La Escalera

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Poemario breve

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Breve Poemario

LA ESCALERA

Jairo Alberto Castillo Romerìn

Barranquilla, Colombia

2.011

DUELO CALLEJERO

Duelo,rapto incruentoasilado entre los dientes;quien cruza la calle con desprecioquiere herir el alba,cortar de un tajo el pensamiento.Rencor,apertura de unas lágrimasy también la sensación de un morirque demacra las mejillasy sacia esa necedad humanade ser una vil antípoda sin cenit,un lugarteniente sin comando,ni emboscadas.Dolor, a secas,y unas manos echando tierraal sheól póstumo,al mardel olvido impronunciable.

A la señora Nancy, por su hermano muerto o dejado morir en el Hospital Público de Barranquilla.

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MIRAR LA NOCHE

Ahora estoy ebrio de universo. Giuseppe Ungaretti

Mirar la noche es desandar las sendas de la prole.

El camino siempre aísla las remociones de la edad, lo que pervive más allá del instante con su brillar innumero de tres mil soles yermos.

Mirar la noche es descreer la voz de los dormidos sortilegios con que mente y cuerpo vierten lavativas de caricias sobre la piel de un espejo incoloro.

La sombra detiene el hábito de quien se marcha amargo sabiendo que pudo devengar sin merecerlo un salario de inconciencia, -seguridad que tardará lo que daña el polvo en esos portales diseñados para que el tiempo no pase.

Mirar la noche es galopar el estadio sin luz de los mortales.

PASAJERO VELOZ AL RITMO DEL INSTANTE

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Describo incoherencias en el modo ambivalente de una despedida.Ya no me sirven las palabras para nombrar lo puro sino lo errátil.

En cárceles amnésicas he derrotado todos los miedos,ninguno osa ya seguirme.

A esta seguridad de sólo goma y almizclele hace falta un céntimopara ser gloria, celeste agonía.

Me afano por llegar y no soy invitado,soy el comensal que abiertamente propone dos banquetes:uno en paz y otro en discordia.Divago porque así se me antoja.Huyo a las tiendas donde revenden un boletoen el último tren del desespero.

Llevo en mi maleta- por si acaso-un elíxir de escaramuzascontra la peste del exilio.

NIÑA BAJO EL ÁRBOL

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Niña sentada a los pies del árbol,sus raíces sostienen a medias tu sonrisa,tus manos que aguzan la hierbay labran un territorio nuevo para las brechas del camino.

Reservas candor e inocencia en esos labiosque algún día serán ardor, piras de zafiros.

Queda resumido en su eternidad el tiempopara cuando falten los álbumes de ayer,pérfidos furores que hacinan las alcobas del ensueño.

Niña que acoges la sombra de aquél árbolrecítame unas palabras, algunos versospara mi mudo poema indeciso.

HOY NO ESTOY NO PARA NADIE

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Hoy no estoy para nadie.Tal vez es causa de la altura,del asombro, de parir una palabra con desdicha,de saberme muerto a pesar de mis latidos.

Tal vez hoy no sea el día predilecto.Una puerta se abra para despejar el misterioy exorcizar la maléfica vigilia;para despercudir mi cuerpocon lavativas de plegarias.

Pero igual se secan mi nombre y dos certezas,igual una sangre lagrimea por mis flancosy desdice las respuestasy conforta mi nostalgia.

El viento cercena la gris pronuncia de la tardey se asoma al barandal de los ocasosla otra extremaunción de los sentidos.

Tal vez hoy no esté para nadie.Me sumerjoen un mar cadavérico, en un espasmoproclive a la tristeza.

EL DISFRAZ Y EL MENDIGO

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Pudiera quedarme aquí lavandomis sucias vestiduras, vistiendo mis harapossiendo el indigente de la espera.Pudiera embriagarme con las monedasque bondadosos transeúntes dejan en mis manos,enamorarme tal vez de esa mujer que elegante baja de su carro,dormirme plácidoen las butacas de los parquesy sentir en ellotoda una felicidad inextinguible...pero esta alegría por lo eternosaber que apenas esta es una estación tardíaSaber que Dios me esperasucio y andrajoso,hambriento y enfermo,y no le importa.Sólo estoy disfrazado de mendigo.

EN EL ÉBANO DE LA SONRISA

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En el ébano de la sonrisadejo un alce.

En la alcancía del aguauna flor violentaque ansiosamente se guarece;tras de sus bordespétalos de feria aligeran paraguaspara el alambique de las manos.

