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UNIVERSIDAD DE MATANZAS “CAMILO CIENFUEGOS”
ESTACIÓN EXPERIMENTAL DE PASTOS Y FORRAJES “INDIO HATUEY”
Autor: Ing. Luz Marina Vera Pérez
Tutores: Dr.C. Fernando Rafael Funes Monzote
M.Sc. Francisco Reyes Ocampo
Tesis presentada en opción al Título Académico de Máster en Pastos y Forrajes
Julio 2011
Estudio de indicadores de diversidady productividad en un proceso
de conversión agroecológica
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Pensamiento
Se ha decidido encomendar una nueva tarea de producir alimentos
al Ministerio de la Agricultura, que debe olvidar los tractores
y el combustible, aunque los tuviéramos en cantidades suficientes,
el concepto es ejecutarlo con bueyes, pues se trata de pequeñas fincas
que aportan ingresos a la nación y sustituyen importaciones.
Raúl Castro, 2009
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Dedicatoria
A mis hijas, por ser el mejor regalo que he recibido, ésta tesis es mi empeño para
ser ejemplo de superación para ellas.
A mis padres y hermanos, porque nada podría ser posible en mi vida sin ellos,
por su amor, comprensión, ejemplo y sacrificio.
A mi esposo, por que juntos con amor hemos vivido, para alcanzar las metas
propuestas.
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Agradecimientos
• A nuestro comandante en jefe Fidel Castro Ruz y a la Revolución, que me permitió
estudiar y prepararme para la vida.
• A toda mi familia, por la ayuda recibida en mi formación y desarrollo como
profesional.
• A mis tutores, Dr. C. Fernando Rafael Funes Monzote y MSc. Francisco Reyes Ocampo,
por sus orientaciones en la conducción, revisión de estilo, corrección y composición de
todo el material de tesis.
• A mis compañeros de trabajo que no vacilaron en prestarme la ayuda necesaria en el
momento justo.
• A los integrantes del Comité Académico de la Maestría en Pastos y Forrajes de la
EEPF “Indio Hatuey”, quienes con sus sabias sugerencias y críticas oportunas,
permitieron la mejor elaboración y presentación de esta tesis de maestría.
• A todos los que de una forma u otra me apoyaron para hacer realidad este sueño, mis
más sinceros agradecimientos.
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Resumen
La agroecología es una de las concepciones de producción que se desarrolla a nivel mundial en la agricultura, menos agresiva con la naturaleza por no depender o disminuir al máximo la utilización de insumos químicos, obtener producciones sanas y favorecer la conservación del medio ambiente. El objetivo del presente estudio fue realizar un análisis sistémico para evaluar temporal y espacialmente el impacto de la diversificación en el proceso de conversión hacia sistemas agroecológicos e identificar indicadores apropiados. Para ello, se realizó un diagnóstico de la finca “La Perla” perteneciente a la Empresa Agropecuaria MININT Jagüey Grande, que cuenta con un área de 31,79 hectáreas y se dedica a la producción diversificada de cultivos, frutales y animales. Durante los tres años evaluados (2008-2010), el índice de diversidad de la producción (Shannon) se incrementó considerablemente (de 1,8 a 2,3), mientras que en el mismo período la introducción de nuevas especies de cultivos, árboles y animales permitieron un aumento de la riqueza de especies (Margalef) de 3,9 a 8,8. La incorporación de 17 especies de árboles incrementó la diversidad arbórea en el mismo período de 1,2 a 2,1. Tanto la producción agrícola como la pecuaria se incrementaron, permitiendo que el rendimiento agrícola casi se duplicara con respecto al área total del sistema y aumentara en más de 2 t/ha respeto al área cultivable. Las salidas energéticas y proteicas del sistema se duplicaron, de 750,8 GJ (2008) a 1310,9 GJ (2010) y de 75,1 a 126,3 toneladas por año respectivamente. La mayor influencia en este resultado la ejerció el subsistema ganadero que representó 77,4 % de la energía y 84,8 % de la proteína producida. Los índices de utilización de la tierra (IUT) fueron bajos debido a los pobres rendimientos de los cultivos y por encontrarse la mayoría de las áreas de frutales en establecimiento. Se diseñó un modelo agroecológico que persigue la optimización de los insumos externos y que se maximicen las salidas en forma de productos alimentarios con un uso más eficiente de los recursos naturales disponibles en la localidad. Se demuestra la validez de la metodología utilizada para la evaluación y manejo de sistemas agroproductivos y su capacidad de resiliencia y sostenibilidad. Los procesos de diversificación agrícola garantizan la preservación del medio ambiente y la correcta utilización de recursos naturales, a la vez que reduce la contaminación ambiental y garantiza la producción sostenible y suficiente de alimentos. Este estudio constituye una referencia para futuros proyectos de investigación y desarrollo agroecológico a desarrollar en unidades agropecuarias del MININT y un programa técnico de manejo agroecológico eficiente para el desempeño de la finca “La Perla”.
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Tabla de contenido Introducción ................................................................................................................................. 1
Capitulo I. Revisión bibliográfica ............................................................................................... 6
1.1 La transformación de la agricultura cubana. Sustitución de importaciones y su impacto
en la economía local .......................................................................................................... 6
1.2 Agricultura sostenible y su aplicación en el agroecosistema .......................................... 11
1.3 Papel de la agrobiodiversidad en los sistemas agroecológicos ........................................ 13
1.4 El enfoque de sistema en la agricultura. Metodología para su estudio ............................ 14
1.5 Sistemas integrados ganadería-agricultura, con bases agroecológicas. ........................... 16
1.6 Eficiencia y productividad de la agricultura a pequeña y mediana escala con bases
agroecológicas ................................................................................................................. 21
1.7 Impacto ambiental de los sistemas agroecológicos ......................................................... 25
1.8 Metodologías para la evaluación de indicadores de sostenibilidad. Identificación,
evaluación y seguimiento ................................................................................................ 27
Capitulo II. Materiales y métodos ............................................................................................. 32
2.1 Metodología experimental ............................................................................................... 32
2.2 Metodología general de análisis ...................................................................................... 34
Capitulo III. Resultados y discusión .......................................................................................... 39
3.1 Indicadores de biodiversidad ........................................................................................... 41
3.2 Indicadores de productividad ........................................................................................... 44
3.3 Índice de utilización de la tierra ...................................................................................... 47
3.4 Relación insumo-productividad del sistema .................................................................... 49
3.5 Manejo integrado de la nutrición ..................................................................................... 51
CONCLUSIONES ..................................................................................................................... 53
RECOMENDACIONES ........................................................................................................... 54
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ...................................................................................... 55
ANEXOS ................................................................................................................................... 65
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Índice de anexos Anexo 1. Especies frutales y forestales presentes en la finca La Perla (2010). ......................... 65
Anexo 2. Calculo de índice riqueza de especies productivas, finca La Perla (2008). ............... 66
Anexo 3. Cálculo de índice riqueza de especies productivas, Finca La Perla (2009). .............. 66
Anexo 4. Calculo de índice riqueza de especies productivas, Finca La Perla (2010). .............. 67
Anexo 5. Calculo del índice de diversidad de árboles finca La Perla (2008 y 2009)................ 68
Anexo 6. Calculo del índice de diversidad de árboles finca La Perla (2010). ........................... 69
Anexo 7. Calculo del índice de diversidad de producción año 2008 (Shannon). ...................... 70
Anexo 8. Cálculo del índice de diversidad de producción año 2009 (Shannon). ...................... 70
Anexo 9. Cálculo del índice de diversidad de producción año 2010 (Shannon). ...................... 71
Anexo 10. Total de producciones pecuarias, agrícolas y salidas energéticas y proteicas del
sistema (2008) .......................................................................................................... 71
Anexo 11. Total de producciones pecuarias, agrícolas y salidas energéticas y proteicas del
sistema (2009). ......................................................................................................... 72
Anexo 12. Total de producciones pecuarias, agrícolas y salidas energéticas y proteicas del
sistema (2010). ......................................................................................................... 72
Anexo 13. Rendimiento productivo de la finca La Perla (2008-2010). .................................... 73
Anexo 14. Rendimientos proteicos y energéticos de la finca La Perla (2008-2010). ............... 73
Anexo 15. Índice de utilización de la tierra finca La Perla (2008- 2010). ................................ 74
Anexo 16. Total de insumos energéticos del sistema (2008). ................................................... 75
Anexo 17. Total de insumos energéticos del sistema (2009). ................................................... 76
Anexo 18. Total de insumos energéticos del sistema (2010). ................................................... 77
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Introducción Las evidencias ampliamente comprobadas y documentadas por numerosos
científicos a nivel mundial (Altieri, 1995; Gliessman, 2001; Pretty et al., 2006),
demuestran el alto potencial de los sistemas agroecológicos para lograr una
producción agropecuaria ambientalmente sana, ecológicamente sostenible,
económicamente viable y socialmente justa. Además, se conoce que las técnicas
agrícolas ecológicas pueden producir alimentos con rendimientos iguales o mayores
que los métodos convencionales y es una alternativa para producir suficientes
alimentos y reducir la pobreza y el hambre en el mundo (Pretty et al., 2006; De
Shutter, 2010). A través de sistemas agroecológicos también pueden disminuirse los
costos de producción en términos financieros y energéticos, los impactos
ambientales y la erosión de los suelos, logrando una mayor rentabilidad y
sostenibilidad agrícola (Altieri, 2009).
Los sistemas agroecológicos promueven, como su base fundamental la biodiversidad
y conciben un desarrollo rural unido a las tradiciones, con vista a garantizar los
medios de vida, para la satisfacción plena de la familia campesina (ANAP, 2005).
Estos sistemas proponen la reducción de la escala de producción y el
establecimiento de sistemas multifuncionales que sean capaces de adaptarse a las
fluctuaciones del cambio climático, además de ser más adaptables a las condiciones
socioeconómicas imperantes (Rosset, 1999). Además, la agroecología apunta a
lograr la soberanía alimentaria (Machín Sosa et al., 2010), por lo que es importante
valorar y promover sus principios como estrategia para obtener producciones de
alimentos de alta calidad, respetando el equilibrio eco sistémico y reconociendo los
conocimientos de los agricultores, que contribuyen a la adaptación y mitigación del
cambio climático global (Ríos et al., 2011).
Todas estas ventajas han hecho que los sistemas agrícolas con bases
agroecológicas se conviertan en una necesidad incuestionable, debido a la situación
actual de la agricultura cubana. Por tanto, el modelo campesino portador de muchas
experiencias olvidadas por la agricultura convencional, es decisivo para el desarrollo
sostenible de la agricultura, junto con los resultados científico técnicos obtenidos en
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los últimos 20 años en la innovación de los sistemas agroecológicos, ecológicamente
intensivos para la producción de alimentos y energía y que son socialmente justos
(Rosset et al., 2011; Funes-Monzote et al., 2011).
En Cuba tiene lugar desde el 1990 la transición hacia la agricultura sostenible,
caracterizada por sustituir insumos químicos (importados) por biológicos (disponibles
localmente) con fuerte énfasis en la protección ambiental y la agro biodiversidad
(Funes et al., 2001). Las pequeñas y medianas fincas, altamente diversificadas,
heterogéneas y complejas han demostrado que pueden alcanzar niveles de
eficiencia productiva y de utilización de recursos más elevados que los sistemas
especializados de agricultura y ganadería a mayor escala (Funes-Monzote, 2009).
Ha quedado demostrado que al establecer mayor biodiversidad en las fincas, es
posible obtener una producción agroecológica basada en la conservación de la
naturaleza y el respeto al medio ambiente, además de contribuir a la organización de
los agricultores para enfrentar la escasez de insumos de manera sostenible (Ríos,
2006).
La provincia de Matanzas, junto a La Habana, han sido las dos provincias con mayor
impacto de la agricultura de monocultivo desde la época colonial hasta nuestros días.
Debido a sus suelos fértiles y agua disponible, así como la proximidad a la capital,
con la mayor concentración urbana del país, la llanura Habana-Matanzas ha sido
escenario de muchos planes intensivos a gran escala para la producción de
alimentos. En época más reciente, con el desarrollo de la ciencia y la técnica, el
gobierno revolucionario implementó grandes planes para la producción de caña de
azúcar, cítricos, el cultivo de la papa y otros, que requieren de un alto nivel de
intensidad e insumos externos para poder sostenerse y que crearon considerables
daños a los suelos (Hernández et al., 2006).
El escenario actual de la economía mundial y en específico de la agricultura cubana,
requiere de un cambio de mentalidad y actitud hacia la producción de alimentos. Los
efectos directos del cambio climático en la inestabilidad de los patrones del clima, así
como la persistente incertidumbre generada por el aumento de los precios de los
alimentos en el mercado mundial, impulsan a rediseñar los sistemas agrícolas hacia
un concepto de uso racional de los recursos humanos, materiales y naturales
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disponibles. En este contexto la agroecología tiene un gran potencial (Altieri, 1997;
Gliessman y Rosemeyer, 2010).
Las comunidades insertadas en la zona sur de la provincia de Matanzas, municipio
Jagüey Grande, agravaron su situación con el paso de los huracanes Michelle, Ike y
Gustav, al disminuir la disponibilidad de alimentos y otras producciones básicas.
Numerosos estudios realizados en el país han señalado que la presencia del sector
agrícola a pequeña y mediana escala, sufre menos daños y puede recuperarse con
mayor rapidez ante las adversidades del clima (ACTAF, 2006; Ríos, 2006; Funes-
Monzote, 2009a; Machín Sosa et al., 2010). Estos sistemas manejados a una “escala
humana”, reducen la incertidumbre y proporcionan las condiciones óptimas para un
manejo racional de los recursos naturales.
Desde temprana fecha como inicios de los años 1990, investigadores de diferentes
instituciones del país, agrupados por la Red de Agroecología del Instituto de
Investigaciones de Pastos y Forrajes del MINAG, estudiaron las potencialidades de los
sistemas agroecológicos integrados y diversificados a pequeña y mediana escala
(Monzote et al., 1999). El proyecto CITMA, que financió estos estudios, fue un gran
impulso en el desarrollo de la ciencia agroecológica en el país. Junto a otras
alternativas desarrolladas por el sector campesino, las experiencias llevadas a cabo en
la Agricultura urbana, los programas de innovación agropecuaria, y los enfoques
locales para el desarrollo agropecuario han tenido una gran relevancia en la
adaptación de la agricultura cubana a las condiciones adversas imperantes. Los
estudios realizados en sistemas agroforestales y silvopastoriles son de especial
importancia para contar con vías eficientes para la producción de leche y carne de
manera sostenible (Simón, 2001).
Teniendo en cuenta todos estos elementos de juicio, y la experiencia existente en el
país en la implementación de los sistemas agroecológicos, se encaminaron
esfuerzos para la búsqueda de soluciones viables para la conversión de los sistemas
productivos en la Empresa Agropecuaria del MININT en Jagüey Grande. Una
estrategia fundamental fue la implementación del enfoque de sistema hacia la
diversificación agroecológica y, por ende, la consideración de la finca como un todo.
Esta estrategia persigue la finalidad de lograr que sus producciones sean altas a la
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vez que se reducen los costos, se hace un uso más eficiente y óptimo de los
recursos disponibles y se realiza un manejo más consciente de las interacciones
entre sus componentes, a través de la práctica de una agricultura con enfoque
agroecológico y principios de sostenibilidad.
Problema
¿Cómo pueden influir estrategias de diversificación agropecuaria en el incremento de
indicadores productivos y cuál es su impacto sobre la sostenibilidad y resiliencia del
sistema?
Ante el problema expuesto se propuso la siguiente hipótesis:
Hipótesis
La conversión hacia sistemas agroecológicos diversificados e integrados permitirá
utilizar de forma racional los recursos disponibles, incrementar la productividad
agrícola y pecuaria y obtener mayores índices de utilización de la tierra. Esto
contribuirá a mejorar las condiciones de vida en el medio rural y servirá como modelo
para el diseño de sistemas agroecológicos sostenibles en el sistema agropecuario
del MININT.
Objetivo general
• Realizar un análisis sistémico para evaluar temporal y espacialmente el impacto
de la diversificación en el proceso de conversión hacia sistemas agroecológicos e
identificar indicadores apropiados para este fin. Esto permitirá determinar en qué
medida la diversificación del sistema agropecuario “La Perla” contribuye al
incremento de su productividad.
Objetivos específicos
• Diseñar modelos espaciales y temporales que caractericen la conversión
agroecológica de la finca “La Perla” y validar la viabilidad de dicho proceso a
través de indicadores agroecológicos de su comportamiento
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• Realizar un estudio de la diversidad agrícola y pecuaria e identificar y calcular
índices que permitan demostrar el efecto de la diversidad en el incremento de la
productividad y el uso eficiente de la tierra.
• Validar la metodología de evaluación y manejo de sistemas agro productivos en la
finca “La Perla”, para que se tome como referencia en las Empresas
Agropecuarias del país.
