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Documento de Trabajo N°1
La Educación Superior en la Región de Valparaíso
Desafíos para un mundo cambiante
Cristian Raggio Carvallo
Patricio Herrera González
https://cidep.uv.cl Agosto 2020
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LA EDUCACIÓN SUPERIOR
EN LA REGIÓN DE VALPARAÍSO
Desafíos para un mundo cambiante
Cristian Raggio Carvallo*
Patricio Herrera González**
*Cristián Raggio Carvallo, Ingeniero Comercial, mención economía, Universidad de Chile. Asistente
de Investigación CIDEP [craggio@fen.uchile.cl]
** Patricio Herrera González, Doctor en Historia. Investigador y director CIDEP. Profesor titular de la
Escuela de Ingeniería Comercial de la Universidad de Valparaíso [patricio.herrera@uv.cl]
2
Presentación
La educación es un bien esencial para proveer mejores oportunidades y bienestar
en las sociedades, más si el Estado administra y proyecta, a través del sistema
educativo, principios antropológicos, filosóficos, éticos y de cohesión social, que
permita favorecer la igualdad de oportunidades y derechos.
Chile ha desplegado un crecimiento económico sostenido en los últimos 30 años y
esto ha permitido mejorar sistemáticamente indicadores de desarrollo humano,
infraestructura e intercambios en un contexto global. Sin embargo, en la última
década el país ha comenzado a ralentizar su producción total de factores. Su
economía tiene una matriz productiva concentrada en pocos productos, en su
mayoría commodities de precios volátiles y demandas cíclicas. La riqueza presenta
serios problemas en su distribución, dado que el 1% de la población concentra el
30% o más del PIB nacional. Los sectores sociales medios presentan una movilidad
que se frena a causa de factores ajenos a su voluntad y méritos. La elitización de la
política, la empresa y la educación son en parte una fuente explicativa relevante
para comprender el malestar social que se expresó en la setencia “no son 30 pesos
son 30 años”.
La educación superior actualmente tiene una cobertura del 65%, donde la
privatización y la oferta educativa han sido un factor coadyuvante en la expansión
del sistema, pero que no ha implicado necesariamente calidad, programas
actualizados de formación e inserción plena de los egresados en el mercado laboral.
La menguada participación del Estado –en gasto, inversión y cobertura–, haciendo
competir a sus universidades públicas con las casas de estudios financiadas y
gestionadas por conglomerados económicos internacionales, confesionales o
inmobiliarios, la intensificación de una educación superior segregada,
excesivamente profesionalizante y que ha extendido el endeudamiento al menos a
ocho deciles de las familias, con o sin gratuidad, son motivos suficientes para hacer
una mirada local sobre el estado actual de la educación superior en la región de
Valparaíso.
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La transformación de la sociedad transcurre en forma acelerada, la contracción del
tiempo y el espacio en la actual globalización se ha intensificado y hay cambios
estructurales que serán irreversibles en una o dos décadas. Preocupa entonces que
nuestra educación superior, en terminos generales, vaya a la retaguardia de los
cambios que se están experimentando en innovación, tecnología, digitalización y
creación de valor, cuestiones hoy ampliamente discutidas en el ámbito internacional
por Mariana Mazzucato, Ha-Joon Chang, Luigi Zingales, Ester Duflo, Yuval Noah
Harari, y Daron Acemoglu, entre otros. Sabemos que el big data, el ecommerce, la
robótica, la telemedicina, la flexibilidad laboral, la productividad, el conocimiento
científico, la (bio)ética, la alianza público-privada, el capital, la economía verde o
creativa, por nombrar solo algunos aspectos, modificarán sustancialmente nuestros
modos de vida. Responder a estos desafíos, con nuevas perspectivas, es parte de
la motivación al realizar este estudio. Estamos convencidos que no es útil imitar y
reproducir los éxitos ya ocurridos, parafreseando a Carlota Pérez los triunfos del
mañana dependen de anticipar el futuro.
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Introducción
Al estudiar la estructura del sistema de educación superior chileno encontramos una
serie de deficiencias que nos hacen reflexionar sobre el rol que deben cumplir las
instituciones de educación superior (IES de aquí en adelante) en la sociedad. En
efecto, uno de los desafíos que deben atender las IES está ligado a su capacidad
instrumental para formar profesionales y técnicos adelantándose a los
requerimientos del mercado laboral, pero también desde una vertiente ética, implica
posicionarse en términos normativos ante los distintos problemas económicos,
sociales y ambientales que enfrenta un determinado territorio (Camarena y Velarde,
2010). Entendemos que no es tarea fácil lograr estos objetivos en un contexto de
constante cambio del entorno global y local, donde los distintos sectores de la
sociedad presionan a las IES para ajustarse a sus requisitos particulares, mientras
las transformaciones tecnológicas obligan al país a adaptar sus procesos
productivos y de esta forma incrementar la competitividad económica. Todo esto
ocurre y los gobiernos aún no han sido capaces de articular el dialogo entre los
actores sociales para definir propuestas de desarrollo que contemplen avances
estructurales en el sistema de educación superior.
Considerando lo anterior, este informe nace con el objeto de realizar una
caracterización general de la educación superior en la región de Valparaíso, para lo
cual se utilizan datos provistos por el SIES1 sobre la matrícula y egresados de las
universidades, institutos profesionales (IP´s) y centros de formación técnica (CFT´s)
de la región. Esta base nos permite analizar, entre otras particularidades, cómo se
distribuyen la matrícula los diferentes tipos de instituciones y carreras, cuáles son
los programas que concentran una mayor cantidad de estudiantes o los que han
mostrado un mayor aumento en sus alumnos titulados durante los últimos años. Por
otro lado, nos interesa evaluar el vínculo existente entre los programas ofrecidos y
los requerimientos del mercado laboral, por lo que en primer lugar revisaremos las
opciones de empleabilidad y salarios de las carreras con mayor demanda en la
región, y luego proponemos una metodología que permite cruzar la información del
1 Servicio de Información de Educación Superior. Datos disponibles en www.mifuturo.cl
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SIES con datos de ocupación por actividad económica, provenientes de la Nueva
Encuesta Nacional de Empleo (NENE). Este análisis servirá para dar luces sobre
qué carreras se encuentran sobre pobladas, es decir, con una alta proporción del
total de la matrícula en relación a la tasa de ocupación de las diferentes actividades
ligadas a esa área del conocimiento, y cuáles se ven más necesitadas de mano de
obra calificada. En el presente informe revisaremos solo las “áreas sociales” de
Salud y Educación, pero dejamos propuesto los alcances para un análisis futuro
sobre la pertinencia laboral de las demás áreas del conocimiento.