A la espera de mi sombrade mi muerteun lirio ataca todos los climas,no se lo reclamo.

Verdes florecenlas jactanciosas tardesde otros días insurrectos.En ellos me estoy despidiendo,tallo a mano mi oráculo salvaje.

NOTICIAS DE TI

¿Cómo te concibo?

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Si no eres hecha de mí,si eres el trópico no medidopor paralelo alguno,mucho másel planeta que un telescopio miope apenas alcanzaa vislumbrar.

Te concibo como mía,desde la distanciadonde se resguarda cálidamenteel apegode tus primeras fantasíashasta la mancha amarilla que aprietatodas las tardesel giro nocturnode un girasol de mar.

No te tengo,no sé si vendrás,el mundo es pequeño para tanta soledad;es el martirio por los que han amado demasiadopero invadidos por sentimientos de culpapor no abandonar el olvidoentre barrocos baúles de miedo.

¿De donde vendrás?, no lo sé,algo me trae, desde ahora,noticias nuevas de ti.

¿Qué has hechopara divagar mil poemasen un río neblinosode esporádicas despedidas?

TODO LO SABÍAS

Yo fui tu estrella y en tu lejanía me perdíacomo en un tenebroso bosque de espejos ambulantes.

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Te miraba asidua, vecina, apegada,cobijada, humilde ante mí,no tenía otro remedio que amarte.

No más que fundirme contigo,ser un electrón giratoriocentrifugado siempre hacia tu núcleo.

Todo lo sabías;sabías que ibas a alejarte,que ibas a matarme de una certera despedida.Como en una encrucijadafuíste tú mi carnada,caí en tu trampa inocente;como en una emboscada de flechas lanzadas de repentey sin ninguna escapatoria.

Solo sé, ahora, que no te odié,pero sí te olvidé hasta el final,hasta que otra muerte,lenta y salvaje como la tuya,me sorprenda quizáamando a otraen vez de ti.

SI SUPIERA

Si supiera que sobre estos precipiciosestuvo mi alma descolgada,mi palabra ahuecándose,

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sirviéndose de la fuerza salvíficade un potro inocente,desbocado y perdidobajo la noche.

Si supieraque para vivir hay que rasgarsela férrea tela que del corazónlleva a la osadía,del pensamientoal sobrio panorama de una acequiadonde el agua agostadaes la última a beberporque es posiblela eterna sed de los senderos,la gracia misericorde.

Si supiera que a estos precipiciosse asoma temerosa mi almacada vez que una flor se marchitay en el desierto crecen protuberanteslos oasis,las truncadas labias del ensueño.

OFICIO POÉTICO

También la poesía sobra en el papel,en los lugares reacios a una sonrisa,a una estrategema,porque nunca está de más el vocablo

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con el cual triscar las caras,el denuedo avasallante del que espera sus ijaresen las uñas,en sus pasos.

Frente a cantinas y bares de mala suerte,frente a las demencias de noches intermitentessofriendo a cejados bailarines en las salas;frente a los maltratos y los espejos,a las durezas,a las indiferencias raspando su labia prolijapor la piel humosade los que cavilan pesimistas y pasan urgentesde largo,en todo ello la palabra, el oficio incruento,forjando su círculo,su magro misterio acerado.

Deja tufos virulentossabor a cerveza amanecida,deja un pésame que no es otra cosasino otra manera de convidarnos al olvidoy a todo ello le llamamos poesía.

Tanta, tanta supurando estas páginas,largo pretil del que no deseo bajarme.

COMIENZOS

En la noria de un relámpago dispara su veto la palabra,Disgrega aquella dulce inquietud sobreotros eslabones, otras sábanasque terminaron ya de percudir el agua.Sobre alcanfores de papel calco mi nombre

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para que lo lean los ciegos del almay unten después sobre losas de piedralos cadavéricos ámbares de otra mañana de música.Echo en molde fresco mi porfía.Labias de llanto unturan mi carne;ajenjo de sobra hay entre mis dientesy heno tibio en mi covacha.Qué he hecho con este gusano prohibidohabitando escuálido mi corazón de esparto?Es mi litera la fuerza de mi letray mi fuerte la heredad de una mañana venturosa.Comienzo a ser deliquio de la espina,esa raíz sombría que se atreve a morar bajo las puertas.

LA ESCALERA

La escalera asciende hasta el olor de los ciruelos.En el patio hay un sendero, un secreto pasajeque da justo al infinito.

Se adentra pausado un hedor a húmedo,a sabiendas,

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de que ya han muerto de sed,la ilusión y sus venablos.

