Post on 24-Jan-2016
Los padres y los hijos deben de tener claro que
• La responsabilidad del aprendizaje es de nuestros hijos, no es nuestra.
• Los padres no podemos aprender por ellos, ni hacer los trabajos, ni los exámenes por ellos.
Lo que sí podemos hacer es proporcionarles las condiciones, los medios y facilitarles herramientas para que puedan lograr sus objetivos por ellos mismos, con nuestro apoyo.
Nuestra actitud es importante: a través de ella trasmitimos una información que no se expresa con palabras: lenguaje no verbal.Pero que se capta del mismo modo que cuando las decimos.
Seamos positivos y alegres: procuremos ver siempre el lado bueno de las situaciones, aún en la adversidad.
Mostrémosles nuestro afecto: abrazarlos, chinearlos en nuestro regazo, darles un beso de despedida cuando van a la escuela y otro de bienvenida cuando regresan… los hace sentirse más seguros.
Ayudémoslos a formarse una buena imagen de sí mismos: alabando sus aciertos y corrigiendo sus errores, sin juzgarlos,
haciéndoles ver que están aprendiendo a hacer las cosas.
Seamos un buen modelo para ellos. Nosotros somos un espejo en el que se miran nuestros hijos y van a aprender con nuestro ejemplo, incluso nos imitarán, así se harán hombres y mujeres.
Pongamos límites claros: Permitirles que hagan lo que quieran les debilita, sólo con unos límites claros, se fortalecen. Les ayuda mucho a centrase en su deberes y es sus tareas escolares, si tienen unas normas claras de comportamiento y tienen el hábito de cumplirlas.
Ejerzamos de padres y madres: Los hijos no necesitan que sus padres sean sus amigos, ya tienen compañeros y amigos fuera de casa. Nosotros somos quienes les cuidamos y ponemos las normas. Así estaremos contribuyendo a que ellos aprendan a respetar a los compañeros y a los profesores.
Permitámosles tomar decisiones: en aquellos asuntos que les afecten y que no tengan consecuencias graves para ellos o para los demás, aunque no nos gusten. Así está aprendiendo a responsabilizarse de sus asuntos y a la vez, de sus estudios.
Solicitemos su colaboración en las tareas de la casa: ordenar su habitación, colocar o recoger la mesa, mantener el orden en la casa… Así les resultará sencillo ser ordenados en su trabajo escolar.
Dediquemos todos los días tiempo para
escucharlos: y hablar con ellos de sus asuntos. Para nuestros hijos es importante que los padres les mostremos que sus cosas nos interesan. Así aprenderán que es bueno escuchar y les potenciará la atención, cualidad importantísima para el aprendizaje.
Mostrémosles confianza en la institución donde estudian y en las (os) profesoras (es) que les enseñan: Nuestros hijos aprenden mejor si se ejerce una mutua confianza entre las familias y la escuela. Cuando hubiera diferencias, ayuda mucho al proceso de enseñanza-aprendizaje de nuestros hijos, que los padres acudamos a hablar con los docentes y colaboremos con ellos para cambiar la situación.
ADEMÁS
• Revisemos frecuentemente sus cuadernos, felicitémoslos por la letra bonita, por la ortografía, por el orden, por la limpieza, por las buenas calificaciones. En caso de que así no sea animémoslos a buscar la mejora de esos aspectos.
Escriba frases de motivación en los márgenes de algunas hojas:
• Eres un (a) campeón (campeona).• Eres lo más importante en mi vida.• Te amo.• Me siento orgullosa (o) de tí.• Eres muy inteligente y estudioso (a).• Vas a salir adelante con tu esfuerzo.• La vida le sonríe a los que trabajan y se
esfuerzan.
El acompañamiento
• Acompáñelo (a) cuando realiza sus tareas, trabajos o estudia para exámenes. Su compañía es un gran apoyo.
• No se trata de apoyarlos académicamente, es apoyarlos con su compañía, con su tiempo, con su sacrificio también.
¿A qué hora es bueno estudiar?
• Estudiar es bueno a cualquier hora, pero cuando se estudia por la noche, el cerebro sigue pensando, mientras el cuerpo descansa. Sin abusar, los niños (as) y jóvenes deben de dormir 8 horas, la tercera parte de un día.
• Un niño o niña puede estudiar de 6:00 pm a 8:00 pm.