia a esta estrecha relación entre artes y el
dominio que de ellas tienen los calígrafos; lo que se ve favorecido por la capacidad
expresiva del trazo caligráfico que sin duda estrecha su relación aún más, si cabe; pues
el valor de un artista calígrafo viene dada por su capacidad de personalización en el
trazado de los ideogramas convencionales, siendo éste, con frecuencia, el patrón
utilizado para juzgar su calidad. A partir de la dinastía Tang no suele haber separación
entre eruditos, calígrafos y pintores, las biografías de los más importantes mencionan
su destreza en el dominio de diversas disciplinas entre las que destacan: pintura,
caligrafía, su actuación como funcionario de la administración y sus actividades como
poetas y/o prosistas. (Fig. 12)
El arte y la caligrafía orientales fueron llegando a Occidente por diferentes vías y en
diferentes fases, su influencia en el arte europeo no tuvo siempre la misma
repercusión; pues las especulaciones de los artistas activos en cada época no siempre
estuvo abierta a influencias exteriores; no obstante, no se puede dejar de mencionar,
por significativa, su repercusión sobre las actividad de artistas vinculados a las
primeras vanguardias, ya en las postrimerías del siglo XIX, cuando muchos de ellos
pudieron conocer el arte japonés a través de sus estampas; lo que les permitió
experimentar con concepciones especiales ajenas al mundo occidental; a la vez que el
reconocimiento de la expresividad y gestualidad de su actividad caligráfica también
permitió, a algunos de ellos, avanzar sobre aspectos relacionados con la representación
de la imagen y la pérdida de los referentes figurativos.
(Fig . 12. Reunión calígrafos. Jardín occidental).
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Caligrafía infantil
La caligrafía infantil, caligrafía para niños, caligrafía escolar o escritura infantil, hace referencia a la escritura correctamente formada en su rasgos y elementos que deben aprender los niños y en general aquellos que se inician en la escritura de una lengua.1 El término proviene del griego καλλιγραφία (‘caligrafía’) y del latín infantis (‘el que no habla’, infante). Por extensión es la escritura propia de los niños y aquellos que se inician a la escritura o mantienen rasgos propios de quien está aprendiendo a escribir.
Rufino Blanco definió la caligrafía como «el arte de representar con belleza los sonidos orales por medio de signos gráficos, o bien, la única bella arte gráfica de la palabra».2
Antigua caligrafía del alfabeto con plumay tinta añil en papel de pauta cuadriculada.
Contenido
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1 Objetivo de la caligrafía infantil
2 Fases de la escritura
o 2.1 Fase de preescritura (infantil)
2.1.1 Lectoescritura
o 2.2 Fase precaligráfica
o 2.3 Fase caligráfica
o 2.4 Fase de maduración
3 Pautas caligráficas
o 3.1 Tipos de pautas caligráficas
3.1.1 Ejercicios de caligrafías
4 Véase también
5 Referencias
6 Enlaces externos
[editar]Objetivo de la caligrafía infantil
Los niños y aquellos que se inician en la escritura deben aprender, mediante el ensayo y la repetición de movimientos, los rasgos característicos de la escritura manual de un idiomacompuesto por todas las letras de su alfabeto o alfabetos, números y signos con el objeto de que su reproducción sea reconocible y su aprendizaje permita una expresión suficiente en la que se valora la claridad y la rapidez.
[editar]Fases de la escritura
Para algunos autores la evolución es continua sin unas fases delimitadas claramente aunque puedan establecerse hitos en relación con el aprendizaje.3 Para otros autores hay unas fases o etapas claramente diferenciadas: preescritura, precaligráfica, caligráfica y de maduración.
[editar]Fase de preescritura (infantil)Hasta los 6 años (educación infantil).
Trazos sueltos (abiertos, cerrados)
Trazos de continuidad de rasgos básicos de las letras (grecas, ondas, sierras...)
[editar]Lectoescritura
La caligrafía, que debe inscribirse en el contexto general de la escritura, va asociada a la comprensión lectora por lo que aun cuando pueda hablarse específicamente de caligrafía debe entenderse que no puede disociarse del aprendizaje de la lectura. Se denomina lectoescritura inicial, en niños pequeños de 4 a 6 años de edad, al inicio en la lectura y la escritura.
[editar]Fase precaligráficaDesde los 6 años y hasta los 8 o 9. (educación primaria -primer y segundo ciclo-). Aprendizaje de la escritura sin rasgos personales.4
Trazos lentos, descompuestos, quebrados e inseguros (retocados)
Escritura de palabra por palabra (sin continuidad) Letras básicas con morfología escolar independiente Curvas imprecisas, sin cerrar y trazos verticales curvados No hay inclinación ni tamaño constante Letras sueltas (palabras sin escritura continua) Las líneas de escritura no mantienen la horizontalidad ni
los márgenes
[editar]Fase caligráficaDesde los 10 a los 12 años y hasta los 14. Aparece un buen dominio de la escritura cursiva y expresión de una escritura personal.
