El libro en blanco

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Este es un power point interactivo que permite, dentro de una historia, ir eligiendo diferentes opciones para ayudar a nuestro personaje principal, El Libro en blanco, a llenarse con una aventura creada por ti.

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EL LIBRO EN BLANCO

ELIGE SU AVENTURA

Hola… estoy muy triste, si

quieres saber qué me pasa clica

encima de mi portada y te lo

contaré yo mismo.

¡EMPIEZA!

INSTRUCCIONES

- Clica aquí para oír y pararlo que digo:

- Te iré mostrando diferentes opciones. Haz clic en la que más te guste para crear tu cuento.

-Cada vez que veas este símbolo, clica para pasar la página:

Una bruja

…que vivía sola con sus nueve gatos en su cabaña de Bosque Tenebroso.

Se llamaba Alfonsa, y aquel día, como cada viernes, se dirigió al reino a cometer fechorías.

Cogió su aspiradora voladora y voló hacia…

La posada del Capitán Garfio

El gimnasio Pontefuerte

Una vez allí, se sentó y pidió un batido de lagarto y culebras, su preferido.

Sorbía y sorbía con su pajita cuando vio al apuesto príncipe del reino entrando por la puerta…

Porque…

Se encontraba gravemente herido y aquel era el lugar más cercano.

Había estado haciendo ejercicio y necesitaba reponer fuerzas.

Gerardo era tan, tan, tan apuesto, que la bruja Alfonsa no pudo evitar acercarse a ayudarle.

El príncipe conocía la innumerable lista de maldades de Alfonsa.

-Dejar calva a gente aleatoria del pueblo-Robarle los dientes al Ratoncito Pérez -Y (su especialidad) convertir en rana a todo aquel que la molestase

Entre otras muchas cosas.

Entonces, asustado, empezó a correr desesperadamente y…

Se desmayó

Tropezó y cayó por un precipicio

Alfonsa agarró su aspiradora, lo recogió y voló a casa con el príncipe inconsciente a cuestas.

Una vez allí, temiendo que Gerardo, que era tan, tan, tan apuesto se escapara, le hizo un hechizo de amor para que, al despertar, se quedara con ella para siempre.

Pasaron un par de días y, el lunes por la mañana, Alfonsa escuchó un ruido muy fuerte.

Era la princesa Evelina, que llegaba…

A caballo

Acompañada de su guardia real

Para rescatar a su príncipe.

De un golpe, derribó la puerta y entró en casa de la bruja espada en mano.

- ¡Devuélveme a mi príncipe-dijo Evelina.

- ¡Jamás!- contestó Alfonsa.

Y empezó la lucha.

Rayos, centellas, gritos y espadazos se sucedieron por toda la habitación, la princesa y la bruja lanzaban golpes y maldiciones a diestro y siniestro.

Y, de pronto, ocurrió algo inesperado...

LA PRINCESA…

EL PRÍNCIPE…

LA BRUJA…

La princesa se giró para ver a Gerardo que se había despertado y, aprovechando el momento, la bruja le lanzó su hechizo estrella...

Evelina empezó a dar vueltas y vueltas como si fuera un tornado y, cuando paró, su cuerpo de princesa se había transformado en una rana gorda y fea.

Salió por la puerta croando y la bruja Alfonsa se quedó con su príncipe apuesto para toda la eternidad.

Vivieron juntos en su casita de Bosque Tenebroso con sus nueve gatos, y tuvieron tres brujitas encantadoras que, cada viernes, salían a cometer fechorías.

El príncipe despertó. Aunque todavía estaba aturdido, los efectos del encantamiento de amor que la bruja le había lanzado estaban perdiendo su efecto, y Gerardo pudo observar la escena a su alrededor.

Alfonsa y Evelina seguían luchando.

- ¡¿ Qué está ocurriendo aquí?! – gritó el príncipe.

- ¡Luchamos por ti!-anunciaron a coro.

- No hace falta que peleéis más, yo ya he elegido a mi enamorada.

Alfonsa y Evelina se quedaron boquiabiertas esperando la elección del príncipe cuando, de pronto, él dijo...

-Un día que paseaba por el mercado vi a la panadera y me quedé prendado de ella.

Gerardo salió por la puerta para no volver jamás, y la princesa y la bruja se quedaron tan solas,

que decidieron que todos los sábados irían juntas al cine para pasar el rato y así, Alfonsa y Evelina se hicieron amigas.

La Bruja intentó lanzarle a Evelina su hechizo especial para convertirla en rana pero, en un despiste, le pisó la cola a uno de sus nueve gatos, y tropezó.

En ese instante, la princesa agarró con fuerza su espada y la derrotó.

El príncipe Gerardo despertó y él y Evelina se marcharon juntos a palacio,

fueron a muchas fiestas y banquetes y se compraron una caravana de lujo para viajar por todo el mundo.

A Alfonsa le encantaba ir allí a molestar a la gente que hacía ejercicio, se entretenía deshinchando los músculos de los caballeros y haciendo que las cintas de correr se volvieran locas.

Cuando se dirigía a la zona de las pesas vio al príncipe del reino: Gerardo.

Era tan, tan, tan apuesto que la bruja no pudo evitar quedarse prendada de él.

Alfonsa se acercó para hablar con él.Gerardo se sobresaltó pensando que la bruja quería hacer de las suyas, y entonces…

¡Plas! Las enormes pesas que había levantado le cayeron sobre la cabeza y quedó inconsciente.

Intentó huir, pero la bruja conjuró un hechizo que le dejó aturdido.

Derribaron la puerta y entraron para rescatar al príncipe de las garras de la bruja Alfonsa, pero ella, con su magia, los hizo desaparecer a todos.

Evelina recogió del suelo la espada de uno de sus guardias y empezó la lucha.

¡Gracias por llenarme con este

cuento! Si quieres ahora puedes

inventar otro eligiendo opciones

diferentes haciendo clic en

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Autoras del material:

Marta Crespí GonzálezItziar Durán Jiménez

Año de creación:2013