Eva Cortés

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influenciadelbluesyahoratransitaa mediocaminoentreeljazz,ecosde flamencoymúsicalatina. Debilidades.«Elchocolateylamúsica». Virtudes.«Soyconstante». Defectos.«Eldesordenyloimpulsiva quesoy». Aficiones.«Soymonotemática:la música». RETRATO ELMUNDO.MARTES11DEMAYODE2010 24 BEATRIZPULIDO EvaCortésposaenunrincóndelHotelVincciCapitol. /BERNARDODÍAZ Impreso por Beatriz Pulido Flores. Prohibida su reproducción.

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EL MUNDO. MARTES 11 DE MAYO DE 2010

M224

BEATRIZ PULIDONo se siente pionera, aunque haya revolucio-nado el latin jazz. Ha conseguido que este gé-nero sea asequible al oído de los neófitos sinperder por el camino ni un atisbo de calidad.Esta hondureña con acento andaluz presentaesta noche en la Sala Clamores su último dis-co El mar de mi vida.

Pregunta.— ¿Qué es lo que le queda de suorigen?

Respuesta.— La sangre y un carácter fogo-so que se nota cuando me enfado.

P.— ¿Tienen mala uva los hondureños?R.— Son como un mar pacífico, pero si lle-

ga un tornado arrasa con todo.P.— Físicamente no se le nota demasiado.R.— ¿Qué no? Me da el sol dos días y allí pa-

so totalmente desapercibida sobre todo si ten-go la boca cerrada.

P.— ¿Y allí saben de usted?R.— Sí, y me acogen como uno de ellos,

igual que aquí. Nunca he renunciado a mi ori-gen. Aunque fue difícil cuando era pequeña.

P.— ¿Y eso?R.— Sobre todo en Sevilla, donde no había

mucha multiculturalidad y me llamaban con-guito. Yo era lo más cercano a un africano queellos habían visto.

P.— ¿Dónde forjó su madurez artística?R.— En París. Desde pequeña escribía pero

fue allí cuando puse en directo todo ese traba-jo que había realizado.

P.— ¿Y su madurez vital?R.— (Se ríe) El pavo se me acabó cuando

nació mi hija hace dos años y cuatro meses.P.— ¿Y Madrid qué le dio?R.— Yo tenía claro que quería vivir aquí. Lle-

gué a Madrid en el 2000, aquí descubrí el jazzde la mano de Jerry González, Pepe Rivero, Li-món, hay un montón de influencias norteame-ricanas y cubanas en un sitio que se llamabaCafé Berlín. Madrid estaba en su mejor mo-mento.

P.— Pero en España el jazz no termina dedespegar.

R.— En sus raíces el sonido más puro se daen Estados Unidos, la cultura anglosajona haabsorbido bien los ritmos africanos. Nosotrosle podemos aportar nuestra fusión que va connuestra cultura, pero es cierto que no tienemucha tradición.

P.— Se mira al guiri siempre de reojo.

R.— Totalmente. Y al cerrar el cartel de unfestival se cuenta con nombres extranjeros.Sobrevivir como artista local de jazz es muycomplicado

P.— ¿Se siente pionera?R.— Nunca me lo he planteado. He mirado

alrededor y he visto gente con muy buenosproyectos y he tenido suerte, aunque no meduermo.

P.— El suyo es un jazz con acento andaluz.R.— Pensé que a mí no me hacía falta re-

nunciar al andaluz. Ya he perdido demasiadoacento en los 10 años que llevo aquí viviendoy no quiero perder más.

P.— ¿Y qué hace? ¿Ver Canal Sur todo eldía?

R.— (Se ríe) Llamar por teléfono a casa yhablar con todo el mundo.

P.— Sus últimos dos discos se llaman Comoagua entre los dedos y El mar de mi vida. ¿Es-tá en una época un poco húmeda?

R.— (Se ríe) La verdad es que no lo habíapensado ¿Qué querrá decir lo del agua? El marde mi vida tiene que ver con una época que mehizo reflexionar: la muerte de mi abuela, el na-cimiento de mi hija. Comparé la vastedad delmar, en el que hay tantas cosas que están ahí.Lo que va vuelve: los marrones que no se solu-cionan, las sonrisas...

P.— Usted estudió Filología Alemana. ¿Porqué?

R.— (Se ríe) ¿Quién me obligó, no? De pe-queña tenía dos pasiones: la música y luego

también quería ser corresponsal de guerra.P.— Por eso estudió Filología Alemana.R.— (Se ríe) Traté de estudiar Periodismo,

pero no me daba la nota así que decidí meter-me un año en Filología y escogí la menos con-currida de todas, además de mi interés por laópera y por Mozart.

P.— Y lo terminóR.— Sí pero con calma, entre medias me iba

de viaje, la he parado 1.000 veces.P.— ¿Y le queda algo de la filóloga?R.— Pues he aprendido mucho a desmenu-

zar textos, eso me ha ayudado a organizar lasletras de mis canciones.

P.— Decía que las inspiraciones le venían delas grandes emociones: dolor muy hondo o fe-licidad extrema, lo del camino de en medio nole atrae.

R.— Esa es mi lucha pero ya con 38 palos vaa ser difícil cambiar todo eso. Quizá eso expli-que por qué me puedes querer a veces muchou odiar tanto. Intento sacar partido de todas lassituaciones. Cuando estás penando, puedes de-jar morir lo que te ocurre o aprovecharlo paracontar algo. Es bonito darse cuenta de que unoha vivido a través de las emociones que siente.

EVA CORTÉS / CANTANTE

«De pequeña me llamaban ‘conguito’»

CON MUCHA CARA / «En Honduras paso desapercibida sobre todo si cierro la boca» / «Elpavo se me acabó cuando nació mi hija hace dos años y cuatro meses» / «Ya he perdidodemasiado acento en los 10 años que llevo aquí viviendo y no quiero perder más» / «Depequeña tenía dos pasiones: la música y luego también quería ser corresponsal de guerra»

Origen. Tegucigalpa (Honduras), 1972.Currículo. Se crió en Sevilla y ahora viveentre Madrid y París. Es licenciada enFilología Alemana. Compone suspropias canciones y las interpreta. Sumúsica refleja ese mestizaje que lleva enlas venas, además de todo aquello sigueabsorbiendo. Sus primerascomposiciones mostraban una potente

influencia del blues y ahora transita amedio camino entre el jazz, ecos deflamenco y música latina.Debilidades. «El chocolate y la música».Virtudes. «Soy constante».Defectos. «El desorden y lo impulsivaque soy».Aficiones. «Soy monotemática: lamúsica».

RETRATO

«Intento sacar partido de todaslas situaciones. Cuando estáspenando, puedes dejar morir loque te ocurre o aprovecharlo»

Eva Cortés posa en un rincón del Hotel Vincci Capitol. / BERNARDO DÍAZ

Impreso por Beatriz Pulido Flores. Prohibida su reproducción.