Post on 15-Dec-2015
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EL LOBO Y LA CABRA
Un lobo muy hambriento vio a una cabra que estaba comiendo pasto
junto a un gran precipicio. El lobo no podía trepar hasta donde la
cabra estaba, así que para hacerla bajar le dijo:
"Amiga cabra, ten cuidado, no te vayas a caer de ese enorme
precipicio. Mejor baja y come de este delicioso pasto en el que yo
estoy. Es más verde que el que estás comiendo".
La cabra, astuta, le respondió:
"No caeré en tu trampa, lobo tramposo. Sé muy bien que no me
invitas a comer, sino que simplemente quieres que yo sea tu platillo
del día".
Moraleja: Ten cuidado con lo que te dicen, no todo es verdad.
Muchos engaños llegarán a ti con la intención de perjudicarte.
EL LOBO ORGULLOSO
Estaba un lobo caminando casi a la hora del atardecer, cuando se
percató de lo grande y alargada que se veía su sombra, que se dijo
hacia el mismo:
"Yo siendo tan grande, ¿cómo me va asustar un león? ¡Con esta
talla, estoy seguro que será muy fácil convertirme en el rey de todos
los animales!".
Mientras hablaba y mostraba su orgullo, un enorme león cayó sobre
él y lo comenzó a devorar. El lobo, a punto de morir, se dijo:
"Llegó esta desgracia a mí por ser tan orgulloso".
Moraleja: No tomes en cuenta el valor de tus virtudes solamente por
la apariencia que ves con tus propios ojos.
EL LEÓN Y EL TORO
Estaba el león, ideando un plan para capturar a un enorme toro. Se
decidió por usar su astucia, y le dijo al toro que había tomado un
carnero y lo había sacrificado, así que lo invitó a compartirlo con él.
El plan consistía en atacarlo cuando estuviera echado sobre la mesa.
El toro llegó al sitio acordado, pero al ver los asadores y no al
carnero, se fue sin decir absolutamente nada. El león le
reclamo diciéndole que no le había hecho nada, a lo que el toro le
respondió:
"Claro que hay un motivo para que me vaya, todos los preparativos
de la comida están hechos para un toro, no para un Carnero."
Moraleja: Siempre analiza todo lo que hay a tu alrededor, y así nada
podrá sorprenderte y hacerte daño.
LA ZORRA SIN COLA
Una zorra había perdido su cola por una trampa, y se encontraba
muy avergonzada. Para dejar de sentirse así, decidió que la mejor
opción era aconsejarle a sus amigas zorras que debían cortare la
cola, y así poder disimular su defecto personal con la igualdad
general.
Reunió a todas sus amigas y les dijo: "La cola es fea y sólo estorba.
Deberían cortársela como yo". Una de las compañeras le respondió:
"Hermana, si no tuvieras esa condición ahora, ¿aun así nos darías
este consejo?"
Moraleja: Ten cuidado con esos consejos que en realidad están
buscando su beneficio propio con ese consejo, y no tu bienestar.
LA CIERVA Y EL LEÓN
Se encontraba una cierva corriendo por el campo, tratando de huir de
los cazadores. Cerca de donde estaba se encontró una pequeña
cueva, y decidió refugiarse ahí para despistar a los cazadores. Para
su sorpresa, dentro de la cueva vivía un feroz león.
Sin poder escapar y a punto de ser devorada por el león, la cierva
dijo: "¡Qué gran desdicha la mía! Por tratar de huir de los hombres
cazadores, ahora seré devorada en las garras de este feroz león".
Moraleja: Siempre busca soluciones a tus problemas, pero ten
cuidado, ¡que la solución no sea peor que el problema!
LA ZORRA Y LA LIEBRE
Un día la liebre con mucha curiosidad se le acercó a una zorra y le
preguntó: "¿Es verdad todo lo que dicen: que tienes muchas
ganancias y que te llaman triunfadora?".
La zorra le respondió: "Si quieres saber, te invito a cenar a mi hogar.
Te espero esta noche allá y te mostraré."
La liebre ansiosa por saber, aceptó. En la noche se presentó en la
casa de la zorra, y para su sorpresa, no había nada más para la cena
que ella misma. En ese momento la liebre pensó:
"Ahora comprendo de donde viene tu nombre: No es por tus
esfuerzos y trabajos, sino gracias a tus engaños".
