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UNIVERSIDAD RAFAEL LANDÍVAR
FACULTAD DE HUMANIDADES
DEPARTAMENTO DE PSICOLOGÍA
ESTRATEGIAS DE RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS DE PAREJA EN
HIJOS VARONES DE MILITARES AUSENTES DEL HOGAR DURANTE
EL CONFLICTO ARMADO INTERNO EN GUATEMALA
TESIS
BYRON ALFONSO ALCÁNTARA MEZA Carné: 1270107
Guatemala, enero de 2012
Campus Central
UNIVERSIDAD RAFAEL LANDÍVAR
FACULTAD DE HUMANIDADES
DEPARTAMENTO DE PSICOLOGÍA
ESTRATEGIAS DE RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS DE PAREJA EN
HIJOS VARONES DE MILITARES AUSENTES DEL HOGAR DURANTE
EL CONFLICTO ARMADO INTERNO EN GUATEMALA
TESIS
Presentada al Consejo la de Facultad de Humanidades
Por:
BYRON ALFONSO ALCÁNTARA MEZA Carné: 1270107
Previo a optar al título de:
PSICÓGOLO CLÍNICO
En el grado académico de:
LICENCIATURA
Guatemala, enero de 2012
Campus Central
AUTORIDADES UNIVERSIDAD RAFAEL LANDÍVAR
Rector P. Rolando Enrique Alvarado López, S.J.
Vicerrectora Académica Dra. Lucrecia Méndez de Penedo.
Vicerrector de Investigación y Proyección P. Carlos Cabarrús Pellecer, S. J.
Vicerrector de Integración Universitaria P. Eduardo Valdés Barría, S. J.
Vicerrector Administrativo Lic. Ariel Rivera Irías
Secretaria General Licda. Fabiola de la Luz Padilla Beltranena
AUTORIDADES FACULTAD DE HUMANIDADES
Decana M.A. Hilda Mazariegos de Caballeros
Vicedecano M.A. Hosy Benjamer Orozco
Secretaria M.A. Lucrecia Elizabeth Arriaga Girón
Directora del Departamento de Psicología M.A. Georgina Mariscal de Jurado
Directora del Departamento de Educación M.A. Hilda Díaz de Godoy
Directora del Departamento de Ciencias
de la Comunicación M.A. Nancy Avendaño
Director del Departamento de Letras y
Filosofía M.A. Ernesto Loukota
Representante de Catedráticos Lic. Ignacio Laclériga Giménez
Representante ante Consejo de Facultad Licda. Melisa Lemus
ASESORA DE TESIS
Lcda. Karla Roldan De La Rosa
REVISOR DE TESIS
Lic. Dr. José Francisco Julián Sinibaldi Gómez
Dedico el presente trabajo de tesis a la
Dra. Carolina López, quien durante éste
tiempo ha sido una guía y motivación
tanto en el inicio de la carrera
profesional, así como en el proceso de
descubrimiento y crecimiento personal.
ÍNDICE
PÁGINA
RESUMEN
I. INTRODUCCIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3
II. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 28
2.1. Objetivos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 29
2.2. Variables . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 30
2.3. Definición de Variables . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31
2.4. Alcances y Límites . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 31
2.5. Aportes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32
III. MÉTODO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33
3.1. Sujetos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 33
3.2. Instrumento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 35
3.3. Procedimiento . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 40
3.4. Diseño . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 41
3.5. Metodología Estadística . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 42
IV. PRESENTACIÓN Y ANÁLISIS DE RESULTADOS. . . . . . . . . . . . . . . . 43
V. DISCUSIÓN . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 52
VI. CONCLUSIONES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 57
VII. RECOMENDACIONES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 59
VIII. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 61
RESUMEN
El objetivo de la presente investigación fue determinar las estrategias para la resolución
de conflictos, que emplean parejas donde el hombre es hijo de un militar que estuvo
ausente del hogar durante el conflicto armado interno de Guatemala.
Se evaluó a 25 personas de género masculino y su pareja, en situación de matrimonio o
unión libre, nacidos entre los años de 1979 a 1983, cuyos padres son oficiales del
Ejército de Guatemala, que ocuparon puestos jerárquicos de oficialidad subalterna en
los años de 1983 a 1987. Se les aplicó el Cuestionario de Aserción en la Pareja, formas
A y B (ASPA), realizado Carrasco (1996). Éste evalúa la frecuencia con que son
empleadas cuatro tipos diferentes de estrategias de afrontamiento en situaciones
conflictivas, que pueden surgir dentro de la convivencia marital. Dicha evaluación
permitió que cada sujeto se evaluara a sí mismo, y que también evaluara el
comportamiento de su pareja en situaciones conflictivas. El estudio realizado tiene un
enfoque cuantitativo, con diseño no experimental de tipo transversal sin grupo control,
lo cual representa una limitante dentro del estudio para poder realizar otro tipo de
inferencias, aunque permite describir una realidad de acuerdo con lo propuesto por el
diseño escogido. Para realizar el análisis estadístico se utilizó estadística descriptiva.
Asimismo, los datos fueron procesados por el programa SPSS versión 16.0.
Los resultados de la forma A del ASPA, muestran que el hombre considera hacer
empleo de estrategias asertivas la mayor cantidad de ocasiones (en un 39%) en las que
surgen situaciones conflictivas con la pareja. Esto representa que considera exponer de
forma clara y abierta sus opiniones, preferencias y/o sentimientos en dichas
circunstancias. Asimismo, considera emplear la agresión y la sumisión como estrategias
de resolución en un 23% y 21% respectivamente. Dejando a la agresividad pasiva,
como la última estrategia para la resolución de conflictos conyugales con un 17%. Estos
resultados exponen la presencia de una notable discrepancia en cuanto a la visión que
tiene cada uno de los cónyuges sobre sus propios comportamientos en comparación
con la que posee su pareja, de él o de ella. Esta condición suele estar relacionada con
2
un historial de dificultades sin resolver y una relación conflictiva. Una de las
recomendaciones es para las autoridades del Ejército de Guatemala, en cuanto a
prestar mayor interés en las repercusiones que conlleva el mantener alejado al padre
militar, durante lapsos prolongados de la familia. Se tiene clara comprensión que en
muchas de las ocasiones, esta separación resulta inevitable debido a la naturaleza de
dicha profesión, sin embargo el realizar actividades que ayuden a fomentar la
integración y apreciación del papel de la figura paterna dentro del hogar, ayudaría a
minimizar este tipo de repercusiones negativas, lo cual sería de gran beneficio tanto
para la familia militar como para la sociedad civil.
3
I. INTRODUCCIÓN
Los seres humanos nacen, crecen y se desarrollan dentro de un contexto familiar y
social que constituye el marco de referencia en los aprendizajes, los valores y las
creencias que luego, ya de adultos, les ayudan a tomar decisiones y a conducirse por la
vida.
Con el desarrollo de las relaciones afectivas, surge la experiencia de enamoramiento
hacia una persona de la cual se tiene poco conocimiento real. La natural intolerancia
ante el no saber del otro, y con la intención de reducir la incómoda incertidumbre de
sentirse atraído por un desconocido, el ser humano inicia a formar una imagen de esta
persona basada más en detalles y deseos, que en la realidad de los hechos.
Si este proyecto inicial de pareja funciona, se da paso a un periodo de noviazgo,
durante el cual se mantiene la independencia y privacidad debido a que se vive en
espacios separados, lo cual evita los conflictos de convivencia y la toma de decisiones
cruciales en la vida de ambos. En esta etapa, resulta común seguir usando la fantasía
para construir sobre una imagen previamente idealizada y en un marco de conocimiento
selectivo muy satisfactorio, un proyecto de futuro compartido.
Continuando con los cánones que marca la sociedad, el paso a seguir en la relación es
el periodo de convivencia, ya sea en matrimonio o unión libre. Aquí suelen comenzar
los conflictos debido a los sentimientos de desilusión, cuando se comprueba que la
persona con la que se convive no es la misma con la que se salía (ese “otro” tan
idealizado), aparece la monotonía con las rutinas y obligaciones del día a día, cuando
hacen acto de presencia las primeras dificultades económicas, las costumbres y los
deseos de la pareja.
En este momento, si un integrante de la pareja considera que la raíz de su
insatisfacción radica en la actitud o el comportamiento del cónyuge, podría emplear
estrategias coercitivas (como las amenazas sutiles o claras) para hacerle cambiar. Ante
4
esta situación pueden darse dos opciones inadecuadas de respuesta: la sumisión al
otro o la devolución de la agresión y el inicio de una espiral de conflictos. Sin embargo,
hay otra alternativa: asumir la parte de responsabilidad que cada uno tiene, y llegar a
una complicidad y colaboración de la pareja, en busca de un mayor nivel de satisfacción
de ambos.
En el contexto de relación de pareja, el inicio de la convivencia no debe confundirse con
la obtención de un logro final. Pues éste es el comienzo de un camino de crecimiento
personal, en el cual se presentan inconvenientes ineludibles, en donde la mejor
habilidad es la comunicación y la mejor estrategia la cooperación. Sin embargo, no
resulta fácil, pues cada persona ha aprendido y desarrollado desde su familia de origen,
un estilo propio y efectivo en la solución de conflictos: cada uno sabe lo que quiere y lo
que hace para conseguirlo.
Es a través del proceso de endoculturación, como se ha enseñado de generación en
generación que los conflictos deben ser evitados pues éstos son sinónimos de
confrontación y lucha, en donde la agresión y violencia física son inminentes. Cada
generación es programada no sólo para replicar la conducta de la generación anterior,
sino también para premiar la conducta que se adecue a las pautas de su propia
experiencia de endoculturación y castigar, o al menos no premiar, la conducta que se
desvía de éstas. Por lo anterior, se promueve la búsqueda de culpables ante
situaciones conflictivas, dejando en los sujetos involucrados, sentimientos de rencor y
ansiedad.
Debido a esta situación, se tiende a ver los conflictos como algo exclusivamente
destructivo y alarmante y no es para menos, pues en situaciones graves de conflicto, se
pueden observar indicadores negativos derivados del estrés. Sin embargo, el conflicto
no debería ser considerado ni bueno ni malo como tal, sino como una oportunidad para
mejorar, ya que el conflicto es inevitable en la condición de seres humanos pues en
éste existen múltiples conflictos intrapsíquicos, gracias a los cuales aprende, madura y
adquiere una mayor experiencia.
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Dentro de la familia, la percepción que se forman durante la infancia los hijos acerca de
sus padres, determina en alto grado los esquemas de relaciones afectivo-sociales que
tendrán éstos en su vida adulta. Esto se debe al proceso de identificación a través de
un aprendizaje imitativo que tienen los niños hacia con los padres. Es por ello que esta
identificación cobra gran trascendencia no sólo en la autoestima y rasgos de
personalidad de los hijos, sino también en el momento de la elección de pareja y la
manera en que se relaciona con ella. Sin embargo, este proceso de identificación puede
verse interferido debido a la ausencia de alguno de los padres del hogar, ya sea por
muerte, abandono o por el tipo de profesión de alguno de ellos.
Una de las profesiones que demanda este tipo de ausencias del hogar es la carrera
militar, sobre todo en tiempo de conflicto armado, ya sea de carácter nacional o
internacional, en los cuales se vea involucrado el Estado a través del Ejército. Como
parte de la formación militar, a los oficiales se les enseña a anteponer las obligaciones
del servicio antes que las necesidades personales, incluyendo aquí la vida familiar y de
pareja.
Considerando lo presentado anteriormente, se tomará como objetivo para esta
investigación analizar el tipo de estrategias que se emplean para resolución de
conflictos, en parejas donde el hombre es hijo de un militar que estuvo ausente de casa
durante el conflicto armado. Es importante realizar esta investigación para acrecentar el
conocimiento de los efectos que tiene en los hijos, la ausencia del padre en la familia no
solamente en los contextos como el divorcio o la muerte, sino a través del estudio de
las separaciones imprevista por periodos de tiempo indeterminados, debido al tipo de
profesión en la que el padre se desempeña, en este caso debido al despliegue militar
durante el conflicto armado hacia áreas de combate. Se espera que dicho conocimiento
sirva de apoyo al desarrollo de posteriores programas con los cuales se busque
minimizar las consecuencias no deseadas.
En este ámbito, se han desarrollado diversos estudios en Guatemala como los que se
presentan a continuación.
6
Con la finalidad de describir los factores familiares que están asociados al
comportamiento agresivo en los niños, Caniz (2011) llevó a cabo un estudio con los
hijos del personal que labora en una empresa de restaurantes. Dicha investigación fue
de tipo cualitativa, utilizando una muestra de 6 niños con edades comprendidas entre
los 5 y 7 años que presentaban comportamiento agresivo. Para identificar a los sujetos
de estudio se realizó una entrevista a profundidad a los padres de familia, y con la
maestra responsable del grado se hizo una entrevista para confirmar los
comportamientos agresivos del niño. La autora expone que los factores familiares que
están asociados al comportamiento agresivo en los niños, corresponde a una
característica aprendida durante la infancia a través de la educación que reciben de los
padres, ya que en varias ocasiones se enseña a los niños que la agresividad se
controla con más agresividad. Dentro de dichos factores familiares relevantes se
encuentran los patrones de crianza, disciplina, comunicación e incongruencia de los
padres. De la misma manera, encontró dos tipos de actitudes en los padres para educar
y disciplinar a sus hijos, el estilo permisivo y el autoritario. Entre las recomendaciones
brindadas por la autora se encuentran: mejorar la comunicación de los padres hacia sus
hijos, escuchar las necesidades y no así las exigencias del niño, mejorar la calidad de
tiempo que comparten en familia, proporcionarles un aprendizaje que conlleve un
equilibrio entre los límites y reglas y las manifestaciones afectivas y cantidad de tiempo
para compartir en familia.
