Post on 10-Apr-2020
Porque la vida es una sucesión de pausas y finales.
C.H
A Ignacio Araya Dinamarca que me regalo una historia sin final. Marzo 2013
Prólogo Cuando nos encontramos ante la vida palpitando en letras, es difícil poder expresarlo. La obra poética de Cynthia Harte, es justamente eso, un palpitar de vida, en todos sus matices. Quizás este, su tercer libro, es el más crudo, el más vivido, donde su poesía alcanza el punto más alto y desde allí nos deja caer en esas “pausas y finales” . Letras sencillas que nos abrazan en esta antología, intentando “abarcar espacios, tiempos, soledades. Universos azules que se esconden en el gris elefante de una tarde..” ó “transitan lentas por un Montevideo con olor a puntillas y boliches antiguos” Sentir cada letra es palpar una vida, la vida de esta poetiza tan fructífera, que entre “pausas y finales” vive, ama intensamente.
Graciela Carrera Montevideo
Abril 2013
Hablando de abrazos
Abrazo que intenta abarcar espacios,
tiempos, soledades.
Universos azules que se esconden en el gris elefante de esta tarde.
Abrázame...
y el viento se arremolina en los árboles desnudos,
arremete feroz contra la barca que en naufragio permanente
esta aquí en mi playa.
1
Sin palabra
Candil al viento busco abarcarte,
romper distancias y silencios. ¿si pudiera prolongar
las sombras del encuentro, la voz que fue risa y vida
desparramada en una mesa?
Pero hoy en vuelo de alas rotas mis pájaros vencidos
no pueden, no saben como diluir este hoy en
luces, y no se si habrá tiempo para el
tiempo.
Por eso hoy candil al viento busco abarcarte
rompiendo mi palabra de respetar tu distancia.
2
Último intento
Escribo… desde el amor desgarrado y
huyendo, en el último intento
de retener un tiempo memoria de besos como alondras,
geografías de cuerpos recorridos hasta el cansancio.
Escribo…
en el filo de esta tarde roja y gris, suicida en el horizonte
en el último intento de buscar tu mano,
de sentir que acaso lo dado no fue en vano.
No tengo hoy un vuelo de pájaros tampoco madreselvas que aromen
tu paso, por eso escribo…
tan solo un último intento de rescatar un tiempo azul
caminado de la mano.
3
Torre alta...
Hoy torre alta asaltada, desolado amparo de la nada, noche que caes desconsolada
borrando palomas en bandadas.
Hoy torre alta donde yo, Ícaro,
ensayo un vuelo absurdo al sol, corazón en sobra
Hoy torre alta sin alborotado ruido de colmena,
con improvisado aire que busca música de risas en la
alborada.
Hoy torre alta en franca bancarrota…
no son estrellas lo que ves son agujeros por donde chorrean
sueños que titilan prometiendo
(dejarnos a oscuras.)
4
Insumisa
Aquí hubo frutas y de un hachazo el tiempo
rajó los sueños abortando estrellas.
Abrí ventanas y el silencio descorrió cortinados de espanto,
sellando vidrios y postigos con rejas de dudas y desencanto.
Pero irreverente y en reclamo
me levanto y planto ahora, y en insumiso grito digo:
lo que ha de morir que muera ahora
sin agonías ni cureñas lo que ha de ser,
que sea ahora, que se vaya el aire con su viento,
el mar con su salitre “la esperanza conmigo
y yo con nadie”.
5
No debes irte tú, pues ya me marcho
En el balance de estas horas, pesa la inmovilidad roja de tu mirada, tiempo que descarga su mano fuerte
mujer aceptación que no entiende nada.
Corre el reloj arenas fabulosas
y esta breve luz clava sus dientes en la memoria de dos cuerpos desnudos
alborotando sábanas y pudores.
Más en este instante de preguntas pesa el irse o el quedarse,
el desconcierto gris de esta ternura que sílaba a sílaba hace su descargo
explicación del sentir nítido e imposible que no supo mostrar cuanto amaba.