Moraleja: No aprendas de los tramposos ni tomes sus lecciones,
pues tú serás la víctima y fuente de la lección.
LA RANA DEL PANTANO Y LA DEL CAMINO
Una rana vivía muy feliz y contenta en su pantano, bastante lejos de
la carretera. Su vecina más cercana, vivía justo en un charco a un
lado de la carretera. La rana del pantano trataba de convencer a su
vecina que se mudara al pantano, porque era más seguro.
La rana cerca de la carretera no se dejaba convencer, argumentando
que era bastante difícil y aburrido salir de una casa donde ya estaba
establecido y se sentía satisfecha. Un día por la carretera pasó un
gran camión sobre la charca que aplastó a la pobre rana.
Moraleja: Si puedes mejorar tu posición, ¡hazlo! No te estanques.
EL MAESTRO Y EL ALACRÁN
Estaba un maestro viendo el agua, cuando se dio cuenta que había
un alacrán ahogándose. Se dispuso a ayudarlo y sacarlo del agua,
pero al hacerlo, el alacrán le picó la mano.
Con el dolor, soltó al animal que cayó de nuevo en el agua y empezó
a ahogarse nuevamente.
Entonces, intento sacarlo de nuevo, con el mismo resultado. Esto se
repitió varias veces, hasta que un observador le dijo: "¿Por qué es
tan terco? Cada vez que lo saque del agua el alacrán lo va a picar."
El maestro le respondió:
- La naturaleza del alacrán es picar... ¡La mía es ayudar!
Moraleja: Sigue siendo tú mismo, y haciendo lo que crees que es
correcto sin importa lo que hagan los demás.
FABULA EL VECINO LADRÓN
Cuenta la historia que un hombre había entrado en la casa de su
vecino a robar, ya que le faltaba mucho dinero y estaba en crisis.
Mientras robaba la casa, su vecino se dio cuenta de lo que sucedía.
Grande fue su sorpresa vio que el infame ladrón no era más que el
vecino de al lado.
Al verlo, le dijo: "¡Vecino! no sabía que estabas pasando por un mal
momento económico. Sé que no tengo mucho, pero cualquier cosa
que necesites o que pueda hacer por ti, dímelo y haré lo posible por
ayudarte."
Moraleja: El bien triunfa sobre el mal.
Si te hacen un mal, paga con un bien.
LA HORMIGA Y LA MOSCA
Se encontraba una hormiga y una mosca, discutiendo acerca de cuál
de las dos tenía más honor. La mosca le decía a la hormiga:
- ¿Cómo te comparas conmigo? Tengo más honor que tú por mucho:
Pruebo del plato que quiero, voy en la cabeza del rey e incluso le
doy besos a las damas y princesas más importantes y guapas. Tú en
cambio, no puedes hacer nada de eso.
La hormiga respondió:
- No tienes honor, lo que eres es una sinvergüenza. No estás invitada
ni eres deseada en los sitios que mencionaste. Haces enojar a todos y
en cuanto llegas hacen lo posible por echarte. No logras sobrevivir
en el invierto. A diferencia de mí, que puedo vivir y conservarme.
Moraleja: Quien tiene más honor no es quien tiene dinero o se rodea
de la gente más adinerada, sino los que trabajan y se esfuerzan por
conseguir lo que quieren.
EL PÁJARO Y EL NIÑO
A un niño de un pueblo le regalaron un pequeño pájaro.
Al recibirlo, el niño le ató una pata a un hilo, y lo mantenía
agarrado. Luego lo lanzó para que volara, pero el animal se quedaba
quieto. El niño le dijo:
- Animal torpe, te doy permiso y espacio para que extiendas tus alas
y vueles, pero tú te quedas totalmente quieto. No sabes gozar de tu
libertad.
El pájaro, molesto, le contesto:
- No soy torpe, solo soy astuto. Esa libertad que me das es solo
apariencia, y ese bien pronto se tornará en un mal. Apenas intente
volar, tú me jalarás por el hilo atado a mi pata.
Moraleja: No hay peor esclavitud que creerse libre, cuando no lo es.