Abordando el tema de relaciones de pareja, Ochoa (2009) investigó acerca de los
niveles de dependencia emocional en la relación de pareja, haciendo mención de los
tipos de dependencia, la etiología, las manifestaciones, la sintomatología del
dependiente y el trastorno de la personalidad por dependencia registrado en el Manual
de diagnóstico de los trastornos mentales DSM-IV. De la misma manera tomó en
consideración en la relación de pareja, la inteligencia emocional en la pareja, la
comunicación conyugal y la sexualidad. La muestra estuvo constituida por 92 parejas,
padres de familia del Instituto de Educación Básica por Cooperativa de la ciudad de
Colomba, Quetzaltenango, en situación de matrimonio o unión libre, con la condición
que se encontraran viviendo juntos en el momento de efectuarse el estudio. El
7
instrumento empleado fue el cuestionario I.C.A. y una boleta de reafirmación. En base a
esto, el autor llegó a la conclusión que la dependencia emocional es un tipo de adicción
que necesita ser tratada; ya que ésta aumenta con el paso del tiempo y la ausencia de
la fuente de seguridad produce un cuadro completo de síndrome de abstinencia. Así
también, puede llegar a presentar consecuencias como abandono de su persona, a tal
punto de que ya no es capaz de cuidar de sí mismo, celos hacia su pareja y fuertes
deseos de vengarse, ansiedad y en casos extremos, el suicidio.
En cuanto a conflictos de pareja, López (2007) realizó una investigación en la cual fue
tomado como material principal, la experiencia de 8 parejas entre las edades de 23 a 46
años que consultan el servicio del Instituto de Psicología “Dr. Pacheco Molina”, y hace
la propuesta de un manual para la prevención de conflictos de pareja desde la
perspectiva conductual. Las parejas para éste estudio fueron seleccionadas entre los
pacientes de dicho Instituto tomando en cuenta las características de cada pareja y los
motivos de consulta. Los participantes fueron organizados en 2 grupos de 4 parejas
cada uno, todos presentando conflictos significativos en la relación de pareja. El estado
socioeconómico de las parejas fue: 5 parejas con un estado socioeconómico medio y 3
parejas con un estado socioeconómico bajo. De los 8 grupos a entrevistados, 5 parejas
están casadas y 3 se encuentran unidas. Dicha investigación se realizó bajo el diseño
cualitativo y el instrumento que se utilizó consistió en dos grupos focales. Llegando a la
conclusión a través de las entrevistas de grupos focales realizadas, que las cuatro
áreas principales que son causas de conflictos en las relaciones de pareja son: la
comunicación disfuncional, la falta de habilidad para solucionar problemas y los
problemas en las relaciones sexuales. Por lo cual, es necesario facilitar destrezas en
las parejas para que puedan comunicarse eficazmente, tener habilidades para
solucionar problemas y reconocer cómo tener relaciones sexuales saludables y
satisfactorias.
Asimismo Lepe (2007) realizó un trabajo de tesis, con el objetivo principal de analizar
los estilos de comunicación presentes en parejas con problemas en sus relaciones.
Para este estudio se contó con dos parejas y dos mujeres que asisten al Instituto de
8
Psicología “Dr. Pacheco Molina”, con el motivo de consulta de problemas en la relación
de pareja. En su totalidad, los integrantes de la muestra pertenecían a un nivel
socioeconómico medio-bajo, en situación de matrimonio o unión libre y no tenían más
de 10 años de convivir en pareja. La investigación se realizó bajo el diseño descriptivo-
propuesta, pues lo que pretende hacer es una investigación a profundidad para
posteriormente elaborar un programa de asertividad para mejorar la comunicación en la
pareja. Como instrumento de medición, se empleó una entrevista a profundidad. El
autor llegó a la conclusión que los problemas de comunicación se deben a que cada
uno de los miembros reacciona de diferente forma ante un problema. Así también, la
falta de respeto hacia el punto de vista de la otra persona dentro de la pareja, hace que
no se validen los derechos de ambos al momento de tener que tomar una decisión en la
cual los dos deban comprometerse.
Por aparte, para determinar el bienestar psicológico de los familiares de víctimas del
conflicto armado interno, López (2005) elaboró un estudio tomando como muestra 175
sujetos de investigación, entre ellos hombres y mujeres, familiares de víctimas,
comprendidos entre las edades de veinte a sesenta años, sin importar estado civil,
escolaridad, nivel económico, habitantes de la cabecera municipal de Barrillas,
Huehuetenango. Como instrumento utilizó la Escala de Bienestar Psicológico EBP, que
determina el grado de satisfacción de la vida y el efecto positivo o negativo como
componentes. La investigación que realizó fue de tipo experimental. Con base a los
resultados obtenidos en este estudio, la autora concluyó que existe un bienestar
psicológico por debajo de lo normal según los parámetros establecidos del test
aplicado, por lo que se comprobó que los familiares de las víctimas del conflicto armado
interno presentan un bienestar psicológico deficiente, lo que conlleva a pensar que
estas personas viven en un estado de infelicidad y resentimientos.
De igual forma Hernández (2004) realizó una tesis con el objetivo de determinar los
patrones de conducta agresiva en jóvenes retornados de 20 a 24 años de edad, a
causa del conflicto armado interno (durante los años 80 al 86), quienes organizaban su
vida en la colonia Nueva Esperanza Chaculá, Nentón, Huehuetenango. Esta
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investigación se realizó con una muestra de 67 jóvenes que incluía tanto hombres como
mujeres, quienes respondieron al Test INAS 87, el cual mide las conductas No
Asertivas, Asertivas y Agresivas. Presentó como conclusión que el ambiente de
violencia en el que se desarrollaron dichos jóvenes durante sus infancias, provocó en
ellos conductas agresivas en el momento en el que se realizó la investigación.
En cuanto al campo de mediación y resolución de conflictos familiares, Pérez (2004)
expuso que en la comunidad de Lomas de Villa Lobos ubicada en la zona 12 de la
ciudad capital, surgió el grupo comunitario de Mediadoras/es en Resolución de
Conflictos Familiares -MRCF-. Por pertenecer a un área del casco urbano-marginal de
la ciudad de Guatemala, se organizaron y capacitaron en materia de Mediación y
Resolución de Conflictos Familiares, propiciando y facilitando espacios y procesos de
resolución de conflictos familiares, diálogo y no-violencia en las familias. Es en esta
área en donde Pérez realizó un trabajo de investigación, centrándose en determinar el
nivel de incidencia de la Mediación y Resolución de Conflictos Familiares, en los
hogares de las/os integrantes del grupo antes mencionado. Concluyó que la aplicación
de la metodología de Mediación y Resolución de Conflictos Familiares, les ha permitido
a las/os integrantes del grupo de Mediadoras/es en resolución de Conflictos Familiares
experimentar un proceso de revalorización humana, espacios para la resolución de
conflictos personales y familiares, así como la socialización con otras familias de la
comunidad, construyendo una cultura de paz, tolerancia, diálogo y no violencia.
En el ámbito internacional se han realizado diversos estudios enfocados en determinar
los efectos que tienen sobre la familia y los hijos, el que uno de los padres tenga que
ser desplegado hacia un área de conflicto armado. A continuación se hará mención de
algunos de ellos.
Chandra (2011) realizó un estudio que duró un año, durante el cual se analizaron a
1,127 familias de militares, dando como resultado que los niños de padres desplegados
a áreas de combate son más propensos a experimentar dificultades emocionales y
ansiedad que otros niños de la misma edad. Explica en este estudio que las familias del
10
personal militar de Estados Unidos de América desplegado en Irak y Afganistán, se
enfrentan a una serie de desafíos a medida que las relaciones cambian, por lo cual
tienen que asumir más responsabilidades en el hogar. Además, los niños del estudio
expresaron sentirse mal comprendidos por los miembros de la comunidad, desafiados
ante el aumento en las tareas del hogar, y encontraban difícil manejar los cambios en el
estado de ánimo de sus padres desplegados a combate cuando regresaban a casa. Así
mismo, los cónyuges de los militares indicaron que se enfrentaban a una variedad de
factores estresantes importantes cuando sus parejas estaban desplegadas en el
extranjero, entre ellos más trabajo en la casa, cambios en los roles matrimoniales, y
dificultades con la comunicación familiar.
Así también, Chandra et al. (2010) realizaron una investigación en la cual describieron
la salud y el bienestar de los niños de familias de militares desde la perspectiva del hijo
y el padre no desplegado. Los autores también evaluaron la experiencia de
implementación para los hijos y cómo varía según la longitud del tiempo de despliegue
militar. Para lo cual se tomó una muestra de 1507 familias y los datos que se utilizaron
para evaluar el bienestar del hijo y las dificultades ante el despliegue fueron obtenidos a
través de entrevistas telefónicas asistidas por ordenador con hijos de militares cuyas
edades se encontraban entre los 11 a 17 años. Los análisis evaluaron la asociación
entre las características de la familia, las historias de implementación y los resultados
del hijo. Se obtuvo como resultado que los hijos en este estudio tenían más dificultades
emocionales en comparación con las muestras nacionales. Además, que los jóvenes de
más edad y las niñas de todas las edades reportaron significativamente muchas más
dificultades en la escuela, familia y relación de pareja. De la misma manera, se
concluyó que el tiempo de duración que el padre permaneció desplegado junto a los
pobres cuidados de parte del cuidador no desplegado se asociaron significativamente
con un mayor número de retos para los niños, tanto durante la movilización y la
reintegración del padre desplegado a combate.
En el Departamento de Pediatría de la Universidad de Servicios Uniformados de
Ciencias de la Salud en Bethesda, Maryland, Gregory y Gorman (2009) se propusieron
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averiguar qué impacto representa el despliegue militar del padre sobre las tasas de
consulta externa para la salud mental y de problemas de comportamiento entre los
niños entre 3 y 8 años de edad. Los investigadores reunieron datos de 642,397 niños
de 442,722 padres de familia en servicio activo durante el periodo del 2006 al 2007
(50.6% de los niños eran varones, el 68% eran de origen blanco y 90.5% de los padres
estaban casados), y trataron de vincular el número de visitas de salud a los padres
militares desplegados. Para esto se utilizó la Clasificación Internacional de
Enfermedades, 9ª Revisión y códigos para identificar las visitas de salud mental y
psíquica. Los investigadores encontraron que los niños pequeños presentan la
probabilidad de un 11% más alto de ir a una consulta médica (ver a un médico) por un
problema mental o de comportamiento cuando un padre militar se despliega a combate,
en comparación con los niños cuyos padres están en casa. Las quejas mentales más
comunes para la visita del hijo de un padre que ha sido desplegado fueron el estrés, la
ansiedad y déficit de atención.
Por su parte Morales, González y Jara (2008) llevaron a cabo en Chile una
investigación, con el fin de determinar cómo influye la familia de origen en la
representación de violencia en la pareja. Dicha investigación responde a un estudio
descriptivo y cuantitativo, para lo cual se trabajó con una muestra de 127 mujeres
jóvenes de entre 17 a 21 años, pertenecientes a las carreras de Periodismo, Psicología,
Trabajo Social, Sociología y Antropología de la Facultad de Ciencias Sociales de la
Universidad de Concepción. Para la obtención de la información se utilizó la encuesta
como técnica de recolección de datos, específicamente el cuestionario
autoadministrado, compuesto por 71 preguntas. Los resultados obtenidos exhiben que
la familia puede convertirse en un factor de riesgo o protector de acuerdo a la
socialización primaria, así también respecto a la estructura de poder en la familia, era
“el padre quien tenía la última palabra al interior del hogar”. Por lo anterior, concluyen
que en las familias objetos de estudio, aún persiste el binomio dominación masculina
vs. subordinación femenina; sin embargo, las jóvenes también manifiestan que tanto su
figura materna como paterna tienen la misma posibilidad de expresar ideas y opiniones
dentro del hogar. De la misma forma, se llegó a la conclusión que la familia ha sido
12
influenciada por el contexto que promueve la igualdad de oportunidades de género, lo
que ha permitido un cambio en la estructuración de sus roles, en donde la mujer se ha
incorporado considerablemente en el ámbito productivo y el hombre gradualmente en el
rol de crianza; no obstante, las familias continuaban compartiendo los estereotipos
tradicionales, lo que permite inferir que la construcción social ha cambiado (prácticas y
división del trabajo), pero que la construcción simbólica (estereotipos, lenguaje e
identidad de género) se mantiene, lo cual ejerce una gran influencia en la
representación que las jóvenes construyen de sí mismas, de las relaciones de pareja y
de la violencia de pareja.
