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CENTRO EDUCATIVO CRUZ AZUL CAMPUS LAGUNAS, OAXACA.
BACHILLERATO CRUZ AZUL U.N.A.M. S.I.
PROYECTO DE INVESTIGACIÓN
HERMENÉUTICA DEL FENÓMENO MIGRATORIO EN JUCHITÁN: LAS HUADA’S CACHUCAS
CLAVE DE REGISTRO: CIN2014A30133
ÁREA DE CONOCIMIENTO: CIENCIAS SOCIALES
DISCIPLINA: SOCIOLOGÍA
Presentan:
CHEÉ SANTIAGO, JOCELYN
SÁNCHEZ LÓPEZ, BIANI PAOLA
Asesor:
LIC. GARDUÑO GÓMEZ, ENRIQUE DE JESÚS
Lagunas, El Barrio de la Soledad, Oaxaca, México. Febrero 2014.
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RESUMEN
El presente estudio es una aproximación (intento y posibilidad de acercamiento) a la representación
mental, social y simbólica que las huada’s cachucas confieren al fenómeno migratorio en su paso por
Juchitán. Los significados que un sujeto se construye están en función de sus vivencias cotidianas. En
este sentido se delimitan los escenarios, se recuperan las vivencias que experimenta la huada’
cachuca en su trayecto hasta Juchitán; se analizan e interpretan y, a partir de allí, se dan
aproximaciones a los significados mediante un proceso de reconstrucción hermenéutico con un
diseño fenomenológico basado en el análisis, síntesis, inferencias e intuición.
Palabras clave: huada’ cachuca, Juchitán, fenomenología, hermenéutica, significados.
ABSTRACT
The present study is an approximation (a possibility to approach) to the mental, social and symbolic
representation that huada's cachucas give the migration phenomenon in their passage through
Juchitán. The meanings who these women build are based on their daily experiences. Thus the
scenarios were delimited: huada’ cachuca’s experiences on their way to Juchitán; we analyzed and
interpreted, and from there, approximations to the meanings are given by a reconstruction process
with a phenomenological hermeneutic design based in analysis, synthesis, inference and intuition.
Keywords: huada’ cachuca, Juchitan, phenomenology, hermeneutic, meanings.
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CONTENIDO
INTRODUCCIÓN ............................................................................................................................................................ 5
JUSTIFICACIÓN .............................................................................................................................................................. 6
OBJETIVOS…. .................................................................................................................................................................. 7
PARADIGMA CIENTÍFICO……………………………………………………………….8
MARCO TEÓRICO ........................................................................................................................................................ 10
MARCO METODOLÓGICO ........................................................................................................................................ 11
RESULTADOS ................................................................................................................................................................. 12
CONCLUSIÓN ............................................................................................................................................................... 15
FUENTES DE CONSULTA ............................................................................................................................................... 21
ANEXOS ........................................................................................................................................................................ 25
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INTRODUCCIÓN
El Istmo de Tehuantepec ha forjado su papel en el fenómeno migratorio como conducto y receptor;
sin embargo, es evidente que los migrantes centroamericanos no son tratados dignamente pues
prevalece la xenofobia. Las mujeres centroamericanas enfrentan en el Istmo una situación de
extrema vulnerabilidad, discriminación y estigma; son señaladas despectivamente como huada's
cachucas, que en una aproximada castellanización del zapoteco tendría equivalencia con “fuereña
centroamericana”. Existe un abismo y oscurantismo acerca de lo que refiere a estas mujeres, sus
vivencias, sentimientos, preocupaciones, motivaciones y decisiones; ¿cuáles son los significados que
construyen desde el fenómeno migratorio en su paso por Juchitán y el Istmo de Tehuantepec?
Significar es representar fenómenos y conceptos de la realidad en la mente del sujeto, lo cual se ve
mediado por la cultura, el contexto y el lenguaje principalmente, hay que asumir entonces que los
significados son subjetivos porque los crea el individuo y también porque quien los estudia posee otros
propios.
Sin embargo, estos significados están regulados y aunque poseen peculiaridades que los distinguen
entre ellos, conservan un sentido o esencia que se comparten y complementan incluso; leer es un
ejercicio que ejemplifica lo anterior, pues un texto puede ser leído por distintas personas con
formación ideológica y académica distinta, cada una encontrará peculiaridades y dará
interpretaciones subjetivas pero los significados que den a los conceptos e ideas principales no se
presentarán de manera arbitraria y conservarán la esencia del texto. Es lo que sucede con conceptos
como libertad, felicidad, paz, guerra, etc. que adquieren significados que varían entre cada
individuo, cultura o nación pero mantienen una sustancia que los hacen universales.
JUSTIFICACIÓN
Es importante estudiar a profundidad los fenómenos sociales y reconocer la importancia de las
perspectivas individuales y colectivas en la construcción de la realidad cultural juchiteca ofreciendo
una imagen de ésta desde la visión de la mujer inmigrante, sus vivencias, sentimientos,
preocupaciones y decisiones para clarificar este fenómeno, comprenderlo y promover las
potencialidades de las huada’s cachucas desde un enfoque más humanístico.
Como dice O. Lewis, necesitamos tratar de dar una voz a personas que rara vez son escuchadas
(Martínez, 1998) y en Juchitán, una ciudad reconocida por su constitución multiculturalista, persiste el
silencio y oscurantismo hacia situaciones que contradicen la postura universal de tolerancia y respeto
a la diversidad; sacar a la luz qué significa ser una inmigrante huada’ cachuca resulta sustancial para
comenzar a desenmarañar esta trabazón.
Además, el desarrollo de una ruta metodológica para la recuperación de vivencias y significados
promete una contribución al campo de la investigación llevando a cabo una metodología que no se
impone uniformemente y preserva las vías naturales de conocimiento.
OBJETIVOS
OBJETIVO GENERAL
Indagar las vivencias de las huada's cachucas en el fenómeno migratorio en su paso por el Istmo de
Tehuantepec y, a partir de éstas, revelar los significados que interioriza de tal experiencia.
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OBJETIVOS ESPECÍFICOS
Interpretar a través del análisis hermenéutico los significados y el contexto en el que se desarrolla el
fenómeno para reconocer la importancia de las perspectivas individuales en la construcción
colectiva cultural.
Estimular el pensamiento reflexivo sobre los problemas que supone el multiculturalismo a través del
desarrollo de la sensibilidad ante los obstáculos que enfrentan las huada’s cachucas.
Favorecer una consciencia en defensa de los derechos humanos, la equidad y la valoración de la
multiculturalidad para contrarrestar el pensamiento dogmático en la sociedad.
Entrenarse en el proceso de la investigación fenomenológica hermenéutica con base en el desarrollo
de habilidades en la aplicación de instrumentos y técnicas cualitativas en estudios sociales, para
fortalecer y contribuir a la reflexión metodológica del paradigma postpositivista.
PARADIGMA CIENTÍFICO
La investigación, en todas sus variantes, ha cimentado las bases del conocimiento; en México es ya
una labor trascendental y se ha vuelto imperativa la acción de investigar. Pero los tiempos cambian,
el ser cambia y tantas cosas han sido mudadas que también la actitud científica lo requiere pues una
desilusión numérica es lo que nos ha proporcionado la investigación cuantitativa en estudios sociales,
al fin y al cabo, no estamos conformados por una yuxtaposición de elementos estadísticos sino más
ideográficos. El rechazo a la pretensión de cuantificar aisladamente toda realidad humana confiere
lugar a la investigación cualitativa.
