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En sus manos tiene un resultado concreto del es-fuerzo que realizamos como Fundación en pro
de “mantener comunicación y difusión de iniciativas y logros de la red de establecimientos de la FEES”,
cuestión que nos llena de orgullo y satisfacción.
Fue en el Liceo Diego de Almeida donde se fraguó la idea de replicar lo hecho por el Metro de San-
tiago, luego de tres años de trabajo que permitieron compilar los relatos del concurso “El Salvador en
100 palabras”.
Estoy convencido de que no solo hemos dado una pincelada a la memoria de nuestra ciudad en su
aniversario número cincuenta, sino que también hemos dado un paso más hacia nuestro objetivo de formar ciudadanos comprometidos, esta vez, litera-
riamente.
Sebastián Howard MontanerDirector Ejecutivo
Fundación Educacional El Salvador
PRESENTACION
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“El Salvador en 100 palabras” es una iniciativa del Liceo Diego de Almeida,
que intentó emular al ya clásico concurso que nuestra capital Santiago creó. ¿Por qué solamente nuestra metrópoli era digna de breves narraciones?, ¿No se merecía también un espacio literario el último cam-
pamento minero?
Esta expresión narrativa propia de la ac-tualidad nos impacta por la capacidad
de síntesis que exige y la tensión interna que genera en tan pocas palabras, mezcla de narrativa y lírica nos participa de acon-tecimientos y lugares comunes que permi-ten a sus habitantes reconocer rincones, experiencias, vivencias, pero lo mejor es que permite a aquellos que no nos cono-
cen, imaginarnos.
Elizabeth Ciaffaroni MoralesRectora Liceo Diego de Almeida
PRESENTACION
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PRESENTACION
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Más que palabras, más que historias, es-tos cuentos y poemas son portadores de
la esencia de El Salvador, ligada al desierto, el cobre y la voluntad de formar un hogar en medio de uno de los ambientes más duros del planeta. Y es precisamente ese temple el que ha mantenido esta ciudad por ya medio siglo, que nos ha entregado estas historias, estos testimonios que sumados a los de tan-tos otros, terminan conformando la cultura de estas tierras y su gente, la misma que ha acompañado a Codelco desde su creación y que hoy, como tantas otras veces, permitirá que caminen juntos hacia nuevos desafíos y,
sin duda, nuevas historias.
Historias de El Salvador.
Rodrigo Vargas VargasDirector de Asuntos
Externos y ComunicacionesCODELCO División Salvador
Indice
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GANADORES 2009 6Una Ciudad más Allá del Cielo 7El Salvador 8Un Día de Nieve 9
GANADORES 2008 10Ojos del Corazón 11Déjà-No-Vu 12No Pedí Llegar a El Salvador 13
GANADORES 2007 14Perros 15¿A Quién le Importa? 16El Cielo en la Soledad 17Visión 18Sueño 19Mi Burbuja Romana 20
MICROCUENTOS 2009 21Ganadores El Indio 23Cuidemos el Postre 24Que no Sea mi Papá 25Menciones HonrosasLuna de Turquesas 26Un Breve Paseo Salvadoreño 27Un “Salvador “de Otros 28
El Niño de Cobre 29El Recorrido 30En Ti Nací 31Forjando Sueños 32
Homenaje a El Salvador 33Indio Muerto 34Irrepetible Ciudad 35El Salvador Vivirá por Siempre 36Mi Abuelo 37 Niños del Desierto 38Pasos de Duendes 39Plasmar tu Esencia 40El Salvador Será por Siempre 41Raices de Cobre 42Recien llegado 43Salvador 44Tarde 45El Entierro 46Un Hombre 47El Encuentro 48Una Postal 49Vikingo 50
POESIA 2009 51A mi Querido Salvador 52Campamento Minero 53El Hallazgo Salvador 54En El Salvador 55Esperanza 56Sin Miedo a Terminar 57
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Ganadores 2009Categoría EstudiantesLiceo Diego de Almeida
1ER LUGAR 2009
Una Ciudad Más Allá Del Cielo
Mientras nevaba fuertemente, una pre-gunta rondó mis pensamientos “¿exis-
tirá una ciudad más allá del cielo?”, no le tomé mucha importancia, sólo seguí contem-plando la nieve que caía lentamente en El Salvador. Minutos más tarde, ya todo estaba de blanco, los enormes pinos que adornaban la ciudad se habían convertido en gigantes-cas pirámides de hielo, las piedras se habían transformado en pequeños trozos de cristal que hacían lucir una brillante ciudad. Estaba confundido, no podía entender el tan repen-tino cambio, lo único que entendía es que sí
existe una ciudad más allá del cielo.