Estas investigaciones ponen de manifiesto la importancia del papel del padre en la
dinámica familiar, y es aquí en donde Yárnoz (2006) efectuó un valioso aporte
realizando una revisión de las investigaciones llevadas a cabo en los últimos treinta
años acerca el papel del padre en la dinámica familiar. Para realizar dicha revisión,
partió de los estudios descriptivo-comparativos sobre el comportamiento materno y
paterno. Luego, el campo de estudio se fue ampliando y complejizando, en parte
influido por los cambios sociales ocurridos en las últimas décadas y la repercusión que
este cambio estaba teniendo en la nueva distribución de las funciones materna y
paterna. Asimismo, analizó los factores que influyen en la implicación paterna en el
cuidado de los niños: el tipo de organización familiar, el trabajo materno y paterno, las
actitudes de los padres y de las madres, la relación entre la pareja de padres y la
situación de divorcio. En cuanto al papel del padre en la dinámica familiar, Yárnoz cita
el estudio realizado por Lytton en 1980, en el cual se demostró con una población de
niños de dos años que la presencia del padre hacía aumentar la efectividad materna en
el control de los niños. Así mismo, cita el trabajo realizado por Cox y Cox en 1978, en el
cual se encontró que la efectividad de una madre divorciada con su hijo estaba
directamente relacionada con el apoyo que recibía de su ex marido. De la misma
manera, Yárnoz hace referencia del estudio realizado Eastbrooks y Goldberg (1984), en
donde expone que la implicación paterna está relacionada con un óptimo desarrollo y
adaptación del niño, reflejando un apego seguro y una buena disposición y efectividad
en la resolución de problemas.
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Asimismo Kelley (1994) comenta que los efectos de la ausencia del padre en la familia
han sido ampliamente estudiados en los contextos como el divorcio o la muerte. Sin
embargo, las familias de militares ofrecen una oportunidad de examinar los efectos de
la separación imprevista por periodos de tiempo indeterminados debido al despliegue
inesperado del padre a áreas de combate. Por lo cual realizó un estudio con 61 madres
de niños entre 5 y 13 años, residentes en el sureste de Virginia, cuyos esposos tuvieron
un despliegue completo de seis o siete meses durante 1989-1991. La información
demográfica y los análisis estadísticos de las 61 familias es la siguiente: la media de
edad de las madres fue 32.5 años (DE=4.7 años), tiempo de educación formal promedio
de 13.9 años, y la mayoría (N=42) no estaban empleadas fuera del hogar. Los padres
(45 soldados y oficiales de 16) habían estado en el ejército durante un promedio de
12.7 años. La edad media de los padres fue de 33.4 años (DE=4.7 años), tiempo de
educación formal promedio de 14.0 años. Cuarenta y siete esposos fueron desplegados
inesperadamente al mediterráneo en 1989 o 1990, antes de la guerra del Golfo y
regresaron en 1990. Los otros catorce esposos tuvieron un despliegue de rutina en el
mediterráneo en agosto, 1990, y dos semanas más tarde fueron reasignados al Golfo
Pérsico o el Mar Rojo en respuesta a la invasión de Kuwait por Irak. Volvieron a los
Estados Unidos en marzo de 1991. En los resultados señala que las esposas de los
militares enviados a la Guerra del Golfo de forma imprevista reportaron menos cuidado
familiar y más internalización en los niños en comparación con las madres cuyos
esposos son desplegados en forma rutinaria. Así mismo, las esposas de militares
sugieren que algunas madres se llegan a sentir abrumadas durante la separación y
disminuyen las normas, rutinas y expectativas hacia con los niños. Además, las
ausencias del padre en las familias de militares crean estrés debido a la falta de
acompañamiento de éste en el hogar, así como genera mayores responsabilidades,
desconexión en las relaciones interpersonales, pérdida de apoyo emocional en los
hijos, así como un reajuste en los roles de la familia.
En un país como Guatemala, con frecuencia se le resta importancia al papel que
desempeña la figura paterna dentro del hogar, y muchas de las obligaciones y
responsabilidades en la crianza de los hijos recaen casi exclusivamente sobre la madre.
14
Sin embargo, de todo lo anterior expuesto, se puede concluir que diversos estudios
realizados muestran que los constantes periodos de ausencia del padre conllevan
efectos emocionales poco saludables para los miembros de la familia, especialmente en
los hijos. Esto al final termina repercutiendo en la sociedad entera pues estos niños, al
llegar a la edad adulta, formarán familias cimentadas sobre deficiencias personales. Por
esta razón, el conocimiento que lleve a reducir tales derivaciones a causa a la ausencia
del padre en el hogar, y ayude a comprender de mejor manera el pensamiento y
conductas presentados por estos hijos, debe ser apreciado sobre todo para el
desarrollo de programas que ayuden a minimizar los efectos desfavorables.
A continuación como respaldo al presente trabajo, se expondrá la teoría sobre la cual
se fundamenta esta investigación.
Tomando como punto de inicio la pareja, Casado (2004) escribe que éste es un tema
que no ha dejado de ser de actualidad a lo largo del tiempo. Sus connotaciones de todo
tipo así lo propician, ya que es innegable su importancia desde las perspectivas
socioeconómicas, sociales, religiosas, psicológicas, etc. Y se define básicamente como
dos personas procedentes de familias distintas, generalmente de diferente género que
deciden vincularse afectivamente en respuesta a sus necesidades, deseos,
aspiraciones en ese momento en un espacio propio que excluye a otros pero que
interactúa con el entorno social.
Al abordar el tema de relación de pareja, Willi (2002) expone que la norma ideal a la
que muchos aspiran, es la imagen de una amistad libre, de compañeros emancipados
que únicamente tiene existencia amplia y duradera mientras haga posible a los
interesados su realización propia ilimitada y permanezca viva, por el amor sin
obligaciones. Ahora bien, muchos resultan desbordados por esta normal ideal, e
intentan evitar su presunta ineficiencia por medio de independencia forzada,
emancipación, desenfreno y experiencias sexuales. Se eliminan con miedo y se ocultan
con vergüenza los sentimientos de cariño, temiendo que el compañero se burle de ellos
por considerarlos infantiles, ingenuos y débiles y pudiera quedar expuesto ante él como
15
especialmente vulnerable. Por esta razón, algunos se colocan a la defensiva, y en la
relación de pareja miran más a lo que les puede perjudicar en su propia realización que
a lo que en él pueden obtener de positivo. Sin embargo, la educación de los propios
hijos puede tener una profunda significación precisamente en la búsqueda de la
identidad propia, pues el desarrollo psíquico del ser humano no se lleva a efecto en
curso continuo, sino que se realiza por ciclos. Así pues, se intenta superar contenidos
importantes de la vida por una constante repetición de lo mismo. De esta manera queda
expuesta la influencia determinante que tienen las relaciones del niño hacia con sus
padres en la configuración de su matrimonio posterior.
Cuando hay reproducción de los patrones heredados de la generación anterior, Valdés
y Valdés (2005) comentan que esta reproducción nunca es igual, pues se conservan
ciertos rasgos modificando otros y reacomodando algunos. No es que haya un proceso
de despertenencia con respecto a la familia de origen, sino ciertas significaciones y
reacomodos que, en lo fundamental, obedecen a cambios con respecto a la
parentalidad y la explicación de los intereses de cada individuo, que conviven con los
intereses familiares.
En cuanto a la selección de pareja, Rice (1997) explica que según la teoría del proceso
de desarrollo, éste es un proceso secuencial por medio del cual se filtran y eliminan a
las personas inconvenientes e incompatibles hasta que una es seleccionada. Esta
teoría detalla los diversos factores de dicho proceso, siendo estos:
• Proximidad: La cercanía geográfica es una de las variables que influyen en la
elección de pareja. Esto se refiere, a que resulta mucho más probable que una
persona establezca una relación de pareja con alguien que vive cerca de ella y
con quien está en continuo contacto.
• Atracción: Las personas se aproximan a individuos que consideran atractivos,
tanto físicamente como por rasgos o características específicas personales.
16
• Homogamia o Heterogamia: Las personas suelen elegir con mayor frecuencia
como compañeros de pareja, a aquellos individuos con quienes comparten
características sociales y personales (como la religión, la clase socioeconómica,
la educación, la etnicidad, etc.). A esta tendencia de elegir a un compañero
similar a sí mismo se le denomina Homogamia. Y en el caso de elección de un
compañero que posea características distintas, se le llama Heterogamia. A
pesar de existir excepciones, los matrimonios homógamos tienden a ser más
estables que los heterógamos. Una de las razones principales que hace que
esto suceda, es la tendencia a preferir a la persona similar a sí mismo, por
sentir incomodidad por las personas que son diferentes.
• Compatibilidad: Es la capacidad para vivir juntos en armonía y ésta puede
evaluarse por medio de los sistemas de hábitos, las concepciones de roles y
normas, las necesidades, actitudes y valores, así como el temperamento.
Durante el proceso de selección de pareja, los individuos se esfuerzan por
identificar a las personas con las que son compatibles.
• El proceso de filtración: Este inicia con un amplio número de candidatos
elegibles. Todo este grupo pasa por una serie de filtros, cada uno de los cuales
elimina a los candidatos menos elegibles de manera que la cantidad se va
reduciendo antes de pasar al siguiente filtro. Antes de tomar la decisión final, la
pareja debe pasar por un último periodo de ensayo que puede incluir la
formalización del compromiso, la cohabitación o ambas cosas. Si la pareja
resiste a este proceso, el filtro final consiste en la decisión de casarse.
Considerando estos factores de selección, Rice presenta el proceso de filtración de
selección de pareja de la siguiente manera: los compañeros se seleccionan primero en
función a la cercanía, sin embargo la atracción física juega un papel relevante al inicio
de la relación, seguida de la atracción por otros rasgos de personalidad.
Progresivamente, las parejas principian a identificar compañeros homógamos de
acuerdo a sus propias características personales. A medida que la relación se va
17
desarrollando, indagan si son compatibles en función de los sistemas de hábitos, los
conceptos de roles, necesidades, actitudes, valores y temperamento. Luego de
observar la compatibilidad surge un filtro de ensayo que está relacionado con la
cohabitación en algunos casos y el compromiso en otros. En base a todo esto, se
procede a tomar una decisión sobre si se llega al matrimonio o no.
La selección de la pareja puede llegar a considerarse como un proceso complejo en el
que las personas toman en consideración diversos factores personales, psicológicos,
sociales y emocionales antes de tomar la decisión final. Lamentablemente, son muchas
las personas que no recorren cuidadosamente dicho proceso, y que pasan de la
atracción física al matrimonio sin atravesar los filtros intermedios, o se casan
presionadas por factores externos, como un embarazo.
Al ahondar sobre la relación de pareja, Beck (1990) comenta que ésta suele pasar por
dos fases generales:
1. Enamoramiento: en general se trata de una relación íntima sin mayores
problemas prácticos, donde se impulsan una serie de creencias y
expectativas románticas. Esta es la fase de "Idealización de la relación".
2. Cotidianidad: se produce una frustración de expectativas y creencias
románticas, llegando a la desilusión. En esta fase irrumpen una serie de
problemas prácticos (hijos, finanzas, toma de decisiones, etc.) y se "activa” el
"Pacto matrimonial" (perspectivas personales, supuestos personales o
esquemas cognitivos latentes; que mientras más egocéntricos sean, más
disfunción van a generar).
Estos esquemas cognitivos suelen girar en torno a dos contenidos temáticos:
1. Interés afectivo
2. Valoración personal.
18
Los cuales se habrán desarrollado a partir de modelos familiares (relaciones parentales)
y otras experiencias (historia de pareja). La conducta de cada miembro de la pareja lo
puede activar, y dicha activación produciría una serie de distorsiones cognitivas que
llevaría a una serie de círculos viciosos de estilos personales de relación inflexibles,
sobretodo en tres áreas: comunicación, expresión afectiva y resolución de problemas.
A pesar que dentro de una relación de pareja, los conflictos son inherentes y van
surgiendo a lo largo de ésta, dichos problemas pueden ir afectando diferentes aspectos
personales e interpersonales que deben ser superados para poder continuar
sanamente con la relación. Al hablar acerca de conflicto, Borisoff y Victor (1991)
exponen que las diferentes creencias o sistemas de valores pueden dar lugar a
conflictos cuando las personas que albergan estas diferencias tan fundamentales
compiten por objetivos diferentes de los cuales perciben que sólo podrá alcanzarse uno.
Según se trate de un conflicto de valores, ideas, sistema de creencias o recursos, habrá
que elegir la manera más adecuada de abordarlo. Cuanto más comprometida esté, a
modo personal de ver, la identidad personal y ciertos valores básicos, más probable
será que se produzca un conflicto y más difícil resultará resolver las diferencias
existentes. Por ello, no resulta fácil resolver situaciones en donde se incluyan temas
religiosos, dilemas éticos y valores básicos, ya que es poco probable que las personas
envueltas en este tipo de discusiones cedan en creencias que para ellos se consideren
fundamentales e irrenunciables. Por el contrario, cuando existen objetivos comunes
pero se difiere en cuanto a la forma de alcanzarlos, es más fácil gestionar las
diferencias de criterio existentes.
Las dificultades en la pareja pueden ser superadas según Beck (1990), si en primer
lugar ambos miembros reconocen que gran parte de las decepciones, frustraciones y
enojos no arrancan de una incompatibilidad básica, sino de desafortunados
malentendidos que provienen de comunicaciones equivocadas e interpretaciones
prejuiciosas del comportamiento mutuo. De la misma manera, menciona que cada
cónyuge debe asumir la plena responsabilidad de mejorar la relación. Comprendiendo
19
que tiene opciones y que puede recurrir a todos los conocimientos e intuiciones a su
alcance para hacer que él y su pareja sean más felices. Así también los cónyuges
pueden ayudarse a sí mismos, ayudar a cada uno de ellos y a la relación, si adoptan
una actitud de no culpa y no reprochar al otro ni a sí mismos. Ese modo de abordar los
desacuerdos permitirá enfocar los problemas reales y resolverlos con mayor facilidad.
