Post on 20-Jan-2015
El retablo
de la Catedral
Descripción general
Escenasdel retablo
Otras figuras y elementos
Descripción general
Escenasdel retablo
Otras figuras y elementos
El retablo mayor es una de las obras maestras del estilo
hispano-flamenco, desarrollado en España en los
los finales del Gótico y principios del Renacimiento (siglos XV-XVI), siguiendo la norma imperante en Flandes.
Con unas dimensiones de 15,85 m de alto y 10,35 m de ancho, cubre en gran parte el
ábside pentagonal de la capilla mayor, parte más antigua del templo gótico
Su construcción abarcó desde el año 1512 hasta el año 1531 y fue encargada
por el prelado ovetense Don Valeriano Ordóñez de
Villaquirán.
Como muestra de agradecimiento a la
iniciativa de este obispo, que fallece prácticamente al inicio de los trabajos, se le representará finalmente en actitud orante a los pies de
la Virgen.
De madera policromada, serán varios los maestros que intervendrán en su realización.
La labor escultórica la lleva a cabo el artista flamenco Giralte de Bruselas, contando con la ayuda de sus compatriotas Guillén de Holanda y Esteban de Amberes, y del escultor palentino Juan de Balmaseda.
La labor final de policromado y dorado la llevará a cabo el pintor flamenco León Picardo.
PARTES DEL
RETABLO
Predela o banco
Guardapolvos
4 pisos
5 calles
Por el retablo se reparten veintitres
escenas en relieve de la vida, pasión y
resurrección de Cristo, y de la vida de la
Virgen.
Se leen de izquierda a derecha y de abajo a arriba destacando en el centro los pasajes principales
INFANCIA
VIDA PÚBLICA
PASIÓN
GLORIFICACIÓN
OTROS ELEMENTOS DEL RETABLO
Abundantes figuras de apóstoles, evangelistas, profetas, patriarcas, doctores y santos se
reparten por arcos, columnas, banco y guardapolvos
I- AnunciaciónII-VisitaciónIII-NacimientoIV- Adoración ReyesV- Presentación en el TemploVI- Huida a EgiptoVII- Ante los doctores
INFANCIAINFANCIA
VIDA PÚBLICAVIDA PÚBLICAVIII- BautismoIX- TentacionesX- Bodas de CanáXI- Resurrección Lázaro
PASIÓNPASIÓNXII-Entrada en Jerusalén
XIII- Oración en el HuertoXIV- FlagelaciónXV- Coronación espinasXVI- Camino del CalvarioXVII- Crucifixión
GLORIFICACIÓNGLORIFICACIÓNXVIII- Resurrección JesúsXIX- Duda de Sto. TomásXX- La AscensiónXXI- Pentecostés
XXIII- Asunción de MaríaXXII- Cristo en Majestad
I II III
XXIII
IV
V VI VII VIII
IX XIX XII
XIII XIV XV XVI
XVII
XVIII XIX XX XXI
XXII
La virgen aparece meditando la Biblia (en la iconografía oriental se suele representar dedicada a los
trabajos manuales).
Su postura de postración sobre un reclinatorio parece decir: “Heme aquí, la esclava del Señor”.
Arrodillada, lleva su mano al pecho en señal de su sí de
aceptación.
Su cabeza inclinada hacia abajo evocando la humildad pese a la
elevada dignidad que le es concedida por Dios.
En la filacteria que rodea al cetro aparece la frase Ave María.
La palabra AVE leída al revés se lee EVA. Así pues, María sería la nueva Eva, esto es, la puerta de la salvación del ser humano, en contraste con Eva que, con su
desobediencia, cerró la puerta del paraíso.
La Anunciación
Nos encontramos a María e Isabel, figuras que dominan el
centro de la escena: una en plena juventud, la otra en el inicio de la ancianidad. María lleva el velo de
las jóvenes, Isabel cubre su cabeza con el tocado de las
matronas de Israel,como símbolos de la Iglesia y la
Sinagoga respectivamente.
Las dos mujeres, manifiestamente embarazadas no se sitúan al
mismo nivel en la escena, de ahí la postración de Isabel ante Ella.
Sin embargo parece clara la actitud humilde de María de querer detener con su brazo la ligera genuflexión de su prima.