6
Mi calma no tiene paciencia y se desbarranca desde mi cerro
hasta tu playa cabalgando tu espuma en la
penumbra, allí en la orilla donde yace
un tiempo detenido en la mirada.
7
Un sueño sin mañanas
Anoche soñé contigo y mis piernas abrazaban tu cintura, un viento cálido descorrió la luna
y una esquina cómplice se atiborró de besos.
Aquel muro fue peldaño al delirio
cuando tu cuerpo se atrincheró al mío y atrevida tu mano bajo mi falda
dibujaba alondras en vuelos circulares mientras tu boca respondía alerta
al vendaval tibio de mi aliento.
Se esfumó el mundo en un segundo, se perdieron los vivos y los muertos, y no hubo más que aquella esquina sin faroles, cordones o autobuses,
tan solo mis piernas... tu cintura
y un momento azul del sentimiento.
Anoche soñé contigo y ni la luz quería entrar por la ventana
para no ahuyentar un sueño sin mañanas.
8
Siesta
El habito del papel, la melancolía de una siesta de
otoño y este no saber si volverán los
sueños.
(…tiempo azul intransferiblemente mío, en el refugio de la tinta)
En un abrazo de marzo detenido
la sutil incertidumbre del reclamo que desciende en secreto, (rumor en ocre y amarillo)
y me sostiene, como esta siesta de otoño,
en la porfía.
9
¿Cómo nombrarte?
Se descalzan mis anhelos, se vuelven espirales
mis gotas caídas en tropiezos ¿Cómo nombrarte vida si ha huido la valentía rompiendo los espejos
que retuvieron mi imagen?
La noche, con su jardín de ojos me mira y calla
y se agranda el silencio por no gritar.
¿Cómo nombrarte vida si empecinados relojes marcan
este hoy como ayer, esta hora de hervor desbocado
en mis venas, este palpitar cobarde?
En esta evocación de temblor de piernas,
de pieles en vuelos azules… estoy, y no sé como nombrarte vida.
Como nombrar este grito, este centro que se estremece,
este silencio que me aturde y me desarma y descaradamente hereje,
me declara hoy fuera de todo.
10
Punto de Partida
Es necesario regresar al punto de partida,
tirar los muros divisores del silencio,
cometer crímenes contra el recuerdo,
asesinar ángeles y demonios.
Es necesario, urgente, regresar.
Clausurar candados de sombras, comulgar con la rabia del deseo inacabado.
Es necesario,
justo y necesario, que regrese al punto de partida
borrar la forma del espejo, descamarme la piel...
y asumir si es que aún puedo
mi propia debilidad.
11
Entre tus ansias y las mías
¿Y mis ansias dónde quedan las que buscan la noche y las mata esta rutina? ¿Dónde quedan entonces, esas ansias contenidas, cuando asoma la luna, y te absorben otras tramas…? Y puede haber un hola en la tarde que no muera en el intento de forjarte una sonrisa, que no se suicide en la espera de una noche diferente… Y puedo armar una rutina, organigrama de la vida, olvidando los silencios que ensombrecen mi garganta, puede en la tarde asomar esa palabra, la que colmen tus ansias y que se olviden de las mías, de mis ganas de mis rabias, de lo que ahora me tiene tan húmeda el alma. Más no puedo, no me salen las palabras, son pocas las que me quedan para buscar la calma y las guardo recelosa por si acaso alguna noche se quiere dormir la magia.
12
Sin simplicidad
Cuando se secan los cristales de la madrugada
en la respiración maternal de la tierra, con mi carga de frutas y metales, con mi fauna de fauces voraces, ojos encendidos mirando al sol.
regreso…
desde esa pequeña muerte nocturna vacía de sueño y de horas,
con todas las ansias, los renovados bríos
como fabulosos tentáculos. regreso…
dejando atrás lo que no fue nuestro,
la abundancia de la nada, los dedos,
la complacencia de asistir. Cuando se secan los cristales de la madrugada
regreso…
con la serena ternura de reconocer una vieja melodía que no me diga que duele amar,
duele respirar, duelen mil verbos más…
duele saber que me robaron la simplicidad.