El tipo de comunicación que las personas utilizan puede considerarse como un
indicador confiable del funcionamiento interpersonal. Por esta razón, una adecuada
comunicación dentro de la pareja resulta fundamental para el buen desarrollo y
desenvolvimiento de la misma. Beck (1990) menciona cómo incluso parejas sólo con
leves problemas en la comunicación pueden tener importantes malentendidos. Éstos a
menudo conducen a la frustración y a la hostilidad, en consecuencia, a un posterior
deterioro de la comunicación. En el peor de los casos, incluso simples conversaciones
se convierten en debates competitivos, luchas de poder y mutuos menosprecios. Lejos
de promover la clarificación y comprensión, las palabras se convierten en armas, y las
discusiones en batallas.
Así también Beck, describe de la siguiente forma, los tipos de perturbaciones en la
comunicación:
• Indirectas y Ambigüedad:
Hay personas que hablan con claridad, pero al momento de comunicar sus
pensamientos, deseos y sentimientos a sus propias parejas, lo hacen de una
manera diferente. Expresan sus opiniones de un modo vago, dan vueltas alrededor
del asunto, perdiéndose en detalles triviales, todo bajo la sutil suposición que sus
compañeros captan lo que ellos intentan decir. Una de las partes puede arruinar la
conversación con una excesiva verbosidad, en tanto el otro la empobrece con su
parquedad, ambos en la creencia equivocada de que contribuyen al mutuo
entendimiento.
20
• A la defensiva:
En este tipo de perturbación predomina el temor de ser rechazado por emitir cierta
opinión o hacer una petición, aumentando así la postura defensiva. Esta actitud
produce confusión y también dificulta a cada uno el poder descifrar los significados
ocultos de las declaraciones del otro.
• Mensajes incomprendidos:
La buena comunicación implica algo más que hacer entender las ideas de uno,
también significa captar lo que dice la otra persona. En este tipo de perturbación se
encuentran las personas que siempre son vagos e indirectos en su lenguaje,
conduciendo a que sus cónyuges lleguen a conclusiones incorrectas o ignoren lo
que se les dice. Otros tienen dificultad en comprender el mensaje de su pareja y,
por lo tanto, interpretan mal lo que oyen.
• Sordera y ceguera:
La sordera y la ceguera se ponen de manifiesto cuando uno de los cónyuges no
registra mentalmente lo que en verdad el otro le está comunicando mediante
palabras, gestos y similares. A menudo tienen dificultad incluso con simples
decisiones.
• Diferentes significados de la conversación:
Estas variaciones en el significado de la conversación conducen a la pareja a tener
expectativas muy diferentes. Cuando se trata de hablar a fondo sobre conflictos
surgen deferencias entre ambos. Conversar sobre problemas hace que algunas
personas se sientan cada vez más trastornadas, prefiriendo llegar a una solución
rápida y práctica. Pero muchas otras personas quieren hablar a fondo sobre el
problema, porque de ese modo logran un sentido de empatía intimidad y
comprensión.
A esto, Constanza (2001) agrega que la experiencia de trabajo con grupos de
estudiantes y adultos, evidencia cómo las lecturas que se tengan sobre el conflicto en
21
general, influyen en los sentimientos que surgen cuando se enfrentan situaciones
conflictivas, y en la posibilidad de construir salidas más o menos constructivas y de
procesos de desarrollo. Es así como las lecturas negativas del conflicto, tales como
“enfrentamiento, confrontación, lucha, pugna”, conllevan sentimientos de tensión,
resentimiento, angustia, impotencia y se suelen traducir en salidas competitivas,
impuestas, en la que son usuales la agresión, la invalidación del otro, la ruptura de la
comunicación y la violencia.
Sólo una visión constructiva del conflicto, asumiéndolo como parte de un proceso de
desarrollo, en donde se evidencien las dificultades y se favorezcan los sentimientos
estimulantes de reto, apertura, flexibilidad, acogida, respeto, y generación de salidas
creativas asumidas desde el esfuerzo conjunto por dar respuesta a objetivos comunes,
pueden conducir a la transformación constructiva de un conflicto puntual. Por esta
razón, el problema en sí no son los conflictos, sino el no aprender a solucionarlos
equilibrada y armónicamente, al menos hasta donde resulte posible, para lo cual se
debe hacer empleo de estrategias de resolución de conflictos adecuadas.
Las estrategias en resolución de conflictos son aquellas herramientas que se utilizan
para llegar al desenlace, ya sea adecuado o inadecuado de una situación problemática.
Garaigordobil (2005) menciona dentro de estas estrategias, aquellas consideradas
como asertivas, que son en las que se afronta directamente la situación conflictiva, y se
plantean conductas eficaces para conseguir el objetivo de un modo no agresivo
(desarrollar habilidad, pedir, expresar sus sentimientos, hace valer sus derechos,
diálogo y razonamiento con el otro). Así también, se consideran estrategias pasivas
aquellas en las que “no se aborda directamente la situación problema y se plantean
respuestas de inhibición (no se realiza ninguna acción), de sumisión y de evitación
(huir, escapar de la situación sin afrontarla)”. Y se evalúan como estrategias agresivas
aquellas en las que “se responde con conductas agresivas o conductas negativas para
la interacción: amenazas, agresiones físicas y verbales, descalificaciones del otro,
chantajes, denuncia a otros para imposición de castigo”.
22
La comunicación es un elemento esencial en la resolución de conflictos y Torrego
(2003) expone que en la raíz de gran parte de los conflictos, se puede encontrar una
mala comunicación. Cuando una persona malinterpreta lo que la otra ha querido decir y
reacciona defendiéndose ante lo que considera una ofensa, aumenta la tensión del
conflicto y se encuentra más lejos de solucionarlo. Por el contrario, cuando las dos
personas en conflicto pueden establecer una comunicación eficaz y clara (ambas se
hacen entender y se entienden mutuamente) pueden descubrir que realmente no existía
un problema o que era pequeño y fácil de solucionar. Incluso en el caso de que el
problema fuera importante, una comunicación de calidad puede ayudar a las partes a
que trabajen juntas para encontrar soluciones que satisfagan a ambos. Por lo tanto, la
comunicación es un elemento fundamental en los conflictos porque:
• Una comunicación de calidad es una herramienta necesaria para llegar a la base
de los conflictos y encontrar soluciones satisfactorias para las partes.
• Una mala comunicación puede ser en sí misma la causa de los conflictos.
Al hacer referencia de padres ausentes del hogar, Sinay (2001) delibera sobre la crisis
de la masculinidad y dice que "hacen falta padres más presentes". Comenta que los
parámetros tradicionales acerca la masculinidad entraron en crisis hace años, y que
actualmente no existen nuevos modelos claros a la vista. De la misma manera, hace
notar tres puntos importantes en cuanto a los hombres y su paternidad:
El modelo tradicional limitó la paternidad a la provisión material.
Los hijos necesitan estar con sus papás.
Es necesario que los hombres se permitan sentir más.
Sinay, siendo un especialista en problemáticas masculinas, plantea que una forma de
encontrar el camino hacia una nueva manera de ser hombres es que los varones se
propongan una paternidad más activa, con mayor presencia real, porque la sociedad
"tiene hambre de padres".
23
Explica que hace un tiempo, estaba claro el cómo construían los hombres el edificio de
su masculinidad, el cual era sobre las cuatro "p": producir, proveer, proteger y ser
potente. Si un hombre producía, proveía, protegía y era potente tenía el certificado de
masculinidad. Sin embargo, en la actualidad nada es igual. Ni para los varones jóvenes
ni para los hombres grandes, porque nadie tiene nada seguro en este mundo
cambiante. La idea de la provisión masculina dentro del hogar está muy ligada a lo
material. Sin embargo, en el terreno de la paternidad, resulta letal que el hombre sólo
provea lo material.
En la sociedad actual no se espera que el padre sea un proveedor emocional. El tipo de
frase “que a mi hijo no le falte nada”, muchas veces lleva al hombre a considerarse a sí
mismo como un buen padre. No obstante, es habitual que los hijos le reclamen al padre
(a ese mismo padre que les compró siempre las mejores zapatos) el no haber estado
cuando recibió un diploma o que siempre llegue tarde a la casa, y que cuando está en
el hogar le pide las cosas a gritos. El hijo está hablando que le falta presencia. Ver al
padre, compartir con él la vida cotidiana, significa ir entendiendo cómo es un varón de
cerca, que muestra en forma espontánea su mundo emocional.
Es el padre quien propone explorar el mundo externo. Quién incita a practicar aquellas
acciones que el niño inicialmente percibe como peligrosas, tales como andar en
bicicleta, subir a un árbol o hacerse amigos de niños desconocidos en el parque, entre
otras. En este tipo de actividades, es el padre quien debe estar ahí. Esto resulta
sumamente importante, debido a que el cordón umbilical emocional que queda entre la
madre y el hijo, o lo corta el padre (o un varón con funciones paternas), o no lo corta
nadie. Cuando ese cordón no se corta pueden resultar problemas emocionales y
psicológicos que más tarde dañan la figura varonil.
Ahora, al hacer referencia a conflictos de carácter armado, cabe mencionar que
anteriormente se le denominaba guerra a este suceso, término que procede del
germánico werra y según la Real Academia Española (2001) quiere decir pelea o
discordia.
24
Brenes (1993) hace alusión que en Los Convenios de Ginebra de 1949 el término de
conflicto armado de carácter interno se define como aquel conflicto que tiene lugar en el
territorio de una Alta Parte Contratante, entre sus fuerzas armadas y fuerzas armadas
disidentes o grupos armados organizados que, bajo la dirección de un mando
responsable, ejerzan sobre una parte de dicho territorio un control tal que les permita
realizar operaciones militares sostenidas y concertadas.
Al hacer referencia del conflicto armado interno en Guatemala, la Comisión para el
Esclarecimiento Histórico (1999) indica que durante este periodo aparecen actores
visibles, el Ejército y la insurgencia. Asimismo, la investigación realizada colocó en
evidencia la responsabilidad y participación de los grupos de poder económico, los
partidos políticos, además de diversos sectores de la sociedad civil. De esta manera,
señala que el Estado entero con todos los mecanismos y agentes estuvieron
involucrados. Por lo tanto, reducir el enfrentamiento a una lógica de dos actores no
explicaría la génesis, desarrollo, ni la perpetuación de ésta, ni la constante movilización
y diversa participación de sectores sociales que buscaban reivindicaciones sociales,
económicas y políticas.
Al relatar la situación de Guatemala en dicho momento de la historia, Kobrak (2003) la
describe desde situaciones de represión política, violencia que estableció un conjunto
de experiencias traumáticas individuales y colectivas que iban desde los asesinatos o
desapariciones hasta las masacres, desde amenazas a las condiciones extremas de
vida en la montaña, del desplazamiento de la ciudad al exilio. Expone también que tanto
la geografía del país, como la memoria de la gente, había padecido de grandes
desplazamientos y rupturas debido a que la conflictividad social ha tenido bases
históricas de exclusión política, discriminación étnica e injusticia social, que tienen sus
raíces en la propia configuración del Estado guatemalteco.
Desde 1945 hasta la actualidad, la historia del país se ha caracterizado por continuas
experiencias de violencia que se han concentrado en diferentes épocas y ciclos
históricos, en distintas áreas y grupos. De esta manera, durante la década de los 60,
25
además de los enfrentamientos entre la guerrilla y el Ejército, por parte del Estado se
dirigió contra líderes de movimientos sociales y sectores de oposición a los sucesivos
gobiernos militares.
Entre las causas que dieron origen al conflicto armado interno del país, el Proyecto
Interdiocesano de Recuperación de la Memoria Histórica (1998) enuncia que la historia
inmediata no es suficiente para explicar esta época de atrocidades. Y menciona
algunos factores precipitantes tales como: la concentración del poder económico y
político, el carácter racista y discriminatorio de la sociedad frente a la mayoría de la
población indígena, la exclusión económica y social de grandes sectores empobrecidos
mayas y ladinos.
Así también la ausencia de mecanismos institucionales que permitieran canalizar las
inquietudes, reclamaciones y propuestas de los distintos grupos, aunado a una cultura
política donde la intolerancia caracterizaba la totalidad de los comportamientos sociales,
en donde el poder estableció normas excluyentes, a través de los decretos de
excepción y las autoridades locales, municipales y de gobernación, así como toda la
entidad del Estado fue puesta bajo control y dominio del Ejército.
El conflicto armado interno en Guatemala se vio influido desde varios contextos: local,
nacional e internacional. Antes de éste, la población, en particular los indígenas, tenían
muchas quejas históricas y pocas razones para confiar en el gobierno. A nivel nacional
la política estaba dominada por militares que no permitían un cambio por la vida
democrática. En el plano internacional los dos grandes poderes, Estados Unidos de
América y la Unión Soviética, se disputaban el dominio mundial y fomentaban luchas
violentas entre sus aliados en diferentes países.