De esta forma, el propósito final del estudio es revisar la pertinencia de los
programas educativos con respecto a las demandas laborales y sociales de la
región de Valparaíso, sin adentrarnos en un análisis crítico sobre las bases del
sistema. Ahora bien, como mencionamos el modelo chileno muestra deficiencias
que corresponde abordar en lo inmediato, y consideramos oportuno antes de
proponer nuevas políticas orientadas hacia el mercado o lo público abrir la discusión
sobre cuál es el rol que deben cumplir las IES en nuestra sociedad, y en qué ámbitos
el sistema puede evolucionar para hacer frente a las necesidades del país y de los
territorios en particular.
Con todo, el informe quedará estructurado en el siguiente orden. Después de esta
breve introducción, planteamos la discusión sobre el rol público de las IES, donde
incorporamos elementos de la literatura para tener una visión más completa sobre
el tema. La siguiente sección de análisis está dividida en tres partes: composición y
distribución de la matricula en la región, proyecciones de empleabilidad y salarios
de las carreras con mayor demanda, y análisis de pertinencia laboral centrado en
los sectores de salud y educación, concluyendo con algunos comentarios en
relación a los resultados encontrados y los desafíos que plantea el sistema de
educación superior para el país y la región.
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I. El rol público de las IES
Las IES juegan un papel fundamental en la sociedad, que va muchos más allá de
su capacidad para formar profesionales y así cumplir con las necesidades del
mercado laboral. Si bien es posible reconocer mayores retornos económicos para
los egresados, así como una mejor salud y satisfacción laboral (beneficios privados),
también coexisten una serie de beneficios que aportan las universidades al
desarrollo cultural, económico y social (Salinas y Tamayo, 2018), mientras la
generación de conocimiento asociada a investigación, desarrollo e innovación da
paso a la creación de nuevos productos y tecnologías con una alta rentabilidad
privada y social (Rodríguez Ponce, 2012). Como vemos, es posible identificar
numerosas externalidades positivas de este proceso, cuya consecución dependerá
en última instancia de la calidad y pertinencia que tenga el sistema de educación
superior.
Por mucho tiempo la universidad fue vista únicamente como un centro de
generación de conocimiento restringido para las minorías intelectuales (Bourdieu y
Passeron, 2003), sin embargo, el progresivo aumento en el acceso a estudios
superiores ha hecho que lo que ocurra dentro de estas instituciones tenga
repercusión para un creciente número de actores y comunidades, provenientes
desde distintos sectores de la sociedad. Es así como por ejemplo, las familias y los
estudiantes pueden organizarse en un gran movimiento para exigir gratuidad en la
educación o mejoras en la calidad de los programas impartidos; el gobierno por su
parte debe cumplir un rol activo en el diseño de modelos educativos que aseguren
la consecución de fines sociales, como la equidad en las oportunidades de ingreso
al sistema. También están las comunidades locales y regionales, que reclaman una
mayor vinculación entre la investigación universitaria y los problemas sociales que
enfrentan los territorios; y por su puesto los empleadores, quienes precisan de
recursos humanos calificados para mejorar su productividad. Se habla entonces de
una relación de interdependencia donde las IES deben responder a las expectativas
económicas, vale decir, formar profesionales y técnicos con el conocimiento y
destrezas necesarias para adaptarse a las dinámicas de una economía globalizada,
7
a la vez que aportan con investigación relevante para el desarrollo de estas
economías, pero también deben velar por la reducción de brechas sociales (Enders,
Jongbloed y Salerno, 2008). En este sentido es clave que ambos objetivos
conversen, ya que una institución “interconectada” puede ser líder en innovación
para el desarrollo de un territorio, pero al mismo tiempo fomentar la mercantilización
de la educación superior, poniendo el carácter de bien privado por sobre el de bien
público (Enders y Jongbloed, 2007). Luego, el éxito del sistema no está supeditado
únicamente a los beneficios privados que este genera, sino más bien se asocia al
funcionamiento interno de las comunidades de educación superior y su interacción
con el medio (Rodríguez Ponce, 2012).
Asimismo, es importante considerar las dinámicas de cada una de estas
comunidades, ya que los procesos de cambio en la cultura de una sociedad son
mucho más extensos que las transformaciones en los procesos productivos de la
economía, y las mismas IES poseen sus propias estructuras y formas de evolución.
Como lo plantea Brunner (2009):
La enseñanza -los que enseñan y los enseñados- no puede mirar solamente hacia el
mercado laboral inmediato, sobre todo en tiempos turbulentos. Necesita responder,
además, a otras expectativas (no utilitaristas) de los estudiantes; al juicio de las
comunidades de pares docentes; a las tradiciones reflexivas de las disciplinas y los
oficios que cultivan. (p.6)
En suma, podemos establecer que el rol de las IES varía de un lugar a otro, ya que
estás se ajustan a las exigencias del medio, y en ese contexto la pregunta que
debemos hacernos como sociedad es si queremos que prevalezca el carácter de
bien público de la educación superior, en cuanto tiene como propósito generar el
conocimiento para obtener un mejor desempeño en las distintas esferas del
bienestar (salud, economía, medio ambiente, cultura, política, etc.) y a la vez
atender problemas de inclusión y movilidad social, o estamos más interesados en
promover la educación como un bien privado, inserto en mercados donde abunda
el lucro y con un enfoque ligado principalmente a los intereses individuales y
beneficios privados.
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Si revisamos el panorama nacional, podemos dar cuenta de cómo las IES del país
no han sido capaces de responder a las necesidades de su entorno. En efecto, a
pesar de ser el segundo país de Latinoamérica con mayor crecimiento en la
matrícula de educación superior y el primero en cobertura neta del quintil más bajo
(Brunner, 2016), persisten problemas ligados al acceso, financiamiento y alto costo
de los estudios, fomentando la inequidad del sistema2. Al respecto, un informe
recién publicado por el COES3 demuestra que los ingresos de una persona están
relacionados directamente con el nivel educativo alcanzado por sus padres, lo que
revela el carácter estático de estas desigualdades, y no solo esto, dentro del mismo
sistema las personas que cursaron estudios universitarios reportan ingresos en
promedio dos veces más altos que lo que obtuvieron educación técnica.
Por otra parte es importante debatir sobre la duración de las carreras en el país, lo
cual genera una serie de efectos negativos tanto para los estudiantes como para la
economía en general, ya que eleva los costos de la formación y retrasa la inserción
laboral. Este problema genera desigualdad toda vez que afecta en mayor medida a
los estudiantes de menores ingresos, aún con la nueva política de gratuidad, ya que
esta ley cubre solo la duración nominal de la carrera (al año extra el estudiante debe
pagar el 50% del arancel). Luego, considerando que el costo promedio de los
aranceles universitarios como proporción del ingreso del hogar supera el 180% en
el primer decil, y es mayor al 50% en los deciles dos, tres y cuatro4, notamos la
dificultad que implica para estos grupos financiar la brecha entre la duración real y
nominal de la carrera.