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WILSON ASTUDILLO ROZAS4º LEONARDO DA VINCI. 2009
El Salvador
Esta tierra que me vio nacer, pequeña ciu-dad de calles largas que cobijó mis prime-
ros pasos, aventuras de niños exploradores, los primeros llantos y también tristezas.
Esta tierra de mil aventuras, tiene historias, maldiciones, leyendas que cuentan los vie-
jos, aquellos que se van y lloran por volver, de los que llegan y muy pronto se quieren ir, pero luego se enamoran de los cerros de colores, las puestas de sol, los amigos, los amores. Sé que un día también me iré, pero mientras tanto voy a recorrer cada rincón, para no olvidar ja-
más este oasis en la montaña.
2DO LUGAR 2009
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JAVIERA GONZÁLEZ MORALEDA3º JULIO CORTAZAR. 2009
Un Día de Nieve
El día que nevó en El Salvador, fue el más bonito, todo se veía hermoso, los cerros blancos, la ciu-
dad sonreía, no importaba el frío que hacía, los dedos se entumecían de tan sólo tocar la nieve, hasta que
empezó a derretirse desde los techos a la calle.
Al caer la noche las familias reunidas en la cali-dez de sus casas hablaron de lo bien que lo
pasaron. Fue especial, nunca había visto tan-ta nieve y gente feliz por esta causa. Lásti-ma que sólo es una vez en el año y dura
un par de días.
3ER LUGAR 2009
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FERNANDA GONZÁLEZ MORALEDA3º JULIO CORTAZAR. 2009
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Ganadores 2008Categoría EstudiantesLiceo Diego de Almeida
1ER LUGAR 2008
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Hoy despierto, vivo sin ver nada más que polvo viento y concreto. Miedo e intriga me envuel-
ven. El sol como lluvia de flechas ardiendo cae sobre mi hombro, sin noción de tiempo alguna, cae la fría noche, siento como la dama oscura se apodera de mi ser, congelándolo lentamen-te. Deambulando en mis pensamientos, bajo la destellante luz de mi única acompañante, me en-cuentro conmigo en una especie de ilusión. Me digo, aún no aprendes... esta utopía de polvo y viento llamada El Salvador, no se ve, ni vive con
los ojos, sino con tu corazón.
Ojos Del Corazón
DIEGO ROJAS GONZÁLEZ4º CLAUDIO ARRAU. 2008
2DO LUGAR 2008
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Cada día es igual: Despierto. Ducha. Desayuno. Salgo apu-rada. Timbre. Clases. Recreo. Clases. Recreo. Clases. Al-
muerzo. Clases. Regreso a casa. Pasa el tiempo. Duermo.
Hoy, al fin, fue distinto: Desperté. Me duché. Desayuné. Salí apurada. Timbre. Clases. Recreo. Clases. Recreo. Clases.
Almorcé. Clases. Recreo. Clases. Caminé a casa, vi a dos niñas correr; mi mente, inconscientemente, viajó en el tiempo: yo era una de esas niñas corriendo, junto a mis amigos, aquellos que
ya se han ido. Sonreí.
“Quizás mañana me tocará a mí comenzar el viaje”, -pensé- “abandonar mi mundo, vivir en otro”. Dejé de reír.
Déjà-No-Vu
JAVIERA CASTILLO NAVARRO3º PITÁGORAS. 2008
3ER LUGAR 2008
Sin querer llegué hasta aquí y comprendí tu manera de vivir. Entre tus vientos nací, entre
tus cerros crecí, entre tu luz quise vivir y con mucho dolor me tendré que ir.
No Pedí Llegar a El Salvador
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YESSENIA LEDEZMA M4º CLAUDIO ARRAU. 2008
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Ganadores 2007Categoría EstudiantesLiceo Diego de Almeida
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1ER LUGAR 2007
Perros
En la plaza, en la misma banca de siempre, vien-do las mismas personas, me quedo sentada
viendo los perros y dándome cuenta que son más perros que personas que habitan el campamento
de El Salvador.
