Post on 07-Oct-2018
2
CAMINOS DE LA
DESPATRIARCALIZACIÓN
“IRA CUMBRE INTERNACIONAL DESCOLONIZACIÓN, DESPATRIARCALIZACIÓN,
LUCHA CONTRA EL RACISMO Y LA DISCRIMINACIÓN”
3
EDICIÓN Y SUPERVISIÓN:
PABLO GROUX CANEDO
MINISTRO DE CULTURAS Y TURISMO
FÉLIX CÁRDENAS AGUILAR
VICEMINISTRO DE DESCOLONIZACIÓN
MARVIN MOLINA CASANOVA
DIRECTOR GENERAL DE ADMINISTRACIÓN PÚBLICA PLURINACIONAL
LEONCIO GUTIÉRREZ AGUILAR
DIRECTOR GENERAL DE LUCHA CONTRA EL RACISMO
TRANSCRIPCIÓN, CORRECCIÓN Y SISTEMATIZACIÓN:
RAFAEL BAUTISTA S.
APOYO DE:
“ESTA PUBLICACIÓN FUE AUSPICIADA POR LA
FUNDACIÓN ROSA LUXEMBURG CON FONDOS DEL
MINISTERIO ALEMÁN PARA LA COOPERACIÓN ECONÓMICA Y EL DESARROLLO (BMZ)”
EDITORES:
MINISTERIO DE CULTURAS Y TURISMO
VICEMINISTERIO DE DESCOLONIZACIÓN
Calle Potosí esquina Ayacucho S/N
Teléfonos (591-2) 2118644 – fax (591-2) 2114681
Para fines bibliográficos se debe citar: “Memoria de la Ira Cumbre Internacional de
Descolonización, Despatriarcalización y Lucha Contra el Racismo BOLIVIA 2013, autor,
Ministerio de Culturas y Turismo, Pagina, 2014.
PROHIBIDA SU VENTA
4
ÍNDICE
Introducción a la Cumbre……………………………………………………………………3
La despatriarcalización desde nosotras: una visión institucional…………..………...……..7
Día 2. Despatriarcalización:
Félix Cárdenas Viceministro de Descolonización: Descolonización y
despatriarcalizacion...........................................................................................15
Elisa Vega Sillo Jefa Unidad de Despatriarcalización: La despatriarcalización desde
nuestras identidades…….………...…………………………………………….......20
Rafael Bautista Segales Escritor Filosofo: Criterios metodológicos para una
descolonización de la despatriarcalización……….……………………………………..26
María Lugones (Republica de Argentina): La descolonización del feminismo…………...42
Estelina Quinatoa (Republica de Ecuador): La despatriarcalización en América latina…...50
Diálogos: descolonización-despatriarcalización…………………..……………………….55
5
Introducción
Los pueblos que conforman el Estado Plurinacional de Bolivia, estamos viviendo
los momentos más cruciales de nuestra historia, el tránsito o transformación del Estado
Colonial, al Estado Plurinacional, es uno de los retos más importantes que se viene
encarando desde el gobierno de la revolución democrática y cultural. Del Estado propiedad
de unos cuantos ciudadanos con mentalidad feudal y colonial al Estado propiedad del
pueblo boliviano, el traspaso de las colectividades excluidas y olvidadas al reconocimiento
constitucional y del rol primordial que cumplen en bien de todos, el giro de toda una
historia plagada de explotación inmisericorde de nuestros recursos naturales y recursos
humanos al vivir bien, es una muestra de la intención de nuestra Bolivia por descolonizarse
y desapatriarcalizarce, hoy en día se puede tener la seguridad de que esta es una historia sin
retorno.
La pérdida de identidad y el alineamiento cultural del que hemos sido y somos
víctimas los pueblos de nuestra región, han generado convicciones coloniales y patriarcales
que están modificando cada vez más nuestras débiles estructuras sociales, a su vez la forma
de pensar de nuestros ciudadanos y de nuestros pueblos, los cuales por medio de los neo -
instrumentos de colonización crean y ratifican modelos culturales coloniales y patriarcales,
alejando cada vez más a los pueblos y a las familias del Estado, recreando injustos cada vez
más notorios que desmedran los derechos biológicos, culturales, políticos, económicos,
sociales, naturales y constitucionales de madres, hermanas, hijas, esposas, hijos, nietos
abuelos, padres en síntesis familias enteras.
El Estado Plurinacional de Bolivia ha generado la convicción dentro de sus políticas
públicas de que la respuesta hacia la plurinacionalidad es la descolonización, la
despatriarcalización, la lucha contra el Racismo y la Discriminación, manifestando que “No
puede haber descolonización sin despatriarcalización”. El patriarcado es uno de los
sustentos del colonialismo y la colonialidad que se manifiestan, expresan y son fuente
6
primaria de racismo y la discriminación, por lo que la lucha contra este flagelo y la
búsqueda de la igualdad humana radica precisamente en la Descolonización.
