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7/25/2019 Charles Stanley EL Camino Del Perdon
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El cmino del perdn
Hace algunos aos, me sent a cenar con mis dos hijos. Yaeran mayores de veinte aos en ese momento, y lo suficien-temente maduros como para hablar abiertamente acercade nuestro pasado juntos. Yo quera estar seguro de que nohubiera algn conflicto sin resolver entre nosotros, ningnresentimiento por algo que yo hubiera hecho, que pudieraafectar nuestra relacin o la manera como me recordaran.
Mientras comamos, pregunt si exista algo que los habaestado agobiado durante estos aos, esperando que tomaranunos minutos para reflexionar al respecto. Pero cada uno tena una respuestapreparada de inmediato. Hablamos de lo que recordaban de mis errores y de la he-rida que les haba causado, as que algo maravilloso comenz a suceder: mientrashablamos de ello, estbamos siendo sanados gracias al poder del perdn.
Piense en su pasado. Hay algunas heridas que ha estado llevando? Le vienena la mente ciertos nombres o caras cuando piensa en los agravios que ha sufrido?
No importa quin sea usted ocunto tenga ya sea famosoo desconocido, rico o pobrenunca ser feliz ni tendr pazni contentamiento si alberga unespritu rencoroso. Aferrarse alos resentimientos es como decirLe echo llave a mi celda de castigo, me ato las manos y los pies y endurezco micorazn, porque no quiero tener una vida plena. Usted nunca vivir libre o plena-
mente mientras se niegue a ocuparse de las races de su amargura.Efesios 4.32 dice: Sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonndo-
os uso a otros, como Dios tambin os perdon a vosotros en Cristo. Perdonar alos dems no es fcil, y hacerlo con amor es aun ms difcil. Sin embargo, comocreyentes, estamos llamados a recorrer el camino del perdn.
Por esa razn, hemos dedicado esta edicin deEn Contactopara ocuparnos deltema del perdn. Con las herramientas adecuadas y en el poder del Espritu Santo,usted puede perdonar cualquier agravio que haya sido cometido en su contra.
Si toma el perdn seriamente, su vida cambiar crame. Las personas que leconocen le preguntarn qu sucedi. Usted podr decirles: Sal de la prisin; yano tengo cadenas. Por fin soy verdaderamente libre.
abae
Car
lesF.S
aney
Nunca ser feliz ni tendrpaz ni contentamiento si
alberga un espriturencoroso.
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Esta publicacin de
es para la Gloria de Dios
PRESS ASSO C IATION
EVANGE LICA L
Revista En Contacto, septiembre de 2011. Tomo XI, no.12. Reservados todos los derechos. Impresaen los Estados Unidos de Amrica. La revista En Contacto no se hace responsable de la publicacin nidistribucin de ediciones internacionales, ya sea en ingls o traducidas, a no ser que la edicin hayasido autorizada por el personal administrativo de la revista In Touch, publicada en los EE.UU.A menos que se indique lo contrario, las citas bblicas son tomadas de la versin Reina Valera de 1960,Sociedades Bblicas Unidas.
SOLUCIONES BBLICAS
Musalaha: Un ministerio
de reconciliacinP OR ERI N GI ESC HEN
Esfuerzos de reconciliacin en Tierra Santa
PODEROSO EN ESPRITU
En presencia de los enemigosP O R G I N G E R G A R R E
Lo que aprendemos acerca del perdn mediante la vida delprimer mrtir de la iglesia
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PRODUCIDO POR IN TOUCH FOUNDATION, UNA ORGANIZACIN DE APOYO A MINISTERIOS EN CONTACTO
O F I C I N A
EE. UU.P.O. Box 48900
Atlanta, Georgia 303621-800-303-0033770-936-6281
LAMISINDELAREVISTA
ENCONTACTO
es estimular a todo creyentea cultivar una relacin ms estrecha
con el Seor Jesucristo yapoyar la labor de la iglesia local.
Dr. Charles F. StanleyP R E S I D E N T E Y F U N D A D O R
C. Phillip BowenD I R E C T O R E J E C U T I V O
John E. Courtney, Jr.V I C E P R E S I D E N T E
D E S A R R O L L O Y M E R C A D E O
Albert E. AnayaD I R E C T O R D E M E D I O S
Martha Alvarez RestrepoED IT O RA
Nora T. HernndezC O O R D I N A D O R A D E M E R C A D E O
Vctor M. RodrguezMarianela Da Silva
D I S E A D O R E S G R F I C O S
Steve R. LindseyD I R E C T O R D E M A T E R I A L E S
Y D I S T R I B U C I N
David BlahnikG E R E N T E D E P R O D U C C I N
A R T C U L O S
4DEBEMOS
PERDONARNOS
POR CHARLES F. SANLEY
Cmo ser libres de la
autocondenacin
10GUA PARAAPRENDER APERDONARPOR JAMES CAIN
Gua prctica para uno de
los llamados ms difcilesde la vida
c o n t e n i d o
24ENCUENTROCON JESSDevocionales diariosextrados de los sermonesdel Dr. Stanley
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Pe
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Le resultadifcil perdonar a alguienen particular? Se trata de un enemigo, ode un familiar que le hiere con frecuencia?O se trata de usted mismo? He escuchado
a algunos cristianos decir: No tengo nadaen contra de quienes me han agraviado, ys que la sangre de Cristo ha cubierto todosmis pecados, pero no puedo perdonarme am mismo. A veces, la persona ms difcilde perdonar es uno mismo, pero el perdnnunca es pleno hasta que uno logra hacerlo.
Los asuntos que nos causan vergenza ysentimientos de culpa son diversos. Tal vez
una conducta inapropiada, o las palabrashirientes contra un ser querido. Tal vezuna mala decisin, como un divorcio o unaborto. O quizs el cargo de conciencia porpalabras o acciones humillantes dirigidas anuestros hijos.
El apstol Pedro debi, tambin, de haberlidiado con el sentimiento de autocondena-
cin. En el momento de mayor necesidaddel Seor Jess, Pedro neg conocerle (Mt26.69-75). Su deslealtad debi de haber sidoaun ms difcil de soportar por su promesade que nunca le fallara (Mt 26.33). La esce-na de su traicin probablemente se repitimil veces en su mente, hacindole desear
poder borrar sus palabras. Pero no pudo.Luego est Pablo. Despus de que vio la
luz, lament su historia de persecucin de laiglesia (Hch 9.1-4; 1 Ti 1.5-16.). Cmo pudo
alguien con un historial tan horrendo con-vertirse en el mayor evangelista y plantadorde iglesias de su poca?
Ambos descubrieron el secreto parasobreponerse al fracaso y al pecado.Comprendieron y aceptaron el perdn deDios, eligiendo vivir en la riqueza de sugracia inmerecida. Pero no se detuvieronall; tambin se perdonaron a s mismos.
Pusieron la culpa de sus pecados en la cruz,y se negaron a seguir llevndola. Es por esoque el Seor pudo usarlos tan efectivamente.
Aquellos de nosotros que fuimos redimi-dos por fe en Cristo, hemos sido totalmenteperdonados y declarados inocentes. Sinembargo, muchos creyentes tienen dificulta-des para deshacerse de sus remordimientos.
La verdad es que un espritu no perdonadordirigido hacia uno mismo, es tan perjudicialy destructivo como el rencor contra alguienms. Cmo puede uno seguir manteniendobajo la esclavitud a alguien que Dios ha per-donado? Cmo es que no puedo perdonar-me a m mismo?
cmo liberarnos de la autocondenacin
P O R C H A R L E S F . S T A N L E Y
rdonarnos
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Qu caracteriza a quienes nose perdonan a s mismos?>>EL AUTOCASTIGO.Una seal de un esp-ritu no perdonador, es el deseo de castigarquien cometi la falta. Eso es exactamente
lo que nos hacemos a nosotros mismoscuando nos aferramos a la autocondena-cin. Cada maana la culpa nos espera,
y obedientemente la cargamos como unamochila durante todo el da. Con cada repe-ticin mental de nuestras faltas pasadas,experimentamos de nuevo las dolorosas yhumillantes emociones que acompaaban anuestro pecado del pasado. Algunas perso-nas incluso se abstienen de las cosas buenas
que Dios quiere que disfruten,
porque piensan que esa autonegacin, de
alguna manera, pagar sus transgresiones.Qu absurdo es castigarnos a nosotros mis-mos cuando Cristo ya ha pagado la totalidadde la pena! El sufrimiento autoimpuesto noaade nada a su completa expiacin a favornuestro (Ef 2.8, 9).>>LA EVASIN.Los seres humanos somosmaestros en el arte de intentar escapar dela culpa, para no tener que enfrentarla. Hay
quienes tratan de atenuar el remordimientopor medio del alcohol, las drogas, la comida,las compras, el entretenimiento o las aventu-ras sexuales. Otros llenan sus vidas de activi-dad constante, con agendas sobrecargadas ytrabajo excesivo. Pero no podemos deshacer-nos de nuestra culpa ni ignorarla. En algn
momento tenemos que hacerle frente, o elremordimiento seguir consumindonos,daando nuestras almas (Sal 32.3, 4).>>EL DESMERECIMIENTO.Otra seal es elprofundo sentimiento de desmerecimiento
que afecta todos los aspectos de la vida. SiSatans puede hacerle sentir que es indignopor sus faltas del pasado, le tendr exacta-mente como l quiere que est: paralizadoespiritualmente. Su vida de oracin serdbil o inexistente, su relacin ntima con elSeor se apagar, y su servicio se ver estor-bado y ser infructuoso. En realidad, nin-guno de nosotros es digno. Es por eso quetodos necesitamos la gracia divina, el favorinmerecidode Dios a nosotros. Aferrarse a
sentimientos de desmerecimiento y rechazar
la gracia de Dios, es perjudicial para nuestravida espiritual (Hch 10.15).>>LA INCERTIDUMBRE.Recordar constan-temente los errores del pasado mantiene alcristiano en incertidumbre. A pesar de tenerla seguridad de su salvacin, nunca estntotalmente seguros de cmo lo ve Dios, ynunca experimenta la paz que sobrepasatodo entendimiento (Fil 4.6, 7). A veces,
incluso, puede preguntarse:Qu saldrmal ahora? Despus de todo, no soy digno
de ninguna bendicin. Estoy seguro de que
me vendr alguna prueba, porque me la
merezco. Esta manera de pensar socava laconfianza en el Seor y, en realidad, creauna barrera entre Dios y nosotros. Cuando
Q broes aigarno
oro iocuano Cioy a agaoa tadad el ea!