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Capitulo I. Revisión bibliográfica 1.1 La transformación de la agricultura cubana. Sustitución de importaciones y
su impacto en la economía local
La agricultura es un sector clave para la economía ya que proporciona materia prima,
genera empleo y persigue la mejora de los ingresos a través del incremento de las
producciones de alimentos. Cuba históricamente se ha dedicado a una agricultura
agroexportadora de monocultivos y extracción indiscriminada de recursos naturales.
Estos patrones de producción agrícola generaron alta dependencia de insumos
importados, degradación de los suelos, la disminución de la biodiversidad y la
reducción drástica de la cubierta forestal (CITMA, 1997; Funes-Monzote, R. 2008).
Durante las primeras dos décadas del siglo XX la siembra de caña de azúcar produjo
la más intensa deforestación en la historia de Cuba. Alrededor de 1925, la mayor
parte de las llanuras cubanas estaban plantadas de caña. Las propiedades más
extensas, que ocupaban el 70 % de la tierra agrícola, se dedicaban básicamente a la
ganadería y el azúcar. Poco más del 1 % de los propietarios poseía el 50 % de las
tierras, mientras el 71 % tenía solo el 11 % (Valdés, 2003).
Desde el triunfo Revolucionario el gobierno firmó dos leyes de reforma agraria que
otorgaron la propiedad de la tierra a los campesinos que la trabajaban, lo que redujo
considerablemente el tamaño de las fincas (Anónimo, 1960; Valdés 2003). En ese
momento había cuatro objetivos priorizados para la transformación de la agricultura:
• Satisfacer las necesidades crecientes de la población.
• Generar divisas convertibles con la exportación de los productos.
• Obtener materia prima para la industria de procesamiento de alimento.
• Erradicar la pobreza del campo.
El objetivo fundamental era cumplir los compromisos de exportar materias primas
como el azúcar, cítricos, café, tabaco y otros al Consejo de Ayuda Mutua Económica
(CAME) del bloque de países socialista, es decir se forzó el cumplimiento de planes
quinquenales con altos costos ambientales (Espinosa, 1992). Esto provocó que no se
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cumpliera con la diversificación de la agricultura a pesar de los deseos de la
dirección del gobierno y se produjo la llamada Revolución Verde, gracias a las
fuertes relaciones con la URSS y los países socialistas de Europa, como política
nacional. Cuba adoptó la tendencia mundial de sustituir capital por fuerza de trabajo
y así aumentar la productividad, método que se caracterizó por la mecanización y el
manejo agroquímico de los procesos agrícolas a gran escala y alta aplicación de
insumos externos en monocultivos (Pérez-Marín y Muñoz, 1991). La rápida
industrialización de la agricultura, basada en métodos convencionales, tendió a
concentrar como nunca antes la tierra en grandes empresas estatales, aumentó los
niveles de producción y la calidad de vida en el medio rural, pero al mismo tiempo
creo consecuencias económicas, ecológicas y sociales negativas que no pueden
ignorarse (Anon,1960; Valdés, 2003),como la excesiva aplicación de insumos
agroquímicos importados, la implementación de sistemas de producción de
monocultivos y a gran escala, la concentración de los agricultores en las ciudades y
pueblos rurales, lo que hizo vulnerable el modelo agrícola convencional establecido
en todo el país.
La crisis dramática de los años noventa, propiciada por el derrumbe del campo
socialista Europeo y de la Unión de República Socialista Soviéticas (URSS),
evidencio la fragilidad de este sistema. Al desaparecer la mayoría de los insumos a
precios diferenciados (material y financiero), la agricultura cubana entró en la peor
crisis de su historia unida a otras ramas de la economía. Desde estos mismos años
surgió la necesidad de construir un sistema agrícola alternativo y mucho más
sostenible a escala nacional. Este proceso de cambio se hace necesario, profundo e
inevitable y las principales razones son de índole económica, resultado de la escasez
de capital e insumos externos para continuar desarrollando el modelo de Revolución
Verde. En esta época se produce la transformación de un modelo altamente
especializado, convencional, industrializado y dependiente de insumos externos, a
uno basado en los principios agroecológicos y de la agricultura orgánica (Altieri,
1993; Rosset y Benjamin, 1994; Funes et al., 2001). Este proceso de conversión
debe realizarse a gran escala, basado en los planteamientos científicos y fomentada
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por la necesidad de producir alimentos a partir de los recursos naturales, materiales y
humanos disponibles.
La experiencia acumulada de años no resulta suficiente para cambiar formas de
pensar y hacer en cuanto a los aspectos económicos, políticos, sociales y
territoriales, por expresar los más importantes. De ahí que el término conciencia
ambiental no sea suficiente, como tampoco lo es el de capacitación, para modificar
actitudes y acciones en cualquier esferas de la sociedad, es evidente y además
constituye un logro importante, que esas condiciones determinan la producción de
alimentos sanos y un nivel de empleo de técnicas agroecológicas con un alcance
más integral (Cruz y Sánchez, 2001).
En la Conferencia Internacional para la Nutrición celebrada en Roma en 1992 y para
dar respuesta a la precaria situación alimentaría se estableció un programa Nacional
de Acción para la nutrición (PNAN, 1994), que trazó estrategias básicas para
amortiguar las consecuencias de la crisis como son:
• Fortalecer la política agraria mediante la descentralización de la tenencia y gestión
de tierra y diversificar la producción agrícola.
• Motivar a la población a participar en las labores agrícolas.
• Incentivar la creación de autoabastecimientos o huertos familiares con el objetivo
de satisfacer las necesidades de áreas residenciales e instituciones públicas.
• Promover el desarrollo sostenible y compatible con el medioambiente.
• Reducir las pérdidas post-cosecha a través de la venta directa de lo s productores
a los consumidores en las ciudades (agricultura urbana).
• Incorporar los objetivos nutricionales a los programas de desarrollo agrícola.
Entre los programas de investigación que el Ministerio de la Agricultura comenzó a
realizar desde 1970, que mostraron la necesidad de una transición hacia sistemas de
producción con menos insumos y más racionales, basándose en la utilización de
alternativas se encuentran:
• Utilización de leguminosas, biofertilizantes, controles biológicos, reforestación,
entre otros.
• Sistemas de animales-cultivos.
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• Cerdos y aves criados a campo.
• Sistemas integrados ganadería- agricultura.
Las diferentes alternativas empleadas han demostrado que con este modelo agrícola
se pueden obtener resultados productivos y económicos y a la vez proteger el
ambiente, la naturaleza y la salud humana.
El modelo de sustitución de insumos prevaleció en Cuba durante los años de la crisis
y se considera el primer intento de convertir un sistema convencional a escala
nacional (Rosset y Benjamín, 1994); estas estrategias de sustitución de insumos
reconocen los positivos resultados de estos enfoques para la autosuficiencia
alimentaría y el medioambiente. Sin embargo estos enfoques necesitan evolucionar
si se desea alcanzar un nivel superior de sostenibilidad agrícola (Wright, 2005).
En la actualidad se considera que en el desarrollo agrario municipal hay que tener en
cuenta que para propiciar futuros cambios hay que incidir en transformar la forma de
pensar, definir qué tipo de desarrollo se quiere y para que se quiere. Visto desde un
enfoque teórico-práctico su objetivo será contribuir a la soberanía alimentaría sobre
dimensiones social, económico y ambiental (Cárdenas et al., 2009).
• Social: Que posibilite la constante mejora de la calidad de vida de los agricultores,
con equidad de género.
• Económico: Que ofrezca alimento suficiente a precios asequibles a la totalidad de
la población y posibilite el cumplimiento de los compromisos con los sectores más
vulnerables de la sociedad y las exportaciones.
• Ambiental: Que además de minimizar la agresión al entorno, aporte a su paulatina
recuperación, integrándose armónicamente al mismo.
Teniendo en cuenta que el individuo nace, crece y se desarrolla en su comunidad,
recibe educación, trabaja, forma un hogar, hace amistades, se distrae, es aquí donde
satisface sus necesidades personales individuales y colectivas, éstos mismos
autores señalan siete conceptos básicos a tener en cuenta para el
autoabastecimiento a nivel local:
• 100 % de la tierra cultivable utilizada.
• Una agricultura sostenible con bases agroecológicas.
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• Diversificación de la producción a nivel de fincas.
• El cultivo a pequeña escala, tanto para los productores estatales, los
cooperativistas, como los privados.
• Adecuada estimulación económica al productor.
• Armonía con el entorno.
• El autoabastecimiento municipal y la sustitución de importaciones como eslabón
fundamental de la guerra de todo el pueblo y de la soberanía alimentaría.
La conversión de un sistema agrícola especializado a un sistema agroecológico
sigue tres principios básicos; Diversificación (al incluir especies de cultivo, árboles y
animales): Integración (por el intercambio dinámico y el reciclaje de energía y
nutrientes entre los componentes del sistema) y el logro de la autosuficiencia
alimentaria (Funes-Monzote, 2009). Este mismo autor señala que las fincas
convertidas por tres o más años tuvieron menores costos energéticos de la
producción de la proteína y valores de eficiencia energética mayores que los de 1-2
años o no convertidas. Las líneas estratégicas más diseminadas en Cuba para
integrar los conceptos de manejo especializado en agroecosistemas holísticos son la
diversificación genética y tecnológica, la integración ganadería-agricultura y la
autosuficiencia alimentaría de los animales y los seres humanos.
Estas tres concepciones, combinadas en los sistemas DIA (diversificados, integrados
y autosuficientes), tienen características específicas, pero todos poseen varios
principios básicos en común, reportadas por éste mismo autor:
• Incrementar la biodiversidad del sistema.
• Hacer énfasis en la conservación y manejo de la fertilidad del suelo.
• Usar al máximo la energía renovable y optimizar los procesos de reciclaje de la
energía.
• Aumentar la eficiencia en el uso de los recursos naturales locales.
• Mantener altos niveles de resiliencia.
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1.2 Agricultura sostenible y su aplicación en el agroecosistema
La ley 81 del Medio Ambiente, recoge como concepto de agricultura sostenible:
Sistemas de producción agropecuaria que permite obtener producciones estables de
forma económicamente viable y socialmente aceptable, en armonía con el medio
ambiente.
Otros investigadores plantean que la agricultura sostenible se sustenta en el principio
de satisfacer las necesidades del presente sin comprometer las capacidades de las
generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades, donde el secreto de
los agroecosistemas radica en que deben ser manejados como un todo integral y de
forma racionalizada; cuando esto sucede no se está muy lejos de alcanzar la
sostenibilidad (Bello, 2006).
La estrategia nacional de sustitución de insumos estableció la infraestructura y el
conocimiento básico acerca del sistema de gestión agrícola sostenible; sin embargo,
es necesario reconocer sus lagunas tecnológicas para así alcanzar un enfoque más
integrado y ecológico. Los sistemas de monocultivo que aún prevalecen en la
agricultura, la dependencia de insumos externos y la falta de integración en el
agroecosistema son algunas de estas lagunas (Funes-Monzote, 2009).
Hoy hay conciencia de que el país tiene limitaciones muy fuertes para mantener los
esquemas anteriores de la agricultura. Se trata de buscar la sostenibilidad de cada
territorio. Se debe minimizar la cantidad de productos de la agricultura que son
necesarios trasladar de un territorio a otro; es importante desarrollar todo lo que se
establece en los subprogramas de la agricultura ecológica, la agricultura sustentable;
hay que proteger el medio ambiente, y el suelo y garantizar además, la eficiencia en
el riego (Rosales, 2009). Por lo que la sostenibilidad a largo plazo solo puede
alcanzarse con cambios profundos: o sea considerando los sistemas agrícolas
alternativos como verdaderamente regenerativos, y no solo como una manera de
sustituir insumos, por lo que el modelo alternativo cubano necesita ser reforzado con
un enfoque más poderoso, tanto sistémico como ecológico. La integración de cultivos
y ganadería dentro de los sistemas de producción diversificados para crear sistemas
integrados de producción es una de estas alternativas.
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Según Pretty (1995), la sostenibilidad es un término complejo y contextual, por lo que
resulta imposible elaborar definiciones precisas y absolutas, y ante cualquier análisis
de sostenibilidad resulta importante aclarar primero qué es lo que está siendo
sostenido, por cuánto tiempo, para beneficio de quién y a qué costo, sobre qué área
y con que criterios será medido. En la búsqueda de soluciones a los problemas
característicos de los sistemas agrícolas especializados de bajos insumos-baja
productividad, poco empleo de los recursos naturales disponibles, escaso nivel de
diversificación y pobres incentivos económicos, los productores y los investigadores
han realizado considerables esfuerzos conjuntos.
Tales iniciativas han tratado de demostrar que los sistemas convencionales poseen
una capacidad reducida de producir alimento y hacen que la aplicación de enfoques
agroecológicos deje de verse como una alternativa y se convierta en una necesidad.
Comparado con la situación de otros países, la de Cuba es relativamente favorable
para el desarrollo de modelos agroecológicos, debido a la abundancia de tierras, la
baja densidad poblacional, la experiencia adquirida en una agricultura de bajos
insumos externos, las tecnologías desarrolladas durante los últimos quince años, los
altos niveles de educación y salud de la población así como la organización social
(Funes-Monzote, 2009).
Estudios realizados por Blackburn (1998), plantea que la intensificación sostenible de
los agroecosistemas a través de la integración ganadería-agricultura, se considera
una tecnología promisoria y mencionan tres factores fundamentales a favor de los
sistemas integrados:
• Conservan la fertilidad del suelo a través del reciclaje de nutrientes y la
introducción de rotaciones, que incluyen diversidad de cultivos, árboles y
leguminosas forrajeras.
• Mantienen la biodiversidad del suelo, disminuyen su erosión, conservan el agua y
proporcionan hábitat para la vida silvestre.
• Uso óptimo de los residuos de cultivos.
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1.3 Papel de la agrobiodiversidad en los sistemas agroecológicos
Los recursos genéticos son esenciales para el desarrollo de una agricultura
sostenible. A pesar de ello, las últimas décadas se han caracterizado por una pérdida
acelerada de razas y una reducción alarmante de la biodiversidad a escala global.
Teniendo en cuenta esto, la ley 81 del medio ambiente promulgada en 1997 por el
CITMA, define como diversidad biológica a la “Variabilidad de organismos vivos de
cualquier fuente, incluidos entre otros, los ecosistemas terrestres y marinos y otros
ecosistemas acuáticos y complejos ecológicos de los que forman parte”. Comprende
la diversidad dentro de cada especie, entre las especies y los ecosistemas. Es bueno
que se conozca que este es uno de los principales problemas ambientales en la
actualidad, muchos expertos plantean que hoy se extinguen diecinueve especies por
hora. Este fenómeno no solo es una tragedia ambiental, sino que tiene profundas
repercusiones en el desarrollo económico- social, pues los recursos biológicos
representan al menos el 40% de la economía mundial y el 80% de las necesidades
de los pobres emanan de los recursos biológicos (Morales, 2005).
La diversificación se refiere al proceso de combinar diferentes especies de cultivos,
animales y árboles, lo cual favorece el desarrollo de la diversidad en otros
organismos, como la biota del suelo, asociada con la descomposición de la materia
orgánica, la aparición de mayores poblaciones de insectos, y la micro y meso fauna
relacionada con el control biológico. Es característico en los sistemas DIA que
durante la selección de especies y razas se tengan en cuenta la adaptación a
condiciones de estrés, las demandas del mercado local, así como las aspiraciones y
preferencias de los productores (Funes-Monzote, 2009). En Cuba la diversificación
agrícola fue reconocida como un camino alternativo desde inicios de los años
noventa, tras el colapso del sector. Los productores que ocupaban una proporción
relativamente pequeña del área agrícola disponible, lograron sustanciales aumentos
en la productividad de la tierra y de la mano de obra mediante modelos integrados
ganadería-agricultura.
El autor citado anteriormente, Funes-Monzote (2009), considera la agrodiversidad
como base para el uso eficiente de los recursos naturales; con éste fin deben tenerse
en cuenta tres componentes básicos: disponibilidad, captura y conversión. Además
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demostró que la ventaja de un sistema basado en la diversidad reside
fundamentalmente en que su diseño permite una integración armónica y funcional
entre sus componentes y que con una mayor proporción de tierra dedicada a
cultivos, se obtienen valores más altos en los índices de agrodiversidad: Riqueza de
especie, diversidad de producción y diversidad de árboles; ello demanda una
intensidad de fuerza de trabajo tres veces mayor que las de proporción media que a
su vez emplearon el doble que las fincas con menos cultivos. Esta variable se asoció
a costos energéticos inferiores para la producción de proteína, mayor eficiencia
energética y mayores dosis de fertilizantes orgánicos.
En el transcurso de los años se han manifestado diferentes causas que de una forma
u otra han incidido en afectaciones a la biodiversidad, entre los cuales se cita:
• El inadecuado manejo de determinados ecosistemas frágiles.