Asimismo nuestro Estado ha generado e instituido un nivel de institucionalidad que
no existe en toda América Latina y se encuentra en el Viceministerio de Descolonización,
dependiente del Ministerio de Culturas y Turismo. En ese contexto es que el Ministerio de
Culturas y Turismo en representación del Estado Plurinacional de Bolivia, a través del
Viceministerio de Descolonización
Así pues estos tinkus entre varias concepciones y formas de ver la realidad de las
diferentes culturas, la descolonización y despatriarcalización, busca la consolidación del
desafío constitucional de lograr un Estado descolonizado y con equivalencia e igualdad de
condiciones entre hombres y mujeres que colectivamente constituyen su esencia.
El presente trabajo muestra y valora elementos, conceptos y sobre todo miradas
nuevas de los representantes internacionales reunidos en la “Ira Cumbre Internacional de
Descolonización, Despatriarcalización y Lucha Contra el Racismo”, exhortándonos a
trabajar en la implementación y el fortalecimiento de la gestión de estos tres temas en
Bolivia, expandiéndose al nivel internacional. Con mucha seguridad señalamos que la
lectura objetiva de este encuentro será un aporte en la línea de formación, capacitación y
fortalecimiento de capacidades en el sector público, privado y movimientos sociales, en
Bolivia y el exterior, en el marco del diálogo interinstitucional. Este trabajo representa un
esfuerzo institucional colectivo del Viceministerio de Descolonización, que logra fusionar
criterios convergentes, partiendo de ejes culturales diferentes, que confluyen en un lugar
común que consiste en “una lucha frontal contra el colonialismo”.
Ministerio de Culturas y Turismo
Viceministerio de Descolonización
7
La despatriarcalización desde nosotras: una visión institucional
La lucha por los derechos de las mujeres indígenas, nunca se expresaron en términos
exclusivistas, marcando un distanciamiento paulatino del hombre, como dos realidades sin
posibilidad de reconciliación. Ésta ha sido una diferencia básica que nos motivó a plantear
una lucha distinta a los feminismos radicales. Porque el fundamento y el horizonte de
nuestras luchas presupone, siempre, a la comunidad, como postulado irrenunciable de
nuestra propia identidad. Somos comunidad, es decir, nos debemos, hombres y mujeres, el
reconocimiento mutuo de nuestra dignidad humana.
Por eso peleamos, por reconstituir la comunidad que siempre presuponemos, en
nuestras luchas y en nuestra vida. Creemos que la vida es sólo posible en y como
comunidad. Por eso creemos que la despatriarcalización no es una cuestión sólo de las
mujeres sino de los varones también. No creemos en una lucha que nos enfrente sino que
nos reconcilie, a partir del reconocer que padecemos ambos una sociedad machista, que ha
naturalizado el sometimiento de las mujeres a las necesidades exclusivas de un modelo de
hombre auto-centrado, ensimismado en su propio yo masculino que, desde el hogar hasta la
política, concibe al mundo como el teatro de su realización individualista.
Por eso, la lucha de la mujer, es lucha también por el hombre, porque un mundo
hecho a imagen y semejanza exclusivamente suya, no sólo encubre e invisibiliza a la mujer,
sino termina destruyendo toda posible convivencia humana. Nuestra crítica al sistema
patriarcal tiene que ver con la crítica a la auto-referencialidad del hombre como único ser
de derechos, de voz, de decisión, de mando, dejando a las mujeres como un mero apéndice
8
de todas sus realizaciones personales egoístas (porque en éstas tampoco ya incluye a su
familia ni a sus hijos, dejando a la mujer cargar con toda una responsabilidad que nunca la
asume también como suya). Las mujeres luchamos entonces por remediar esta situación
injusta, a nombre también de los hijos e hijas que sufren las consecuencias de un mundo
concebido sólo para los adultos varones.
Nos preguntamos, ¿de dónde viene todo esto? No viene de nosotras. Viene de la
asimilación paulatina de, sobre todo los varones, a un mundo que no respeta lo sagrado, lo
espiritual, la vida y la comunidad. Cuanto más se destruye nuestras formas de vida, más
expuestas estamos las mujeres a una dominación que domestica nuestras prioridades,
haciéndonos olvidar que, como madres, somos el conducto de trasmisión cultural a nuestras
hijas e hijos, que somos la personificación de la Pachamama como dadora de vida y que,
como criadoras, somos la imagen de nuestras huacas y apus, que nos enseñaron que la vida
se cría continuamente.
