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7/25/2019 Cicero Imperator. Estrategias de Autofiguracin Epistolar
1/15
Revista de Estudios Sociales N o. 44
rev.estud.soc. ISSN 0123-88SX Pp. 236.
Bogot, diciembre de 2012 Pp.
48-61.
icero imperaton
estrategias de autofiguracin epistolar en el viaje a Cilicia (C ic,A tt 5. 1-
j por Soledad Correa
,**
Fecha de recepcin: 27 de marzo de 2012
Fecha de aceptacin: 8 de agosto de 2012
Fecha de m odificacin: 19 de agosto de 2012
DOl-Digital Objects of Information: http://dx.doi.org/10.7440/res44.2012.06
RESUMEN
Este trabajo se prop one hacer un rastreo del retrato discursivo que Cicern construye de s mismo en el grupo de cartas
dir
gidas a tico durante su viaje a la provincia de Cilicia (C ic, Att 5.1-15). Dado que la imagen discursiva qu e el locutor elabor
de s mismo est anclada en estereotipos o en representaciones colectivas que d etermina n no slo la presentacin de s, sin
tam bin su eficacia en una cultura dada , en este grupo de cartas exploraremos d e qu manera el remitente configurar su a
cionar bajo el signo de la ejemplaridad. Nuestra hiptesis de trabajo es que esta autofiguracin de Cicern como gobernant
ejemplar obedecera a un intento de contrarrestar el problema de la invisibilidad que supona alejarse de la Vrbs. En efect
por cuanto la vida poltica en Roma a fines de la Repblica y a principios del Imperio estaba centrada en la capital, el mer
alejamiento del centro de la actividad poltica supona una seria amenaza para la imagen pblica o personade C icern, cuy
posicin poltica era constitutivamente precar'a, dada su condicin de nouus homo
PALABRAS CU\VE
Cicern, estrategias de autofiguracin, ejemplaridad.
Cicero Imperaton Epistolary Self-fashioning Strategies
on His Way to Cilicia (C ic, A tt . 5. 1-15)
ABSTRACT
This paper intends to e xplore the discursive picture that C icero builds of himself in the set of letters sent to Atticus on his wa
to Cilicia (C ic, A tt. 5.1-15). Bearing in m ind that the discursive portrait the speaker fashions for himself is rooted in stereotype
or collective representations that affect not only self-presentation but also the portrait's success in a given culture, in thes
letters
we
will explore the ways the sender will mould his actions into exemplary ones. Our hypothesis is that Cicero's sel
fashioning as an exemplary govern or is an attemp t to counteract the problem of invisibility inherent in his being away from th
Vrbs. Indeed, considering that political life during the late Republic and early Empire was centered on the capital city, bein
away from this center entailed a serious threat to Cicero's persona or public image du e to the fact that, because of his nouita
this image was inherently precarious.
KEYWORDS
Cicero, Self-fashioning Strategies, Exemplarity.
Este artculo se basa en la investigacin docto ral Om nis peregr/natio [ obscura et srdida est estrategias de autofiguracin de un nouus homo e
Epistulae ad Atticum y Epistulae ad Familiares de M.T. Cicern , financiada po r el Conice t (Consejo Na cional de Investigaciones Cientf icas y Tcnicas
Licenciada en Letras Clsicas por la Universidad de Buenos Aires y becaria doctoral del Conicet (Consejo Nacional de Investigaciones Cientf icas
Tcnicas), Argentina . Profesora de Lengua Latina I en la Universidad N acional de Rosario, Arge ntina. C orreo e lectrnico: soledad.correa@yahoo.com .a
7/25/2019 Cicero Imperator. Estrategias de Autofiguracin Epistolar
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Cicero Imperator estrategias de autofiguracin epistoiar
en ei viaje a Cilicia Cic,Att. 5.1-15)
Soledad Correa
Dossier
i ero Imperator
estrategias de autofigurao epistolar
na viagem O lida Cic, Att. 5.1-15)
RESUMO
Este trabalho prope-se a fazer um monitoramento do retrato discursivo que Cicero constri de si mesmo no grupo de cartas
dirigidas a tico durante sua viagem provincia da Cilicia Cic, Att. 5.1-15). Dado que a imagem discursiva que o locutor
elabora de si mesmo est ancorada em estereotipos ou em representaes coletivas que determinam nao s a apresentao
de si, mas tambm sua eficacia numa cultura dada, neste grupo de cartas nos exploraremos de que maneira o remetente
configurar sua atitude sob o signo da exemplaridade. Nossa hiptese de trabalho que esta autofigurao de Cicero como
governante exemplar obedeceria a uma tentativa de contrariar o problema da invisibilidade que supunha distanciar-se da
Vrbs. Na verdade, tendo em vista que a vida politic em Roma no fim da Repblica e no principio do Imperio estava centrada
na capital, o mero distanciamento do centro da atividade politic supunha uma sria ameaa para a imagem pblica ou pessoa
de Cicero, cuja posio politic era constitutivamente precaria, dada sua condio de nouus homo.
PALABRAS CHAVE
Cicero, estrategias de autofigurao, exemplaridade.
onsideraciones preliminares
1
estudio sobre la correspondencia de
M.
T.Ci-
cern
106-43
a.C.)' se ha visto obstaculizado funda me ntal-
1 La correspondencia de Cicern es, indudablemente, elcorpus epistolar
antiguo ms extenso que tenemos. ste
se
compone
de
diecisis libros
de EpistulneiiilFamiires (incluye mayormente cartas escritas por Cicern,
excepto77que estn dirigidasal oaotros destinatarios), diecisis libros
de
Bpistlaea tcum
(incluye nicam ente cartas de Cicernatico,ms
veinticincodeCicerna otros destinatarioso a ldirigidas, reenviadas
como
exempta
para tico), tres libros de
Epistulae adQuintumFratrem
(con Ci-
cern como nico remitente) y dos libros deEpistu/ne a Brutum(diecisiete
cartas de CicernaBruto, nueve de BrutoaCicern, una de Brutoati-
co).
Adems de estas colecciones, los manuscritos preservan dos extensas
cartas-tratados: el
Commentariolum
Petitionis (transmitido con
Epistulae ad
Familiares , que, supuestamente. Quinto dedicaa suhermano Cicerny
que versa sobre cmo triunfar enlas campaas polticas,y la
Epistuta ad
Octauium, invectiva dirigida a Octavio por parte de Cicern, un nim em en-
te considerada espuria (con probabilidad, se trata de un ejercicio retrico
escrito entre los siglos Ul yIVd.C ). Los estudiososhanimpugnado asi-
mismo la autenticidad
del
Commentariolum
y
de las cartas
a
Bruto: mientras
que
con respecto
al
primero la cuestin
es
an debatida, existe actualmen-
te
consenso
con
respecto
a
considerar las cartas
a
Bruto
como
autnticas,a
excepcinde
adBrat.
1.6(BmtoaCicer n)yi.17 (Brutoa tico). Asimismo,
a partir de fuentes indirectas sabemos de laexistencia de cartas, inclu-
so de colecciones ente ras, que no h an llegado hasta nosotros (Nicholson
1998). Por ejemplo, existen nu meros as citas decolecciones perdidas(de
tres o cuatro libros cada una) de correspondencia entre CicernyOctavio,
m ente por dos cuestiones: por una parte , por dos evidentes
prejuicios, uno referido aque, con respectoagneros con-
siderados mayores , el gnero epistolar ha sido en genera l
concebido como marginal y subliterario;^ otro vinculado
con la presuposicin de inm ediatez
y
honest idad con que
este tipo textual
ha
sido abordado
por
buena parte
de la
PompeyooCsar,y esposible imagin arquelas cartasaQuinto hayan sido
alguna vez ms numerosas que las que hoy poseemos. La historia de la
tradicin del corpus epistolar ciceroniano hasido magistralmente estu-
diada por Shackleton Bailey
1977) y
discutida en forma exhaustiva en las
introducciones a sus ediciones come ntadas de Cambridge.
Cf.
asimismo,
Nicholson (1998),
passim.
Alo largo de nuestro trabajo, hemo s utilizado la
edicin d e David Roy Shackleton Bailey (1965-1970) para el an lisis de los
intercambios epistolares de Cicern. En todos los casos,latraduccinha
sido realizada por la autor a.
En tal sentido, sealan Martin
y
Caillard: On constate en effet, Rome
comme ailleurs, l'existence dedeux catgoriesdetextesqui ont pour
caractristique commune
de
n'tre
pas
automatiquement
ni
'de droit'
des textes littraires: ils agit, d une part des textes oratoires, d'autre
part des textes pistolaires.(...) l'activit oratoire etl'activit pistolai-
re appartiennent en elles-mmes non pas audomaine delalittrature,
maiscelui de la
vie .
Estos autores se basan en Aristteles para definir
el criterio que perm ite distin guir lo literario de
lo
no literario (Mar-
ti nyCaillard 1990,14). (...] le littraire,c estle mim tique, toute litt-
rature est mimesis, et il n'y a litt rature que lorsqu'ilyaimitat ion.Cequ e
permet, notamment, de rpondre laquestion de savoir pourquoi,en
fin de com pte,lediscours oratoireet la lettre-missive n'appartiennent
pas de plein droit
la littrature.
C est
tout simplemen t que ni l 'orateur
ni le scripteur
d une
lettre (si
c est
une vraie lettre) ne font oeuvre
d'im itation [...] (Martin y Caillard 1990, 23). De esta mane ra, con side-
ran que los gneros mimticos son el narrativo, el dram ticoyel lrico, y
losno mim ticos, el'demostrativo, el oratorio
y
el epistolar. Afortunada-
me nte , como apu nta Ebbeler (2010), esta tenden cia a considerar
el
gne-
ro epistolar com o una suerte de Rohstoff de la histo ria personal y cultu ral
ha comenzado arevertirse en los ltimos aos.
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crtica.3 Esta circunstancia ha determinado que, hasta
fecha muy cercana, las cartas ciceronianas fueran valo-
radas,
obien como un mero complemento para el estudio
sociohistrico del perodo abarcado por ellas
(68-43
a.C.),
o bien como una fuente de informacin prvilegiada para
el conocimiento de los verdaderos pensam ientos u opi-
niones del autor.5 El segundo obstculo es de ndole me-
todolgica e involucra las considerables dim ensiones del
corpus epistolar ciceroniano.^
3
Contra,
argu me nta Rosenm eyer: [ .. .] whenever one writes a let ter ,
one automatically constructs a
self,
an occasion, a version of the
truth. Based on a process of selection and self-censorship, the let-
ter is a construc tion, n ot a reflect ion, o freali ty (Rosenmeyer
2001,
3-4). Ms adelante, precisa que la escri tura de cartas es inher-
ente me nte f iccional , en cuan to [ .. .] the writer can create himself
anew every t ime he writes. Epistolary discourse entai ls the con-
struction of a self based on an assumption of what might interest
the intended addressee, not on some unchanging vision of one's
' t rue ' self (Rosenmeyer 2001,11).