• La destrucción del hábitat natural de las especies.
• La aplicación de una agricultura intensiva con la utilización excesiva de recursos y
baja rotación de cultivos.
• Débil integración entre las estrategias de conservación y uso sostenible de la
biodiversidad.
• La excesiva demora en el establecimiento legal y funcional del Sistema Nacional
de Áreas Protegidas.
• Inadecuado control sobre la apropiación ilícita de especies de gran valor.
• Falla de control sobre el cumplimiento de la legislación vigente.
• Falla de conciencia y educación ambiental de la población (Hernández et al.,
2001).
1.4 El enfoque de sistema en la agricultura. Metodología para su estudio
“Cuba podría albergar espléndidamente una población tres veces mayor, no hay
razón pues para que exista miseria entre sus actuales habitantes… Los mercados
deberían estar abarrotados de productos; las despensas de las casas debieran estar
llenas; todos los brazos podrían estar produciendo laboriosamente. Lo inconcebible
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es que haya hombres que se acuesten con hambre mientras quede una pulgada de
tierra sin sembrar” (Castro, 1953).
En la agricultura cubana, los cambios producidos en años recientes dan respuesta
positiva a la aplicación y desarrollo de sistemas agrícolas sostenibles adaptables a
las condiciones locales y apoyados por instituciones de investigación (Funes-
Monzote, 2004; Ríos, 2006). Estos sistemas agrícolas se caracterizan cada vez más
por la agrodiversidad y la heterogeneidad y tienden a ser manejados
descentralizadamente por agricultores con expectativas y tradiciones diferentes
(diversidad cultural y política). Durante casi dos décadas los productores y los
investigadores han sido protagonistas de la introducción y aplicación exitosa en Cuba
de los sistemas de bajos insumos externos (Funes et al., 2001).
Las ventajas para la adopción de los sistemas agroecológicos en los trópicos y de la
agricultura integrada, informadas por (Funes-Monzote, 2006), son:
• Alto potencial para la producción de biomasa-energía solar.
• Alta diversidad de los ecosistemas tropicales.
• Posibilidad de cultivar durante todo el año.
• Plantas altamente productoras de energía y proteína como la caña y la yuca.
Ventajas de la agricultura integrada:
• Recupera los desperdicios.
• Reduce la necesidad de los fertilizantes comerciales.
• Incrementa la entrada de las fincas con menos trabajo.
• Mejora la estabilidad de las fincas.
• Aumenta la producción total de alimentos.
Los sistemas agrícolas con bases agroecológicas se han convertido en una
necesidad incuestionable y al ver los sistemas agrícolas como un todo Funes-
Monzote (2001) señala los principios de:
• Sinergia: Plantea que la suma de las partes es diferente al todo (1+1=3).
• Recursividad: Expresión de que todo el sistema está formado por otro sistema
(subsistemas).
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• Jerarquía: Cada sistema está formado por otro sistema (subsistemas), pero cada
uno está interrelacionado y uno es superior a otro (los interiores están contenidos
en los superiores).
• Sistema: Unión de los componentes físicos relacionados entre sí, de forma tal que
actúan como un todo y con un objetivo determinado.
Los sistemas integrados han sido asociados a objetivos como la autosuficiencia
alimentaría, el uso optimo de la tierra, la multifuncionalidad, la optimización de los
flujos de nutrientes y energía, y la agrodiversidad (Altieri, 2002; Schiere et al., 2002 y
Pimentel et al., 2005). En el contexto cubano los recursos locales pueden manejarse
de manera eficiente y obtener rendimientos razonablemente altos con bajos insumos
externos. Además Funes-Monzote (2009), confirmó que el contenido de materia
orgánica es elevado en los suelos que han estado durante mucho tiempo cubierto
por pastos, lo que ofrece un excelente punto de partida para desarrollar sistemas
integrados. Si se incluye el componente animal, se mejora la materia orgánica y se
reduce el déficit de nutrientes en las tierras agrícolas.
1.5 Sistemas integrados ganadería-agricultura, con bases agroecológicas.
Relación suelo-planta-animal-ecosistema
El modelo agrícola integrado de baja demanda de insumos externos y alta eficiencia
con recursos locales, tales como; abonos orgánicos y otros materiales que
contribuyan al mejoramiento del suelo, semillas rústicas, productos biológicos para
combatir las plagas y las enfermedades, asociación de cultivos y la integración
ganadería-agricultura, nos permite hacer un mejor uso de los recursos naturales
(agua, nutrientes y energía), sin recibir grandes volúmenes de recursos externos en
forma de insumos (Altieri, 2001).
A nivel de sistema, el uso intensivo de los recursos naturales disponibles y sus
beneficios provienen a través de interacciones más complejas y variadas; los
sistemas diversificados e integrados de producción agrícola-ganadera ofrecen
soluciones a muchos de los problemas propios de los sistemas especializados y la
intensificación sostenible, mediante el mejor uso de los recursos, tanto de la
producción agrícola como animal, permite la autosuficiencia alimentaría familiar y
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local. Funes-Monzote et al. (2009) coinciden en que Las fincas integradas se
destacan por tener mayor diversidad de la producción y por tanto mayor variación de
la agrodiversidad, en tiempo y espacio. En condiciones de bajos insumos y altas
incertidumbres en que operan estas fincas, una alta diversidad contribuye
grandemente a reducir los riesgos y elevar la productividad; tanto los recursos
internos como externos se emplean con mayor eficiencia en las fincas integradas que
en las especializadas y las diversificadas son más eficientes en el uso de la energía
al reducir el costo energético de la producción de proteína; las fincas convertidas se
caracterizan por la presencia de un alto número de especies de plantas y animales,
cerca de seis veces mayor que de la anterior forma; mayor suministro de alimento
animal y humano, derivado de la utilización de los residuos de cosecha y
producciones de energía y proteína, dos componentes principales de la nutrición
humana, se obtienen mejores relaciones costo- beneficio y aumentan los ingresos de
la finca (Funes-Monzote et al., 2009).
Existen estimados que plantean que 1 960 millones de personas dependen de la
ganadería para satisfacer, al menos, partes de sus necesidades diarias. En los
países en desarrollo, los animales constituyen una parte integral de los
agroecosistemas y proporcionan alimento, fibra, fertilizantes y combustibles;
suministran el 60% del trasporte en las comunidades rurales de todo el mundo y
también seguridad económica para los granjeros y las comunidades cuando las
cosechas escasean (Pérez y Álvarez, 2007).
Entre las soluciones tecnológicas más apropiadas para el manejo ganadero en el
trópico se encuentra la introducción de árboles en áreas de pastoreo. El
agrosilvopastoreo es denominado un conjunto de técnicas y procedimientos
mediante los cuales se manejan de forma racional y sostenible cultivos agrícolas o
ganado de diferentes tipos en asociación con los bosques, persiguiendo con ello el
uso múltiple y el rendimiento máximo de los terrenos forestales. Entre los diversos
tipos que conforman los sistemas sivopastoriles los bancos de proteínas y las
asociaciones múltiples de leguminosa y gramíneas, son las más importantes en
Cuba para producir carne y leche. Se perfilan en la actualidad, como sistemas a
generalizar, integrados al conjunto de propósito productivo de la ganadería vacuna
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del país. No obstante, otros como las cercas vivas perdurables y más económicas,
pueden aportar alimentos de gran valor nutritivo para el ganado y lograr la auto
sostenibilidad del sistema, propiciando la máxima recirculación de nutrientes y la
protección y mantenimiento del medio ambiente (Iglesias et al., 2007).
El empleo de los árboles en los sistemas pecuarios, es una tradición milenaria que
tiene uso directo en la producción animal, como lo es el caso de las leguminosas,
que aportan un alimento fibroso de mayor digestibilidad y contenido proteico y
disponible incluso en los periodos de mayor escasez de alimentos (Rodríguez, 2007).
Este mismo autor plantea que el uso de los árboles mejora la fertilidad del suelo,
debido a que son capaces de fijar nitrógeno y la hojarasca incrementa los
contenidos de materia orgánica, y a la vez la biodiversidad del ecosistema es mayor,
al facilitar la nidación de muchas especies de aves. Además de ofrecer ventajas
ambientales que permite establecer agroecosistemas productivos, sostenibles y
amigables con el entorno, y ser una fuente alternativa de ingreso por concepto de
leña o venta de semilla. Pedraza (2005) plantea, que cuando se utilizan árboles
leguminosos, como leucaena, piñones, algarrobos, etc., éstos son capaces de fijar al
suelo parte del nitrógeno del aire, lo que puede significar aproximadamente 100 kg
de nitrógeno por hectárea al año (equivalente a más de cuatro sacos de urea),
además de mejorar el ambiente para los animales y extraer nutrientes desde lo más
profundo del suelo y ofrecerlo como alimento.
La degradación de los suelos se encuentra entre los problema más apremiantes de
la crisis alimentaría mundial y es más acelerada en las regiones tropicales y
subtropicales (Font, 2008), debido a las interacciones de las características de los
suelos y el clima, con las prácticas inadecuadas de manejo agrícola. La materia
orgánica es considerada un indicador relevante para evaluar la sostenibilidad de los
agros ecosistemas. De ella depende en gran medida una buena estabilidad hídrica
de los agregados y por tanto una construcción adecuada del sistema suelo; por
ejemplo, para el buen funcionamiento de los suelos Ferralíticos Rojos del occidente
cubano, se requiere un contenido no menor del 3,5% para garantizar el 60% de
agregados resistentes como mínimo, lo cual le confiere al mismo una buena relación
aire-agua para el crecimiento y desarrollo de los cultivos agrícolas (Orellana et al.,
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2008). Estos mismos autores evidenciaron en la práctica la gran importancia
agroecológica de la agricultura sostenible, pues confirman la necesidad de incorporar
no solo materiales humificados al suelo como humus de lombriz o compost, sino
también abonos verdes a partir de leguminosas forrajeras y gramíneas, así como
otros materiales con mayor relación C: N, que aumenta el contenido de las fracciones
ligeras en los suelos. En investigaciones realizadas por Treto et al. (2001) para
minimizar o erradicar importaciones se empleo como vía de sustitución de
fertilizantes químicos, una amplia gama de abonos verdes y cultivos de coberturas en
la producción agrícola comercial que a su vez mejora la fertilidad de los suelos,
(aplicación de 120-160 t/ha). Este fertilizante orgánico reemplazó completamente a
los fertilizantes químicos durante más de tres años en suelo arenoso y el mismo
resultado se logró con el empleo de 180-240 t/ha por más de cinco años en suelos
con un mayor contenido de arcilla; además lograron sustituir altos niveles de
fertilizantes: nitrogenados- el equivalente a 67-255 kg/ha de nitrógeno, 7-22 kg/ha de
fósforo y 36-211 kg/ha de potasio.
Las leguminosas, los árboles, los arbustos y los abonos verdes se utilizan con gran
efectividad para mejorar la fertilidad del suelo y elevar la calidad del alimento animal
(Lal, 2005). Al combinar especies de alta producción de biomasa con leguminosas en
diversos lugares, condujo a una mayor disponibilidad de nitrógeno, estimuló la
producción de humus y el secuestro del carbono (Power et al., 2001; Christopher y
Lal, 2007). Como resultado de la integración ganadería y agricultura los residuos de
cosechas son utilizados primero como alimento animal y la biomasa rechazada se
aprovecha como mulch o se incorpora al suelo.
Mucha información científica y práctica demuestra las ventajas del modelo integrado,
ya que las condiciones ecológicas, económicas y sociales actuales favorecen la
conversión a sistemas integrados agroecológicos en el sector ganadero (Funes-
Monzote y Monzote, 2001). Debido a la disponibilidad de animales, infraestructura y
pastizales, pueden haber resultados positivos inmediatos al convertir las unidades
ganaderas en sistemas agrícolas y ganaderos fertilizados con estiércol (García
Trujillo y Monzote, 1995); la producción agrícola comercial especializada y la
rotación con el componente animal podría favorecer el mejor uso de los recursos,
VtÑ•àâÄÉ D
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tales como los residuos agrícolas y los subproductos del procesamiento de los
alimentos.
En los sistemas integrados la rotación de cultivos y policultivos se desarrollan con el
fin de estimular la fertilidad natural del suelo, controlar las plagas, restaurar la
capacidad productiva y obtener mayor Uso Equivalente de la Tierra (UET); ello
demostró ser esencial para alcanzar altos niveles de producción y según (Wright,
2005) se expandió por todo el país, especialmente en el sector cooperativo. Los
resultados de investigación y los datos reales de producción demostraron que los
policultivos y la rotación de cultivos podían aumentar los rendimientos en la mayoría
de los cultivos económicamente importantes (Casanova et al., 2001).
Los sistemas integrados agricultura-ganadería constituyen una alternativa
prometedora para el uso más sostenible de los nutrientes, del agua, de la energía y
de otros recursos naturales (NRC, 1989; Van Keulen et al., 1998). Mientras los
sistemas especializados convencionales cuentan con recursos fundamentalmente del
exterior (insumos), los sistemas diversificados e integrados hacen mayor énfasis en
la optima utilización de los recursos locales disponibles; un ejemplo de esto es la
crianza de conejo con lombricultura debajo de las propias jaulas que posean
suficiente ventilación y piso de tierra o de lo contrario en áreas aledañas. Las
excretas del conejo poseen entre 65 y 80% de materia orgánica, altas
concentraciones de nitrógeno, calcio, fosforo, potasio y su pH es de 7,0; lo que
posibilita el uso de este sustrato en la cría de lombriz y representa una vía valiosa
para restituir nutrientes a la tierra y además, una fuente importante de proteína en la
alimentación de las aves (González, 2010).
Estudios realizados por Funes-Monzote (2009) confirman que las fincas integradas
de una biodiversidad significativamente mayor, fueron también más productivas y
eficientes desde el punto de vista energético y mostraron mejor manejo de los
nutrientes que las especializadas, de pobres resultados en los indicadores
agroecológicos seleccionados. Se demostró que los dos rasgos primarios de los
sistemas integrados lo constituyen la multifuncionalidad y la biodiversidad, pues en
ellos los valores de los tres indicadores medidos fueron más altos (riqueza de
especie, diversidad de la producción y diversidad de árboles). También se comprobó
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21
que los indicadores productivos fueron significativamente superiores en las fincas
integradas, ya que estas fueron de cuatro a seis veces más productivas, en términos
energéticos, que las especializadas y de tres a cuatros veces en cuanto a la
producción de proteína con un menor uso de insumos.
Para el establecimiento de integraciones en sistemas se puede utilizar la cría de
conejos, pues su nutrición representa el 80% de los costos de producción y una de
las formas de disminuirlos es alimentarlos con forrajes y subproductos industriales e
incluir los concentrados como suplemento y no como alimento básico de la dieta. La
confección de bloques multinutricionales (BMN) con materia prima procedente de
vegetales y plantas deshidratadas y convertidas en harina, como por ejemplo hojas
de yuca, leucaena, guásima, frutas de algarrobo, hojas de col, caña, palmiche ,
semillas de mango, maloja de maíz, entre otros, aportan nutrientes que cubren los
requerimientos nutricionales de los conejos y constituyen una vía segura de la
alimentación durante todo el año a partir de los recursos naturales existentes en la
localidad (Quiñones y Martín, 2006).
Por otra parte, la crianza de patos se ha popularizado mundialmente, por su rápido
crecimiento y multiplicación, rusticidad y vigor, además que su manejo es fácil, se
adaptan a las condiciones más variadas y admiten alimentos muy variados, por lo
que constituyen una vía a considerar para la obtención de carne, huevos, plumas e
hígado graso. Además un pato de ceba, entre 21 y 63 días de edad, produce 3 kg de
materia seca de excreta/año, por lo que sería posible la fertilización de una hectárea
con 330 a 660 patos de forma permanente (Madrazo et al., 1992). Las aves
semirrusticas (cruzamiento de animales criollos y la raza Rhode Islán Red) fueron
creadas para producir huevos y carne, con rendimientos aceptables pero con pocos
insumos, fundamentalmente de piensos importados y aportan entre 10 y 12 huevos
mensuales (Rodríguez et al., 1998).
1.6 Eficiencia y productividad de la agricultura a pequeña y mediana escala con bases agroecológicas
Una de las expresiones más claras de la dimensión ecológica de la crisis de la
agricultura es la disminución de los rendimientos agrícolas; la ciencia agroecológica
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explica que ésta disminución se debe a una constante erosión de la base productiva
de la agricultura a través de prácticas insostenibles (Altieri y Rosset, 1996; Núñez y
Maeso, 2006). Según Pérez Consuegra, (2004), la causa principal de la pérdida de la
diversidad biológica agrícola es el monocultivo; al desarrollo de éste contribuyó la
mecanización temprana de las prácticas agrícolas, la cual se desarrolló como
respuesta a la escasez de mano de obra. El monocultivo genera, además, otras
prácticas agrícolas insostenibles como el uso de fertilizantes inorgánicos y de
plaguicidas de síntesis química, que traen como consecuencia la modificación de las
propiedades del suelo y contribuye a la salinización, la acidificación, la erosión, la
compactación y la disminución del contenido de materia orgánica, y, como
consecuencia, la desertificación y la pérdida de tierras aptas para la agricultura.