13
Urgencia
Convoca a un torbellino mis ansias,
desnuda despacio mis silencios que anochece urgente aquí en mi
playa y amenaza ausentarse la mañana.
14
A una oreja
A veces los hombros pesan, los ojos se empañan y las vereda se hacen largas, vacías, todo lo que pasa a nuestro alrededor es como un film, un film mudo, rápido, tan rápido que las figuras se desdibujan. Y no las detiene los semáforos, ni los cordones con vocación de árboles, juntando hojas, ni siquiera ese mal paso sobre la baldosa floja que salpica con barro hasta el alma misma. A veces también tengo miedos, oscuridades, absurdidades y me voy, escapo como un balazo en la alta noche buscando un pecho tibio, una mueca de asombro que me retenga. Y entonces me descubro una vez más en “los a veces”, en la espera que no se supo decir, en la necesidad sin nombrar en la excusa perfecta para ocultar el cansancio cobarde de tener que intentar un día más sin poder decirte oreja," soy hoy y ahora".
15
Nada más
Párpado de lluvia humedece lo invisible, lo apenas perceptible
un vuelo fugaz de la mañana, espejo que perdió la imagen.
Apenas eso…más nada un amasijo de plumas húmedas el
pecho un latido vacío de tiempo
en el temblor de mis exilios.
16
Ruleta rusa
Una y otra vez gatillan las palabras...
pum…pum gira el tambor, una y otra vez…
y otra más.
(en esta ruleta rusa del tiempo y el silencio
espero)
17
Punto de fuga
Un pequeño poema donde guardar un nombre.
En pausa las hojas blancas,
suspendida bandada absorta de lánguidos renglones
de horas escazas que esperan palabras, ventanas,
un pálpito, algo de locura.
Renglones calles en punto de fuga
donde se pierde la vista, el canto,
la voz el vuelo de aquella tu forma
que abrazó mi pena.
18
Hoy la noche aprieta más que nunca hunde su daga la tristeza
y la tierra yerta de mi manos clama su impotencia.
La noche ronda, aprieta
y el perdón del silencio no halla eco, no alcanza la oración,
ni el credo y en mi remota fe se desvanecen los sueños,
sin parpadear futuros, sin próximo presagio
entre brumas borrascas sin socorros mendigos.
La noche aprieta hoy más que nunca, y no encuentro llave que cancele la puerta
que me borre el insomnio y todas las culpas.
Hoy, noche
19
De Pausas y Finales
Hay horas y tiempos
donde el brazo no llega, donde vengo a reclamar como náufrago
en que asirme y las fuerzas fallan.
Hay horas y tiempos
donde la noche cae, los brazos caen
y no es cierto el cielo que sostienen. Hay horas, y tiempos
que vengo como pertinaz llovizna como pájaro húmedo,
y en un temblor de plumas me quedo muda
silenciosa, y las cáscaras de la vida se vuelven escombros de un pavoroso cielo. Hay horas y tiempos
en que reclamo como náufrago, me estrello como pertinaz llovizna
y en un temblor de plumas me vuelvo ausente desde el pecho
hasta las ramas. 20
Dominguitis: pretexto
Llueve gris y lento en Montevideo y en esta fatal dominguitis
llueve gris y lento en el pecho. Llueven las melodías,
evocación del recuerdo, llueve lo dicho y lo no dicho,
gotean grises las palabras empañando el cristal de la hoja.
Llueve gris y lento en Montevideo, gris asfalto,
lento elefante, Llueve el cansancio de las horas por venir,
la cabeza que gira en vértigo fugaz, llueve “la bohemia” tan lejos que suena
se escapa de la radio y se estrella en la vidriera de un domingo que fue.
Llueve gris y lento en Montevideo y llueve gris y lento aquí en el pecho
preso de esta fatal dominguitis que borra el perfil de todas las cosas
y me brinda el pretexto justo para irme en silencio gris y lenta.
