Inocencia y Meditación

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Inocencia Y Meditación

Interpretación de las enseñanzas de Jiddu Krishnamurti. Favor activar el sonido, ratón y teclado de su computadora para utilizar

los hipervínculos subrayados y avanzar la presentación, gracias.1

La inocencia y el espacio, es donde florece la meditación; porque para que haya inocencia, ha de haber espacio.

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La ‘inocencia’, no es inmadurez. Pues puede que seamos físicamente maduros, pero el inmenso espacio que el amor

hace nacer en nosotros o inocencia; sólo es posible si nuestra mente, está libre de las huellas de la experiencia.

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Son las cicatrices de la experiencia; que transformamos en condicionamientos, las que nos impiden, ser inocentes.

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Cada ‘experiencia’, al ‘calificarla’ con lo vivido en el pasado como buena o mala; la convertimos con la ‘mente’, en un condicionamiento ‘psicológico’ (Con una ‘imagen’

mental y un sentimiento de placer y dolor), para formar un hábito.

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Cuando encaramos una experiencia nueva y no vivida con anterioridad, ‘no’ la podemos calificar de inmediato; porque carecemos, de conocimiento o experiencia al

respecto.

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Pero a medida que vivimos una nueva experiencia, la vamos calificando con lo experimentado en el pasado;

añadiéndole a la vez, su componente psicológico.

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Y al liberar la mente de la constante presión de la experiencia, es cuando surge la real ‘meditación’; la cual ‘no’ requiere necesariamente asumir una determinada

posición física, en un definido ambiente.

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Pues la meditación implica dejar de calificar, y envolvernos en una extraña quietud y sensación, de que todo alrededor

nuestro cesa; aun, con el ruido externo. Y tal sentido de alejamiento, nos lleva a penetrar el Universo entero.

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También; al no calificar los hechos diarios de nuestra vida, experimentamos la meditación con un inesperada, extraña

y silenciosa paz, que parece derramarse desde el cielo, y cubrir la Tierra.

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Por otra parte, hay espacio que divide y encierra; y espacio sin límites, como el Universo. El espacio entre los

hombres; en el que germina el mal, es el espacio limitado de la división.

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Hay ‘división’ entre lo que somos, y la imagen que tenemos de sí mismo; entre nosotros, la pareja, familia,

amistades, compañeros, etc.

Div

isió

nD

ivis

ión

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Y luego, existe la belleza del ‘espacio o del Universo’, que no tiene divisiones, límites de ‘tiempo (Pasado, presente y futuro)’; ni tampoco, linderos de extensión (Largo, ancho

y alto).

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Si hubiera una separación entre dos ‘pensamientos’; entonces, el pensamiento, sería siempre nuevo. Pero al no haber ninguna separación de dos pensamientos con sus

partes psicológicas, todo se convierte en una película vieja del pasado.

No somos conscientes de la continuidad de un pensamiento; el cual lo retomamos luego, de haberlo dejado. Pero el pensamiento, nunca ha cesado de actuar; ya que ha

operado en otros, como una imagen de egoísmo, odio, envidia, celos, vicios, etc.

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Esto significa que la totalidad de la ‘conciencia’; el consciente y el inconsciente, está dentro del espacio

estrecho y limitado de los ‘condicionamientos’ psicológicos: Tradición, cultura, educación, costumbre,

religión, raza, recuerdos, etc.

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Hay espacio, no sólo más allá de los cuatro lados de una caja; también existe el espacio, que la caja crea.

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Cuando observamos las estrellas, el espacio es limitado. Quizás seamos capaces de ver por un telescopio, muchos miles de años luz; pero es el telescopio, el que crea ése espacio. Y por lo tanto, es un espacio finito o limitado.

La ‘distancia’ entre el ‘observador’ y lo ‘observado’, es espacio; y se requiere de tiempo, para cubrir tal espacio.

Distancia

Observador

Observado

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Pero no sólo hay espacio físico, sino que también existe una dimensión psicológica; en la que el pensamiento, se

disfraza de tiempo (Del ayer, el hoy y del mañana).

AyerHoyMañana

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Mientras haya un observador; el espacio será el estrecho patio de la prisión, donde no hay libertad en absoluto. La libertad, no está dentro de la prisión, por más confortable y

decorada que esté.

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Tampoco, es posible sostener un diálogo libre, dentro de los límites de la memoria, del conocimiento o de la

experiencia. Pues siempre empleamos en dicho diálogo, todos nuestros condicionamientos.

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La libertad es espacio infinito; y cuando falta espacio, hay conflicto. Sucede igual como el animal de presa, que reclama su espacio o territorio de caza; por el cual,

luchará.

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Puede que en el marco coercitivo de la ley, se consiga que el conflicto sea relativo; pero mientras el espacio entre las

personas sea limitado, la violencia, tiene que existir.

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Toda persona estará siempre en conflicto consigo misma y con el mundo exterior, mientras viva dentro de la esfera de

sus propios condicionamientos.

Dentro de la estrecha cultura de la sociedad no hay libertad; y por eso, existe el desorden. Y como actuamos en

el desorden, buscamos la libertad escapándonos en ideologías, teorías o en la religión.

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Pero ése escape, no es libertad; sino una vez más, la prisión que nos divide a uno del otro.

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Es obvio, que ‘no’ es posible que el pensamiento, construya un puente entre sí mismo y la libertad. Porque el pensamiento, es la vieja respuesta de la memoria, del

conocimiento o de las imágenes de la experiencia.

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Y lo viejo o el pasado, no puede construir un puente que conduzca a lo nuevo; porque el pensamiento, es

básicamente el observador con su rollo de imágenes condicionadas.

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Y es claro que éste pensamiento o imagen; por su aislamiento, genera una esfera a nuestro alrededor. Lo

que crea una distancia entre el observador y lo observado.

Distan

cia

Observador

Observado

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El observador, siempre trata de establecer una relación con sus imágenes mentales condicionadas; a la vez que

mantiene una distancia, que desata conflicto y violencia.

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La ‘libertad’; que abarca el espacio infinito, va más allá del pensamiento que es creado por el observador. Y encontrar tal libertad, es inocencia y meditación.

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No hay espacio sin silencio; y el silencio, no es algo que el tiempo, concretado en el pensamiento, pueda crear.

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El tiempo, nunca nos lleva hacia la libertad; la cual sólo es posible cuando dejemos de calificar y nuestro corazón, no esté amordazado con palabras y condicionamientos,

para sólo expresar ‘amor’.

Fin12/02/2009 34