A la derecha, bajo el arco de su casa aparece el viejo Zacarías,
esposo de Isabel, observando el encuentro y apoyado en el bastón
de su autoridad sacerdotal.
Visitación
Jesús es el centro lumínico de la escena, resaltando así la idea
del niño que nace en las tinieblas de la noche para traer
la luz de la verdad y la salvación al mundo. Los haces de paja
están dispuestos como rayos de luz. Es el propio Jesús quien
confiere luminosidad a la escena, pues Él es la luz del
mundo
El buey y el asno le adoran mientras los ángeles cantan en
las alturas “Gloria a Dios”.
Son tres los pastores (como también son tres los reyes
magos) de la escena: No portan presentes, su ofrenda es la
música de una flauta (similar a los pastores músicos de Toledo
y de otras catedrales)
Nacimiento
Adoración Reyes
El niño sostiene en su mano izquierda el globo del universo
mientras con la derecha bendice a los Magos (los dos signos que suelen acompañar al Pantócrator y que pudiera evidenciar el significado de
“rey de reyes”).
Los tres Magos simbolizan las tres edades del hombre o las
tres partes del mundo conocidas (Asía, Africa y
Europa). Melchor es el más anciano, Gaspar, el de edad
media y Baltasar el más joven.
Las ofrendas significan también tres títulos
cristológicos: Oro: realeza, Incienso: divinidad y Mirra:
sufrimiento. Esta última alude al sacrificio redentor de Cristo.
Presentación
Según la ley de Moisés era de obligado cumplimiento para
todos los judíos consagrar el primer hijo a Dios en recuerdo de
la Huida a Egipto y de otras intervenciones divinas a favor de Israel. En este caso, la presencia de un cuchillo sobre el extremo de la mesa funde la escena de la
presentación con la de la circuncisión.
Junto a Simeón, que va vestido con manto y mitra pontifical, está
un sirviente que ejerce de ministrante, mientras que a su
izquierda un escriba lee y confronta con el libro de la ley
que todo se está llevando a cabo según las prescripciones de la
Ley del Señor.
Junto a María y José una doncella porta en un cesto dos pichones (o tórtolas), como corresponde a
la ofrenda de los pobres.
Huida a Egipto
La virgen mira amorosamente al niño, entre sus brazos, el
cual aparece fajado como una momia, indumentaria
interpretada como una alusión más a la futura
muerte (tal indumentaria evoca la manera de los
iconos bizantinos).
José conduce al asno volviéndose para mirar a María y al niño con gran
dulzura. Lleva la capa y el gorro propio de los
peregrinos, las calzas de los caminantes y en la mano
izquierda sostiene un nudoso cayado.
El ángel, joven, que parece tener anclada la mirada en Jesús, parece empujar una palmera cuajada de frutos.
Ante los doctores
Jesús es llevado por sus padres, a la edad de 12 años, a Jerusalén
con motivo de la Pascua. Se escabulle de ellos, entra en el
Templo y declara entre los doctores que los tiempos están
cumplidos y el Mesías ha llegado verificando el vaticinio de Isaías.
En el centro y sobre un podio, Cristo es el eje central y en torno a él se colocan los doctores de la
ley mosaica a la manera de la dialéctica escolástica y
comportándose como un verdadero maestro.
Alrededor están los rabinos en clara actitud caricaturesca: de enormes narices, gesticulan y
mueven sus manos al tiempo que hablan apresuradamente. Jesús
a la escucha, reflexiona y responde.
A la izquierda María contempla en actitud orante a su hijo dando
testimonio de su divinidad.
Bautismo
Jesús aparece en actitud orante en señal de
sometimiento a los designios del Padre.
Juan Bautista derrama el agua del Jordán sobre la cabeza del Salvador y está caracterizado
con su hábito propio de piel de camello y manto de dignidad
sacerdotal que contrasta con la desnudez del Hijo.
El ángel, de enormes alas y túnica de ricos brocados y que
sostiene la túnica del bautizado, es consecuencia de
la transposición artística del diácono que, durante la ceremonia del bautismo,
ayudaba al obispo sosteniendo el capillo (tela blanca que se
colocaba en la cabeza al bautizarlos) y revestía a los catecúmenos después de la
inmersión con una ropa blanca.
Tentaciones
Tras ser bautizado Jesús se retira al desierto de Judá y allí
permanece 40 días y 40 noches.