21
Vos sabes
Vos lo sabes, yo no tengo lunas y estrellas de poetas
ni siquiera un mal verso que poder ofrecerte. Yo no tengo rosas blancas,
ni nardos de pureza que perfumen tu aire, o un big bang de sentimientos que genere universos.
Vos lo sabes, yo no tengo siquiera el paso seguro,
ni un tiempo de horizontes y ventanas abiertas, ni siquiera puedo ofrecerte un buen recuerdo,
porque apenas tengo una nostalgia pintadita en los ojos para verterla al aire y
así degustarla. Yo no puedo ofrecerte mariposas ni trinos,
ni carne sobre mis huesos que deleite tu sexo, porque apenas tengo cataratas de ojos
desbocada noche de infinito insomnio.
Vos lo sabes, yo no tengo luces,
ni vuelos, ni un espacio o un tiempo que poder ofrendarte,
si es que acaso tengo tan solo para darte mis manos, que aunque temblorosas, rasgan las nubes en mi cotidiana lucha
para que mi recuerdo sea como una historia pergamino ilegible que conceda por fin
todo el olvido.
22
¿Y si acaso hoy apago el reloj y en un además de magia macabra, destierro a la noche y sus estrellas? Si acaso hoy pudiera, desenlutar la flor marrón de la enredadera y treparme airosa en los pretiles donde duermen gorriones y suicidas. ¿Y si acaso hoy pudiera irme, escurrirme fangosa entre baldosas, desaparecer envuelta en esta niebla? Acaso pudiera, y veloz vendría el alivio como un rayo, sin empañar cristales con tormentas. Acaso pudiera disipar las horas, sumergirlas en alcohólicos vapores, gritar “ausente” cuando llegue la aurora... pero nada inmutaría su espacio, ni las lágrimas dejarían su sal. De nada valdría. Pero hoy todo es uno y me convida al abismo azul de mi porfía que pretende engañarme y que me empuja, que adormece mi paso y desdibuja. Ay si acaso hoy… pero me tapo el pecho y ya me callo, porque viene ya aullando el viento en mi ventana.
¿Y si acaso?
23
Y serás tú
Cuando caminan las horas lentas, pesadas,
y el día se empecina en no abrir las ventanas, busco tu voz en los rincones, busco el cuenco de tu mano
que contuvo la mía con esmero cuando entre risas caminamos las calles
o dejamos huellas en la arena. Cuando este hoy se presenta efímero,
y el centro del pecho se aprieta en callado sollozo de tristeza, busco la eternidad de tu beso,
la caricia de tu mirada en la mía la dulzura de tu piel junto a mi boca frente al oleaje salado y envidioso.
Y quizás, en este correr del tiempo,
en este querer y no poder más, en este andar de horas lentas
queriendo bajar los brazos, seas únicamente tú
quien me salve del naufragio y pinte nuevamente,
palomas azules en mi almohada.
24
Vida
Yo te guardé la ilusión para más tarde, la guardé allí donde la luz me da más fuerte
y le gané la tarde al empedrado en vuelo bullicioso de gorriones.
En el traje gris de la mañana abrí bolsillos de soles,
le puse puntillas blancas a tus noches y cascabeles de risas a tu cama.
Y me quedé allí, cuidando tu nostalgia,
impregnando los días con la magia de aquellas cosas que no pueden robarse.
Descorrí cortinas de sombras, tumultos de cristales sin reflejo
escribiendo en los ojos la palabra que te diga vida, que aun guardo una ilusión azul para más tarde.
25
Ruleta rusa (de Pausas y Finales)
En esta ruleta rusa del tiempo me voy a jugar entera,
así de desnuda y descalza, desafiando al miedo de los
mañanas. Me voy a trajinar las horas,
a socavarlas, acabarlas.
Me voy a ir sin prisa por la cornisa de este día
sin palabras, sin intención.
Por el filo frío de un da lo mismo me voy.
…y me llevo tu voz.