El resultado dramático de ésta nuestra desvalorización no es más que la
desvalorización de la vida misma. Por eso decimos: este sistema actual moderno es un
sistema de la muerte, por eso ve la procreación no como un acto sagrado, por eso la
profana, para el puro placer egoísta de unos, sin goce ni bienestar para otras; por eso ya no
reivindica al hogar, porque hace de la vida pública la única forma de realización personal,
dejando la intimidad a una suerte de confinamiento de los puros fracasos; por eso los hijos
se convierten en pura carga, porque si todos velan por sus propios intereses egoístas,
entonces nadie se hace responsable de nadie; por eso dispone la vida de todos, como cosas
al servicio de uno.
El desprecio hacia la mujer, sobre todo, a su condición de madre es, en realidad, el
desprecio hacia la vida que manifiesta un sistema de la muerte. El capitalismo es eso. El
mundo moderno es eso.
La mujer entonces se convierte en la alerta de la vida. Por eso reivindicamos a la
Pachamama, nosotras, las mujeres, porque sabemos lo que es ser madre, sabemos lo que es
criar. Por eso hacemos la crítica a los compañeros varones: nuestra lucha es su lucha,
porque si no se libera a la mujer, tampoco el hombre será libre. Cuando a la mujer se le
9
priva la salud, la educación, el trabajo digno, la herencia, la identidad, etc., lo que se priva,
en realidad, es justicia, y eso llena el alma de dolor, de pena, de fracaso y frustración, y de
eso también se llenan los hijos, porque la madre transmite, inevitablemente, todo eso a sus
hijos. Esa frustración se convierte en frustración de los hijos y hasta de los padres, porque
la frustración se convierte en un mal-estar general.
La despatriarcalización es una mirada crítica más específica de la descolonización,
que quiere destacar la dominación naturalizada que sufren las mujeres. Denuncia una
situación que atraviesa al todo social que, de la ciudad se extiende al campo,
desconstituyendo nuestros saberes y nuestra formas de vida, haciendo que la frágil
situación en la que nos encontramos las mujeres se vuelva todavía más precaria, generando
discriminaciones al interior de nuestras propias familias, desarrollando prácticas que no
coinciden con las de nuestros ancestros y que acelera la destrucción de nuestras
comunidades.
Decimos naturalizada porque hasta las propias mujeres llegamos a creer que no
tenemos voz ni voto en esta situación, que “así nomás es la vida”, cargando un conjunto de
discriminaciones como si se tratara de una maldición divina. El hombre cree que, por ser
“amo y señor”, decide todo sin tomar en cuenta a la mujer, esto que es “normal” en el hogar
también se hace “normal” en la política, donde la mujer, pese a luchar incluso más que el
hombre, no decide. La decisión es algo privativo del hombre.
Esta naturalización de las relaciones de dominación permite hacernos creer que, si
hay “señor”, debe haber siempre siervos, que, si el “señor” es el hombre, la sierva natural
es la mujer, que nadie puede cambiar eso. Pero las relaciones de dominación son producto
de historias de poder y esta particular forma de dominación naturalizada es la que sufrimos
desde la invasión y conquista del Abya Yala. Por eso la despatriarcalización denuncia
aquella naturalización como la más sofisticada forma de dominación que ha existido y que
atraviesa, material y espiritualmente, nuestras vidas y hasta los procesos de liberación que
protagonizamos.
Cuando nos inferiorizaron, las más expuestas fuimos las mujeres, por eso también
las más vulnerables; vencidos nuestros guerreros, quienes quedamos fuimos domesticados
10
en la más cruda servidumbre, donde se nos privó de humanidad, o sea, de dignidad, por eso
también, entre nosotros, los varones reprodujeron aquella dominación con los y las más
vulnerables, socavando todavía más nuestra precaria existencia. La naturalización de las
relaciones de dominación facilita aquello, pues las víctimas ya no aparecen como víctimas,
como seres humanos, sino privados de humanidad, por lo tanto, la violencia ya no es culpa
del verdugo sino de la propia víctima, por negarse a obedecer a su “superior”, a su “señor”,
porque la violencia que se le aplica es concebida hasta como un favor que se le hace a la
víctima, en su resistencia a obedecer. Para el “señor” es cosa justa, por derecho natural,
que los brutos obedezcan al hombre y la mujer al marido, porque en esto consistiría la
perfección, el supremo bien que establece un mundo machista.
Por eso la despatriarcalización también denuncia que, nuestras propias prácticas y
costumbres, se hallan contaminadas por aquello que denunciamos, lo cual nos impele
también a asumir, de modo crítico, nuestra propia tradición. Porque si bien la dominación
naturalizada que nace con el mundo moderno es algo que nos llega de afuera, también
descubrimos resabios de discriminación en nuestras propias culturas. Eso nos permite
también hacernos la autocrítica, porque lo que nos proponemos ya no es una liberación de
esto o aquello sino liberarnos de toda forma de dominación.