CATEGORÍA PRIMER NIVEL DE ENSEÑANZA MEDIAGUISELLA VICENCIO VICENCIO - 2º C. 2007
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2DO LUGAR 2007
Me levanto tarde, llego tarde, y nuevamente al único que le importa es al inspector del Liceo Diego de Almeida,
que eufóricamente grita: “Apurarse jóvenes”.
¿A Quién le Importa?
CATEGORÍA PRIMER NIVEL DE ENSEÑANZA MEDIA.CATALINA GONZÁLEZ CORNEJO - 2ºC 2007
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1ER LUGAR 2007
Se dice que aquí podemos tocar el cielo, pero que también soportamos el calor del infierno. Yo vivo
acá, investigando este curioso lugar, donde coexisten diferentes tribus, las cuales se comunican con dife-rentes sonidos y comportamientos. Éstas, también a la hora sin sombra, corren a sus guaridas a descansar. En general, poseen una gran adicción al color cobrizo. En la oscura y fría noche, luego de los bellos fuegos del atardecer, no se divisa vida alguna. El lugar que inves-tigo tú lo conoces, es tu hogar, tu hábitat, tu Salvador.
El Cielo en la Soledad
CATEGORÍA SEGUNDO NIVEL EDUCACIÓN MEDIADIEGO ROJAS GONZÁLEZ - 3º B. 2007
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2DO LUGAR 2007
Hay gente que dice que El Salvador es una burbuja, pero cómo saberlo si aún
no veo la luz.
Visión
CATEGORÍA SEGUNDO NIVEL DE EDUCACIÓN MEDIA FELIPE ROBLEDO GONZÁLEZ - 3º B. 2007
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MENCIÓN HONROSA 2007
Me despierto con sueño, me visto con sueño, camino hacia el colegio con sueño, salgo a
la plaza del Salvador con sueño, vivo con sueño, pero aún así tienen la osadía de decirme ¡Flojo!
Sueño
CATEGORIA PRIMER NIVEL DE ENSEÑANZA MEDIAENRIQUE MOLINA AHUMADA - 2ºC 2007
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MENCIÓN HONROSA 2007
Voy por esa burbuja pequeña y aislada de la quejumbrosa realidad, la que odio tanto, pero que quiero de igual forma.
Eres especial ya que te distingues de las otras por esa pe-culiar forma de casco romano.
Añoro el día de tener que alejarme y marchar pronto de esta burbuja que me envolvió y limitó a vivir por largo tiempo
las excentricidades de la vida. Pero sé que en la lejanía la re-cordaré con gran aprecio y alucinaré con volver algún día. Es que es imposible echar al olvido dieciocho años vividos en “mi
burbuja romana”…
Mi Burbuja Romana
CATEGORIA SEGUNDO NIVEL DE EDUCACIÓN MEDIAESTEFANY MARDONES GONZÁLEZ - 4ºB. 2007
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Microcuentos 2009En los 50 años de El Salvador
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Ganadores
1ER LUGAR
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El Indio
El hombre supo que había muerto cuando a su mujer dos lágrimas le brotaron de sus ojos y se escurrieron
por los surcos de su piel curtida por sol, tierra y años.
A la usanza ancestral su cuerpo fue lavado, colocado en posición fetal y cubierto por pieles. Para su funeral lo llevaron hasta el cerro más alto, lo depositaron en el suelo duro y árido y lo cubrieron con rocas de colores.
Su sueño de siglos fue perturbado por voces que no en-tendía pero que denotaban alegría. El cerro escondía un tesoro. Gracias por guardarlo, Indio Muerto.
RENÉ CARVAJAL LLANEZAMARCA DOS
2DO LUGAR
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Ni los Vega, ni los Herrera pueden quedarse con la nieve de nuestros muros, debemos cuidarla
no dejar que se ensucie, siempre debe estar inmácula dispuesta para que
doña Clara le agregue leche con-densada y Nescafé, batirla con cuidado y luego después que se haya derretido en las calles y sólo quede la escarcha como único recuerdo de esa fies-ta blanca, por un par de días
nuestro postre sería helado de nieve, esa nieve que jamás he vuelto a ver, sentir ni probar, blanca y sabrosa nieve salva-doreña.