26
Deuda
Cansada de correr en dirección contraria voy a empeñar mi palabra, a jugarme por lo inefable, por el futuro que repite el pasado. por este pulso que corre por las venas, por esta absurda agonía de las horas. Porque la vida no da fiado y ya le estoy debiendo demasiado.
27
Tan sólo un día más...
Un atisbo de aurora, un día más,
tan igual y diferente a aquel que ahuyentó miedos,
incendió pieles ... y firmó un compromiso con la
vida. Pues, tan sólo eso,
un día más, un nuevo caminar hacia tus brazos
con el paso seguro, aunque el camino duela
en el silencio amargo de una garganta.
28
Sin nada que decir
En los regazos de mi silencio siempre estás.
En el sabor azul de la tarde en la tristura de los adioses,
en los charcos de la memoria donde juegan besos y cuerpos
enredados en sudores… Duele entenderlo todo,
saber que un rayo de sol jamás podrá ser día,
apenas un intento fugaz, un delirio.
Se humedece el viento apagando esos soles,
arrastrando violentadas corrientes de sueños.
Ay si la tristeza fuera un nubarrón de verano, pero dieron las doce campanadas y se terminó el cuento de hadas.
En el regazo de mi silencio
siempre estás…
29
Muros
Me protegían. Guardado el corazón
tras sus silenciosos estandartes, yo miraba desde sus fronteras
el beso inoportuno, el escándalo del amor en los otros.
Protegida tras los muros de esas ganas inmensas,
de esa tibieza extraña no necesitaba horizontes,
ni ventanas, ni de una piel para guardar el frío.
Pero vino un viento fuerte.
y cayeron mis muros, quedo mi corazón a descubierto y corrí…
Corrí cerrando puertas, tapiando ventanas, para que no me alcanzara el tibio…
pasé llaves que tiré al olvido
Pero ya no estaban los muros y me sitió el silencio,
el miedo, el amor y sus misterios.
30
Jaque mate
De pausas y finales están hechos los días,
de día y de noches está hecha la vida.
Pausas en el andar, silencios de zozobras, momentos detenidos en alguna memoria. Pausas que atrapan
brillos relampagueantes, lo firme y efímero
que se derrama al fin. Finales que buscamos, o a veces encontramos
aguijoneando al ojo que derrama su agua clara.
Finales no deseados que a veces propiciamos
cuando las palabras llevan otro significado.
De pausas y finales están hechos los días,
y en ese tablero blanco y negro nos movemos locos,
alucinados, otra veces lentos
y ya muy cansados esperando que nos den por fin el jaque mate.
31
Hay noches...
Hay noches donde las palabras se acurrucan,
buscando trepar por el caracol de tu oído.
Hay noches donde los aromas
vienen a sitiar a los sentidos. donde calles y pasos transitados vienen ganándole una a la vida.
Hay noches donde los barcos zarpan
buscan puertos, pasajeros en andenes de misterios,
sin miedo al naufragio.
Hay noches, que parada en una esquina te evoco,
y entonces… entonces una sonrisa suave
se me prende del labio, un sueño se sienta en el cordón de la vereda
mientras cruzan nostálgicos los tangos por enfrente…
Sí, hay noches…esta noche,
donde te evoco dulce compañero y un fénix de letras
renace en el papel blanco, 32
para contarte acaso de este pájaro de ternura,
de estas piernas de ansias de este vientre de deseo, o decirte simplemente, el viento está soplando y se acerca el invierno.
Cuatro am. madrugada ha quedado solo el rincón, se durmieron esos duendes y el gallo ya cantó.
33
Shhh
¿Cómo soltar esa palabra presa en la garganta?
¿Cómo encontrar el camino, el vuelo,
el próximo paso? Suena en mi aire
una canción, habla de comienzos,
de manos, de soles…
pero es tarde, hace frío…
y sobre mi río ha caído la noche.
Apaga el reloj que se duerma este tiempo
y sobrevenga acaso la resurrección de los sueños.