Por eso insistimos en recuperar un proceso de liberación desde nuestra propia
identidad, de modo crítico y responsable. Porque se trata de reconstruir la comunidad, que
era y es nuestro horizonte de vida. Por eso la lucha de las mujeres busca la
complementación, el encuentro con el varón, para reunir lo que se ha separado y producir,
de nuevo, la comunidad, es decir, la vida.
La vida reúne lo diferente. La comunidad no es algo que se impone sino algo que se
propone en la complementariedad; en ésta no puede haber enfrentamiento u oposición,
porque la complementación sólo puede ser recíproca, mutua, donde el uno y la otra se
brindan en la libertad y la responsabilidad. Nuestra identidad concibe una dualidad
originaria; por eso la Pachamama necesita del Alaxpacha. Todo es par: la luna necesita del
sol, el día se corresponde con la noche, el frío pide el calor, el macho busca a la hembra y la
hembra espera por el macho; los que son pares, al complementarse recíprocamente, crean
la vida.
11
La despatriarcalización quiere reivindicar la responsabilidad que significa ser padre
y madre. Por eso hablamos por las hijas e hijos, cuya vulnerabilidad lanza a las madres a
denunciar el acumulado rechazo machista a asumir la responsabilidad de ser y comportarse
como padre. En eso nuestras antiguas culturas se mostraban más dignas que la actual,
moderna (extendida hasta nuestras comunidades), donde ya nadie quiere ser padre y, hay
que decirlo, de modo autocrítico, tampoco nadie quiere ser madre, porque todos quieren
velar exclusivamente por sus propios intereses individualistas. Así actúan los poderosos, los
ricos, y así también empezamos a actuar nosotras y nosotros, legitimando el mundo que
tanto criticamos. Por eso la despatriarcalización asume que la descolonización es sólo
viable si acontece, de modo práctico, en nuestras propias creencias y acciones.
Hay que recuperar, en nuestras culturas, los valores de responsabilidad, que
implicaba el hacerse cargo de los demás y, en primera instancia, de los hijos; y la
dignificación de la mujer, que permitía recibir a las niñas no con resignación sino con
alegría, porque la primogénita quería siempre decir “casa llena”. Esa dignificación hacía
posible que, hasta en la lucha, varón y mujer, dirigían y comandaban conjuntamente a los
pueblos indios, porque en estos, en sus mitos y creencias, la mujer significaba la vida y la
vida era lo más preciado, más que el oro, era lo que había que cuidar y respetar siempre.
Por eso no hay Manco Kapac sin Mama Ocllo, tampoco hay Túpac Katari sin Bartolina
Sisa.
Volver a aquello no es “volver al pasado” sino restaurar en el presente los sentidos
que hacían posible esa forma de vida. Tenemos que resignificar la función del padre y de la
madre; que ser padre sea algo que se desea, con responsabilidad, que ese hacerse cargo sea
vivido con la alegría del vivir: el hacerse criador es corresponder a la propia vida que cría
todo lo que crea. La Pachamama cría, porque es dadora de vida. La vida de los hijos se
deduce de la afirmación de la vida de la madre; por eso el padre contempla, como su
primera responsabilidad, el cuidar y proteger la vida de la madre. Por eso hay como una
pasión por la vida en la afirmación de la naturaleza en cuanto Pachamama, porque no se
trata de una ajenidad sino de la fuente de la vida, por eso, ser Madre es algo sagrado.
La cultura actual profana todo lo sagrado, por eso hasta de la belleza de la mujer
hace patrimonio público, cuando es algo digno y sagrado que sólo puede brindarse en lo
12
íntimo del respeto y amor plenos. Una cultura que profana todo, afirma una total
irresponsabilidad que confunde con la libertad, porque resume toda libertad a la libertad
individualista, sin responsabilidad. Adquirir la responsabilidad de una nueva vida significa
convertirse en modelo de vida. El jaq’i quiere decir eso, porque jaq’i se dice de alguien
responsable. El mérito de ser autoridad proviene de aquello, sólo puede ser responsable
alguien que ya proviene de una experiencia responsable. En la comunidad, la política es
servicio porque el servicio a la comunidad es algo que se desea, de modo libre y
responsable. Lo que hace posible la política, en la comunidad, es la experiencia previa del
hacerse responsable, y eso empieza en la familia, para trascender a la política misma: el
hacerse responsable por todo y por todos y todas, es una vocación que adquiere un alguien
que no se concibe como “arrojado en la existencia” sino como un “enfamiliado en el ayllu,
en la comunidad”: con fiesta se le recibe y con fiesta se le despide.