Este fresco cambio en los postulados y presupuestos de la investigación resulta más humanístico, ya
que busca “comprender a las personas dentro del marco de referencia de ellas mismas” (Gayou,
2007, p. 7) y no examinar reacciones ante variables inducidas. La investigación cualitativa, de
acuerdo al paradigma postpositivista o perspectivista (Martínez, 1998) estudia los significados de las
ideas, sentimientos y motivaciones a partir de perspectivas verosímiles y válidas históricamente y
paradigmáticamente, para lo cual, se han propuesto marcos interpretativos de referencia, que se
componen de diversos principios epistemológicos (teoría del conocimiento verdadero) y
gnoseológicos (teoría de la ciencia como construcción histórica).
Se trata de una nueva filosofía de la investigación con una visión más modesta del hombre, que
comprende sus limitantes para conocer pero apuesta a la madurez de la consciencia para amplificar
su saber.
Con esa necesidad de rehumanización metodológica, se optó como marco la fenomenología y la
hermenéutica, que constituyen elementos de enlace y convergencia con la realidad. En este
apartado hemos decidido incluir una breve explicación de su constitución en la forma que
abordamos esta investigación.
Estudiar fenómenos, comprendidos como algo que se muestra, se hace con los oídos y los demás
sentidos, las manos, toda la carne y con la inteligencia… con el corazón (De Monticelli, 1998), se trata
de escucharlos dejándolos hablar por sí mismos en lugar de imponerles un método uniforme; de
modo que la fenomenología es un ejercicio humanístico que permite aprender de una persona más
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de lo que ella misma comunica, valorando la intersubjetividad existente, pues la herramienta principal
es la propia consciencia.
Hacer hermenéutica es interpretar, Beuchot (2009) nos habla de textos hiperfrásticos para definir todo
lo interpretable, que no se limita a la palabra escrita, sino incluye diálogos, acciones, gestos, etc. Él
mismo propone como metodología la sutileza, que consiste en captar y traducir significados a partir
de los de uno mismo.
Esta hermenéutica analógica considera que “no se puede alcanzar una interpretación
perfectamente unívoca de un texto. Pero no por ello… equivocista” (ibíd., p. 52) y brinda una
universalización prudencial porque respeta la individualidad del ser único.
Haciendo las consideraciones anteriores, continuamos con el proceso indagatorio de significados.
MARCO TEÓRICO
A partir de 1980, el estudio de la migración femenina ha derivado en el estudio de los conceptos
familiares y situaciones que obligan a las mujeres a adquirir la calidad de migrantes, y los puntos
escala que se toman dentro de la ruta, pues funcionan como factores clave. Una de las zonas de
mayor concentración migratoria es la región sureste del país, que incluye los estados de Chiapas y
Oaxaca.
Como menciona Rojas (2008), en los últimos años, la movilidad poblacional en la frontera sur de
México ha aumentado en volumen e intensidad. Este incremento en el número de migrantes es
cualitativamente distinto al que se produjo durante la década de los ochenta en esta misma frontera.
Poco a poco, los factores asociados a la migración se han vuelto más complejos, diversificando las
causas y las motivaciones que conducen a los migrantes a buscar las oportunidades que no existen
en sus países de origen. Así, participan nuevos y variados actores sociales, se abren rutas y se
enfrentan nuevas y más difíciles adversidades.
El Istmo es todavía en nuestros días una zona interétnica donde los zapotecos son el grupo
predominante y comparten el territorio con huaves, mixes, chontales y zoques. La construcción del
ferrocarril y de la carretera -entre la mitad del siglo pasado y principios del actual-, provocó una gran
inmigración de europeos, norteamericanos y libaneses que se establecieron en el Istmo, integrándose
rápidamente a través de las mujeres a la sociedad zapoteca que actualmente resulta ser compuesta
por una variedad de grupos étnicos. A raíz de los conflictos políticos en Centroamérica, muchos
centroamericanos han encontrado refugio en el Istmo -sobre todo en Juchitán–, ingresando a México
por caminos localizados en los estados de Chiapas y Tabasco, ampliando notablemente el espectro
étnico (Miano, 2002).
Juchitán es una ciudad que ha centralizado la esencia cultural, social, comercial y política del Istmo
de Tehuantepec; su personalidad festiva y alegre se magnifica en las velas y pachangas, la algarabía
en el mercado y el parque; su misticismo en su filosofía; su identidad en el zapoteco y los trajes de
tehuana floridos. Pero también es un pueblo rebelde cuya historia se ha forjado a capa y espada; es
un pueblo que revoluciona las convencionalidades con estigmas y prejuicios propios; anarquizado;
antihigiénico desde el parque central, el mercado y las calles hasta las costumbres de sus habitantes
pues se carece de una consciencia ambientalista; pero sobre todo, es un sitio contradictorio que
poco tiene que ver con el Juchitán mítico de la Guelaguetza y los documentales, donde convergen
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distintos mundos y realidades: los ultracatólicos y protestantes, muxe’s y homófobos, las “matriarcas” y
el machismo, los gringos y los cachucos.
MARCO METODOLÓGICO
Para alcanzar los objetivos de la investigación, se diseñó un plan de trabajo que incluyó la aplicación
de los instrumentos y técnicas descritos a continuación.
Los informantes claves, como ejes de acceso al contexto de estudio; la entrevista semiestructurada,
una serie de preguntas sugeridas en una secuencia de temas abiertos al cambio; las historias de vida,
que como menciona Graciela de Garay, son “narraciones autobiográficas orales generadas en el
diálogo interactivo de la entrevista” (Gayou, 2007, p. 126); y el registro de observaciones. La evidencia
fue recuperada en archivo de audio y video.
El registro ampliado (Bertely, 2000) permitió organizar la información obtenida de manera visual,
formular preguntas para reconocer y designar categorías, inferencias y conjeturas, incluir referentes
bibliográficos e interpretaciones a los fragmentos más relevantes de las entrevistas.
Siguiendo la propuesta de Bertely y las sutilezas del análisis hermenéutico analógico de Beuchot
(2009), se construyeron textos interpretativos, que mediante la triangulación permitieron desarrollar los
razonamientos con los que concluye el proyecto.
RESULTADOS
El día 19 de octubre en la mañana se acudió al albergue para migrantes “Hermanos en el Camino”
en Cd. Ixtepec, nos dirigimos a la caseta de registro para conversar con el Padre Alejandro Solalinde,
pero estaba ausente. En su lugar, nos recibieron la voluntaria Ana, estudiante de Sociología en la UAQ
y Fátima Guadalupe Mazu, Mtra. en Relaciones Internacionales, que fungieron como informantes
clave.
Al principio se percibió un ambiente de desconfianza muy hermético pero se logró la calidez con el
diálogo franco; nos explicó después Ana que su actitud se debía a su descontento con la manera en
que Al Jazeera –que había hecho un documental días antes- había llegado al albergue, que calificó
como “imprudente, injusta y grosera”; externó su indignación ante estas situaciones que ocurren
frecuentemente con los migrantes, que son empleados como actores, dejando de lado que “se
debe hacer sentir al migrante que son seres humanos, que no hacen las cosas por gusto”.
“Las mujeres y niños generalmente llegan en estado de shock, diciendo ‘no me filmes, no me
hables’”, pues se sienten vulnerables a sufrir abusos; se ha mercantilizado la figura del migrante y,
como dijo Fátima, se han usado como pretextos para justificar otras cosas como la inseguridad que
prevalece en la región, criminalizándolos en discursos políticos.
Con el tiempo los factores que propician la migración en Centroamérica se han diversificado;
“muchas mujeres y varones vienen en calidad de refugiados… porque los maras les pidieron dinero…
hemos percibido que hay un incremento” a los que se unen los migrantes económicos que buscan
mejores condiciones de vida y empleo pues en sus países de origen no se ofertan oportunidades. Se
rompe con el estereotipo del migrante analfabeta pues entre las personas que emigran en estas
condiciones se incluyen profesionistas y estudiantes universitarios que no logran concluir sus estudios.