JÚPITER Y LA TORTUGA
Todos los animales de la selva estaban invitados a las bodas de
Júpiter.
Ninguno de los animales ofreció su ausencia. Incluso la tortuga, que
aunque tarde por sus pasos lentos, llegó a la boda. Por llegar tarde,
Júpiter lo reprendió. La tortuga, ante tal regaño, le respondió:
- Si amo tanto mi casita, ¿cómo podría salir de ella tan rápidamente?
Júpiter enojado ante tal respuesta, le aplicó la ley del caracol, que
dice que debe andar con la casa a cuestas para siempre.
Moraleja: La flojera muchas veces trae mayores problemas. Como
dicen por ahí, el perezoso trabaja doble.
EL CABRITO Y EL LOBO
Una cabra tenía que salir del establo, así que dejó a su hijo cuidando
la casa. Al irse, le mencionó el peligro de muchos animales que
buscaban la forma de entrar y devorar los animales.
Al rato de irse, llego un gran lobo diciendo con la voz de la cabra:
"¡Un lobo horrible, amigos, un lobo!". El cabrito, atento gracias al
consejo de su padre, se asomó por una rejilla y se dio cuenta de que
era el lobo y le dijo:
- Sé que eres el lobo feroz imitando la voz de mi padre, con la
intención de entrar para devorarnos. Te invito a marcharte, pues no
seré yo quien te abra la puerta.
Moraleja: Siempre sigue el consejo de tus padres, son
las únicas personas que siempre buscarán lo mejor para ti.
LA GALLINA Y EL DIAMANTE
Estaba una gallina revisando la basura con sus patas, cuando de
repente encontró una gran piedra preciosa. Al verla, quedó
totalmente sorprendida de haberla encontrado en medio de la basura.
Entonces, dijo a la piedra:
- ¿Cómo puede una piedra como tú que vale grandes riquezas estar
en medio del estiércol? Si te hubiera encontrado un Joyero, tu suerte
hubiera sido distinta, que la que tendrías conmigo. El joyero con su
gran habilidad te hubiera dado mucho brillo y por tanto mucho
valor. Te dejaré donde estás, porque de nada me sirves.
Moraleja: Para la gente necia e ignorante, de nada sirve la ciencia y
las riquezas, porque no sabrán cómo aprovecharla.
LA GALLINA DE LOS HUEVOS DE ORO
Cuenta la historia que había una Gallina que ponía un huevo de oro
diario para su dueño. Aunque un huevo de oro diario era bastante
ganancia, el dueño no se sentía satisfecho, así que decidió averiguar
sobre la mina de oro para poder obtener más.
Tomó a la Gallina y la abrió para ver de dónde salían los huevos de
oro. Pero no encontró absolutamente nada y además se quedó sin su
Gallina que ponía estos mágicos huevos.
Moraleja: No seas avaricioso, da gracias por lo que tienes y recibes.
LA SERPIENTE Y LA LIMA
Un día una serpiente se metió a la casa un cerrajero. En la casa había
una Lima de acero bastante dura. La serpiente intento morderla con
todas sus fuerzas... La lima, luego de recibir el mordisco le dijo:
- Serpiente, que necia eres. El mal ha sido para ti, ¿Cómo esperas
afectarme a mí que hago polvo incluso el más duro metal?
Moraleja: Mide bien hasta donde puedes llegar, no sobrepases tu
limite porque solo tú te afectarás.
LA CABRA Y EL ASNO
En una granja un campesino tenía a una cabra y un asno. Mientras
los alimentaba, la cabra veía con celos que a su compañero, el asno,
lo atendían mejor que a él, así que le dijo:
- Tu vida es un tormento, siempre llevando esa carga. Mejor simula
una enfermedad y así te dejarán descansar un poco.
El asno, siguiendo el consejo que le dio su compañero, se tiró al piso
y se hirió el cuerpo. El amo llamó a un veterinario para que le diera
un remedio. El curandero, luego de examinarlo, le dijo al dueño de
los animales que le diera de comer carne de cabra y así regresarían
sus fuerzas.
Sin pensarlo, tomó la cabra y la sacrificó para salvar a su asno.
Moraleja: El sentir envidia, solo entristece el alma y crea
diferencias. Por desearle o hacerle el mal a alguien, puedes recibir
un mal también. No tengas envidia, se feliz con lo que tienes.