4
A
modo de ilustracin de este uso ancilar de la correspondencia cicero-
nian a, cabe citar tres
estudios:el
libro relativamente reciente
de
Lintott
(2008), quien , en gen eral, e stud ia las obras de Cicern como fuentes his-
tricas; el ya clsico libro de Syme (i960), quien u tiliza la correspond en-
cia para trazar una semblanza de Csar, y el artculo de Murphy (1998),
quien recorre las cartas buscando detalles sobre la circulacin de los
textos filosficos ciceronia nos. Cf. asim ism o la valoracin qu e hace Cor-
nelio Nepote
de
la correspond encia con tico, que ilustr a el hecho
de
que
el proceso de conversin de las cartas en documentos histricos habra
comen zado poco despu s de la muer te de Cicern: (...) quae qui legat,
non multu m desideret
historiamcontext m eorum
temporum (Nep., Att. 16.3)
(Cursivas aadidas) /
(...)
quien las lea no echar de menos una historia
continua de aquellos tiempos .
5 Dado que los ejemplos son numerosos, slo mencionaremos algu nos:
[...) it is precisely Ijecause Cicero wrote them off-guard tha t they con-
tain so much of value to us as we glimpse into his inner min d o pening
freely to his con tem por arie s [...] (Nicholso n 1998, 63); In Cicero's
letters we see a Roman Consu lar [...] wit hou t his toga (Shackleton
Bailey1971,
xii);
Cicero's corres pond ence offers
a
unique opportunity
of
acquiring an intimate knowledge of the man -a task that is important
in itself since there is no othe r persona lity in the C lassical World whom
we have the chance of kno wing bet ter (Wistrand 1979,1). Incluso Cu-
gusi -cuya investigacin sobre teora e historia de la epistolografa la-
tin a desde los aos finales de la Repblica ha sta los dos primeros siglos
del Imperio
es ,
hasta
el
momento, el tratam iento m s detallado sobre el
gnero de la epistolografa l atin a- incu rre en estos mism os prejuicios,
ya en
lo
que toca a las cartas en general, ya en
lo
que toca a la correspon-
dencia ciceroniana en particula r. En efecto, para este autor, la carta es
un g nero que pertenece a la vida y no a la liter atu ra: [...] scrivere epis-
tole imitando quelle di un m odello significa, ev identemente, snatur are
l'essenza stessa dell'epistola, perch significa scrivere con animo di
letterato, dunque scrivere in funzione non della comunicazione contin-
gente , ma della 'bella pagin a', ed in vista della divulga zione (Cugusi
1983,188). Asimismo, sostiene que las cartas constituyen una suerte de
espejo donde podemos ver un refiejo fiel de la vida del autor: Svelando
apertam ente tutte le sue preoccupazioni, oltre che per la cosa pubblica,
anche per le sue cose private. Cicerone nelle sue lettere traccia pratica-
me nte la sua autobiografia (Cugusi 1983,162).
6 Hutchinson ofrece una sntesis elocuente de la mag nitud del corpus:
(...] 1,431 pages in S hack leton Bailey's editio n [...]. It is little over ha lf
as long as the body of exta nt speeches , almo st twice the leng th of the
genuine w orks on rhetoric, and near the length of the philosophical
works (c. 83 per cent). It is thus a very sizeable part of Cicero's huge
surviving oeuvre (Hutchinson
1998,
3).
Ahora bien, aunque
la
crtica ha abordado
la
corresponde
cia ciceroniana ya como do cum ento,' ya como literatura,
en el presente trabajo procuraremos ofrecer una lectur
alternativa a estos acercamientos dicotmicos' centrndo
nos en analizar el fenmeno de la presentacin de s
o
au
tofiguracin' en un corpus bien delim itado: las prmera
quince cartas que Cicern dirgi a ticodurante su viaje
la provincia
de
Cilicia.
El
marco terco que su stenta nue
tra lectura del texto se apoya en la propuesta que, desde e
anlisis del discurso, formula Amossy (2010): su hiptesi
fundamental
es
que la presentacin
de
s,
o lo
que la trad
cin retrca llama ethos ,es una dimensin constitutiv
deldiscurso. Encuanto
tal,
seencuen tra en relacin din
mica con
las
otras dimensiones, igualmente constitutiva
est anclada en la enunciacin, funciona dialgicament
7 cf. Hall (2009).
8 Cf Hu tch ins on (1998).
9 Ambos trabajos dejan varios punto s sin resolver: por una parte
Hutchinson sustenta su anlisis en una categora que ha perdid
consenso acadmico, a saber, la intencionalidad del autor, manifies
ta en indicadores de literaturida d , tales como la presencia de pros
rtmica, la inclusin de grecismos, la voluntad de persuadir, y lo qu
Hutchinson
(1998)
denom ina en forma vaga e indistin ta artistry ; p
otra parte , el anlisis de las cartas desde el punto de vista de la teor
de la cortesa que propone Hall, m s all de su aparente originalidad
puede encuadrarse en la vertiente de la crtica tradicional, que enfat
zaba en las carta s su carcter de vital
social
documents (Hall 20 09, 3),
utilida d de cuyo estudio re sidira en que nos ofrecen u n [...]direct insig
into the often tense negotiations that shaped events during these tu
bule nt and deadly years (Hall 2009, 3) [Cursivas de la autora] . De est
puede colegirse fcilmente que, en su enfoque, la especificidad de la
cartas se pierde nuevamente, en cuanto stas quedan reducidas a mer
instrumento
o
refiejo de condicionamientos sociales.
10 Hemos elegido tradu cir as el concepto de self-fashioning emplea
do en trabajos recientes sobre la obra ciceroniana en lengua anglo
sajona (Dugan 2005; Leach 1999). La eleccin de este trmino -qu
el DRAE no registra- no ha sido caprichosa, pues lo hemos tomad
de dos ensayos sobre autobiogra fa mo dern a (Amcola 2007; MoUo
1996). Aunque tomamos el trmino del campo de los estudios sobr
autobiografa, conviene insist ir en que existen diferencias sustan
tivas entre el gnero epistolar y el autobiogrfico: If pure autob io
graphy can be born of the mere desire to express oneself, wi tho
regard for the eventual reader, the letter is by definition never th
product of such ' imm aculate conception, ' but is rathe r the result o
a union of writer and reader. The epistolary experience, as distin
guished from the autobiographical, is a reciprocal one. The lette
writer simultaneously seeks to affect his reader and is affected b
him (Altman 1982, 88). Por otra parte , impo rta tener presen te qu
la autobiogra fa, a diferencia de formas afines como el diario ntim
o la coleccin de cart as, incluye de por s a un narra dor om nisci ente
que da sen tido a la totalid ad (Amcola 2007, 34).
11 Amossy se concentra en la dimensin lingstica de la presentaci
de s,dejando d e ladolosaspectos no verbales de la m isma .Alcruzar l
nociones de presentacin des ,tom ada de la sociologa de Coffman,
de ethos , tomada de la retrica y del anlisis del discurso, se prop
ne ofrecer una visin panormica que permita mostrar la continuida
y la homog eneidad global de un a cuestin: IIs agiten effet de pen s
dans son unit u n phn omm ne qui rapparat tous les niveaux d
nos practiques sociales et de notre rfiexion sur la com mun ication o
la constru ction iden titaire (Amossy 2010, 6).
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i ero imperator
estrategias de autofiguracin epistolar
en el viaje a Cilicia Cic, Att 5.1-15
Soledad Correa
ossi r
y posee, necesariamente, u na im pronta argumentativa.'^
De acuerdo con esta propuesta terica, el locutor construye
en su discurso una imagen de si al mismo tiempo que se
constituye como sujeto; por otra parte, es a travs de esta
im ag en qu e l se identifica, es decir, que se da a ver de u n
modo que perm ite situarlo en la escala socialydistinguirlo
por sus rasgos particulares. Con todo, la imag en que el lo-
cutor proyecta de si no depende en forma exclusiva de u na
programacin deliberada sino que se nutre de represen-
taciones sociales.'3 En otras pa labras, la imag en de si que
construye el yo es, por definicin, dialgica, en cuanto
est atravesada por la palabra del otro. ^ Ahora bien, dado
que nue stro corpus se inscribe en la cultura de la Roma cl-
sica, cuyo carcter espec tacular ha sido pue sto de relieve
por diversos estudiosos,'s a la palabra del otro como factor
12 Cf :
[...]
tout nonc a une dimension argum entative: m me lorsqu' i l
ne vise pas express men t persuader, il influe su r des faons de voir
et de penser. En d'autres termes, l 'argum entativit traverse de part
en part le discours. Il en rsulte que toute prsentation de soi orien-
te bon gr mal gr la faon dont le destinataire peroit la personne
du locuteur et, corollairement, la teneur de son discours. Mme si
elle ne relve pas
d une
entreprise rhtorique concerte, elle agit sur
l'autre et, travers lui , sur le rel. Dans ce sens , l 'ethos discursif (qui
se construit dans le discours) est par dfinition un ethos rhtorique
(qui vise avoir un i mp act su r l'autre) (Amossy 2010, 41-42).
13 De acuerdo con Amossy, lo que pe rmite repensa r la nocin del ethos de la
retrica tradicional es la propuesta de Coffman, quien postula que la pre-
sentacin de
s,
pivote de toda interacc in social (incluso de la ms trivial e
ntima ), no tiene necesidad de ser consciente
y
programada. En efecto, en
la medida en que la presentacin de s est sometida a un a regulacin so-
ciocultural -pue sesmodelada sobre rolesyrut inas, es decir, por esquemas
sociales preestablecidos-, sobrepasa en gran medida la intencionalidad del
sujeto actuante.Deesta manera , la identidadse concibe comoco-construi-
da en el intercambio social, dado que el sujeto est parcialmente condicio-
nado por fuerzas
que lo
atraviesan a
sus
espaldas (Amossy2010,32).
14 An uestro juicio, la p ropuesta de Amossy permite resolver el aparente d i-
lema que se nos presenta luego de leerlostrabajos de Hutchinso n 1998) y
Hall (2009), a saber, cmo el
yo
puede ser un producto del lenguaje que
lo estructu ra y d e las fuerzas sociales que lo mod elan (Hall 2009) y al mis-
mo tiemp o u n sujeto inten cional capaz de actuar sobre el otro y, en con-
secuencia, sobre el mund o real (Hutchinson
1998)?