Actualmente la estrategia de desarrollo agrario local sostenible con bases
agroecológicas, incrementa la producción de alimento como respuesta a la crisis
económica mundial y a las afectaciones por el azote de fuertes huracanes; la
organización de estos programas parte de las fincas como unidad productiva más
simples y pequeñas, donde se concreta la producción y es necesario hacer más
eficiente el trabajo como estructura básica de producción ajustada a éstos tiempos
(Funes-Monzote, 2009).
Para el sector agropecuario del país, las estructuras y los cambios que
históricamente se han producido se han convertido en temas cotidiano, pero el
propósito de éstas propuestas convergen en lograr mayor eficiencia en los sistemas
de producción; por ejemplo, actualmente se manejan los términos de fincas
familiares, pequeñas fincas o fincas integrales, cuya definición legal correcta es la
finca estatal, avalada por la Resolución Numero 960 198, que regula los principios
básicos para las fincas estatales. Esta forma organizativa de producción constituye
una estructura que puede ser viable en las condiciones actuales como práctica de
una agricultura a pequeña escala, cuyas producciones logran ser importantes sin
demandar costos elevados (Páez, 2008). Por lo que se puede concluir que la finca
estatal será sin duda, una estructura viable en la medida que se le brinde a los que
la integran mayores y mejores atenciones y se proporcionen los medios que se
necesitan para ser más productivos en la práctica de una agricultura con enfoque
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23
agroecológico y principios de sostenibilidad, donde con escasos recursos de
aseguramientos se multiplica la productividad del trabajo y es una de las formas para
soñar con los pies sobre la tierra. Las prácticas de agricultura orgánica están
basadas en la agroecológica, que potencian los mecanismo que usa la naturaleza
para auto regularse y lograr estabilidad (regulación interna), y estimulan también la
capacidad de recuperación frente a situaciones adversas; propiedad a la que se
denomina resiliencia (Altieri, 1997).
La experiencia de los agricultores de pequeñas fincas aportan conocimientos
tradicionales que se ajustan a las realidades de la vida del agricultor; ésta
experimentación campesina forma parte de la recuperación de los saberes de la
agricultura local, ayuda a la soberanía alimentaría y tecnológica y es un elemento de
sostenibilidad para la agricultura ecológica. Es necesario conocer los experimentos
campesinos, sus motivaciones, fuente de ideas, procesos, metodologías, etc., que
sirven como capacitación para la formación, la estabilidad y el desarrollo próspero
de las pequeñas fincas (Páez, 2008). En el 2006, se reconoció oficialmente que los
pequeños campesinos con la mitad de las tierras en uso agrícolas (25% del total)
eran responsables del 65% de la producción global agropecuaria (Pagés, 2006).
La agricultura orgánica con base agroecológica introduce la práctica de los
policultivos, en los cuales se obtienen simultáneamente un mayor número de
productos útiles, además de propiciar el reciclaje de lo que antes era considerados
residuos contaminantes para beneficio de todo el agroecosistema. Así, una misma
superficie cultivada con este sistema puede producir una variada cantidad de
productos, la suma de los cuales puede sobrepasar varias veces el rendimiento total
obtenido con los métodos convencionales. Pérez Consuegra (2004) señaló que esta
agricultura orgánica es la más conveniente, tanto para los países desarrollados como
para los países en desarrollo, porque permite hacer un uso sostenible de los
recursos; incrementa los rendimientos de los cultivos sin la dependencia de los
insumos externos (semillas costosas, fertilizantes, plaguicidas y reguladores del
crecimiento, entre otros), reduce el uso de la energía y las emisiones de CO2,
estimula el aumento de la biodiversidad y asegura la protección ambiental (Stockdale
et al., 2001).
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Las prácticas agrodiversas a pequeña y mediana escala que ganen tiempo y ahorren
recursos es un objetivo fundamental para dar respuesta a las inquietudes de los
agricultores, como lo es el caso del reciclaje de nutrientes y energía y la producción
de servicios ambientales. De ésta manera se sientan las bases para una agricultura
más duradera y autosuficiente (Funes-Monzote, 2009). Este autor demostró además
que el uso más intensivo de los recursos naturales disponibles a nivel de finca,
mediante sistemas integrados, contribuye a la autosuficiencia alimentaría, la
obtención eficiente de productos comercializables y al incremento de los ingresos
familiares sin degradar la base de recursos que los sostiene con un impacto potencial
grande. Al mismo tiempo comprobó que las fincas más pequeñas (menores que 10
ha) fueron más diversificadas, productivas, eficientes y usaron mayores cantidades
de fertilizantes orgánicos que las fincas medianas y grandes. Esto fue posible
aproximadamente con los mismos niveles de insumos, aunque necesitaron mayor
intensidad de fuerza de trabajo humana. Mientras los indicadores riqueza de
especies, diversidad de producción y diversidad de árboles resultaron similares entre
las fincas medianas y grandes, y fueron más altos en las menores.
Brookfield y Padoch (1994) y Gorfinkiel (2006), consideran la agrodiversidad, como
las diferentes maneras en que los productores utilizan la diversidad natural del medio
ambiente para la producción, incluyendo no solo su opción de cultivo, sino también
su manejo del suelo, el agua y la biota en su conjunto. De hecho, el nivel de
regulación interna de los agroecosistemas depende mucho del grado de diversidad
de plantas y animales y además, esa agrodiversidad es el resultado de la interacción
entre el ambiente, los recursos genéticos y el manejo, lo que modifica su
funcionamiento y permite mayor adaptabilidad a situaciones extremas (Almekinders
et al., 1995).
Evidentemente, los sistemas especializados industriales, con menor agrodiversidad,
tienen muchas dificultades para lidiar con condiciones de bajos insumos y
variaciones en el clima, así como con las fluctuaciones en los mercados. Los
sistemas agrícolas con poca diversidad tienen también menos posibilidades de usar
los recursos locales y por lo tanto, son más dependientes de los insumos externos, lo
que contribuye a su vulnerabilidad en caso de estrés socioeconómico (Funes-
VtÑ•àâÄÉ D
25
Monzote, 2009). Este mismo autor señaló como resultado de sus investigaciones,
que la agrodiversidad temporal (años de conversión) y espacial (diseño de la finca)
resultaron los principales factores para alcanzar una mayor productividad de la tierra,
y demostró, a su vez, la casi inmediata respuesta productiva de los sistemas
agrícolas a la diversificación; además, el empleo de los residuos de cosecha para la
alimentación animal, así como el uso intensivo de los abonos en las áreas de los
cultivos y los forrajes, fueron dos prácticas comunes en las fincas integradas que
derivaron en un uso eficiente de los insumos energéticos. Pero además el empleo
más intensivo de los terrenos de la finca en la rotación de cultivos a lo largo del año,
también contribuyó a la mayor eficiencia energética, con una disminución
proporcional en la fuerza de trabajo.
1.7 Impacto ambiental de los sistemas agroecológicos
El hombre trasforma la naturaleza a medida que se desarrolla, a medida que crece
su técnica; el hombre revoluciona la naturaleza pero la naturaleza tiene sus leyes y la
naturaleza no se puede revolucionar impunemente y es necesario considerar esas
leyes como un conjunto, es necesario, imprescindible y vital no olvidar ninguna de
esas leyes (Castro, 1964).
El empleo de tecnologías costosas y altos insumos en la agricultura cubana, no
alcanzó las expectativas deseadas y tuvo impactos ambientales negativos,
reportados por el Ministerio de Ciencias, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA,
1997), entre las más significativas se encuentran:
• Reducción de la biodiversidad.
• Contaminación de las aguas subterráneas.
• Erosión de los suelos.
• Deforestación.
En 1994 fue instituido el Programa Nacional para el Medio Ambiente y el Desarrollo y
dos años después fue aprobada la Estrategia Ambiental Nacional (Urquiza y
Gutiérrez, 2003). En 1997, la Ley de Medio Ambiente, se convirtió en política de
Estado (Gaceta Oficial, 1997). A pesar de que la protección ambiental no se práctica
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26
con todo el vigor que se debiera, la ayuda gubernamental para preservar el medio ha
contribuido a que la agricultura cubana transite sobre bases más sostenibles.
Actualmente existen grandes oportunidades para adaptar tecnologías agrícolas
integradas a nivel nacional pues desde el inicio de la crisis, la Asamblea Nacional del
Poder Popular reconoció la ineficiencia del modelo industrial centralizado y comercial
(ANPP, 1991). Se reconoció el impacto ambiental negativo documentado
oportunamente por el CITMA, del modelo convencional que unido al progresivo
deterioro de la infraestructura de monocultivos, reforzaron los argumentos de una
agricultura sostenible a menor escala. (Funes-Monzote, 2009).
Los principios fundamentales en los cuáles se basa el desarrollo de una agricultura
ecológica en armonía con la naturaleza y la sociedad (IFOAM, 2011) son:
• Principio de salud: Debe sostener y promover la salud del suelo, la planta, el
animal, la persona y el planeta como una sola e indivisible.
• Principio de ecología: Debe estar basado en sistemas y ciclos ecológicos vivos,
trabajar con ellos, emularlos y ayudar a sostenerlos.
• Principios de equidad: Debe estar basado en relaciones que aseguren la equidad
con respecto al ambiente común y a las oportunidades de vida.
• Principio de precaución: Debe ser gestionada de una manera responsable y con
precaución para proteger la salud y el bienestar de las generaciones presentes y
futuras y el ambiente.
En los sistemas con bases agroecológicas, los árboles, introducidos para varios
propósitos (sombra, cerca y alimento), desempeñan un papel importante en el
reciclaje de nutrientes, ya que actúan como una “bomba”, desde las capas más
profundas del suelo (Breman y Kessler, 1995), por lo que disminuye el uso de
insumos químicos contaminantes y hace que se logren producciones y servicios
ambientales a mediano plazo, es decir, a partir del tercer año de establecimiento del
proceso de conversión (Monzote et al., 1999).
La conservación de la naturaleza y el apoyo a las pequeñas fincas familiares pueden
crear condiciones para el agroturismo y otras actividades complementarias que
generarían fondos de inversión a fin de mejorar la infraestructura y el nivel de vida de
VtÑ•àâÄÉ D
27
la población rural (Funes-Monzote, 2009). Estudios realizados por este mismo autor,
mostraron que la contaminación de las aguas y del aire, la extensa deforestación y la
pérdida de los nutrientes del suelo a través de la erosión, son algunos de los retos
ambientales asociados a los efectos para vencer el hambre en los países en
desarrollo; se demostró que la intensificación de los agroecosistemas y la
conservación de la naturaleza no son mutuamente excluyentes. Estos resultados
coinciden con lo informado por Vandermeer et al. (1998) y Tilman et al. (2001), de
que el aumento de la agrodiversidad para proporcionar importantes servicios
ambientales y al mismo tiempo aumentar la productividad de los sistemas.
Por otra parte, los trabajos realizados por Vargas et al. (2009), donde se analizaron
las fincas orgánicas, de transición y convencionales, demostraron que las más
diversas, desde el punto de vista agrícola y forestal, son las orgánicas seguidas por
las de transición y finalmente las convencionales; también reportaron que las
orgánicas emiten 6 veces menos gases con efecto invernadero y 2 veces menos que
las de transición; sin embargo, las orgánicas producen la mitad de los alimentos que
pueden producir las otras dos formas, teniendo las dos últimas (transición y
convencional) los mismos valores de producción agropecuaria en términos
energéticos. En general, al analizar los sistemas productivos cubanos, la forma más
interesante es la de transición que no pierde su objeto social de producir alimento en
grandes cantidades y tiene concientizado el problema del calentamiento global y
como disminuir las misiones de efecto invernadero, con la reducción del uso de
insumos externos altamente contaminantes y agregando un manejo agroecológico en
la finca.
1.8 Metodologías para la evaluación de indicadores de sostenibilidad. Identificación, evaluación y seguimiento
Los indicadores, constituyen una herramienta para agregar y simplificar información
de naturaleza compleja, de una manera útil y ventajosa; deben servir como base
para la elaboración de modelos económico-ecológicos y para el análisis de impacto
ambiental, caracterizado por:
• Deben ser fáciles de medir y eficientes desde el punto de vista de los costos.
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28
• Deben permitir repetir las mediciones a lo largo del tiempo.
• Ofrecer explicación significativa respecto a la sostenibilidad del sistema
observado.
• Deben adaptarse al problema específico que se quiere analizar.
• Deben ser sensibles al cambio.
• Deben dar información básica para evaluar las distintas dimensiones de
sostenibilidad (Pérez Consuegra, 2007).
En Cuba, por las condiciones actuales, la entrada de alimentos y fertilizantes al
sistema es muy limitada y en ocasiones nula, por lo que no existe una tecnología
para mantener un equilibrio entre las entradas y salidas del sistema. Se debe tener
en cuenta que cada tecnología obtiene sus mejores resultados según las condiciones
del suelo, clima y tipo de explotación, es fundamental lograr el uso eficiente de todos
los recursos locales y el humano como recurso fundamental (Pedraza, 2005).
Los sistemas agroecológicos tienen como objetivo esencial integrar el
agroecosistemas de manera tal que aumente la eficiencia biológica general y se
mantenga la capacidad productiva. Las rotaciones de cultivos, policultivos,
intercalamiento de cultivos, integración ganadería – agricultura son estrategias para
restaurar la diversidad agrícola en tiempo y espacio y lograr una mejor optimización
de nutrientes y materia orgánica, conservar el agua y el suelo, cerrar el flujo de
energía y balancear las poblaciones de plagas y enemigos naturales (Altieri, 2001).
El éxito de la aplicación de una tecnología en la producción comercial, depende del
control sistemático y eficiente de los índices fundamentales de sostenibilidad que,
simultáneamente, deben garantizar un impacto positivo, al detectar los problemas a
tiempo, y aplicar las medidas correctivas necesarias; el impacto ambiental de una
tecnología no se corresponde necesariamente con el impacto final productivo, ya que
el impacto ambiental, generalmente, es a más largo plazo, exige técnicas muy
específicas para su evaluación y puede depender de factores que no siempre
controla el productor (Senra, 2007).
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29
El indicador de productividad es definido por Spedding (1988), como la capacidad
que tienen los componentes del sistema (cultivos, animales y árboles) de capturar y
convertir los recursos naturales disponibles (energía, agua, nutrientes y diversidad
genética) en biomasa de plantas y animales. El valor final de éste indicador es más
elevado en los sistemas integrados que los especializados.
Los trabajos realizados durante diez años en la conversión de un sistema
especializado a otro integrado por Funes-Monzote et al., (2009) demostraron que el
asunto no es simplemente si se utilizan altos o bajos insumos, o si la producción es
especializada o diversificada, sino las características especificas de los sistemas de
producción y la manera en que se manejan los insumos y la agrodiversidad. Las
fincas integradas se destacaron por tener mayor diversidad de la producción y por
tanto, mayor variación de la agrodiversidad, en tiempo y espacio, contribuyendo
grandemente a reducir los riesgos y elevar la productividad, los recursos internos y
externos se emplearon con mayor eficiencia y fueron más eficiente en el uso de la
energía, al reducir el costo energético de la producción de proteína. Se reportaron
valores en los indicadores de diversidad para las fincas con 25 y 50% de cultivos en
sus áreas de: riqueza de especie 10,4 y 9,1 (Margalef), diversidad de la producción
1,7 y 2,0 (Shannon) y diversidad de árboles de 1,7 y 1,5 (Shannon) respectivamente.
Los indicadores productivos se comportaron de la forma siguiente: salidas
energéticas 16,4 y 27,1 GJ/ha/año, salidas proteicas 133,5 y 191,3 kg/ha/año, los
insumos energéticos 2,0 y 2,8 GJ/ha/año y 5,3, 5,0 t/ha/año de uso de fertilizante
orgánico.
Una mayor proporción de áreas dedicadas a cultivos arables (45 y 75%) derivó
valores superiores de los indicadores de agrodiversidad (Funes-Monzote et al.,
2009), riqueza de especie, diversidad de árboles y diversidad de la producción y
valores mayores de productividad por unidad de área total, con 21,3 GJ/ha/año de
salidas energéticas y 141,5 kg/ha/año; a su vez, el uso de fertilizante orgánico fue
más intenso, y se puso de relieve que el uso optimo de los recursos, tanto para la
producción animal como agrícola, ayudó a alcanzar la autosuficiencia alimentaría, sin
degradar el medio ambiente en las fincas altamente heterogenias e integradas.