La escalera incita, subo los ojos.No hay peor mirada que la de adentro,su escozorque revela lo imprevisto.

Escribo, mientras descienden sigilosos,los trinos aleves de un pájaro rústicoen mi letra.

La escalera tienta, le hago caso.Voy subiendo, incómodo,las gradas de la espera.

DESIERTOS

Desiertos que pacifican mis intentos.Aún puedo ser la temeridad o su proeza.Mis soles escancian la retribución de mis deudos.Transito entre caravanas y tiendascomo tenderetes de un sosiego que nunca llega.Con devoción y bajo pleniluniossiempre cabalgo hacia la aurora.

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Bajo los ocasosme parezco a la presuncióncruzando acantilados.No temo las caídas en las canículas de arenas movedizasdonde el ayer degustaba dátiles y vinos sonrosados.Marcho allá donde el horizonte dictael último oasis a mi corazón festivo,el primer espejismo de mi luna cristalina.

UN ESTAR CALLADO

Escribir para saberme.A leguas de aquí el tiempo me oprime.Se me concede escribir para escrutarme.

En la necesidad de la palabra ando resuelto.No se que vendrá más adelante.

Una palabra da paso a otra

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y así deben terminar todos mis miedos.

A leguas me distingo,y me noto triste,solitario.

Sé que voy tras el vestigio,la señal o la pistapara que se me dicten las sentencias.

El poema va a renacer mientras medito,y en esa luxaciónel tiempose deforma en calaveras.

Sé que no valgo más por mis palabras al aire,aún sin ellassé que valgo.

Nada ha de zaherirmesacarme espuelas o uñas allídonde retrocedenlas comisuras de mis labios,mientrasnada he dicho,voy callado.

Escribir para saberme.Callar para escrutarme.

ABRES LA ROSA

Abres la rosacon cinceles la desvistespara decolorar tu rostrodejarle asombrosen las puntas,descalzar tus sandaliasdesoladas en la hierba.

Abres la rosa,

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tú, la rosa con broqueles;haces palanca de sus bordes,son equilibrios sus pétalosaromas para tide algún país en órbita.

Abres para mirarte dentroy sentir en ellouna paz irresistible.

Has ganado un espacio de luz,caricia pétrea,para tus interiores pudorosospara tus culpas ya pedestres,así como cuando me acercopara susurrar tu dicha, configurar tu norte,rozar la borla azul de tu escondite.

TRES MIRADAS NOCTURNAS

1.

Larvas ondulando bajo la noche.Quiero otras cosasno éste silencioen que ruinosamentenada crecesólo protuberancias de hojasque al verme se asustan.

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2.

El temporal arremolinasingularmenteun estrépito de hojas.

Da vueltas y nace sangrandoun tiempode grosellas con gripe.

3.

La temeridad condiciona la canción.Cantar inventar ruidosdisipar orquídeasromper las vasijassólo inocula la vigiliaambrosías y vinagretas.

Temeridad de orillar la tardea ésta noche,ribera de melancolíastormenta rompiendo cristales.

Comentario de la Poesía de Jairo Castillo Romerìn.

Esa forma de atardecer es acuarela al mar que se lleva cada tarde su mejor reflejo. Siempre hay algo que atrapa en tu poesía, la calidez implícita que invita a quedarse en lo reflexivo, es como si hubiese un espacio siempre esperando para contemplar las puestas.

Anna Francisca Rodas. Poeta colombiana.

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JAIRO ALBERTO CASTILLO ROMERIN

Cartagena de Indias (1973), Caribe colombiano. Profesión Administrador de Empresas, Catedrático universitario. Residente actualmente en la ciudad de B/quilla.

Tiene inéditos los libros de poesía: Anuario de la Sombra (2.009), Tal como El me ve desde el Espíritu (2006).

Primer Lugar Concurso Bienal Nacional De Poesía Julio Flórez (2.010) con el poemario A Contraluz. Finalista Premio Mundial Rielo de Poesía Mística (España, 2.006), Mención de Honor Concurso Nal. Ibarra Merlano (Cartagena, 2.004), Mención de Honor en Concurso Nal. De Poesia Corporación Universitaria de la Costa (CUC) 1.999.

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Primer Lugar Premio Universitario de Poesía Universidad de Cartagena (1998). Blogs: anuariodelasombra@blogspot.com. Escritor activo en www.letralia.com, www.mundopoesia.com.

Email: jcastilloromerin@yahoo.es

© Jairo Alberto Castillo Romerín

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