Para salir de esta falsa
apora Amossy seala el doble estatus del
yo ,
a lavez agi et aggisan t :
Cette incompatibilit entre un e notion m oderne [...] du sujet, et l'ethos
comme instrument de persuasion et d'action sur le monde n'est cepen-
dan t qu'app arente . Elle est en effet leve partir du mom ent o on prend
en comptelefait quelesdterm inations sociodiscursives et l'agentivit n e
se situent pas sur le mm e plan . D'un ct, force est bien aujourd'hui de
reconnatre que le sujet parlan t n'est pas matre des significations, mais
est ncessairemen t con ditionn par les codes de la langue, parlediscours
ambiant et par des contraintes idologiques, institutionelles et culture-
lles.
D'un autre ct, le fait que le sujet soit parl par les codes langagiers
et faonn par le discours social ne signifie pas qu'il ne participe pas plei-
nem ent la dynamique de l'change.Al'intrieu r de celle-ci, il est bien
une instance agissante. (...) Au niveau de l'interaction dans laquelle il
s'engage, le locuteur projette un ethos qui lui permet d'entrer en relation
avec l'autre etdefaire partag er ses faons de voir (Amossy 2010,107).
15
Cf
e g : The gaze of others lay in wait for him wherever he went, and
whatever he did he would be aware of others sitting in judgment over
him. Romans were never alone; there was always a witness to a man's
good or wicked ac tions, even if it w ere only a neighbor strolling across a
terrace, a servant gossiping at the fountain of his wife confiding in her
constitutivo de la identidad deberemos aa dir su (ambiva-
lente) mirad a.' En efecto, [...] definida por un q ueha cer
que se desarrolla, sea en el
Foro,
sea en el Campo de Marte,
sea incluso en el Senadooen ladomusimperial, siempre a la
vista de los dem s, e inserta e n un tipo de cultura que dife-
rencia ma lypoco lo pblico de lo privado , la vida de los ciu-
dadanos romanos es una suerte de espectculo perm anente
en que todos ofician a la vez de actores y de jueces (Diez
etal 2011, 26-27). De esto puede inferirse que si la invisibi-
lidad que acarreaba alejarse de laVrbs-centro de la escena
a fines de la Repblica y principios del Imperio- no resul-
taba deseable en ningn caso, para Cicern la situacin
era mucho m s aprem iante, en la medida en que, dada su
condicin denouushomo su identidad pblica era consritu-
rivamente precaria, en cuanto no descansaba sobre ilustres
maiores sino que dependia fuertemente de una performan-
ce exitosa delante de otros. ' ' Podria pensarse, entonces,
que ,
al esta r fuera de Rom a, el teat ro efectivo donde
la presentacin de sioautofiguracin tendria lug ar seria
la materialidad del texto epistolar. ' En consonancia con
au nt (Dupont 1992, 11); Since the ideology of
pudor
is overwhelmingly
communitarian in its impulse, tending away from eccenttic acts of indi-
vidual will and toward social harmony, and since the signs of this harm o-
nizing emotion are visible in the blush and posture, a large part of social
harmony must rely literally on face-to-face relations. The ideology encou-
rages usconstantlytoreadoneanother andbeattentivetothe signs:an dso
1
scan you as you scan me as we both are scanned by othe rs, in w hat M aud
Gleason has called the 'forest of the eyes' that hem med in Rom an life. To
a person with an active sense of pudor, all those who constitute his social
worldareconsta ntiy visible, and he is visible to the m (Kaster 1997,10-u).
16 Cf If being, for the ancient Romans, was being seen, being seen was a
basic existential risk. The person w ith a sense of honor, wit h a sense of
sham e, accepted th e danger of being visible. His or her Being needed to
be tested, 'proved' {probatus spetXatus expertus argutus) to exist (Barton 2
221);
Despite the frequent invocation of the shibbolethessequamvideri 'to be
rather th an to seem,' appearances and essences were closely enmeshed in
Roman R epublican public life. Bothin meliusand in detenus, thegazeof one's
fellow citizens an d especially of the fellow elite were closely linked to self-
worth, public worth, and ethical evaluation. Moreover, because the gaze
could be aggressive as well as admiring, destructive as well as productive,
one needed to have control over its motivation, origin, and direction in
order to maintain control over its effects -a control tha t the Roman up per
classes practiced v th varying degrees of success (Bartsch 2006,115-116).
17 Cf : (Cicero] was throug hout h is life particularly image-conscious, th e
natural result of hisnouus homostatus and his relatively modest wealth.
He had continually to struggle against the jealousy and disdain of no-
blemen in order to acquire the existimado which they in herited and pro-
pagated almost effortiessly. Nor was this preoccupation w ith reputation
simply vanity, for how one was thought of determined one's auctoritas
among one's peers no less than am ong one's clients and dependen ts. The
attain me nt of'wide distinction w as a prime goal of public life, andagreat
deal of attention was accordingly devoted to the accumulation of honor
and ren o wn (Nicholson 1992,45). El pasaje clsicoqueilustraelapego del
Arpinate a laVrbs es
Cic.,
Plane. 64-66. Cf., asim ism o, Cic.,Fam.2.12.2; Att.
2.5.1,
5.11.1,5.15.1, 9.10.2,1O.1O.4,10.12.2,15.11.3,16.15.6.
18 La hip tesis de estaperformancetextu al se ve reforzada por el hecho de
que el ejercicio mism o del gobierno p rovincial es comparado explci-
tam ente por Cicern con unaperformancede tipo te atra l (Cic., Q.
fr
1.1).
Cf Quare quoniam eiusmodi theatrum totius Asiae tuis uirt utib us est
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esto,
segn veremos, unode los rasgos ms llamativos del
corpus elegido eselhechodeque, al aproximarse a Cilieia,
el remitente eomienza a delinear sus aeeiones eon eiertas
mareas propias del diseurso ejemplar, tal
eomo
ha sido ea-
raeterizado por Roller (2004), es deeir, eomo un diseurso
que exhibe alguno de estos euatro rasgos
: 9
una aeein do-
tada de eierta espeetaeularidad; un auditorio q ue, al con-
templar y evaluar dicha accin (audiencia "primaria"),
la tome ticamente significativa; una conmemoracin
de la accin (a travs de textos escritos, estatuas, ritu ales,
ete.) que, al eonstruir audieneias "seeundarias", au me nte
la visibilidad dela aeein, y,porltimo, un a imitaein, en
euan to eualquier aeein mira a
la vez
haeiaatrs,
a
efeetos
deeongurarseala luzdealguna hazaa an terior,yhaeia
adelante, en euanto busea eonstituirse enexemplumde ha-
zaas futuras.
De
esta m anera , las eartas a Atieo que ana-
lizaremosaeontinuaeinno slopermitirian eontrarrestar
los riesgo s impleitos de estar lejos de Roma sino que, al
mismo tiempo, haran
las veees demonumenta
que,
al
eon-
figura r audieneias en grado seeundario, multiplicarian las
posibilidades de autoguracin delremitente."
datum [...]" (Cic, Q.
fr.1.1.42)
[Cursivas aadidas] / "Por este motivo,
dado que
se
te ha ofrecido un tea tro de este tipo, de Asia enter a, p ara tus
virtud es [...]"; mea
pars,
[...] tua[...] (Cic, Q.fr.1.1.43)/ mipapel,
l-]^^
tuyo [...]"; "lUud te ad extremum et oro et hortor, ut, tamquam poetae
boni etactoresindustr ii soient, sic tuin extremo parte et condusionemuneris
ac negotii tui diligentissimus si, ut hic tertius annus imperii tui, ta-
mquamtertiusactus, perfectissimus atque ornatissim us fuisse uideatu r"
(Cic., Q.fr.1.1.46)/ "esto, por ltimo, te pido encarecidamente que, al
igual que suelen hacerlo los buenos poetas y los actores diligentes, as
t en esta ltima parte y fin de tu funcin y tarea, siendo lo ms dili-
gente posible, que este tercer ao de tu mandato, como el tercer acto,
parezca que ha sido perfectsimo y distinguidsimo". Cicern emplea
esta misma metfora teatral al referirse a su cuestura en Sicilia: sic ob-
tinui quaesturam in Sicilia prouincia ut omnium oculos in me unum
. coniectos esse arbitrrer, ut me quaesturamqu e meam quasi in aliquo
terrarum orbis theatro uersari existimarem (Cic, Verr.
2.5.35)
(Cursivas
aadid as] / "C uando obtuve la cuestu ra en la provincia de Sicilia, me di
euen ta de que los ojos de todos estaban vueltos hacia m solo, consider
qu e
yo
ejerca mi cu estu ra en un a especie de teatro del mu ndo [...]".
19 Cf:"No ancient text, to my knowledge, puts the four elements together
to construct a discursive loop as
1
have, even though the individual ele-
men ts and the pairwise links between them are abundantly attested in
texts and images [...]" (Roller 2004, 50).
20
A
propsito de los textos escritos como
monumenta cf OLD s.v.
4-5.
21 Si bien podra argirse que sera mucho m s adecuado analiza r las es-
trategias
de
autofiguraein en cartas consideradas "pblicas",
a
nuestro
juicio, es ta objecin
se
apoya en la presuposicin de que las categoras de
"privado"
y
de "pblico" son de ndole transhist rica
y
que, por
lo
tanto,
no se disting uen en nada de sus equivalentes modernos.
De
esta mane-
ra, aunq ue emin entes crticos presentan sin nin gn tipo de problema-
tizacin la divisin entre cartas privadas y cartas pblicas (e.g., Cugusi
1983;
Von Albrecht 2003), nuestra propuesta se alinea, en cambio, con
otra serie de estudiosos que han puesto de relieve que la idea de que la
carta
es
un modo de comunicacin personal, ntim o
y
confidencial -q ue
hoy puede parecer algo ms
o
menos " natu ral"- no va de suyo en Roma,
dado que los intercambios epistolares no tenan h abitualm ente un des-
tinatario privado
{e.g..
Hall 2009; Steel 2005; White 2010). En este sen-
tido, apunta Ebbeler: "It is [...] anachronistic to describe ancient letter
Cicern en Ciiicia: estrategias
de autofiguraein epistolar
en A tt
5.1 1522
exchanges asprivate in the first place. Certainly, some letters remain
private; and the re were steps one could take , such as coding, to decrea
the likelihood of interception; but the very public and unreliable m
des of delivery meant that one could never be sure that a letter wou
reach its addressee, much less remain sealed" (Ebbeler 2001, 176). Cf
por ejemplo, Ci c,
Att. 5.11.7,
donde Cicern
se
excusa por haber ledo u
carta de Pilia, esposa de tico, que tena como destinatario a Quint
Att. 8.2.2,
Att.
13.51.1,
donde Cicern enva a tico copia de sus carta
Csar; en Att. 7.23.3,
Att.