Durante este momento en la historia de Guatemala, el Estado cimentado en una cultura
de intolerancia y exclusiones étnicas, hace empleo del Ejército para aplacar cualquier
movimiento insurgente. Pues como relata Rodríguez (1964), el Ejército es la fuerza que
posee el Estado para su conservación y desarrollo, dispuesto a la defensa o al ataque
26
para impedir la destrucción de la nacionalidad o para darles sus naturales expansiones;
fuerza que siempre existe en todos los pueblos en forma visible u oculta a la
observación, pero con carácter de realidad y vigor necesarios, para que sobre ella
descanse la independencia y la tranquilidad de los países, que son éstas, las bases
fundamentales de su bienestar y de su progreso.
La misión del Ejército de Guatemala está claramente definida y establecida en la
Constitución Militar (1992), en donde se indica que el Ejército es una institución del
Estado, destinada a sostener la independencia y el honor de la Nación, así como la
integridad de su territorio y protección del imperio de la Constitución, la paz y el orden
interior, conforme las leyes de la República. Corresponde de esta manera, al Ejército de
Guatemala ser el órgano encargado del mantenimiento del orden y la normalidad de la
vida interior. Asegurar el derecho de existencia y la libertad de acción precisa, con
respecto al exterior, protegiendo al país de los intentos de pueblos extraños que
pudieran perjudicar los intereses y conveniencias de la Nación.
Según Hernández (1991), la carrera de la oficialidad del Ejército de Guatemala
constituye una de las profesiones reconocidas por el Estado, considerada como una de
las más nobles porque quienes la desempeñan se dedican especialmente al servicio de
la patria, con abnegación y desinterés personal se sacrifican para garantizar el
desarrollo nacional y la conservación de la paz, el orden público y la seguridad nacional.
Por ello, se considera deber de todo ciudadano defender y servir a la patria cuando las
circunstancias lo exijan, pero para poder llenar el papel de defensor, debe prepararse
por medio de la instrucción militar. Esta obligación se deriva de los derechos y
obligaciones que el Estado garantiza a los ciudadanos.
Debido a esto, la educación moral del soldado debe principiar por convencerle que el
Estado tiene derecho a exigirle su cooperación personal para la integración del Ejército
porque el servicio militar es un llamado a servir al interés nacional. Sin una comprensión
clara de las diferencias entre las obligaciones al país y la dedicación a los intereses
27
personales, una persona en el servicio militar no puede identificarse con la ética
profesional militar.
Por esta razón, Hernández (1991) resalta que dentro de los deberes para con la patria
del militar, el culto a la patria ocupa un lugar primordial en la vida de éste, pues
constituye una virtud que induce a los grandes sacrificios, a los más nobles hechos y a
la más sublime abnegación. Por ese amor se siente capaz de llevar a cabo empresas
gigantescas, por él se hacen abstracciones del propio bienestar personal y de la familia,
por él se sacrifica la felicidad personal y en casos necesarios, por obligaciones del
servicio de las armas, donde entre privaciones y vigilias se llegue quizá hasta encontrar
la muerte. Según este culto a la patria, la vida familiar y de pareja es algo que puede y
debe ser sacrificado por las obligaciones del servicio.
De lo anterior mencionado, se puede destacar que dentro de las relaciones de pareja,
gran parte de los conflictos se deben a que el cónyuge no cumple con las expectativas
creadas bajo deseos personales del otro. Es en ese momento, en el que el adecuado
uso de estrategias para la resolución de dicha problemática se hace necesario. Estas
destrezas se comienzan a desarrollar dentro del ámbito familiar, en donde el niño
aprende a través de la observación y posterior reproducción de patrones heredados de
la generación anterior. Sin embargo, este proceso se ve dificultado en las ocasiones en
el que unos de los padres se encuentra ausente del hogar, la cual puede ser definitiva a
causa de fallecimiento, o periódica debido al tipo de profesión que realiza alguno de los
padres. Y una de las profesiones que demanda este tipo de ausencias del hogar es la
carrera militar, sobre todo en tiempos de conflictos armados en los cuales se vea
involucrado el Estado a través del Ejército
28
II. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
Se considera a la familia como un grupo humano, cuya razón de existir es la
procreación, la crianza y la socialización de los hijos. Comellas (2009) cita a Flaker,
quien afirma que en la actualidad, la mayor importancia de la familia reside en que las
aspiraciones, valores y motivaciones de los individuos se encuentran altamente
influenciadas en ésta. De la misma manera, resulta responsable en gran medida de la
estabilidad emocional tanto en la infancia como en la vida adulta.
Asimismo expone que dentro de la familia, la percepción que tienen los hijos durante la
infancia acerca de los padres, influye sobre sus esquemas de relaciones afectivo-
sociales posteriores en la persona adulta. Esto debido a que durante un extenso
periodo de tiempo, el niño lleva a cabo un proceso de identificación con los padres a
través de un aprendizaje imitativo, lo cual lleva a crear una similitud entre las conductas
del niño y las de uno o ambos padres.
Esta identificación también influye en el momento de la elección de pareja y en la
manera en que se relaciona con ella. En muchas ocasiones, este proceso de
identificación se ve interferido por la ausencia de la figura paterna en el hogar. Ésta no
solamente ocurre en contextos como el divorcio o la muerte, también se debe a
separaciones inesperadas y por periodos de tiempo indeterminados debido al tipo de
profesión en la que el padre se desempeña.
Durante el conflicto armado interno que se vivió en Guatemala durante 36 años,
muchos de los oficiales del Ejército tuvieron que ausentarse constantemente y por
largos periodos de tiempo de sus hogares. Tiempo durante el cual, la relación con la
familia era escasa o nula, ya que no se contaba con la tecnología para acceder a un
sistema de comunicaciones que permitiera mantener dicho contacto. Así mismo, en
muchas ocasiones, el tiempo que el oficial permanecería en el área de combate sin
poder regresar a su hogar, era inespecífico debido a la naturaleza del tipo de
operaciones militares que se llevaron a cabo.
29
Chandra (2011), en un estudio realizado con niños hijos de padres militares
desplegados a combate, encontró que dichos niños exhibían ser más propensos a
presentar conflictos emocionales, así como sentimientos de incomprensión por parte de
los miembros de la comunidad en la que habitan. Dichas dificultades persistían aún en
la edad adulta, lo que afectaba a su vez las relaciones de pareja.
Teniendo en consideración lo anterior descrito, el presente trabajo busca dar respuesta
a la siguiente interrogante:
¿Qué estrategias se emplean para la resolución de conflictos en parejas donde el
hombre es hijo de un militar que estuvo ausente del hogar durante el conflicto armado
interno de Guatemala?
2.1 OBJETIVOS
2.1.1 Objetivo General
Determinar las estrategias para la resolución de conflictos, que emplean parejas
donde el hombre es hijo de un militar que estuvo ausente del hogar durante el
conflicto armado interno de Guatemala.
2.1.2 Objetivos Específicos
Establecer la frecuencia con que cada miembro de la pareja, hace empleo de
estrategias de afrontamiento asertivas ante situaciones conflictivas centradas
en el ámbito marital.
Determinar el número de ocasiones en que cada miembro de la pareja hace uso
de estrategias de afrontamiento agresivas frente a situaciones conflictivas en el
contexto marital.
30
Determinar la frecuencia en la que se hace uso de la estrategia de sumisión por
parte de cada miembro de la pareja, para el afrontamiento de escenarios
conflictivos en la vida conyugal.
Establecer el número de veces en que cada miembro de la pareja utiliza
estrategias pasivas para afrontar dicha problemática dentro del ámbito marital y
ante situaciones conflictivas.
Comparar la percepción que posee el hombre sobre sí mismo, con la que tiene
su cónyuge en cuanto al uso de estrategias de afrontamiento ante las
situaciones conflictivas normales de la convivencia marital.
Comparar la percepción que posee la mujer sobre sí misma, con la que tiene su
cónyuge en cuanto al uso de estrategias de afrontamiento ante las situaciones
conflictivas normales de la convivencia marital.
2.2 VARIABLES
Estrategias de resolución de conflictos de pareja
2.3 DEFINICIÓN DE VARIABLES
2.3.1 Definición Conceptual
Las estrategias en resolución de conflictos son aquellas herramientas que se utilizan
para llegar al desenlace, ya sea adecuado o inadecuado, de una situación
problemática. Garaigordobil (2005) menciona dentro de estas estrategias, aquellas
consideradas como asertivas, que son las que se afronta directamente la situación
conflictiva, y se plantean conductas eficaces para conseguir el objetivo de un modo no
agresivo (desarrollar habilidad, pedir, expresar sus sentimientos, hace valer sus
derechos, diálogo y razonamiento con el otro). Así mismo, se consideran estrategias
pasivas a aquellas en las que no se aborda directamente la situación conflictiva y se
plantean respuestas de inhibición (no se realiza ninguna acción), de sumisión, de
31
evitación de la situación, o se busca ayuda de otros para su resolución. Y se evalúan
como estrategias agresivas, aquellas en las que se responde con conductas agresivas
o negativas ante el conflicto (amenazas, agresiones físicas y verbales, descalificaciones
del otro, chantajes, denuncia a otros para imposición de castigo).
2.3.2 Definición Operacional
En esta investigación serán las herramientas que las parejas, conformadas por hijos de
militares y sus cónyuges, utilizan para enfrentar una situación problemática. Se medirán
por medio del Cuestionario de Aserción en la Pareja, ASPA, que evalúa las estrategias
para afrontar conflictos en la convivencia marital a través de las siguientes subescalas:
Escala de Aserción.
Escala de Agresión.
Escala de Sumisión.
Escala de Agresión-pasiva.
2.4 ALCANCES Y LÍMITES
Al hacer referencia de resolución de conflictos y las estrategias que se emplean para
afrontarlos, se está hablando sobre un tema extenso. En esta investigación se
estudiaron solamente las estrategias utilizadas ante situaciones conflictivas centradas
en el ámbito marital, que emplean las parejas donde el hombre es hijo de un militar que
estuvo ausente del hogar durante el conflicto armado interno de Guatemala. Por lo
anterior, los resultados sólo se aplican a esta población o las que tengan características
similares, y únicamente a las estrategias de resolución de conflictos que se reporten a
través del Cuestionario de Aserción en la Pareja.
Para este estudio no se tomaron en consideración como parte de la muestra, a las hijas
de los oficiales del Ejército. Así tampoco a las parejas que se encuentran en situación
de divorcio o separación.
32
Sin embargo, al no utilizarse un grupo control de cónyuges cuyos padres hubiesen
estado por lo menos físicamente presentes durante su etapa de desarrollo, resultó
imposible realizar cualquier tipo de atribución o generalización del uso de determinado
tipo de estrategias de resolución de conflictos por parte del cónyuge masculino y el
hecho que ésto esté de una forma u otra relacionado o matizado por la ausencia del
padre.
2.5 APORTES
El principal aporte de este estudio es el conocimiento de las estrategias que se emplean
para la resolución de conflictos maritales, en parejas donde el hombre es hijo de un
padre que tuvo que ausentarse del hogar en reiteradas ocasiones y por periodos de
tiempo indeterminados, a causa del tipo de profesión en la que el padre se desempeña
(en este caso, un padre militar ausente de casa debido al conflicto armado interno de
Guatemala).
A la institución armada de Guatemala, el estudio expone consecuencias desde la
dinámica de los hijos de los militares que estuvieron en combate, y cómo la ausencia
constante del padre y falta de comunicación durante estos periodos de tiempo, podría
haber repercutido en su desarrollo posterior de habilidades para la resolución de
conflictos dentro de sus relaciones de pareja. Este conocimiento puede ser empleado
para apoyar el desarrollo de posteriores programas, con los cuales se busque minimizar
este tipo de consecuencias.
Finalmente, a los profesionales de la carrera de psicología, este estudio es significativo
debido a que se establecen elementos importantes, en cuanto al conocimiento de las
estrategias de resolución de conflictos maritales, que son utilizados por sujetos que en
su infancia, tuvieron un padre que se ausentó del hogar en reiteradas ocasiones y en
cada ocasión, el tiempo de ausencia era desconocido tanto para el padre como para la
familia, con lo cual se podrá realizar una mejor intervención en clínica con pacientes
que presenten características similares.
33
III. MÉTODO
3.1 SUJETOS
De acuerdo con los fines que esta investigación pretende, los sujetos de estudio son
personas de género masculino y su pareja, en situación de matrimonio o unión libre,
residentes en el país, nacidos entre los años de 1979 a 1983 (que en la actualidad se
encuentran entre los 27 y los 32 años), cuyos padres son oficiales del Ejército de
Guatemala, que ocuparon puestos jerárquicos de oficialidad subalterna (subtenientes,
tenientes y capitanes) en los años de 1983 a 1987. Estos sujetos que componen la
muestra poseen como mínimo un nivel educativo de diversificado. Asimismo, no se
tomó en consideración el nivel socioeconómico de los sujetos, creencias religiosas ni la
tenencia o ausencia de hijos.
Para la elaboración del presente estudio se contó con una muestra de 25 sujetos, cada
uno con su pareja. De acuerdo al registro de nacimientos del Centro Médico Militar
existe una población de 48 hijos varones nacidos en el periodo de tiempo arriba
mencionado.