Pereda et al. (2009) estudiaron diferentes niveles de integración ganadería-
agricultura (50:50; 90:10 y 70:30 respectivamente) y reportaron valores superiores de
VtÑ•àâÄÉ D
30
los indicadores estudiado por años transcurridos, con rendimientos totales de 67, 8,1
y 4,0 t/ha/año y relaciones energéticas de 11,6; 14,4 y 7,3 calorías producidas por
invertidas al final del periodo, respectivamente. Estos resultados aplicados a otra
finca, elevaron los rendimientos de 2,3 a 7,2 t/ha de producción total y valores en su
eficiencia energética de 8,3 calorías producidas por invertidas al final del quinto año
de trabajo.
Para el buen funcionamiento de pequeñas fincas es necesario aprovechar la tierra al
máximo con el uso de la técnica y la sabiduría del agricultor local; se ha demostrado
que cuando se cultiva un solo producto se puede obtener una gran cantidad de
cosecha de este producto, pero no se ésta usando el espacio ecológico tierra-agua
en forma eficiente, los surcos del cultivo tienen suelo libre entre ellos, que pueden
ser invadidos y aprovechado por varias especies del ecosistema (malezas); si por el
contrario se intercalan cultivos, todo el espacio del nicho ecológico produce algo útil
en vez de requerir mayor inversión en mano de obra, dinero o herbicidas. Es decir
podría parecer que la utilización del monocultivo es más productiva por unidad de
área, pero en el policultivo, se consideran otros cinco, seis, diez o doce productos
que conllevan a una producción agrícola total mucho más grande por unidad de área
y analizado como un sistema, la integración de cultivos con la crianza de animales, el
uso de estiércol animal como fertilizante y el uso de residuos agrícolas en la
alimentación animal propician una mayor sostenibilidad (Rosset, 2005).
La siembra en el policultivo debe hacerse de forma tal que involucre cultivos
diferentes en cuanto al nivel de exigencias de los principales factores de crecimiento,
nutrimentos que necesitan y los requerimientos de agua y luz, en el cual se produzca
algún grado de competencia, que implique la utilización de las habilidades que
poseen para acelerar su desarrollo y no el uso de especies con similitud en sus
requerimientos, ya que podría afectar algunos de los factores de crecimiento
mencionados y por ende la exclusión de uno de los cultivos (Vandermeer, 1998). En
el uso eficiente de la tierra, las asociaciones de cultivos constituyen la parte
fundamental y son usadas para estimular la fertilidad natural del suelo, controlar las
plagas y las enfermedades y restaurar la capacidad productiva, (Sotolongo et al.,
2009) informaron que una ha con un marco de plantación de 4*2 5 m (1000 árboles
VtÑ•àâÄÉ D
31
por ha), permite usar 3 m efectivos para intercalar cultivos varios de ciclos cortos,
ocupando un área de 0,72 ha y 0,28 ha con los árboles forestales, por lo que el 72%
de la tierra se dedica a la producción de alimento con éste modelo; los árboles
forestales como la moringa y el nim se pueden utilizar como cortinas rompe vientos y
barreras biológicas, en plantaciones de Jatropha curcas, con el objetivo de favorecer
la polinización y evitar plagas y enfermedades y propiciar el silvopastoreo,
preferentemente con ovinos.
Treto et al. (1997) demostraron que es posible implementar en la práctica fincas
agroecológicas y obtener rendimientos similares y, en ocasiones, superiores en
comparación con las fincas bajo métodos convencionales, así como obtener
ganancias económicas y mejorar la fertilidad natural de los suelos, se diversifica la
producción de la finca y se logra incrementar los rendimientos (promedio de 7 a 14
t/ha) en comparación con los sistemas convencionales. Como resultado de la
disminución de los plaguicidas y los fertilizantes, las superficies sin sembrar y el uso
de policultivos, se aumenta la producción total por hectárea con una relación
favorable de ingresos, gastos y utilidades, lo que incrementa la estabilidad
económica de los sistemas.
En las fincas agroecológicas donde se integran y diversifica las producciones
agrícolas y pecuarias, se hace un mejor manejo de los recursos, se logra un mayor
rendimiento en la producción de alimentos de origen animal y vegetal por unidad de
área y aumenta la eficiencia del sistema. Los volúmenes de producción más altos se
obtienen a partir del tercer o cuarto año de implementar el uso de prácticas
agroecológicas en renglones pecuarios y agrícolas respectivamente, además de
proteger, conservar y rescatar las especies de animales de la finca que contribuyen
al equilibrio biológico del ecosistema (González y Rivera, 2004).
VtÑ•àâÄÉ E
32
Capitulo II. Materiales y métodos
2.1 Metodología experimental
Tomando en cuenta las características de sistema de la finca La Perla se proyectó un
estudio de indicadores de diversidad y productividad del proceso de conversión hacia
un modelo agroecológico sustentable, que reduzca los insumos externos que
encarecen el sistema y optimice los recursos naturales disponibles para mejorar los
resultados de la finca. Se realizó un recorrido por las áreas de la misma, en
intercambio dinámico con los trabajadores y se evaluó la posibilidad de establecer un
diseño de sistema con bases agroecológicas.
Descripción socio económica de la zona
Esta finca se encuentra micro localizada a 5 kilómetros al sur de la Autopista
Nacional y ligeramente al oeste del poblado del Central Australia, se encuentra
rodeada de pequeñas y medianas fincas de campesinos y de viviendas de
trabajadores manuales; los primeros se dedican fundamentalmente a la producción
de frutas, viandas y granos como son guayaba, aguacate, fruta bomba, mamey,
posturas, maíz, frijoles y plátanos. También se produce carbón vegetal y leña. El
poder adquisitivo de estos vecinos es aceptable al igual que sus condiciones de vida.
Los segundos presentan conocimientos y experiencia en estos tipos de
producciones, principalmente artesanales y su nivel de vida también es aceptable. La
zona cuenta con servicio de electricidad, educación y salud.
Condiciones y características del sistema de producción
La Finca “La Perla” perteneciente a la Empresa Agropecuaria MININT Jagüey
Grande está enclavada al sur de la Autopista Nacional entre Jagüey Grande y la
Ciénaga de Zapata; cuenta con un área de 31,79 hectáreas, organizadas como se
muestra en la figura 1 y distribuidas por subsistema (figura 2).
VtÑ•àâÄÉ D
33
Figura 1. Distribución del área total de la finca La Perla
Figura 2. Distribución total de las áreas por subsistemas
VtÑ•àâÄÉ D
34
2.2 Metodología general de análisis
La metodología general para el análisis de los indicadores de diversidad y
productividad evaluados, se basó en el análisis de sistema según las metodologías
propuestas por (Checkland, 1999). Se estudio el comportamiento de los indicadores
de biodiversidad a través de los índices de Shannon y Margalef, e índice de
productividad y uso eficiente de la tierra (UET) (Gliessman, 2001).
En la figura 2 se presenta el esquema cualitativo de los límites y componentes del
sistema productivo correspondiente a la finca La Perla. Se evaluaron cada uno de los
subsistemas que lo componen, haciendo un análisis independiente de entradas y
salidas, así como de sus características propias. Los materiales utilizados fueron:
subsistema ganadero, formado por:
• Centro porcino con capacidad para 27 reproductoras y 240 ceba
• Laguna natural para la crianza de patos con capacidad para 8 000 aves
• Patio de gallinas criollas con una capacidad instalada de 1 000 aves
• Para la crianza cunícola 20 m2
• Para la cría ovina 25 m2
• subsistema agrícola con variedades de frutales viandas y forestales.
Características agrotécnicas
Las áreas de frutales se encuentran establecidas con diferentes policultivos como:
aguacate/limón, aguacate/guayaba, limón/cedro, mango/piña, mandarina/piña,
toronja/piña, mango/guayaba y guayaba/calabaza. Se practica el arrope de las
plantaciones con material vegetal en descomposición obtenido en la propia finca,
tales como hojas de plátanos secas, pencas de palmas, cocos, residuos de heno y
excretas de los ovinos. Se produce compost regularmente. La cerca se encuentra
sembrada de árboles maderables en forma de tresbolillo.
Características agroclimáticas
La finca cuenta con buenas posibilidades de riego mediante el bombeo de las aguas
subterráneas, pues en la mayoría de las áreas, el nivel se encuentra
VtÑ•àâÄÉ D
35
aproximadamente a 1 metro de profundidad. El tipo de suelo es Ferralítico rojo
cuarcítico; textura arcillosa profunda, topografía llana, de buen drenaje interno y
externo. Una proporción del 10% del área total presenta como limitante la
pedregosidad (Hernández, 1999).
El comportamiento de las variables del clima antes del año 2008, durante el 2009 y la
diferencia entre estos dos períodos se muestra en la tabla1.
Tabla1. Comportamiento de las variables climáticas (Estación meteorológica Jagüey
Grande).
Variables meteorológicas Antes Actual Diferencia Temperatura media 24,0°C 24,0°C = Temperatura máxima media anual 26,7°C 31,0°C + 4,3 Máximos valores de temperatura (jul.-ago.) 26,7°C 33,0 °C + 6,3 Temperatura mínima mensual 14,0°C 18.0°C + 4 Temperatura más bajos (ene.-feb.) 20,1°C 14,0°C - 6,1 Precipitaciones media anual 1 703 mm 1 566 mm - 137 Precipitaciones en período lluvioso (may.-oct.) 1 468 mm (86%) 1 291 mm - 177 Precipitaciones en período de seca (nov.-abr.) 235 mm (14%) 275 mm + 40 Humedad relativa 81% 81% = Insolación anual 272,3 h/día 8 h/día Nubosidad 5 / 8 4 / 8 - 1 / 8 Vientos predominantes NNE NNE = Días de niebla anual 204 Tormentas promedio por año 135 d/año 136 + 1 Vientos máximos anuales promedio 60 km/h 61 km/h + 1 Eventos meteorológicos extremos
Récord de temperatura máxima: 35,7 °C año 1981
Récord de temperatura mínima: 2,9 °C año 1981.
Junio de 1995. Precipitaciones 658,2 mm en 13 días continuos.
Junio de 1997. Precipitaciones 787,2 mm en todo el mes.
1998 = 2 004,4 mm de lluvia durante todo el año (Fuente INRH)
1997= 2 007,4 mm de lluvia durante todo el año (Fuente CMP)
Abril de 1998: 0,2 mm de lluvia en todo el mes.
4 de nov. 2001. En 8 horas 540 mm de precipitaciones con el paso del Huracán
Michelle (en la ciudad cabecera)
608,5 mm de lluvia durante el paso del Huracán Michelle (Noviembre de 2001 en
la ciudad cabecera) (Morales, Lázaro: Archivo CITMA Municipal).
VtÑ•àâÄÉ D
36
A partir de la revisión de la literatura sobre el análisis de la diversidad en sistemas
agroecológicos, se encontró que existen tres indicadores básicos para la evaluación
de la diversidad de especies a nivel de sistema (Funes-Monzote, 2009). Entre estos
indicadores se seleccionaron los de riqueza de especies, diversidad de la producción
y diversidad de árboles. En la tabla 2 se describe el método de cálculo empleado con
estos fines. Para el cálculo de los índices de Shannon y Margalef, se consultó
(Gliessman, 2006).
Tabla 2. Indicadores de diversidad evaluados.
Así mismo fueron evaluados indicadores relativos a la productividad del sistema y su
método de cálculo se describe en la tabla 3.
Indicador Unidad Método de cálculo
Riqueza de especies
Índice de Margalef (IM)
Incluye especies de cultivos, árboles y animales domésticos Donde: S = Número total de especies N = Número total de individuos de todas las especies incl. animales, cultivos, frutales y forestales
Diversidad de la producción
Índice de Shannon (H)
Incluye la producción total de cada producto agrícola o pecuario y la total del sistema.
⎟⎠⎞
⎜⎝⎛−= ∑
= Pp
PpH i
S
i
iS ln*
1 Donde: S = Número de productos Pi = Producción de cada producto P = Producción total
Diversidad de árboles
Índice de Shannon (H)
Incluye número de especies de árboles frutales, maderables y postes vivos.
⎟⎠⎞
⎜⎝⎛−= ∑
= Nn
NnH i
S
i
iS ln*
1 Donde: S = Número de especies de árboles ni = Número de individuos de cada especie N = Número total de individuos
)ln(1
NSIM −
=
VtÑ•àâÄÉ D
37
El manejo de nutrientes fue evaluado a través de la incorporación de abonos
orgánicos a las áreas de frutales y cultivos. Para ello se calculó la cantidad de
fertilizante orgánico producido y aplicado.
Tabla 3. Indicadores técnicos y de productividad evaluados.
Indicador Unidad Método de cálculo Producción de carne de cerdo
t/rep./año Producción total de carne de cerdo de la finca dividida entre el número de reproductoras (rep).
Producciones avícola
huevo/ave/año Producción de huevo total de la finca dividido entre el número de aves.
t/año Producción total de la finca de carne de aves
Producción de carne ovina
t/año Producción de carne ovina total de la finca
Producción de carne cunícola
t/año Producción de carne de conejo total de la finca
Producción Agrícola t/año Producción total agrícola del sistema
Salidas energéticas GJ/ha/año
Energía total en los productos cosechados Donde: S = Número de productos mi = Producción de cada producto (kg) ri = Porcentaje del peso de producto consumible ei = Contenido energético de cada producto (MJ) A = Área de la finca (ha)
Salidas proteicas kg/ha/año
Proteína total en los productos cosechados Donde: S = Número de productos mi = Producción de cada producto (kg) ri = Porcentaje del peso de producto consumible ei = Contenido proteico de cada producto (g/100g) A = Área de la finca (ha)
∑=
=S
i
ii
i
e A
ermP
1
*100
*
∑=
=S
i
iii
p A
prmP
1
100*
100*
VtÑ•àâÄÉ D
38
Además, fue evaluado el índice de utilización de la tierra (IUT), combinado con el
análisis de los policultivos empleados en la finca, a través del siguiente método de
cálculo:
Donde:
S = Número de productos
Pi = Rendimiento del cultivo (i) en policultivo
Mi = Rendimiento del cultivo (i) en monocultivo
La frecuencia y tiempo de duración para el monitoreo de la información fue de 2 años
y se analizaron datos de 3 años consecutivos (2008-2010) para poder evaluar
temporal y espacialmente los indicadores en estudio.
∑=
=S
i i
iS M
PIUT1
VtÑ•àâÄÉ E
39
Capitulo III. Resultados y discusión
Teniendo en cuenta el concepto de sistema que no es más que la unión de
componentes físicos relacionados entre sí, de forma tal que actúen como un todo,
con un objetivo determinado y que reacciona como tal a estímulos externos
(Spedding, 1988), se diseñó el modelo conceptual de sistema evaluado como se
muestra en la figura 3, con la descripción de las entradas y salidas, así como sus
componentes.
Figura 3. Diseño de sistema finca La Perla
Las entradas del sistema están representadas por los insumos, requeridos para la
cría intensiva de ciclo corto del subsistema ganadero fundamentalmente, y no contar
con el área que garantice la sustitución al cien por ciento de la alimentación animal
(concentrados); es necesario, además, entradas que mantengan el sistema a nivel
de los últimos avances de la ciencia y la técnica (nuevas variedades de semilla y
mejoras genéticas de la ganadería).
Las salidas del sistema están representadas por producciones agrícolas, pecuarias,
maderables, nutrientes, finanzas y servicios ambientales entre otras, que garantizan
de forma práctica la sustentabilidad agroecológica del mismo. Con este modelo de
sistema, se pone de manifiesto que bajo las condiciones económicas actuales y en
condiciones ambientales desfavorables, se puede impulsar la aplicación de diseños
VtÑ•àâÄÉ F
40
con bases agroecológicas que garantizan el desarrollo de pequeñas y medianas
fincas, estos resultados se corresponden con (Funes-Monzote et al., 2011 y Rosset
et al., 2011) al plantear que éstos sistemas integrado, con bases agroecológica se
han convertido en una necesidad incuestionable debido a la situación actual de la
agricultura cubana, que unido a las experiencias tradicionales de los campesinos y
los avances de la ciencia y la técnica en los últimos años, propician mayor
producción de alimentos y energía con bases totalmente justa. El sistema diseñado,
tiene como fundamento esencial la biodiversidad, concibiendo el desarrollo rural
ligado a las tradiciones de la localidad y a garantizar los medios de vida para la
familia, su multifuncionabilidad los hace capaces de adaptarse a las fluctuaciones del
cambio climático y condiciones socioeconómica imperante en el lugar, (Rosset, 1999
y Ríos et al., 2011). Los resultados obtenidos con la aplicación del diseño de sistema
anteriormente descrito se corresponden con (Pimentel et al., 2005) por que las
producciones y sus rendimientos aumentan por unidad de área a mayor tiempo de
establecimiento del mismo. De igual manera, el sistema productivo diseñado no
pierde su objeto social que es producir alimento intensivamente y tiene concientizado
el problema del calentamiento global y como disminuir las emisiones de gases de
efecto invernadero, con la reducción del uso de insumos externos altamente
contaminantes. Ello coincide además con los resultados obtenidos por, Urquiza y
Gutiérrez (2003) y Pérez Consuegra (2007).