9.6.6, Att. 10.3a.2
yAtt.13.22.5;
en cambio,
carta s que ha recibido de Csar son copiadas para tico. Para este tem
vase Nicholson (1994),passim. Sabemos, adems, que una carta po
ser escrita delante de num erosas personas o dictada a un secretario
era frecuente que la recepcin tuviera lugar frente a algunos amigo
que tomaban as conocimiento de novedades de utilidad gen eral, todo
cual contribua
a
multiplicar
el
efecto de la correspo ndencia
como
vec
.de la comu nicacin (Achard 1991,142).Deesta man era, coincidimos c
Cunderson cuando afirm a que "categories, taxonomies, an d 'epistola
theory' [...] ru n th e risk of doing more harm tha n good. Readings th
attem pt to taxonomize the letters with distinctions like public and p
vate, formal and informal, and so forth r un the risk of becoming no
readings: an imposed form is used to explain the content even as th
content is used to determine th e appropriate pigeon-hole into which
sort the le tter" (C underson 2007, 4).
22 A propsito de los diversos factores involucrados en la administraci
provincial,
c f
Richardson(1994) y Braund (1998). Para estud ios m s pu
tuale s de esta fase de la vida de Cicern,
c f
e.g. Tyrrell y Purs er(196
Lintott (2008). En comparacin con el exilio del Arpinate, este perod
no ha sido objeto de tan num erosos estudios: si bien W istrand se ocu
de analizar la correspondencia de esta etapa, el supuesto que est en
base de su aproximacin al texto es, una vez ms, la tesis de inm edi
tez, esto es, la identificacin del gnero con la verdad:
cf
"The lette
offer [...]
a
unique opportunity of obtain ing an intim ate insigh t into
R
ma n political thoug ht, on account on their general candour in contra
to other sources, whose reliability is nearly always highly questionab
as they exhibit the bias and rationalizations of their authors, hist
rians or politicians, who wrote posteuentum with knowledge of all t
right answ ers" (Wistrand
1979,
2). En conso nancia con esto, y dado q
las cartas son para l fuentes de primera m ano para la reconstrucci
histrica, propone tom ar con cuidado, por considerarlas un "desvo
aquellas ca rtas en las que la presencia de la retrica (considerada, seg
sugiere, como sinnimo de parcialidad o subjetividad) es ms eviden
Por su parte , Steel (2001), tom ando u n corpus de textos muy am plio -q
incluye, adems de las cartas de Cilieia, In Verrem proFlacco pro
proScauro, proArchia,proBalbo, deimperioCn.Pompeiydeprouinciisconsu/oribu
examina el modo en que Cicern analiza los problemas imperiale
De acuerdo con la autora, dado que Cicern opera con un concepto
imperium fundado no en lo territoria l sin o en el poder dete ntad o por l
individuos, los problemas que surgieren en la admin istracin imperi
sern interpretados porl como elresultadodedefectos personales, m
que como endmicos a la estru ctura del gobierno, es decir, como cue
tiones ms ligadas a la moralidad que a la mala a dministra cin (Ste
2001).
A
pesar de que Steel dedica alguna s pgin as a exam inar cmo
las cartas de Cilieia Cicern se afana por presentarse como gobernad
ideal, su acercamiento al texto difiere del nuestro, en cuanto su inter
se centra en inda gar las razones que pueden haber movido al Arpina
a no enfrentar en profundidad el problema de la administracin del i
perium. Desde una perspectiva histri ca, la mon ografa de Mu iz (199
nos ofrece una mue stra m s de la ya apuntad a tenden cia a consider
las cartas de Cicern como documento o evidencia de la historia del p
rodo.
De esta manera, las cartas de Cilieia quedan reducidas a me
episodio de la historia del dominio provincial romano en un a pa rte
Asia Menor (en este sentido, resulta elocuente el ttulo mismo escogid
7/25/2019 Cicero Imperator. Estrategias de Autofiguracin Epistolar
6/15
i ero imperator
estrategias de autofiguracin epistolar
en el viaje a Cilicia Cic ,
Att 5 1 15
Soledad Correa
ossi r
Examinemos brevemente, en primer lugar, cul es la
situacin de comunicacin de la cual emergen estas
cartas: el gobierno provincial constitua u na parte nor-
ma l de cualquier carrera p oltica y, como es sabido, las
carreras po lticas en Roma a fines de la Repblica e ran
sumamente onerosas. En tal sentido, en el ao 52 a.
C., el Senado aprob un decreto que exiga que tra nscu -
rriera un intervalo de cinco aos en tre el consuladoyel
procon sulado. Con esta medida -al igual que con la ley
de Pompeyo del ao s igu iente
{ exPompeia
deproulncs)-^^
se buscaba poner coto a las grandes cantidades de dine-
ro que los candid atos inv ertan en sobornos electorales,
a la espera de recuperar la prdida sin dem ora, luego de
explotar una ricaproulnciacomo gobernadores (Richard-
son 1994). Esta disposicin del Senado, ratificada por
Pompeyo, redujo sensiblem ente el nm ero de homb res
disponibles para la gobernacin, y, en consecuencia,
aquellosconsularesypraetorque por un mo tivo u otro no
hubieran gobernado nunca un a
proulncia
fueron convo-
cados para cubrir esa funcin . As fue com o, en febrero
del ao
5
a. C., a Cicern le toc en sue rte la provincia
de Cilicia, situada entre la frontera de Asia Menor y
Siria,^ i donde Apio Claudio Pulcro estaba concluyendo
un perodo de dos aos de mala administracin. Para
Cicern esta convocatoria resultaba an menos atrac-
tiva, dado que deba hacer frente a una seria situacin
militar, pues, luego de la batalla de Carras (junio del
a o53a. C ), la amenaza de una invasin de los partos
se cerna sobre la frontera este. Un dato que conviene
tener en cue nta para valorar adecuadam ente las cartas
que hemos seleccionado para este trabajo es que, para
el gobernador de unaprouincia, el tiempo transcurrido
fuera de Roma era una parte esencial de su carrera po-
por e l au tor para su t rabajo , en cuanto nos advier te sobre la completa
disolucin de la especif ic idad genr ica de las car tas operada por su lec-
tura: CicernyCilicia. Diariodeungobernador romano del siglo a C] Para las ra-
zo n es q u e lo h a n mo v id o a co n s id e r a r l a co r r e s p o n d en c ia d e e s t a e t ap a
co mo u n d ia r io
defacto , cf.
Muiz (1998) . Has ta donde hemos podido
ex a min a r , ex i s t en , ad em s , a lg u n o s e s tu d io s d e cu es t io n es p u n tu a l e s
t ema t i zad as en l a co r r e s p o n d en c ia d e C i l i c i a : p o r e j emp lo , Th o mp s o n
(1965) y Mamoojee (1998) se ocupan de los problemas que tuvo Cicern
a la hora de e legir un sucesor , luego de completar su per odo en la pro-
vincia ; Ma rsha l l (1964) se aboca a ana l iza r e l ed icto anu al d ise ad o por
Cicern para e l e jercic io de su cargo. Por su par te , e l ar t cu lo de Van
Rooijen-D ijkman (1998) pres enta un a me ra descr ipcin cronolgica del
per odo del Arpinate en Cil ic ia , es decir , nada que cualquier lector que
haya le do las car tas no sepa ya.
23 Cf Ty rrell y Pu rse r (1969). Csa r sos tuv o (Ciu.
1.85.9
q u e e s t a l ey h ab a
s id o d i s p u es t a co n t r a l . S in em b ar g o , e s m s p r o b ab le q u e f o r m ar a
pa r te de la noXireupa de Catn (cf Ci c , Att .
6.1.13
p a r a me jo r a r l a ad -
min i s t r ac i n p r o v in c ia l ( S h ack le to n B a i l ey 1 9 6 5 - 1 9 7 0 ) .
24 D ur an te es te per o do (del 56 al 50 a . C) , la prouincid inc lu a , ad em s de
C i l i c i a p r o p ia me n te d i ch a , L ic i a , P an f i l i a , P i s id i a , I s au r i a , L icao n ia
y Chipre , junto a las t res d ices is (conuentus ) f r ig ias de Laodicea, Apa-
m e a y S y n n a d a , q u e e r a n n o r m a l m e n t e p a r t e d e A s i a .
ltica, en cuanto la administracin provincial ofreca
grandes posibilidades de medrar econmicamente.
Con todo, segn veremos a continuacin, a diferencia
de la m ayora de los polticos ro m ano s. Cicern se nos
prese nta como un a excepcin, 5 dado que no se mu es-
tra muy entusiasmado ante la tarea que tiene por de-
lante; muy por el contrario, le molesta la idea de tener
que abandonar Roma, alejndose as del centro de los
acontecimientos. De hecho, cabe recordar que antes
de ser enviado a Cilicia haba tratado de rehuir esta
obligacin en dos oportunidades: luego de su pretura
(65 a. C.) y al trm ino de su consulado (62 a. C ) . Si
bien rehusarse a adm inistrar u na provincia no era algo
inaudito, los beneficios de la gobernacin provincial
podan ser cuantiosos, y desdearlos era considerado
algo inusual. Por ello, puede pensarse que al insistir
primero en su renuencia a marchar a Cilicia y luego
en su desesperado deseo de volver a Roma Cicern
busca alejar toda sospecha de codicia de su persona y
as contribuir a presentarse de manera ejemplar ante
sus
pares.^^
Ms all de su resiste ncia, esta vez no te na
otra alternativa que obedecer al Senado y a Pompeyo.
2 5 c f C i c , At t . 5 . 2 .3 .
2 6 c i ce r n b u s c co n f e r i r u n a im p r o n ta s ac r i f i c i a l a e s t a o p c i n d e p er -
m an en ci a en la Vrbs. Cf , por e jem plo , Qu ae cum i ta s in t , proimper io ,
proexercitu,pro prouinciaquamneglexi,protriumphoceterisqueaudisinsignibus
quae sunt
a
me
propter urbis
uestraeque salutis custodiam repudiata.
prodientelis
hospitiisqueprouincialibusquae tam en urba nis opibus non mino re labore
tueorq uam comparo, pro h is ig i tur omnibusrebus, pro meis in uos
s ingu la r ibus
stud iis proque hac quam perspicit is
ad conseruandam rem
pubJicam
diligentia nihil a uobis nisi huius temporis totiusque mei
consu la tus
m emoriam pos tu lo : quae dum er i t in ues t r i s f ixa men-
t ibus, tutiss imo me mu ro saeptu m esse arbitrabo r (Cic, Catil. 4.23)
[Cursivas aa didas] / Puesto que esto es as, por el poder, por el ejr-
cito, por la provincia que desde, por el tr iunfo y dem s insign es
honores
que fueron rechazados por m para la custodia de vuestra
salvacin
y la de Roma, por las clientelas y huspe des prov inciales,
a
los que, sin embargo, con los medios que ofrece la ciudad, no me
cuestam enos trabajo conservar que adquirir , por consig uiente , por
todases tascosas,por mis sin gulare s afanes hacia vosotrosypor esta
dil igenciacon la que, segnveis,atiendo a la con servacin de la Re-
pblica,
n ad a pido de vosotros salvo el recuerd o de este da y de todo
mi consulado:
m ient ras ste est fi jo en vuestra m emo ria considera-
r
que he sido rodeado por un m urosegurs imo . Cf, asimismo, Ego
prou inc iamGal l iam senatus auctor i ta te exerc i tu e t pecunia ins t ruc-
t a me t ornatam , quam cum Antoniocommutau i , quodita existimabam
tmpora republicae ferre, in contionedeposui rec lama nte populo Roma
no
(Cic.,
Pis.