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Se sabe que viajar arriba del tren es tortuoso, aunque las condiciones no salen a la luz plenamente, y
el éxito de llegar al destino es incierto. Pero el sueño americano implica anteponer la fe y la
esperanza para huir de algo que los oprime: violencia intrafamiliar, pobreza, desempleo, falta de
libertad, maras o fracaso.
Persiste un patrón de discriminación y rechazo hacia los migrantes que van de paso o se quedan a
vivir en ciudades como Juchitán e Ixtepec, en el caso de las mujeres, son señaladas como prostitutas,
vistas despectivamente y carecen de espacios que favorezcan su desarrollo personal.
Es cruel el trayecto que siguen los migrantes e implica fatalidad, se arriesga todo, se ven circundados
por agentes que afectan su integridad física, psicológica y moral; Margarita presentaba una
infección en la piel adquirida por picaduras de mosquitos y había optado por la automedicación
pues la única atención médica adecuada y segura que podía recibir implicaba salir del albergue y
no confiaba en el entorno.
Margarita sale de su país porque quiere legar un futuro mejor a sus hijos, ella quiere que estudien
porque “hay que darles lo mejor que se pueda”, tiene un negocio que le ha permitido vivir
modestamente pero se siente desmoralizada trabajando en una licorería, no es un ambiente sano
para su familia. Lo que más nos conmovió de la entrevista con Margarita es el constante temor que
ella expresa que ha vivido, así la “Casa del Migrante” adquiere la calidad de refugio realmente para
ella, pues es “un alivio… aquí sentimos que nadie nos puede hacer nada”.
Porque fuera del albergue, además de los agentes biológicos y meteorológicos, hay agentes
humanos que implican peligro para el migrante, algunos “vienen fumando marihuana o tomando” y
no son conscientes de sus actos; por otro lado están los maras que son ya una corporación
inaccesible e impune; la migra que lejos de ser humanitaria es incomprensiva, agresiva y corrupta; los
xenófobos “que han dicho que en vez de darles dinero, van a darles comida envenenada” y; la
indiferencia que, como dice Fátima, “es incluso más peligrosa”, pues no se considera necesario el
estudio del fenómeno migratorio, contribuyendo a ignorarlo y no lograr una solución a los problemas
que incluye.
La historia de Amarilis, como migrante, comienza en una localidad de Guatemala a los 12 años de
edad, buscando una esperanza para su familia que carecía de estabilidad económica. Enfrentó la
corrupción de los polleros y los maras hasta arribar a Juchitán, con una familia que le ofreció lo que
más requería: comida, ropa y techo; sin embargo, dentro de esta misma se establecieron lazos de
tensión tras un romance que ella mantuvo con uno de los hijos de Na Carmen “porque era cachuca”;
la humillaron y agredieron, la veían como prostituta y denigraron su integridad. Con el tiempo se logró
aliviar la situación, aunque en ella se mantuvo vivo el temor.
Amarilis y Margarita reiteran frecuentemente su fe en Dios, es lo que les da fuerza. A veces sus
aspiraciones no llegan a realizarse; sus hijos tendrán que emigrar bajo las mismas o peores
condiciones si anhelan una realidad menos turbia, lo cual las consterna. La impotencia, “voltear a
otro lado y hacer como si no escucharas” y el miedo se presentan en innumerables eventos de sus
vidas, en Juchitán y en todos los lugares. Pero la esperanza se antepone a la resignación y se
mantienen en pie frente a las vicisitudes de su trayecto.
CONCLUSIÓN
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El fenómeno migratorio ha sido sustancia de muchos estudios y no está exento de dogmas; este
holocausto victimiza al migrante a partir de un perfil estadístico -refiriendo a la denuncia del Instituto
para las Mujeres en la Migración (Actualidad, 2013)- y a pesar de eso, se carece de una perspectiva
humanística que establezca una relación entre las cifras y sus significados en la realidad.
Gaytán (2008) menciona la feminización de la migración como una constante progresiva que ha
generado, a su vez, una toma de consciencia sobre la necesidad de su estudio, pues este proceso
está transformándose con mujeres que emigran independientemente en busca de empleo y ya
constituyen el 70-80% de inmigrantes en otros países. ¿Cuáles son los significados inscritos en este
cambio?
Procurando responder a esta interrogante el análisis hermenéutico analógico saca a la luz al
fenómeno por sí mismo y desde su propia experiencia, otorgándonos una concepción más profunda
y un espacio amplio para reflexionar los significados obtenidos desde diversas ventanas; psicológica,
sociológica, filosófica e incluso jurisprudencial.
Desde el ámbito psicológico, la huada’ cachuca, durante el trayecto, va demeritando el valor de
conceptos como autoestima, autoimagen y autorrealización, pues al construir a la huada’ cachuca
como una figura “peculiar”, mediante sutiles mecanismos psicosociales se le somete a una
deshumanización, criminalizándola y estigmatizándola como un agente dañino para la sociedad
istmeña.
Las condiciones de clandestinidad y corrupción en las que viajan alimentan en ellas el miedo y la
inseguridad, el mundo por el que pasan les resulta hostil y no hallan acogimiento, han perdido la
confianza en su país, sus compañeros, las autoridades, los ciudadanos, los centros de atención para
migrantes y cualquier organismo o persona fuera de los albergues, que son escasos. La huada’ se
siente vulnerable e indefensa ante la humillación y las olas de violencia que ha fortalecido el
segregacionismo xenófobo, el sentimiento de impotencia absorbe sus acciones de resignación frente
a la discriminación que sufre, y un constante estado de vigilia y alerta ante la incertidumbre, que lleva
a costa de su supervivencia.
Ahí radica la importancia del albergue, que es su zona de confort o al menos un sitio seguro alejado
del caos y de la población, donde se siente segura y le facilitan servicios para saciar sus necesidades
básicas momentáneamente e información.
Las migrantes creen que lograrán cruzar la frontera y trabajar dignamente en Estados Unidos para
volver con sus familias y solventar todos sus gastos –aunque son conscientes de los riesgos que implica
ser ilegal-; su utopía no consiste en hacer fortunas sino forjar trozos de futuro para sus familias en la
panacea que representa la economía norteamericana. Su fortaleza radica en su inquebrantable
espiritualidad, que combate el miedo y las tortuosas condiciones; sólo Dios les es fiel, dice Margarita.
Parafraseando a Nietzsche (1983), Dios constituye su alegría que permite alejarse de los sufrimientos,
así que mientras conserven su fe, nada mermará su esperanza.
“Lo que quieren quienes emigran hacia nosotros es huir de la miseria… aunque apenas conozcan las
ventajas de nuestra relativa prosperidad: no es la luz lo que les atrae, sino la sombra de la que
escapan lo que les empuja” (Savater, 2007, p. 35) ¿Cuál es esa sombra de la que habla Savater?
Además de las teorías sociológicas que explican el fenómeno migratorio por necesidad económica,
hay un patrón contemporáneo que se ha venido gestando: la búsqueda de asilo. Una de las sombras
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que persigue a los migrantes centroamericanos son los maras, ha aumentado el número de personas
que huyen de sus países por la corrupción y violencia que genera este grupo de poder, amenazando
la integridad de familias, extorsionando y asesinando; se trata de un problema que afecta
directamente los flujos de masas entre países y que el Estado no regula; se establecen, por el
contrario, alianzas entre autoridades y maras, que manipulan los trenes y polleros, como si se tratara
de una estrategia conjunta, sumando políticas restrictivas estrictas “de contención indiscriminada de
flujos mediante el control policial y militar… en función de las demandas de los agentes que precisan
una mano de obra barata, dócil, desorganizada y privada de derechos” (Manzanos, 2002), en la que
cada uno obtiene su “mordida”, definiendo el papel que desempeña México como frontera con
Estados Unidos.