34
Evocación del tibio
En este tiritar de horas y calles sin besos en las esquinas
te evoco. No con la tristura de la distancia,
ni en el frío del silencio, te evoco en lo tibio de tu mano, en el refugio de tu pecho nido, anchura de la paz y el delirio.
En este tiempo escarcha
minuto fatal donde se pierde lo que más se ama Vida te evoco,
no en la negrura del final, ni en la salinidad de la lágrima derramada.
Te evoco en la utopía del inicio, en el fértil vuelo de la caricia que lleno de luz mi vientre.
En este idus de mayo
donde arrecia el viento helando pieles te evoco.
Te evoco vida, porque necesito tu luz,
tu voz cálido sol, que me rescate de este invierno.
35
“Viajero de los infiernos, voy en llanto, en niebla”
Ricardo Paseyro
Cuando finalice el ritual, después del aire y del sonido
estaré solo yo, con mis hojas sueltas, mis páginas en blanco,
con mi luna cargada a las espaldas, su pálido brillo
y su vedado mándala. Cuando acabe el tiempo frutal
y caiga la tarde lenta, serena y seca,
y el amor sea un filo de horizonte estaré solo yo,
con mis culpas y mis aciertos, con mi agua clara y mi tempestad
ganando espacio hacia mis adentros.
36
Vicaire
Eros est blessé par leurs propres flèches,
et de la vie n'était pas ce que je pensais.
bras mur m'a couvert ont disparu,
et de la peur et le silence approche furtive.
et je me suis enfui de la triste comme un virage dangereux,
Je courir nu à travers votre voix. Ici, je atteindre
Les hérauts noirs parce que l'on y parle pas moi, c'est l'autre,
que ses yeux étaient comme des puits de lumière
Une fois, j'ai accidentellement tue le plus proche du monde.
37
Eros yace herido por sus propias flechas...
y la vida no era lo que yo pensaba.
Esa pared cubierta de mis brazos ha desaparecido,
el miedo y el silencio se acercan cautelosos.
Y me escapé de la tristeza, como un giro peligroso
corro desnuda de tu voz.
Aquí me encuentro, Los Heraldos Negro
no podrán alcanzarme porque no soy yo quien habla
es la otra, la de los ojos como los tragaluces.
Una vez accidentalmente la mate
cuando la acerque al mundo.
Sicaria (Traducción)
38
En el silencio
Elegido en el silencio insistes en el laberinto de mi oído.
Quietos los labios, de donde llegan
esas elocuentes entregas. Cierro los ojos con doble persiana para encontrar la luz inaccesible
entre ese tropel de poesía que me enrienda,
perversa, y engaña la mirada.
Pero el árbol se sacude con fuerza y tu voz me abraza en el viento
para decirme que todo está en calma.
39
Arrullando un sueño
Bajo mi silencio duerme agazapado un sueño.
Tiene lunas escondidas, gorriones y jilgueros barquitos de papel,
sin banderas ni timonel, esquinas de faroles,
y campos de girasoles.
Pero mi silencio lo abraza no deja que se despierte
y me lo arrulla en el pecho, frio alquimista que todo lo transforma en hielo, amordazando al amor
para que no bese al sueño.
(es un silencio noche... que espera un amanecer)
40
Obstinación
Con obstinada niebla se nubla la razón
que insinúa con sutileza una larga excusa sorda. Sin llantos de reproches
vuelvo hacia la noche negra mi mirada abstraída
que restañe mi alma herida. Sin banderas de naufragios,
sin maderos para asirme, cual Dante sin Beatriz
me introduzco en la selva oscura, dejo tierra firme,
las graves maneras, el viento cómplice que hoy se ríe
de esta obstinada niebla que nubla la razón
y me deja así desnuda y perfumada en medio de la selva
esperando tu estocada
41
Distancias
En la distancia de la mano vacía. nace sutil, quizás tímida la poesía.
en algún rincón, alguien sueña, alguien ama,
alguien quizás se despeina el alma. En la hora incierta de la madrugada
cuando todo es silencio y calma. un grito se acumula en la garganta,
mientras la cabeza piensa. Quiere adivinarlo todo,
quiere saberlo todo, quiere de un golpe disipar las sombras
que agigantan el paso de la ausencia larga.