4-5)
/ Yo,t ras
intercamb iar con Antonio
la provincia de
la
G alia, que por orden del Senado haba sido provista y equip ada con
u n
ejrcito
y
con fondos, renunci a ella ante un a asam blea a pesar de
la sprotesta s delpueblo, pues to que es t imaba que las c i rcuns tancias
en las que viva la Repblica as m e loexigan (Cursivas aadidas ).
27
Las tareas por desem pea r de Cicern en Cilicia seran en p arte mi-
l i tares ,en par te adm inis t ra t ivasy judiciales .Dado que no albergaba
demas iadasilusiones respecto de sus dotes mil i tares , procur elegir
comolegati a cuatro experim entad os soldados: su herm ano Qu into,
en t renado
en la Calia y l mismo un exgobernador; C. Pomptino,
quien
se haba
desempeado como
pretor
e n e l 6 3 a .C . ; M . A n n e o y L .
Tulio
(Rawson2001,165).
7/25/2019 Cicero Imperator. Estrategias de Autofiguracin Epistolar
7/15
Revista de Estudios Sociaies No 44
rev.estud.soc. ISSN 0123-885X Pp. 236.
Bogot diciembre de 2012 Pp.48-61.
En consecuencia, un tema frecuente en las cartas de
este periodo es su deseo de evitar que se prolongue su
estancia en el exterior. Su nica aspiracin parece ser
cumplir con los principios ticos de administracin
provincial por los que hab ia abogado desde su ataq ue a
Verres, ponien do en p rctica asi sus ideales de
abstinen-
tia,iustitiay
dementia,
objetivo que no slo contaba con
todo el apoyo de tico,^^ sino que tambin se ajustaba
perfectamente alethos previous de quien era nada ms
y nada m enos que el autor del tratadodeRepblica, que
ya habia empezado a circular en Roma. Este celo ex-
tremo p uesto en el control de su imagen pblica puede
explicarse por el hecho de que, para los miembros de
la lite, la gobernacin de unaprouincia constituia una
autn tica pu esta a prueba de sus
mores, y
su desempeo
alli era observado de cerca tan to por colegas como por
adversarios (Braund 1998,11).
Cicern parti de Roma el 1 de mayo del ao 51a. C ,
lleg a su provincia el
31dejulio y
regres a Roma aproxi-
ma dam ente u n ao despus, el 30 de julio del ao 50 a.
C., el primer dia perm itido por laley 3Desde las prim e-
ras cartas que dirige a tico dura nte su viaje a Cilicia, la
idea de que su cargo como gobernador no se prolongue
por m s de un ao se insta ura como un Leitmotiv:
[...] no pienses que para m existe otro consuelo de
esta enorme molestiaqueel hechodeque espero que
28 cf c i c , Att. 5.16.3. Cf, asim ism o, Att .
5.9.1;
Att. 5.10.2; Att.
5.13.1;
Att. 5.17.5.
29 Hemos toma do de Amossy (2010) la nocin de ethos previo , en cuan to
resulta especialmente fecunda para la retrica romana, en la medida
en que sta, a diferencia de la griega, t iene en cuenta la repu tacin
y no slo lo que el orador cons truye en su discu rso; II ne s agit
pas ici de la faon dont l 'orateur se donne voir dans son discours,
mais de ce qu'on sait dj de lui, de l 'estime dont il jouit auprs de
ses concitoyens. L'ethos renverrai t avant tout l 'homme que prend
la parole et l ' image que s'en font les auditeurs en fonction de ses
actes passs. Cette ide [...] prvaudra aussi dans la conception ro-
maine de l 'loquence; l 'orateur est un uirbonidicendiperitus, dira Ci-
cron, un homme qui joint au caractre moral la capacit manier
le verbe (Amossy 2010, 19). El ethos previo es defi nid o por Am ossy
en los siguien tes trmin os; C'est alors la rputa t ion p ersonnelle
du sujet parlant (...) qui oriente a priori la faon dont il sera peru
(Amossy 2010, 73).
30 Hay dos datos que conviene tener presen tes, pues dan perfecta cuen ta
de que desde el comienzo m ismo del viaje se busca poner en escena la
resistencia y el desagrado que le genera la tarea que se le ha encom en-
dado;
por una p arte, el hecho de que su perodo de mand ato comenza-
ba el 1 de julio, es decir, trein ta d as ante s de su llegada efectiva a la
prouincin; por otra, el hecho de que si bien el viaje de ida le tom tres
largos mese s, el de vuelta se redujo a la mita d (Tyrrell y Pu rser 1969).
no dure ms de un ao. Muchos no creen que yo lo
desee as, a pa rtir de la costumbre de otros; t, que
sabes que es as, aplicars toda tu diligencia, natu -
ralmente, cuando eso deba hacerse: cuando regre-
ses de E piro (C ic, Att. 5.2.3).3'
Pero recuerda ocuparte por tus propios medios
y
a tra-
vs de todos los nuestros [...] de que mi ao se quede
como est y que uno nuevo no sea establecido [...]
(Cic,Att. 5.9.2).3'
Mientras ests presente,
p o r f a v o r , p r o c u r a h a c e r
cualquier
cosa para que
no
se me prorrogue mi puesto en la provincia.
N o
puede decirse cmo ardo en deseos por Roma, cuan
difcilmente soporto la insipidez de estas cosas (Cic,
Att. 5.11.i).33
Frente a semejante insistencia, cabe preguntarse s
la exhibicin de este apego cuasi ertico por Rom
{desideriourbis ^
no podria tene r un a f ina l idad
apotrop
caten dien te a conjurar la sospecha de posible desro
ma nizac in o el riesgo de la even tual disolucin d
su identidad pblica, implicitos en estar lejos de l
rbs(Braund 1998). Este riesgo tiene tal vez un alca
ce mayor en el caso de Cicern, pues su integraci
como hombre politico de origen municipal a la lit
dirigente involucr de manera decisiva no slo el so
metimiento al modelo del tirocinium fbri, sino tambi
la adquisicin de
urbanitas,
que para el orador muc
veces exigia la prdida de su original acento mu nicip a
(Narducci 1989,144).
En estrecha relacin con lo anterio r, otra de las constan
tes queseadvierte en este grupodequince cartas es la se
de noticias procedentes de Roma:
31 noli putare mihi aliam consolationem esse huius ingentis mo
l e s t i ae n i s i
quodspero non longiorem annua fore,
hoc me i ta uelle
ti
n o n
c r e d u n t
ex
c o n s u e t u d i n e a l i o r u m ;
t u , q u i
s e i s , o m n e
d i l i g e n t i a m a d h i b e b i s ,
t u m
sc i l i ce t
c u m i d a g i
d e b e b i t ,
c u m e
Epi ro red i e r i s .
32 mem ento curare p er te et per omnisnostros[...) ut onnusnostermane
suostatu, nequidnouidecernntur .
33 Neprouinci nobisprorogetur,
p e r
f o r t u n a s ,
d u m
a d e s ,
quicquidprouid
[poteritjprouide.
n o n
d i c i p o t e s t q u a m f l a g r e m d e s i d e r io u r b i s , q u a
uix harum rerum insu l s i t a t em feram . Curs ivas aadidas .
34
Cf Cic, Fnm.
14.2.2, dond e
e l
remi t en t e u t i l i za
el
voca t i vo meu
des ider ium para d i r i g i rse
a
Terenc i a .
Cf,
as imi smo. P lu t .
Cic. 3
d o n d e
el
a n h e l o
de
Cicern
po r
I t a l i a duran t e
su
exi l io
es
comp
rado
con la
melancol a
q u e
e x p e r i m e n t a n
lo s
e n a m o r a d o s . P u e d
af i rmarse , i nc luso ,
q ue en e l
viaje
a su
provinc i a
la
m i r a d a
de l r
i p i t e n t e r o m a n i z a
el
t e r r i t o r i o ; Habu imus
in
C u m a n o q u a s i
p
siUamRomam
[...]
(Ci c , At t.5.2.2)
[Cursivas aadidas]
/ En
C u m
tuvimos como
u n a
Roma
e n
mini a tur a [ .. .] .
7/25/2019 Cicero Imperator. Estrategias de Autofiguracin Epistolar
8/15
i ero Imperator
estrategias de autofiguracin epistolar
en elviajeaCilicia Cic ,Att.
5.1-15
Soledad Correa
ossi r
[...] te pido por favor que me escribas sobre los rumores
que afecten a la cuestin pblica, pues en los pueblos
advierto una intensa ansiedad, pero muchas cosas son
habladuras (Cic, Att. 5.3.).^
Mientras ests presente espero no slo noticias oficia-
les sino
tambin
rumores osi, en efecto, sabes alguna cosa
cierta acerca de Csar. Entregars cartas escrupulosa-
mente escritas acerca de todas las cosas a Pomptino, entre
otros (Cic, Att. 5.4.4).3^
N u n c a , porH r c u l e s ,
he sabido menos
de misasuntos
por tanto
tiempo[...]; ciertamente, no slo no ha venido nadie desde
mi casa, sino tambin ninguno desde Roma para infor-
marme qu est sucediendo en materia poltica. Por este
motivo, si hay algo que sepas acerca de estas cosas que
pienses que yo quiera saber, sera muy grato para m si
procuraras que me sea transmitido (Cic, Att. 5.io.4).37
[...]
estoymuy
preocupado porque
ya
hace tiempo
que no
tengo
conocimiento detodasesascosas.Poreso comoanteste escrib pro-
cura
q ue
est al corriente tanto
de las
restantes cosas como
de las
cuest iones pbl icas
( C i c ,
At t . 5 .1 5 .3 ) . ' '
Estas citas ponen en evidencia que al ego epistolar le in-
teresa remarcar quesu inters est totalmente volcado
hacia Roma, lo cual talvezpe rmita explicar la escasez de
informa cin que n os ofrece sobre Cilicia.^^ A simismo,
en
esta recurrencia,
el
remitente
se
nos presenta por com-
pleto acuciado por la necesidaddeno perderelcontrol del
flujo de los
rumores
saberes informales que desempea-
ba n un p apel central en la formacindela opinin pbli-
ca
que podan convertirse en u na poderosa herram ienta
para desprestigiar a un eventual adversario poltico.