Así mismo, se incluyen algunos datos importantes sobre las parejas de estudio, como
son el número de hijos (ver tabla No.1) y el tiempo que llevan viviendo en pareja (ver
tabla No.2).
Tabla No.1 Número de hijos
En esta tabla se presenta la cantidad de parejas con su respectivo número de hijos
Frecuencia Porcentaje válido Porcentaje
acumulado
Sin hijos
1 hijo
2 hijos
3 hijos
Total
1 4.0 4.0
13 52.0 56.0
9 36.0 92.0
2 8.0 100.0
25 100.0
34
Tabla No.2 Años que llevan conviviendo en pareja
En esta tabla se presenta la cantidad en años que llevan las parejas conviviendo juntos
Frecuencia Porcentaje válido Porcentaje
acumulado
1 año
2 años
3 años
4 años
5 años
6 años
7 años
8 años
9 años
10 años
Total
1 4.0 4.0
6 24.0 28.0
2 8.0 36.0
6 24.0 60.0
4 16.0 76.0
1 4.0 80.0
1 4.0 84.0
1 4.0 88.0
1 4.0 92.0
2 8.0 100.0
25 100.0
35
3.2 INSTRUMENTO
Para llevar a cabo la investigación se utilizó el Cuestionario de Aserción en la Pareja,
formas A y B (ASPA), realizado Carrasco (1996). Éste permite evaluar la frecuencia
con que son empleadas cuatro tipos diferentes de estrategias de afrontamiento en
situaciones conflictivas, que pueden surgir dentro de la convivencia marital.
Esta evaluación se realiza de dos formas: por un lado cada sujeto se evalúa a sí mismo
(FORMA A) y por otro evalúa el comportamiento de su pareja (FORMA B). Esto permite
confrontar la visión que tiene cada persona sobre su forma de encarar situaciones
problemáticas normales en una convivencia de pareja con la que de él o ella tiene su
cónyuge.
Tanto en la Forma A como la Forma B, el cuestionario está compuesto por 40
elementos, con 10 elementos para cada una de las cuatro subescalas que lo
componen: la escala de Aserción, la de Agresión, la de Sumisión y la de Agresión-
pasiva. Las dos formas se presentan en un único cuadernillo, que contiene una forma
36
en cada cara para facilitar las instrucciones y evitar confusiones a la hora de contestar
el cuestionario.
Las definiciones de las cuatro diferentes categorías de conductas son:
Aserción: Expresión de los sentimientos, preferencias u opiniones personales de
una manera directa, sin intentar forzar el acuerdo del otro a través del control
aversivo, tal como castigo y amenaza de castigo. Uno puede expresar
asertivamente sentimientos positivos y negativos, considerando entre los
primeros el afecto y entre los segundos el enfado o la ira.
Agresión: Expresión de los sentimientos, preferencias u opiniones personales de
una manera que incluye el uso explícito de formas coactivas para forzar el
acuerdo del otro. La coacción incluye la expresión de castigo y amenazas. El
castigo explicito incluye el denigrar, insultar, la agresión física y declaraciones
directas de ostracismo social. Las amenazas directas incluyen avisos de posibles
castigos.
Sumisión: Carencia de expresión directa y clara de los sentimientos, preferencias
u opiniones personales, y sometimiento automático a las preferencias, poder o
autoridad del otro.
Agresión-Pasividad: Carencia de expresión directa y clara de las preferencias,
sentimientos u opiniones personales, mientras que, de forma indirecta se intenta
coaccionar a la otra persona para que ceda. La coacción indirecta incluye infligir
indirectamente castigos y amenazas. Los intentos de oponerse o manipular al
otro incluirían la retirada de afecto, “las malas caras”, la obstrucción pasiva,
insinuaciones de agravio y ostracismo social encubierto a través del corte de
comunicación (“los silencios”).
El cuestionario describe diez situaciones que recogen aspectos representativos de la
vida en pareja en temas generales como relaciones sexuales, manifestaciones de
afecto o interés, comunicación, tiempo libre o tareas caseras. La conflictividad que se
37
plantea en las distintas situaciones se centra en: ser ignorada en demandas o
planteamientos respecto a temas concretos, enfrentarse a desacuerdos, demandar
realización de tareas cuyo cumplimiento es desagradable o poco grato, ser criticado,
ser insultado, menospreciado o ignorado. Estas diez situaciones se repiten a lo largo
del cuestionario, variando la forma concreta de enfrentarse a cada una de ellas. Esta
variación recoge los cuatro tipos de comportamiento evaluados por el cuestionario,
distribuyéndose éstos al azar en el instrumento.
Para cada elemento, se le pide a la persona que indique la frecuencia con que tiende a
comportarse de la forma descrita, mediante una escala de seis puntos: (1) casi nunca,
(2) pocas veces, (3) ocasionalmente, (4) bastante a menudo, (5) generalmente y (6)
casi siempre.
A través de este cuestionario se obtienen perfiles individuales, que consisten en cuatro
puntuaciones de razón que reflejan la probabilidad relativa, en tanto por ciento, de
conducirse en cada uno de los cuatro estilos. Para ello, se ha confeccionado una hoja
de respuestas diseñada especialmente para facilitar la contestación a los elementos y la
corrección de la prueba, sin necesidad de plantilla. Se debe en cada caso indicar en la
hoja si se ha utilizado la Forma A o la Forma B del cuestionario.
La corrección puede ser efectuada por el propio sujeto examinado o por el examinador.
Para ello, en cada uno de los elementos, el valor asignado por el sujeto se traslada a la
casilla en blanco que figura a la derecha. Una vez anotado los valores asignados a
cada uno de los elementos, se totalizan verticalmente cada una de las columnas
correspondientes a las cuatro subescalas de la prueba. Se calcula primero el subtotal
correspondiente a los elementos del 1 al 20, a continuación el subtotal correspondiente
a los elementos 21 a 40 y finalmente el total de los 40 elementos. Estas puntuaciones
directas totales (PD) están comprendidas entre 10 y 60 para cada subescala. A
continuación, se obtiene el total general para las cuatro subescalas (TG) sumando las
puntuaciones directas de cada subescala. La puntuación final de cada subescala
38
(puntuación PR) se consigue multiplicando el total de puntos alcanzados en ella por 100
y dividiendo el resultado por el total general de las cuatro subescalas (TG):
PR = PD * 100 / TG
La justificación del uso de este sistema de puntuación radica en la finalidad de la
prueba, que no es tanto la evaluación del sujeto en valores absolutos o en comparación
de la población en general, cuanto analizar qué estrategias usa con mayor frecuencia
en sus relaciones de pareja. No se trata de saber sí el sujeto es poco o muy agresivo
sino en qué proporción, al relacionarse con su pareja, usa conductas agresivas,
sumisas, asertivas, etc. Así mismo, el sistema de puntuación evita puntuaciones
extremas que son poco coherentes con la complejidad que el ser humano suele mostrar
en sus conductas. La puntuación mínima que puede obtenerse en una subescala es de
5.26 (10/190) y la puntuación máxima posible es de 66.7 (66/190).
Para el estudio psicométrico del presente cuestionario, la muestra estuvo compuesta
por 418 personas en España (209 parejas) que voluntariamente accedieron a colaborar
en el estudio, reclutadas de la población general (ver tabla No.3). Para su participación
en el proyecto se puso como requisito que los cuestionarios fueran completados por
ambos miembros de la pareja, además que la pareja llevara conviviendo al menos un
año. Esto se basa fundamentalmente, en el tipo de situaciones que se describen en el
cuestionario, ya que los diversos estilos de comportamiento a la hora de manejar
situaciones conflictivas en la vida de una pareja, cambian sustancialmente desde la
fase de noviazgo a la de una convivencia continua. Asimismo, como el conflicto es una
resultante ineludible de la convivencia, las parejas que llevan un cierto tiempo de vida
marital se han tenido que enfrentar ya a una seria de situaciones conflictivas, por lo que
la muestra de comportamientos, que se recoge a través del instrumento, reflejará más
fielmente las formas de funcionar actuales que muestran los cónyuges.
39
Tabla No.3 Características de la muestra utilizada para validar
el instrumento empleado en el estudio
Fuente: Carrasco (1996).
En esta tabla se presentan las características de la muestra utilizada para validar el Cuestionario de Aserción en la Pareja.
Para evaluar la fiabilidad de las cuatro escalas del ASPA, en sus formas A y B, se ha
utilizado el coeficiente alfa de Cronbach y el método de las dos mitades según el
coeficiente de Spearman-Brown (ver tabla No.4). En general, todas las subescalas
muestran una fiabilidad alta (0.81), siendo estos valores menores en la escala de
sumisión (0.72).
Tabla No.4
Valores de la fiabilidad de las cuatro subescalas del ASPA-Forma A
Valores de la fiabilidad de las cuatro subescalas del ASPA-Forma B
Coeficiente α
de Cronbach
Coeficiente de
Spearman-
Brown Aserción
Agresión
Sumisión
Agresión-pasiva
0.83
0.81
0.75
0.84
0.83
0.82
0.72
0.84
Fuente: Carrasco (1996). Fuente: Carrasco (1996).
Estas tablas muestran el coeficiente alfa de Cronbach y el método de las dos mitades según el coeficiente de Spearman-Brown, empleado para evaluar la fiabilidad de las cuatro escalas del ASPA, en sus formas A y B.
Dicho cuestionario ha sido validado en España, sin embargo se emplea en la práctica
clínica con población guatemalteca en el Centro Landivariano de Práctica, aunque aún
no ha sido validado para dicha población.
Número de sujetos: 418 (209 parejas) Varones: 209 (50%) Casados con su pareja actual: 372 (89%) Mujeres: 209 (50%) No casados con su pareja actual: 46 (11%)
Valor
Medio
Desviación
Típica
Valor
Mínimo
Valor
Máximo Edad
Edad Varones
Edad Mujeres
Años de Convivencia
Numero de Hijos
37.4
38.6
36.2
12.1
1.5
10.9
11.2
10.4
10.3
1.3
19
22
19
1
0
69
69
63
38
5
Coeficiente α
de Cronbach
Coeficiente de
Spearman-
Brown Aserción
Agresión
Sumisión
Agresión-pasiva
0.96
0.92
0.92
0.94
0.95
0.92
0.91
0.94
40
3.3 PROCEDIMIENTO
Para cumplir con las metas de la presente investigación, se llevó a cabo el siguiente
programa de actividades:
Se seleccionó el tema de estudio, partiendo de la manera en que son abordados
los problemas dentro de las parejas.
Se recabó información sobre el tema, a través de investigaciones nacionales e
internacionales relevantes, así como literatura profesionalmente especializada,
para fundamentar la investigación.
Se determinó el método a utilizar y se seleccionó el Cuestionario de Aserción en
la Pareja, formas A y B (ASPA), como instrumento para recopilación de
información. Éste permite evaluar la frecuencia con que son empleadas cuatro
tipos diferentes de estrategias de afrontamiento en situaciones conflictivas, que
pueden surgir dentro de la convivencia marital.
Se delimitó la población a través de la información obtenida en base a los
registros de nacimientos que se manejan en el Centro Medico Militar, entre los
años de 1979 a 1983, cuyos padres fueran oficiales del Ejército de Guatemala,
que ocuparon puestos jerárquicos de oficialidad subalterna en los años de 1983
a 1987.
Se ubicó a través de llamadas telefónicas a los sujetos de estudio, con lo cual se
concertaron las citas para llegar a realizarles una visita a sus casas, y de esta
manera conversar con ellos y aplicarles la prueba antes mencionada.
Luego se procedió a calificar las pruebas, y para ello en cada uno de los
elementos, el valor asignado por el sujeto se traslada a la casilla en blanco que
figura a la derecha de la hoja de respuestas. Una vez anotado los valores
41
asignados a cada uno de los elementos, se totalizan verticalmente cada una de
las columnas correspondientes a las cuatro subescalas de la prueba.
Se procedió a obtener los perfiles individuales, que consisten en cuatro
puntuaciones de razón que reflejan la probabilidad relativa, en tanto por ciento,
de conducirse en cada uno de los cuatro estilos.
Luego se tabularon y analizaron los resultados mediante procedimientos
estadísticos descriptivos, los cuales se fundamentan en las medidas de
tendencia central y dispersión como lo son la desviación estándar, distribución de
frecuencias, media, mediana y moda, para establecer las estrategias de
resolución de conflictos más empleadas dentro del grupo de estudio.
Se realizó la discusión de resultados, a través de la comparación de éstos con la
teoría y otras investigaciones.
Por último, se establecieron las conclusiones y recomendaciones pertinentes.
3.4 DISEÑO
La presente investigación tiene un enfoque cuantitativo, con diseño no experimental de
tipo transversal. El enfoque cuantitativo se encuentra definido por Hernández,
Fernández y Baptista (2006), como aquel que recolecta datos, a través de la medición
numérica y el análisis estadístico, con la finalidad de establecer patrones de conducta y
verificar teorías. Exponen además, que la investigación de tipo no experimental, es
aquella en la que no existe manipulación deliberada de las variables, únicamente se
limita a registrar los datos en su ambiente natural, para luego analizarlos. Al ser
transversal, refieren que los datos se recopilan en un único momento. Los mismos
autores, señalan que el alcance descriptivo, determina las características y rasgos
propios de la población en estudio.