Juchitán significa una incógnita hiriente, donde prevalece la xenofobia hacia el pueblo
centroamericano y la misoginia, pero también promete una “sociedad multiculturalista” en la que
migrantes encuentran espacios de trabajo. Juchitán no es esa sociedad ideal, sino una plagada de
incertidumbre y corrupción; los defensores de la humanidad y los órganos gubernamentales de
migración –incluso cuando en estos últimos se han dado casos de abuso de autoridad- luchan para
afrontar las situaciones problemáticas de deshumanización del migrante mas no existen métodos
para paliar con el peso de la indiferencia colectiva.
Por eso cabe cuestionar si las medidas tomadas son las adecuadas o por qué no han sido eficaces y
no se trata de culpar sino de exigirnos como sociedad un recuento de acciones para analizar.
La globalización del ultraliberalismo nos ha llegado como una simulación y sinónimo de libertad y
poder, mientras nos debatimos y problematizamos el flujo de personas, cuando la naturaleza humana
nos otorga la libertad de poder movernos como táctica para la supervivencia.
Se crean continuamente programas de protección y atención al migrante, de la misma forma
que se exhorta a la detención y deportación de ellos. Existen medidas legales enfocadas a promover
acciones que aseguren la calidad de vida de las migrantes como el Art. 30° y 67° de la Ley de
Migración, pero persisten los problemas de discriminación, rechazo, violencia e inseguridad, porque
“no basta que una acción sea conforme y esté ajustada a la ley, para que sea moral” (García, 1971);
la población juchiteca por un lado acepta las leyes establecidas en modo imperativo pero no se ha
apropiado colectivamente de una moral que vea a favor de la preservación de la humanidad.
Se habla de multiculturalismo y política de la diferencia para la inclusión de minorías pero se
da un falso reconocimiento, porque se carece de una formación humana que persiga fielmente esos
ideales. Varias culturas compartiendo un territorio no significa que Juchitán sea multiculturalista o en
ese caso, hablaríamos de un multiculturalismo elitista, donde sólo se reconocen entre unos cuantos y
se fomenta una división en la que cada cultura delimita y vela por sus intereses, sin formar un
imaginario colectivo sino simulando.
Necesitamos volver a plantearnos nuestras intencionalidades para enfrentar los problemas de
los flujos de masas y efectuar cambios en los patrones culturales, apostando a la educación como
primera vía de progreso, motivando al análisis y la reflexión de problemas sociales, económicos,
políticos, culturales y éticos para emprender acciones en la resolución de la problemática de las
desigualdades, discriminación y falta de libertad.
Se requiere la reformulación de un enfoque intercultural de los derechos humanos a partir del
reconocimiento del derecho a la migración, que no se puede dejar como una tarea exclusiva del
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gobierno y cuyo único producto sean políticas públicas sino progreso en la consciencia social. El
Estado no es infalible ni pulcro, es una institución con discapacidades y nos ha mostrado su
corruptibilidad y su corrupción en el ejercicio del poder, por lo que resultaría incongruente depositar
nuestra absoluta confianza y ciega esperanza en él; más allá de lo que se denomina Estado, hay
pueblo (Nietzsche, 1983)
Los descubrimientos y los análisis expuestos en este proyecto constituyen apenas una ligera
inmersión en el fenómeno que, sin duda, nos permitió conocerlo desde sí mismo y aprender un
fragmento de su realidad, lo cual nos permite compartir una evidencia de la profundidad de estudio
que otorga la metodología postpositivista, invitándonos a seguir nuevas rutas que no inhiban
mediante métodos estrictos la intersubjetividad sino que se enriquezcan por las percepciones y las
vivencias individuales para comprender los significados de los fenómenos.
Nuestra propuesta directa derivada del proyecto, por ser de carácter social y cualitativo,
consiste en el planteamiento y discusión de los resultados e interpretaciones a través de conferencias,
debates, foros y congresos para promover el abordaje de la investigación del fenómeno, que permita
esclarecerlo más; en prospectiva, alcanzar a mayor escala los objetivos planteados e incidir
progresivamente en la conformación de una consciencia común en defensa de los derechos
humanos.
FUENTES DE CONSULTA
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SAVATER, Fernando. (2007). Diccionario del ciudadano sin miedo a saber. 1ª Ed. Edit. Ariel. México. Págs. 88.
TAYLOR, Charles. (1993). El multiculturalismo y la política del reconocimiento. 1ª Ed. Edit. FCE. México. Págs. 61.
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ANEXOS
ANEXO 1. Entrevista a informante clave Fátima.
Fátima, originaria del Distrito Federal, es voluntaria en el albergue para migrantes “Hermanos
en el Camino” de Cd. Ixtepec, posee una Maestría en Relaciones Internacionales por la UNAM.
Quisiera que nos platicaras qué es lo que observas que sucede aquí en la casa del migrante, qué
situaciones ves, ¿están bien? ¿están cómodos?
“Mira, el albergue tiene como dos objetivos principales, el primero de ellos es darles la
asistencia humanitaria directa, que significa brindarles los alimentos, un espacio para descansar,
jabón, detergente, papel de baño para asearse; y el otro objetivo es luchar y defender sus derechos
humanos y esto sucede cuando los migrantes por diversas circunstancias y en diversas partes del país
tienen algún problema en el camino, son víctimas de alguna agresión, ahí nosotros les apoyamos,
como que el objetivo principal del albergue es justamente luchar por la justicia, que se les haga
justicia cuando sufren alguna agresión a sus derechos humanos y civilizar esas situaciones y tratar de
incidir políticamente para que a nivel legislativo y los tres niveles de gobierno, estas malas situaciones
dejen de ocurrir.”
¿Qué logros se tienen, no enfocados en materia política, sino en materia social? ¿Qué puedes
platicarnos sobre la discriminación hacia el migrante?
“Es… en el caso de nosotros que estamos en el Istmo, hay una profunda indiferencia hacia el
fenómeno, si bien ha habido un avance en el sentido de que ya no hay agresiones de la población
en contra de los migrantes, hay una tremenda indiferencia que es incluso más peligrosa, entonces, no
importa si haya o no haya, pero hay momentos, incluso muy específicos en los que se exacerban
estos sentimientos xenófobos y es sobre todo cuando se avecina una contienda electoral, entonces,
normalmente los migrantes son usados como pretextos para justificar otras cosas; como si ha
aumentado el índice de delincuencia en la localidad es muy fácil, mucho más sencillo responsabilizar
a los migrantes que realmente reconocer que hay una falta de prevención dentro del municipio,
entonces empiezan a culpar y a responsabilizar a los migrantes, de que ellos son los que se meten a
las casas, ellos son los que asaltan a los automovilistas o ellos son los que venden drogas o que, de
todos los males, el culpable es el migrante; eso lo notamos sobre todo cuando se acerca un periodo
electoral, después de eso esa situación baja pero insisto, el riesgo que hay ahora en Ixtepec es que
haya una interacción muy marcada, por ejemplo, ha habido momentos donde la atención ha sido
más elevada, incluso hemos tenido comentarios de que la gente ha dicho que en vez de darles
dinero va a darles comida envenenada y cosas así, entonces, y eso no tienen tanto, ese tipo de
situaciones se siguen dando, como hay gente muy buena que les apoya como hay otras personas
que no los ven con buenos ojos, que piensan que están acá para hacer cosas indebidas. Y dentro de
los migrantes tampoco podemos generalizar, como vienen personas con un objetivo muy claro que
es cruzar con la intención de ayudar a mi familia, también hay otros que no tienen esa visión, que
vienen a otras cosas e involucran en actividades ilícitas y, entonces, por estos migrantes que después
se empiezan a dedicar a otras actividades, son que los demás son estigmatizados.”