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mantenemos vivo el sentimiento de culpapor nuestro pecado, perdemos el conten-tamiento, la confianza y el gozo que da elperdn. El Seor no lleva un registro denuestras transgresiones, y tampoco debemos
hacerlo nosotros (Sal 103.12).>>UNA MANERA DE PENSAR DISTORSIO-NADA.En vez de razonar partiendo de laverdad de la Biblia, quienes estn llenos deremordimiento confan en su propia lgica
y en sus emociones. Los pecados del pasa-do se convierten en el centro de atencin,
y lo que Dios dice no es tenido en cuenta.Su Palabra dice que todos mis pecados hansido perdonados, pero si me aferro a ellosestoy negando su promesa y manteniendomis propias ideas. Para decirlo sin rodeos,el problema es el egocentrismo. Si todo loque veo es mipecado, mis sentimientos, miindignidad, miculpa y miremordimiento,estoy absorbido en m mismo (He 12.1-3).>>LA CARENCIA DE PODER.Cristo quiere
mostrar su vida en sus seguidores, perocualquiera que tenga un espritu no per-donador apaga la luz de l. Aunque todossabemos que est mal guardarle rencor aalguien, a menudo lo toleramos hacia noso-tros mismos. Quienes insisten en cargar consus sentimientos de culpa no estn andandoen el Espritu, y el resultado ser una vida
cristiana carente de poder.Por qu no queremosperdonarnos a nosotrosmismos?Para vencer la autocondenacin, debemosaprender a comprender por qu tenemoseste problema. Qu nos ha motivado a cas-tigarnos a nosotros mismos, aferrndonos al
sentimiento de culpa?>>LA INCREDULIDAD.La causa principal esla incredulidad priorizar los sentimientos
y al razonamiento humano por encima dela verdad de la Palabra de Dios. La Bibliadice que Jess llev el castigo por nuestrospecados (Ro 3.23-26). Pero quienes se afe-
rran a la culpa estn diciendo, bsicamen-te: No, mi pecado necesita ms castigo.Tengo que sufrir por l hasta quesientaque puedo perdonarme a m mismo. No lealegra que Dios no haya dispuesto que fueraas? Cuando Cristo muri en la cruz, dijo:Consumado es (Jn 19.30). No hace faltaningn otro pago. La manera como nos sin-
tamos no tiene nada que ver con la realidadde lo que l ha hecho por nosotros.>>EL LEGALISMO.Tal vez el no poder vivir ala altura de nuestras propias expectativas, eslo que nos hace condenarnos. Sin embargo,cuando estamos tan decepcionados que nopodemos perdonarnos, hemos establecidouna norma basada en el desempeo. Esto es
lo que se llama legalismo. El Seor tiene soloun requisito para recibir su perdn: la fe enCristo. Decir: Lo que hice fue tan malo, queno puedo perdonarme, es vivir bajo la ley,no bajo la gracia. El perdn de Dios no se daen base a un sistema de categorizacin de lospecados, y el nuestro no debe ser diferente.>>LA ACEPTACIN.Lamentablemente, des-pus de vivir por mucho tiempo bajo la auto-
condenacin, los creyentes pueden empezara ver eso como un estilo de vida normal.Pero no lo es. Cristo nos prometi libertadde la culpa, juntamente con la vida abundan-te que acompaa a una conciencia purifica-da. No aceptar esto significa permanecer enuna prisin creada por nosotros mismos. Las
Nohahechoconnosotrosconformeanuestras
iniquidades,ninoshapagadoconformeanuestrospecados.
Porquecomolaalturadeloscielossobrelatierra,engrandecisu
misericordiasobrelosqueletemen.Cuantoestlejoselorientedel
occidente,hizoalejardenosotrosnuestrasrebeliones.
SALMO 1 0 3 . 1 0 - 1 2
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Conoce usted a Dios?Perdonarse a s mismo solo es posible
mediante una relacin sanadora con
el Seor Jesucristo. Romanos 12.1 pro-
mete que cualquier persona que recibe
a Cristo como Salvador, ser libre de la
condenacin en esta vida y en la eter-
nidad, y ser liberado de las garras del
pecado para siempre.
La Biblia promete que si confesares
con tu boca que Jess es Seor, y cre-
yeres en tu corazn que Dios le levant
de los muertos, sers salvo. Porque con
el corazn se cree para justicia, pero
con la boca se confiesa para salvacin
(Ro 10.9, 10).
Confiese sus pecados al Seor, y
pdale humildemente que entre en
su vida. Puede usar la oracin que
aparece a continuacin o sus propias
palabras:
Seor Jess, creo que eres verdade-
ramente el Hijo de Dios. Confieso
que he pecado contra Ti en pensa-
miento, palabra y obra. Te ruego que
perdones todos mis pecados, y que
me permitas vivir en una relacin
contigo a partir de este momento. Te
recibo como mi Salvador personal,
aceptando el sacrificio que hiciste
en la cruz. Gracias por salvarme.
Aydame a tener una vida que sea
agradable a Ti. Amn.
Con mucho gusto le enviaremosnuestro material gratuito Vida nueva
en Cristo, para ayudarle a dar el
siguiente paso en su relacin con Dios.
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instituciones penitenciarias tienen una palabra paralos reclusos que se han aclimatado tanto a la vida enla prisin, que tiene miedo de vivir fuera de ella: ins-titucionalizados. Eso es exactamente lo que sucedecon los creyentes que no quieren desprenderse de
sus sentimientos de culpa. Se encogen en sus celdas,a pesar de que Cristo les ha abierto la puerta e invita-do a salir a la libertad que l compr para ellos.
Cmo puedo perdonarme?La autocondenacin no es la manera en que Diosquiere que vivamos. Pero, cmo se puede cambiaresta prctica?1. Reconocindola.
El primer paso es reconocerque uno no se ha perdonado a s mismo. Hay queencarar el hecho, y comenzar a lidiar con el proble-ma.2. Arrepintindose.Confesarle al Seor que lossentimientos de autocondenacin son pecado.Luego aceptar su perdn, y darle gracias.3. Creyndole a Dios.Reafirmar la confianza enla verdad de la Biblia. Dios dice que l ha alejado
nuestras rebeliones, como est lejos el oriente deloccidente.4. Escogiendo el perdn.Con base en la Biblia,y por un acto de voluntad, en fe, hay que decidirperdonarse a uno mismo.
Cada uno de estos pasos estn basados en laverdad, no en las emociones. Dejemos de repetirla vieja grabacin de nuestros pecados, y comen-
cemos a repetir las verdades de la Palabra de Dios.La libertad de la culpa y el arrepentimiento depen-den simplemente de una decisin. El Seor Jessvino para liberar a los cautivos (Lc 4.18). El cris-tiano que se aferre al perdn de Cristo y renunciea los sentimientos de culpa, saldr de la prisin deautocondenacin al gozo de la vida abundante.
PREGUNTAS DE ESTUDIO
1. Qu nos dice Romanos 8.1-4 acerca de la posi-
cin del creyente delante Dios?
2. Considere las preguntas de Pablo en Romanos
8.31-39. Si su actitud hacia s mismo no coincide
con la perspectiva de Dios, qu puede hacer para
alinearla con su Palabra?
3 Qu conclusiones saca Pablo sobre la posibilidad
de ser separados del amor de Cristo (vv. 35-39)?
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La prxima vez que le sea difcil perdonar a
alguien, solo recuerde que Jess derram su
sangre preciosa por todos los pecados de usted.
Lo ms triste de abrigar un espritu rencoroso, es
que la persona que resulta ms herida es usted
misma. El Dr. Stanley le recuerda la importancia
de perdonar a los dems, perdonarse a s mismo,evitar la amargura, y muchas cosas ms!
La paz del perdn
uLibro | SFBK $12.00
Tapa blanda, 160 pginas
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Mientras observaba a mishijos jugar en un parquecerca de nuestra casa, sedesarroll un curioso dramaentre dos mujeres y sus hijos.
Una mujer sostena la
mano de su hijo. La otra, msalterada, agarraba el codo delsuyo. Ambos nios estabancon el ceo fruncido, con elmentn hacia fuera y las manos metidas enlos bolsillos.
l dijo que lo senta, dijo la segundamadre. Ahora dile t: Te perdono, y densela mano. Ninguno de los dos se miraba a
los ojos. Durante el silencio, la frustradamam comenz a amenazar alteradamentea su hijo hasta que ste pronunci unao dos palabras. Aliviada, esta mam losenvi de nuevo al parque, y luego selament con su amiga sobre la dificultadde llegar a los corazones de sus hijos. Sque el necesitaba hacerlo, suspir, pero sino lo hizo de corazn, qu sentido tiene?
Era una pregunta vlida. Despus detodo, el te perdono que dijo su hijoera tan sincero como el lo siento dela respuesta del otro. Este incidente merecord que saber que hay que perdonarno es la parte difcil; perdonar de verdad,s que lo es. El punto, despus de todo,
es la reconciliacin lacomunin restaurada yla herida sanada queresulta de la prctica deesta disciplina. Al final,el perdn cambia ms
a quien perdona que alperdonado.Esto es as, porque
el perdn nos obliga areconocer nuestra impotencia, y a confiaren la justicia de Dios. El nio que seresista a perdonar saba instintivamenteque la debilidad no es, por lo general,considerada una virtud. Buscar la
venganza nos hace sentir fuertes.Perdonar, por el contrario, reconoce quees posible que no recibamos la justiciaque pensamos que merecamos.
El cambio tambin se debe a que elperdn crea un espacio para la comuninrestaurada. Renunciar a nuestro reclamocontra el ofensor nos lleva de la debilidada la fortaleza, ya que invitamos a la paz del
Espritu Santo a restaurar nuestra relacincon Dios y el prjimo. Negar el perdn,en cambio, rompe la comunin no solocon nuestro adversario, sino tambin connuestro Padre celestial (Mr 11.25).
Un rato despus, mientras mis hijos yyo dejbamos el parque, vi que los nios
Traicin. Rechazo. Condena. Nadie pide ese trato, pero pocos estn
a salvo de recibir algunas heridas en la vida. Las circunstancias que
requieren de perdn no estn, por lo general, en nuestros
planes. Pero, para obedecer fielmente a Cristo, tenemos que
aprender a decir: Te perdono.
La siguiente gua no es exhaustiva. Pero los consejos, las citas y los
relatos recogidos aqu proporcionarn orientacin en cuanto a la dif-
cil orden del Seor de perdonar, no importa cul sea la ofensa.
P O R J A M E S C A I N
ms que palabras: la tarea del perdn
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estaban jugando otra vez. Sonrean y reancomo si nada hubiera sucedido. Aunque elproceso no siempre se vuelve tan fcil, elperdonar y recibir perdn haba hechoun espacio para su amistad.