Si bien durante la última década se han visto cambios en la duración de las mallas
curriculares de algunas carreras, no han surgido nuevas propuestas que se
desmarquen del modelo universitario tradicional, donde muchas veces se
2 El costo de la educación universitaria chilena al 2011 era el más alto del planeta (41% del PIB per cápita), mientras el gasto público en esta materia era del 0,5% del PIB. Además, al menos hasta esa fecha, los profesionales chilenos reportaban el mayor nivel de deuda universitaria como porcentaje de su ingreso laboral (Meller, 2011). 3 “Radiografía del cambio social”, (ELSOC-COES, 2019). Disponible en https://coes.cl/encuesta-panel/ 4 “Duración de las carreras de pregrado en el CRUCH”, (Pey, Durán y Jorquera, 2012). Disponible en https://sct-chile.consejoderectores.cl/documentos_disponibles_innovacion.php
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confunden los años de estudios con prestigio, y calidad con el gasto incurrido en el
proceso formativo. Las señales que percibimos hoy indican que el futuro demandará
mayor especialización en la propuesta de las instituciones, de la mano de la
creciente diversidad del estudiantado en sistemas de educación superior cada vez
más masificados (Bernasconi, 2017).
Con respecto al punto anterior es posible deslizar una propuesta para modificar la
estructura del sistema de educación superior chileno, alejándose de la
homogeneización en torno al modelo de universidad compleja y abriendo espacios
para el desarrollo de IES con diferentes objetivos y programas. Se puede pensar
por ejemplo en separar el modelo de universidad en dos: uno que acorte la duración
de sus programas de licenciatura y promueva alternativas de especialización
coherentes con las necesidades del mercado laboral (similar al modelo de
universidad europeo actual, donde por ejemplo carreras como ingeniería comercial
o ciencias políticas constan de 3 años de licenciatura y luego los egresados hacen
una especialidad/magíster en alguna materia de su interés), y otro de universidad
compleja, donde su fuerte sea la investigación académica (vinculada al desarrollo
del territorio) y la oferta de programas de posgrado (magisters, doctorados e incluso
post-doctorados). Otra alternativa que aún falta por desarrollar es el programa de
college, donde se hacen estudios generales en un área determinada del
conocimiento para luego optar por una carrera específica. Esta modalidad tiene una
gran ventaja para el estudiante ya que puede tomar una decisión más informada y
en una etapa más madura sobre la profesión que quiere desempeñar en su vida
laboral.
II. Análisis
Composición de la matrícula
Históricamente la región de Valparaíso ha sido un polo importante para el desarrollo
de la educación superior, albergando prestigiosas universidades y concentrando
una alta proporción de la matrícula total del país. En la actualidad y a nivel de
pregrado, Valparaíso representa un 10,9% de la matrícula, por debajo de Santiago
que tiene el 47% y seguida de cerca por la región del Biobío con un 10,5%. En total,
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según datos del SIES, hay 129.740 estudiantes que se encuentran cursando alguna
carrera de pregrado en la región y 5.007 en posgrado (6,8% del país), quienes se
reparten principalmente en carreras profesionales y magisters.
Gráfico 1. Matrículas por tipo de carrera
Fuente: Elaboración propia en base a datos del SIES
El gráfico toma en cuenta la evolución del total de estudiantes en los últimos 10
años para destacar el aumento en el ingreso a la educación superior en todo nivel.
Es así como las matrículas de las carreras profesionales crecieron un 20%, las
técnicas en un 39% y los magisters se incrementaron en 29%, mientras que los
estudiantes de doctorado más que se duplicaron en una década, reportando un
crecimiento del 160%. Más adelante evaluaremos cuales son las carreras que
lideran esta evolución y si, al menos desde la perspectiva laboral, estos incrementos
tienen sustento en las oportunidades de empleo que reportan.
Observamos que la matrícula total de pregrado se reparte en diferentes
proporciones entre los distintos tipos de IES de la región. En general, prevalecen
77.988
25.565
303
2.410
1.112
89.594
38.022
523
3.206
1.090
91.625
38.995
655
2.793
1.069
94.152
35.590
786
3.117
1.104
0 10.000 20.000 30.000 40.000 50.000 60.000 70.000 80.000 90.000 100.000
Carreras Profesionales
Carreras Técnicas
Doctorado
Magister
Postítulo
2019 2017 2013 2009
11
los estudiantes que asisten a alguna universidad del consejo de rectores5, las cuales
concentran el 37% de la matrícula. Después están los institutos profesionales con
un 29%, las universidades privadas que no pertenecen al CRUCH y finalmente los
CFT.
Tabla 1. Distribución de la matrícula total de pregrado, año 2019.
Tipo de Institución Cantidad
Matricula
Total
% del
Total
Centros de Formación
Técnica 9 11.667 9,0%
Institutos Profesionales 15 37.438 28,9%
Universidades CRUCH 4 48.070 37,1%
Universidades Privadas 7 32.565 25,1%
Fuente: Elaboración propia en base a datos del SIES
Por otro lado, el gráfico 2 nos muestra que los institutos profesionales son los que
recibieron más estudiantes en 2019, mientras que para los CFT su tasa de ingreso
también es mayor a su porcentaje de la matrícula total. Las universidades en cambio
concentran una mayor proporción de la matrícula total en comparación con los
recién ingresados (situación que se replica en años anteriores), lo cual indica que
existe una mayor tasa de permanencia en estas instituciones a diferencia de los IP
y CFT.
5 Universidad de Valparaíso y Universidad de Playa Ancha (estatales); PUCV y UT Federico Santa María (privadas).
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Gráfico 2. Matrícula por tipo de institución, año 2019.
Fuente: Elaboración propia en base a datos del SIES
En este punto cabe destacar la alta concentración de matrícula existente en unas
pocas IES de la región. En particular, de los 15 Institutos Profesionales vigentes a
la fecha, dos de ellos reciben a más del 84% de los estudiantes (DUOC el 54% y el
otro 30% en AIEP), mientras que son tres las instituciones que concentran el 80%
de la matrícula en los Centros de Formación Técnica (CFT PUCV, INACAP y Santo
Tomás, en ese orden). Esta composición, guiada evidentemente por las vicisitudes
del mercado, ha permitido integrar los niveles técnico y profesional con grandes
economías de escala y modelos formativos muy semejantes de una institución a
otra, generando una homogeneización en los sistemas educativos y programas
impartidos (Bernasconi, 2017). Según este autor, lo anterior está directamente
relacionado con la política pública en este ámbito (aporte fiscal y sistema de
acreditación), que básicamente erige a las universidades como ideal de modelo
educacional y por lo tanto tiende a replicar los criterios de evaluación aplicados a
esta en los otros dos tipos de instituciones, desconociendo sus diferencias
fundamentales.