No nacemos solos sino en comunidad, tampoco morimos en la soledad sino
acompañados por la comunidad. La vida misma testimonia la reunión de quienes se
complementan para hacer posible vida. Esto quiere decir el chacha-warmi. Es un ideal que
da sentido a la noción de complementariedad y aparece como el criterio de evaluación al
que acudimos para advertir si lo que producimos coincide con aquello que nos proponemos.
El chacha-warmi no quiere significar la corroboración porcentual de una distribución
numérica, tampoco una obligación moral al matrimonio. Es un ideal que se asume como
figura modélica de lo que debiera ser una reunión o relación común, por complementación
recíproca; la conjunción recíproca y complementaria, libre y responsable, es lo que hace
que la vida se manifieste como fiesta. A esto tienden, de modo voluntario, quienes se
conciben como criadores. Criando la vida es como la vida empieza a criarles. La madre es
el testimonio vivo de esta vocación de servicio; el desvivirse de la madre por los hijos es la
prodigalidad de la propia vida que, en cuanto Pachamama, es madre que otorga sus frutos
por pura generosidad. Esa es la experiencia que poseían nuestros pueblos que veían el
trabajo, la cosecha, como fiesta, como realización de la comunidad.
Pero la vida moderna destruye toda forma de comunidad, nos hace creer que
estamos solos, que los demás no son hermanos sino enemigos. Necesitamos la recuperación
13
de nuestras comunidades, pero no como una adopción romántica de lo que fue sino
recuperar críticamente lo que ha despreciado el mundo moderno.
La despatriarcalización no busca anular la familia sino resignificarla, desde nuestras
identidades, para hacer posible concebir una familia liberadora, despatriarcalizada; por eso
decimos, ni el varón ni la mujer pueden ser libres si su liberación es unilateral, sólo pueden
liberarse si se liberan de toda dominación. A esto apunta una liberación de la mujer, porque
desde la mujer, de la triplemente discriminada, por pobre, por india y por mujer, se puede
afirmar: la humanidad no será libre si no hace libre antes a la Pachamama.
Somos la cultura de la vida, presuponemos la dualidad, la reunión de lo que la vida
ha dispuesto para renovarse siempre; por eso la comunidad es obra nuestra. Las mujeres
sabemos eso, por eso nuestra lucha contiene a las demás. Afirmando la vida de la
Pachamama, de la Madre primera, aseguramos la vida nuestra; sus hijas e hijos
reconocemos esto en la maternidad y paternidad (experiencia que también se realiza cuando
uno o una decide, por ejemplo, ser maestro o maestra, líder o lideresa, que también
significa ser madre y padre). Esto es lo que destaca, en todos y todas, por opción libre y
soberana, hacerse ser humano, porque eso quiere decir: hacerse responsable de la vida, no
sólo de mi vida sino de la vida toda. La despatriarcalización, desde nosotras, es la
afirmación más contundente de la vida toda.
15
Descolonización y despatriarcalización
Félix Cárdenas1
Vivimos, se dice, en un “mundo moderno”. Y ¿qué es el “mundo moderno”? Por ejemplo,
en Chile, un “país modelo”, ¿qué pasa? Niños perseguidos y encarcelados solamente por
reclamar el derecho de estudiar. El neoliberalismo hace eso. Y se extrañan, se sorprenden
cuando les digo que en Bolivia hemos definido, en la Constitución, que la educación es
libre y gratuita; y no pueden creen que eso pueda ocurrir en algún país, que la educación
sea libre y gratuita pero, además, que sea obligatoria. No puede entrar en su cerebro cómo
un gobierno chileno, que además se cree la panacea de la democracia y el desarrollo, esté
cobrando la educación; que es más que privada y cada uno está endeudándose
permanentemente.
Y los chilenos también nos hacen entender a nosotros, pues muchos chilenos nos
dicen: no digan, “Bolivia tiene derecho al mar”, ¿por qué no decimos juntos, Bolivia y
Chile tienen derecho al mar?; porque el mar no es nuestro, no es de los chilenos, el
neoliberalismo se lo ha entregado a las transnacionales, los chilenos no tenemos derecho ni
a pescar.
Ahí entendemos el poder de los movimientos sociales, la necesidad del intercambio
permanente entre movimientos sociales de Bolivia, del Perú, Chile, Argentina, de todos.
Nosotros rompemos fronteras artificiales que han creado los Estados coloniales; ese es un 1 Félix Cárdenas Aguilar, es un notable dirigente sindical aymara. Fue presidente de la comisión “Visión
País”, de la Asamblea Constituyente. Actualmente es viceministro de Descolonización.