35 [... |
q u i
de republ ica
rumores
sc r i b e , qu a e so ; in o p p i d is e n i m
s u m -
m u m u i d e o t i m o r e m , se dm u l t a i n a n i a . Cu rs i va s a a d i da s .
36 dum [ade s, e t jac t fle trumores, ue le t ia m
s i qua
ce rc a ha b e s , de Ca e sa re
e xsp e c t o ; l i t t e ra s
et
a l u s
[et[
P o m p t i n o
de
o m n i b u s re b u s d i l i ge n t e r
da b i s . Cu rs i va s a a d i da s
37
N ec
he rc u l e
umquam
ta mdiuignarus
rerum
mearum
f ui
[...);ac
n o n
m o do
n e m o do m o ,ne Ro m a qu i de m qu i squ a m , uts c i r e m u sin rep u b l i c a
qu i d a ge re t u r . qu are siquid er i t quod sc iasdeii s re b u s qu a s p u t a -
b is sc i re
m e
u e l l e ,
p e r
m i h i g r a t u m e r i t
si id
c u r a r i s
ad me
p e r fe re n -
du m . Cu rs i va s a a d i da s .
38 [...] mirificesol/icitus quod iam diu mihi ignota sunt ista omnia. quare,ut ad te ante
scripsi, cum cetera tum respublica curaut mihi nota sit . Cursivas aa did as .
39 Segn Cugusi (1983), es te desprecio deCicern
p o r
uilla, litus, pros-
pectus maris ( C i c ,Att.12.9)como p osib le obje to de c o m u n i c a c i n
e p i s t o l a r e s u n o d e l o se l e m e n t o s q u ed i s t i n g u eele p i s t o l a r i o c i c e -
r o n i a n o
de l de
P l i n i o .
4 0CfLa u re n c e { 1 99 4 ).Cf, a s i m i s m o . W h i t e :
A
m a n ' s p o s i t i o n
v i s -
-v i s hisp e e r s c o u l d a l sobeh a r m e d by theg o s s i p t h a t b u b b l e d
i n p u b l i c
and
p r i v a t e c o n v e r s a t i o n s e v e r y
day.
Go ss i p
did not
s u b s i d e butm e r e l y b e c a m e m o r e d i f f i c u l t to c o u n t e r a c t w h e n
Por otra par te, esta s referencias parecen indicar que pre-
cisa del input de las c artas de tico, afinde autofigurarse
como la persona pblica que esydesea seguir siendo .
Otro elemento que se reitera con insistencia en estas car-
tas eslareferencia al tiempo destinadoamantenerseal
da con la correspon dencia:
obviamente no tengo nada que escribir, pues ni tengo
nada que pedirte (en efecto, nada ha sido pasado por
alto),
ni tengo nada que contarte (en efecto, no hay
nada nuevo), ni hay lugar para bromear; en este
momento me atormentan muchas cosas. Con todo,
slo has de saber esto; que esta
carta
se
despach
e l
quince
de mayo desde Venusia po r
]a
maana m i e n t ra s m e marchaba.
Imagino que hoy algo se har en el Senado, por consi-
guiente, que tus cartas nos sigan para que conozca-
mos no slo todos los sucesos sino tambin los rumo-
res (Cic, Att. 5.5.1).
Te escribir ms cuando est instalado; ahora estoy exac-
tamente en medio del
m ar
{Cic Att. 5.12.3).^
Antes de que me establezca en algn lugar, no espe-
rars de m ni cartas largas ni siempre escritas de mi
puo y letra; mas cuando tenga tiempo te ofrecer
ambas. Ahora andamos por un camino
caluroso
y
polvoriento
( C i c ,
Att. 5.14.1).
s o m e o n e wasa w a y , and so it wasp r u d e n t to l e a ve w a t c h d o g s
b e h i n d ( W h i t e
2010, 26) ;
B i v i l l e :
[. . . |
la g r a n d e v o i xqui par-
c o u r t l ' e n s e m b l e de la c o r r e s p o n d a n c e c i c r o n i e n n e est la voix
c o l l e c t i veet a n o n y m e de la r u m e u r [...] quif o n t l ' a n i m a t i o ndu
q u o t i d i e net c r e n t l ' a c t u a l i t ene n t r e t e n a n t le s c o n v e r s a t i o n s .
(...] La
r u m e u r
e s t
p r s e n t e c o m m e
u n e
f o rc e p o l i t i q u e ,
q u i
fa i t
e t d fa i t lesr p u t a t i o n s et lesc a r r i r e s ( B i vi ll e (2 0 0 3 , 41). A
p r o p s i t o del
rumor
c o m o a r m a p o l t i c a , v a se P i n a Po l o (19 9 7 ).
En
C i c ,
Fam.
8 .1 .4
se
n o s
ofrece unb u e n t e s t i m o n i ode
l a s
o s c u -
r a s e s p e c u l a c i o n e s aq u e p o d adarl u g a rele s t a r l e j o sde R o m a .
En e fe c t o ,ene s t a c a r t a , e n v i a d aen ela o5 1a. C. p o r Celio Rufo
a C i c e r n , m i e n t r a s s t e
se
e n c o n t r a b a
en
Ci l i c i a ,
se
a f i r m a
q u e
u n o de losrumoresdelm o m e n t o , que se ha e x t e n d i d o u r b eac
foro , es
q u e
Ci c e rnha s i d o a s e s i n a d o
p o r Q .
P o m p e y o d u r a n t e
su via jea la p r o v i n c i a .
4 1 P l a n e
n i l e s t
q u o d s c r i b a m ;
n a m ne c
q u i d m a n d e m h a b e o ( n i h i l
e n i m p r a e t e r m i s s u m
e s t ) n e c
q u i d n a r r e m ( n o u i e n i m n i h i l
e s t )
n e c i o c a n d i l o c u s
e s t ;
it a
m e
m u l t a so l l i c i t a n t , t a n t u m t a m e n scito.
Id. Mai. nos Venusia maneproficiscentis ha sddisse,eoa u t e m diec r e d o
a l i q u i d a c t u m in s e n a t u ; s e q u a n t u r i g i t u r nos t u a e l i t t e r a e
q u i b u s non m o d o reso m n i s sede t i a m r u m o r e s o g n o s c a m u s .
C u r s i v a s a a d i d a s .
42 Plura scrib am ad te cumc o n s t i t e ro ;
nunc eram plane in
medio mari .
Cu rs i va s a a d i da s .
4 3 An t e qu a m a l i qu o lo c o c o n se d e ro , e qu e l o n ga s a me e q u e
s e m p e r m e a m a n u l i t t e r i s e x s p e c t a b i s ; c u m a u t e m e r i t s p a t i u m ,
u t r u m q u e p r a e s t a b o .
nunc iter conficiebamus aestuosa
et
puluerulenta
u i a . Cu rs i va s a a d i da s .
7/25/2019 Cicero Imperator. Estrategias de Autofiguracin Epistolar
9/15
Revista de Estudios Sociales No 44
rev.estud.soc. ISSN 0123-885X Pp. 236.
Bogot didembre de 2012 Pp.
48-61.
Quisiera que t , si sabes que en na da soy men os curioso
que t en lo que toca a asuntos polticos, me escribas
acerca de todas las cosas, las que ahora ocu rren , las que
ocurri rn. Nada puedes hacer que me sea ms grato
[...].Aqu tienes una carta llena de
prisa
y de
polvo,
las que sigan
sernms refinadas {Cic, Att. 5 . 1 4 . 3 ) . "
n uestro juicio, este tipo de comentarios no slo ponen
de relieve la funcin ftica de estas car tas, sino que tam -
bin, al presentar de modo ms o menos hiperblico al
escritor ocupado en la correspondencia durante el viaje
-a veces en condiciones de suma incomodidad-, produ-
cen el efecto de realzar su im agen destacando su in dus-
triosa actividadysus capacidades para atender al mismo
tiempo a tareas m ltiples. Por otra parte, al subrayar el
cuidado con que inten ta m anten er u na activa correspon-
dencia con el destina tario, a pesar de las fatigas del viaje
y de sus num erosas ocupaciones, el remiten te busca su-
tilm en te ins tar a tico a reciprocar esta diligenc ia.
En vista de su situacin de constitutiva vulnerabilidad
poli tica, agravada luego del duro revs que signific el
exilio, y reavivada en este momento por estar lejos de
Roma, no sorprende que en estas cartaselrem itente bus-
que destacar su proximidad con una figura
de
fuerte peso
politico como Pompeyo:
Llegu a Tarento el dieciocho de mayo. P uesto que decid
esperar a Pomptino, considero que lo ms conveniente
es pasar los das hasta que l llegueconPompeyo, espe-
c i a l m e n t eporque veoque estoleagrada, dado queinclusome ha
pedido que est unto a l todoslosdas,
lo cua l l e conced de
b u e n g r a d o . E n e f e c t o , oirde l muchas magnficas
conver
sacionesacerca delaRepblica;
t a m b i n m e p e r t r e c h a r d e
consejos adecuados para mi tarea (Cic, Att.
5.6.1).
Yo, luego de estar tres das
con ompeyoyen sucasa,
m e
marc ho a Brindis el veintids de mayo.
Lo
dejo en la m s
patritica disposicin y sumamente preparado para con-
trarre star estas cosas que son tem idas
(Cic.
Att. 5.7.1).'''^
El encue ntro con Pompeyo nos propone u na escena que
parece casual pero que tiene u na fuerte carga simb lica
el remitente se presenta como alguien de la suficiente
talla politica como para entab larmultos praeclaros de
blicasermones'
con quien estaba prximo a disputarse
Csar
el
control de la vida politica ro ma na. Ntese que a
reunirse con Pompeyo, Cicern pone de relieve el hecho
de que es Pompeyo el que ha promovido este encuen-
tro y el que reclama su presencia cotidie, incluso com
husped.
Si
anteriormente"' habia modelado la relacin
entre ambos en trminos de la ideal complementacin
entre el politico-imperator (Pompeyo) y el politico-orator
(Cicern),"9 aqui vemos que Cicern se presenta como
receptor de las lecciones de Pompeyo, con lo cual busca
salvaguardar su prximo desempeo como gobernador
en Cilicia al pres enta r sus futu ras acciones bajo la gida
protectora de losconsilia idneade Pompeyo.