42
3.5 METODOLOGÍA ESTADÍSTICA
Para realizar el análisis estadístico se empleó estadística descriptiva: la desviación
estándar, frecuencias y porcentajes, media, mediana, moda. Hernández et al. (2006)
describen las medidas de tendencia central como los valores centrales de una
distribución, los cuales se utilizan para ubicarla dentro de la escala de medición, y las
definen de la siguiente manera:
La media es el promedio aritmético de una distribución y es la medida de
tendencia central más utilizada.
La mediana es el valor que divide la distribución por la mitad, reflejando la
posición intermedia de la distribución.
La moda es la categoría o puntuación que se presenta con mayor frecuencia.
La desviación estándar es el promedio de desviación de las puntuaciones con
respecto a la media que se expresa en las unidades originales de medición de la
distribución.
Una distribución de frecuencias, es un conjunto de puntuaciones ordenadas en
sus respectivas categorías.
Los datos fueron procesados por el programa SPSS (Statistical Package for the Social
Science) versión 16.0.
43
IV. PRESENTACIÓN Y ANÁLISIS DE RESULTADOS
La presente investigación se realizó con la finalidad de determinar las estrategias para
la resolución de conflictos, que emplean parejas donde el hombre es hijo de un militar
que estuvo ausente del hogar durante el conflicto armado interno de Guatemala. Los
resultados se presentan en forma de tablas para facilitar su interpretación y
comprensión.
Percepción que cada miembro de la pareja tiene sobre su propia manera de afrontar
situaciones problemáticas habituales en la convivencia de pareja.
Tabla No.05 Percepción que tiene la mujer de sí misma con respecto a las
estrategias de resolución de conflictos en pareja que percibe utilizar.
a. Existen varias modas. Se mostrará el menor de los valores.
En la tabla No.5 se observan las medidas de tendencia central (media, mediana y
moda), así como de dispersión (desviación estándar y rango) y los punteos mínimo y
máximo obtenidos por la muestra de mujeres, en cada una de las subescalas del
Cuestionario de Aserción en la Pareja. Dichos datos corresponden a cómo la mujer se
percibe a sí misma, en donde cada promedio se transformó en un porcentaje de cuán
presente está en su conducta, cada una de las estrategias de afrontamiento en
Asertiva Agresiva Sumisa Agresiva pasiva
N Válidos 25 25 25 25
Perdidos 0 0 0 0
Media 40.4400 21.8800 23.8800 17.2400
Mediana 41.0000 21.0000 22.0000 17.0000
Moda 42.00 14.00 17.00a 11.00
Desviación típica 4.77039 7.29909 7.41800 5.75384
Rango 21.00 26.00 32.00 24.00
Mínimo 28.00 12.00 14.00 10.00
Máximo 49.00 38.00 46.00 34.00
44
situaciones conflictivas que surgen dentro de la convivencia marital. De esta cuenta se
observa que se perciben en su actuar en la resolución de conflictos de pareja con
estrategias de tipo:
39% asertivas
21% agresivas
23% sumisas,
17% agresiva pasiva.
Tabla No. 06 Percepción que tiene el hombre de sí mismo sobre las estrategias de
resolución de conflictos en pareja que percibe emplear
a. Existen varias modas. Se mostrará el menor de los valores.
En la tabla No.6 se muestran los datos de la media, mediana, moda, desviación
estándar, rango y punteos mínimo y máximo para cada una de las subescalas del
Cuestionario de Aserción en la Pareja en la muestra de género masculino. A partir de
los datos de la media, se transformaron en porcentajes, de tal forma que se aprecia que
los hombres perciben que emplean estrategias de afrontamiento en situaciones
conflictivas con sus parejas en:
39% asertivos,
23% agresivos,
21% sumisos
17% agresivo pasivos.
Asertiva Agresiva Sumisa Agresiva pasiva
N Válidos 25 25 25 25
Perdidos 0 0 0 0
Media 43.0000 25.6400 23.4400 18.7200
Mediana 44.0000 25.0000 25.0000 18.0000
Moda 45.00 24.00 14.00a 20.00
Desviación típica 4.21307 8.66929 6.95869 5.19230
Rango 17.00 30.00 22.00 20.00
Mínimo 35.00 10.00 12.00 11.00
Máximo 52.00 40.00 34.00 31.00
Percepción que cada miembro tiene sobre la manera en que la pareja encara las
situaciones problemáticas habituales en la convivencia de pareja.
Tabla No. 07 Percepción que tiene la mujer sobre el tipo de estrategias de
resolución de conflictos que emplea su cónyuge
Asertiva Agresiva Sumisa Agresiva pasiva
N Válidos 25 25 25 25
Perdidos 0 0 0 0
Media 24.2800 44.2000 15.4400 21.9200
Mediana 21.0000 42.0000 14.0000 21.0000
Moda 19.00a 42.00 13.00 15.00
Desviación típica 8.38908 7.34847 4.53762 7.39324
Rango 30.00 29.00 17.00 26.00
Mínimo 12.00 28.00 10.00 10.00
Máximo 42.00 57.00 27.00 36.00
a. Existen varias modas. Se mostrará el menor de los valores.
En la tabla No.7 se presenta la información de la estadística descriptiva en cuanto a
medidas de tendencia central y dispersión, para cada una de las subescalas del
Cuestionario de Aserción en la Pareja, desde el punto de vista de cómo observan las
mujeres la conducta de su pareja. De manera que ellas perciben que su cónyuge
emplea estrategias de afrontamiento para resolución de conflicto de pareja de acuerdo
con los siguientes datos:
23% como asertivos,
42% agresivos,
14% sumisos
21% agresivo pasivos.
46
Tabla No.08 Percepción que tiene el hombre sobre el tipo de estrategias que
frecuentemente utiliza su cónyuge para la resolución de conflictos
La tabla No. 8 expone las medidas de tendencia central y de dispersión de los
resultados en cada una de las subescalas del Cuestionario de Aserción en la Pareja,
desde la perspectiva del hombre sobre la conducta de su pareja. Quedando de la
siguiente manera la percepción que ellos poseen sobre su cónyuge, del uso de
estrategias de afrontamiento como:
25% asertivas
16% agresivas
20% sumisas
39% agresiva pasivas.
Asertiva Agresiva Sumisa Agresiva pasiva
N Válidos 25 25 25 25
Perdidos 0 0 0 0
Media 27.6000 17.6800 21.6800 43.8000
Mediana 27.0000 17.0000 21.0000 44.0000
Moda 35.00 13.00 21.00 41.00
Desviación típica 6.97017 5.80029 6.17603 4.75219
Rango 24.00 21.00 23.00 18.00
Mínimo 15.00 10.00 12.00 34.00
Máximo 39.00 31.00 35.00 52.00
47
Tabla No. 09 Comparación entre la percepción que posee cada sujeto de sí
mismo y la que presenta su pareja.
La utilización de las dos formas del ASPA, A y B, posibilitó la obtención de una visión de
la relación más amplia, ya que permitió no sólo tener información de cómo se ve cada
miembro en las actuaciones con su pareja, sino también de cómo lo percibe su pareja.
Esto tiene una especial relevancia en un campo de interacción compleja, como es el de
las relaciones de pareja, en el que los comportamientos de ambos cónyuges se ven
afectados por procesos de influencia mutua. Aquí se puede apreciar que existe una
gran discrepancia entre cómo se percibe a sí mismo cada uno de los sujetos en
comparación a cómo es percibido por su pareja. Esta divergencia en el hombre es
sumamente notoria en cuanto a las estrategias de afrontamientos asertivas que
considera manejar ante los conflictos, las cuales contrastan contra la forma agresiva a
la que responde a estos según la percepción de su pareja. De igual manera, existe una
gran diferencia en la percepción propia que presenta la mujer en cuanto al mayor uso
de estrategias asertivas, frente a la apreciación que tiene la pareja sobre el empleo de
estrategia agresiva pasiva en la resolución de conflictos. Esta gran diferencia en la
valoración que hace un cónyuge sobre sus propios comportamientos y la que hace de
él su pareja, suele estar relacionada con un historial de dificultades sin resolver y una
relación conflictiva, desde la que cada cónyuge percibe al otro.
A continuación se presenta de manera gráfica los resultados anteriormente descritos:
(ver graficas No.1 a la No.8)
Cómo se percibe
la mujer a sí
misma
Cómo es
percibida la mujer
por su pareja
Cómo se percibe
el hombre a sí
mismo
Cómo es percibido
el hombre por su
pareja
Asertivas 39% 25% 39% 23%
Agresivas 21% 16% 23% 42%
Sumisas 23% 20% 21% 14%
Agresiva pasiva
17% 39% 17% 21%
48
Grafica No.1 Comparación de la propia percepción que presenta la mujer en el uso
de estrategias asertivas para la resolución de conflictos, contra la de su cónyuge
Se presentan las puntuaciones de razón de la percepción que tiene la mujer sobre sí misma, en comparación con la percepción que de ella posee su pareja, en cuanto al uso de la asertividad como estrategia de resolución de conflictos en el ámbito marital.
Grafica No.2 Comparación de la propia percepción que presenta el hombre en el uso
de estrategias asertivas para la resolución de conflictos, contra la de su cónyuge
Se muestran las puntuaciones de razón sobre la percepción que tiene el hombre de sí mismo, en comparación con la percepción que de él posee su pareja, en cuanto al uso de la asertividad como estrategia de resolución de conflictos en el ámbito marital.
49
Grafica No.3 Comparación de la propia percepción que presenta el hombre en el uso
de estrategias agresivas para la resolución de conflictos, contra la de su cónyuge
Se presentan las puntuaciones razón de la percepción que tiene el hombre sobre sí mismo, en comparación con la percepción que de él posee su pareja en cuanto al uso de la agresividad como estrategia de resolución de conflictos en el ámbito marital.
Grafica No. 4 Comparación de la propia percepción que presenta la mujer en el uso
de estrategias agresivas para la resolución de conflictos, contra la de su cónyuge
Se presentan las puntuaciones razón de cómo la mujer se percibe a sí misma en cuanto al uso
de la agresividad como estrategias de resolución de conflictos en el ámbito marital en
comparación a la percepción que tiene de ella su pareja.
50
Grafica No.5 Comparación de la propia percepción que presenta la mujer en el uso de
estrategias de sumisión para la resolución de conflictos, contra la de su cónyuge
Se presentan las puntuaciones de razón de la percepción que tiene la mujer sobre sí misma, en comparación con la percepción que de ella posee su pareja, en cuanto al uso de la sumisión como estrategia de resolución de conflictos en el ámbito marital.
Grafica No.6 Comparación de la propia percepción que presenta el hombre en el uso
de estrategias de sumisión para la resolución de conflictos, contra la de su cónyuge
Se presentan las puntuaciones razón de la percepción que tiene el hombre sobre sí mismo, en comparación con la percepción que de él posee su pareja, en cuanto al uso de la sumisión como estrategia de resolución de conflictos en el ámbito marital.
51
Grafica No.7 Comparación de la propia percepción que presenta la mujer en el uso de
estrategias de agresividad pasiva para la resolución de conflictos, contra la de su
cónyuge
Se presentan las puntuaciones de razón de la percepción que tiene la mujer sobre sí misma, en comparación con la percepción que de ella posee su pareja, en cuanto al uso de la sumisión como estrategia de resolución de conflictos en el ámbito marital.
Grafica No.8 Comparación de la propia percepción que presenta el hombre en el uso
de estrategias de agresividad pasiva para la resolución de conflictos, contra la de su
cónyuge
Se presentan las puntuaciones razón de la percepción que tiene el hombre sobre sí mismo, en comparación con la percepción que de él posee su pareja en cuanto al uso de la agresividad pasiva como estrategia de resolución de conflictos en el ámbito marital.
52
V. DISCUSIÓN DE RESULTADOS
Los conflictos son inherentes a la condición humana, desde los conflictos
intrapsíquicos, hasta los de relaciones interpersonales y como es el caso de esta
investigación, las relaciones emocionales. Estos modifican estructuras de poder,
generan tensiones capaces de crear y construir, por lo cual son oportunidades de
transformación del entorno. Los conflictos en las relaciones emocionales significativas
pueden fortalecerlas o deteriorarlas, en función de cómo sea el proceso de resolución, y
dentro de las relaciones de pareja, gran parte de los conflictos se generan en el
momento en que el cónyuge no cumple con las expectativas creadas bajo deseos
personales del otro. Es en este momento, en el que un adecuado uso de estrategias
para la resolución de dicha problemática se hace necesario. Dichas destrezas se
comienzan a desarrollar dentro del ámbito familiar, a través de la observación y
posterior reproducción e imitación. No obstante, este proceso se dificulta en las
ocasiones en el que uno de los padres se ha ausentado del hogar, lo cual puede ser
definitivo a causa de fallecimiento, o periódico debido al tipo de profesión que realiza
alguno de los padres. Y una de las profesiones que demanda este tipo de ausencias del
hogar es la carrera militar, sobre todo en tiempos de conflictos armados en los cuales
se vea involucrado el Estado a través del Ejército.
