Post on 14-Feb-2016
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TERAPIA GESTALT INFANTIL. MÓDULO I
LAS 9 TENDENCIAS
El temperamento / tendencias pueden aumentarse/disminuirse pero no eliminar.
Las tendencias se ven muy claras hasta que el niño tiene 1’5 años aproximadamente. Más
tarde, a través de la personalidad se pueden regular. Hay que tener en cuenta la tendencia del
niño para poder atenderla y sería conveniente atenderla diariamente. Hay muchas elecciones
que hacemos de manera inconsciente derivadas de estas tendencias. Cuando hay estrés o
ansiedad se agudizan mucho estas tendencias. Sin embargo, cuando atendemos nuestra
tendencia, nos sentimos bien. Dar espacio a los niños para atender sus tendencias hace que se
recompongan. Si conocemos nuestra tendencia, de mayores podemos regularlo.
Lo que modula la tendencia es la calidad del vínculo. Respetando las tendencias, se cambian o
modulan las tendencias más rápido.
Tendencia 1. Actividad física
Los niños pueden ser hipoactivos o hiperactivos (no como diagnóstico).
Hiperactivos: tienden a moverse físicamente. Se detecta en conductas como: trepar por el
sillón o los muebles, dormidos en la cuna se mueven mucho y amanecen en posiciones
diferentes a cuando les acostamos. Los niños hiperactivos necesitan actividad física y es
conveniente que todos los días realicen ejercicio (deporte, jugar en el parque, etc.)
Hipoactivos: Son bebés que se mueven poco, que pueden estar sentados entretenidos con
algo sin necesidad de moverse. “Bebé Buda”. Los niños hipoactivos necesitan tener un rato al
día de tranquilidad, incluso de no hacer nada. Muchas veces estos niños buscan ese rato
cuando van al baño, por ejemplo. Hay que darle ese espacio al niño, incluso que esté sentado
en el sillón sin que esté haciendo absolutamente nada.
Tendencia 2. Adaptabilidad.
Los niños pueden ser hipoadaptables o hiperadapatables. Es la facilidad y rapidez con la que un
niño puede adaptarse.
Hay niños que necesitan más tiempo para adaptarse a los cambios. El problema surge cuando
los padres se ponen ansiosos porque el niño no se adapta todo lo rápido que ellos quieren o
consideran apropiado. Cuando los adultos no creamos esa ansiedad, los niños se vuelven más
rígidos. La sensación que tiene el niño hipoadaptable es de ser raro, rígido. Si hay intolerancia
de los padres ante los hipoadatables, se produce una mayor resistencia en los niños.
Tendencia 3. Ritmo.
Los niños pueden ser rítmicos o arrítmicos. Esta tendencia se refiere a los ritmos biológicos:
comer, dormir, ir al baño…
Un niño rítmico, por ejemplo, se despierta a la misma hora, como porque es la hora de comer,
no porque tenga hambre, etc. Necesitan mantener ciertas rutinas. Mientras mantengan ciertos
ritmos internos, se sienten más tranquilos. Cuando les dan una pauta contraria a su tendencia,
se alteran.
Los niños arrítmicos, pueden comer a cualquier hora, no tienen horas de acostarse o
levantarse fijas. Por ejemplo, pueden aguantar un viaje sin comer o ir al baño sin problema,
mientras que para un niño rítmico, sería casi una tortura. Los conflictos surgen cuando los
padres y los hijos son de tendencias opuestas xej: Padre rítmico- niño arrítmico. Pero son
oportunidades de aprendizaje tanto para el niño como para los padres: pueden desarrollar la
parte que les falta a cada uno.
Tendencia 4. Capacidad de contacto.
Podemos ser de lejanía o proximidad. Es cómo nosotros sentimos que contactamos con las
cosas y las personas.
Los niños con capacidad próxima son bebes que necesitan tocar, oler, chupar, para sentir que
han entrado en contacto. Los niños próximos se asemejan como metáfora a los miopes, que
necesitan acercarse el libro para leer, o estar muy cerca para entrar en contacto con lo que le
rodea. Para poder percibir necesitan la vivencia, tocar, sentir. Suelen tener muchos amigos y
entablar amistad con facilidad, pero pueden cambiar de “mejor amigo con frecuencia”.
En el caso de los niños lejanos, se podrían asemejar a los hipermétropes, que necesitan alejar
el libro para ver bien y si lo acercan demasiado, lo ven borroso. Necesitan para entrar en
contacto, ver el contexto global para sentir que está. Por ejemplo, un niño próximo, al entrar
en una juguetería, empieza a tocar todo, yendo de uno a otro, coger todos los juguetes,
sacarlos de sus cajas, etc. El niño lejano, primero se quedará a cierta distancia viendo todo en
la globalidad, estableciendo contacto desde la lejanía. Se toman su tiempo para conectar con
su próxima “tarea”. Pero una vez que ha decidido, suele mantener esa decisión en el tiempo.