Se
advierte tambin que, a pesar de estar lejos de Roma
el rem itente no descuida el hecho de que su propia ima-
gen se conforme a las reglas del
decorum,
de acuerdo c
las cuales debe existir una adecuacin del exterior al
interior, mantenindose un ideal de
aequabilitas,
pos
slo para quien ha sabido someter sus apetitos al contro
de la razn.5 lautocontrol, la disciplina rigurosa de lo
afectos, persigue un fin bien determinado, laadproh
de los otros (Narducci1989,158): "no pareci dem asiad
adecuado desembarcar en Patras con naves pequeas,
sin equipaje"
(Cic.,
Att.5.9.1).s
44 "Tu uelim, si me nihilo minus nosti curiosum in re publica quam
te ,
sc r ibas ad me omnia , quae s in t , quae fu tura s in t . n ih i l mih i
gratius facer potes [...]. Habcsepistu/amplenamfestinationisetpu/ueris;
reliquaesubtiliorescrunt" Cursivas aadidas. Cf., asimismo, "Etsi in
ipso itinerc et uia disc ede ban t pu blic ano rum tabe larii et eram us in
c u r s u , tamen
surripiendum alquid
putaui spati,
n e m e i m m e m o r e m
m a n d a t i
tu i pu ta r i s . i t aque subsed i in ipsa u ia , dum
haec ,
q u a e
l ong io rem
d e s i d e r a n t o r a t i o n e m , s u m m a t i m t i b i p e r s c r i b e r e m "
(Cic ,
Att. 5.16.1) / "Aunque los correos de los publcanos se alejan
y es toy jus tamente en e l camino , en p leno
viaje,
s i n e m b a r g o ,
pens que deba robar algo de t iempo para que no pienses que soy
olvidadizo
de tu encargo . Por cons igu ien te , me he sen tado en e l
m i s m s i m o
c a m i n o p a r a e s c r i b i r t e s u m a r i a m e n t e c o s a s q u e
ex igen
un a car ta ms la rga" .
45
"Taren tum uen i a .d . XV Kal . Iun . quod Pompt inum s ta tu eram exs-
pectare ,
commodissimum duxi dies eos quoad i l le ueniretcum
Pom-
peioconsumere ,eoque magisquod ei gratum esse id uidebam, qui etiam a m e
petierit ut secume tapud se essem cotidie. quod concessi l ibentur; multos
en im eius
praeclaros de repblica sermones accipiam,
ins t ru ar e t i am cons i-
l i is idoneis ad hoc locum nos trum negotium". Cursivas aa didas.
46
"Ego
c u m t r i d u u mcum Pom peio et apud Pomp eium fuissem.proficisc
Br u n d i s i u m a . d . XI [ I I l ] Ka l . l u n . r i u e n i i l l u m e g r e g i u m r e l i n q u e b a m
et
a d h a e c q u a e t i m e n t u r p r o p u l s a n d a p a r a t i s s i m u m " . C u r s i v a
a a d i d a s . A propsito del uso de ciuis para describ ir a un hom bre
devoto de la res publicay de los valores civiles,c f Cic, Fam. 8.17.1
Tac, Ann.1.33.
47
Cf, asimismo,
"Nos
Tarenti quos cum
P om peio taXoyou
de re public
h a b u e r i m u s
ad te perscribemus
| . . . ] (Cic.,Att.
5.5.2) / "En Tarento t
escribircon detal le sobre los 'dilogos ' que m antu ve con Pompey
acerca de la Repblica". En estos dos pasajes po dra verse tambi n
u n a
velada alusin al t ratadode Repblica, texto al que presenta
como
g a r a n t a{praes)de su fntegritas en
Cilicia:c f
C ic, Att. 6.1.8 .
48 Cf.
Cic., Fom.5.7,
passim.
49
La dist incin pertenece a Pina
Polo (1997).
50
En Ci c, Off 1.126-149, part ien do de la conviccin de que el ideal de
decorum debe dar forma a cada asp ecto de la vida del
individuo.
Cicer
presenta
una preceptiva referida al comportamiento que el aristcrat
debem a n t e n e rdurantesu hab i tua lcomercioconlos
otros.
51 "ac tuar i i s au tem minut i s Pa t ras acceder s ine imped iment i snon sat
uisum est
decorum .
Curs ivas aadidas .
7/25/2019 Cicero Imperator. Estrategias de Autofiguracin Epistolar
10/15
Ciceroimperator estrategias de autof iguraein epistolar
en el viaje a Cilicia Cic, Att 5 1-15)
Soledad Correa
Dossier
Empero, a medida que se aproxima a Cilicia, parece
verificarse un cambio en la valoracin que el remiten-
te haee de la tarea que tiene por delante, ya que tras
ealiearla eomo
ingens molestia^^
pasa a earaeterizarla
e o m o
munus extraordinarium:
"Y o
todos los das medito, ins-
truyo a los mos, procuro, en fin, llevar a cabo lo que t a m enudo
me aconsejaste( loqu eyomismo meapresurabaahacer):atravesar
esta tarea extraordinaria con la mayordecencia
y a u t o e o n t r o l "
{Cic, Att.
5 . 9 . 1 ) . "
Si bien eabe interpretar que este eargo resulta exeep-
eional en vista de que Cieern no mareh a una pro-
vineia luego de su eonsulado, eomo era lo habitual,s'
el heeho de que las eualidades morales delego {modes-
tiaetahstinentia sean ealifieadas eon el atributosumma
pareee orientar la interpretaein en otro sentido. En
efeeto, a nuestro juieio, el eomplementoextraordinarium
ha sido transpolado, en virtud de una hip lage, delego
al
munus.
Es notable, asimismo, que el objeto sobre el
eual reeaen las aeeiones delego resulta eneareeido no
slo por el eelo que el rem iten te le dediea{cotidie
meditor
praecipio
meis,
faciam
denique),
s ino tam bin porque es e l
resultado de una eoneurreneia de los propsitos tanto
del remitente {me currentem eomo del destinatario (ut
saepe
tu
hortatuses).Lo inte resa nte de este grupo de ear-
tas es que en ellas el ego epistolar n o se presenta r im i-
tando un modelo previo, es deeir, no se earaeterizar
eomo un
nouus
X,55
sino que pareee busear presentarse
52 cf .C ic ,At t .5 .2 .3 .
53 "ego , u t
saepe
tu me
currentem
h o r t a t u s e s , cotidie
meditor, praecipio
meis, faciam
denique ut
summa modestia
et
summa
abstinentia
munus
hoc
extraordinarium t raducamus " . Curs ivas aadid as .
54 sta es , en efecto, lai n t e rpre t ac in deTyrrell y Purse r: "[...] Cicero
held
h i s
present office long after
h i s
consul sh ip ,
n o t
immedia t e ly
after,
as was
usua l" (Tyrrell
y
Purser 1969,
33).
55 Dadoque Van derBlom (2010) considera qu eexisteu n a estrecha correla-
cin entr e el uso deexemplaylanecesidad de persuasin, sostiene que esto
permite explicar
por qu, en
comparacin
co n
otros gneros,
la s
cartas
nos ofrecen
u n a
disminucin
en el uso de
este recurso. Esta explicacin
no
n os
parece plausible,
en la
medida
en que
reinstala
el
prejuicio
ya se-
alado
a
propsito de
la
inmediatez o espontaneidad del gnero epistolar.
Si bien Vand erBlom indica quela scartasd eCilicia parecen presentara l
remitente siguiendo lospasosd eQ..Mucio Esevola (2010, 238-241),si se
examinan detenidamente
las
referencias
a
este supuesto modelo podr
verse
que el
remitente busca equipararse
a
Esevola
en dos
aspectos
m uy
acotados
:
la breve durac in
de su
man dato (Cic.,A tt.5.i7.5)yla redaccin
del edicto con quegobernara la provincia (Cic, Att. 6.1.15): nada dice
pues sobre elhecho deestar secundndolocon supoltica deabstinentia.
Este aspecto
no ha
escapado
a l
anlisis
d e
Van
de r
Blom, quien deja plan-
teada
la
cuestin, pero
no se
expide:
"Did
Cicero simply find
his own
proconsular conduct singularly virtuous?"
(Van der
Blom 2010, 241).
Tal
vez sera dable pensar que,
al
igual
q ue
sucede
en las
cartas
q ue
Cicern
escribe desde el exilio, donde llam ativamente se omite menc ionarexempla
de exiliados anterior es, la relativa ausencia deexempla eneste grupode
cartas podra constituir
u n a
estrategia
qu e
apunta
a
sealar
el
carcter
nouus, extraordinariasde su
gobernacin.
como unnouum imperatoris
genus,
resaltando los efect
positivos de su poltica de moderacin, tanto sobre su
entorno como sobre las comu nidades provinciales:
(...) hasta ahora ni yo ni ninguno de mis escoltas hemos
ocasionado ningn gasto pblico o privado. Nada es
tomado de acuerdo con la
ley
Julia, nada por ser husped es.
Todoslo smos
han
sido persuadidos
de que
deben ponerse
al
serviciod e
mibuen
nombre. Ha s ta a ho ra , sa t i s fa c tor iam ente . Esto ha sido
advertido
y
es celebrado por la alabanza de
os
griegos
y
en muchas
con-
versaciones. En cu ant o a lo que res ta , en es to me es toy es for-
zand o , como me d i cuen ta de que te agra daba . Pero rese rve-
mos el aplauso paraelfinaIde discurso(C ic , A tt. 5.10.2) . s '
Podemos ver aqu la configuracin de dos audien cias pri-
marias: por una parte, los subordinados del remitente,
que no slo evalan po sitivamen te la poltica de mode-
racin que ste dice tener por meta, sino que han sido
persuadidos a punto tal{persuasum estomnibus meis de so
meterse a colaborar eon su empresa ya velar por su repu-
t a e i n
{seruiendum
esse famae meae);
po r o t r a pa r t e , ve m os
que tambin los griegos eonvalidan las aeeiones del ego
epistolar, euyos buenos frutos se les ofreeen multipli-
eados, dada la evidente imitatiode que son objeto.s^ Por
aad idura, puede eoneebirse que las notieias enviadas a
Roma referidas a la austeridad de la eondueta del remi-
tente bien podan traseender a su destinatario expleito
(Atieo, en el eorpus que hemos seleeeionado para este
trabajo), aleanzando aslosodos de audieneias seeunda-
rias.No es deseabellado pensar, entonees, que las eartas
de Cilieia eon stituan un poderoso medio a travs
del
eual
el A rpinate poda forjar un retrato positivo de s mism o,
eontrarrestando as el riesgo de invisibilidad resultante
de no estar en Roma. Sin embargo, luego de una met-
fora tomada -sinto m tieam ente - del eampo oratorio{sed
haeetumlaudemuscumerun t perorata),
s e r e t o m a e l m o t i vo de
laingensmolestia,que pone
de
relieve
noslo
la fundam en
tal inadeeuaein del ego epistolar para las tareas involu-
eradas en la administraein provineial, sino tam bin el
sufrimiento psquieo que stas pareeen oeasionarle:
56 "[...] adhuc sumptus nec in me aut publice aut priuatim nec in
quemquam comitum. nihil accipitur lege Iulia, nihil ab hospite.
persuasumestomnibus meisseruiendum esse famae meae. b e l l e a d h u c
hoc
animaduersum
Craecorum
laude
et
multo sermone
celebratur.quod supere s t ,
e l abora tur in hoc a me , sicut t ibi sensi placer. Se d haee t u m
l audemuscum erunt perorate .Curs ivas aadida s .