Teniendo en cuenta que no existe una tecnología para mantener un equilibrio entre
las entradas y salidas del sistema (muy limitada y en ocasiones nula), es prioridad
para cada una de ellas, obtener sus mejores resultados según las condiciones del
suelo, clima y tipo de explotación, siendo lo más importante lograr el uso eficiente de
todos los recursos locales y el humano como recurso fundamental (Pedraza, 2005).
Asimismo es interesante conocer la combinación adecuada de alternativas
agroecológicas aplicables a cada momento y en cada condición, lo que permite
explotar conocimientos y habilidades convenientemente y a favor de la
implementación de sistemas agroecológicos.
VtÑ•àâÄÉ F
41
3.1 Indicadores de biodiversidad
Los indicadores agroecológicos, representados en la figura 4, demostraron que los
sistemas integrados son la base agroecológica del desarrollo de medianas y
pequeñas fincas, con una alta eficiencia en el uso de los recursos internos y
externos. La diversidad de la producción, aparece representado en el índice de
Shannon, que combina el número de productos con el rendimiento de cada uno de
ellos, (Anexos 7, 8 y 9) y se halló que los valores fueron mayores cuando la
distribución de especies e individuos fue más equitativa. En este sentido se plantea
que para los ecosistemas naturales relativamente diversos puede ser entre 3 y 4
(Gliessman, 2006). El sistema evaluado alcanzó índices mayores de diversidad de la
producción por años estudiados de forma ascendente (1,8; 2,1; 2,3), lo que demostró
que la diversidad de cultivos y animales contribuye al incremento de la productividad,
la eficacia y los indicadores financieros de los sistemas integrados.
En el sistema evaluado este índice se favoreció con la inclusión de cuatro
producciones pecuarias nuevas (cunícola, ovina, producción de carne y huevos de
aves criollas) y una agrícola (cultivo de la piña). En éste subsistema prevaleció el
fortalecimiento y la mejora de los policultivos, lo que garantiza el flujo productivo en el
futuro inmediato. Estos resultados concuerdan con los obtenidos por (Funes-
Monzote, 2009), que reportó valores entre 1,7 y 2,0 en fincas integradas.
Figura 4. Indicadores de biodiversidad
VtÑ•àâÄÉ F
42
La diversidad de árboles representada en el índice de Shannon combina el número
de especies de árboles (diversidad) con el número de individuos por especies
(abundancia),valores que aparecen en los anexos 5 y 6 y que constituyen un
componente importante de los sistemas integrados tropicales. El sistema evaluado
se favoreció con la introducción de 17 nuevas especies y mostro valores
ascendentes durante los años de conversión (1,2. 1,9 y 2,1). La doble funcionalidad
de los árboles, como fuente de forraje y como cercas vivas y frutales, concuerda con
los resultados obtenidos por (Hernández et al., 2001) quienes reportaron incrementos
de las producciones de leche y carne y mejora en el bienestar animal con la
introducción de árboles en los sistemas. Se demuestra además que estos resultados
se corresponden con (Rodríguez, 2007) al lograr mejoras en la fertilidad del suelo,
por la capacidad que poseen de fijar nitrógeno y la hojarasca incrementa los niveles
de materia orgánica, al mismo tiempo aumenta la biodiversidad del ecosistema al
facilitar la nidación de muchas especies de aves y ventajas ambientales que permitan
establecer agroecosistemas productivos, sostenibles y amigables con el entorno.
Los resultados del presente trabajo indican que este indicador desempeña un papel
importante en la diversificación del sistema, y tiene un efecto positivo en su
productividad en lo que se refiere a rendimientos energéticos y proteicos y se cumple
el principio demostrado por Breman y Kessler (1995) acerca de que sus raíces
profundas bombean los nutrientes del subsuelo y contribuyen sustancialmente al
reciclaje hacia las capas superficiales. Los valores alcanzados se corresponden con
los reportados por Funes-Monzote (2009) que logro índices entre 1,5 y 1,7 en fincas
integradas. No obstante, estos resultados demostraron que su utilización como
cercas vivas perdurables y más económicas, pueden aportar alimentos de gran valor
nutritivo para el ganado y lograr la auto sostenibilidad del sistema, propiciando la
máxima recirculación de nutrientes y la protección y mantenimiento del medio
ambiente, y se concuerda con iguales resultados obtenidos por (Iglesias et al., 2007).
La riqueza de especie medida a través del índice de Margalef, que combina el
número de especies en el sistema con el número de individuos por especies (anexos
2, 3 y 4), alcanzó valores de (3,9, 6,9 y 8,8) en correspondencia con los años
estudiados, 2008, 2009 y 2010, estos valores duplicaron la cantidad de especies de
VtÑ•àâÄÉ F
43
animales y plantas comparado con el inicio del proceso de conversión,
estrechamente asociado a la diversidad de la producción. Comparando los
resultados con los obtenidos por (Funes-Monzote, 2009) que reportó índices de 9,1 y
10,4 en fincas integradas, los valores logrados en la finca La Perla están por debajo,
pero si existe un equilibrio entre el número de especies presente en el sistema
evaluado y el numero de individuos por especie y la tendencia al incremento con más
años de conversión del mismo.
Los sistemas integrados y diversificados que combinan cultivos, ganado y árboles
ofrecen considerables oportunidades para la sostenibilidad de los agro ecosistemas y
la eficiencia en el uso de los recursos internos y externos (Pretty et al., 2006; Giller et
al., 2006 y Herrero et al., 2007). Los resultados obtenidos coinciden de manera
general con los reportados en la literatura nacional e internacional en fincas
proporcionales en extensión al sistema evaluado, donde se obtuvo en el tercer año
de conversión índices con valores de 8,8; 2,3 y 2,1, en riqueza de especies,
diversidad de producción y diversidad de árboles respectivamente (tabla 4).
Tabla 4. Comportamiento de los índices de biodiversidad
Índices de
diversidad Unidad
Antes de la
conversión
Durante el proceso de conversión
2008 2009 2010 Prom.
Riqueza
de especies
Índice de
Margalef 2,1 3,9 6,9 8,8 6,5
Diversidad
de la producción
Índice de
Shannon 1,2 1,8 2,1 2,3 2,0
Diversidad
de árboles
Índice de
Shannon 0,8 1,2 1,9 2,1 1,7
Los indicadores de biodiversidad comparados con el año previo a la conversión
registraron valores superiores y se demostró que a mayor diversidad de plantas y
animales y como resultado de su interacción con el ambiente, los recursos genéticos
y el manejo, los sistemas integrados posen mayor adaptabilidad a situaciones
extremas, es decir poseen mayor resiliencia (Almekinders et al., 1995) y por
consiguiente, la sostenibilidad agroecosistèmica (Altieri, 2002; Tilman et al., 2001),
VtÑ•àâÄÉ F
44
además de desempeñar un papel importante en el reciclaje de nutrientes y sus
producciones y servicios ambientales se logran a partir del tercer año de
establecimiento (Monzote et al., 1999), esta agrodiversidad favoreció el control de
plagas a través de los cultivos perennes, como los pastos naturales y gliricidia entre
otros, que actúan como hospederos alternativos para los enemigos naturales de las
plagas agrícolas (Vandermeer et al., 1998) y de esta forma se logra la sostenibilidad
del sistema.
La integración ganadería-agricultura, permite producciones con una alta eficiencia
biológica, productiva, económica, energética y ambiental, (Funes-Monzote et al.,
2009); los resultados expuestos dan fe de la anterior afirmación, por que se producen
alimentos sanos y abundantes y se combinan con el uso racional de los insumos, lo
que propicia mayores ingresos a la finca y mejoras en el bienestar de los
trabajadores. Se demuestra además que las ventajas de los sistemas basados en la
diversidad reside fundamentalmente en que su diseño permite una integración
armónica y funcional entre sus componentes y que con una mayor proporción de
tierra dedicada a cultivos, se obtienen valores más altos en los índices de
agrodiversidad: Riqueza de especie, diversidad de producción y diversidad de
árboles.
3.2 Indicadores de productividad
La diversidad de las producciones (figura 5), mostró valores positivos en cuanto a la
cantidad producida por años, en el subsistema pecuario, que se incrementó en 37,8 t
en el 2010 con relación al 2008, con la introducción de nuevas especies (ovina,
cunícola y avícola) y se cumplió con los indicadores de eficiencia productiva y en el
subsistema agrícola en el año 2009 descendió por razones de la demolición
necesaria de los cultivos que presentaban bajos rendimientos y problemas
organizativos, propios de la instauración del proceso de conversión en el sistema
(anexos 10, 11 y 12).
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45
0
10
20
30
40
50
60
70
80
90
2008 2009 2010
Producción agrícola (t) Producción pecuaria (t) Producción industrial (t)
Figura 5. Producciones totales por subsistema
El 2010 marcó el ascenso productivo en la agricultura, con un aumento de 15,6 t en
volúmenes de producción con relación al 2009 y demostró la efectividad de la
diversidad en el aumento de las producciones que se obtienen en el sistema agro
diversificado. Estos resultados concuerdan con los obtenidos por (Funes-Monzote,
2009; Pimentel et al., 2005 y Ríos, 2006), ya que se logró mayor productividad por
unidad de área cultivable y área total del sistema a mayor tiempo de conversión del
proceso; ello demostró que la finca La Perla puede completar su plenitud en los
rendimientos alrededor de los cuatro o cinco años de conversión (2011-2012), como
se muestra en la figura 6, y en el anexo 13.
Figura 6. Rendimiento agrícola del sistema
VtÑ•àâÄÉ F
46
En correspondencia con el aumento de la agro biodiversidad se eleva la
autosuficiencia alimentaría, lo que se manifiesta en una mayor producción de energía
y proteína del sistema; estos resultados confirman el potencial que tienen los
sistemas integrados ganadería agricultura para enfrentar las limitaciones productivas
de las regiones tropicales (Funes et al., 2001) y las urgentes limitaciones
ambientales, económicas y sociales actuales del desarrollo agrícola sostenible, ya
que aumenta la agro diversidad y proporciona importantes servicios ambientales
aumentando la productividad de los sistemas (Vandermeer et al., 1998 y Tilman et
al., 2001), por lo que queda demostrado que la integración de cultivos y ganadería
dentro de los sistemas de producción diversificados para crear sistemas integrados
de producción es una de las alternativas para reforzar el modelo alternativo cubano
con un enfoque más poderoso, tanto sistémico como ecológico.
La productividad del sistema en términos de salida energética y proteica,
componente fundamental de la nutrición humana, se observa en la tabla 5.
Tabla 5. Salidas energéticas y proteicas del sistema
Subsistemas UM 2008 2009 2010 Suma Media Est.de la producción,
± DE
Salid
as
ener
gétic
as Agrícola GJ 207,8 158,2 224,7 590,7 196,9 20,7 45,6
Ganadero GJ 512,3 613,7 1 084,8 2210,7 736,9 77,4 305,5Industrial GJ 30,7 21,9 1,4 54,0 18,0 1,9 - Total GJ 750,8 793,9 1310,9 2855,6 951,8 100,0 267,5
Salid
as
prot
eica
s Agrícola t 15,8 6,6 19,8 42,2 14,0 15,0 7,9 Ganadero t 58,9 73,8 106,5 239,2 79,7 84,8 24,3 Industrial t 0,4 0,3 0,008 0,7 0,2 0,2 - Total t 75,1 80,7 126,3 282,1 94,0 100,0 22,4
Estos valores totales producidos, aumentaron en el 2010 con relación al 2008 en los
dos indicadores analizados a pesar, que el subsistema agrícola en el 2009
disminuyó por razones antes expuestas; el subsistema ganadero cubrió su déficit y
aumentó en sentido general, las salidas del sistema que llevados a valores de
rendimiento (figura 7, anexo14) por unidad de área mostraron ascenso a medida que
aumentaron los años de estudio 23,6; 24,9 y 41,2 GJ/ha/año y 2,4; 2,5 y 4,0 t/ha/año,
influenciado fundamentalmente por el subsistema ganadero que representó 77,4%
del total producido en energía y 84,8% en proteína. Estos resultados concuerdan con
VtÑ•àâÄÉ F
47
los reportados por Funes-Monzote (2009), de 27,1 GJ/ha/año en fincas con un 50%
de integración de cultivos en salidas energéticas y valores de salidas proteicas de 0,2
t/ha como valor promedio durante seis años de estudio; en el sistema evaluado las
salidas proteicas fueron superiores debido a la cría intensiva, en el subsistema
ganadero, de especies de ciclo corto de explotación que proporciona volúmenes
superiores en tiempo, en cuanto a cantidades producida. Estos resultados fueron
superiores, comparados con los datos de este mismo autor en fincas con extensión
proporcional a la del presente estudio y a tres años de conversión, donde logró
valores de 11 GJ/ha/año y 90 kg/ha/año de salidas energéticas y proteicas
respectivamente
Figura 7. Rendimientos proteicos y energéticos por unidad de área
El rendimiento por unidad de área, (figura 7), se comportó favorablemente con
relación a los años de estudio, tanto en proteína como energía, dando muestra de la
veracidad del funcionamiento integral del sistema y la capacidad que tienen sus
componentes de capturar y convertir los recursos naturales disponibles (energía,
agua, nutrientes y diversidad genética) en biomasa de animales y plantas; ello ofreció
una respuesta positiva e inmediata, del sistema a la diversificación y al mayor uso de
los recursos internos, unido a la eficiencia en la conversión de la energía solar en
productos agrícolas y ganaderos (Spedding, 1988).
3.3 Índice de utilización de la tierra
El IUT, es un indicador que nos permite demostrar que a mayor proporción de
cultivos, se incrementa la productividad y las salidas energéticas y proteicas del
VtÑ•àâÄÉ F
48
sistema; al aplicar nuevas prácticas de manejo, disminuye la cantidad de entrada
energética por unidad de producto final y se optimiza el uso de los recursos naturales
disponibles (nutrientes, agua y energía). El bajo IUT (42, 41 y 44%, en el 2008, 2009
y 2010) en el sistema evaluado, que se observa en la figura 9, responde a los bajos
rendimientos de los cultivos, principalmente el plátano, las demoliciones de cultivos
total o parcialmente que ocupaban áreas sin resultados productivos y los problemas
agro técnicos por la utilización incorrecta o no utilización de nutrientes y recursos
naturales disponibles que propician el aumento de insumos externos. Durante el
segundo año de estudio del sistema, se fortaleció la integración de cultivos, en mayor
cuantía los frutales y forestales con la finalidad de cubrir toda el área disponible,
obteniendo la finca su potencial necesario para los años cuatro o cinco del proceso
de conversión. Estos resultados son a fin a los obtenidos por (Funes-Monzote, 2009)
que aplicó prácticas agrícolas de agro diversidad y demostró un uso equivalente de
la tierra más alto en policultivos que lo esperado en monocultivo.
Figura 8. Índice de utilización de la tierra
Los resultados en el sistema evaluado, demostraron que la introducción de
policultivos permite una mejor utilización de la tierra, ya que esta producción
heterogenia es y será superior a medida que se logre la estabilidad final en el
proceso de conversión de la finca, y se continúe fortaleciendo el sistema con
VtÑ•àâÄÉ F
49
estratégicas prácticas de manejo y tomando como referencia los resultados
obtenidos por (Pérez Consuegra, 2004 y Casanova et al., 2001).
Al comparar el IUT en el 2010 con el del 2009, periodo máximo de establecimiento
de los policultivos en el sistema, se halló un mejor aprovechamiento de la tierra, lo
que coincide con lo informado por (Rosset, 2005), que demostró que cuando se
cultiva un solo producto se puede obtener gran cantidad de cosecha de este
producto, pero no se ésta usando el espacio ecológico tierra-agua en forma eficiente,
los surcos del cultivo tienen suelo libre entre ellos, que pueden ser invadidos y
aprovechado por varias especies del ecosistema (malezas); por el contrario cuando
se intercalan cultivos, todo el espacio del nicho ecológico esta produciendo algo útil
en vez de requerir mayor inversión en mano de obra, dinero o herbicidas. Es decir
podría parecer que la utilización del monocultivo es más productiva por unidad de
área, pero en el policultivo, se consideran otros cinco, seis, diez o doce productos
que conllevan a una producción agrícola total mucho más grande por unidad de área
y analizada como un sistema, la integración de cultivos con la crianza de animales, el
uso de estiércol animal como fertilizante y el uso de residuos agrícolas en la
alimentación animal propician más sostenibilidad al mismo.
