Curso de preparación para la Primera Comunión Instituto de Formación Teológica en Internet ...

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Curso de preparación para

la Primera Comunión Instituto de Formación Teológica en Internet

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Vigésimo octavo envío I. Historia Sagrada: Parábolas o comparancias II

II. Verdades del Compendio: nn.296 a 312

Esta presentación fue preparada por Violeta Brenes y el P. Juan María G.

Parábolas o comparancias II

Parábola del sembrador o comparancia de la cosecha despareja

Salió un chacarreroa sembrar cereal.

Desparramó la semi-lla generosamente,sin mezquinar nada.

Algunos granos cayeron en la huella, vi-nieron los pájaros y se los comieron.

Otros cayeron en mediode unas toscas y bro-taron pero, como no podían echar raíces, lasplantitas se secaronpronto.

Algunas cayeronentre abrojos yabrepuño;

en cuanto soltaron hoja, los yuyos espinosos ahogaronlo sembrado.

Y, finalmente, hubo gra-nos que cayeron en bue-na tierra y dieron mu –chas espigas

Permitiendo una cose-cha con rindes diferen-tes: ciertas semillasrindieron 30 por 1, o-tras 60 y otras 100.

Fue ésta una de las parábolas que los após-toles no entendieron.

Lo llevaron aparte y le pidieron que se lasexplicara. Jesús les aclaró:

-La semilla es la palabra deDios, que siembro a manosllenas.La que cae en el camino esaquélla que reciben hom-bres indiferentes, viene eldiablo y la olvidan de inme-diato.

La que cae entre la tosca se refiere a gente quela recibe bien dispuesta, pero que, frívola einconstante, deja de lado mis enseñanzas.

La que cae en medio de los abrojos simbo-liza a otros que también la oyen con gustoy empiezan a poner la en práctica pero,después, se dejan encandilar por la ambi-ción de poder, el trajín de los negocios, la especulación financiera y el afán de fi-gurar, terminando por menospreciarla.

La buena tierra es figurade los que oyen mi Pala-bra, reforman sus vidasy dan fruto, unos más yotros menos.

Parábola del Hijo Pródigo o comparancia del Farrista Arrepentido

Un estanciero tenía dos hijos. El mayor era cum-plidor de sus obligaciones aunque medio envi-dioso. El menor era vago y farrista pero muysimpático. Un día éste le pidió al padre que le adelantara la herencia para hacer su vida.

El padre consintió.

Arrimó a la feria un lote devaquillonas, vendió la co-secha a término y rematóuna lonja de campo, en -tregándole al hijo el dinero obtenido.

Se fue el muchacho yatolondrado como era,no dejó macana por hacer.

Se dedicó al naipe y la ruleta,las carreras cuadreras, elwhisky, los videojuegos ylas modelos.

Hasta que no le quedóni un peso.

Se conchabó entonces para cuidar-le los chanchos a un hombre ricoy muy desconsiderado con su per- sonal, ni de

comer les daba.

Hambriento, llegó a alimentarsecon el maíz y las sobras que letiraban a los chanchos, pensandoen lo bien que estaban los peo –nes en la estancia de su padre

Donde nada les faltaba: mate con galleta de puñoal levantarse, carne a la hora del churras-

quear, puchero o es- tofado a mediodía, mate cocido por la tarde.

Y asado al asadorcuando se ponía el sol:hasta vinoles servíanen el almuer-zo y la cena.

Sin embargo, no se atrevía el mu-chacho a pegar la vuelta, pensando que el padreestaría ofendido por lo ingrato que había sido con él. De modo que las seguía pasando ne –gras y ya estaba en los huesos.

Pero por fin resolvió re-gresar. Pensó:

-Le pediré perdón a mipadre, me arrodillaré asus pies y le rogaré que aunque sea me tomecomo mensual en su establecimiento.

Mientras tanto el padre extraña-ba a su hijo muchísimo. Cada mañana y cada tarde se subía ala torre del molino.

Y se quedaba mirando ha-cia el lado de la tranquera,para ver si al hijo le dabapor volver.

Estaba un día arribadel molino cuandolo divisó a la distan-cia. Pese a que es-taba enteramentecambiado, recono-ció su manera de caminar.

Y corrió a recibirlo.Quiso el hijo empezar eldiscursito que tenía pre-parado. Pero ni tiempole dio su padre. Lo abra-zó, lo lleno de besos, mandó que le trajeran ca.misa y bombachas nue-vas, botas flamantes, pa-

ñuelo de sedapara el cuello yhasta un anillo le puso en el dedo.

Hizo matar un novillo gordo y reu-nió a la peonada para festejar lavuelta del muchacho.

El mayor, que estaba disqueando unpotrero, volvía a la casa cuando oyó la músicade guitarras y acordeones.

Milongas, zambas y chama-més estaban tocando y al-guno zapateaba al compásde un malambo.

Preguntó qué era lo que pasaba y se lo dijeron.Entonces se sentó a la retranca y no quiso arrimarse al asado.

Salió el padre a buscarlo pero él seguía empa-cado. Dijo:

-Yo siempre trabajé para usted,Tata, y nunca me permitió co-mer ni un cordero con mis ami-gos. Y ahora que llega ese hi-jo suyo, después de patinarsela herencia, vea la fiesta quele organiza.