57
T al
como sostiene Steel (2001), aqu,
a l
i gua l
que en la
car t a
q ue
Cicern escribe a Quin to mient ras s t e se desempaaba como
gobernador de Asia en el ao 60 a. C, se pone el acento en el
compor t amiento i nd iv idua l
del
gobernador ,
eon lo que
pareee
suger i rse
que las
di fieul tades inherentes
al
gobierno provineial
pueden
se r
controladas
de
modo efectivo
co n
s lo mantener
u n a
conducta moralmente intachable: cf
C ic , Q.fr .
1.1.11;
1.1.19.
7/25/2019 Cicero Imperator. Estrategias de Autofiguracin Epistolar
11/15
RevistadeEstudios Sociales No
rev.estud.soc.
ISSN 0123-88 5X
Pp.
236
Bogot diciembre de 2012
Pp.
48-61.
Lo restan te
es de tal
modo
que a
menudo censuro
mi
decisin,
el
hecho
de que no
pude escaparme
de
este
asunto por ningn medio. O htarea mnimamente adecuada
a
miscostumbres/ Oh, ciertamente, 'zapatero, a tus zapa-
tos'
Dices 'qu ha pasado hasta ahora? Pues todava no
ests envuelto en el asunto'. Lo s claramente, y pienso
que quedan cuestiones ms molestas. Aunque, cierta-
mente, en apariencia -segn pienso y deseo-, soporto
estas cosas de la manera ms admirable,
po rdentro me
devora la
ansiedad;
as, todos los das no slo se dicen sino
tambin se hacen muchas cosas,
yaco n
irritacin,
ya con
insolencia,o con todac lasede estupidez, necedady arrogancia,
las
cuales
no
describir
con
detalle,
no
para esconderlas
s i n o
p o r q ue son'difciles de poneren palabras' . P or consiguiente,
admirarsmi 'autocontrol' cuando regreseacasa sanoy
sa lvo;
tanta
'prctica' dedico
a esta virtud
(Cic. , Att .5.i
Una
vez ms
podemos
ver en
funcionamiento
el con-
trol que el rem itente ejerce sobre su propia ima gen ,por
cuanto
lo que
acaeceintimis sensibus
no se
refleja fronte.
Esto
se ve
reforzado, asimism o,
a
partir
de la
reticena
conque sealudea la supuesta sordidezovulgaridad
del ambienteque lorodea,lo queponedemanifiesto
otro rasgo propio de la configuracin del discurso ejem-
plar,
es
decir,
el
hecho
de
que
el
exemplum est lejos
de
prestarsea unaadhesinsin fisuras (Roller 2004,34).
Ms adelante
en la
misma carta menciona brevemen-
te su paso por Atenas. Esta rpida mencin le permite,
por una parte, desplegarsucapital cultural presentn-
dose como
un
hombre de letras, subrayando
a
qu tipo
de asuntos est
en
mejores condiciones
de
dedicarse (o
rem
minime aptam meismoribusl);^^
por
o t ra par te ,
la
apat a
58
"Rel iqua sunt e ius modi
ut
meum cons i l ium saepe reprehendam
quod
non aliqua ratio ne ex hocnegotio
emerse r im. o
re mminime apta m
meis moribus.'
o
illud ueru m 'epSoi n... ' dices 'quid adh uc?n ond um
en im
in negotio
uersaris' .[pla]ne
scio,et puto molestiora restare , etsi
haecpsa
fero eq uid em , eti am fronte,
ut
puto
et
uolo, be l l i s | s im e] ,
sedangor
intimis sensibus;ita
m u l t a
uel
iracundeuel
insolenteruel
in omnl
generestulte, insulse,
adroganter
et
d i c u n t u r
et
aguntur cot t id ie ; quae
n o n quo te c e l e m non p e r s c r i b o
sed
quia ovaeK rTa sunt. taque
admirabere meam adUTrjTa
cum
s a l u l redierimus; tanta mihi /lert] huius
uirtutisdatur".
Curs ivas aadidas .
59
Cf, en el
mi s mosentido: "Laodiceam uen i pridie Kal. Sextilis.
ex
ho c
die d a u u m a nn imouebis.n ih i lexoptatiusaduentu meo, nihil carius.
sed est incredibile quam me negoti
taedeat,
non habeat satis magnum campum ille
tibi non ignotus cursus animi
et
industriae meae, praeclara opera
cesset.
quippe ius
Laodiceae me dicere, cum RomaeA.Plotiusdicat.'et, cumexercitum noster
amicushabeat tantu m, me nomen habere duarum legionum exi l ium
deniquehaec nondesidero: lucem, forum, urbem,domum. uo s
desidero"
(Cic.,
Att. 5.15.1) [Cursivas aa did as] / "Llegua Laodiceael31dejulio. A
part irde este da, com enzarsacontarlos das.Nada fue ms ansiado
que millegada, nada m squerido. Pero es increble cunto me fatiga
esta
tarea, puesto
que
aquella famosa tendencia
de mi
n i mo
y de
mi
dil igencia,
no
desconocida para ti,
no
tiene
un
campo lo bastante
grande,
y las acciones distinguida s se han
interrumpido.
El
mo tivo es
que mien t rasyoa dministro just ic ia
en
Laodicea,
e nA.
Plotiolo
hace en
con que
se
refiere
a
Atenas contrasta con
el
ardor (desi
deriourbis) con que se refiere
a
Roma, con lo cual p
una vez ms de relievesuapego por la
Vrbs:
"Atenasm
agrada m ucho , al menos en lo que respecta
a
la ciuda d
a
su
distincin,
al
afecto
de su
gente hacia
ti, a
ciert
buen a voluntad que tienen hacia m . Pero muchas cosa
han cambiado.
La filosofa est totalmente trastornada.
Si ha
algo de valor, est rep resen tado por Aristo, en cuya cas
me estoy alojando"(Cic, Att. 5.10.5).''
Ms adelan te, vuelveainsistir enlaconfiguracindeun
audiencia prim aria, que no slo evala positivamen te su
poltica de adm inistracin provincial, sino que incluso l
considera como unexemplumdigno de ser imitad o:
H a s t a
ahora h e an dad oa travs deGreciaen medio de la m ayor
admiracin,
y has ta ahora no tengo,
por
Hrcules , de qu acu-
sa ral osmos.
Me parece que conocen mi posicin y la
s i t u a c i nd e su
v i a j e . Rea lmente estn a l servicio de mi buen
nombre. En
cuanto a
lo
quequeda,si esverdad aquellode as
como es el amo... ,
ciertamente lo mantendrn,
pues no
vern nadaen mq uedlu g ara ladelincuencia. P e r o
si eso
diera poco provecho, habr algo ms severodeparte
nuestra. Hasta ahora
soy
amable
con
suavidad
y,
segn espero, algo estoy progresando. Pero yo planeo
mantener esta 'incorruptibilidad', como dicen enSicilia
por
un
ao. Por
lo
tanto , esfurzate para que
no sea
considerado un granuja, si mi puesto se prolongara en
algo (Cic, Att. 5.11.5).^^
Si todo modelo
se
delinea
y
fortalece
al ser
contrastad
conunantimodelo,noparece casual que aqusehag
men cin de Sicilia {utSkuUdicunt),mencin que apun
creemos,
a
activar
en el
destinatario
la
memoria
de s
ethosprevio,
pu ntua lme nte, a recordar su actuacin en
juicio contra el eptome del gobernador corrupto, creado
Roma Ciertamente, mientras que nuestro amigo tiene un ejrcito ta
grande,
yo tengo una fuerza nom inal
de
dos
legiones
Finalmente
n
deseoestascosas:deseo laluz, el foro, Roma, m icasa,avosotros".
5o
Cf
C i c , Att.5.11.1.
61 "ualde me Athenae de lec tarunt , urbe dum taxatetorbis ornamen t
et hominis amorein te, in nosquidam beneuolent ia ;sedmu t a t
m ul ta , philosophiasursumdeorsum.
si quid est, est
inAristo,
a p u d q u e m
eran".
Curs ivas aadida s .
62 "Nos ahuc iter per Craeciam summa cum admiratione fecimus, nec mehercu
habeo quod adh uc quem accusem meorum. u iden tur mih i nosse
[
nos t ram causam
et
condicionem profectionis suae; plane serui
existimationi meae.quod superes t ,siuerum illud'dicmep ij Scmoiva...', c
p e r m an eb u n t ; n ih il enim a
m efieri ita uidebunt utsibi
sit
delinquendilocus,
id parum profuerit, fiet aliquid a nobis seuerius; nam adhuc lenitat
dulces sumus, et, ut spero, proficimus aliquantum. sed ego hanc,
u
Siculi dicunt,
veav in unum annum meditatus sum; proinde p
ne,si quid prorogatum sit, turpis inueniar . Cursivas aadidas.
7/25/2019 Cicero Imperator. Estrategias de Autofiguracin Epistolar
12/15
Ciceroimperator estrategias de autof iguracin epistoiar
en ei viaje a Ciiicia Cic ,Att 5. 1-15)
Soledad Correa
Dossier
por el propio C icern: Verres.
nuestro en tender, la ob-
jetivacin de este ethos previo {seruiendum esse famae meae/
seruiunt
existimationi meae)parece revestir
las
caracteristicas
de un
exemplumo
modelo al que tanto el rem itente como
su entorno deben adherirse.
Seguidamente, vuelve a mencionarse la cualidad mirum
de sus acciones, lo que refuerza su espectacularidad y el
beneplcito con que son recibidas:
Acerca de la reunin de legaciones e individuos y de la
increble
mult i tud que me dio la bienvenida, incluso en
Samos pero de modo adm irable e n feso, creo queobien
ya has odo, y si no en qu te concierne? Sin embargo,
los agriculto res del diezmo , casi como si hubiese llegado
a ellos con plenos pode res, y los griegos como si hubiese
sido gobernador de Asia, salieron a mi encuentro entu-
s i a s m a d o s .
A part ir
de eso s cortamente que t entiendes que
ahoramisdeclaraciones ah largode muchos aos hansido
puestos
aprueba.
Pero, segn espero, haremos uso de esta habili-
dad que hemos aprendido de ti , y daremos satis