Ya a nivel personal, ¿qué nos puedes hablar sobre tu experiencia? ¿Qué significa para ti trabajar con
migrantes?
“Trabajar con migrantes es una enseñanza diaria, ellos te permiten: una, poner bien los pies
sobre la tierra, valorar lo que tenemos y también te enseñan su fortaleza, su fe, su espiritualidad y te
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enseñan lo importante que es el valor de la familia; la mayoría de ellos sale con la intención de
ayudar a su familia que se queda, entonces, son un ejemplo pero también lo podemos ver la otra
cara de aquellos que vienen y que no tienen tan claro cuál es su objetivo, no tienen tan claro qué es
lo que van a hacer, también podemos ver eso, entonces, como vemos cosas que también son
ejemplo, como vemos otras cosas que podemos atribuir a la misma dificultad en el camino. También
es una experiencia para conoceros a nosotros mismos y encontrar en el servicio a los demás una
oportunidad de crecer como personas.”
¿Podrías platicarnos acerca del contexto social que prevalece en la historia de los migrantes, si
alguno te ha platicado cómo, cuál es la situación, qué los hace venir, y en el caso específico, el de
las mujeres? ¿qué te dicen las mujeres?
“Mira, esta es una pregunta muy compleja porque dentro de la migración incluso hay teorías
que estudian las causas de este fenómeno, es un fenómeno que tiene, que es tan antiguo como la
humanidad misma, entonces, es un tema tan complejo que tratar de decir ‘sólo salen por esta y por
esta razón’ sería como tener una visión sesgada, es cierto que la mayoría de ellos salen impulsados
por una motivación económica, es decir, que en sus países de origen tiene un empleo que no les
permite tener una condición de vida adecuada que les permita cubrir todas sus necesidades, y
también es cierto que muchos de ellos salen porque ni siquiera tienen un empleo, también hay otros
que salen motivados por otras razones, por ejemplo, nosotras hemos percatado un incremento en
flujo de migrantes que salen huyendo de sus países por casas de violencia, es que han recibido
amenazas de grupos pandilleros, sicarios que trabajan con estas pandillas y esto es más notable en
Honduras y en El Salvador. Este flujo de migrantes, que muchos han denominado migrantes
económicos, se une este otro flujo de personas que salen porque su vida está en riesgo pero también
aquellos que salen simplemente porque tiene deseo de conocer otro lugar, ver cómo les va allá,
éstos son los menos, no podría decir cómo, o dentro del universo que pasa por la casa, no podría
decir qué porcentaje equivaldría al número de personas que salen porque no tienen empleo, porque
su empleo es mal remunerado, y aquellos que vienen por las olas de violencia pero las principales
razones, si las tuviéramos que resumir en un sola, son esas tres causas. En el caso de las mujeres
muchas de ellas aunque sólo son amas de casa, al final cuando nosotros les preguntamos “¿estás
saliendo de tu país por falta de empleo?” pero cuando les preguntas a qué se dedican te dicen que
a su hogar es porque tal vez muchas de ellas han tenido algún problema con su pareja y ahora dejan
su hogar porque algunas de ellas vienen con sus parejas o sus parejas están allá y van en busca de su
pareja, pero cada vez hay un mayor número de mujeres que emigran no siguiendo a su pareja, sino
solas, justamente ayer o antier salía una nota de que el 48% de la migración a nivel mundial está
siendo una migración femenina, casi la mitad de todas las personas que se mueven en el mundo.”
¿Podemos acercarnos con las mujeres del albergue a platicar un poco?
“Sí, bueno… en realidad… En realidad el número de mujeres que vienen a la casa es poco,
pues es reducido aunque el flujo de mujeres se ha incrementado, pues los que pasan por la casa son
principalmente hombres, entonces sí hay ahora mujeres, si quisieran platicar con una, yo creo que lo
más vial es que las invite a ustedes a que se acerquen a ellas, les platiquen un poquito de cuál es su
intención, qué están haciendo acá, por qué quieren platicar con ellas y si ellas acceden, pues
adelante.”
Fátima, te agradecemos infinitamente tu cooperación e interés y, por supuesto, tu esfuerzo.
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“Gracias a ustedes por abrir este espacio para abordar el tema de los migrantes, sus objetivos
son muy justos. Trabajen duro y lograrán muchas cosas.”
ANEXO 2. Entrevista a informante clave Ana.
Ana, originaria de Querétaro, es estudiante de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de
la UAQ, realiza su servicio social como voluntaria en el albergue para migrantes “Hermanos en el
Camino” de Cd. Ixtepec.
Platícanos sobre quiénes llegan a la casa del migrante, ¿por qué vienen?
“Muchas mujeres y varones vienen en calidad de refugiados, cada 2 o 3 días el tren pasa y se
nos avisa; los registramos, pues hubo casos anteriores donde todo esto fue un caos, según lo que he
leído y me han contado; es por eso que tenemos policías y un vigilante que es militar.”
¿Qué es acerca de las mujeres? ¿cuál es la historia que traen?
“Son muy pocas mujeres las que vienen acá, y la mayoría que viene, por seguridad vienen
con varones. Además esconden su corporalidad, no pueden vestirse como nosotras, con blusitas o
pantalones ajustados por obvias razones, se tienen que esconder de cierta manera; por miedo a que
las levanten grupos armados y de delincuencia organizada; el viaje es de por sí duro, pero para ellas
es el doble o el triple; corren más peligro. De las pocas mujeres con las que he hablado, dos estaban
embarazadas, y una venía en calidad de refugiada con su hija de 4 años; otras vienen porque los
maras les pidieron dinero, no les quisieron pagar, y se vinieron con hijos. Las mujeres y niños,
generalmente llegan en estado de shock, diciendo “no me filmes, no me hables”, estando
vulnerables al mismo tiempo, sin dinero, o maltratados.
El viaje es largo, se avientan todo el tramo hasta Medias Aguas y de allí al norte, a pesar de los
grupos armados y las oficinas de migración, denominados grupo beta, que tienen lugares muy
pequeños, donde llenan demasiado los lugares, con escaso trato humano para las personas.
Hay voluntarias de diversos lugares, como E.U y Alemania, a quienes se les dificulta ayudar por
el idioma, pues el objetivo inicial es que a los migrantes no les pase nada.
Por ejemplo, la semana pasada llegó una Al Jazeera, para hacer una experiencia con
observación participante, con personas a favor y en contra de la migración. Las personas llegaron
con micrófonos y cámaras, dentro del ambiente. Por ejemplo, una vez que vi llegar el tren, me
impresioné y me puse a llorar; eso pasa con los migrantes, tal vez no te sabes sus nombres, pero los ves
cansados, pidiendo una pastilla, y piensas ¿qué necesidad tienen? Y te das cuenta que no lo hacen
por gusto. Ese mismo día, el tren se fue, y me puse a llorar, y me grabaron, les dije que no lo hicieran, y
ya. Estaban grabando todo, y eso es incómodo; instalaron sus cámaras en la sala de registro, y
querían que quienes no deseaban ser grabados se retirasen. Un señor llegó con su hijo y dijo que no
quería que lo grabaran.