Si vemos la evolución de la matrícula total en el gráfico 3 notamos el incremento
que ha tenido lugar en los IP, pasando de ser el 18% de la matrícula en 2007, al
29% en 2019. La entrada de nuevos establecimientos de este tipo responde a
aumentos de la demanda por educación superior y en ese sentido ha permitido
15%
34%31%
20%
Matrícula 1er año pregrado
Centros de Formación Técnica Institutos Profesionales
Universidades CRUCH Universidades Privadas
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facilitar el acceso y las alternativas para los egresados de enseñanza media, sin
embargo, los estándares impuestos para el licenciamiento y posterior acreditación
han sido cuestionados por ser insuficientes para promover la excelencia académica
y con ello mejorar la calidad de la educación impartida (Rodríguez Ponce, 2012). De
esta manera, debemos ser cautos a la hora de hacer juicios sobre el incremento en
la cobertura de educación superior, ya que está en duda que estos nuevos espacios
cumplan con las expectativas económicas y sociales que mencionamos en la
sección anterior.
Gráfico 3. Evolución de la matrícula por tipo de institución.
Fuente: Elaboración propia en base a datos del SIES
La evolución de titulados releva aún más el punto anterior, ya que como vemos en
el gráfico 4 esta cifra ha aumentado considerablemente en los cuatro tipos
instituciones, pasando de 9.893 titulados en 2007 a 22.493 en 2017, una variación
que en porcentaje es ampliamente mayor al incremento de la matrícula total en el
mismo período. Como ya dijimos, esto puede ser efecto de una disminución en las
exigencias de los programas que se han ido creando, lo cual seguramente aplica
para algunas IES de la región, sin embargo, también puede estar relacionado (entre
otros factores) con mejoras en el acompañamiento de los estudiantes durante el
proceso educativo. El desafío consiste entonces en revisar los estándares de
calidad y pertinencia, y al mismo tiempo ser capaces de identificar debidamente las
IES que no están cumpliendo con ellos, mientras se promueven los programas de
0
10000
20000
30000
40000
50000
60000
2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018 2019
Centros de Formación Técnica Institutos Profesionales
Universidades CRUCH Universidades Privadas
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acompañamiento que afectan positivamente las tasas de egreso y que pueden ser
replicados por las demás IES.
Gráfico 4. Evolución de titulados por tipo de institución.
Fuente: Elaboración propia en base a datos del SIES
Finalmente, el gráfico 5 nos muestra el detalle de la distribución por tipo de carrera.
Los matriculados en estudios profesionales se agrupan principalmente en
universidades y cerca de la mitad asiste a una de las cuatro universidades del
consejo de rectores, porcentaje que ha aumentado levemente en los últimos años
por causa de la política de gratuidad. En cambio, la educación técnica está
concentrada en un 80% entre IP y CFT de la región, donde hubo un aumento
progresivo de la matrícula hasta estabilizarse entre el 2013 y el 2015, período en el
cual la comisión nacional de acreditación modificó las pautas de evaluación,
aplicando nuevos criterios para este tipo de instituciones. Este resalta como uno de
los primeros avances en política educacional para frenar la creación indiscriminada
de programas que muchas veces no cumplen con estándares mínimos de calidad,
no obstante, también es importante mencionar que solo 8 de los 15 Institutos
Profesionales activos en la región se encuentran acreditados, similar a la proporción
de los CFT (4 de 9).
0
1000
2000
3000
4000
5000
6000
7000
8000
9000
2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013 2014 2015 2016 2017
Centros de Formación Técnica Institutos Profesionales
Universidades CRUCH Universidades Privadas
15
Gráfico 5. Matrícula por tipo de carrera
Carreras con mayor demanda
Ahora que hemos descrito el marco general de la educación superior a nivel
regional, podemos pasar a un análisis de las carreras más demandadas en la
actualidad. De esta manera, comenzamos revisando las estadísticas presentadas
en el anexo I, que nos muestran las proyecciones de ingresos, empleabilidad y la
tasa de retención6 de las diez carreras genéricas con mayor participación en la
matrícula total el 2019, clasificadas según el tipo de institución. Cabe destacar que
estos datos laborales reportan el promedio del desempeño de cada carrera a nivel
nacional y por ende no es posible hacer una comparativa directa con el mercado del
trabajo en la región. Sin embargo, sabemos que los estudiantes de educación
superior provienen de distintas lugares del país y si bien sería ideal que una vez
egresados aporten sus conocimientos al desarrollo local, ninguno de ellos está
sujeto a hacer su carrera laboral en Valparaíso, por lo que las proyecciones siguen
siendo válidas para la muestra.
6 Estadísticas nacionales. Los salarios son el promedio de ingresos percibidos para cada año después de la titulación, mientras la empleabilidad mide la proporción de titulados que obtiene un ingreso superior al mínimo al cabo del 1er o 2do año después de la titulación. La tasa de retención (1er año) muestra la fracción de alumnos que se matricularon en la carrera al año siguiente de su ingreso.
33%
57%
8%
2%
Matricula total técnicos
CFT´s IP´s
Universidades CRUCH Universidades Privadas
18,3%
47,9%
33,8%
Matricula total profesionales
Institutos Profesionales Universidades CRUCH
Universidades Privadas
Fuente: Elaboración propia en base a datos del SIES
16
En relación a las universidades, que como vimos anteriormente agrupan el 82% de
la matrícula profesional y solo un 10% de las técnicas, destaca la alta preferencia
por carreras tradicionales como Derecho, Ingeniería Civil e Ingeniería Comercial,
pero también llama la atención que cuatro carreras ligadas al área de la salud estén
dentro de las primeras diez, lo cual podría generar (o estar generando) una sobre
oferta de profesionales para este tipo de empleos en la región. También están los
casos particulares de Psicología y Kinesiología, que concentran una gran cantidad
de estudiantes y a la vez reportan bajas proyecciones de empleabilidad y salarios.
Por último, un dato a considerar es que 16 de las 20 carreras con mayor matrícula
total están entre las primeras 20 carreras que recibieron más estudiantes en 2019,
lo que denota una baja diversificación de la matrícula.