La mayora de las personas sufren heridas
mucho ms profundas que las del caso delparque. Los obstculos para perdonar sernmucho ms grandes, y el costo mucho msalto. Pero el punto sigue siendo el mismo:cuando perdonamos, hacemos posible queuna relacin se renueve, si no con la personaque perdonamos, entonces con la Personaque nos ha perdonado.
consejo no. 1:perdone yrecuerdePor lo general, ponemos juntas las palabrasperdonar y olvidar, pero para perdonarde verdad, tenemos que recordar. El apstolPablo dice que nuestro deber de perdonar
a los dems depende
de recordarel perdn querecibimos de Dios.De la manera queCristo os perdon,escribe, as tambinhacedlo vosotros
(Col 3.13). No solo debemos recordar queDios nos perdona, sino tambin imitar
cmo l lo hace: con misericordia, congenerosidad, y por completo.Podemos sentirnos tentados a mantenerun registro de agravios, pero el amorimpide eso (1 Co 13.5). El mundo incrdulotiende a alimentar rencores contra quienesnos han causado algn mal, pero como
seguidores de Cristo, perdonamos congenerosidad sin esperar nada a cambio.
Aplicacin:Perdone por completo, hagaborrn y cuenta nueva. Perdonar no significa olvidar
la ofensa. Despus de todo, usted es humano, y no
puede olvidar totalmente. Peor aun, pretender que
nunca sucedi nada malo, impide que haya sanidad.
Cuando recuerde la falta cometida contra usted,
vala como una oportunidad para recordar la gracia
de Dios para con usted, y por medio de usted para
con el ofensor.consejo no. 2:no se limitea decir unas simplespalabrasDesde la perspectiva cristiana, el perdnrequiere mucho ms de nosotros queunas breves palabras. El escritor ThomasWatson dio una respuesta sorprendente ala pregunta: Qu es el perdn? l escribi:Perdonamos cuando luchamos contratodo pensamiento de venganza; cuando
no pensamos hacer ninguna mala jugada anuestros enemigos, sino que les deseamoslo mejor, nos afligimos por sus calamidades,oramos por ellos, buscamos la reconciliacincon ellos, y nosmostramos listostodo el tiempopara aliviarlos. Enotras palabras, el
perdn requierede una accinmisericordiosainterior antes de que podamos llevar a cabouna accin misericordiosa exterior (vaseel consejo no. 4). Gran parte de este trabajointerior puede hacerse sin el conocimientodel ofensor.
La frase de Watson luchar contra,
reconoce lo extenuante que puede llegara ser el perdn, exigindonos que nosopongamos de forma activa y enrgica ala inclinacin natural de agredir fsica overbalmente a la otra persona, o de retirarlenuestro afecto.
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Aplicacin:Evite atacar a los dems oapartarse de ellos, y busque oportunidades
para celebrar los triunfos de su ofensor. No
se alegre cuando esta persona sufra, sino
acompela en su afliccin. Trate de aliviar
sinceramente a esa persona, y busque el
momento adecuado para la reconciliacin.
Todo este trabajo del corazn le permitir austed, cuando llegue el momento, ofrecer un
perdn autntico.
Consejo no. 3:Comience conpoco Practique el perdonar a otrospor sus pequeas faltas a lo largo decada da, tales como que otro conductorse le adelante en el trfico quitndole
su derecho en la va, o que reciba unaofensa no intencional. Si lo hace, esotransformar poco a poco su corazncon el tiempo, haciendo posible queperdone a otros cuando surjan conflictosms grandes y ms serios.
Consejo
no.4:EVITEguardarREncorPodramos tenerla tentacin de nohacer caso a la faltacometida contra
La disciplina perdida
En el Padrenuestro, como se conoce
popularmente Mateo 6.9-13, Jess
presenta al perdn como elementoesencial de la vida cristiana: Y per-
dnanos nuestras deudas, como tam-
bin nosotros perdonamos a nuestros
deudores (v. 12) revela que el perdn
que Dios nos da depende de nuestra
actitud perdonadora (vase tambin
Mr 11.25).
Este versculo nos hace sentir
incmodos, como debe ser. Aunque
esto no determina nuestra salvacin,
s nos dice que nuestra capacidad de
recibir el perdn de Dios y la capa-
cidad de perdonar a otras personas
estn estrechamente relacionadas.
nosotros, asumiendo la responsabilidad totalo parcial. Frases como: probablemente me lomereca, o tiene que haber sido cosa de losdos, puede ocultar los sentimientos reales.Este falso proceder parece ser sabio, perosepultar el dolor planta semillas que producendespus un fruto amargo.
Aplicacin:Cuando usted recba unaravo, busque la oportundad de hacer alo
en ben del ofensor. Orar por el ofensor es
un buen coenzo. Hacer esta obra de aor
y sercorda har s fcl desarraar el
resentento.
Consejo no. 5:BUSQUEMISERICORDIA Ms quejusticiaEn nuestra cultura, que aplaude lavenganza antes que la misericordia, la
idea de la justiciabblica se lesescapa a muchos,incluyendo a los
cristianos. Algunaspersonas utilizanfrases como:el castigo debe
ser proporcional al delito, y concluyenfalsamente que la justicia y la misericordiano pueden coexistir. Estas personas
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ignoran la estrecha conexin que debehaber entre ambas, como lo ilustra la Bibliamediante expresiones de profundo perdncuando pudo haberse hecho justiciamediante la violencia.
Pensemos en Jos (vase Gn 37, 3947).Imaginemos su historia contada dentrode las normas culturales de hoy. En vezde perdonar a sus hermanos, Jos habra
ejecutado sulargamenteesperadavenganza pormedio de una
cruel venganzao de una largabatalla legal.
Esto puede sonar ridculo a nuestros odos,pero las pelculas y los libros (las bibliasdel mundo de hoy) cuentan historiassemejantes todo el tiempo. Cunto msgrande y ms conmovedora es la historia delJos real! l prefiri perdonar cuando nadie
le habra negado su derecho de vengarse.
Aplicacin:No le ofrece su vdaoportundades seejantes para perdonar? Un
copaero de trabajo exaera sus loros, y
recbe un ascenso que deb haber sdo de usted.
Aluen tracona su confanza, y le hace perder
a un ao. Un cnyue ente, ponendo en
pelro el atrono y la fala. No porta
qu tan probletco pueda ser el caso, deje queDos le revele la anera de co la sercorda
y la justca pueden cobnarse.
Consejo no. 6:perdone a susenemigosEn la maana del 2 de octubre de 2006,Charles Roberts entr en una escuela Amish
de Nickel Mines, Pensilvania. Un poco msde media hora despus, cinco nias estabanmuertas, cinco ms heridas, y la paz de lacomunidad hecha aicos para siempre.
Sin embargo, el mismo da, mientras quelos cuerpos seguan sin enterrar, se escuchdecir a un abuelo Amish a sus parientesjvenes: No debemos pensar mal de este
hombre. Roberts se haba quitado la vidadurante la crisis, y en los das que siguieron,la comunidad trat con misericordia yperdn a su familia, asombrando al mundopor su benignidad.
La respuesta Amish de misericordiay perdn fue extraordinaria por susingularidad en un mundo fascinado porla justicia. Uno de los autores del libroAmish Grace(La misericordia de losAmish), Donald Kraybill, descubri que larespuesta no era sorprendente sino natural.Dice que el perdn est entretejido en lacultura Amish. Su vida comunitaria exige
un espritu de perdn, y por eso lo practicancomo un estilo de vida, cultivndolo, comolo requiere la Biblia.
No todas laspersonas tienen unenemigo, es decir,a alguien que lashaya agraviadocontinuamente, con
malicia, sin pensar enel bienestar de ellas. Siusted tiene un enemigo, la obra del perdncomienza con una oracin para recordarla gracia de Dios hacia usted. Una de lastareas del Espritu Santo es convencer almundo de pecado, de justicia y de juicio(Jn 16.8). Solo l puede producir el cambiode corazn necesario para que podamos
ver nuestro pecado, reconocer la justiciade Cristo, y ver que el juicio le pertenece aDios.
Aplicacin:La mayora de nosotros notenemos enemigos, pero debemos preparar
nuestros corazones para el duro trabajo de
perdonar. Pdale a Dios que le muestre su propio
pecado, y le recuerde su gracia. Y as, el da que
sea lastimado, busque a su ofensor y, con la
conciencia de sus propias fallas, le pida perdn.
Ore por el bienestar de esa persona, no solo
para que vea el error que cometi, sino tambin
para que Dios la proteja y prospere. Apresrese
a brindar misericordia, deje la justicia en manos
de Dios, y asegrese de no permitir que el
resentimiento halle terreno frtil en usted.
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debo perdonar?Qu hace a prjo erecedor de perdn? A veces, pensa-os que para perdonar necestaos que la otra persona ofrezca una dsculpa. Pero Jess ense
otra cosa. Coo se lustra en este rfco, debeos perdonar ncondconalente orando por
quenes nos tratan al no porta qun sea el ofensor, n cuntas veces nos ofenda (Lc 17.4).
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solucionesbblicas
Musalahaun ministerio de reconciliacin
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L A m A N E R A E N Q U E C R i S T i A N O S P A L E S T i N O S
Y J U D O S D E T i E R R A S A N T A T R A B A J A N
P A R A L O g R A R L A U N i D A D E N C R i S T O
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Evan Thomas inclinaba su cabeza mientras requisaba a los hombrespalestinos que pasaban por el puesto de control de la ciudad de Gaza, donde l estabaapostado. La fila se extenda largamente en ambas direcciones. Todos, al parecer, necesi-
taban un permiso para visitar a familiares en la Cisjordania amurallada, el otro territoriopalestino a unos 105 kilmetros al noreste. La tensin era alta, y el da transcurra lenta-mente.
Era 1988, y Thomas haba sido llamado de la reserva a las filas. Haban transcurridocinco aos desde que haba terminado el perodo de servicio exigido por el gobierno, perosu entrenamiento comenz de inmediato en el puesto de control no mirar los rostros dequienes eran requisados, no familiarizar con nadie, no responder si alguien trataba de ser
amable.l saba que su superior poda estar observando, pero aun as, levant la mirada. Un
joven lo estaba mirando fijamente. Y para su sorpresa, se reconocieron mutuamente por-que se haban visto en una reunin de oracin a la que haban asistido.
Esa reunin fue una de las primeras experiencias que Thomas, un judo mesinico ypastor, tuvo con la comunidad cristiana palestina. En realidad, la mayor parte de su con-tacto con los palestinos haba sido dentro de un contexto militar. Mi percepcin, comosoldado, era verlos como hostiles. Debido a mi formacin, los vea como enemigos demi pueblo, dijo.
Pero all, en ese punto de control de Gaza, el enemigo ya no era alguien sin rostro:
Thomas se dio cuenta de que estaba mirando a los ojos de su hermano en Cristo. Creoque el Seor dispuso esta experiencia con el propsito de suavizar mi corazn, dice alreflexionar en el asunto.