Fue imprudente, porque todo lo veían por el lado económico; además hubo actitudes
groseras con una de las voluntarias, la confundieron con una migrante y le dijeron “ten jabón para
que te bañes”; y le intentamos explicar de mil maneras que no era.
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Luego, llegaron unos migrantes a las 4:00 am, y les dijeron que actuaran su llegada, y eso es
injusto, les dije de manera muy grosera, vienen a hacer un documental y no parece, quieren
descansar, quieren comer, quieren dormir, no actuar. Si no es el caso, y hacen cine, actúen ustedes.
Su actitud fue muy imprudente, injusta y grosera…
Aquí se salvaguarda su integridad física, y también se debe guardar la emocional, no les
puedes decir ‘entra de nuevo’. Se debe hacer sentir al migrante que son seres humanos, que no
hacen las cosas por gusto. Las rutas son inseguras; uno trata de no hablar de eso; ya saben todo lo
que puede pasar. Queremos que lleguen bien, pues en teoría nadie debe vivir de esa manera y
pasar por lo que ellos pasan.”
¿Hablas con ellos?
“Sí, trato de no llorar, porque me digo que no debe pasar esto, no deben salir de su país
porque los maras les piden dinero, igual en el trayecto hay problemas. Tratamos de entender.
Reconocemos el problema de que los migrantes se han quedado a vivir en ciudades como
Juchitán o Ixtepec y las personas los tratan mal. Umm, yo creo que es una cadena, por ejemplo, en
México, los vemos despectivamente, los tratamos mal y cuando los mexicanos llegan a Estados
Unidos, los rechazan, es un patrón de discriminación, y aquí tratamos de romper el eslabón: les damos
de comer.
Los de la televisora nos dijeron que parecía un campo de concentración, pero no saben la
historia, de las agresiones; por esa misma razón restringimos los teléfonos; no saben lo feo que es,
cuando los policías mencionan que encontraron a un migrante, o uno que llega golpeado, porque lo
intentaron levantar y lo dantesco del asunto. No saben que espera, por cualquier lado: maras, zetas o
la misma población de migración.
Vienen hermanos, sabiendo el riesgo que conlleva, y un señor con su hijastro, por ejemplo, que
llevaba a su hijo para que lo viera su madre, hay mujeres que son solteras y deciden quedarse en
calidad de refugiadas.
También hay chicos transexuales, que son migrantes, y son tan duras las categorías que tienen
ante la sociedad, se registran como varones, se asumen como tal; aquí se rompen los estigmas;
pensamos que se van a prostituir y no es cierto, nos cuentan de su experiencia sobre trabajos
domésticos.
A la mujer que llegó embarazada, enfermera titulada, le afloraba el miedo; es muy
complicado y peligroso ser mujer en el viaje, es el doble o el triple, no lo hacen por gusto, hay faltas
de oportunidades por el contexto sociopolítico, no importa el grado de escolaridad, que muchos
tienen, pues se trata de que vivan bien, que tengan comida, calzado, que accedan a la cultura:
destaca el caso de una chica de 15 años que viajó con esperanzas de encontrar algo mejor.
Aquí deseo que lleguen bien, que crucen y vean a su familia”
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¿Cómo percibes que se ve a la mujer migrante en el Istmo?
“Bueno, ellas salen pero se hacen pasar por chicas de aquí, tratan de llegar y pasar
desapercibidas. En este lugar el rollo machista, de una mujer sola, en un lugar solo. Aparte el estigma
de la mujer migrante, que creen que es prostituta.”
Te agradecemos tu colaboración, Ana y te deseamos mucho éxito.
“No hay de qué, muchachas, me da gusto poder ayudarlas, igual a ustedes les deseo éxito y
que sigan en este camino de la investigación, que es necesario.”
ANEXO 3. Entrevista a Margarita.
La Sra. Margarita viene de Guatemala, estaba en el albergue “Hermanos en el Camino”
sentada junto a otros migrantes con unas manchas blancas en las piernas, tiene treinta años y dos
hijos, no vive con su esposo. Se recurrió a ella porque desde que llegamos se acercó a saludar y
mientras conversamos con las voluntarias, se mantuvo pendiente y cercana en todo momento. Se le
solicitó amablemente su colaboración en la investigación, ella accedió pero pidió que no se grabara
su rostro en video aun cuando se le expuso la importancia de hacerlo para interpretar sus gestos, por
las posibles consecuencias negativas contra su integridad, se respetó su decisión y sólo se grabaron
las imágenes de las investigadoras.
Platícanos qué situación vivías allá, ¿cómo es tu familia, cómo vivías, a qué te dedicabas?
“Yo salí porque yo tengo dos niños y no estoy con mi esposo, entonces vivo con mi mamá y
con mi hermano. Ella tiene un negocio, una tiendecita pero ella vende cerveza, vende licor, entonces
yo lo que le digo a ella es que quiero salir del país, trabajar, hallar condiciones mejores y que ya no
venda cerveza porque es un peligro estar con personas que toman, y también por mis hijos porque es
un mal testimonio que estén en un lugar así. Entonces yo lo que quiero… pues hay muchos riesgos
porque en el tren se aguanta frío, la lluvia, ladrones, a veces nos quieren hasta violar pero gracias a
dios, en mi caso todo salió bien. Entonces yo quiero llegar a Estados Unidos y como le digo, una
condición mejor para ayudar a mi familia y tenerlos un poco más cómodos.”
¿Está viajando sola?
“Con un cuñado… con mi cuñado… sola.”
¿Fue una decisión que tomaste junto con tu cuñado o fue algo más personal?
“Fue personal porque como allá hay trabajo pero a veces no gana uno lo que necesita,
entonces dije pues salgamos en el nombre de dios y allá uno trabajando ya los dólares ayudan más a
su país porque… yo soy de Guatemala, entonces ya con los dólares uno puede darle estudio a los
hijos. Yo tengo dos varoncitos, uno de siete años y uno de catorce, ellos tienen que estudiar y hay que
darles lo mejor que se pueda.”
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Durante el trayecto, ¿qué has vivido? ¿cómo te has sentido y cómo te sientes cuando llegas al
refugio?
“En el trayecto es muy difícil porque en el tren no hay lugar donde acostarse ni nada y uno
tiene que venir despierto porque a veces viene a ras de la llanta del tren y entonces si te duermes es
fatal, a lo mejor ya ahí, ni lo quiera dios, uno se muere. Y sí se miran que hay muchas personas que lo
quieren molestar a uno, quitarles el dinero entonces cuando uno viene acá se siente tranquilo; aquí
nos dan comida y donde dormir, entonces ya nos sentimos seguros, es un alivio llegar acá porque
aquí sentimos que nadie nos puede hacer nada, pero cuando vamos en la línea del tren, ahí sí, hay
muchos peligros.”
¿Sientes que llegando aquí, es el refugio el que le da seguridad o el pueblo?
“Mmm… pues yo me siento segura aquí en el refugio, porque la verdad no sé afuera, como no
conocemos, no sé qué, siempre hay personas malas como personas buenas que nos ayudan pero no
se sabe, entonces lo que nosotros hacemos es quedarnos adentro porque aquí estamos más
seguros.”
Durante el trayecto, ¿cómo resuelves tu alimentación, si te dan ganas de ir al baño o situaciones de
ese tipo? Somos mujeres…
“¡Ay no!, es muy difícil, bueno para las mujeres, al ir al baño, si el tren no para nos tenemos que
aguantar o tapar con alguna cobija que traigamos, es muy difícil, es muy penoso, cuesta mucho pero
tiene que… bueno, así como yo, ayer me tuve que aguantar desde las seis de la tarde que salí ayer…
antier y llegamos aquí a las cuatro de la tarde, me aguanté más de doce horas (ruborizada)…
porque si uno viene así, a veces hay personas que vienen fumando marihuana o vienen tomando y lo
miran a uno así y ya es peligroso, hay muchos peligros para uno.”