16
tema que hay que discutirlo. Y me dicen también, ¿cómo han hecho?, ¿cómo es posible una
educación libre y gratuita?, ¿cómo es posible tantas cosas que nos hablas, el bono Juancito
Pinto para los niños, el bono dignidad para los ancianos, diferentes bonos, el bono Juana
Azurduy? Nosotros no nos hemos inventado ningún dinero, el dinero que tiene ahora el
gobierno boliviano siempre existía, otra cosa es que se lo robaban permanentemente, otra
cosa es que esos dineros estaban en las cuentas bancarias de las mujeres de los ministros o
de los presidentes.
No se inventó Evo ningún dinero extra, había ese dinero, siempre había desde la
fundación de Bolivia, otra cosa es que la lógica de poder de estas elites ha sido siempre
robar; “el que no roba es un gil”, esa es la lógica que funciona en nuestros países; si eres
ministro o viceministro, si eres presidente del Banco central o eres alguna autoridad y no
estas robando, eres un gil. Esa es la lógica que ha prevalecido, y sorprende que ahora diga
el presidente que se rebaja el salario; el presidente tiene un salario que sirve para sobrevivir,
porque no puede haber alguien ganando harto como antes, pero además nadie puede ganar
más que el presidente. ¿Cómo logramos esto?
Les decía a los chilenos que lo logramos con dos temas claves: la nacionalización de
nuestro petróleo, que estaba en manos de las transnacionales, nacionalización de todas las
empresas del Estado, que el neoliberalismo había entregado a las transnacionales y luego, la
refundación del país, Asamblea Constituyente. Esos dos temas, para nosotros, han sido
claves y si alguna vez, en algún país, queremos cambiar algo o todo, no será posible con el
cambio de presidente solamente, sino haciendo profundas transformaciones a la forma de
gobierno que tienen. La Asamblea Constituyente ha sido la clave para hacer una revolución
en democracia; lo que los izquierdistas no pueden creer, porque su concepto de revolución
es siempre con las armas, pero nosotros hemos encontrado una manera de hacer revolución
en democracia.
Nosotros les decimos a los chilenos y a los que están acá, que nosotros no
necesitamos el mar para bañarnos, necesitamos el mar para comunicarnos con el mundo,
necesitamos el mar para demostrar nuestras potencialidades como país al mundo; es tan
ridículo que Chile esté comprando petróleo desde Indonesia, por no poder compartir con un
hermano que se llama Bolivia, que si ellos pueden ver el tema del mar como un tema de
17
integración latinoamericana, ese derecho de todos los países de acceso al mar, entonces
podemos hablar como hermanos y compartir lo que tenemos; si ellos necesitan algo y
nosotros lo tenemos, lo compartiremos; nosotros necesitamos mostrar la quinua,
necesitamos mostrar la carne de llama, porque hay mucha gente en Europa, en Estados
Unidos (especialmente mujeres que pretenden guardar la línea) que se abstienen de comer
carne cuando la carne se puede comer, depende cuál. La carne de llama es cero colesterol.
Es una oferta de nuestro país. Entonces el mar es parte de la integración latinoamericana
En Argentina de la misma forma, hay una comunidad infinita de bolivianos. Estuve
con ellos y me explican un tema (por eso entiendo la descolonización como una necesidad
continental), me dicen, mire hermano, aquí en Argentina, acá en Buenos Aires, por
votación de todo el barrio, hemos decidido cambiar el nombre de una Unidad Educativa
que antes tenía un nombre colonial, hemos discutido entre todos y hemos decidido que a
partir de ahora se va a llamar “Bartolina Sisa”, en Buenos Aires.
Entonces les digo que estamos recuperando la historia de nuestros líderes como
parte de la descolonización; los historiadores coloniales hacen nacer a Bartolina Sisa en
otro lugar, y el viceministro, junto a las mujeres de la organización Bartolina Sisa,
logramos ubicar el lugar exacto donde nació Bartolina Sisa. Todavía está ahí parte de su
vivienda, hay un lugar donde se puede ocultar cuarenta personas perfectamente, en los
boquetes que están abiertos en la montaña (es un lugar sagrado donde sólo pueden ir
personas indicadas, no puede ir cualquier persona). Entonces entendemos el tema de los
monumentos, entendemos que nuestra historia oficial colonial nos ha enseñado los
monumentos en una sola forma: hombres en la historia; nuestros libertadores Simón
Bolívar, Eduardo Abaroa, Pedro Domingo Murillo, todos son machos, han invisibilizado,
incluso, en forma de monumento a la mujer.
