Post on 16-Jan-2016
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El policentrismo.
Sabiendo la importancia de Estados Unidos y de la Unión Soviética, los países
europeos implicados buscaban desarrollarse de una manera adecuada, para ello
bastaba con darse cuenta de la realidad propia que vivían, llena de matices, de
cambios, de diferencias sobre otras y de que las ideologías en ellos deberían
encontrarse ad hoc con la realidad que imperaba a partir de una diversidad cada
vez más grande, notoria y de un crecimiento económico en Europa occidental.
Conociendo eso, surge el término policentrismo.
En palabras del doctor Edmundo Hernández-Vela, el policentrismo es la
“expresión originalmente empleada para designar la fragmentación del movimiento
comunista internacional por la creciente tendencia a seguir caminos o vías
nacionales independientes en la construcción del comunismo.
Esta posibilidad, ya reclamada anteriormente por varios países socialistas, fue
propiciada y fomentada al final de los años cincuenta por la negativa china a
aceptar la jefatura de la Unión Soviética del movimiento comunista internacional y
a reconocer a la vía soviética como el único camino hacia el comunismo.
Otros partidos comunistas no gobernantes, como fue el caso del italiano bajo la
conspiración de Palmiro Togliatti, reclamaron para sí el derecho a seguir su propia
vía hacia el comunismo, de acuerdo con sus posibilidades y características
nacionales.
Este fenómeno policentrista también ha ocasionado un cierto aflojamiento de la
ortodoxia dentro del bloque occidental, poniendo en duda la dirección
norteamericana. En este caso, Francia fue el promotor, particularmente durante la
época del General De Gaulle, de una política cada vez más independiente de la
de Estados Unidos”1.
Pero, ¿por qué se da en ese momento?
1 Hernández-Vela, Edmundo, Diccionario de Política Internacional, Tomo I, Editorial Porrúa, México, 2002, p. 119.
El policentrismo en realidad fue una realidad que no escapaba de ninguno de los
dos bloques antagónicos (Estados Unidos y la URSS), donde se pretendía obtener
cierta independencia de los partidos comunistas para tratar las estrategias
políticas que ya habían sido planeadas previamente en los países donde existían
estos partidos comunistas.
Éste surge en el Partido Comunista Italiano debido a Palmiro Togliatti, debido a la
invasión de Hungría en 1956, por los cambios que ya se veían desde el postulado
de la coexistencia pacífica de Nikita Kruschev, también por los excesos
estalinistas2.
Entonces, ¿quién era Palmiro Togliatti? Fue un político italiano, Secretario General
del Partido Comunista Italiano, estudió Derecho en la Universidad de Turín y para
1921 se le reconoce como uno de los fundadores del Partido Comunista de Italia.
“El advenimiento de la clase obrera sobre la escena de los conflictos económicos
y sociales con sus reivindicaciones inmediatas y con su aspiración a un nuevo
orden económico, ha constituido el motor del progreso democrático en el mundo
moderno.
(...) El impulso democrático viene de la clase obrera, de nosotros comunistas, de
los compañeros socialistas, y de aquellos demócratas que no se han ple- gado al
poder de la clase dirigente burguesa y de los partidos que la representan”3.
En 1956 forma su propia concepción de la “Vía italiana al socialismo” que se ha
denominado como policentrismo. Y que posteriormente, en su Memorial de Yalta,
que nos habla sobre la diversidad y las diferencias entre los pueblos, a
continuación se cita lo siguiente dejándolo ya en claro:
“Mi opinión es que, la línea del presente desarrollo histórico y de sus perspectivas
generales (avance y victoria del socialismo en todo el mundo) las formas y
condiciones concretas de avance y victoria del socialismo serán hoy y en el
2 Eduardo Montagut, Policentrismo, http://lacomunidad.elpais.com/memoria-historica/2008/12/2/policentrismo, consultada el 25 de agosto de 2014.3 Palmiro Togliatti, La via italiana al socialismo, ediciones Roca. México, 1972. Pág. 112. [Citada en: www.fgbueno.es/bas/pdf/bas10405.pdf]
porvenir próximo muy distintas de lo que lo fueron en el pasado. Al mismo tiempo,
son bastante grandes las diversidades de un país a otro. Por eso, cada partido
debe saber moverse de modo autónomo. La autonomía de los partidos, de la cual
somos nosotros partidarios decididos, no es sólo una necesidad interna de
nuestro movimiento, sino una cuestión esencial de nuestro desarrollo en las
condiciones presentes”4.