Ahorita que te veo, ¿qué es eso que traes en las piernas?
“Yo me eché esa… es una crema, porque me picaron mucho los moscos y como que se me
infectó, entonces me eché esa crema pero creo que voy a ir al centro de salud porque no sé, me da
comezón, por eso me puse eso pero tengo que ir a un centro de salud, a ver qué me dan para eso.”
Ojalá te brinden la asistencia que requieres… volviendo un poco, ¿qué sientes al dejar tu país?
“(Ríe) Pues bueno, es muy difícil dejar uno su país, sus costumbres porque a uno a veces lo
humillan por la manera de hablar, nuestro acento es diferente y a veces se burlan y uno se siente mal,
lo único que tiene que hacer es alejarse de esas personas y seguir camino, voltear la mirada y hacer
como si no escucharas nada”
¿En el refugio has convivido con otras chicas?
“Aquí ahorita hay dos chicas adentro, ahí donde yo dormía ayer, ahí va una y la otra que no
sé qué se hizo.”
Bueno, y ahora ¿qué expectativas tienes, qué crees que te espera?
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“Por el momento me siento más tranquila porque vamos a irnos en autobús pero no sabemos
qué nos espera más adelante, nosotros siempre cada vez que salimos de un lugar nos reunimos y
oramos… que dios nos ayude, que nos vaya bien y ahí sí que con dios nada más porque es el único
que es fiel a nosotros, que nos cuida porque entre los mismos compañeros, los mismos paisanos, ellos
nos asaltan a veces o ellos son los que hacen la maldad.”
¿Y en unos diez años qué esperas, te ves en Estados Unidos, con tus hijos o qué piensas?
“Pues esa es mi meta, si dios me permite, cinco años trabajar y reunirme con mi familia en
Guatemala porque es muy difícil alejarse uno de sus hijos porque por ellos uno va sufriendo y (suspira)
es muy difícil porque pues ellos están tranquilos ahorita en casa pero nosotros venimos rodeando
migración en el monte, en el tren venimos, no sabemos qué nos va a pasar, entonces es muy difícil.”
Nosotras esperamos que te vaya bien y te agradecemos mucho que… obtenemos información que
nos sorprende. Esperamos que llegues bien a Estados Unidos, que llegues con tus hijos y logres tu
objetivo.
“Sí… yo no desearía traer a un hijo ni a mi hermano porque es un camino muy difícil y yo a mis
hijos no los voy a sacrificar, prefiero yo sacrificarme y trabajar duro y llegar a Guatemala y poner algo
pero ya con un dinero que uno ya ha obtenido sin que ellos sepan lo que uno pasa en el camino,
porque yo no les digo a ellos ‘fíjate que aquí voy en el tren’, no, yo no les digo, me dicen ‘¿Cómo
estás?’, ‘Aquí estoy bien, hijos, aquí estoy, oren por mí y pídanle a dios que todo salga bien y ustedes
estense tranquilos y sean obedientes’.”
Sí. Muchas gracias, Margarita.
“No hay de qué, gracias por escucharme.”
ANEXO 4. Entrevista a Amarilis.
Amarilis es de Guatemala, lleva 16 años radicando en la Cd. de Juchitán con su pareja
originaria de esta ciudad, con quien tiene tres hijos; además de un hijo con el que no convive
directamente que tuvo con su anterior pareja en Guatemala antes de emigrar. Se dedica a las
actividades domésticas y al comercio de productos marinos en el mercado popular. Se acudió a su
domicilio particular y accedió a contarnos su historia. Se observó mucha mesura en ella al recibirnos
en una habitación aparte, indicar a sus hijos que no dejaran de hacer lo que debían y no se
acercaran, cerrando las puertas y ventanas. Fuera de ello, nos trató con mucha naturalidad y
confianza, pues ya habíamos dialogado sobre el propósito de la entrevista.
Estamos haciendo una investigación para conocer cómo viven las mujeres migrantes, qué sienten,
conocer más de su humanidad. Así que te agradecemos que nos tengas confianza para platicarnos
tu vida, lo que refiere al antes, durante el viaje y cuando llegas a Juchitán, que nos compartas tus
sentimientos… queremos conocerte. ¿Cómo vivías en Guatemala?
“Mi familia estaba integrada por nueve hijos y mis papás, éramos once. Yo era la mayor y
todos los demás estaban chicos, casi no estudié por lo mismo que la oportunidad no se me dio y yo
muy chica salí a trabajar, tenía como trece años, antes ya había trabajado pero no me gustaba el
trabajo de ahí del pueblo, era muy duro, entonces yo pensaba que salir del pueblo era lo más fácil y
cómodo para mí y eso fue lo que hizo que yo me saliera del pueblo.”
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¿Qué trabajos desempeñabas en el pueblo?
“Corte de café, ahí se cosecha el café. Llevas un canasto así (mimetiza) en la cintura, lo
amarras atrás y ya vas jalando las ramas, los granos van cayendo y eso era el trabajo. Llueva, haya
aire o lo que haya se tiene que trabajar porque pues no nada. Muy duro.”
Entonces saliste a la ciudad, ¿qué pasó en la ciudad?
“Cuando yo tenía como catorce años me fui a Tapachula, mi abuelita me trajo con unos tíos,
yo tenía ahí unos tíos que también salieron así de migrantes y se casaron ahí, entonces de ahí me
consiguieron un trabajo… de casa, pues porque de oficina ¡qué iba a poder! Y pues yo trabajaba de
cuidar a una niña de tres años porque iba al kínder la niña, yo me encargaba de ella, de bañarla, de
traerla y de prepararle su lunch que llevaba, llevarla al kínder e irla a traer.”
¿Cómo te fuiste a Tapachula?
“Ahí fue en autobús, ahí no se prohíbe porque saca uno el pasa para llegar ahí y pues puede
llegar uno bien pero ya para acá ya fue sobre tren.”
¿Cómo fue el viaje en tren de Tapachula hasta acá?
“De Tapachula hasta acá sí fue difícil porque no nada más venía yo de migrante, venía el tren
lleno pero yo venía solita por mi cuenta y venían unos señores que les dicen polleros y ellos traían
mucha gente pero les venían cobrando y yo no sabía, entonces el hombre ése me decía ‘tienes que
darme algo si no te vas a quedar por acá’ y yo con miedo y temor, (cambia el tono de voz y su rostro
manifiesta ese terror) ‘yo no soy de ahí, no soy de por allá, soy de aquí de Chiapas’ con tal que no me
bajaran, que no me pidieran nada pero pues como yo venía bien vestida y nada más una bolsita en
la espalda traía, no traía maleta grande y me pinté, porque así dicen, que para que uno pase… me
arreglé bien pues, entonces no creían que yo era de allá y pasé, hasta que llegué a Unión Hidalgo,
ahí me bajé. Fue como… (piensa y distrae la mirada) un día de camino, porque llegamos en la noche
ahí.”
Y cuando llegaste a Unión Hidalgo, ¿qué pasó?
“Ya en Unión traía mucha hambre (se toca el estómago) y ya me bajé, comí en el primer
puesto de tacos que vi, comí y luego pregunté para Juchitán porque me dijeron que lo mejor era ir
allí, luego me dijeron ‘si te vas por el otro lado, por la Ventosa ahí te van a bajar, te van a reconocer.
