EN FAMILIA PARA LA MISIÓN Francisco Burciaga, sc..

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EN FAMILIA

PARALA

MISIÓNFrancisco Burciaga, sc.

Al releer la Carta de la Misión, encontramos

algunos puntos importantes que se refieren a la real actuación de la Familia

Salesiana y que debemos enfatizar.

Junto con nuestras luces,existen también sombras

Reflexionando sobre la realidad que vivimos como Familia Salesiana,

podemos señalar algunas “tentaciones” en las que podemos

caer cuando perdemos de vista nuestro carisma y la riqueza de

nuestra espiritualidad apostólica.

Las tentaciones

La tentación“de la hierba del vecino”

La tentación de abrazar con

entusiasmo otros caminos

carismáticos, que, aunque válidos, no

son los de Don Bosco.

La espiritualidad Salesiana es

fuerte y profunda, e indica una

modalidad de hacerse santos, poniéndose al servicio de los

hermanos.

La tentación “de la ruptura”

La tentación de meternos de lleno en el trabajo, olvidando lo importante que es cuidar la oración y la unión con Dios; o,

viceversa alejarnos del compromiso hacia los otros refugiándonos en una

espiritualidad estéril.

Don Bosco era profundamente humano y, al mismo tiempo, hombre de Dios;

abierto a las realidades terrestres y, al mismo tiempo, inmerso en Dios.

Él nos quiere Salesianos

contemplativos en la acción, conjugando una vida de intensa unión con Dios con

un trabajo incansable por los hermanos.

La tentación “del salero”

La sal encerrada en el salero es inútil y

no realiza el objetivo propio de

su naturaleza.

La tentación “del escritorio”

La tentación de hacerse sedentarios

por profesión o

por elección.

Revivamos la creatividad de Don

Bosco, hallemos caminos nuevos, lenguajes nuevos

para llegar al corazón de los

muchachos, unámonos entre

nosotros, volvamos a sentir esa pasión que fue de nuestro

Padre.

La tentación “del trompo”

La tentación de multiplicar las

actividades sin ningún orden entre ellas,

buscar el éxito inmediato,

sobreponer una iniciativa a otra, girar

sobre nosotros mismos.

Los jóvenes mas que un líder necesitan testimonios creíbles que sepan ofrecer valores por los que valga la pena donar la vida.

La tentación “de la torre del castillo”

No hay nada más fácil que encerrarse en el interior del grupo.

Nuestra primera y principal obra

apostólica es la comunión

entre los diversos grupos de la

Familia Salesiana.

La tentación “del haz por ti mismo”

Sentir que lo podemos hacer

todo solos, porque resulta difícil proyectar

juntos y trabajar juntos.

Pensemos en la familia Salesiana como una única realidad de múltiples expresiones, que

corresponsablemente viven un carisma y realizan una misma

misión.

Ayúdanos a ser fecundos,

intrépidos, creativos, alegres,

dispuestos a dar la vida hasta el último aliento.