Finalmente, se hace énfasis en que el desarrollo del policentrismo y sobre todo la
existencia de diversos modelos por todo el mundo significa desde luego, el total y
rotundo rechazo al modelo soviético e incluso al chino de cómo debería darse
éste, pero por encima de eso, que la idea de basarse en un centro púnico de
donde provenga este movimiento es simplemente impensable y una elemento que
se debe debatir y cambiar para adaptarse a su propia realidad.
Después del XX Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS),
se definió a favor y tácitamente en la realización de su propia política.
Por otra parte, la época de De Gaulle se caracteriza desde luego dentro de la
Guerra Fría pero sobre todo durante un momento donde se pretende modernizar
Francia, ya que después de 1961 la economía francesa tenía que adentrarse más
debido a la gran pérdida que significaban los mercados coloniales y la disminución
de las barreras arancelarias en los países de la Comunidad Económica Europea
(CEE).
De tal forma que un documento muy importante surge en esta época,
l’aménagement du territoire que tendría como principal objetivo disminuir todas
esas riquezas que no estaban bien distribuidas y aumentar el potencial económico
del país, de tal forma que se pudiera luchar efectivamente contra el marcado e
insostenible crecimiento en las ciudades como el que París estaba enfrentando5.
4 Palnairo Togliatti, Memoria sobre las cuestiones del movimiento obrero internacional y de su unidad. Revista REALIDAD. Año II. N° 4. Noviembre, 1964. Roma. Pág. 62 y 63.5 Andreas Faludi, La política de cohesión territorial de la Unión Europea [en línea], Delft University of Technology, Boletín de la A.G.E. N.º 39 – 2005, pp.11-30. Dirección URL: www.boletinage.com/39/01AFaludi.pdf [Consulta: 25 de agosto de 2014]
La utilidad surgía en el hecho de querer gestionar de hecho el territorio, de tal
forma que pudiera distribuirse en su totalidad el compromiso de todos los actores
regionales y locales y reducir el predominio tan imponente que representaba París.
Todo eso derivado de diversas situaciones que plagaban a la sociedad
internacional, donde por ejemplo en el caso de Togliatti, la política de coexistencia
determinó en amplio sentido la política e ideales que desarrollaría y de los cuales
ya se habló. Entonces, a continuación se hablará de ello:
La coexistencia pacífica tomó un papel preponderante para el desarrollo del
policentrismo y es definido por el doctor Hernández-Vela como: “Política de
convivencia y competencia pacíficas y mutua tolerancia, que han pretendido
practicar, individualmente y en grupo, Estados con sistemas ideológico-político-
económicos diferentes”6.
Coexistencia pacífica
Se refiere a que ambas superpotencias deben
convivir y así, evitar un desastre mayor que
pudiera destruir el mundo. Vivir y lograr de
esta forma aumentar su zona de influencia;
esto sucede en primera instancia porque la
tecnología militar había logrado ya sobrepasar
los límites anteriormente conocidos y en caso
de un enfrentamiento directo, ellos sabían que
podrían poner en peligro incluso la vida
misma de todo el planeta. Así que no se
arriesgaron a un desastre nuclear o la
destrucción ya total de la Tierra.
1. El respeto a la soberanía e
integridad territorial de cada país.
2. La no agresión.
3. La no injerencia en los asuntos
internos de otros Estados.
4. La igualdad en las relaciones.
5. El beneficio mutuo.
Fuente: Javier Colombo Ugarte, El legado universal de los principios de la Coexistencia Pacífica, Dirección
URL: http://www.javiercolomo.com/index_archivos/Los%20Cinco%20Principios%20de%20Coexistencia
%20Pacífica.pdf, [Consulta: 25 de agosto de 2014]
6 Hernández-Vela, Edmundo, Diccionario de Política Internacional, Tomo I, Editorial Porrúa, México, 2002, p. 119.