Thomas comenz a pensar seriamente en las implicaciones personales de su fe en elconflicto. Primera de Juan 4.20, en particular, impact profundamente su perspectiva: Sialguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso: Pues el que no ama asu hermano, a quien ha visto, cmo puede amar a Dios a quien no ha visto?. Esta verdadse aloj en el corazn de Thomas, y lo oblig a recapacitar. Quizs el Seor lo estaba pre-
parando para algo ms all del ministerio con su propia congregacin.Meses ms tarde,Thomas asista a una clase para preparar a lderes judos y palestinospara servir a sus iglesias. Cuando conoci al Dr. Salim Munayer, Thomas descubri queambos tenan amor por su tierra, y la misma pasin por la unidad en Cristo.
Munayer, un palestino con ciudadana israel, naci en un hogar cristiano, y su familia
Dr. Salim Munayer
y Evan Thomas
descubrieron que
compartan la misma
pasin: el amor por
el Medio Oriente y
la unidad en Cristo.
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haba vivido en la ciudad de Lod durantesiglos. Alrededor de 200 cristianos de Lodsobrevivieron a la guerra de 1948 refugin-dose en su iglesia, y as pudieron perma-necer en la ciudad despus de que Israel
se convirtiera en estado. Transcultural pornecesidad, Munayer estaba en una posicinnica. Conoca personalmente el sufri-miento del pueblo palestino, pero tambinentenda el punto de vista israel. Poco des-pus de recibir a Cristo, el joven Munayersinti el llamado al ministerio. Obedeci
yendo a la universidad, y a SeminariosTeolgicos en EE.UU. e Inglaterra, y, final-
mente, enseando en la Universidad Bblicade Beln en Cisjordania.
En 1987, cuando se intensific el con-flicto palestino-israel, lderes cristianosde ambos lados le pidieron a Munayer que
ayudaraa facilitarun mejorentendi-miento
entre ellos. Yo iba a cada comunidad tra-tando de explicar lo que pensaba el otro, y
vea tantas diferencias en la lengua, la cul-tura, la teologa y la realidad, dijo. Ser unpuente significaba muchos retos.
Munayer entenda que el Seor queraver a los dos lados unidos, y que l tenaque ser un catalizador para la reconcilia-cin. Yo saba que haber sido afectado por
el conflicto desde nio, y haber estado entres escuelas diferentes y entre culturas yreligiones diferentes, era parte de la maneracomo Dios me haba preparado para estetrabajo, dijo. Pero haba tambin una partede m que no quera hacerlo, pues saba quesera difcil.
Munayer comparti con Thomas su visinde una organizacin que reuniera a los cris-tianos de ambas comunidades, y le pregunta su nuevo amigo si estara dispuesto aayudarlo a comenzar una. Juntos, fundaronMusalaha (musalaha.org) en 1990, decidien-do escoger la palabra rabe para reconcilia-cin como su nombre. Ambos saban queel camino por delante sera difcil. El muchodolor, la ira y la falta de comprensin habandivido a sus comunidades. Pero el llamadoa ser ministros de la reconciliacin (2 Co5.18) era claro: si el reino de Dios iba a mani-festarse en su tierra, el cuerpo local de Cristo
no poda mantenerse fracturado.
Hay algo en el desiertoque ha atradoa los buscadores espirituales durante milesde aos. A primera vista, no parece ofrecer
nada, excepto a s mismo una vasta super-ficie y condiciones difciles, pero es poreso que Munayer, director de Musalaha, sedio cuenta de que ello servira el paisaje per-fecto para unir a los creyentes.
En 1990, despus de quedarse sin ideasen cuanto a un lugar neutral para reunir-se, l y Thomas llevaron a un grupo de 30personas al desierto. Les presentaron laoportunidad de aceptar un desafo del quesus comunidades no se haban ocupado.Los hombres y mujeres jvenes de dife-rentes comunidades tenan que trabajar enequipo, aprender a maniobrar camellos o a
armar carpas de beduinos. Antes de abor-dar temas que les impidieran ser un cuerpounido de creyentes, los lderes buscabanuna sola cosa: que hubiera una relacinverdadera. Y eso fue lo que surgi. Alejadosde su contexto cotidiano, comenzaron aencontrar un terreno comn.
QUE AmBO S LADOS SE ENT iENDAN
ES EL DESEO DE DiOS.
u
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El desierto como sala de clases es ungran nivelador, dijo Thomas, quien ahorapreside la junta formada por igual nmerode israeles y palestinos cristianos. Durantelas ltimas dos dcadas, los ministerios de
Musalaha han ido ms all de ese primerencuentro en el desierto, para incluir capaci-tacin para el liderazgo, campamentos paranios, conferencias para mujeres y familias,grupos pequeos, talleres transculturales
y de reconciliacin, proyectos de serviciocomunitario, y, ms recientemente, progra-mas de alcance de las comunidades juda ymusulmana.
Rittie Katz, una juda mesinica, asistia uno de los primeros grupos pequeos demujeres de Musalaha, y ahora ensea en unaescuela palestina. Sus hijos han crecido conlos de Munayer, y han desafiado estereoti-pos por medio de su amistad. Que amboslados se entiendan es el deseo de Dios, diceella, y ese debe ser tambin mi deseo. Sin
embargo, Katz reconoce que, a pesar de loslogros y del gozo del compaerismo que haexperimentado, trabajar en favor de la uni-dad es un trabajo difcil. A veces, no parecehaber dnde ir cuando cada lado est consu-mido en su propio dolor. Pero, no podemosreconciliarnos a menos que enfrentemos losasuntos y los problemas juntos. Tenemosque conocernos unos a otros y vernos unosa otros como personas. Si desatendemoslas cosas, en vez de desenterrarlas y discu-tirlas, todo el proceso perder el equilibrio.Desenterrar es doloroso porque nos hace
vernos a nosotros mismos, pero no podemosesperar que el otro d el primer paso.
Dentro de este cuerpo de creyentes, hayun amplio espectro de creencias y opiniones
tanto polticas como teolgicas. Pero estclaro que la reconciliacin no significa estarde acuerdo en todo. Significa ponerse bajoel pendn del amor de Cristo para partir elpan e involucrarse unos con otros. Aun as,el ministerio ha sido acusado por las comu-nidades a las que pertenecen, de ser o bien
pro-palestinos o bien pro-israeles.Musalaha no toma la posicin de juzgar
de qu lado est la razn, dijo el palestinoPierre Tannous. Solo trata de lograr queambos lados se abran uno al otro. Muchos
de estos creyentes han llegado a reconocerque su identidad en Cristo debe estar porencima del nacionalismo.
Munayer cree que cuando la iglesia dams prioridad a la poltica que a la misinde Jess, su identidad como el cuerpo deCristo se ve comprometida. Hacer estodivide a la iglesia y causa dao al mensajedel evangelio en el Medio Oriente, dijo.
Pero esto ocurre porque hemos descuida-do la enseanza de Jess sobre el carcteresencial del reino de Dios, y nos hemosalineado con los reyes polticos. Nos hemosolvidado de nuestra identidad como hijosdel reino de Dios, donde l es el Rey.
En los retiros que hace Musalaha,los
participantes siempre realizan una SantaCena o Comunin unida. Es un momentoen que la intencin de Jess para su pueblose hace clara. Estos creyentes, muchos deellos descendientes biolgicos de los prime-ros creyentes de la iglesia primitiva, estnviviendo el cumplimiento de la oracin deCristo por sus seguidores: Que todos seanuno; como t, oh Padre, en m y yo en tipara que sean perfectos en unidad, paraque el mundo conozca que t me enviaste(Jn 17.21-23).
En un mundo de conflicto constante, esimposible no reconocer que algo extraor-dinario est sucediendo por medio deMusalaha: pueblos enemigos vienen a lamisma mesa, no para impresionar a los
dems ni para hablar de poltica, sino paracompartir como una familia. Las familiassiempre pelean, dijo Munayer. Pero siguensiendo familia, pues hay un amor que losmantiene unidos.Y ese es el llamado al queMusalaha, y cada creyente comprometidocon la reconciliacin, debe responder.
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Unidos en la vida cristiana IILa disciplina determina nuestro destino ILa disciplina determina nuestro destino IIPDV6CD: Principios de vida - Vol. 6 (6 CDs)A la expectativa de la venida del Seor IA la expectativa de la venida del Seor IILa promesa de la venida de Cristo
Compartamos las bendiciones de DiosNuestras experiencias en el valle de lgrimasLa clave para que nuestra oracin sea contestadaLa disciplina determina nuestro destino
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Deje lbre l esr>>El llamad al perdn verdader
LEa MATEo 18:21-35
El perdn est en el corazn del evangelio, como lo revela la parbola de Mateo 18,y, como creyentes, hemos recibido la orden de practicarlo diariamente. Sin embargo,perdonar a otros es un llamado que a menudo nos resulta difcil cumplir. La buenanoticia es que cuando el Seor nos ordena hacer una tarea que est ms all denuestra capacidad natural, nos da los medios para realizarla por medio del poderdel Espritu Santo. Bien entendido, el perdn que damos a las personas que nos hanagraviado, fluye de un corazn agradecido por el perdn que Dios ha derramado
sobre nosotros. Bsicamente, es por permitir que su amor impregne nuestras vidas,que somos capaces de ofrecer misericordia a los dems.
ExaminE
Profundice en los siguientes pasajes de las Sagradas Escrituras:u1 Juan 2.9-11. La falta de perdn nos impide ver la perspectiva de Dios, y perju-dica la comunin con l.
u1 Juan 4.7-21. La falta de disposicin de amar a los dems nos impide amar al
Seor con todo nuestro ser.
uMarcos 11.25; Mateo 5:23, 24. Guardar rencores y evitar la reconciliacin nosimpide adorar libremente a Dios.
uEfesios 4.305.2. La fuente de la compasin y el perdn verdaderos es sobrena-tural.
uMateo 5.38-42. Ofrecer el perdn de Dios a los dems hace que llamemos la
atencin en el mundo, para la gloria de l.
u2 Corintios 5.16-21. Cuando actuamos como agentes del perdn de Dios, pone-mos de manifiesto, de manera admirable, la verdad del evangelio.
1. Se dentfca usted con el servo de la parbola de Jess en cuanto a la deuda perdona-
da? Trata de cobrar deudas a los des?
2. Co afecta la falta de perdn su relacn con el Seor? S est tenendo dfcultadpara dejar lbre a otra persona de la falta que coet contra usted, hay aln aspecto
de su vda en la que todava neceste recbr la plentud del perdn de Dos?
3. Qu snfca ser ebajadores de Crsto a quenes se les ha sdo confado el nste-
ro de la reconclacn (2 Co 5.18-20)?Encuentre ms estudios bblicos en lnea visitando encontacto.org.
