Post on 22-Dec-2015
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Comentario sobre Hegel, “Lecciones de Estética”
Introducción, primera parte, segunda parte.
Las “Lecciones sobre Estética”, escritos del Filósofo alemán G.W. F. Hegel, se
encargan exponer las ideas que este autor crea no sólo sobre el arte, sino este en su
relación con la vida real, la comparación y diferenciación de este, y más importante, el
estudio de su esencia y abstracción: la estética misma. Así, en este principio de su
obra, se delimita el campo que se estudia y el propósito al que se consagra; se evita
cualquier malinterpretación al definir concretamente los conceptos y a los que estos
aluden.
Hegel comienza definiendo, por supuesto, que es el arte. El desarrollo histórico
de su concepción, las formas en que este se expresa y cuál es su propósito final. Le
atañe a este acto humano una cualidad suprema, sin el cual no puede existir: la
libertad. Este valor es su base, su comienzo necesario y fundamental para expresar lo
que es. De otra manera, no es arte. ¿Qué es? Tal vez una mera artesanía, pero arte
jamás.
Seguido de esto, la definición de qué es el arte entra como una síntesis de dos
percepciones siempre opuestas: la forma contra el fondo; la idea contra la materia; lo
abstracto contra lo real. Estas dos tesis, que no son más que la pugna existente desde
que surge la epistemología, encuentran su unión y perfección en el arte. Este
expresión humana encuentra su esencia en lo sensible tanto como en lo racional: no
puede prescindir de ninguno de los dos, ya que hacerlo quedaría incompleto, o aun
más, ya no sería eso que planeaba ser. Hegel une las corrientes empiristas y
racionalistas en su concepción del arte, que encuentra una perfecta explicación para
demostrar la esencia de este.
Y por último, la comparación entre naturaleza y arte, la cual reafirma la
superioridad de este último de dos maneras. La primera: la belleza (objeto del arte) de
la naturaleza sólo existe gracias a que por medio de nuestra percepción del mundo
real, le otorgamos a esta tales ideas de belleza, y todas sus cualidades se muestran
como ideales dentro del alma del hombre (que busca la belleza). La segunda, la
Lucas SeamandurasEstética
Mtra. Cristina Marroquín
naturaleza es un producto en bruto; no tiene esencia ni pertenece a algo más grande;
en cambio, el arte es el ideal realizado de belleza por medio del espíritu, ese espíritu
que induce al hombre a crear tan maravillosas obras.
La explicación del arte como conciliación entre idea y materia que propone
Hegel es simplemente excelsa. Todos los que hemos sentido el arte en algún momento
notamos tal presencia: no es posible limitarla al conjunto de sonidos, colores o formas
en escenario, existe algo más, algo detrás de ellos que le da una gran fuerza y les da la
cualidad de bellos, sin embargo, jamás pierde su cualidad sensible. Ese arte que no
está ligado a otra cosa, no se encuentra a atado a nada más que a su propio ideal. Es
así como percibimos la belleza, la esencia del acto artístico.
Sin embargo, hay cierto concepto en Hegel que aun no cuadra, que deja
demasiado a la razón, o más bien, a la imaginación. El concepto del espíritu. Ese
espíritu que fluye en la vida de la humanidad, en el que hacer del hombre, que hace de
sus creaciones algo extraordinario, superior a todo lo ya existente. Este concepto
resulta insuficiente para demostrar la grandeza del arte o de las creaciones del hombre:
atribuirle toda esta magnitud a un ente metafísico es degradarla.
El hombre crea cosas, entre ellas el arte. La riqueza de este mismo es su
variedad: en todas culturas se puede apreciar diferente, conjugando diversos aspectos
de su gran diversidad, ya sean morales, estéticos o religiosos. Es ahí donde reside la
otra parte de lo bello del arte: su multiplicidad, sin pérdida de objetivo, es lo que lo hace
tan relevante en la vida humana. Es una muestra de los ideales humanos, mas no de
que existe un algo que se manifiesta de una manera u otra para que sea creado. El
hombre por si mismo tiene la necesidad de expresar, y el dar a esto la finalidad de ser
parte de una verdad absoluta y única es no apreciar los matices de su gran diversidad.
El hombre no tiene por qué voltear a algo mayor con su arte; éste es del hombre para
el hombre.
Lucas SeamandurasEstética
Mtra. Cristina Marroquín