La agrodiversidad temporal (años de conversión) y espacial (diseño de la finca),
descrita por (Funes-Monzote, 2009), sirve de base para comparar el aumento de la
productividad de la tierra obtenida en el sistema, con el uso de prácticas comunes
como la diversificación de sus producciones, el empleo de residuos de cosecha
para la alimentación animal, y el uso intensivo de abonos en áreas de cultivos y
forrajes, que propicio un uso eficiente de los insumos energéticos y por ende, una
forma de intensificar la producción agrícola mediante un uso más eficiente de los
factores de crecimiento, del espacio y el tiempo.
3.4 Relación insumo-productividad del sistema
Tomando como base la diversificación de sus producciones, unido a la alta fertilidad
base de los suelos, los sistemas agrícolas responden positivamente y hacen mejor
uso de los recursos que disponen, convirtiendo con eficiencia la energía solar en
productos agrícolas (Spedding,1988), los resultados obtenidos muestran una
VtÑ•àâÄÉ F
50
reducción de los insumos en 1,81 TJ con relación al año 2009, (anexos 16, 17 y 18),
año que marcó el despegar de la producción agrícola y se eleva la productividad en
2,21 t/ha/año, por lo que se demostró que se necesita como vía optima de
funcionamiento de los sistemas agrodiversificado, la disminución de los insumos y el
aumento de la productividad de los mismos (figura 9).
Figura 9. Comportamiento de la productividad y los insumos/año
Teniendo en cuenta el enfoque de sistema con el cual se trabajo, donde sus
componentes estaban relacionados entre sí y actuaban como un todo para la
obtención de un objetivo determinado, la eficiencia en la utilización de estos insumos,
constituye el objetivo fundamental para el desarrollo de los sistemas agro
diversificados. En este estudio se concentraron en mayor cuantía en la compra de
alimento animal (concentrado), necesidad imperiosa del sistema por la cría intensiva
de cerdos y aves, por lo que el objetivo principal fue alcanzar altos niveles de
producción con la menor cantidad de insumos posibles para el desarrollo alternativo
que necesita el país. Estrategias de sustitución de insumos reconocen los positivos
resultados de éstos enfoques para la autosuficiencia alimentaría y el medioambiente.
Sin embargo éstos enfoques necesitan evolucionar si se desea alcanzar un nivel
superior de sostenibilidad agrícola (Wright, 2005).
La eficiencia energética en los sistemas de producción agropecuarios tienen bases
biológicas diferentes (Spedding, 1988), pero los resultados del presente trabajo
indican que empleando sistemas agro diversificados se aumentan los rendimientos
agrícolas y pecuario, se utilizan con mayor eficiencia los recursos internos y externos
VtÑ•àâÄÉ F
51
que se disponen y se logra una estabilidad agroecológica del sistema, lo que
concuerda con el análisis descritos por (Pedraza, 2005), logrado, además, con una
utilización eficiente de los recursos naturales que se disponen.
En las fincas agroecológicas donde se integran y diversifica las producciones
agrícolas y pecuarias, se hace un mejor manejo de los recursos, se logra un mayor
rendimiento en la producción de alimentos de origen animal y vegetal por unidad de
área y aumenta la eficiencia del sistema, los resultados obtenidos demuestran que
los sistemas integrados y diversificados, ofrecen considerables oportunidades para
lograr la intensificación sostenibles de los agroecosistema y la eficiencia en el uso
de los recursos, a fin a los resultados reportados por (Pretty, et al., 2006; Giller et al.,
2006; Herrero et al., 2007).
Los volúmenes de producción más altos se obtuvieron a partir del tercer año de
implementar el uso de prácticas agroecológicas en el sistema, lo que coincide con lo
informado por (González y Rivera, 2004), que obtuvieron los volúmenes de
producción más altos a partir del tercer o cuarto año de implementar el uso de estas
prácticas en renglones pecuarios y agrícolas respectivamente, además de proteger,
conservar y rescatar las especies de animales de la finca que contribuyen al
equilibrio biológico del ecosistema.
3.5 Manejo integrado de la nutrición
La utilización de materia orgánica, aumentó en correspondencia con los años (3,8
t/ha/año en 2010 con relación a 1,2 t/ha/año en el 2008), como se observa en la tabla
7. Con los resultados obtenidos se demuestra que es posible eliminar los fertilizantes
químicos y aumentar la capacidad de utilización de fertilizantes orgánicos (compost,
microorganismos eficientes, lombricultura) las buenas prácticas de manejo y de
recuperación de los suelos, como la siembra de árboles, leguminosas, arbustos y
abonos verdes se utilizan con gran efectividad para mantener e incluso incrementar
la disponibilidad de materia orgánica; mejorar la fertilidad del suelo y elevar la calidad
del alimento animal. Se corresponden estos resultados a los reportados por (Lal,
2005), con la aplicación entre 4 y 6 t/ha de compost y vermicompost que
favorecieron el contenido de materia orgánica de los suelos.
VtÑ•àâÄÉ F
52
Tabla 7.Comportamiento del uso de materia orgánica
Años de estudio Cantidad total de residuos
orgánicos producidos (t)
Materia orgánica
aplicada (t/ha)
2008 30 1,2
2009 78 3,1
2010 96 3,8
Los aportes se realizan al suelo fundamentalmente “in situ” con práctica de arrope,
utilizando desperdicios de cosecha, residuos de alimentación ganadera y hojas secas
y yaguas de las palmas; la finca cuenta con un cantero para obtener compost que
aporta 5 m3 de producto/ciclo, y las aves criollas fertilizan directamente la arboleda
de la que forman parte. Además estas especies usadas estratégicamente mejoran la
fertilidad del mismo y elevan la calidad del alimento animal, pudiendo ser de 3,9
t/ha/año de acuerdo con (Funes-Monzote, 2009; Lal, 2005).
La optimización del uso del estiércol animal es un objetivo importante en la gestión
de nutrientes en los sistemas integrados ganadería-agricultura, especialmente si el
objetivo final es la correcta utilización de los recursos que se disponen, en el
presente estudio se demostró que los sistemas diversificados e integrados hacen
mayor énfasis en la optima utilización de los recursos locales disponibles; un ejemplo
de ello es la cría de conejo, debido a que las excretas poseen entre 65 y 80% de
materia orgánica , altas concentraciones de nitrógeno, calcio, fósforo, potasio y su pH
es de 7,0, lo que posibilita el uso de este sustrato en la cría de lombriz y representa
una vía valiosa para restituir nutrientes a la tierra y además, una fuente importante de
proteína en la alimentación de las aves (González, 2010).
Integrando los resultados de los indicadores medido en el presente trabajo se
corresponden con (Funes-Monzote et al., 2009) al reconocer la capacidad que tienen
los sistemas integrados, diversificados de obtener producciones con alta eficiencia
biológica, productiva, económica, energética y ambiental, al mismo tiempo garantizan
la conservación y correcta utilización de recursos naturales, reduce la contaminación
ambiental, evita la degradación de los suelos y suministra alimentos sanos y
abundantes para la población.
VÉÇvÄâá|ÉÇxá
53
CONCLUSIONES
• Durante el proceso de conversión agroecológica se observó un incremento de los
indicadores de diversidad evaluados a nivel del sistema, a partir del incremento de
especies animales y vegetales, así como el número de individuos por especie y de
los productos alimentarios.
• El comportamiento en la diversidad contribuyó al incremento del volumen total de
la producción en términos de energía y proteína para el consumo humano
entregada por el sistema y a su incremento sostenible.
• La integración en el manejo agrícola y ganadero a partir de un efectivo diseño
espacial y temporal de estrategias diversificadas agroecológicas, ofrece
oportunidades para un mejor aprovechamiento de los recursos disponibles
(nutrientes, diversidad genética, agua, energía y fuerza de trabajo) e incrementará
el Índice de Utilización de la Tierra, aún bajo en el estadio de conversión evaluado.
• El estudio realizado confirma no solo el potencial de los sistemas diversificados e
integrados para lograr altos niveles de productividad y eficiencia en el uso de los
recursos disponibles en términos de alimento producido, sino que es una prueba
de la contribución de estos sistemas en términos de seguridad alimentaria con
mayor sostenibilidad y resiliencia a factores externos.
• Se valida la metodología utilizada para el estudio objeto de la tesis y se propone
como referencia en el manejo eficiente de agroecosistemas integrados.
exvÉÅxÇwtv|ÉÇxá
54
RECOMENDACIONES
• Continuar evaluando a más largo plazo los resultados de la conversión iniciada, a
través de los indicadores definidos y otros que incorporen la interpretación del uso
sostenible de los recursos disponibles.
• Continuar la estrategia de minimizar, tanto como sea posible, el uso de insumos
externos (especialmente concentrados) a partir del incremento de producciones de
forrajes energéticos y proteicos, así como granos para la alimentación animal.
• Incorporar la metodología de evaluación y monitoreo del proceso de conversión
agroecológica a otras fincas y empresas agropecuarias del país para cumplir con
los propósitos productivos, a la vez que se logran objetivos ambientales e
incremento de la sostenibilidad de los sistemas agropecuarios.
exyxÜxÇv|tá u|uÄ|ÉzÜöy|vtá
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ANEXOS
Anexo 1. Especies frutales y forestales presentes en la finca La Perla (2010).
No. Nombre común Nombre científico 1. Aguacate Persea americana 2. Algarrobo Albizia lebbeck 3. Almácigo Bursera simaruba 4. Almendra Terminalia catappa 5. Anón Annona squamosa 6. Bien vestido Gliricidia sepium 7. Café Coffea arabica 8. Calabaza Curcubita moschata 9. Cedro Cedrela odorata 10. Ceiba Ceiba pentandra 11. Cereza Malphighia punicifolia 12. Chirimoya Annona reticulata 13. Ciruela Spondias purpurea 14. Coco Cocos nucifera 15. Granada Púnica granatum 16. Guanábana Annona muricata 17. Guayaba Psidium guajaba 18. Lengua de mujer Albizzia falcataria 19. Lima persa Citrus latifolia 20. Majagua Talipariti elatus 21. Mamey colorado Pouteria sapota 22. Mamey Santo Domingo Mammea americana 23. Mamoncillo Melicoccus bijugatus 24. Mandarina Citrus reticulata 25. Mango Manguifera indica 26. Marañón Anacardium occidentale 27. Naranja agria Citrus aurantium 28. Níspero Eriobotrya japonica 29. Nuez Juglans nigra 30. Ocuje Calophyllum brasiliense 31. Pera Syzigium malaccense 32. Piña Ananas comosus 33. Plátano fruta Musa paradisiaca 34. Tamarindo Tamarindus indica 35. Toronja Citrus paradisis 36. Palma real Roystonea regia 37. Palma Cana Sabal sp 38. Yagruma Cecropia peltata
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Anexo 2. Calculo de índice riqueza de especies productivas, finca La Perla (2008). Riqueza de especies productivas
Finca La Perla (2008)
s IM=s-1/lnN N total
1 21 3,87 24526Especie No. individuos Especie No. individuos Aguacate 700 Mandarina 2 Algarrobo 5 Mango 150 Almácigo 50 Naranja agria 6 Ceiba 1 Níspero 1 Ciruela 2 Nuez 1 Coco 12 Palma cana 24 Gliricidia 200 Palma real 1 340 Guayaba 3 500 Patos 7 951 Mamey colorado 14 Mamey Santo Domingo 1 Total 24 526 Anexo 3. Cálculo de índice riqueza de especies productivas, Finca La Perla (2009). Riqueza de especies productivas
Finca La Perla (2009)
s IM=s-1/lnN N total
32 6,85 33351Especie No. individuos Especie No. individuos Albizia 120 Mango 650 Aguacate 740 Naranja agria 6 Algarrobo 5 Níspero 1 Almácigo 50 Nuez 1 Aves criollas 1 014 Ocuje 50 Cedro 100 Ovino 20 Ceiba 2 Palma cana 24 Ciruela 17 Palma real 1 385 Coco 12 Patos 13 085 Conejos 8 Piña 2 000 Limón 400 Plátano 10 000 Gliricidia 250 Porcino 477 Guayaba 4 000 Tamarindo 45 Majagua 40 Toronja 20 Mamey colorado 14 Yagruma 14 Mamey Santo Domingo 1 Mandarina 22 Total 33 351
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Anexo 4. Calculo de índice riqueza de especies productivas, Finca La Perla (2010). Riqueza de especies productivas
Finca La Perla (2010)
s IM=s-1/lnN N total
41 8,81 34879Especie No. individuos Especie No. individuos Albizias 120 Mandarina 22 Aguacate 740 Mango 650 Algarrobo 5 Marañón 10 Almácigo 50 Naranja agria 6 Almendra 3 Níspero 1 Anón, 20 Nuez 1 Aves criollas 1000 Ocuje 50 Café 20 Ovino 20 Cedro 1000 Palma cana 1385 Ceiba 2 Palma real 24 Ciruela 17 Patos 15878 Coco 12 Pera 38 Conejos 35 Piña 2000 Chirimoya 60 Plátano 10000 Limón 400 Porcino 552 Gliricidia 250 Tamarindo 45 Granada 2 Toronja 20 Guanábana 35 Yagruma 14 Guayaba 4000 Majagua 40 Mamey colorado 14 Mamey Santo Domingo 1 Mamoncillo 1 Total 33 351
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Anexo 5. Calculo del índice de diversidad de árboles finca La Perla (2008 y 2009).
2008 2009 Pi pi/P ln(pi/P) pi/P*ln(piP) pi pi/P ln(pi/P) pi/P*ln(piP)
Albicias 120 0,012 -4,4197 -0,0532
Aguacate 700 0,1162 -2,1523 -0,2501 740 0,0742 -2,6006 -0,1930
Algarrobo 5 0,0008 -7,0939 -0,0059 5 0,0005 -7,5978 -0,0038
Almácigo 50 0,0083 -4,7913 -0,0398 50 0,005 -5,2952 -0,0266
Cedro 100 0,01 -4,6021 -0,0462
Ceiba 1 0,0002 -8,7033 -0,0014 2 0,0002 -8,5141 -0,0017
Ciruela 2 0,0003 -8,0102 -0,0027 17 0,0017 -6,3740 -0,0109
Coco 12 0,0020 -6,2184 -0,0124 12 0,0012 -6,7223 -0,0081
Limón 400 0,0401 -3,2158 -0,1290
Gliricidia 200 0,0332 -3,4050 -0,1131 250 0,0251 -3,6858 -0,0924
Guayaba 3 500 0,5811 -0,5428 -0,3154 4 000 0,4012 -0,9132 -0,3664
Majagua 40 0,004 -5,5184 -0,0221
Mamey colorado 14 0,0023 -6,0643 -0,0141 14 0,0014 -6,5682 -0,0092
Mamey Santo Domingo
1 0,0002 -8,7033 -0,0014 1 0,0001 -9,2072 -0,0009
Mandarina 2 0,0003 -8,0102 -0,0027 22 0,0022 -6,1162 -0,0135
Mango 150 0,0249 -3,6927 -0,0920 650 0,0652 -2,7303 -0,1780
Naranja agria 6 0,0010 -6,9116 -0,0069 6 0,0006 -7,4155 -0,0045
Níspero 1 0,0002 -8,7033 -0,0014 1 0,0001 -9,2072 -0,0009
Nuez 1 0,0002 -8,7033 -0,0014 1 0,0001 -9,2072 -0,0009
Ocuje 50 0,005 -5,2952 -0,0266
Palma cana 24 0,0040 -5,5253 -0,0220 24 0,0024 -6,0292 -0,0145
Palma real 1 340 0,2225 -1,5029 -0,3344 1 385 0,1389 -1,9738 -0,2742
Piña 2 000 0,2006 -1,6063 -0,3223
Tamarindo 45 0,0045 -5,4006 -0,0244
Toronja 20 0,002 -6,2115 -0,0125
Yagruma 14 0,0023 -6,0643 -0,0141 14 0,0014 -6,5682 -0,0092
Arboles totales (P) 6 023 9 969 Arboles/ha 194 322
Índice de biodiversidad 1,23 1,85
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Anexo 6. Calculo del índice de diversidad de árboles finca La Perla (2010).