Cuidemos el Postre
ROGER CHIRINO HONORES
3ER LUGAR
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Que no Sea mi Papá
OMAR LORCA ARREDONDOPACHO
El inquietante sonido de las sirenas nos despierta, El Salvador se sacu-
de y abre los ojos. Escucho a mi ma-dre decir, ¡es un incendio!, mientras
involuntariamente toca el otro lado de la cama, el espacio frío le recuerda
que Rigoberto está de nochero. 30 años trabajando por turnos, carrilano experto, su misión es mantener las vías del ferrocarril, pero siempre se descarrilan, ¡es que la mina se mueve, me dijo un día!
Suena el teléfono... accidente en la mina, no hay más datos, dice la ve-cina que siempre sabe todo. Ojalá no sea mi papá.
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MENCIÓN HONROSA 2009
Luna de Turquesas
CYNTHIA VEGA MARAMBIOHIDRA
De muchos soles y lunas incas, salió la fuerza con que te engendramos, “luna de turquesas”. Cuando
el corazón de la “Mina Vieja” ya parecía estéril, entre las manos resecas y tozudas de mineros que mordían su rabia entre llantos secos; al otro extremo de cur-vilíneos cerros, una tarde fría de julio, en 1954, el Alicanto se posó en los pies de Mister Swayne, vestido esta vez, con su plumaje de cobre. La tierra generosa pintó una “salvadora” historia para el hombre un 28 de noviembre de 1959. Trashumantes vencieron desti-nos, en la fértil, vastedad del desierto.
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MENCIÓN HONROSA 2009
Un Breve Paseo Salvadoreño
PATRICIO ÁLVAREZ FUENTES
Esa noche llegué a un lugar extraño, en medio de áridas rocas encontré un valle en el desierto. El
silbido de un viento sur me saluda, bajo un cielo infini-tamente estrellado y yo, en un ávido paseo nocturno, recorro este laberinto de semicírculos constantes. Es casi media noche y he llegado al seno de una civiliza-ción de minerales nobles y sulfatos diseminados. Jus-to en este lugar mis pensamientos se remontan a una época pasada, en donde el Inca sepultará su huella y clamor pasajero. Mi paseo prontamente culmina en un Cine Inca, donde me pregunto ¿cuándo será el próxi-mo estreno?
MENCIÓN HONROSA 2009
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Un “Salvador” de Otros
ELIZABETH CIAFFARONI MORALESGATO PATRIMONIAL
Sin cuenta de los años que llevo en El Salvador, soy una condenada a cadena perpetua, rea de los
cerros carmelitas, rodeada de formas selenitas, donde el agua es un espejismo que solamente existe en mi memoria.
Soy una gaviota transformada en Alicanto, prisionera del cobre, que planea agobiada por el sol y el frío de la noche, que hoy presencia los cincuenta años de El Sal-vador, un “Salvador” de otros porque a mi, me condenó a caer en las redes de tu amor.
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Simón, un niño de once años vivía en El Salvador. Su simpatía y generosidad eran valores que lo
destacaban. Con sus compañeros de curso se fue de excursión al cerro, pero se apartó del grupo, pues un resplandor le llamó la atención. Era el Alicanto que con su brillo lo cegaba y al verse descubierto convir-tió a Simón en cobre.
La familia de Simón lo buscó por todos lados, pero nunca pudo hallarlo.
Así nació la leyenda del niño de Cobre; a él los mi-neros se encomiendan cuando necesitan: trabajo, seguridad y cobre para El Salvador.
El Niño de Cobre
SCARLETT LAGOS RIFFOSCAR
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El Recorrido
Un cálido día de noviembre, María regresó a El Salva-dor, la añorada ciudad que la acogió en su juventud.
Recorrió serena las calles que supieron de sus sueños y esperanzas…
Visitó su hogar, en la Avenida Diego Portales, cerca de la Escuela N° 1.
Caminó recordando sus propios pasos, dados hace ya tanto tiempo…
Esperó frente a la oficina de su padre, deseosa que éste saliera a su encuentro, pero entonces las lágrimas co-menzaron a rodar por sus mejillas… su viejo hace años ya había partido.
Miró al cielo y estuvo segura que habían hecho juntos el recorrido.
MARÍA ELENA VEGA MUÑOZ
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En Ti Nací
En ti nací ciudad de mis amores, con cada atar-decer sobrevolado por el Alicanto me siento
resucitado. Tus calles gastadas me dan esperan-za que podemos llegar a más años extrayendo la riqueza de tus tierras, que en tanto tiempo me han visto crecer y ser un trabajador más, que vive de ti. Junto al cobre tantas leyendas han pasado por tus alrededores y me siento cada día más apegado a ti. Son en tus bellas noches bajo cielos estrellados, cuando esperando otro turno en los paraderos, gas-to sueños, resucito a la vieja Damiana para seguir avanzando haciendo historia.