REf LExionE
15-minu eestudiobblico
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El 9 de abril de 1945, un hombre pacficosufri una muerte violenta. El mdicoque presidi el ahorcamiento de DietrichBonheoffer escribi ms tarde: En los casicincuenta aos que llevo trabajando comomdico, no haba visto morir a un hombretan sumiso completamente a la voluntadde Dios. Bonhoeffer, telogo y pastoralemn, haba censurado abiertamente alrgimen nazi y participado secretamente
en el movimiento de resistencia. Habl laverdad en una poca de mentiras, y fuecondenado a muerte.
El martirio de Bonhoeffer sigue siendo unmomento agridulce en el gradual desenvol-
vimiento de la historia de Dios en el mundo,otro ejemplo en el que el mal parece haber
prevalecido, al menos por el momento. Pero
sabemos que el legado de Bonhoeffer serrecordado por la eternidad, al igual quelas muertes de otros mrtires cristianos alo largo de los siglos. El testimonio de su
valiente y firme fidelidad al evangelio, nosrecuerda que lo ms importante no es la vidaterrenal, sino la eternidad en la presenciade Dios. Esa paz frente a la muerte puedeser desconocida para alguien que nunca ha
ledo el relato del primer mrtir de la iglesia,Esteban, un hombre lleno de fe, gracia ypoder del Espritu Santo (Hch 6.5, 8).
Por su carcter tan semejante al deCristo, los apstoles convirtieron a Estebanen el primer dicono de la iglesia, conel trabajo de manejar la distribucin de
epresenciaeloenemigosLo que aprendemos acerca del perdn mediante
la vida del primer mrtir de la iglesia
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pdersenesprtu
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comida entre los creyentes necesitados.(Los convertidos, especialmente los judosque haban credo en Jess, eran a menudorechazados por sus familias, un hecho queobligaba a muchos a depender de la iglesia
para su supervivencia diaria). La Biblia nosdice que Esteban tambin haca prodigios yseales entre el pueblo (v. 8).
Su arduo trabajo y su gran fe le ganaronel respeto de sus hermanos en el evangelio,pero tambin la ira de los enemigos de laiglesia. La vida de Esteban fue una demos-tracin indiscutible del carcter y el poderde Cristo, y las autoridades religiosas quehaban condenado al Seor estaban ansiosaspor condenarlo a l tambin. Incitaron atestigos falsos para que lo acusaran de blas-femia. Y, al igual que Jess, estuvo delante deellos y eligiendo no defenderse a s mismo.En vez de eso, con gran sabidura y gracia,defendi el evangelio. En un discurso elo-cuente y poderoso, Esteban reprendi al
sanedrn por su rebelin contra Dios y porsu negativa a aceptar a Jess como el Mesas.
Enfurecidos por sus palabras, los lderesreligiosos tomaron piedras del suelo, y ape-drearon a Esteban hasta darle muerte en lascalles de Jerusaln, sin haberle hecho un jui-cio. Las ltimas palabras de Esteban revelanla condicin de su corazn: Seor, no les
tomes en cuenta este pecado (Hch 7.60). Enese momento, imit las palabras del Salvadordichas desde la cruz: Padre, perdnalos,porque no saben lo que hacen (Lc 23.34).Esteban haba seguido a su Seor con fideli-dad, tanto en la vida como en la muerte.
Cmo encontr este santo creyente ladisposicin de perdonar a sus asesinos,mientras los vea lanzar piedras a su cuerpo?
Hechos 7.55 dice: lleno del Espritu Santo,puestos los ojos en el cielo, vio la gloria deDios, y a Jess que estaba a la diestra deDios. Rodeado de enemigos, Esteban desvila mirada hacia arriba y recibi una increble
visin de la Divinidad. Su atencin se centren el gozo de ver a Dios Padre y al Hijo en el
cielo, no en el odio de sus perseguidores.Esteban pudo mostrar el perdn del Seor
en la muerte, solo porque haba cultivadoun corazn que reflejaba el del Salvador ensu vida. Recordemos las palabras de Jess:
Osteis que fue dicho: Amars a tu prjimo,y aborrecers a tu enemigo. Pero yo os digo:Amad a vuestros enemigos, bendecid a losque os maldicen, haced bien a los que osaborrecen, y orad por los que os ultrajan yos persiguen; para que seis hijos de vuestroPadre que est en los cielos (Mt 5.43-45).Jess no nos ordena simplemente liberar alos dems de sus ofensas contra nosotros,
nos llama tambin a hacer algo que es msgrande y ms costoso: amar como l nosama a nosotros (Ro 5.8-10). Aqu, l revela
la conexin entre el perdn y el amor ver-dadero; como seguidor de Cristo, usted nopuede tener uno sin el otro. La medida decmo hemos llegado a ser como l, se revelapor la manera como nos relacionamos connuestros enemigos.
El perdn a los enemigos puede mani-festarse en actos externos, pero comienzadentro de nosotros. Necesitamos centrarnos
en nuestra relacin con el Seor, dejandoque l nos moldee continuamente a su ima-gen. As pues, cuando surjan persecucionesu otras dificultades, podremos proclamar elevangelio de manera compasiva y abnegada,perdonando en todo momento, siguiendo lasenda de Esteban y de Jesucristo mismo.
Su atencin secentr en el gozode ver a Dios Padrey al Hijo en el cielo,no en el odio de susperseguidores.
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Te apostle Paul understood what it meantto carry the light of the gospel to others.He dedicated himself to sharing the goodnews with those who did not believe andto nurturing the faith of other Christians.Like Paul, we are called to be light bearersto those around us.
R E F L E X I N
Estas trampas siguen siendo un peligrohoy. Debido a que somos impacientes pornaturaleza, podemos fcilmente justificar unaaccin. El mejor consejo es escuchar, obede-cer y esperar. El tiempo de Dios es perfecto, yno tenemos que perder lo mejor que l tienepara nosotros.
j u e v e s
LEER | GNESIS 16.1-6
Estorbos a la voluntadde Dios
Vivimos en una cultura acelerada, yacostumbrados a los resultados rpi-dos. Esperar parece ser cosa del pasado.
No nos sorprende, entonces, que pase-mos apuros si Dios no da respuesta a unaoracin de inmediato. Sin embargo, cuandonos negamos a ser pacientes, nuestra nicaopcin es apartarnos de su plan. El pasaje
de hoy dice cmo Abram y Sarai (luegoAbraham y Sara) decidieron tomar unasunto en sus propias manos porque no lesgust la agenda del Seor.
Haban pasado diez aos desde que Diosles prometi un hijo, y Sara estaba enveje-ciendo. As que ella y Abram decidieron de-jar que su criada Agar tuviera un hijo paraellos. Sara finalmente dio a luz en su vejez,
pero esa impaciencia dio como resultadoun gran conflicto para su familia y paranosotros, hoy. Gran parte de la tensin enel Medio Oriente se remonta a dos pueblos:los descendientes de Agar y los de Sara.
Por qu esta pareja eligi el camino de laautosuficiencia? Primero, porque el intensodeseo de Sarai nubl su pensamiento.Quera con desesperacin darle un hijo a su
esposo, pues era una de las bases del valorde la mujer en esa cultura. Luego, sucumbia una forma de pensar incorrecta. Despusde aos sin tener un hijo, empez a pensarque el Seor necesitaba ayuda. Por ltimo,llev a Abram a creer este errado razona-miento, y ambos cedieron a la impaciencia.
1
Como creyentes, senos ha perdonado
mucho. Nuestro
Padre celestial
quiere que, a
cambio de eso,
seamos generosos
perdonadores
de los dems.
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Si usted est trabajando simplemente paragana dinero, tiene una visin limitada delo que es el trabajo. No hay nada malo enquerer ganar dinero para que usted y su fa-milia vivan bien, pero como cristiano ustedsirve al Seor, y eso debe ser evidente en eltrabajo que haga en este mundo.
Acepte cualquier circunstancia en la queDios le tenga en este momento. Si es untiempo de espera, elija tener paciencia.Andar en la voluntad del Seor nos obliga aseguir siendo sensibles a su voz. Nuestro Pa-dre celestial nos protege de cometer errorescuando estamos dispuestos a escucharle.
F i n d e s e m a n a d e lD a d e l T r a b a j a d o rv i e r n e s
LEER | COLOSENSES 3 .224 .1
Cmo rendir almximo en el trabajo
Se despierta usted cada da temin-dole a su trabajo? Si es as, es posibleque tenga un concepto equivocado delmismo. La Biblia nos ensea a vernoscomo siervos que trabajamos para el Se-or, no importa quin sea nuestro patrn.
Jesucristo mismo dio el ejemplo. EnMateo 20.28, l dice que no vino para ser
servido, sino paraservir. Si usted deseatener xito en su trabajo, debe tener laactitud de Cristo, que era la de un siervo.En vez de limitarse simplemente a trabajarpara recibir algo a cambio, invierta deusted mismo en los dems, y sea un buentrabajador en equipo. Si alguien le pide quecamine le acompae una milla, caminedos (Mt 5.41). Su actitud honrar a Dios y
transformar la calidad de su trabajo.Cuando yo estaba en la universidad,trabajaba en una fbrica de tejidos que erainsoportablemente calurosa, y un lugarterrible para trabajar. No me gustabaestar all, pero entenda que tena quecambiar mi actitud, por lo que le dije aDios: Voy a hacer esto como si fuerasmi jefe. Eso lo cambi todo. Ya no me
importaba el calor, y poda testificar demi fe a seis personas a la vez. A mi jefeno le gustaba que hablara de Cristo, pero
volvi a contratarme el ao siguiente. Simi actitud hubiera sido negativa, nadieme habra escuchado, y no habra tenidoun empleo.
2LEER | ISA AS 30.21
Cmo esperar en Dios
El Todopoderoso le form. l conoce suscapacidades y debilidades, como tam-bin todos los detalles de su situacin y losresultados potenciales de cualquier decisinque usted pueda tomar.
Su Creador sabe lo que es mejor para suvida. Su plan para usted, motivado por susabidura y su amor, se ejecuta con sincro-
nizacin perfecta. Esta ltima parte puedeser difcil de aceptar por nosotros, especial-mente cuando se trata de esperar.
Pero la paciencia es a menudo parte delplan. En algunas circunstancias de la vida,Dios nos ensea a confiar y a renunciar anuestro anhelo de gratificacin inmediata.Demostramos entrega y humildad ante lcuando nos sometemos a su agenda.