No se puede entender las luchas de independencia de cualquier país si no hay la
presencia de una mujer; hay que recuperar ese otro tema como parte de la
despatriarcalización. En ese sentido, el Viceministerio de Descolonización, ya no hace
monumentos ch’ullas, impares, porque ese impar también implica individualidad e
individualismo y machismo; a partir de ahora todos los monumentos que hacemos (en el
lugar donde nació Bartolina, donde nació Túpac Katari, en Ayo Ayo) son dos, chacha-
18
warmi, paridad. ¿Por qué? Porque el niño dirá al papá: ¿por qué son 2 aquí los
monumentos?
Porque esa es nuestra cosmovisión, para nosotros no hay uno, no hay tres, no hay
cinco, todo es una dualidad, todo es una complementariedad, pero además, entre masculino
y femenino. Chacha-warmi es la señal de la dualidad que viene desde la comunidad.
Entonces los monumentos también simbolizan, reflejan identidad; cuando decimos
esto en Argentina, nos dicen: entonces en este colegio que nosotros hemos cambiado de
nombre y queremos que pongan un monumento a Bartolina Sisa, será no sólo un
monumento a Bartolina Sisa sino también a Túpac Katari. Ahora estamos peleando, porque
aquí hay reglas, en todos los países, que aduanas, que muchas otras cosas; queríamos que el
monumento llegue el 12 de octubre a Argentina. Entonces, ¿cómo podemos hacer mandatos
sobre descolonización, mandatos sobre tantos temas?, es la discusión que estamos
haciendo.
El día de mañana comienza la cumbre de UNASUR; representantes de diferentes
países (que ya han llegado algunos, otros llegan en el transcurso del día), ministerios de
cultura de diferentes países van a discutir sólo dos temas: descolonización, a nivel de
ministerios de cultura y, también, el tema de la diáspora (tema que mayormente discuten los
compañeros afrobolivianos, afroperuanos, es un tema muy central para ellos).
También informarles, para tener en cuenta; cuando empezó el gobierno, en el
segundo periodo, las gobernaciones no tenían más que las estructuras que les había dejado
el neoliberalismo. Hoy estamos transformado esas estructuras; por ejemplo, ahora, todas las
gobernaciones en el país tienen “Direcciones de Descolonización y Culturas”, teniendo
dentro de ellas “Unidades de Lucha Contra el Racismo” y “Unidades de
Despatriarcalización”; ya les han incorporado presupuesto (el presupuesto de Chuquisaca
tiene más plata que el propio Viceministerio de Descolonización).
Entonces, depende de los gobernadores, depende de que nos organicemos y les
digamos: señor gobernador, hay plata, asigne buen presupuesto; son ellos los compañeros
que están acá, son nuevas unidades de descolonización; pero no sólo las gobernaciones,
también los municipios, el municipio de El Alto también tiene su “Unidad de
19
Descolonización y Culturas”, René Joaquino en Potosí recién ha creado su “Dirección de
Descolonización”, hasta en el mismo Santa Cruz, el gobernador Rubén Costas tiene una
“Unidad de Lucha contra el Racismo”. Ese es un avance de institucionalidad, pero también,
en lo específico, tenemos “Comités departamentales de Lucha contra el Racismo”, que está
conformado por diferentes instituciones y el Estado, en forma de ministerios, que tienen su
representación; sólo nos falta el “Comité Departamental” en Beni, después existen
“Comités Departamentales” en todo el país, eso para tomar en cuenta el escenario en el cual
nos estamos moviendo.
El tema de los niños y niñas que escuchamos esta mañana en Cobija, como algunos
dicen, el tema de protección, del fortalecimiento de la educación; gracias a esto de la
nacionalización del petróleo, hay municipios que pueden no sólo hacer el desayuno escolar
gratuito, hay municipios que están avanzando con desayuno escolar, almuerzo escolar, cena
escolar gratuitas; y cuando se les pregunta a los niños, ¿qué tal la comida?, los niños dicen,
“mejor que en mi casa”. Ojalá el 2025, en la agenda que estamos diseñando, que nos
estamos desafiando, tengamos una educación no sólo con maestros bien pagados, porque
los maestros deberían ser monjes en la educación, dedicarse totalmente a la educación, que
estén bien pagados y se dediquen sólo a la educación. ¡Jallalla hermanos!
20
Despatriarcalización desde nuestras identidades
Elisa Vega Sillo2
Primeramente agradecer por su participación a todas las delegaciones, a los expositores,
hermanos, hermanas, instituciones, a nuestra Pachamama, a nuestros líderes, por guiarnos
por estos caminos.
La Cultura Kallawaya, históricamente posee una sabiduría en manejo de energías
telúricas y cósmicas, y en medicina natural y ancestral. En la actualidad, pese a la brutal y
mortal colonización de 500 años, Amarete vive practicando su arte, música, medicina
tradicional y cosmovisión. Valores y principios como el Ayni, ética, trabajo, usos y
costumbres, dentro de la esencia del Ayllu ancestral.