42
Tan sólo te miraba
Tan solo te miraba… aprendiendo de memoria tus detalles,
recreando en mi mente el mapa de tu geografía
que llevaré conmigo en este nuevo viaje. Sé de tus montañas y de tus abismos,
de tus ríos que desbordaban cuando mis manos te alcanzaban.
Tan solo te miraba…
así en silencio, distante buscando en tus ojos el camino
que me lleve a un mañana. Me llevo conmigo tanto silencio de palabras
que fueron palomas azules colgando en las ventanas esa tu figura, que derrumbó mis murallas,
y tú nombre por siempre suspendido en mis labios, pero ahora tan sólo eso...
tan solo te miraba
43
Intenté estafar a la vida menguando el filo agudo de tu palabra
con la mortaja azul de algún sueño, pero en desventaja voy retrocediendo caída libre al vacío de inmóvil silencio.
Más declaro ahora mi derrota,
piso tierra, te dejo un beso
y me voy.
Quizás duela menos mañana...
quizás duela menos…
quizás duela…
quizás….
Quizás
44
Sábado 4: Am a Filo y Piedra
“Está loco a aquel que quiera volar
buscando un sitio al lado del sol. Está loco aquel que quiera mi corazón”
Fernando Cabrera
El viento saluda con silbos de tristeza.
Llueve con vocación de lágrima y en la tristura de estas calles
entiendo que no hay ningún rincón, ninguna esquina
que pueda esconder lo que fuimos. Todo se mueve…
se diluye en un mar de horizonte en series,
en agonías que quieren morir. Se terminó la intemperie,
la tardía sorpresa, la hembra, el hambre.
Y en este enredo me sorprendió la noche, me besó la boca y se tragó mi voz.
45
A veces busco rincones
A veces busco rincones donde esconder mi tristeza
de pájaro sin vuelo, donde beber como prófuga
un asomo de luz tumultuosa.
A veces busco rincones donde tender mis hilos de humo
donde coleccionar sueños inconclusos
alacranes caricias, silencios y miedos asustados.
A veces... busco rincones
donde dejar en penitencia mil razones.
46
En la humedad de tus labios encuentro para mi sed, la fresca fuente.
En la profundidad de tus ojos evoco aquel jardín cruzado por un puente.
Son tus manos las que recuerdo
cuando a las tardes de soledad infinita tu silueta dibujada en sombras muerdo mientras un silencio atroz me audita.
¡Ah! el tiempo y su monotonía
que lento y triste por mi casa camina, arrastrando en su paso mi armonía
que supo un día ser con ademan de colombina.
¡Ah! la distancia que me alcanza robando de mi cintura tu silueta
que supo un día ser alabanza jugando en mi cuerpo inquieta.
¡Ah! el recuerdo que me abraza
cuando llegan la noche y se enfría el alma sin tu coraza
y el pecho reclama como viejo fantoche.
Sed
47
cuando la muerte sea
un horizonte lejano cuando un beso sea el único grillete
cuando enseñemos la paz sin disparar las balas
quizás, sabré por donde venir
sabré que la luna no se convirtió en palabras
que los sueños se quedaron aun en tu almohada.
Para volver
48
Que argumento gris trae esta lluvia fría,
apagando un grillerio que ensayaba su serenata de adiós y calma,
borrando la huella incierta de aquella luz que se acurra en mi pecho vacilante
en una lágrima punzante que ahoga el grito con silencio.