Hay, por supuesto, otra opcin. Dios nosdio libre albedro para aceptar su plan oapartarnos de l. Cuando la vida no sigue elcamino deseado, podemos tratar de hacerque las cosas se hagan como queremos,pero esto no funciona. De hecho, siemprelleva al desengao y a las dificultades,haciendo que perdamos lo que Dios tienepara nuestras vidas. Aunque esta opcin es
tentadora, los resultados no son deseables.La Biblia contiene ricas promesas que
podemos reclamar, y Dios cumple siempresu Palabra. Como sus seguidores, debemoscreer con fe y esperar con tranquilidad ypaciencia (Ro 12.12). Mientras tanto, escu-chemos y obedezcamos.
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Sus palabras y sus acciones ensean. Sabensus hijos, ms all de toda duda, que son
valorados y capaces? Les est dando lasherramientas que necesitan para seguira Cristo? Recuerde que Dios no esperaperfeccin. l guiar al corazn dispuesto ycubrir los errores con su gracia.
Qu le est comunicando a sus hijos? Pre-gntese: Qu sealan mis acciones como lasprioridades de mi vida? Perciben mis hijosque tengo un corazn hambriento de direc-cin, consejo y sostn divinos? Por encima detodo, saben ellos cmo crecer en su relacincon Jesucristo al observar mi vida?
m a r t e s
7Cuando alguien pregunta: Qu haceusted?, la respuesta incluye a menudoel ttulo de un cargo. Pero cualquiera queest criando nios o interactuando conellos tiene un plapel mucho ms importanteque las obligaciones de cualquier profesin.
Los padres son comunicadores. Pero, adiferencia de los conferencistas, los padres
no tienen preparados sus mensajes. Todo loque hacemos y decimos ensea a nuestrosnios. Piense en los das de su infancia.Cmo lo que hacan sus padres revelabansus prioridades, creencias y pasiones?
Aun sin hablar, enviamos mensajes pormedio de nuestro lenguaje corporal, intere-ses, actos de bondad, silencio, etc. Aada-mos palabras a la mezcla, y tendremos una
receta poderosa para influenciar a nuestroshijos, ya sea positiva o negativamente.Inevitablemente, nuestros nios se vern
afectados por lo que comunicamos y lamanera como lo interpretan. Sea conscientede la manera en que cada nio procesa lainformacin; a veces, el mensaje que trata-mos de dar no es bien interpretado. Quresponsabilidad tan grande se nos ha dado!
Con razn los padres sabios confan en laayuda de Dios.
Solo padres como el colrico y celoso reySal en el pasaje de hoy, estaran dispuestosa hacer dao a sus hijos. Pero por nuestroajetreo, o por heridas del pasado, tambinpodemos enviar mensajes perjudiciales.
LEER | 1 SAMUEL 20.30-34
El mensaje que envanlos padres
LEER | LUCAS 3.22
La responsabilidadde los padres
Como vimos ayer, las palabras son solouna pequea parte de la comunicacinde los padres. Veamos ahora dos tipos demensajes en los que debemos ser modelospara nuestros hijos.
Primero, los nios necesitan saber queson amados, aceptados y capaces. En elpasaje de hoy, Dios Padre dijo estas cosas
a su Hijo. Es esencial que nuestros hijoslogren una sensacin de seguridad y de per-tenencia en el hogar, para que no busquenaceptacin en otras partes. Y la maneracomo les amemos y proveamos para ellosles ayudar a llegar a entender el amor delPadre celestial.
Segundo, los padres somos responsablesde ensear los principios necesarios para
vivir una vida agradable a Dios. Una formade hacerlo es mediante la lectura de laBiblia en voz alta, y compartir h istorias decmo el Seor estuvo involucrado en nues-tras vidas. Pero las acciones deben concor-dar con lo que decimos. Por ejemplo, no po-demos esperar que nuestros hijos entiendanrealmente la regla de oro si actuamos conegosmo, arrogancia o insensibilidad.
Modelar la vida cristiana debe ser inten-cional, como el leer la Biblia o servir en laiglesia como familia. Pero tenga en cuentaque las acciones y las palabras no siemprese perciben correctamente. Asegrese deque la comprensin de sus hijos concuerdecon el mensaje que espera comunicar.
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Aunque los desastres naturales, las guerrasy las crisis pueden afectar a las personas, nopueden tomar control del corazn del cre-yente. Que su esperanza descanse en Cristosolamente. Buscar la seguridad en los brazosdel Todopoderoso es lo nico que podr man-tenerle firme en tiempos de incertidumbre.
Estn los cimientos de su vida construidossobre la roca slida de Jess? O estn plan-tados en algo tan inestable como la arena el dinero o el prestigio? Poner la esperanza
y la confianza en cualquier cosa que no seael Seor, al final le har sentirse deshecho yderrotado.
Hace una dcada, Estados Unidos deAmrica experiment un ataque terro-rista muy grande. El pas fue sacudido porla conciencia de que no estaba tan libre deriesgos como pensaba.
Me afligi, por supuesto, enterarme delo sucedido, y el hecho de que muchaspersonas perdieron trgicamente sus vidas.
Pero, al mismo tiempo, la horrible situacincondujo a algunos resultados positivos. Porejemplo, la nacin se uni, y la gente sirvicon valenta y altruismo.
Creo que uno de los mayores benefi-cios fue que muchos nos dimos cuentade nuestra gran dependencia de Dios. Laseguridad en este mundo es una ilusin.Lamentablemente, la paz y la bendicin
que hemos experimentado han llevado amucha autosatisfaccin y autodependen-cia. A veces, necesitamos ser sacudidos denuestro olvido para que pongamos nuestraconfianza en Jesucristo.
Escuchar las noticias puede sacudir nues-tra sensacin de bienestar. Siempre se estproduciendo algo inquietante. Sin embargo,como creyentes, debemos mirar la vida des-
de una perspectiva bblica. Somos hijos delDios viviente, no personas que buscan suseguridad en el mundo. Nuestra esperanzay refugio estn firmes: nuestra relacin conel Seor es eterna por medio de Jesucris-to. Todo lo dems que tenemos puede serdestruido en un instante.
LEER | HEBREOS 12.25-2 9
Cuando los cimientosse estremecen
Nuestro mundo es un lugar cambiante eincierto. Mucha gente busca seguridaden el dinero, las personas y el poder. Estascosas, sin embargo, no estn garantizadasde un da para otro. Los noticiarios sonprueba suficiente de que stas puedendesaparecer en cualquier momento. No esextrao que haya desesperacin y temor.
Para los creyentes, por fortuna, larealidad no est basada en lo que vemos,ni nuestro cimiento se encuentra en estemundo. Construimos nuestra esperanzay confianza sobre el Seor, y creemos la ver-dad que hay en su Palabra.
Aun en tiempos de caos, nuestra seguri-dad se encuentra en la relacin de amor deDios con nosotros, sus hijos. El pasaje de
hoy nos dice que nada puede separarnos denuestro Seor Jesucristo.Por tanto, en medio de la agitacin y
los problemas, tenemos la seguridad deque nuestras vidas estn en las manos delTodopoderoso. Podemos confiar no solo ensu amor y su presencia, sino tambin en suatencin, fidelidad y cuidado eterno.
Cuando surja la dificultad y las circuns-
tancias luzcan abrumadoras, podemos res-ponder con confianza y fortaleza gracias aJess. Junto con el salmista, quien tambinvivi en tiempos de guerra y de aconteci-mientos estresantes, podemos llamar alSeor Esperanza ma, y castillo mo; miDios, en quien confiar (Sal 91.2).
LEER | ROMANOS 8.35-37
Un cimiento firme
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LEER | SALMO 72 .12 -14
Ministros para consolar
Porque l librar al menesteroso que clamare,y al afligido que no tuviere quien le socorra.
endr misericordia del pobre y del menesteroso,y salvar la vida de los pobres. De engao y de violencia
redimir sus almas, y la sangre de ellos ser preciosa ante sus ojos.
Qu lecciones podemos aprender al reflexionar en los ataques del 11 de septiembrede 2001? Al pensar en cmo respondieron los estadounidenses, recuerdo la extraordi-
naria abnegacin y compasin que demostraron. Muchos bomberos y policas de NuevaYork arriesgaron y sacrificaron sus vidas en las labores de rescate. En todo el pas,la gente trat de ayudar a las vctimas y a sus familiares de cualquier manera posible.Algunos donaron sangre, y otros, dinero.
Al recordar estos actos altruistas, debemos sentirnos inspirados a demostrar bondaden tiempos de desastres, ya sean naturales o provocados por el hombre, nacionales olocales. Como vimos hace una dcada, la verdadera compasin no solo trata de com-prender el dolor de los dems, sino tambin proporciona ayuda prctica. A la luz delas recientes desastres que han ocurrido a nivel mundial, pensemos en cmo podemos
expresar inters y preocupacin por los afectados.Primero, recuerde que usted y yo tenemos un privilegio maravilloso: la capacidad detocar a cualquier persona en el mundo por medio de la oracin. No importa cun lejosestn las vctimas, pueden ser consoladas por Dios al l responder a nuestro clamorsincero. As que, tan pronto como se entere de una tragedia, comience a orar por las
vctimas, los rescatistas, y los encargados de manejar la crisis. Deje que el Espritu Santole gue al pedir la proteccin, la provisin, el consuelo y la conciencia de la presencia deDios, y de cualquier otra cosa que l considere conveniente (Ro 8.26).
Segundo, las donaciones (de dinero, alimentos, ropa, artculos para el hogar) y muchas
clases de ayudas suelen ser de alta prioridad. Es prudente asociarse con organizacionesde ayuda confiables, y preguntar a fuentes de confianza qu se necesita. Las limitacionespara viajar pueden reducir sus opciones, pero en las situaciones locales usted puede ex-presar su compasin con palabras de consuelo, un clido abrazo, o simplemente un odoatento. Mediante este tipo de amor, el mundo reconocer su Luz verdadera: Jesucristo,quien fue ungido para dar buenas nuevas a los abatidos, vendar a los quebrantados decorazn, y a consolar a todos los enlutados (Is 61.1, 2).
f i n d e s e m a n a d e l 1 1 d e s e p t i e m b r e
En este sombro aniversario, recuerde algunos de los actos de bondad generalizadosque hubo despus de la tragedia. Que esos recuerdos le motiven a darse cuenta delas necesidades a su alrededor, y a suplirlas con el amor de Cristo. Adems, piense enalgn desastre en las noticias de este ao, y pdale al Espritu Santo que le revele lasmaneras de orar por las familias que siguen sufriendo. Su preocupacin puede tener unimpacto profundo.
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Aunque en el cielo todos los creyentescompareceremos ante el tribunal de Cristo,no habr razn para temer. Nuestro juiciotendr el propsito de determinar las recom-pensas, no de recibir castigo. Por gratitud,debemos prepararnos ahora para ese mo-mento, viviendo para el Seor cada da.