pi pi/P ln(pi/P) pi/P*ln(piP)Albizia 120 0,012 -4,4197 -0,0532Aguacate 740 0,0742 -2,6006 -0,1930Algarrobo 5 0,0005 -7,5978 -0,0038Almácigo 50 0,005 -5,2952 -0,0266Almendra 3 3E-04 -8.109 0.0024Anón 20 0.002 -6.2120 -0.0017Café 20 0.002 -6.2120 -0.0124Cedro 1 000 0,1003 -2,2995 -0,2307Ceiba 2 0,0002 -8,5141 -0,0017Ciruela 17 0,0017 -6,3740 -0,0109Coco 12 0,0012 -6,7223 -0,0081Chirimoya 60 0.006 -5.1130 -0.0307Gliricidia 250 0,0251 -3,6858 -0,0924Granada 2 2E-04 -8.5140 -0.0017Guanábana 35 0.004 -5.6520 -0.0198Guayaba 4 000 0,4012 -0,9132 -0,3664Limón 400 0,0401 -3,2158 -0,1290Majagua 40 0,004 -5,5184 -0,0221Mamey colorado 14 0,0014 -6,5682 -0,0092Mamey Santo Domingo 1 0,0001 -9,2072 -0,0009Mamoncillo 1 1E-04 -9.2070 0.0009Mandarina 22 0,0022 -6,1162 -0,0135Mango 650 0,0652 -2,7303 -0,1780Marañon 10 0,001 -6,9047 -0,0069Naranja agria 6 0,0006 -7,4155 -0,0045Níspero 1 0,0001 -9,2072 -0,0009Nuez 1 0,0001 -9,2072 -0,0009Ocuje 50 0,005 -5,2952 -0,0266Palma cana 24 0,0024 -6,0292 -0,0145Palma real 1 385 0,1389 -1,9738 -0,2742Pera 38 0,0038 -5,5696 -0,0212Piña 2 000 0,2006 -1,6063 -0,3223Tamarindo 45 0,0045 -5,4006 -0,0244Toronja 20 0,002 -6,2115 -0,0125Yagruma 14 0,0014 -6,5682 -0,0092Árboles totales (P) 10940Árboles/ha 353Índice de biodiversidad 2,07
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70
Anexo 7. Calculo del índice de diversidad de producción año 2008 (Shannon). Producto pi pi/P ln(pi) pi/P*ln(pi) Aguacate 805,0 0,01 -4,69 -0,04 Barras de guayaba 1 600,0 0,02 -4,01 -0,07 Calabaza 992,7 0,01 -4,48 -0,05 Calabaza China 1 041,9 0,01 -4,43 -0,05 Carne de cerdo 25 338,0 0,29 -1,24 -0,36 Carne de pato 13 640,2 0,16 -1,86 -0,29 Guayaba 8 742,3 0,10 -2,31 -0,23 Mango 460,0 0,01 -5,25 -0,03 Palmiche 5 060,0 0,06 -2,85 -0,16 Plátano burro 27 434,4 0,31 -1,16 -0,36 Plátano fruta 2 455,9 0,03 -3,58 -0,10 Vísceras de cerdo 284,3 0,00 -5,73 -0,02
P 87 854,7 1,77 Anexo 8. Cálculo del índice de diversidad de producción año 2009 (Shannon). Producto pi pi/P ln(pi) pi/P*ln(pi) Aguacate 92,0 0,00 -6,84 -0,01 Ají pimiento 598,0 0,01 -4,97 -0,03 Barras de guayaba 983,5 0,01 -4,47 -0,05 Carne de gallina criolla 377,0 0,00 -5,43 -0,02 Carne de cerdo 31 700,8 0,37 -1,00 -0,37 Carne de pato 14 722,4 0,17 -1,77 -0,30 Coco 184,0 0,00 -6,15 -0,01 Calabaza 1 380,0 0,02 -4,14 -0,07 Guayaba 7 473,2 0,09 -2,45 -0,21 Huevos criollos 1 299,5 0,02 -4,20 -0,06 Leña 48 576,0 0,56 -0,57 -0,32 Mamey colorado 344,1 0,00 -5,52 -0,02 Mango 2 636,7 0,03 -3,49 -0,11 Mermelada de guayaba 159,0 0,00 -6,30 -0,01 Palmiche 644,0 0,01 -4,90 -0,04 Plátano burro 22 397,4 0,26 -1,35 -0,35 Plátano fruta 1 474,8 0,02 -4,07 -0,07 Vísceras de cerdo 518,9 0,01 -5,11 -0,03
P 133 742,8 2,09
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Anexo 9. Cálculo del índice de diversidad de producción año 2010 (Shannon). Producto pi pi/P ln(pi) pi/P*ln(pi) Aguacate 2 266,0 0,03 -3,64 -0,10 Carne de Aves criolla 694,3 0,01 -4,82 -0,04 Carne de cerdo 27 999,5 0,32 -1,13 -0,37 Carne de conejo 38,0 0,00 -7,73 0,00 Carne ovina 362,0 0,00 -5,47 -0,02 Carne de pato 42 909,8 0,50 -0,70 -0,35 Coco 184,0 0,00 -6,15 -0,01 Dulce de calabaza china 86,0 0,00 -6,91 -0,01 Guayaba 13 083,3 0,15 -1,89 -0,29 Huevos criollos 2 394,6 0,03 -3,58 -0,10 Leña 6 624,0 0,08 -2,57 -0,20 Mamey colorado 396,1 0,00 -5,38 -0,02 Mango 427,8 0,00 -5,31 -0,03 Palmiche 6 200,0 0,07 -2,63 -0,19 Piña 1 383,2 0,02 -4,13 -0,07 Plátano burro 24 568,1 0,28 -1,26 -0,36 Plátano fruta 1 921,0 0,02 -3,80 -0,08 Vísceras 2 802,2 0,03 -3,43 -0,11
P 134 339,9 2,34 Anexo 10. Total de producciones pecuarias, agrícolas y salidas energéticas y proteicas del
sistema (2008) Producto Producción
total (Kg.)Valor calórico
(MJ/Kg.)Valor proteico, %PB (g/100g)
Producción de energía (GJ)
Producción de proteína (kg)
Aguacate 805,0 5,0 0,2 4, 0250 177,1Calabaza 992,7 0,8 0,1 0,7941 89,3China 1 041,9 1,1 0,1 1, 1461 104,2Guayaba 8 742,3 2,9 0,3 25, 3527 2 273,0Mango 460,0 2,7 0,1 1, 2420 23,0Palmiche 5 060,0 5,2 1,9 26, 2897 9 361,0Plátano burro 27 434,4 5,1 0,1 139, 9154 3 566,5Plátano fruta 2 455,9 3,7 0,1 9, 0870 270,2Subtotal 46 992,2 207, 8521 15 864,3Carne de cerdo 25 338,0 11,0 1,7 27 8,7180 42 821,2Vísceras de pato 13 640,2 16,9 1,2 23 0,5192 15 686,2Cerdo 284,3 11,0 1,7 3,1273 480,5Subtotal 39 262,5 512, 3645 58 987,9Barras guayaba 1 600,0 19,2 0,3 30 ,7856 416,0Subtotal 1 600,0 30 ,7856 416,0Total 87 854,7 751, 0022 75 268,2
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Anexo 11. Total de producciones pecuarias, agrícolas y salidas energéticas y proteicas del sistema (2009).
Producto Producción total (kg)
Valor caló-rico (MJ/kg)
Valor proteico, %PB (g/100g)
Producción de energía (GJ)
Producción de proteína (kg)
Aguacate 92,0 5,0 0,22 0,4600 20,2Ají pimiento 598,0 0,8 0,09 0,4784 53,8Calabaza 1 380,0 1,1 0,1 1,518 138,0Guayaba 184,0 14,8 0,33 2, 7232 60,7Mango 7 473,2 2,9 0,26 21, 6722 1 943,0Mamey 2 636,7 2,7 0,05 7, 1191 131,8Palmiche 344,1 3,6 0,17 1, 2387 58,5Plátano burro 644,0 5,2 1,85 3, 3460 1 191,4Plátano fruta 22 397,4 5,1 0,13 114, 2267 2 911,7Subtotal 37 224,1 158, 2389 6 671,4Carne cerdo 31 700,1 11,0 1,69 348, 7008 53573,1Carne pato 14 722,4 16,9 1,15 248, 8091 16 930,8Carne gallina 377,0 7,2 2,09 2,7144 787,9Huevos 44 g 1 299,54 6,0 1,26 7,7972 1637,4Vísceras cerdo 518,92 11,0 1,69 5,7081 877,0Subtotal 48 617,965 613 ,7297 73 806,3Barras guayaba 983,5 19,2 0,30 18 ,9235 255,7Mermelada de guayaba 159,0 19,2 0,30 3, 0593 41,3Subtotal 1 142,5 21 ,9828 297,1Total 86 984,5 793, 9514 80 774,7
Anexo 12. Total de producciones pecuarias, agrícolas y salidas energéticas y proteicas del
sistema (2010).
Producto Producción total (kg)
Valor caló-rico (MJ/kg)
Valor proteico, %PB (g/100g)
Producción de energía (GJ)
Producción de proteína (kg)
Aguacate 2 266,0 5,0 0,22 11, 3298 498,5Calabaza 2 392,0 1,1 0,10 2, 6312 239,2Coco 184,0 14,8 0,33 2, 7232 60,7Guayaba 13 083,3 2,9 0,26 37, 9416 3401,7Mango 427,8 2,7 0,05 1 ,1551 21,4Mamey colorado 396,1 3,6 0,17 1, 4258 67,3Piña 1 383,2 2,1 0,50 2, 9048 691,6Palmiche 6 199,9 5,2 1,85 32, 2121 11469,8Plátano burro 24 568,1 5,1 0,13 125 ,2975 3193,9Plátano fruta 1 921,0 3,7 0,11 7, 1076 211,3Subtotal 52 821,3 224 ,7286 19855,4Carne de cerdo 27 999,5 11,0 1,69 307 ,9945 47 319,2Carne de pato 42 909,8 16,9 1,15 725 ,1756 49 346,3Carne de gallina 649,3 7,2 2,09 4, 6749 1 357,0Carne de ovino 362,0 4,0 1,67 1, 4480 604,5Carne de conejo 38,0 5,7 2,01 0,2166 76,4Huevos (44 g) 2 394,6 6,0 1,26 14 ,3677 3 017,2Vísceras cerdo 2 802,2 11,0 1,69 30,8242 4 735,7Subtotal 77 155,40 1 084 ,7015 106 456,3Dulce calabaza China 86,0 17,4 0,10 1,4999 8,6Subtotal 86,0 1,4999 8,6Total 130 107,9 173,8 16,89 1 310 ,9300 126 320,3
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Anexo 13. Rendimiento productivo de la finca La Perla (2008-2010).
Año Producciones agrícolas y
pecuarias (kg) Área total
(ha) Área cultivable
(ha) Rendimiento
(área total), t/ha Rendimiento (área
cultivable) t/ha 2008 87 854,0 31,8 11,5 2,8 7,7 2009 86 984,5 31,8 12,5 2,7 6,9 2010 130 107,9 31,8 13,1 4,1 9,9
Anexo 14. Rendimientos proteicos y energéticos de la finca La Perla (2008-2010). Año Salidas
energéticas (GJ) Salidas proteicas (t)
Área total (ha)
Rendimiento energético GJ/ha
Rendimiento proteico t/ha
2008 751,0 75,3 31,79 23,62 2,36 2009 793,9 80,8 31,79 24,97 2,54 2010 1 310,93 126.3 31,79 41,23 3,97
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Anexo 15. Índice de utilización de la tierra finca La Perla (2008- 2010). Producto Ymi Ypi Ypi/ YmiAño 2008
Aguacate 152,70 0,8 0,005Calabaza 122,16 1,0 0,008Calabaza china 122,16 1,0 0,009Guayaba 61,08 8,7 0,143Mango 122,16 0,5 0,004Palmiche 61,08 5,1 0,083Plátano burro 173,06 27,4 0,159Plátano fruta 173,06 2,5 0,014Índice de utilización de la tierra año 2008 0,42Aguacate 168,45 0,8 0,005Calabaza 134,76 1,4 0,010Guayaba 67,38 7,5 0,111Mango 134,76 2,6 0,020Palmiche 67,38 5,7 0,084Plátano burro 190,91 22,4 0,117Plátano fruta 190,91 1,5 0,008Coco 44,92 0,2 0,004Mamey colorado 134,76 0,3 0,003Ají pimiento 11,23 0,6 0,053 Índice de utilización de la tierra año 2009 0,41Aguacate 177,45 2,3 0,011Calabaza 134,76 2,4 0,010Guayaba 70,98 13,0 0,184Mango 141,96 0,4 0,003Palmiche 70,98 6,2 0,087Plátano burro 201,11 24,5 0,109Plátano fruta 201,11 1,9 0,008Coco 47,32 0,2 0,004Mamey colorado 141,96 0,4 0,003Piña 47,32 1,4 0,029Índice de utilización de la tierra año 2010 0,44Pi rendimiento del cultivo i en poli cultivo (t/ha); Mi rendimiento del cultivo i en monocultivo (t/ha)
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Anexo 16. Total de insumos energéticos del sistema (2008).
Tipo de insumos UM Cantidad total
Equivalencia calórica(MJ/u)
Equivalencia proteica, (g/100g)
Gasto calórico (GJ)
Combustible diesel l 6 738,0 38,7 260,8Gasolina motor l 90,0 34,1 3,0Lubricantes kg. 108,0 34,0 3,7 Trabajo humano h 31 360,0 1,0 31,4Trabajo animal h 15 680,0 7,6 118,4Pienso porcino lactación kg. 32 651,0 14,2 1,8 464,6Pienso porcino iniciar kg. 17 383,0 14,4 2,1 250,1Pienso porcino crecimiento kg. 74 203,0 14,4 1,8 1 068,5Pienso porcino único kg. 4 513,0 28,4 1,3 128,3Pienso porcino ceba kg. 140 953,0 14,2 1,3 2 001,5Pienso porcino gestación kg. 217,0 14,2 1,2 3,1Materia prima afrecho kg. 17 641,0 2,5 1,4 44,1Materia prima maíz kg. 1 000,0 15,3 0,9 15,3Materia prima soya kg. 30 281,0 18,7 3,7 566,3Materia prima chícharo (garbanzos) kg. 80,0 15,3 1,9 1,2Pienso avícola ponedora kg. 14 193,0 11,6 1,7 165,2Pienso avícola pollona kg. 1 200,0 12,0 1,9 14,4Pienso avícola iniciar ganso kg. 11 017,0 11,7 2,0 129,0Pienso avícola iniciar pavo l 15 771,0 11,7 2,4 185,0Pesticidas l 1,5 184,0 0,3Fertilizantes kg. 6 349,0 24,0 152,2
Total 421 429,5 5 606,4
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Anexo 17. Total de insumos energéticos del sistema (2009).
Tipo de insumos UM Cantidad total
Equivalencia calórica(MJ/u)
Equivalencia proteica, (g/100g)
Gasto calórico (GJ)
Combustible diesel l 11 366 38,7 439,8Gasolina motor l 1 252 34,1 4,3Lubricantes kg. 181 34,0 6,1Trabajo humano h 31 360 1 31,4Trabajo animal h 15 680 7,55 118,4Pienso porcino lactación kg. 35 610 14,23 1,84 506,7Pienso porcino iniciar kg. 42 597 14,39 2,10 613,0Pienso porcino crecimiento kg. 35 959 14,40 1,80 517,8Pienso porcino ceba kg. 314 784 14,20 1,32 4 469,9Materia prima afrecho kg. 48 970 2,50 1,40 122,4Materia prima salvado - mezcla kg. 9 500 2,50 1,40 23,8Materia prima maíz kg. 22 074 15,30 0,94 337,7Materia prima soya kg. 18 710 18,70 3,65 349,9Pienso avícola ponedora kg. 10 400 11,64 1,70 121,1Pienso avícola pollona kg. 2 000 11,96 1,85 23,9Pienso avícola iniciar ganso kg. 39 244 11,71 2,00 459,5Pienso avícola iniciar pavo kg. 9 859 11,73 2,40 115,7Pienso avícola crecimiento kg. 2 000 11,73 1,80 23,5Herbicidas l 30 238,00 7,1Fertilizantes kg. 14 029 23,97 336,3Total 665 605 8 628,3
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Anexo 18. Total de insumos energéticos del sistema (2010).
Tipo de insumos UM Cantidad total Equivalencia
calórica (MJ/u)
Equivalencia proteica, (g/100g)
Gasto calórico (GJ)
Combustible diesel l 7 908,5 38,7 - 306,1Gasolina motor l 700,0 34,1 - 23,9Lubricantes kg. 90,0 34,0 - 3,0Trabajo humano h 31 953,6 1,0 - 32,0Trabajo animal h 15 976,8 7,55 - 120,6Pienso porcino lactación kg. 23 784,0 14,23 1,84 338,4Pienso porcino iniciar kg. 42 124,0 14,39 2,10 606,2Pienso porcino crecimiento kg. 50 048,0 14,40 1,80 720,7Pienso porcino único kg. 585,0 28,44 1,30 16,6Pienso porcino ceba kg. 226 275,0 14,20 1,32 3 213,1Materia prima afrecho kg. 73 778,0 2,50 1,40 184,4Materia prima maíz kg. 14 225,0 15,30 0,94 217,6Materia prima soya kg. 9 504,0 18,70 3,65 177,7Materia prima chícharo (garbanzos) kg 134,0 15,30 1,93 2,1Pienso avícola ponedora kg. 30 635,0 11,64 1,70 356,6Pienso avícola pato kg. 57 945,0 10,89 1,39 631,3Pienso avícola iniciar ganso l 81 985,0 11,71 2,00 960,0Pienso avícola crecimiento pavo kg 9 510,0 11,73 1,80 111,6
Total 677 160,9 8021,9