En la escena, las tres tentaciones se reducen a una:
un demonio de forma monstruosa ofrece una gruesa piedra al Salvador que parece responderle: “no sólo de pan vive el hombre sino de toda
palabra que sale de la boca de Dios”
La cabeza en el vientre de Satán aludiría al
desplazamiento de la sede de la inteligencia puesta al
servicio de los instintos más bajos.
Su fealdad invita claramente al rechazo y la repulsión y
contrasta con la mansa figura de Cristo.
Bodas de Caná
El escultor quiere evidenciar la condición de Mesías, Salvador y Redentor, de ahí su interés
por reflejar los milagros.
Resulta evidente el gesto de María que de modo elocuente
le pide ayuda y éste responde a las súplicas de su madre con la
bendición de las tinajas.
Sorprende que sean 5 y no 6 las tinajas representadas,
como señala el pasaje evangélico. Podría entenderse que esta sexta tinaja es la que se guarda en la misma catedral y que siempre fue un objeto de
gran veneración por los peregrinos.
De hecho una de las tinajas de la escena guarda un gran
parecido con ella.
Bodas de Caná
Cristo bendice a Lázaro que incorporándose del sepulcro
aparece desnudo y no amortajado. La actitud de
Cristo parece gritar:
“Lázaro, sal fuera”.
En la parte derecha del cuadro está María y Marta en
actitud orante.
Uno de los elementos anecdóticos lo constituye el judío de la izquierda que se tapa la nariz con un paño
evitando el hedor del difunto, lo cual se
corresponde con el texto joánico cuando Marta
respondiendo al Señor le dice: “Señor, ya huele; es el
cuarto día” (Jn 11,39)
Resurrección de Lázaro
Entrada enJerusalén
Jesús entra montado en un burro -lo que según
algunos teólogos es un símbolo de docilidad- y no en un caballo – símbolo de soberbia-, para proclamar
que Él no reside en los corazones soberbios, sino en los mansos y humildes.
Los habitantes de la ciudad reciben al Mesías con los ramos y extienden a su
paso los mantos siguiendo el relato evangélico
La entrada en la ciudad marca el inicio del ciclo de la pasión y la aclamación como Rey y Salvador será seguida por la negación
burlesca durante la pasión.
Oración en el Huerto
En la escena, Crista afronta en solitario la agonía del miedo a la
muerte y al sufrimiento.
Arrodillado y en oración, sus vestiduras doradas parecen brillar
bajo los rayos de luz contrarrestando con la oscuridad
del fondo para evidenciar el acontecer nocturno.
La mirada de Jesús se dirige al cáliz situado sobre un montículo
que recuerda las palabras de Jesús: “Padre, si es posible, pase de mí este cáliz; mas no se haga
mi voluntad sino la tuya”.
Los 3 discípulos predilectos : Pedro, Juan y Santiago que han sucumbido al sueño forman un triángulo: Pedro en el vértice
superior y, en primer plano, los hijos de Zebedeo: Juan y
Santiago, éste último con un manto adornado con las conchas y vieras de la tradición jacobea
Flagelación
Poncio Pilato, tras interrogarle y proponer al pueblo la
elección de la condena a muerte, ordena flagelarle. Los azotes no podían superar los
40, de modo que lo habitual era dar 40. Se fustiga a Cristo a la usanza romana, de pie, pues la ley mosaica infringía el castigo al reo postrado, y empleando el flagelo romano formado por un
entretejido de correas que sostiene pequeños trozos
metálicos para aumentar su efectividad.
Jesús, en el centro, vestido tan solo con un paño de pureza,
impresiona por su mirada que implora, acepta y busca compasión. Atado a una
columna con complicados nudos de cuerda, presenta
heridas en brazos y piernas, evitando un excesivo
dramatismo.
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.
Declarada su realeza sobre los judíos y todavía maniatado,
los soldados le visten con un manto purpúreo, le colocan sobre un trono irrisorio y le coronan con espinas. Sus
manos reflejan sometimiento y su mirada implora piedad.