El amor divino no est condicionado pornuestro desempeo, sino por la naturalezade Dios. Es como la marea del mar. Ustedpuede estar en la orilla y decir: No creo enlas olas, pero eso no les impedir tocarle.Asimismo, nada de lo que usted haga o sien-ta evitar que sea amado por Dios.
Algunas personas rechazan el mensajede salvacin porque se sienten ofendi-das por lo que dice la Biblia sobre la ira deDios. Incluso hay creyentes que tienen pro-blemas para reconciliar el amor del Seorcon su justicia. Cmo puede l ser, al mis-mo tiempo, perfectamente misericordiosoy perfectamente justo? En un intento por
conciliar este dilema, a menudo tratamosde suavizar el mensaje de juicio, y subrayarms bien el amor de Dios. Pero el amor y lajusticia no son trminos contradictorios. Enrealidad, no se puede tener uno sin el otro.
El amor de Dios trae bien a nuestra vida.Pero si no hay justicia, el pecado se vuelveincontrolable, y causa dolor y sufrimiento.Nadie piensa que un juez es amoroso cuan-
do se niega a castigar a un criminal. Dejarlolibre no es saludable para el culpable nipara la comunidad. De la misma manera,nuestro Padre celestial no puede permitirque el pecado quede sin castigo.
Pero esto presenta un dilema aun mayorpara la humanidad. Todos somos culpa-bles delante del Dios santo. Es por eso queCristo vino a la Tierra. l llev sobre s la
ira divina por todos nuestros pecados, paraque el Padre pudiera ser justo y al mismotiempo perdonador. Su justicia fue satisfe-cha por el mayor acto de amor: la muertede Cristo en la cruz. As que, quienes acep-tan por fe la oferta de salvacin del Seor,nunca experimentarn el castigo eterno.
LEER | SALMO 33.4 , 5
El amor de Dios y sujusticia
Una de las mayores luchas que enfren-tan algunas personas, es el sentimientode no poder ser amadas por Cristo. Perola Biblia nos dice claramente que s lo son.Lejos de decirlo simplemente con palabras,Dios tambin nos ha dado muchas pruebasde que es as. La creacin misma es unaexpresin de su amoroso cuidado por noso-
tros. l cre esta Tierra como la habitacinperfecta para la humanidad, y nos proveelas cosas que necesitamos para vivir. Pero lams alta expresin de su amor se manifiestaen su provisin para nuestras necesidadeseternas. Envi a su Hijo para redimirnos delpecado, poder ser perdonados y reconcilia-dos con Dios, y para luego vivir con l parasiempre en el cielo.
Por qu, entonces, con todas estasevidencias, seguimos dudando de su amor?Tal vez sea porque estamos viendo al amordesde nuestra perspectiva limitada: puestoque nosotros no podemos amar a otrosincondicionalmente, dudamos de que elSeor pueda hacerlo. Despus de todo, elrazonamiento humano considera lgico seramorosos con quienes estn a la altura de
nuestras normas, y distantes de quienes no.O quizs simplemente nos sentimos
indignos del amor de Dios. Bueno, le tengouna noticia: nadie es digno. El amor deDios no se basa en si lo merecemos o no. Suamor es una demostracin del compromisoque l tiene de bendecirnos al mximo.
LEER | 1 JUAN 4.7-10
El amor incondicionalde Dios
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La posibilidad de una segunda oportunidades tentadora, pero no se deje engaar. Nohay ms oportunidad para ser salvo despusde la muerte. El regalo de la salvacin solo seencuentra disponible en esta vida, y es solopor medio del Seor Jess (14.6). Reciba alSalvador ahora mismo!
La nica manera de tener acceso a lasriquezas espirituales de Dios es por la fe.No tenemos que mendigar o convencer alSeor para que nos d lo que ya ha puesto anuestra disposicin. En vez de eso, acepte-mos que somos quienes l dice que somos, yhagamos lo que nos ha llamado a lograr.
j u e v e s
Se ha preguntado usted alguna vezsi la fe en Jess es realmente lanica manera para ser salvo? Satans esun astuto mentiroso que distorsionar laPalabra de Dios para evitar que las perso-nas sigan a Cristo, creando la impresinde que al final todo el mundo ir al cielo.Pero eso no es lo que ensea la Biblia.
La verdad es que podemos elegirrechazar la salvacin que Cristo ofrecegratuitamente. El Evangelio de Juan nosdice: Porque no envi Dios a su Hijo almundo para condenar al mundo, sinopara que el mundo sea salvo por l. El queen l cree no es condenado; pero el que nocree, ya ha sido condenado, porque no hacredo en el nombre del unignito Hijo de
Dios (3.17, 18).Dios dice claramente que todo aquelque cree en Jesucristo ser salvo (v. 16).Y la Biblia hace hincapi en que tenemossolo esta vida en la ierra para tomar unadecisin; no hay una segunda oportuni-dad despus de la muerte.
As que, si usted desea estar seguro desu salvacin, puede hacerlo invitando a
Jess a ser su Salvador personal hoy. Dios,que desea que usted pase la eternidad conl, le ofrece razones de peso para tomaresta decisin tan importante: El que creeen el Hijo tiene vida eterna; pero el querehsa creer en el Hijo la ira de Diosest sobre l (v. 36).
LEER | HECHOS 16.31
La verdad sobre lasalvacin
Se considera usted rico? No importacunto dinero tenga, si es un seguidorde Cristo, es muy rico porque Dios ha pro-digado sobre usted las riquezas de su gracia.En el momento de su salvacin, l depositen su cuenta toda bendicin espiritual enlos lugares celestiales en Cristo (v. 3). Porqu, entonces, tantos creyentes viven en la
pobreza espiritual?1. La ignorancia. Algunos cristianos noconocen esta cuenta bancaria espiritualsin lmites y, por tanto, nunca hacen usode ella.2. La confusin. Muchos creyentes nosaben cmo tener acceso a los tesorosde la gracia de Dios. Como resultado, seangustian y se quejan por sus necesidades y
problemas, o vienen al Seor desesperadosimplorando y mendigando ayuda, sin darsecuenta de la abundante provisin que l yaha depositado en su cuenta.3. Los intereses opuestos. La distraccinpor las cosas de este mundo puede ser larazn ms comn. Los cristianos en estacategora se centran en las posesiones, lasresponsabilidades urgentes y su progreso
material, pero no tienen inters por lascosas espirituales de Dios.
Las riquezas de la gracia de Dios supe-ran cualquier riqueza terrenal. Ellas danla paz y la satisfaccin que el dinero nopuede comprar, y sus beneficios son paratoda la eternidad.
LEER | EFESIOS 1.1-14
Las riquezas de lagracia de Dios
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Dios consideraba tan horrible y destructivoal pecado, que para destruir su poder diovoluntariamente muerte a su propio Hijo.Por su parte, el Seor Jess se ofreci comosustituto. Compr la victoria sobre el pecadopara quienes crean en l. Ese fue el momen-to supremo de la historia de la humanidad.
Cuando Jess estuvo en este mundo, Satansintent destruir el plan y el poder de Diosen la Tierra, pero fracas miserablemente.El Enemigo fue derrotado cuando el Seorpag el precio de la deuda del pecado de lahumanidad, y resucit venciendo a la muerte.Los creyentes participamos de esa victoria.
v i e r n e s f i n d e s e m a n a
El pecado es tan atroz a los ojos delSeor, que cuesta una vida. Sin elderramamiento de sangre, no hay perdn niremisin del pecado (He 9.22). Dios cre unsistema de sacrificio de animales como unasolucin temporal al problema. El israelitallevaba un cordero sin defecto al sacerdote,pona las manos sobre su cabeza, y confe-
saba su pecado. El sacerdote sacrificaba alanimal, y rociaba su sangre en el altar. Elisraelita se marchaba purificado.
A lo largo de la historia fueron sacrifica-dos innumerable cantidad de animales, loque parece un gran desperdicio desde unaperspectiva humana. Pero el Seor estabadando una enseanza eterna: l no puedeaceptar el pecado.
El Seor se opone con vehemencia alpecado por el devastador poder de ste.Basta con ver las noticias para apreciar elresultado del pecado en las personas. Traedao y ruina. Nuestro Padre celestial noquiere que suframos esas consecuenciasdestructivas. Por eso, l hizo un sacrificiodefinitivo al poner a Cristo en la cruz paraque muriera como nuestro sustituto. Ese
da, Dios conden al pecado. Puso el pesode los pecados de la humanidad sobre loshombros del Seor Jess, y demand lapena de muerte de su Hijo unignito. Elsacrificio de animales caduc de inmediato,porque el Cordero de Dios tomo sobre smismo los pecados del mundo (Jn 1.29).
LEER | 1 PEDRO 2 .21 -24
El momento supremode la historia
Cuando Cristo colgaba en la cruz, Sa-tans estaba celebrando. Pens que lehaba ganado a Dios. Pero el Enemigo habasido derrotado de manera contundente.
Sin embargo, no siempre sentimos queSatans ha sido vencido. Esto se debe a quean luchamos contra los principados y laspotestades de este mundo. Es que el Enemi-
go no fue aniquilado en la cruz; eso suce-der despus (Ap 20.2, 10). Por ahora, siguereinando sobre quienes estn sin Cristo.Pero su poder sobre los creyentes fue des-truido en el Calvario. Como cristianos, nosomos de este mundo, sino parte del reinode Dios (Jn 17.16). Por tanto, el Seor tieneel control exclusivo de nuestro destino.
Pero recuerde que Satans es un farsante.
Quiere que las personas crean que lmanda en la Tierra, y que se desanimencuando vean a su alrededor los estragosque l causa. Es cierto que Jess lo llamael prncipe de este mundo (Jn 12.31). Peroponga cuidado al resto del versculo, quedice: ser echado fuera.
El diablo no puede hacer que el creyentepeque. Puede tentar y ridiculizar, pero no
tiene poder para obligar a la desobedien-cia (Ro 6.14). Adems, Satans no puedecondenar a los seguidores de Cristo (Ro8.1). Instigar la culpa en su corazn si selo permite, pero eso no cambia el hechode que usted es un hijo de Dios salvado,amado y en camino al cielo.
LEER | JUAN 12.27-32
El prncipe de estemundo es echado fuera
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El recordar estos principios, le ayudar aresponder a las dificultades. Esta perspectivaeliminar las reacciones negativas normal-mente provocadas por las pruebas, y harposible una respuesta sobrenatural. En vez desentirse desdichado y sin esperanzas, experi-mentar una paz y un gozo asombrosos.