RICARDO MUÑOZ CONTRERASRAM
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Forjando Sueños
YORKA RIFFO PÉREZCRISTAL
En medio del desierto, entre cerros, incrustado está El Salvador. Llegué gastando caminos cuan-
do era un muchacho; mis padres nunca entendieron mis ansias locas de estar en el Norte, sin tener nadie cercano por esos rumbos. Reconozco que el nom-bre de la ciudad siempre me atrajo y más saber que tenía forma de casco romano. Aprendí rápido el oficio soñado de ser minero, el pasar entre polvo y roca me daba vida.
En casi dos meses era experto minero, ahora son 35 años en esta tierra querida.
Fue en Salvador donde forjé mis sueños y formé una familia.
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Homenaje a El Salvador
JOSÈ MIRANDA MIRANDACAPRICORNIO
Una vez trabajando en Potrerillos al tiempo yo vi nacer, este bello campamento acogedor con la alegría de
un nuevo amanecer, se alzó hacia el futuro entre cerros nuestro querido Salvador.
Se construyeron casas, escuelas, clubes, estadios, y pla-za, engrandeciendo esta ciudad cordillerana.
Jardines florecidos que engalanan las mañanas y la ale-gría de su gente, con cariño se desplaza.
Al cumplir cincuenta años de existencia hacia el futuro hoy brindan homenaje, con alegría y emoción, por el co-bre que extraen los mineros limpio y puro.
Te saludo Salvador con todo el corazón, juntos jefes, auto-ridades, obreros y familiares.
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Indio Muerto
ROGER CHIRINO
Nativo, anaranjado, rugoso, con formas diversas, te recuerdo en un imponente cuadro colgado en
el recién inaugurado cine de la ciudad. Ese eras tú, el sustento de nuestro hogar, de nuestra ciudad, el sueldo de nuestro país. Provenías de la profundidad de la tierra, con la forma de un indio muerto que en los arreboles de invierno mi padre me enseñó a reco-nocerte. Qué cosas tiene la vida, paradojas diría la profesora de castellano, un indio muerto dando vida a El Salvador.
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Irrepetible Ciudad
FRANKLIN CORTÈS RODRÌGUEZFRANK
Que una ciudad sea la culpable de la continuación de la vida de otra me parece admirable, más aún
que su preciso nacimiento haya permitido avivar la ago-nizante esperanza a un puñado de familias, me parece francamente hermoso.
En la cordillera, solitaria como la luna existe esta ciudad silenciosamente importante, fecunda en cobre y almas capaces de dar la lucha en beneficio de una patria.
La ilusión allí es conmovedora, en su pequeña superfi-cie se apuesta a la esperanza, una larga vida se huele en los rincones, y yo me permito preguntar: Salvador ¿a ti quién te salvará?
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Entre cerros y montañas nace una joya en el desierto chi-leno. Norteamericanos y Collas forjaron el gran Salvador
para extraer la riqueza del cobre en beneficio del país.
De gente esforzada y solidaria, una ciudad de una tranquili-dad impagable.
Hombres, mujeres y niños luchando con la inclemencia del clima para forjar un bienestar y futuro mejor.
Conocida mundialmente por la figura del casco romano, por la calidad de su gente, por la pureza de su cobre y por Cobresal.
Collas y amigos de otras culturas somos la gran familia sal-vadoreña.
El Salvador vivirá por siempre.
JORGE ARAYA AHUMADA AGUSTÍN
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Mi Abuelo
GUILLERMO ALCAYAGA ZAMUDIO
Me cuenta mi abuelo que, al tiempo de llegar de Po-trerillos y viviendo en Montandón, altura de los 13,
año 77, su mujer de compras, sus hijas en la Escuela 1, afeitándose en el baño, presiente que alguien le lanza algo desde arriba del botiquín, en su rostro brisa helada, saltó hacia atrás, cayendo al piso, a sus pies, un objeto, imaginó un libro grueso, pesado, con un sonido seco, la casa en silencio, observa el botiquín, nada, nervioso, un frío intenso recorre su cuerpo.
No le contó a su mujer, se asustaría cuando quedara sola.