EL LEÓN Y LOS 3 BUEYES
Había 3 bueyes que siempre iban a pastar juntos siempre. Cuando
pastaban, siempre estaba un león asechándolos para devorarlos, pero
el que estuvieran juntos le impedía hacerlo, ya que luchar contra 3
bueyes al mismo tiempo era mucha desventaja.
Con un poco de astucia, se las arregló para hacer que los 3 bueyes se
enojaran entre si y se separaran unos de otros. Al no estar unidos,
pudo devorarlos tranquilamente, uno por uno.
Moraleja: No permitas que deshagan tu unidad, y no permitas que
otras personas destruyan una amistad.
EL LEÓN Y EL RATÓN
Estaban un par de ratones jugando, y sin querer despertaron a un
León que dormía en los alrededores. Se levantó de repente y atrapó a
uno de los ratones.
El ratón, muy asustado, le dijo al león que le perdonara la vida y así,
daría su vida a su servicio. Aunque al león le dio un poco de risa la
promesa, aceptó. Unas semanas después, el león fue atrapado por las
redes de un cazador, sin forma alguna de escapar. El ratón, al
escuchar los rugidos del león, se acercó y comenzó a roer la red. De
esa forma, el ratón cumplió con su promesa.
Moraleja: No trates mal ni menosprecias a los demás. Puede que en
algún momento necesites su ayuda, o que terminen siendo mejor de
lo que esperabas. Dales una oportunidad.
EL GALLO ORGULLOSO
En un gallinero, se encontraban dos gallos peleando por ser el
preferido de las gallinas. Después de un rato peleando, uno le ganó
al otro. El perdedor, resignado, se fue y se escondió en un matorral.
El vencedor, bastante orgulloso, se subió a lo más alto del gallinero
y comenzó a cantar a todo pulmón.
En ese momento pasó un águila que lo atrapó y se lo llevó. Así, el
gallo derrotado se quedó con las gallinas.
Moraleja: Al que hace mucho alarde de sus éxitos, no demora en
aparecer alguien que se los arrebate.
LA EDUCACIÓN
Un hombre muy adinerado, visitó a Sócrates junto con su hijo, para
pedirle que se encargara de educar al joven. Sócrates le dijo al padre
que le cobraría 500 pesos, un precio bastante alto para ese entonces.
Al hombre adinerado le pareció demasiado dinero por educar a su
hijo, y le respondió:
- ¡Con todo ese dinero podría comprar un Asno de primera!
Sócrates entonces le dijo:
- Muy bien, ¡Cómprelo! De esa manera ya tendrá dos.
Moraleja: No hay nada como una buena formación y educación,
para seguir el camino del éxito.
ESCUCHA LAS CRITICAS
Un discípulo que tenía un auténtico espíritu emprendedor y con
bastante iniciativa, pero le desalentaban las frecuentes críticas que se
le hacían, le pidió ayuda al maestro, y él le respondió:
- Escucha las palabras del crítico, pues te dirán lo que tus amigos
ocultan y no son capaces de decir.
Pero no te dejes abrumar por lo que el crítico diga.
"Nunca se ha hecho una estatua en homenaje a un crítico.
Las estatuas son para los criticados".
Moraleja: Escucha las críticas, y aprende de ellas, pero no te
dejes desanimar por palabras malintencionadas.
LA CARRETA VACÍA
Un hijo iba junto con su padre. El padre se detuvo en una curva y
luego de un silencio, le preguntó al hijo:
- ¿Además de los pájaros cantando, que más escuchas?
Creo que es el ruido de una carreta. –dijo el hijo.
- Eso es. Es una carreta vacía.
Pero, ¿cómo puedes saber que está vacía si aún no la has visto?
- Es fácil saberlo. Entre más vacía está la carreta, mayor es el ruido
que produce.
Moraleja: Muchas personas hablan y presumen de lo que
tienen, sintiéndose prepotentes. La humildad es callar nuestras
virtudes, y dejar que los demás las conozcan por su propia cuenta.
EL RATÓN MIEDOSO
Había una vez un ratón que estaba siempre asustado por el gato. Un
mago, que vio lo sucedido, se compadeció de él y lo convirtió en
gato.