Qu me dice de usted? Su hambre deconocer al Seor y de ser transformado porl supera su temor al sufrimiento? Ningunode nosotros quiere experimentar dolor, peroya que es una realidad inevitable, por quno responder de una manera que produzcabeneficios eternos?
l u n e s
Aprimera vista, el pasaje de hoy sobre lasabidura no parece estar relacionadocon el tema de las pruebas, pero Santiagoest, en realidad, siguiendo su pensamientocontenido en los tres versculos anteriores.Necesitamos sabidura para saber cmoresponder al sufrimiento. Esto significa quedebemos ver las pruebas desde la perspec-
tiva del Seor, y entender sus propsitos alpermitirlas en nuestras vidas.Si usted quiere sacarle provecho a las lu-
chas, ser sostenido en ellas, y salir adelantecon gozo y con victoria, debe estar conven-cido de las siguientes verdades:1. Dios tiene control del tiempo y de laintensidad de su prueba, y no permitir quevaya ms all del lmite que l le ha fijado.
2. l tiene un propsito para su sufrimiento,que usted no entender hasta que termine.3. Esta prueba ser provechosa si se sometea Dios y confa en l mientras pasa por ella.4. Las situaciones difciles son oportunida-des para probar si la fe es genuina, y paraque ella se fortalezca.5. Si usted soporta la presin extrema conpaz y gozo, el Seor le mostrar al mundo
que nos rodea su poder para sostenernos.6. Las dificultades son usadas por Dios paraproducir en usted el carcter de Cristo.7. Dios caminar con usted en todas laspruebas.8. El Espritu Santo le capacitar para so-portar cada prueba y salir vencedor.
LEER | SANTIAGO 1 .5 -8
Sabidura para laspruebas de la vida
Tened por sumo gozo cuando oshallis en diversas pruebas (Stg1.2) qu declaracin tan extraa! Cmopuede eso tener sentido, si las pruebas y elgozo no encajan entre s? Pero Santiago estpresentado la perspectiva divina, no la hu-mana. Hay ciertos beneficios sorprendentesen el sufrimiento que no son fciles de
distinguir por la mayora de las personas.Ante todo, necesitamos entender queeste pasaje no dice que debemos estarfelices por el dolor, sino que nos regocije-mos por las bendiciones que acompaan alsufrimiento. La frase tened por significaevaluar. Cuando evaluamos las adversida-des desde la perspectiva de Dios, podemosregocijarnos por su resultado provechoso,
aun cuando nos produzcan dolor. Huma-namente hablando, las pruebas duelen; perodesde el punto de vista del Seor, ayudan.
Para gozarse en las pruebas, es necesarioentender el propsito para el cual Dios lascre. No importa cul sea el origen de ellas,podemos saber que el Seor quiere usarlaspara poner a prueba nuestra fe y produciras paciencia y madurez espiritual. Dios ha
ocultado en cada prueba una gema preciosapara mejorar nuestro carcter, pero de-pender de nuestra respuesta el recibirla ono. Quienes desean realmente ser trans-formados a la imagen de Cristo, puedenregocijarse por los muchos beneficios queacompaan al sufrimiento.
LEER | SANTIAGO 1 .2 -4 , 12
Pruebas y gozo
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Ayunar implica el deseo intenso de escuchara Dios, un perodo de tiempo para conectar-se con l, y la disposicin de abstenernos decomida o alguna actividad. Si esta idea le in-timida, recuerde que el propsito del ayunoes prepararle para que pueda acercarse msa Dios y recibir su aliento y direccin.
Cuando nos lleguen noticias inesperadas,como a Nehemas, es posible que nospreocupemos. l sabiamente busc al Seormediante el ayuno y la oracin. Esta exce-lente prctica puede ayudarnos a nosotrostambin a escuchar con claridad a nuestroPadre celestial y a enfrentar cada situacin.
El ayuno tiene dos componentes im-portantes. Uno es la abstencin dealimentos o actividades, lo que elimina lasdistracciones. El otro es la atencin total aDios, que permite la conexin con l a unnivel ms profundo.
Daniel viva bajo cautiverio en Babiloniacuando ley la promesa de Dios de liberar
a los israelitas despus de un cierto perodode tiempo. Entonces busc sinceramente alSeor mediante la oracin y el ayuno (Dn9.2, 3). Luego, por medio del ngel Gabriel,Dios dio a este joven una mayor compren-sin de lo que haba prometido antes.
La Biblia tiene tambin otros ejemplos.Cuando el rey Josafat se enter de que unpoderoso ejrcito vena a atacarlo, llam
a toda Jud a reunirse y a ayunar (2 Cr20.1-4). Dios le dio aliento y fuerzas para elfuturo. Ayunar fue tambin parte de la pre-paracin de la iglesia primitiva para elegir asus primeros misioneros. El Espritu Santodirigi el envo de Bernab y Saulo a la obra(Hch 13.2).
Ayunar no nos da una respuesta msrpida de Dios, ni tampoco es para con-
vencerlo de que siga nuestro plan. Lo quehace es ayudarnos a ver nuestra situacina travs de sus ojos, y a obedecer lo quediscernimos. A veces, yo he buscado alSeor para tener su opinin de lo que estoyhaciendo. Ayunar me ha ayudado a tener superspectiva en mi vida y en mi trabajo.
LEER | HECHOS 13.1-3
La disciplinaespiritual del ayuno
El hermano de Nehemas lleg de Judcon malas noticias: los israelitas quevivan en Jerusaln estaban angustiados.Al enterarse de su sufrimiento, Nehemasayun y or al Seor durante varios das.Durante ese tiempo, descubri que Diosquera que pidiera ayuda al rey de Persia.
Ayunar es una disciplina espiritual que
nos ayuda a centrar nuestra atencin enel Seor y descubrir su voluntad, para quepodamos actuar de acuerdo a ella. Las per-sonas ayunan de diversas maneras: algunasevitan los alimentos, mientras que otras seabstienen de varias actividades. El periodode tiempo puede variar tambin. Pero elenfoque en cada caso debe ser el mismo:buscar a Dios, y descubrir su voluntad.
Cuando nos negamos a nosotros mismossuceden varias cosas. Primero, el EsprituSanto nos ayuda a dejar de lado los asuntosterrenales. Las relaciones, el trabajo y el pla-cer ocupan un lugar secundario al concen-tramos en Dios y sus propsitos. Segundo,nuestra atencin se desplaza de nosotros alSeor. Nuestra manera de pensar se vuelvems clara, y nuestra capacidad para enten-
der los planes de Dios se agudiza, porqueno estamos distrados en otras cosas.
Tercero, el Seor nos limpia espiritual-mente. Su Espritu nos convence de algunaactitud o conducta pecaminosas. Despusde confesar nuestro pecado, somos perdo-nados y limpiados (1 Jn 1.9).
La excelente prcticadel ayuno
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22LEER| NEHEMAS 1 .1 -11
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Piense en qu invierte su tiempo y su dinero,y qu domina sus pensamientos. Aunque susintereses parezcan buenos en la superficie,pdale al Seor que le revele todo lo que seha convertido en un dolo en su vida. Con-fesele su pecado y pida al Seor su ayudapara hacerlo el objeto de su devocin.
Celar es un rasgo negativo en las perso-nas, pero para el Todopoderoso es unatributo sagrado. Dios quiere ser nuestraprincipal prioridad el amor de nuestrasvidas, y se entristece cuando adoramos aalguien adems de l, ya que solo el Seormerece nuestra alabanza.
Cuando leemos el Antiguo Testamento,
es posible que no entendamos el porqula gente se postraba delante de dolos quehaban hecho con sus propias manos.De seguro que no pensaban que estabanvivos y que eran poderosos! Pero nosotroscometemos un error parecido cuando valo-ramos a dolos como el dinero, personas,apariencia, y poder. Aunque no son malos,pueden convertirse en objetos de adoracin
si dejamos que tengan demasiada impor-tancia. Es por eso que Dios es celoso denuestros corazones.
Por dos razones nuestro Padre celestialno permite que la devocin de sus hijosse desve. Primero, l merece la gloria.Segundo, su amor por nosotros es tangrande que quiere lo mejor de nuestrasvidas. En realidad, alabarle por encima de
todo, es lo mejor para nosotros. Por tanto,cuando nuestros corazones no pertenecenexclusivamente a Cristo, Dios nos discipli-na. Muchas veces esto significa dejar quelos problemas en nuestras vidas madurennuestra fe y nos recuerden quin es el nicoy solo Dios.
LEER | SANTIAGO 4.4-8
Adore solamentea Dios
v i e r n e s
23 En el libro de Salmos, el Rey Daviddescribe la vida de integridad que debencultivar los creyentes. Dios quiere quebusquemos cada vez ms la autenticidad, larectitud y la honestidad.Para desarrollar y mantener un estilo de
vida de integridad, necesitamos:Basar nuestra fe en lo que ensea la
Biblia. Las verdades fundamentales sobrelas cuales debemos construir nuestra vidason: la necesidad que tiene la humanidadde un Salvador; nuestra incapacidad desalvarnos a nosotros mismos; la muerte deCristo a nuestro favor; la salvacin por fesolamente; y el don gratuito del Padre de lavida eterna. Nuestra identidad y prioridadesdeben fluir de nuestra posicin de hijos
adoptados por Dios.Someternos al seoro de Cristo.El Seor Jess nos manda a negarnos anosotros mismos y a seguirlo (Mr 8.34). Elcompromiso sincero con l nos ayudar aenfrentar las tentaciones y a elegir lo recto.
Establecer relaciones con perso-
nas que valoren la vida cristiana. Lainfluencia de los creyentes maduros nos
fortalece en nuestra dedicacin y obe-diencia al Seor.
Reconocer nuestros errores. Todo elmundo falla, pero como creyentes debemosconfesar a Dios cualquier pecado conocido yevitar hacer lo incorrecto (1 Jn 1.9). Tambinser necesario pedir perdn a los dems.
LEER | SALMO 15.1-5
Una vida deintegridad
f i n d e s e m a n a
Vivimos en una cultura que aplaude los valo-res y las actitudes pecaminosas. Dios conocenuestra lucha por resistir la tentacin y elegirhacer lo recto, y por eso envi a su Espri-tu Santo para que nos ensee a vivir conintegridad. Pdale a l que le ayude a ser mscomo la persona descrita en el Salmo 15.
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Cuando fue confrontado por Natn, elrey David reconoci su pecado y recibiperdn (2 S 12.13). Cmo responde ustedcuando el Espritu Santo le convence depecado? Ve la realidad de su conducta y searrepiente? O trata de justificar y persistiren su conducta?
El rey David fue desde su juventud unfiel seguidor de Dios. Pero hubo unmomento en que cedi a la tentacin ycometi adulterio con la esposa de Uras.Su vida de integridad se vio gravementecomprometida.
Las fallas ticas y morales han asediadoa los cristianos en todos los siglos. Cuan-
do un creyente decide pecar para obtenerlo que desea, el egosmo o la codicia es lacausa fundamental. En otras ocasiones, eldeseo de acep