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Niños del Desierto
FREDDY ARAYA VALENZUELAHARÙN
Se hundía tranquilo el sol entre los cerros encendiendo con la más arrobadora gama de colores las nubes y la
tierra, corrían casi entre sueños los dos niños, hijos del rigor de la pampa y de la seguridad del campamento, sin miedo por el desierto de El Salvador en su aventura de poderosos y antiguos guerreros de la tierra.
Cuando les cayó la más clara de las noches -llena de ful-gurantes astros vivos y expectantes- el Alicanto se posó deslumbrante ante ellos mostrándoles el futuro. Agrade-cieron emocionados los pequeños su niñez, y la magia del lugar en que nacieron.
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Pasos de Duendes
JULIO ZAMUDIO SOLORZA
Una mañana del verano de 1978, Montandón, altura de los 13, siento llegar a mi mujer, abrir la puerta de
calle, entra al living, piso de madera, pasos caminando hasta la cocina, deja sus compras y desaparece todo rui-do, silencio total, yo, de turno “B”, acostado todavía, 11 de la mañana, segundo piso, grito: ¡amor, por favor tráeme el desayuno!, varias veces, nada, bajo las escaleras, reviso toda la casa, pero no encuentro a nadie.
Cada cierto tiempo se repetía el mismo cuento.
Dos duendecillos juegan en el living, subiendo y bajando las escaleras, hasta hoy.
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Plasmar tu Esencia
LESLYE CORTÉS VALENZUELASTELLA
Allá a lo lejos, tan lejos de la creación existen grandes cerros calcinados por el sol, de inerte existencia,
pero de fértil producción que dan vida a esta tierra lla-mada El Salvador.
Se habla de noches eternas iluminadas, estrelladas, que obligan al silencio de tan sólo presenciarlas.
Pimientos que adornan las calles vacías, que cubren de sol y de las noches frías.
Remolinos de tierra de discreta presencia parecen borrar el tiempo y sacudir la ausencia del pasado de la inocencia.
Ciudad indómita de gentil existencia, tu belleza intransi-gente y tu cálida esencia nos hará recordarte eterna y sentirte desierta.
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JORGE ARAYA AHUMADAAGUSTÍN
Al borde del Camino del Inca, entre cerros y montañas nace una joya del desierto.
Ciudad cosmopolita, hombres y mujeres han formado gran-des familias durante cincuenta años.
Hermosos recuerdos de este mineral, bella infancia de un pasar tranquilo.
Obreros y profesionales que día a día extraen el cobre para beneficio familiar y del país.Personas de lucha abnegada, esforzada y solidaria.
Hombres, mujeres y niños con un sólo objetivo: luchar por un futuro mejor.
Enfrentando al rigor del clima atacameño, Collas y amigos de otras culturas somos la gran familia salvadoreña.
El Salvador será por siempre.
42
Raíces de Cobre
ALEJANDRA ROJAS ZUÑIGA
Llego a casa, mi hijo Pablo se acerca y tiernamente me pregunta:
-Mamá ¿Dónde naciste tú?
Acongojada por mis recuerdos le respondo:
-En un lugar que es un milagro. Está en medio del desierto inmenso y eterno, allí viven las manos que despojan de sus entrañas el cobre puro, ¡incandescen-te! Sus calles son amplias, amigables y solidaria es la gente, sublimes las estrellas que alumbran todos los re-covecos, el Camino del Inca, las chozas de los Collas, el Cerro Indio Muerto, incluso el Estadio El Cobre, palacio de Cobresal. Ese es mi pueblo, ese es El Salvador.
43
Recién Llegado
FREDDY ARAYA VALENZUELAHARÚN
Me confundo, son todas las casas iguales. Ayer, después de la entrevista de trabajo como operador,
caminaba a la casa de mis primos y cuando entré estaba en una casa distinta. Un señor de canas y su mujer se miraban con ojos llenos de amor, emoción y orgullo sin notar mi presencia, “que personas más confiadas las de este pueblo” pensé.
Frente a ellos sobre una mesa un bello reloj de oro me decía que algo importante sucedía. Ella de pronto abrió mucho los ojos, rodó una lágrima por su mejilla y abra-zándolo le dijo: “no quiero irme”.
44
Salvador
MILENKO VILLALOBOS ROJASIBRED
...El sol se escondía tras el brillo de las estrellas. –Bienvenidos- a doradas paredes donde el sol se dibujaba y un pueblo danzaba entre recovecos un cotidiano vivir.