Un soldado, arrodillado, le ofrece el cetro mientras que
saluda con su mano izquierda alzada como queriendo
expresar el “salve, oh rey de los judíos”. Otro, a la derecha y
en pie, enarbola una maza dispuesto a golpear las
espinas. Otra figura con barba y casco militar, porta igual
cetro que el de la flagelación. A su derecha un cuarto alza unas
tenazas para ajustar más la corona a las sienes. El último aplaude y ríe las burlas de los
demás.
Coronación de espinas
La escena combina dos estaciones del vía crucis: la segunda caída y la ayuda del
cirineo.
La mirada de Jesús confiere un dramatismo mayor en la
escena estableciendo una emotiva comunicación con el
fiel.
Jesús lleva halo como corresponde a su condición de Hijo de Dios y va coronado de espinas. Ha caído de rodillas agobiado por el peso de un
madero de enromes dimensiones. Lleva un dogal atado a su cuello y los pies
descalzos y ensangrentados por los guijarros del camino.
Mientras los soldados se burlan e incriminan a Jesús, Simón de Cirene le ayuda a soportar el peso de la cruz.
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Camino del Calvario
Se representa en el momento supremo de la agonía, con los ojos bien abiertos y la
boca jadeante. Ha perdido toda su majestad real, sólo inspira compasión y su
muerte se convierte en un símbolo eucarístico.
La cruz se alza sobre el cráneo descarnado de Adán: “sobre el símbolo
del pecado y de la muerte se erige la cruz triunfante (vínculo teológico entre el
pecado original y la muerte redentora de Cristo”.
La importancia de María, al pie de la cruz es notable como dice Santiago de
Vorágine: “cuando Cristo expiró, nadie ya tenía fe, ni siquiera San Pedro: la única que no dudaba era María. Por eso María
representa a la Iglesia y merece ese lugar a la derecha de Cristo moribundo; y lo
merece tanto más cuanto que es también la nueva Eva, digna de figurar al lado
derecho del nuevo Adán”.
Crucifixión
Jesús bendice con la derecha mientras porta el estandarte
de la victoria con la izquierda. Se cubre con un manto que
deja al descubierto la llaga del costado.
Alrededor de Jesús están los soldados en actitudes
diversas: gestos de sorpresa y temor ante el prodigio. En la
escena del retablo dos de ellos están dormidos y otros dos no, serán los que van a
corroborar lo ocurrido
Según Santiago de Vorágine la estancia de tres días en el sepulcro era necesaria para
demostrar que su muerte había sido verdadera. Según
la tradición el cuerpo y el alma del difunto no se separaban
hasta pasados tres días.
Resurrección
Tomás no estaba con los doce al aparecérseles el resucitado, de ahí que expresase con rotundidad: “si no veo en sus manos la señal de
los clavos y no meto mis dedos en el agujero de los clavos y mi mano en su costado, no creeré” Tomás se convierte así en el prototipo de
los que tienen dudas de fe.
Vemos como Cristo con su mano derecha porta una linterna para
guiar las almas hacia la fe, mientras que con su mano
izquierda encamina la mano de Tomás hasta la llaga de su
costado. El apóstol, temeroso y postrado a los pies del Señor, se
siente como deslumbrado y parece exclamar: “¡Señor mío y
Dios mío!”.
Seis apóstoles son testigos de la escena. Entre ellos destaca
Santiago caracterizado como peregrino
Duda de Santo Tomás
La Ascensión se produce 40 días después de la
Resurrección con el fin de que se produzca la venida
del Espíritu: “Conviene que yo me vaya, porque si no
me voy no vendrá a vosotros el
Paráclito”Jn16,7
Destacan en la escena María con una gran capa
azul y Pedro, acompañados por los hijos de Zebedeo, todos en actitud orante.
En el centro, y desapareciendo a la vista de los discípulos, se halla
la figura de Jesús con túnica de oro y pies
descalzos cuya silueta se corresponde con las
huellas impresas en la roca.
Ascensión
A los cincuenta días después de la Resurrección, Jesús, tal y como había prometido, envía el E. Santo sobre los discípulos reunidos en
el cenáculo.
María ocupa el centro de la escena, sentada en un trono
sobre un escabel. Revestida con solemne manto azul se convierte
en el principal personaje de Pentecostés, aunque su presencia
no se cita en los Hechos. Seguramente con su introducción
se quiere simbolizar a la Iglesia pues la Virgen ya había recibido el
Espíritu en la Anunciación y no tendría por qué recibirlo en un
segundo momento.