Escritura continua y más rápida.
Mejora de la homogeneidad. Líneas prácticamente rectas. Ritmo en la distancia entre líneas (separación y proporción de letra) Existencia de márgenes Letras adecuadamente cerradas con curvas o rectas bien trazadas
[editar]Fase de maduraciónA partir de los 12 años y hasta los 16 años se produce una crisis en forma de escribir. Hasta los 18 o 20 años no se produce la maduración escritural.
Gran rapidez a costa de la claridad.
Enlaces y uniones complicados entre letras. Depuración de rasgos (ausencia de adornos y de detalles). Algunas letras resultan ilegibles. Malformación en las grafías Se producen variaciones en la inclinación.
[editar]Pautas caligráficas
Las pautas en caligrafía son las tramas superficiales (rayas sobre el papel) que facilitan el correcto trazado de los rasgos caligráficos siendo el soporte formal básico para comenzar a escribir.
En caligrafía y más en particular en la caligrafía infantil -y en la de los que se inician por primera vez en la escritura- el objetivo de obtener una representación del alfabeto que sea reconocible y que pueda leerse -entenderse- requiere una homogeneidad formal gráfica. Para obtener esos objetivos se necesita una trama superficial (cuadrículas, rayas) que facilite elaprendizaje y la realización de los trazos gráficos que conforman las distintas letras del alfabeto. La unidad de la escritura proviene de la repetición de los trazos en la misma ubicación espacial y con la misma fuerza en el trazado para cada letra y parte de cada letra.
[editar]Tipos de pautas caligráficas
Pauta Montessori - Ejemplo de pauta Montessori
Pauta Línea simple - Ejemplo de pauta de línea simple Pauta Cuadrícula - Ejemplo de pauta en cuadrícula Pauta Española o de Letra española - Consta de 5 líneas
horizontales principales y caídos (líneas verticales) además de otras líneas accesorias.5
Se considera una pauta en cuadrícula compleja, con más líneas indicadoras horizontales y verticales. La pauta puede adquirir cierta inclinación para la caligrafía cursiva
[editar]Ejercicios de caligrafías
Pueden encontrarse generadores de fichas con pautas caligráficas para imprimir o proponen ejercicios caligráficos:
En Página mclibre.org. material curricular libre [1]
Ejercicios de escritura con texto libre –en varias pautas, tamaños y tipos de letra –
JClic - Portal zonaclic - JClic, actividades descargables por áreas para infantil, primaria, secundaria y bachillerato por áreas de conocimiento. Ejercicios de lectoescritura
[editar]Véase también
Alfabeto latino
Analfabetismo Cálamo (escritura) , pluma
estilográfica, lapicero, tinta, bolígrafo, pincel Caligrafía (caligrafía occidental, caligrafía árabe, caligrafía
china, caligrafía cúfica, caligrafía japonesa, caligrafía uncial) Educación Escritura , sistema de escritura Grafología Historia del alfabeto latino Historia del alfabeto JClic (actividades educativas multimedias para todos los niveles
basadas en software libre) Lectoescritura Inicial Método Montessori Ortografía Ramón Rubio Tipografía
[editar]Referencias
1. ↑ Véase caligrafía en el DRAE
2. ↑ Rufino Blanco y Sánchez: Arte de la escritura y de la caligrafía. Teoría y
práctica (ver capítulo 1, apartado 8). Madrid: Imp. y Lit. de J. Palacios (3.ª ed.), 1902.
3. ↑ Chilina León de Viloria: Secuencias de desarrollo infantil (pág. 142). Universidad
Católica Andrés Bello, 2007.
4. ↑ La lectura de la escritura.
5. ↑ Rufino Blanco y Sánchez: Arte de la escritura y de la caligrafía. Teoría y
práctica (apartado 5, «De la cuadrícula»). Madrid: Imp. y Lit. de J. Palacios (3.ª ed.),
1902.
[editar]Enlaces externos
Ejercicios de escritura con texto libre –en varias pautas, tamaños y tipos de letra -, página creada por Bartolomé Sintes Marco en mclibre.org . material curricular libre
"Garabatos" - Conjunto de 12 fuentes escolares para enseñar a leer y escribir a los niños
Portal zonaclic - Jclic, actividades descargables por áreas para infantil, primaria, secundaria y bachillerato