Al ser gato, empezó entonces a temer al perro. Por lo que el mago lo
convirtió en perro.
Luego, comenzó a temerle a la pantera. Así que el mago lo convirtió
en Pantera.
Como pantera, le tenía miedo al cazador. El mago, bastante cansado,
se dio por vencido y lo convirtió de nuevo un pequeño ratón. Y le
dijo:
- Nada de lo que haga puede ayudarte, porque siempre seguirás
teniendo corazón de ratón.
LA LIEBRE Y LA TORTUGA
Un día estaban la liebre y la tortuga discutiendo acerca de cuál de
los dos era más veloz. Luego de mucho discutir, decidieron que la
mejor manera de resolverlo era participando de una carrera.
El día de la carrera, la liebre confiada por su gran velocidad, no se
apuró por ir muy rápido, sino que se acostó a un lado del camino
hasta y se quedó dormida. La tortuga, sin embargo, sabía que era
mucho más lenta, así que corrió sin cansancio hasta llevarle mucha
ventaja a la liebre.
La tortuga ganó la carrera y la liebre no pudo hacer nada.
Moraleja: Al final, el trabajo duro y la disciplina siempre termina
venciendo los talentos y dones naturales.
LA ZORRA, EL OSO Y EL LEÓN
Un feroz León y un enorme Oso se encontraron al mismo tiempo un
ciervo. Para decidir cuál de los dos se quedaba con la presa,
decidieron tener un combate, el que ganara se la llevaba. Mientras
peleaban fuertemente, y sin ellos darse cuenta, pasó una astuta zorra.
La Zorra, al verlos pelear y darse cuenta que estaba muy cansados,
aprovechó la situación y se llevó el ciervo. Corrió muy lejos,
mientras el León y el Oso solo pudieron ver como se iba, pues
estaban muy cansados para correr tras de ella.
Entre ellos se murmuraron: "¡Que desdicha! Tanto esfuerzo y lucha
para que la presa se la quedara la Zorra."
Moraleja: Muchas veces, por el egoísmo al no querer compartir,
terminamos perdiendo todo.
EL MOSQUITO Y EL LEÓN
Un mosquito muy valiente fue con el león y lo
enfrentó diciéndole: "¿Crees que por ser más grande eres más fuerte
que yo? Pues no, yo soy más fuerte que tú. Y si no me crees, te reto
a un combate solo los dos".
Entonces el mosquito empezó a zumbar y picar al león
repetidamente en la nariz, donde no tenía pelo para protegerlo de la
picazón.
El león intentando atacarla se arañó varias veces la cara con las
garras, hasta que se rindió.
El mosquito comenzó a celebrar y sin darse cuenta por la alegría que
tenía cayó en la tela de araña. Le había ganado a un gran
contrincante y estuviera perdiendo con un pequeño e insignificante
animal.
Moraleja: Por muy grandes que sean tus éxitos, ten cuidado de no
arruinarlos por celebrar la dicha de obtenerlos.
GENERAL MILITAR
Al General de un pelotón le estaban preguntando acerca de otro
oficial. El respondió hablando muy bien del oficial
y elogiándolo constantemente.
Un soldado de pelotón se quedó asombrado al ver su respuesta, y le
dijo:
- General, ¿No sabe que el oficial del que está hablando tan bien
siempre habla mal de usted y es uno de sus peores enemigos?
- Sí, estoy al tanto de eso, soldado. Pero a mí me preguntaron la
opinión que tenía yo de él, no la que tiene el de mí.
Moraleja: No debemos difamar ni hablar mal de alguien
simplemente porque no nos llevamos bien con esa persona.
EL ASTRÓNOMO
Había un astrónomo que le gustaba todas las noches ir a ver los
astros. Un día, mientras caminaba por los campos que quedaban
fuera de la ciudad, observaba y contemplaba el cielo, cuando cayó
en un enorme pozo.
Al caer, comenzó a gritar y lamentarse. En esto pasó un hombre,
quien le preguntó cómo había terminado en semejante desgracia. Al
conocer lo sucedido, se limitó a decirle:
- Compañero, ¿quieres ver los astros que están en el cielo pero no
ves todo lo que hay en la tierra?