Le dice el padre:-No seas injusto, muchacho. Vos siempre estu-viste conmigo y sabés que lo que tengo es tuyo.Debes acompañarme en esta alegría que sientoporque he recuperado al hijo que parecía perdi-do para siempre.

Igual que el padre de estahistoria recibe Dios a lospecadores que se arre –pienten y van a confesarse.

Verdades del Compendio ( nn. 296 a 312 )

EL SACRAMENTO DELA RECONCILIACIÓN

Este sacramento esllamadoSacramento de laPenitencia, de laReconciliación, del Perdón, de la Confesión y de la Conversión.

El Señor resucitado instituyóeste sacramento la tarde dePascua cuando se mostró alos Apóstoles y les dijo:

“Recibid el Espíritu Santo.A quienes perdonéis lospecados, les quedan perdonados; a quienes selos retengáis, les quedanretenidos ( Jn 20, 22-23 ).

La penitencia interior esel dinamismo del “corazóncontrito ” ( Sal. 51,19 ).

Implica el dolor y elrechazo de los pecadoscometidos,

el firme propósito de no pecar más, y la confianza en la ayuda de Dios.

Se alimenta de la esperanzaen la misericordia divina.

La penitencia puedetener expresiones muyvariadas, especialmente

el ayuno, la oración y lalimosna.

Estas y otras muchas formasde penitencia pueden serpracticadas en la vida cotidiana del cristiano,

en particular entiempos de Cuaresma y elviernes, día penitencial.

Los elementos esenciales del sacramento de la

Reconciliación son dos:

los actos que lleva a cabo el hombre y la absolución del sacerdote, que concede el perdón en nombre de Cristo.

Los actos propios delpenitente son los siguientes:

un diligente examen de conciencia;

la contrición (o arrepentimiento), que es perfecta cuando está motivada por amor a Dios, imperfecta cuando se funda en otros motivos,e incluye el propósito de no volvera pecar.

La confesión que consisteen la acusación de lospecados hecha delante delsacerdote,

la satisfacción, es decir, el cumplimiento

de ciertos actos de penitencia,que el confesor impone alpenitente.

Se deben confesar todos los pecados gravesaún no confesados que se recuerdan despuésde un diligente examen de conciencia.

La confesión de los pecados graves es elúnico modo ordinario deobtener el perdón.

Todo fiel que haya llegado al uso de razón, está obligado a confesar sus pecados graves al menos, una vez al año,

y también antes de recibir la Primera Comunión.

La Iglesia recomiendavivamente la confesiónde los pecados venialesaunque no sea estricta-mente necesaria, ya que

ayuda a formar una recta conciencia y a luchar

contra las malas inclinaciones, a

dejarse curar por Cristo y a progresar en la vida del Espíritu.

Los obispos y los presbíteros ejercen el poder de perdonarlos pecados en el nombre del Padre y del Hijo y delEspíritu Santo.

La absolución de algunospecados particularmentegraves (como son loscastigados con la exco-munión) está reservada ala Sede Apostólica o alObispo del lugar o a lospresbíteros autorizadospor ellos, aunque todo sacerdote puede absolverde cualquier pecado y excomunión.

Todo confesor estáobligado, sin ningunaexcepción y bajo penasmuy severas, a mantener el sigilo sacramental,

esto es, el absoluto secreto sobre los pecados conocidos en confesión.

Los efectos del sacramentode la Penitencia son:

la reconciliación conDios y, por tanto,el perdón de los pecados;

la recuperación del estado de gracia, si sehabía perdido;

la remisión de la pena eterna mere – cida a causa de los pecados mor- tales y, al menos en parte, de las penas temporales

que son consecuencia del pecado; la paz y laserenidad de conciencia y el consuelo del Espíritu; el aumento de la fuerza espiritualpara el combate cristiano.

En caso de gravenecesidad (comoun inminentepeligro de muerte),se puede recurrira la celebracióncomunitaria de laReconciliación, con la confesión y la absolucióncolectiva, respetando las normas de la Iglesia

y haciendo propósito de confesar individualmente, a su debido tiempo, los pecados graves ya perdonados de esta forma.

Las indulgencias son laremisión ante Dios de lapena temporal merecidapor los pecados yaperdonados en cuanto ala culpa, que el fiel,cumpliendo determinadas condiciones, obtiene para

sí mismo o para los difuntos.

mediante el ministerio de la Iglesia, la cual, como dispensadora de la redención, distribuye el tesoro de los méritos de Cristo y de los santos.

Investigue:¿Cuáles fueron los diferentes tipos de suelo enque cayó la semilla del sembrador de la pará-bola? ¿ A cuál de ellos le gustaría parecerse?¿Qué debe hacer para lograrlo?

Parábolas o comparancias II

Objetivo:Destacar que que la Palabra de Diosda diferentes frutos según la corres-pondencia de quienes la escuchan yque Dios es misericordioso y nosperdona siempre que nos arrepen-timos.

Colorear:

Complete:Un padre tenía dos hijos. El mayor era … de susobligaciones, aunque un poco … .el menor era… y …., pero muy simpático. Un día, éste le pidióal padre que le adelantara la … y el padre …

Escriba verdadero (V) o falso (F) según co –rresponda:( ) El hijo menor se dedicó al naipe, la ruleta yotros vicios( ) Cuando se quedó sin dinero se dedico a ciudarovejas( ) el hermano mayor se alegró del retorno de suhermano