Los IP se desmarcan de las carreras tradicionales y concentran una mayor cantidad
de estudiantes en programas profesionales ligados a la administración de
empresas, contabilidad, turismo y gestión de personas, que se enfocan en mejorar
los procesos y con ello el desempeño de las organizaciones/empresas. Sumado a
estos programas destaca la ingeniería en computación e informática, una carrera
que muestra buenas proyecciones laborales en la actualidad y que probablemente
continúe en esa senda considerando la inminente llegada de la automatización y
digitalización al empleo.
Analizando esta distribución de la matrícula profesional en los IP, notamos que está
relativamente alineada con los requerimientos del sector productivo de la región. El
turismo por ejemplo, si bien es una actividad que siempre ha generado empleo en
la zona, todavía tiene espacio para expandirse y no solo en los balnearios de la
costa sino también hacia el interior. Para esto, y en general para el desarrollo de
cualquier emprendimiento, se requieren profesionales que manejen las tecnologías
de información, sepan cómo administrar un negocio y desarrollen habilidades
blandas que mejoran la atención al cliente. En este sentido, además de formar
profesionales para incrementar la productividad dentro de la empresa, podemos
comenzar a imaginar estas instituciones tomando distancia del modelo educativo
universitario para convertirse en centros de incubación de emprendimientos locales,
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estableciendo alianzas colaborativas con el gobierno regional y representantes del
sector productivo. Así, además de alinear los currículos con las distintas propuestas
de desarrollo territorial, pueden innovar en nuevos programas que permitan por
ejemplo la continuación de estudios para los trabajadores que no completaron la
educación superior, reconociendo su experiencia y por ende reforzando las áreas
precisas a ese perfil de estudiante.
De todas formas, así como es posible inferir cierta pertinencia entre carreras líderes
y las perspectivas de la economía regional, esto no necesariamente implica que las
materias cursadas ni los programas estén debidamente actualizados en función de
las necesidades del mercado laboral. Un ejemplo de este problema es el caso de la
ingeniería en prevención de riesgos, que pasó de tener 950 alumnos matriculados
en 2009 a 2.397 en 2014, generando una sobre oferta de profesionales en este
campo. Recién en 2016 la matricula comenzó a descender considerablemente
hasta llegar a 825 en 2019, sin embargo, los efectos de este desequilibrio ya
estaban consumados y se aprecian en las bajas tasas de empleabilidad para los
egresados, y permanencia de los recién ingresados. Es por esto que se hace
necesario diseñar mecanismos que controlen la oferta de programas y así evitar las
externalidades negativas generadas por una sobrepoblación de estudiantes en
carreras o áreas específicas.
Ahora con respecto a las carreras técnicas que lideran la matrícula en la región,
podemos decir que tanto en los IP como en los CFT sus proyecciones de empleo e
ingresos son más bajos en promedio que las 10 carreras profesionales con mayor
demanda en los IP, y lo mismo ocurre aunque en menor medida con la tasa de
retención al 1er año. Las diferencias en salario tienen sentido ya que en promedio
las carreras técnicas duran menos que las profesionales, sin embargo, la merma
que reportan en sus opciones de empleo tiene que ver con un desajuste entre la
cantidad de egresados de esas carreras y los puestos de trabajo disponibles. En la
comparativa de carreras con mayor demanda, tenemos que en promedio la
empleabilidad de las carreras técnicas, ya sea proveniente de un IP o CFT, es del
61% el primer año y 69% al segundo, por debajo del 73 y 80% que reportan las
18
profesionales en IP y lejos del 79 y 89% de las universidades. Además, su tasa de
retención al primer año está a 5 puntos de las profesionales IP y a 14 puntos de las
carreras universitarias.
Si bien estamos hablando de promedios simples (sin considerar la heterogeneidad
que puede existir en las proyecciones laborales de una institución a otra) los
resultados siguen siendo indicativos, ya que como vimos anteriormente existe una
alta concentración de la matrícula técnica en tres CFT y dos IP de la región, por lo
tanto el problema del desajuste no parece ser de una institución en específico sino
del sistema de educación superior en general. En efecto, este último está diseñado
de manera tal que las IES pueden apostar por economías de escala en algunas
carreras, con su consiguiente reducción de costos, en desmedro de una
especialización más congruente con las dinámicas del mercado laboral. La
homogeneización del sistema se hace más evidente al observar que 7 de las 10
carreras técnicas con mayor demanda en los CFT se repiten en los IP (y las tres
que lideran las matrículas por institución son las mismas).
Análisis de pertinencia laboral
Para incrementar la productividad de la economía se requieren al menos tres pilares
fundamentales articulados entre sí: una institucionalidad que cumpla un rol de
coordinación entre los diferentes actores, estableciendo mecanismos necesarios
para fomentar el desarrollo de nuevas tecnologías, así como la formación de mano
de obra capacitada para utilizarla; un sector privado que lidere los procesos de
innovación y transferencia de conocimiento, lo cual puede lograrse a través de
alianzas colaborativas con las IES; y por último un sistema educacional que forme
técnicos y profesionales en la cantidad y calidad que las organizaciones necesitan.
Luego, sin perder de vista el déficit en I+D y políticas públicas dirigidas a incrementar
la productividad en el país7, que sin duda afecta negativamente la demanda por
7 Con un 0,38% del PIB, Chile es el país que menos invierte en I+D de la OCDE, cuya media es seis veces mayor. Además, este monto está financiado principalmente por fondos públicos y la inversión privada solo representa un 0,13% del PIB, en contraste con el 1,48% promedio de la OCDE (OCDE, 2018). A nivel empresas, la inversión productiva se concentra principalmente en la Región Metropolitana (51,3%), seguido por Valparaíso con un 9,3% (Encuesta Innovación en Empresas 2018).
19
mano de obra calificada, en este apartado nos detendremos en el tercer pilar
mencionado y proponemos una metodología para evaluar si las IES de la región
efectivamente están proveyendo los recursos humanos necesarios para el
desarrollo de las actividades económicas locales.
Los datos de matrícula y titulados del SIES que utilizamos para el análisis están
clasificados por carrera y estas a la vez se agrupan en distintas áreas del
conocimiento, según un criterio OCDE que permite evaluar y comparar el
desempeño de la educación superior entre países. De esta manera, la tabla 2 nos
muestra una estadística descriptiva de la matrícula total al 2018 y titulados al 20178
clasificados por área del conocimiento. La distribución indica que la mayoría de los
estudiantes y egresados de la región se concentran en carreras del área industrial,
ligadas principalmente al sector secundario de la economía; las ciencias sociales,
con un amplio campo laboral en actividades empresariales, financieras y
comunicaciones (entre otras); y la salud.