(Y me quedé bebiendo en los labios del aire aquel sueño, inconclusa ilusión). Lloró el silencio de esta noche,
un espacio, ese algo de todo que se rompió,
y las palomas azules sin nido en la ventana. Y allá se va el futuro…
yo me dediqué a mirarlo sin siquiera alzar la mano
como quien mira lo que se perdió mientras el aire rueda agrio
como fermento del alma. Se lo dije con palabras, que fueron ahogándose
en esta lluvia gris plateada hasta hacerse silencio con miedo en la cara. Me dijo palabras frías, parecidas a puñaladas
pero la suerte estaba echada. Llora su argumento gris
esta lluvia acerada. 51
52
El mundo gira en reversa lento caracol de tiempo
surcando el perfil de mi ventana. Hay una sábana suicida en el borde de la cama
¡Ay! de una almohada de sueños que se fugó a la madrugada
y me dejó en el espejo una paloma sin alas. En una hoja abatida
se despilfarran las palabras y un rumor de silencio eterno
está rondando la calma.
¡Ay! de mi porfía que viendo el vaso vacío igual reclama por agua.
Porfía
Gorriones convertidos en hojas por las calles grises de
Montevideo, semáforo en rojo retrasando los
apuros y 18 se extiende como lengua
desteñida. Los olores de un puerto,
sus alcoholes, sus amores,
se enriendan en el Maciel que pide perdón.
Se van encendiendo luces amarillas
en boliches con olor a puntilla, Montevideo retoma puntual
su noche de zafiro en los barrios donde sueñan señoras y
prostitutas y se esconden en las esquinas
amantes y homicidas.
53
Montevideo
54
Al alba, por donde se escapa la noche, me iré yo a descubrir si acaso otra mañana o a morir sincera y sin más pausas.
Manos de sueños tejen mis pasos
y ojos de realidad los destejen. Caen las hebras retorcidas e inciertas
de mis destejidos pasos en la vida. Nada tiene que hacer Penélope
con su función de lo permanente, porque provisoriamente la mano
el ojo, el techo por siempre provisorio,
el aire, la roja vía que mantiene el paso…
Las harpías lo saben ellas tejen las primicias
donde sangrara la melancolía de mi paso destejido,
la memoria de tu boca y la soledad partida como un hueco…
¿Qué más se necesita para no engendrar sueños?
55
Harpías
INDICE
Hablando de abrazos 1 Si palabra 2 Último intento 3 Torre alta 4 Insumisa 5 No debes irte tú, pues ya me marcho 6 Un sueño sin mañana 8 Siesta 9 ¿Cómo nombrarte? 10 Punto de Partida 11 Entre tus ansias y las mías 12 Sin simplicidad 13 Urgencia 14 A una oreja 15 Nada más 16 Ruleta rusa 17 Punto de fuga 18 Hoy, noche 19 De pausas y Finales 20 Dominguitis: pretexto 21 Vos sabes 22 Y si acaso? 23 Y serás tú 24 Vida 25
Ruleta Rusa (de Pausas y Finales) 26 Deuda 27 Tan solo un día más 28 Sin nada que decir 29 Muros 30 Jaque mate 31 Hay noches 32 Shhh 34 Evocación del tibio 35
36 Vicaire 37 Sicaria (traducción) 38 En el silencio 39 Arrullando un sueño 40 Obstinación 41 Distancias 42 Tan sólo te miraba 43 Quizás 44 Sábado 4: Am a Filo y piedra 45 A veces busco rincones 46 Sed 47 Para volver 48 Final 50 Porfía 52 Montevideo 53 Harpías 55
Cynthia Harte Nació un 16 de abril, en Montevideo Uruguay. Su infancia y adolescencia transcurrió en su casa en el barrio obrero de “la Teja”, donde desarrolló su amor por las letras entre cretonas y un limonero que hizo las veces de castillo o bicicleta. De la mano de su madre incursionó en los grandes poetas españoles, de los cuales pronto se enamoró y llegó con cuatro años de edad a recitar de memoria poesías de Federico G. Lorca. De vocación docente, vuelca su amor a las letras a sus alumnos. Participa activamente en varios portales literarios de internet, siendo fundadora de “Letras y Algo Más”. Su obra literaria se compendia en tres libros: “Sentidos vs Razón” 2008, Ed. El Galpón; “Poesiacarnivora” 2009, Ed. Colectiva,” De pausas y Finales” 2013, Ed Colectiva, y su versión digital por Ed. DeLetras”