Por lo anterior mencionado, se consideró necesario realizar un estudio para determinar
las estrategias para la resolución de conflictos, que se emplean en las parejas en donde
el hombre es hijo de un militar que estuvo ausente del hogar durante el conflicto armado
interno de Guatemala, para así poseer una mejor comprensión sobre la dinámica que
se maneja dentro de este tipo de hogares, sin embargo como ya se mencionó dentro de
las limitantes del estudio, al carecer éste de un grupo control, en que los cónyuges
masculinos hubiesen tenido un padre físicamente presente en el hogar durante la etapa
de crecimiento en que se desarrollen este tipo de destrezas, resultó imposible realizar
cualquier tipo de atribución o de señalamiento a la relación que existe entre el tipo de
estrategias utilizadas por el cónyuge masculino y la ausencia del padre, quedando
53
entonces éstos señalamientos técnicamente a nivel de inferencias sin un resultado
firme que les llegue a validar y conferirles peso.
Para determinar las estrategias de resolución de conflictos se emplearon las cuatro
subescalas del Cuestionario de Aserción en la Pareja, formas A y B (ASPA), lo cual
permitió evaluar la frecuencia con que son empleados los diferentes tipos de estrategias
de afrontamiento en situaciones conflictivas, que pueden surgir dentro de la convivencia
marital.
En la tabla No.5 y la tabla No.6 se presentaron los datos que corresponden a cómo
cada miembro de la pareja se percibe a sí mismo dentro de la dinámica marital ante
situaciones conflictivas. En estos resultados se pudo apreciar que tanto hombres como
mujeres consideran que hacen empleo de estrategias de afrontamiento asertivas la
mayor cantidad de ocasiones en las que surgen situaciones conflictivas. Lo que
representaría que se ven a sí mismos como personas que exponen de forma clara y
abierta sus opiniones, preferencias y/o sentimientos, sin que ello implique la utilización
de medios coercitivos o punitivos. Asimismo, es el hombre quien considera presentar
estrategias agresivas con un porcentaje levemente mayor que las mujeres, siendo en
ellas, la estrategia de sumisión la segunda más empleada. La estrategia de agresividad
pasiva es la menor empleada y se presenta en igual porcentaje en ambos. También
esto puede llegar a plantear qué es lo que tanto hombre como mujer entienden por
asertividad, así como el significado que esta palabra denote dentro del ambiente
cultural guatemalteco y muy especialmente en la subcultura del mundo militar.
En la tabla No.7 y la tabla No.8 se presentaron los datos correspondientes a cómo cada
miembro de la pareja percibe al otro dentro de la dinámica marital ante situaciones
conflictivas. En estos resultados, se pudo apreciar que las mujeres consideran que sus
parejas hacen mayor uso de estrategias de afrontamiento agresivas ante situaciones
conflictivas dentro de la vida marital (un porcentaje casi dos veces mayor que de
estrategias asertivas). Lo que representaría que el hombre es percibido como poseedor
de un carácter punitivo y aversivo, con lo que esto supone la tensión y malestar y el
54
consiguiente deterioro de la relación, generando así un ambiente de resentimiento en el
que difícilmente se logran acuerdos para solventar las dificultades de manera
satisfactoria para ambos cónyuges. Por su lado, los hombres perciben que sus parejas
hacen mayor utilización de estrategias de agresividad pasiva frente a situaciones
conflictivas. Una mayor presencia de este tipo de conducta implicaría unos niveles de
comunicación y entendimiento más deteriorados ya que se vive un clima de relación
conflictivo por la aversividad que estas conductas generan en la pareja, sin existir una
posición clara en relación a los planteamientos problemáticos.
Si en algún momento, un integrante de la pareja considera que la raíz de su
insatisfacción radica en la actitud o el comportamiento del cónyuge, podría emplear
estrategias coercitivas para hacerle cambiar. Ante esta situación pueden darse dos
opciones inadecuadas de respuesta: la sumisión al otro o la devolución de la agresión y
el inicio de una espiral de conflictos.
En el estudio realizado por Caniz (2011) con la finalidad de describir los factores
familiares que están asociados al comportamiento agresivo en los niños, la autora
expone que éstos corresponden a una característica aprendida durante la infancia a
través de la educación que reciben de los padres, ya que en varias ocasiones se
enseña a los niños que la agresividad se controla con más agresividad. Además, dentro
de los factores familiares relevantes se encuentran los patrones de crianza, disciplina,
deficiente comunicación y ausencia de los padres. Estos resultados son coherentes a
los obtenidos en la presente investigación, pues gran número de los sujetos del
presente estudio exteriorizan serias dificultades en la comunicación con su pareja, y
emplean en la mayoría de las ocasiones estrategias agresivas para la solución de
conflictos, en el caso del hombre, y en las mujeres se percibe más la conducta agresiva
pasiva, las cuales se infiere que fueron aprendidas durante su infancia, y que ahora de
ser así repiten con sus parejas, siendo consideradas como aceptables por ellos
mismos.
55
Asimismo, en el estudio elaborado por López (2005) con familiares de víctimas del
conflicto armado interno, todos habitantes de la cabecera municipal de Barrillas,
Huehuetenango, concluyó que existe un bienestar psicológico por debajo de lo normal
según los parámetros establecidos del test aplicado. Por su parte, en el estudio
realizado de igual forma en Huehuetenango por Hernández (2004), el cual buscaba
determinar los patrones de conducta presente en jóvenes de 20 a 24 años de edad que
estuvieron expuestos al conflicto armado interno, determinó que el ambiente en el que
se desarrollaron dichos jóvenes durante su infancia, generó en ellos la actual presencia
de conductas agresivas. Para dicho estudio hizo empleo del Test INAS 87, el cual mide
las conductas No Asertivas, Asertivas y Agresivas.
Lo anterior se podría extrapolar con cierto grado de reserva a los participantes de esta
investigación, haciendo la salvedad que es clara la diferencia entre haber sido victima
directa del conflicto armado interno y el poder haber sido afectado indirectamente
dentro del ambiente familiar por el conflicto armado interno. Tomando esto en
consideración, se podría equiparar que las dirección de los resultados coincide con los
resultados obtenidos en la escala de agresividad aplicada en este estudio, y la manera
en que se desarrolla la dinámica de pareja, lo cual indica un nivel deficiente de
bienestar psicológico.
Chandra et al. (2010) en su trabajo de investigación, describieron la salud y bienestar
de los hijos de familias de militares desde la perspectiva del hijo y el padre no
desplegado. Llegando a obtener resultados congruentes con los alcanzados en la
presente investigación, pues concluyeron que la ausencia de uno de los progenitores
debido a un despliegue militar, generó muchas más dificultades en los jóvenes de más
edad y las niñas de todas las edades en la áreas como la escuela, familia y en relación
de pareja. Sin embargo, al carecer de un grupo control, la fuerza de esta afirmación se
pierde, quedando en una simple inferencia.
En cuanto al papel del padre en la dinámica familiar, Yárnoz (2006) hace referencia del
estudio realizado Eastbrooks y Goldberg (1984), en donde expone que la implicación
56
paterna está relacionada con un óptimo desarrollo y adaptación del niño, reflejando un
apego seguro y una buena disposición y efectividad en la resolución de problemas en
su vida futura. De la misma manera, el estudio realizado por Kelley (1994) expone los
efectos de la ausencia del padre en la familia bajo un contexto de separación imprevista
por periodos de tiempo indeterminados, como lo es un despliegue inesperado de un
padre militar a áreas de combate. Estos resultados señalan que en este tipo de familias
de militares, las ausencias del padre crean estrés debido a la falta de acompañamiento
de éste en el hogar, así como genera mayores responsabilidades, pérdida de apoyo
emocional en los hijos y desconexión en las relaciones interpersonales
De lo anterior mencionado, se deduce que la ausencia continua del padre en el hogar
debido al tipo de empleo que realiza (la profesión militar específicamente en este
estudio), y así como una deficiente participación en la crianza de los hijos, son factores
que probablemente propician la generación del uso de estrategias agresivas y su alto
empleo ante situaciones conflictivas dentro de los sujetos que participaron en la
presente investigación. No obstante, al carecer de un grupo control, no puede
descartarse que este tipo de comportamientos este influenciado por características
culturales, sociales y de género, entre otras.
57
VI. CONCLUSIONES
Luego del análisis y discusión de los resultados obtenidos en la presente investigación
la cual se enfocó en determinar las estrategias para la resolución de conflictos, que
emplean parejas donde el hombre es hijo de un militar que estuvo ausente del hogar
durante el conflicto armado interno de Guatemala, se arriba a las siguientes
conclusiones:
1. Dentro del sistema conyugal, tanto el hombre como la mujer perciben que hacen
uso de estrategias de afrontamiento asertivas el 39% de las situaciones
conflictivas ocurridas dentro del ámbito marital.
2. Ante situaciones conflictivas dentro de la pareja, el hombre considera que hace
empleo de estrategias de afrontamiento agresivas en un 23%, siendo éste un
porcentaje levemente mayor comparado al 21% que la mujer percibe hacer uso
de este mismo tipo de estrategia.
3. La sumisión, como estrategia de afrontamiento es ligeramente más empleada
(según su propia apreciación) por la mujer con un 23% de las ocasiones en que
surgen situaciones conflictivas. El hombre considera utilizar ésta misma
estrategia de afrontamiento en un 21%.
4. La percepción que exhiben en si mismos, tanto el hombre como la mujer, en
cuanto al porcentaje de uso de estrategias de afrontamiento agresiva pasiva
frente a situaciones de conflicto marital, coinciden con un 17%.
5. Existe una gran desigualdad entre cómo se percibe a sí mismo el hombre en
comparación a como es visto por su pareja. Esta divergencia es sumamente
notoria en cuanto a la estrategia de afrontamiento asertiva, donde considera
emplearla en un 39% en los conflictos, contra el 23% de ocasiones en que su
pareja percibe que emplea esta habilidad. De igual manera, existe una gran
58
diferencia de percepción en el uso de la estrategia de agresividad, en donde el
hombre considera hacer uso de ésta en un 23%, lo cual contrasta con el 42%
que su pareja le atribuye desde su perspectiva.
6. En la percepción que posee la mujer de sí misma en cuanto al uso de
estrategias, al contrastarla con la que observa el hombre sobre estas mismas, se
aprecia un alto grado de discrepancia sobre todo en el uso de la agresividad
pasiva, en donde la mujer considera hacer uso de ésta en un 17%, mientras que
su pareja le otorga un 39% como medio de resolución en los conflictos maritales.
Asimismo, se observa una gran diferencia entre la apreciación que ambos tienen
en cuanto al uso de estrategias asertivas, pues la mujer considera emplearla en
un 39% de ocasiones, mientras que su pareja le asigna solamente un 25%.
7. Lo que genera el mantenimiento y agravamiento en los conflictos dentro de la
pareja, no es tanto el uso de ciertas estrategias sobre otras, sino la gran
divergencia en cuanto a la valoración que hace cada uno de los cónyuges sobre
sus propios comportamientos contra la percepción del mismo que posee su
pareja, de él o de ella.
59
VII. RECOMENDACIONES
1. Se recomienda a las autoridades del Ejército de Guatemala, prestar mayor
interés en las repercusiones que conlleva el mantener alejado al padre militar,
durante lapsos prolongados de la familia. Se tiene clara comprensión que en
muchas ocasiones, esta separación resulta inevitable debido a la naturaleza de
dicha profesión, sin embargo el realizar actividades que ayuden a fomentar la
integración y apreciación del papel de la figura paterna dentro del hogar,
ayudaría a minimizar este tipo de repercusiones negativas, lo cual sería de gran
beneficio tanto para la familia militar como para la sociedad civil. Para ello, se
podría adecuar áreas especificas dentro de determinados comandos militares,
para una sana convivencia entre el padre con su familia. Así también, continuar y
fomentar la implementación de clínicas psicológicas en las brigadas militares, en
donde los oficiales puedan recibir orientación y apoyo psicológico tanto en
contextos del servicio, así como en situaciones familiares.
2. A los estudiantes y profesionales de la psicología, se recomienda continuar el
presente estudio, con una muestra de mujeres, hijas de oficiales que se
ausentaron del hogar durante el periodo del conflicto armado, para conocer cual
es su actitud frente a los conflictos y la relación con su pareja.
3. Asimismo, se recomienda investigar y comparar en parejas de diferentes
características, si se presenta el mismo tipo de estrategias de resolución de
conflictos como los utilizados por los sujetos del presente estudio.
4. A las parejas que consideran tener problemas en la forma en la que afrontan los
conflictos, y desean realizar cambios, se les recomienda antes de comenzar a
hacerlos y para que éstos sean eficaces, analizar y reflexionar sobre los propios
patrones de comunicación ineficaces: ¿Cómo nos comunicamos? ¿Qué
podríamos mejorar?
60
5. Se recomienda a las parejas, tener presente que cuando surgen dificultades en
la comunicación, se está generando una alarma que, ya sea causa o
consecuencia, es conveniente modificar las pautas comunicacionales para
producir cambios en la dinámica de la relación que lleven a una mayor
satisfacción de la pareja.
6. A los padres de familia, se les recomienda dar mayor importancia al tema de la
inclusión de la figura paterna dentro de la crianza y educación de los hijos, para
lo cual se les sugiere asistir a talleres para padres en donde pueden adquirir
herramientas de comunicación que ayuden a escuchar y entender mejor a los
hijos y a la pareja, así también, la realización de actividades que requieran la
participación de todos los integrantes de la familia, y de esta manera desarrollar
estrategias y actitudes que propicien una autoestima sana para todos, pues es
en el hogar donde los niños comienzan su aprendizaje de como controlar sus
emociones así como a expresarlas de forma correcta.
61
VIII. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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