Post on 04-Jul-2015
La Madre ha escrito esta Circular a partir de la experiencia vivida en el Seminario Mariano que tuvo lugar en Roma del 23 al 28 de septiembre
del 2013.Este Seminario se hizo como continuación del
Congreso Mariano desarrollado en Roma del 27 al 30 de diciembre del 2004 con el tema: «Yo te daré la Maestra. El valor de educar en la
escuela de María»
elemento que interpela la
identidad mariana de la FMA
Todas estamos llamadas a ser «verdaderas
imágenes» de la Virgen, como quería
M. Mazzarello, «auxiliadoras» sobre todo entre los y las
jóvenes. En nosotras está viva la certeza
que «María Santísima es la inspiradora de
nuestro Instituto y que continúa siendo
la Maestra y la Madre.
Es María quien sostiene la Iglesia y
el Instituto en el camino de la fe y de
la Nueva Evangelización, la
que está activamente
presente en la historia
Os invito a compartir algunas ideas fuerzas sobre nuestra identidad de FMA a fin de que pueda brillar una luz nueva en la Iglesia, en la
sociedad y particularmente entre las generaciones jóvenes.
El Amor a María es grande en todas
nosotras y Ella tiene un puesto especial en la historia de nuestra
vocación, en las diferentes etapas de
nuestra vida y nuestra misión
educativa.
Tenemos necesidad de un conocimiento más profundo
para ser siempre lo que estamos llamadas a ser: Hijas de una Madre que continúa a generarnos
como Hijas.Queremos matricularnos en la «escuela» de María para experimentar de nuevo la
alegría de sentirnos sus Hijas y transmitirla con valentía,
entusiasmo y gratitud.
La reflexión hecha en el Seminario mariano sobre la «filialidad» nos ha hecho ver un proceso presente en el Instituto desde los inicios, que debe traducirse en una renovada experiencia de fe para aportar a la misión evangelizadora de las generaciones jóvenes con nuestro propio estilo.
Hemos hecho la experiencia de un
retorno a las fuentes, al núcleo esencial de la
experiencia cristiana: ser Hijas en el Hijo que es Jesús. La «filialidad» es una realidad que parte del Proyecto de Dios, es un don que recibimos
de Él. Estamos llamadas a ser signo para los
jóvenes y las jóvenes de todos los tiempos y
todas las realidades.
El retorno a nuestras raíces carismáticas nos
hace crecer en la conciencia de que nuestro Instituto
educativo tiene una identidad
fuertemente mariana que atraviesa toda su
historia
Ser FMA es el nombre que D. Bosco nos ha dado desde el primer esbozo de las Constituciones y que ha sido por él confirmado el 5 de agosto de
1872 »Vosotras pertenecéis a una Familia Religiosa que es toda de María…»
Tened como una gloria vuestro bello título de FMA
y pensad a menudo que vuestro Instituto debe ser el
«monumento vivo de la gratitud de D. Bosco a la
gran Madre de Dios, invocada bajo el título de Auxilio de los Cristianos». (Cronohistoria I, 305-306)
Volviendo a recorrer el camino de M. Mazzarello
descubrimos desde su juventud una fuerte
espiritualidad mariana. Su relación filial con María
encuentra sus raíces en la familia, en su formación
catequística, en su pertenencia a la Asociación
de «Hijas de la Inmaculada», hasta el paso
a ser FMA
El Amor a María ha plasmado su identidad, ha sostenido el ritmo de su madurez humana y religiosa, ha orientado su vida a una relación plena
con Jesús, a una segura pertenencia a la Comunidad y a la responsabilidad del acompañamiento a las Hermanas y a las jóvenes.
Su ser «Esposa de Jesús» e Hija de María se traduce en solicitud educativa y maternidad espiritual.
El enlace entre «filialidad, sororidad y maternidad» resplandece en toda su existencia y se refleja en la vida de sus Hijas con transparencia,
credibilidad y entusiasmo.
En nuestra Familia Religiosa encontramos encarnada en la vida de tantas Hermanas la conciencia de ser Hijas y por lo tanto «Hermanas y
Madres». También hoy encuentro FMA que en el
silencio del diario vivir gozan de una experiencia intensamente mariana y
misionera atrayente y contagiosa.