Yo, uno más de ellos. Pero un día casquetes de dolor resonaron en cada peldaño de la ciudad y con manos ensangrentadas rasgaron las paredes olvidando estandartes y su cruz y a la vez nuestro prós-pero despertar.
Un largo camino Incas trazaron, junto a ellos me disfracé de cielo y caliche en la pampa sembré, lágrimas doradas crearon llagas en la cordillera, la nieve protegió, mis alas suturadas con hilos de plata… De pronto, el hombre viejo se sienta a descansar, me presentó con las estrellas, me habló de sol, cobre, quinua, agua sal, cariñosa-mente me llamó El Salvador, justo cuando sus ojos rasgados se convierten en horizonte, rojo fuego, mirando en dirección al mar. Su silencio junto al mío se hicieron desierto, su mujer a través del viento una poesía triste, canta en lamento al gran indio muerto se hace de noche, la luna ya estalló y como todo ha de expirar, así me despido yo. Mirad hacia el suelo, mi silueta buril de acero dibujada con tus ojos se reencontrarán, recordarás este viejo cuento rajo ¿me llamarás?
45
Tarde
ALEX DURÁN ESPEJOROMÁN
Nuevamente cae la tarde sobre mi cara, todo está en tonalidades rojas, rojo marciano. Llevo media hora
corriendo. Volver, es como abrir un telón. En ese instante quedan las montañas en perspectiva imponente, a punto de venírseme encima, pinceladas de rojo cobrizo y ama-rillo azufre, contra un cielo azul oscuro y sólido. Hoy una sorpresa, la luna llena ya ha aparecido, me sorprende puesta ahí, entre esos cerros momentáneamente colori-dos.
En el cielo que parece acero templado, la luna se me an-toja etérea, como un túnel, socavón que puede llevarme a correr en ese bosquecillo, de cuarenta años atrás.
46JULIO ZAMUDIO SOLORZA
Sector Mina, año 78, el Chascón Núñez, de Oficina de Tiempo y Hugo Mattos, de Control Tráfico, en su
ratos libres, se dedicaban a recorrer los cerros aledaños a los túneles 2600 y 2660, con la idea de encontrar algún entierro dejado, ya olvidado por los contrabandistas de la época.
Un buen día llegaron con una caja de madera de diez botellas de aguardiente con señales de óxidos alrededor de las añosas tapas.
En la etiqueta se lograba leer: Fábrica de Alcoholes San Javier de Loncomilla, aguardiente, 90°.
Dicha fábrica se había cerrado en 1950.
El Entierro
47
Un Hombre
ERNESTO PINTO CASTILLO
Salió de su casa acompañado por los ladridos y corre-rías de su fiel amigo. Bajo un pequeño refugio espera,
mientras el cielo se derrama generoso sobre la tierra donde sólo florecen metales.
Durante la acompasada danza de hombres y máquinas, el suelo abrupto le hace perder cadencia, disonar, caer. En el instante en que algunos celebran el nacimiento de otra tonelada, la tierra bebe la vida que a él se le escapa. A la hora de la alegría, pocos saben la noticia. Nosotros encumbramos nuestro andar montaña arriba, mientras el viento pasea su estampa por fantasmales calles.
48
Amanece en El Salvador, es un día especial, juega Cobresal, inicio mis faenas pensando
sólo en la salida, asistiré al fútbol junto a mi padre, con quien comparto el mismo tablón por más de 30 años, salgo presuroso, faltan cinco minutos y él ya está ahí, esperándome con su eterna sonrisa, celebramos y discutimos cada jugada, al final el resultado es una anécdota, nos miramos y despe-dimos en forma especial, pues hoy se cumplen 30 años de aquel día en que un derrumbe en la Mina le arrebató la vida, la misma Mina que hoy alberga mi trabajo.
El Encuentro
EDUARDO FERRADA
49
Una Postal
CARLOS LAU MORALESCARLZ DASH
Habiendo crecido en la ciudad de El Salvador, sabía que dentro de mi memoria había una imagen que
fuera común para todos, con la que todo salvadoreño se pudiera identificar. Mi respuesta, fue una sola. Una de las cosas que suceden de manera especial en El Salvador solamente, un apagón.
El Salvador a oscuras simplemente desaparece, como el pequeño oasis de la humanidad que es. Y cuando esto sucede, desaparecemos todos juntos; y nos reflejamos en la luz de la luna que brilla de una forma que sólo el cielo de El Salvador conoce.