Si te vas por este otro lado sí vas a poder pasar’… Ah, porque la gente siempre se da cuenta, eh,
luego se da cuenta. Entonces pasé, agarré un taxi, me dijeron ‘vete en un taxi porque ahí no te van a
conocer, no te van a bajar’, entonces yo pagué un taxi de Unión para acá y me dejó nada más ahí
cerquita porque no tenía yo para dónde. Luego entre compañeros ahí nos dijeron que aquí había
una familia Lopezchente que contrataban trabajadores y que ayudaban a pasarlos hasta Veracruz,
hasta Matamoros, que preguntara por ellos y no confiara en la gente y pues así es que llegué acá…
que Manuel Lopezchente agarraba a la gente y los llevaba al rancho, los ponía a trabajar, les daba
de comer, les pasaba ropa y luego en un viaje ahí se los llevaba, no les daba dinero pero los
mandaba en carros de pescado.”
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Y cuando llegaste con esa familia, ¿qué te pareció?
“Pues al principio yo llegué con Na Irma, ahí vine a dar porque yo venía caminando y
preguntaba por la familia y me dijeron que ahí, ahí fui a dar con ella y llegué y me dijo, aquí está mi
casa, si te quieres quedar te puedes quedar. Yo nada más traía la mudada de ropa que traía pues y
el par de zapatos que ya estaban abiertos porque caminé mucho. Entonces ya cuando llegué acá
enseguida le dije que quería trabajar para que pudiera tener un dinerito y ella misma me llevó a “La
Parrilla” con Na Malena y me dio trabajo pero en “La Parrilla” que está por el crucero, ahí empecé a
trabajar con ella, yo no sabía hacer nada pero fui aprendiendo… Ah, entonces ya tenía yo veinte
años.”
Y de “La Parrilla”, ¿qué otro trabajo tuviste?
“No trabajé en otro lado, sólo ahí. De ahí conocí a mi pareja pero la familia (Lopezchente) no
quería que tuviéramos una relación porque yo era cachuca… porque había mujeres que se meten
con otros hombres y querían así nada más en el camino y pues mi suegra no quería porque decía
que ‘no’… y me hacía feo (gesticula desprecio), cuando ya no veía, le decía Vicky ‘ahí va esa mujer’
y nombraba una perra que tenía y decían el nombre de la perra pero en verdad así me estaban
llamando a mí, y yo pensaba ‘pues si yo no les hago nada y si no quieren pues no’.
¿Qué sentías cuando sucedía eso?
(Responde rápido y con un tono más fuerte) “Pues muy mal porque son cosas que… por una
pagan todas. Y yo decía ‘si aquí es mi suerte pues aquí me voy a quedar y si no, sigo’, pero pues
gracias a Dios aquí me quedé.”
¿Pensabas irte a Estados Unidos?
(Afirma con precisión) “Ésa era la intención, llegar allá por lo mismo que la familia era muy
pobre… hasta ahorita siguen siendo pobres; allá el trabajo no da para tener un dinerito de más, lo
que vas ganando de una vez se va dando.”
¿Qué dejaste allá en Guatemala?
“Dejé… (pausa y semblante nostálgico) un hijo, sí…
¿Puedes hablarnos un poco de tu hijo, qué sientes ahora que él no está aquí?
“Pues… como ya tiene tiempo… lo dejé de un año. Pues ya… cómo les podría decir… lo
quiero igual, ¿no?, pero ya es otra forma de quererlo porque ya estoy con mis otros hijos acá y él
creció allá con mi mamá y mi papá, entonces él a ellos les dice papás y… a mí, me dice Amarilis
(baja la mirada), no me dice mamá… pero sí sabe que soy su mamá y cuando voy pues le llevo un
regalito, le llevo una cosita y él… cuando le digo ‘vamos’ dice que no puede ir ‘aquí están mis
papás’… entonces, no… está estudiando.”
¿Qué expectativas tienes sobre su futuro?
“Pues él dice que quiere ser ingeniero pero quién sabe si mis papás puedan porque mi
hermano que mandaba dinero, él está en Estados Unidos, ya no lo puede mantener… y… bueno, él
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dice que nada más este año que está en la prepa y de ahí se va a Estados Unidos, pero… yo le digo
que no, Antonio (su pareja) ya habló con él y le dice que estudie, porque ellos se llevan bien, no hay
celos, no hay coraje… que le eche ganas pero nada más no, se quiere ir a Estados Unidos y pues
como yo no lo crie, yo no le puedo decir nada…”
Cuando estabas en Guatemala, ¿pensabas llegar a Juchitán y vivir así?
“¡No! Pues cómo iba a saber que iba a venir para acá, yo sólo sabía que los polleros traían
varias personas pero no sabía nada… Ahora cómo llegué aquí, pues Na Carmen me corrió y sus hijas
me maltrataban cuando yo ya estaba embarazada, Antonio me rentó por fuera un lugar y yo ahí
vivía porque allá no me querían y me decían groserías. Después cuando nació mi hija yo no quería
volver porque le tenía mucho miedo a la señora y a mis cuñadas pero un día mi suegra llegó donde
yo rentaba, cuando escuché el carro me dio mucho miedo, yo decía ‘¿a qué viene esta señora?’ y
me asomaba preocupada, luego me dijo ‘sal’ y yo no quería pero bueno, salí, cargó a su nieta y me
dijo que fuera a vivir a la casa de ellos con mi pareja y me pidió disculpas que porque primero no
pensaba que fuera su nieta… no fui porque no confiaba mucho pero luego poco a poco
empezamos a llevar unas cositas hasta que me quedé… después mi suegra me defendía porque
había una criada, tenía una muchachita que le lavaba y limpiaba, ella la regañaba cuando no
quería lavar mis trastes, igual no quería colgar mi ropa –y eso que no la lavaba- que porque yo era
cachuca y todo eso, igual mis cuñadas luego me empecé a llevar bien con ellas y ahora son mis
amigas.”
¿Cómo te trató la gente, fuera de la familia?
“Pues… no me trató mal. Yo desde hace mucho vendo pescado y trato de llevarme bien con
la gente, no le hago feo a nadie y por eso la gente se lleva conmigo y bueno como ya hablo
zapoteco ya no se imaginan que yo soy de otro lugar.”
En un futuro, ¿qué esperas?
“Mira yo ya no me voy a Estados Unidos porque ya tengo aquí a mis tres hijos, ya no tengo…
ese sueño ya se acabó. Y con mi hijo, yo no quiero que se vaya pero allá sí hay más necesidad y a mí
no me dijo que quiere irse sino a mis papás porque ellos tienen la voz de sí o no, yo soy su mamá pero
pues no puedo decirle nada. Si él hubiera querido venir a Juchitán lo hubiera apoyado con la
escuela o algo o le hubiera dicho que estudiara e hiciera una profesión acá pero no quiere.”
¿Platicas con tus hijos lo que viviste para estar acá?
“Sí… sí… saben… yo les dije que pensaron que yo era como las demás mujeres que habían
llegado pero no fue así, yo fui diferente, no anduve con un hombre y luego con otro y otro, yo llegué
y me puse a trabajar y ya estando aquí es que lo conocí a él.”
¿Cómo es tu relación ahora con Na Irma?
“No me llevo con ella porque pareciera que a ella le hubiera gustado que una de sus hijas se
hubiera casado con Antonio, hay celos.”
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Cuando ves a los migrantes ahora, ¿qué sientes?
“Es que ahora sí, los que pasan y piden una tortilla, se les da y una moneda, pero… es feo
verlos porque es una situación pesada… (su rostro se consterna) venir con hambre y sin dinero…
pues… es feo.”
Gracias, Amarilis, por confiar en nosotras y contarnos tu historia.
“No, de nada y si necesitan algo más pueden venir.”