Muchos muestran su ego asegurando poder hacer cosas
sorprendentes y maravillosas, cuando la realidad es que no pueden si
quiera con las cosas ordinarias de la vida.
FABULA LA MUJER INTRATABLE
Una mujer era muy violenta con las personas que vivían en su casa.
Un hombre, intentando ver si trataba igual a los criados del padre, la
envío a su casa. Al regresar luego de varios días, el marido le
preguntó a la mujer: ¿Cómo te han tratado los criados de tu padre?
La mujer le respondió: Todos los pastores me han mirado siempre
de reojo. El hombre, en respuesta, le dijo: Si así te miraban los
pastores que solo regresan en la noche, ¿cómo crees que te mirarán
con los que pasabas el día entero?
Muchas veces, las pequeñas cosas descubren las más grandes. Y las
visibles, descubren las ocultas.
EL PERRO QUE SOLTÓ A SU PRESA
Estaba un perro que atravesaba el río nadando, mientras en su boca
llevaba un buen pedazo de carne. El perro vio su reflejo en el río, y
creyendo que se trataba de otro perro que llevaba una gran presa,
intentó quitársela.
El mismo perro quedó engañado y por su avaricia quedó sin presa,
porque no solamente soltó la que ya tenía, sino que tampoco pudo
tomar la que quería.
Quien envida lo del otro, pierde con justicia lo propio.
EL HOMBRE Y LA ZORRA
Un hombre, agricultor, estaba muy enojado con una zorra. El
hombre la odiaba porque la zorra le ocasionaba muchos daños en sus
cosechas, y cada día hacía lo posible por atraparla.
Llegó el día en que el hombre pudo atraparla, y con mucha ira,
decidió tomar venganza de la zorra. Así que tomó su cola, le ató un
pedazo de tela grueso empapado en aceite, y le prendió fuego. La
zorra, en su desesperación mientras se quemaba, trato de huir y
terminó en los campos del insensato hombre. Al seguirla, solo pudo
ver con lágrimas, como toda su cosecha se perdía por el fuego.
La venganza, el resentimiento y el odio son sentimientos que causan
más daño a quien los siente, que a quien los causa.
EL LEÓN VIEJO Y LA ZORRA
Un león, que ya había llegado a su etapa madura, ya no podía
conseguir su comida a la fuerza. Así que decidió usar su astucia.
Se fue a una cueva y se echó al suelo haciéndose pasar por enfermo,
con el fin de que los animales fueran a visitarle y poder comérselos.
Ya habían caído varios en su trampa, hasta que un día la zorra
decidió ir a visitarlo. Ella ya se había dado cuenta de su trampa, así
que a una distancia prudente de la cueva le preguntó al León como
estaba.
- ¡Muy mal!, le respondió el león, y preguntó también que por qué
no entraba a visitarlo.
- Hubiera entrado, si no viera muchas huellas de animales que entran
pero ninguna de animales que salgan.
Moraleja: Los hombres sensatos están pendientes de indicios de
peligro y los evitan.
LA REINA DE LAS AVES
La corona de belleza la habían ganado siempre las gallinas.
Cada año, una orgullosa y pechugona gallina era elegida reina de las
aves. Pero los tiempos cambian y en esta oportunidad, el título le
correspondió a una joven y espigada garza.
Las gallinas no se dieron por vencidas. Hicieron ejercicio y con
dietas recuperaron el centro y la corona, pero ahora solo ponían
medio huevo.
Moraleja: Muchas veces nos preocupamos más por las cosas
vanidosas de la vida, como la belleza física, que por las virtudes que
realmente importan: la inteligencia, el amor, responsabilidad, etc.
EL JOVEN EN EL RÍO
En un río un poco profundo y turbulento, estaba un muchacho
ahogándose y exclamando gritos de auxilio. Pasó en ese momento
un viajero, y el joven afanado le pidió su ayuda para sacarlo de las
aguas. Sin embargo, el viajero solo se quedó de pie, observando y
reprendiendo al joven por haber sido tan imprudente.
El joven, mientras se ahogaba, le gritó: "¡Señor, por favor, primero
ayúdeme y luego me regaña!"
Moraleja: Un buen consejo, debe ir acompañado de una ayuda.
No sirve de mucho aconsejar sin ayudar.