Hermanas que con la valentía del «Da mihi animas coetera
tolle» abren con audacia nuevas
fronteras misioneras en situaciones
precarias, difíciles, hasta poner en
riesgo la propia vida para encarnar el
carisma allí donde los jóvenes llaman y esperan un futuro
más humano y cristiano.
¿De dónde proviene tal valentía?
De la convicción interior de ser llamadas por el Señor a su seguimiento y de sentirse
Hijas y Hermanas que creen en la presencia
constante de la Virgen y son testimonios de esta
presencia con la lógica del Amor, con la pedagogía de los gestos concretos, como
nos está enseñando el Papa Francisco
En el Seminario mariano estuvieron presentes tres figuras espléndidas de FMA: Sor Laura Meozzi, Sor María Romero, Sor Nancy Pereira. De
modo diferente se dejaron guiar por María siendo colaboradoras asiduas de niños y jóvenes, cuidando de los más débiles e indefensos,
defendiendo los derechos de los pobres, de las mujeres, sanando enfermedades del cuerpo y del espíritu. Verdaderas Madres y
Hermanas que lo han demostrado con la Vida.
El aspecto mariano de la identidad de
estas Hermanas era signo de una
profunda relación con el Señor y de un
particular vínculo con María. No era
una identidad estática, pasiva sino dinámica, atenta a
los signos de los tiempos, disponible
para dejarse involucrar en una fidelidad creativa
¿Está viva en mí la conciencia de ser FMA con lo que esta identidad implica? ¿En mi corazón vibra la alegría de ser Hija llamada a ser Madre? El Papa Francisco a menudo dice a las Religiosas: «La Iglesia os quiere así:
Madres, Madres, Madres, personas que saben dar vida»
¿Me siento llamada a ser con la Vida un Magnificat por las
cosas grandes que el Señor ha hecho en
mí, en la vida de las Hermanas y de los
jóvenes, en la historia del Instituto, en la
Iglesia, en el Mundo?¿Busco mirar el Mundo con la
mirada de María?
Nuestra existencia está llamada a ser
profética y a expresar la alegría de ser
infinitamente amadas
¡Cómo sería de hermosa nuestra vida si fuera un
canto de alegría aún en las fatigas, en los sufrimientos, en la oscuridad que a veces
encontramos en la vida diaria: la alegría del
misterio pascual donde se realiza la Alianza de Amor
que Jesús establece con nosotras!
El Seminario nos ha ayudado a abrirnos, a tener una nueva actitud como Hijas, nos ha hecho sentir
mujeres de memoria que acogen
seriamente en casa a María. En Ella nos
espejamos y con Ella somos regazo seguro
para las nuevas generaciones,
generando vida en Cristo.
Con la solicitud de María podemos
llegar a las periferias
existenciales para asumir el cuidado
de los más pequeños y de los más pobres como repetidamente solicita el Papa
Francisco.
El empeño de una Nueva
Evangelización nos implica y nos empuja a encontrar en María la vía más actual y
segura para llegar a Jesús y en Él «ser con los jóvenes Casa que evangeliza» a partir del testimonio de la
vida
Es nuestra tarea prioritaria es ser
Madres que generan Vida, auxiliadoras de
la Vida en primer lugar en nuestra Comunidad para
irradiar Vida en las personas que
encontramos. No se puede dar lo que no se vive con Amor y
gratuidad.
Donde juntas buscamos construir la Casa, invocando con confianza el Amor
filial, hay fecundidad apostólica, eficacia
educativa, comunión de intentos,
fraternidad auténtica, compromiso concreto
en el camino de la santidad, Amor a la
Palabra de Dios, vocaciones sólidas. ¿No es esto generar
Vida?
La novedad de la cual tanto se habla hoy está en nuestro
modo de ser verdaderas
«imágenes» de María, promotoras
de la Vida desarrollando la
confianza filial que es el secreto para
regenerar nuestras Comunidades y la
sociedad con términos
propositivos
Donde está María hay escucha de Jesús, hay Casa y Familia
donde resplandece la luz nueva de la
confianza recíproca de la que tanta
necesidad tenemos. En algún caso renace la Vida en quien se siente desanimada,
inútil, pobre y marginada.
Busquemos ser generosas en hacer gestos de cercanía y de cuidado, de compasión y de ternura hacia quien tiene necesidad: Hermanas, jóvenes,
familias.