Suelen ser niños de no muchos amigos, pero buenos y duraderos.
Tendencia 5. Intensidad del estímulo.
Los niños pueden ser hipoestimulables o hiperestimulables. Es la intensidad que necesita un
niño para reaccionar.
Los niños hipoestimulables necesitan sólo un pequeño estímulo para que reaccionen. Pero
también reaccionan rápido antes las cosas negativas. Ante un estímulo que para ellos es
negativo (una tarea, un “no” por respuesta, decirles algo que no les gusta, etc), lo viven
también intensamente. Se despiertan al menor ruido, etc. Suelen ser hipersensibles.
Los hiperestimulables necesitan muchos estímulos para que reaccionen. El estímulo negativo
tiene que ser muy fuerte para que les afecte. Y también tiene un aspecto negativo, cuando por
ejemplo, un niño tiene baja autoestima, necesita muchísimos más estímulos para conseguir
aumentar su nivel de autoestima.
Tendencia 6. Intensidad de respuesta.
Los niños pueden ser hiporespuesta o hiperintenso.
Con los niños hiperintenso, nunca puedes dudar de su respuesta, de lo que sucede, porque
todo lo muestran de una manera clara. Si tienen ganas de llorar, lo van a hacer.
Los niños con hiporespuesta, dan pocas señales que pueden definir lo que están sintiendo. El
tipo de respuesta es mínima. “Cara de póker”.
Triada de las adicciones: próximo-hipoestimulable-hiperintenso. No es matemático, pero los
adictos suelen reunir estas tres tendencias. “lo importante no es lo que consumimos, sino
cómo es mi respuesta”
Tendencia 7. Calidad de humor.
Los niños pueden tener diferentes tipos de humor como tendencia. Hay que respetar esas
calidades de humor.
Serio
Pesimista
Optimista
Borde
Llorón
“Sonrisa barata”: no discrimina , sonríe a todos.
Etc…
Tendencia 8. Distractabilidad
Ser distraído tiene varios problemas:
-para ellos no es un problema
- tampoco les molesta que el otro sea distraído.
Puede cambiar un poco por el vínculo: decirle a un “despistado” que para ti es importante lo
que quieras pedir…
Hay niños que están distraídos porque están desconectados, no por tendencia. En este caso,
les suele ocurrir ago. Cuanto más encima están los padres, más distraídos son: por ejemplo, si
los padres están siempre pendientes de que no se les olvide meter todo en la mochila para
cubrir su distracción, ellos más se despreocupan.
Tendencia 9. Perseverancia
La perseverancia se logra con la aceptación de la frustración. Tolerancia cero, perseverancia
cero. La fuerza de voluntad se consigue tolerando la frustración.
Ante la dificultad, un no perseverante abandona la tarea. Se puede desarrollar la tolerancia a
la frustración. La voluntad se hace aceptando los “noes”. En la generación actual de padres,
solemos tolerar poco la frustración y por eso sucumbimos antes, ante la perseverancia de los
niños. Por eso nos saltamos los límites que habíamos puesto. El perseverante ve la meta, no el
camino. Los niños tienen que aprender a perseverar, pero los padres debemos mantenernos
firmes ante los límites que hemos puesto. Si al final, el niño se sale con la suya, después de
intentar 30 veces conseguir su objetivo, aprende que tiene que insistir 30 veces para
conseguirlo.
Por otro lado, a un niño perseverante, hay que enseñarle a “soltar”, a abandonar, para que no
se empecinen en algo que tampoco es bueno para ellos. Un padre/madre rígido con un niño
perseverante, tiene que negociar y enseñar al niño a negociar. Por ejemplo, ante la insistencia
de un niño de ver la tele: “hoy no hay pantallas porque es martes y entre semana no hay
pantallas, pero si te parece, el fin de semana, vemos una película juntos”. Por un lado, se le
enseña que perseverar es bueno pero no consigue su objetivo haciendo que nosotros nos
saltemos los límites impuestos.
También hay que enseñarles a posponer incluso las cosas buenas, para no ceder al primer
impulso. Por ejemplo: en terapia, hacer un trabajo en barro, y se lo quieren llevar en el
momento. Tienen que aprender que tiene que secarse y la semana siguiente tiene que
pintarlo, y la siguiente, cuando esté seco se lo podrá llevar. No ceder a lo inmediato.