Tabla 2. Estadística descriptiva por áreas del conocimiento (pregrado completo).
Área OCDE Matrícula 2018 Titulados 2017
Total % Total %
Agricultura 3.100 2,4% 464 2,1%
Ciencias 6.823 5,2% 973 4,3%
Cs Sociales, Enseñanza Comercial y Derecho 29.464 22,6% 4.961 22,1%
Educación 14.099 10,8% 3.307 14,7%
Humanidades y Artes 5.259 4,0% 771 3,4%
Ingeniería, Industria y Construcción 33.023 25,3% 4.579 20,4%
Salud y Servicios Sociales 28.017 21,5% 4.800 21,3%
Servicios 10.575 8,1% 2.638 11,7%
Total general 130.360 100% 22.493 100%
Fuente: Elaboración propia en base a datos del SIES
8 En el caso de los titulados, utilizamos el último año del que se tiene registro, mientras que en la matricula usamos los datos del 2018 para poder realizar la comparativa con los datos de empleo, que a la fecha de este estudio aún no están para el 2019.
20
Por otro lado, tenemos datos regionales de ocupación por actividad económica
obtenidos a partir de la Encuesta Nacional de Empleo9, una clasificación que
también se rige por lineamientos OCDE. De esta manera, aunque las clasificaciones
no son comparables, sí responden a criterios similares y por ende es posible
establecer un vínculo entre la cantidad de estudiantes/titulados de las IES y la tasa
de ocupación de las actividades económicas donde suelen emplearse los
egresados de ciertas áreas del conocimiento.
En esta línea, Camarena y Velarde (2010) proponen para México una aproximación
que asocia la proporción de la matrícula de educación superior que se lleva cada
área del conocimiento, con el respectivo valor porcentual de la población ocupada
por sector económico. El criterio utilizado por estas autoras para ligar ambas
variables fue asociar el área de las Cs Agropecuarias al sector primario de la
economía; Cs Naturales y Exactas, e Ingeniería y Tecnología al sector secundario,
y Cs Sociales y Administrativas, y Educación y Humanidades al sector terciario o de
servicios. Nosotros en cambio, analizaremos la relación entre la proporción de la
matrícula y titulados que se lleva un área específica del conocimiento, y el valor
porcentual de la población ocupada en la actividad económica respectiva (no para
todo un sector), pero solo para las actividades en las cuales sea posible identificar
un vínculo razonable con algún área del conocimiento.
Esta metodología tiene una serie de limitantes, partiendo porque no es posible
definir objetivamente una (o más de una) actividad económica específica para cada
área del conocimiento. Primero porque hay 21 actividades y solo 8 áreas, y en
segundo lugar, del hecho que salga un egresado de una carrera en particular no se
sigue necesariamente que esta persona vaya a desempeñarse donde
tradicionalmente se emplean los egresados de esa carrera. Por otro lado, debemos
tener en cuenta que los estudiantes de educación superior tienen más de 12 años
de escolaridad, mientras que la calificación de los ocupados varía notablemente
entre cada actividad económica. Algunas como Agricultura por ejemplo, son
9 El análisis será desde el año 2013 en adelante, ya que hubo un cambio en la clasificación de las actividades económicas pasando de CIIU-03 a CIIU-04.
21
intensivas en mano de obra no calificada y otras como Información y
Comunicaciones o Actividades Financieras y de Seguros concentran una mayor
proporción de trabajadores calificados en sus puestos de trabajo. Es por lo anterior
que el análisis (no la metodología) va a diferir entre cada actividad, y será más
pertinente cuanto más directo sea distinguir el campo laboral de un área del
conocimiento.
Considerando lo anterior, acotaremos nuestro análisis solo a las “áreas sociales”,
vale decir Educación y Salud y Servicios Sociales, ya que cuentan con una
contraparte directa en el mercado laboral (Enseñanza y Salud y Asistencia Social),
y además porque una alta proporción de los trabajadores en estas actividades
poseen estudios superiores (71% y 68,1%, respectivamente).
Gráfico 6. Comparativa de Salud y Servicios Sociales.
Fuente: Elaboración propia en base a datos del SIES y NENE
Desde el año 2013 en adelante, tanto la proporción de matriculados como titulados
de esta área se ha mantenido estable alrededor del 21% del total, mientras que la
fracción de empleados en este sector ha mostrado un leve aumento, desde un 4,7%
en 2013 a un 6,2% en 2018. En términos absolutos, al 2018 había 28.017 personas
matriculadas en el área de la salud, y el total de ocupados reportado fue 51.930.
Estas cifras están lideradas en la parte superior por las carreras de Enfermería,
0%
5%
10%
15%
20%
25%
2013 2014 2015 2016 2017 2018
Salud y Servicios Sociales
Matricula Titulados Ocupación
22
Técnico en Enfermería, Kinesiología y Trabajo Social (entre las 4 se llevan el 49,3%
de la matrícula en el área de salud), las cuales han crecido intensamente desde
2007, generando la distancia entre las curvas del gráfico (Enfermería por ejemplo
creció desde 1.574 matriculados en 2007 a 4.033 en 2018). Por otro lado, se
contabilizaron 4.800 egresados de esta área en 2017, donde resaltan los 1.291
titulados de la carrera Técnico en Enfermería, número que se ha mantenido estable
desde 2013. La pregunta es, ¿habrá demanda para esta cantidad de profesionales
y técnicos de la salud en el corto plazo?
La situación denota claramente una sobrepoblación de estudiantes/egresados
relativo a la fuerza laboral de esta actividad económica, trayendo efectos negativos
para los salarios y probabilidades de empleo en muchas de las carreras
pertenecientes a esta área, sobre todo las técnicas (ver anexos). Luego, la única
manera de absorber esta sobre oferta sería creando más puestos de trabajo, pero
el proceso es lento y depende en última instancia de un aumento en la demanda
por salud de la población y el gasto público en este ítem, de lo cual no hay certezas
para el futuro. Finalmente, relevamos las carreras universitarias de Enfermería,
Terapia Ocupacional y Tecnología Médica, que no solo son líderes en matrícula de
carreras universitarias sino también en la evolución de esta entre los años 2009 y
2019, a las que se suma la Obstetricia y Puericultura que creció de 322 alumnos a
934 en el mismo período. Si bien las cuatro carreras aún reportan buenas
proyecciones laborales, de seguir creciendo a estas tasas es muy probable que
haya una sobre oferta de egresados, y por ende surge la necesidad de abrir un
diálogo entre las IES y los gremios de estas profesiones para ajustar los
mecanismos de ingreso a estos programas.