Todo salvadoreño sabe lo que es desaparecer.
50
Vikingo
ROGER CHIRINO HONORES
Un niño recuerda la comparsa de la fiesta de la primavera. Un gran dinosaurio, un dragón
echando humo por su hocico, pero sin duda el me-jor de todos fue un gran barco vikingo con enormes velas y potentes remos a sus costados y en cubier-ta muchos y grandes vikingos, pero de todos los vikingos a uno pudo reconocer, no sabe por qué, no se parecía al de las revistas que hojeaba con su papá, pero cuando lo saludó desde ese inmen-so barco reconoció la sonrisa, no era una sonrisa vikinga sino una sonrisa paternal.
51
Poesía 2009en los 50 años de El Salvador
52
No te vi nacerPero… si crecer
No estuve en tu nacimiento.
Llegué como todosPor un tiempito no másHoy sumo varios años
Y dichosos nos vamos ya.
Llegamos ansiosos de ambicionesDe diferentes lugares y rinconesA tentar suerte y aportar lo suyo
Y nos adueñamos de lo tuyo.
Muchos ya no estánA sus tierras regresaron
Con sus recuerdos viviránNunca, nunca te olvidaron.
De nuevas generacionesEsos niños hoy son trabajadores,
Ellos lucharán para que no muerasy que tu existencia sea duradera.
A mi Querido SalvadorReinaldo Araus Mancilla
53
Campamento MineroVíctor Zambra Elgueta
En la oscura y estrellada nocheDe nuestro Salvador.
El silencio nos parece ocultarUna verdad que sin decirla nos da señales
para interpretarla.A lo lejos envuelto en una nube de polvo
Nos mantienen despierto el sonar de algu-nos motores
Aquí no hay rocío, tampoco golondrina y príncipe
Sólo lo acompaña la noche y el silencioCon una positiva y esperanzadora verdad
Sin querer revelarlaAyer fue tu nombre EL SALVADORQuien entregó un trozo de futuroDe esta hermosa y oscura noche
Queremos despertarnos con un nuevo Y próspero SALVADOR
Para que mi campamento mineroTENGA VIDA PARA RATO
54
El Hallazgo SalvadorYasna Miranda Garay
Hace muchos años llegó a estas tierras,
un extranjero en busca de sueños y aventuras
y su porfía sondeando estas sierras,
descubrió el yacimiento de cobre que anhelaba
y se fundara en la nada,
la pionera ciudad con calles tipo americanas.
Hombres llegaron atraídos por la fe de mejor suerte:
muchos encontraron éxitos y también la muerte.
Son miles los que habitan en sus casas;
hay hoteles, escuelas, hospital, estadios y plaza.
El Salvador dicen que se llama,
por salvar a la vieja mina
y a la compañía americana,
donde viven felices las familias
que ahí trabajan.
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En El SalvadorYessenia Ledezma Moreno
Caminas entre ese viento,viento que sopla sin parar.
Caminas entre ese desierto, desierto que no se detiene a descansar.
Caminas entre los cerros,cerros de un lejano mineral.
Caminas entre esa luz,luz que embellece nuestro despertar.
Caminas entre la gente,gente que pasa sin hablar.
Caminas entre ese silencio,silencio que se escucha en toda la ciudad.
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EsperanzaYasna Miranda Garay
Tiempo después de fundada la ciudad de El Salvador,
una pequeña niña de hermoso turquesa vistió,
sus cabellos de óxido reflejaban el sol,
todo aquel que venía, su afecto entregó
y sus labios de sutil rojo metal cubrió.
Con sus pies recorrió sus calles polvorientas
y en asfalto transformó.
Esperanza con el tiempo creció,
y en los corazones de los mineros se quedó.
El cerro a la niña un tributo le entregó
y sus pómulos de rojo intenso se tornó.
Muchos con ella trabajaron, dando vida
a la ciudad de El Salvador,
quienes extraen el cobre, generación tras generación...
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Sin Miedo a TerminarYessenia Ledezma Moreno
En este frío y templado desierto,La luz del sol ilumina la cuidad.
Sin temor guías a tu gente; yA esos trabajadores del esforzado mineral.Luchas día a día,Velando por tu paz.Alcanzas a tocar el cielo,Día y noche sin parar;Orgulloso de tus años,Ríes y celebras sin miedo a terminar.
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