En un segunda plano aparecen el resto de los apóstoles, incluidos
Matías y Pablo.
El Espíritu en forma de paloma se cierne sobre la cabeza de María y cobija bajo sus alas al conjunto
de los apóstoles.
Pentecostés
Desde el Siglo IV e incluso antes existen testimonios históricos que
certifican la creencia en la Asunción corporal de María a los cielos:
La devoción a María en Asturias está probada desde antiguo. Según el padre Viñayo González, fue aquí donde se riñó la primera batalla conocida en la Iglesia sobre la
doctrina de la Asunción: “fue la Iglesia asturiana el campo donde se
desarrolló la primera batalla, y ninguna otra, ni oriental ni occidental, puede privarle esta prerrogativa”. Por eso la Catedral es un monumento que
rinde culto al Salvador y también a Santa María.
El que se sitúe la escena debajo del calvario confirma el importante papel
que desempeña la Virgen como intermediaria de Dios, y ocupa el lugar de mayor tamaño de la calle
central del retablo.
La Asunciónde María
Típica imagen del Pantócrator rodeado de los cuatro símbolos de los
evangelistas (tetramorfos), sentado sobre un trono dorado, portando en la mano izquierda la bola del Universo coronada por la cruz y bendiciendo
con la derecha.
Lleva la vestidura púrpura propia de su condición real bordeada por una
orla de pedrería. Es este Cristo, Salvador del Universo, el titular de la
Catedral.
Mateo simboliza el hombre porque su evangelio empieza con la genealogía
de Cristo.
Marcos, el león porque su evangelio comienza con las palabras voz que
clama en el desierto.
Juan, el águila, porque se eleva desde el comienzo hacia las verdades
eternas.
Lucas, el buey, por mencionar en sus inicios el sacrificio de Zacarías
Cristo enMajestad
Desde la base hasta las mismas
vidrieras, se van
repartiendo diferentes
figuras de gran simbolismo,
cuya referencia y finalidad última es resaltar y
rendir culto al Salvador
La sede del Obispo, desde la que ejerce su ministerio de predicar y enseñar, ocupa el
espacio central de la Predela y se encuentra flanqueada por las figuras de Pedro y Pablo
Pablo aparece con una espada
simbolizando su
decapitación, única forma de martirio de un
ciudadano romano
Pedro aparece con unas
llaves en la mano,
recordando que Jesús
edificó sobre él su Iglesia y le entregó las
lleves del Reino.
A modo de columnas entre las
escenas de la predela aparecen las figuras de San
Ambrosio, San Gregorio Magno
(Papa que reformó la liturgia y la
música sacra), San Jerónimo y San
Agustín.
San Jerónimo se representa con unas gafas que expresan
su condición de estudioso de las
Escrituras y un león que juega a sus pies
sugiere el tiempo que estuvo retirado
en el desierto realizando una
traducción de la Biblia por encargo
del papa san Dámaso
Los extremos de la Predela están
flanqueados por San Sebastián y San Roque.
considerados como abogados de la peste, a
los que Oviedo hizo votos debido a que la población
de Asturias se vio diezmada hasta el punto
que en 1598, en el transcurso de 11 meses, murieron en Moreda unas 240 personas, más de la
mitad del pueblo.
De 2 en dos, como haciendo un cortejo en torno al Salvador. De izquierda a derecha:
Mateo-Bartolomé
Santiago-Juan
Andrés-Pedro
Tomás-Simón
Felipe-Matías
Pablo-Santiago el Mayor
Representan la consolidación del Pueblo de
Dios.
Aparecen en número de 12,
número de gran
simbología que expresa totalidad y plenitud
Representados en grupos de 3:
6 profetas mayores y 12
menores.
Corregían los desvíos del
pueblo a la vez que, con sus
vaticinios, iban alimentando las esperanzas de
salvación
Aparecen recostados en el
remate del retablo las
figuras de los Reyes de Israel y
de Judá.
Y alzando la mirada
por encima
del retablo
vemos en las
vidrieras a Cristo
con Pedro y Pablo
De nuevo la figura
del Salvador
como elemento
central de esta catedral dedicada
a su nombre
“Quien visita Santiago y no al Salvador,
visita al criado y deja al Señor”
Dicho medieval francés
FIN