Ahora con respecto a la Educación como área del conocimiento, debemos aclarar
que esta solo agrupa carreras ligadas a la educación escolar (Pedagogías,
Educación de Párvulos, etc), mientras que la Enseñanza como actividad económica
considera a todos los profesores (y funcionarios) tanto del sistema escolar como
superior. Por esta razón complementamos nuestro análisis con datos de la cantidad
23
de docentes de educación parvularia, básica y media en la región Valparaíso,
publicados por el MINEDUC10 y reportados en la siguiente tabla.
Tabla 3. Evolución docentes matrícula y titulados área de educación.
Año Docentes Variación Matrícula Variación Titulados Variación
2013 22.177
16.483
2.819
2014 23.060 4,0% 15.620 -5,2% 2.899 2,8%
2015 23.932 3,8% 15.346 -1,8% 2.889 -0,3%
2016 24.534 2,5% 14.881 -3,0% 2.803 -3,0%
2017 25.094 2,3% 14.528 -2,4% 3.307 18,0%
2018
14.099 -3,0%
2019
13.913 -1,3%
Promedio
3,1%
-2,8%
4,4%
Fuente: Elaboración propia en base a datos del SIES y MINEDUC
Lo primero que resalta de la tabla 3 es la alta cantidad de matriculados relativo al
número de docentes trabajando en la región, sin embargo, también podemos ver
que desde el año 2013 en adelante la matrícula ha ido decreciendo paulatinamente
a una tasa promedio del 2,8%, a diferencia de los docentes que al menos hasta el
2017 muestran un crecimiento promedio del 3,1% anual. De esta manera, si bien
pareciera haber un exceso de matrícula, ésta muestra una convergencia con el
número de docentes activos, resultado que va en consonancia con la evolución del
empleo presentada en el gráfico 7.
Los titulados por su parte muestran un comportamiento estable entre el 2013 y 2016,
pero para el 2017 egresaron 504 estudiantes más que el año anterior (incremento
del 18%). Si vamos a las cifras absolutas, tenemos que el cuerpo docente en la
región aumentó en promedio 729 profesores por año entre 2013 y 2017, lo cual no
está tan lejos de los 2.975 profesores que egresaron en promedio en el mismo
período, considerando que no todos los egresados desarrollan su carrera laboral en
la región y además están los docentes que se jubilan o cambian de ciudad. Ahora
10 Centro de Estudios del MINEDUC (2013 al 2017), “Estadísticas de la Educación”. Disponibles en centroestudios.mineduc.cl
24
bien, volviendo al aumento del 18%, creemos que esta variación tiene relación
directa con la Beca Vocación de Profesor que se implementó en 2011 y que da
gratuidad a los estudiantes de Pedagogía, Educación Parvularia y Educación
Diferencial que obtengan sobre 600 puntos PSU, por lo tanto, es plausible pensar
que la fracción de titulados en esta área seguirá incrementando los próximos años.
Si bien esta medida es positiva en el sentido que atrae estudiantes con más talento,
también puede tener efectos negativos sobre el empleo de la región si los egresados
aumentan en mayor proporción que los puestos de trabajo en la enseñanza escolar.
Gráfico 7. Comparativa de Educación.
Fuente: Elaboración propia en base a datos del SIES y NENE
Finalmente, cabe destacar el caso de la carrera Técnico Asistente del Educador de
Párvulo, que en esta área fue la que más incremento su matrícula en los últimos
años (de 1.507 estudiantes en 2013 a 2.875 en 2019), convirtiéndose en una de las
10 carreras líderes tanto en los IP como en los CFT. Al respecto y como podemos
apreciar en el anexo I, los egresados de esta carrera reportan muy pocas
posibilidades de encontrar empleo (49,2% el primer año y 58% en el segundo para
los IP, y 41,6% y 52,3% en CFT) y proyecciones de ingreso cercanas al salario
mínimo incluso al 5to año de egreso. Ilustramos este ejemplo para mostrar lo crítico
0%
2%
4%
6%
8%
10%
12%
14%
16%
18%
2013 2014 2015 2016 2017 2018
Educación
Matricula Titulados Ocupación
25
que puede llegar a ser el desajuste entre los programas de estas instituciones y las
necesidades del mercado laboral.
III. Conclusiones
El primer objetivo de este estudio era abrir la discusión para un análisis crítico sobre
el rol de la educación superior en la sociedad actual y la del “futuro”. Recalcamos la
importancia de proyectar hacia adelante porque las transformaciones corren a una
velocidad inusitada en estos tiempos y por ende se requiere de una planificación
que incorpore mecanismos flexibles y permita adaptarse a los cambios en el
ambiente que gira en torno a las IES, sin afectar la autonomía de estas.
Reconocemos que coexisten una amplia diversidad de comunidades ligadas al
proceso educativo, y queda expuesta la necesidad de reorientar nuestros esfuerzos
para lograr un equilibrio entre los desafíos sociales y económicos del país y sus
distintas regiones, ya que las actividades productivas así como los problemas socio
ambientales varían notablemente de norte a sur. Se requiere un enfoque que vele
por la generación de conocimiento, competitividad y formación de capital humano
acorde a las necesidades de cada territorio, pero para que esto suceda es
fundamental articular el dialogo entre estas comunidades.
Sin duda el vínculo más relevante está entre el Estado y las IES, toda vez que la
calidad de estas últimas está determinada por la política pública definida por el
primero, sin embargo, con la mercantilización de la educación superior se han
limitado las cualidades del Estado para acortar las brechas sociales y económicas
que genera el sistema tal como está configurado en la actualidad. A lo largo del
estudio quedo establecido que la regulación ha generado muchas distorsiones
como la inequidad en oportunidades de acceso (y egreso), u otras más estructurales
como la homogeneización de los modelos educativos, afectando negativamente el
desarrollo del país.
En particular, durante este trabajo nos abocamos a analizar la relación entre las IES
y el mercado laboral, buscando respuestas para la baja productividad de la región y
las altas tasas de desempleo que ha reportado en los últimos años. De esta manera,
podemos concluir a priori que el sistema de educación superior no cuenta con las
26
aptitudes necesarias para que surjan programas pertinentes con los requerimientos
del sector productivo, y que además de las deficiencias en el diseño del sistema,
esto se relaciona con la falta de planificación y propuestas de desarrollo local. En
otras palabras, sin una hoja de ruta que defina las actividades que serán claves para
la economía de la región, no hay espacio para que las IES reformulen sus currículos
y menos plantear nuevos modelos de educación que se alineen con estas
iniciativas.