Permitamos a la Virgen habitar
constantemente en nosotras, en
nuestras Comunidades, para
abrir caminos nuevos de
evangelización y de educación. Ella es
experta en las nuevas fronteras
misioneras , camina con nosotras.
Debemos salir con valentía del silencio
inoperante y del anonimato para
participar nuestra fe y nuestra
pertenencia a María que en la
historia del pueblo de Dios tiene un
papel significativo. Con María es
posible salir de la invisibilidad para
testimoniar el Evangelio en la sociedad y en la
Iglesia hoy.
La Encíclica «Lumen fidei» subraya las
etapas fundamentales de la
vida de María, evidenciando su
disponibilidad para acoger con todo el ser la Palabra de Dios, para que en
Ella se hiciera carne y fuera Luz para la humanidad. En Ella la fe ha dado fruto,
se ha hecho portadora de Vida.
El Papa Francisco nos asegura que María está siempre cerca de nosotros y nos precede. Tenemos necesidad de su mirada tierna, llena de compasión y de cuidado. Ella nos enseña a tener una mirada que acoge, acompaña, protege. Nosotros tenemos miedo – dice el Papa –
de salir y mirar a nuestros hermanos con la mirada de María.
Las palabras del Papa penetran en nuestro corazón y nos estimulan a
superar toda forma de superficialidad
espiritual para recuperar una
conciencia renovada de nuestro ser Hijas, Hermanas y Madres, mujeres portadoras
de ternura, de esperanza y de
Amor para que los jóvenes y las jóvenes se abran a la Vida.
En el Seminario mariano hemos
percibido la complejidad y la urgencia de la
misión como FMA responsables de
educarnos y educar a la «filialidad» en un tiempo de crisis
de identidad y reconsiderar a esta luz nuestra misión en la Iglesia y en la Familia Salesiana.
La experiencia de sabernos hijas e
hijos amados, buscados, sostenidos y animados por Ma.
Auxiliadora, hoy ¿qué caminos se
podrían abrir en el campo de la
educación y del anuncio?
¿Cómo profundizar el misterio de la
«filialidad y de la Maternidad
educativa» para las jóvenes generaciones necesitadas de Vida, de esperanza y de futuro y para las
familias, cuando las corrientes filosóficas y antropológicas que las tocan, no tienen
en cuenta el Proyecto de Dios sobre la persona
humana?
María está presente en las grandes acontecimientos de la historia ytambién lo está hoy. Es la «aurora» de una nueva humanidad. Ella,Hija, Hermana y Madre, icono de fe perfecta, puede indicarnos elcamino para educar a la «filialidad» los jóvenes y ayudarlos a ser, ellosmismos, generadores de Vida a través del respeto a la creación comoobra espléndida de Dios, pero que el descuido puede hacerla sujeto deuna catástrofe ecológica.
El Papa recordando a San Francisco de Asis, insiste sobre la
importancia y la urgencia de
expresar el Amor por toda la
creación, por su armonía, el respeto por todo lo que Dios
ha creado.
Las jóvenes y los jóvenes de hoy y también las
generaciones futuras tienen derecho de gozar de la
belleza y la integridad de lo creado; saborear la alegría
de una humanidad respetuosa de los derechos humanos, formada por los valores de la libertad, la gratitud, la gratuidad, tienen el derecho de
experimentar el calor de la familia como lugar de
afecto auténtico donde la filialidad, la fraternidad, la
maternidad y la paternidad expresan la armonía del Creador
En la Familia Salesiana tenemos
una responsabilidad específica: la de hacer presente visiblemente a
María Auxiliadora y de abrir caminos de
educación evangelizadora con Ella, inspirándonos
en Ella.
Dos eventos nos acompañan en este
recorrido:1. la Jornada Mariana
12 y 13 de octubre de 2013.
2. La III Asamblea General Extraordinaria del Sínodo de los Obispos del 5 al 19 de octubre del 2014 con el tema: «Desafíos pastorales de la familia en el contexto de la Evangelización»
Es providencial que el Sínodo extraordinario se desarrolle
durante el CG XXIII.Dejémonos guiar con
humildad y alegría por María en los caminos de la Nueva Evangelización para que
nuestros ambientes puedan ser «Casas» donde
resplandece la dimensión misionera de la vocación
cristiana y salesiana.Concluyo con el augurio: que
siempre, en momentos de prueba, podamos sentirnos
felices de ser FMA.