En este sentido, se propone para un próximo trabajo revisar las dinámicas del sector
productivo en cuanto a su capacidad para adaptarse a los cambios propios de la
globalización, como la automatización, la digitalización del empleo y la transferencia
tecnológica, ya que reconocemos que el desajuste entre la oferta y demanda de
trabajo no solo está dado por la sobre(sub) población de algunas profesiones, sino
también porque una parte importante de los egresados no encuentran empleos
acorde a su calificación en Valparaíso, tanto en el sector privado como en el público.
Por otro lado, necesitamos que las organizaciones de la región lideren los procesos
de innovación (social y productiva), vinculándose estratégicamente con las IES para
desarrollar nuevas tecnologías, y también generar programas de capacitación o
continuación de estudios para sus trabajadores. El encargado de liderar y promover
este debate naturalmente es el Estado, a través de sus gobiernos regionales, con
el objetivo de no centralizar la política pública en este ámbito y darle continuidad a
los proyectos formativo-laborales, pero la academia también debe adoptar una
actitud crítica y propositiva para abordar este importante desafío.
27
Referencias
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general”, OCDE publishing. Disponible en:
https://www.oecd.org/economy/surveys/Chile-2018-OECD-economic-sruvey-
Spanish.pdf
28
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el CRUCH”. Disponible en: https://sct-
chile.consejoderectores.cl/documentos_disponibles_innovacion.php
Rodriguez Ponce, E (2012) “La educación superior en Chile y el rol del mercado:
¿Culpable o inocente?”. Ingeniare, Vol. 20 N°1, pp. 126-135.
Salinas, J. y Tamayo, J (2018) “El rol de la universidad estatal como bien público.
Retos en el caso colombiano”. Información Tecnológica, Vol. 29 N°2, pp. 19-28.
29
Anexos
Anexo I.
Estadística descriptiva de las diez carreras con mayor demanda por tipo de IES
UNIVERSIDADES
Matrícula
total
Ingresos Empleabilidad Retención
1er año 5to año
1er
año 2do año 1er año 2do año
Ingeniería Comercial 4.740 1.091.187 1.878.962 82,0% 89,4% 81,3% 71,9%
Derecho 4.466 1.058.938 1.914.901 80,9% 87,1% 76,6% 66,9%
Psicología 4.215 667.710 1.030.260 75,7% 86,3% 81,2% 74,3%
Ingeniería Civil Industrial 3.813 1.413.197 2.280.193 88,3% 93,3% 82,5% 71,1%
Enfermería 3.804 902.385 1.441.315 82,7% 95,1% 83,3% 77,2%
Kinesiología 2.311 607.694 1.116.355 49,6% 72,6% 75,4% 65,5%
Tecnología Médica 2.071 926.168 1.457.023 88,0% 94,7% 85,1% 78,4%
Arquitectura 1.898 791.269 1.271.516 78,5% 86,3% 75,6% 67,5%
Ing. Civil, plan común y lic. en Cs de
la Ing. 1.810 1.137.458 2.338.699 86,7% 95,1% 86,7% 77,7%
Terapia Ocupacional 1.749 657.188 1.053.157 78,2% 93,0% 85,4% 78,5%
30
IP PROFESIONALES Matrícula
total
Ingresos Empleabilidad Retención
1er año 5to año 1er año 2do año 1er año 2do año
Administración de Empresas e Ing.
Asociadas 1.312 799.628 1.146.706 82,5% 86,2% 65,5% 52,3%
Administración Gastronómica 1.260 459.358 670.532 48,8% 57,5% 77,8% 65,1%
Ingeniería en Construcción 1.171 732.864 1.194.412 77,0% 82,7% 74,7% 65,9%
Administración Turística y Hotelera 1.170 486.509 752.457 50,3% 62,6% 81,8% 72,6%
Psicopedagogía 996 562.739 724.990 74,3% 84,2% 71,1% 52,7%
Contador Auditor 843 817.084 1.190.203 88,5% 91,4% 71,4% 58,7%
Ingeniería en Computación e
Informática 835 891.665 1.303.218 85,3% 89,2% 70,6% 60,7%
Ingeniería en Prevención de Riesgos 825 723.193 1.140.514 66,6% 77,6% 63,9% 48,1%
Ingeniería en Mecánica Automotriz 766 724.241 1.198.077 75,0% 82,6% 75,7% 65,2%
Ingeniería en Recursos Humanos 582 753.613 984.133 83,1% 88,9% 74,4% 59,8%
IP TÉCNICAS Matrícula
total
Ingresos Empleabilidad Retención
1er año 5to año 1er año 2do año 1er año
Técnico en Enfermería 2.675 461.594 593.989 58,2% 69,0% 71,1%
Técnico en Administración de Empresas 1.778 675.971 876.784 77,0% 78,6% 68,1%
Técnico Asistente del Educador de Párvulos 1.446 386.249 424.701 49,2% 58,0% 75,2%
Técnico en Construcción y Obras Civiles 1.384 613.977 882.825 64,2% 68,4% 59,9%
Técnico en Servicio Social 1.093 489.665 672.702 49,9% 57,5% 69,2%
Técnico en Deporte, Recreación y Prep. Física 1.027 525.438 656.822 41,9% 50,5% 64,4%
Técnico en Mecánica Automotriz 1.015 546.744 781.772 65,1% 75,4% 68,3%
Técnico Dental y Asistente de Odontología 792 399.031 548.266 59,0% 66,1% 74,9%
Técnico en Electricidad y Electricidad Ind. 787 627.683 886.089 76,6% 82,1% 64,9%
Técnico en Computación e Informática 758 636.325 903.509 73,1% 80,5% 60,8%
31
CFT Matrícula
total
Ingresos Empleabilidad Retención
1er año 5to año 1er año 2do año 1er año
Técnico en Enfermería 2.080 483.504 597.870 59,4% 72,2% 70,0%
Técnico Asistente del Educador de Párvulos 1.429 359.902 421.074 41,6% 52,3% 77,1%
Técnico en Administración de Empresas 1.054 676.132 852.717 72,7% 75,3% 67,3%
Técnico en Gastronomía y Cocina 726 427.728 535.643 43,5% 49,8% 66,0%
Técnico en Mantenimiento Industrial 561 750.246 1.111.890 73,4% 81,7% 71,3%
Técnico en Electricidad y Electricidad
Industrial 557 636.321 958.142 74,1% 79,9% 62,6%
Técnico en Servicio Social 504 487.917 499.273 49,0% 65,4% 67,4%
Técnico en Mecánica Automotriz 454 619.409 918.984 65,4% 73,8% 64,8%
Técnico en Construcción y Obras Civiles 446 597.541 775.704 61,1% 69,0% 57,9%
Técnico en Contabilidad General 341 651.771 880.764 73,8% 80,5% 65,6%