Los días, meses y años van caminando en el camino Wiñaya (finito e infinito) y
resulta que Amarete al igual que a otros Ayllus tiene el deseo de tener energía eléctrica para
integrarse con otros pueblos, complementarse con la modernidad. En los años de noventa
justo aparecen esos famosos paneles solares para comunidades alejadas y aisladas; entonces
con la gestión de las autoridades del Ayllu logramos la dotación de computadoras con
paneles solares.
Ha transcurrido un tiempo y un día en presencia de la flora, fauna y Wak’a Isqani y
todo el Ayllu recibimos las computadoras con paneles solares y como no vamos a
alegrarnos un poco por contar por fin con energía eléctrica y acceso a la tecnología.
2 Ex asambleísta de la Asamblea Constituyente, oriunda del jatun ayllu Amarete, del norte de La Paz, Bolivia.
Actualmente es directora de la Unidad de Despatriarcalización del Viceministerio de Descolonización del
Estado plurinacional de Bolivia.
21
En mi condición de representante de estudiantes del Colegio, me tocó hablar en ese
acto de entrega de computadoras con paneles solares, y en el momento que estoy hablando
me sacaron varias fotos los integrantes de la institución Cooperante. Y claro se encantaron
de una joven Kallawaya y de mi vestimenta original que estuvo embellecida con colores de
la Wiphala Kumisi. Luego me grabaron, es decir, me entrevistaron.
En la entrevista les he agradecido por las computadoras, pero nunca dije que era
“pobre” o somos pobres.
Años después, ya estuve en el último curso de secundaria y con mis compañeras y
compañeros del curso acordamos realizar el viaje de promoción a Copacabana. En ese bello
pueblo de Copacabana caminamos por aquí y por allá observando las construcciones sobre
nuestras Wak’as y después algo que nos ha sorprendido grandemente, cuando nos
acercamos a las tiendas de artesanías vimos bien expuestas mis fotos a la venta a turistas.
Lo curioso es que sobre mi foto había unas letras, una inscripción que decía “Mujer
pobre de Bolivia - Amarete” y tenía autoría la foto. Luego me atreví a preguntar cuanto
costaba mi foto y la vendedora me dio el precio de 10 Bolivianos. Y yo le dije “esta es mi
foto, me lo puede devolver”, me respondió diciendo: “Para reproducir y vender hemos
pagado al autor”. No pudimos hacer nada más, nos miramos con un poco de sonrisa con
mis compañeras y nos alejamos…
Cuando ya aprendí a manejar la computadora y navegando en el internet encontré la
misma foto anterior, y en el pie de la foto decía: “Mujer Indígena pobre Latina”.
En ningún momento había dicho “que soy pobre ni indígena”, ni en la entrevista ni
en el momento cuando me tomaron fotos. A las mujeres kallawayas nos duele mucho, con
que intención me pondrían ese título. El sistema patriarcal nos hace clasifica ese
estereotipo a las mujeres originarias de diferentes nacionalidades nos hacen creer inferiores
a otros pueblos.
Quiero expresar mi testimonio y decirles que mi abuelita me dio sabiduría. Nunca
puedo decir que soy pobre, en nuestro idioma no existe la palabra pobreza, porque no
somos pobres, es decir, no somos podres por esencia, y otra cosa es que nos han hecho
22
creer en situación de pobreza por causa de la colonización, patriarcado y recolonización,
pero esta situación de pobreza bajo que parámetros lo han nominado a los pueblos
originarios. Aunque nos hayas usurpado nuestras tierras, discriminado de Educación, salud,
hiso no quiere decir que somos pobres, y ¡cuidado! No somos pobres por principio y por
filosofía. Nosotros históricamente y por esencia somos una sociedad con sabiduría ancestral
y del presente, con riqueza integral en la falda de la Madre y Padre Tierra. ¡Jallalla el
pueblo Kallawaya!. ¡Jallalla Ñucanchijqa qhapaj chaij!
Este artículo analiza el proceso de interpelación a los imaginarios de servilismo
establecidos como horizontes de posibilidad para las mujeres indígenas originarias
kallawayas, aymaras y quechuas, a partir de la ocupación de cargos jerárquicos en los
órganos del Estado.
Plurinacional de Bolivia. Espacios que han sido históricamente restringidos para las
mujeres indígenas debido al colonialismo interno y a las relaciones de subalternización
existentes. Se contextualiza dicho proceso en la historia reciente, desde el proceso
constituyente que deviene en la propuesta de despatriarcalización, la misma que genera
diversas, aunque aún iniciales, discusiones teóricas en torno al tema.
Y de esa manera ven a los indígenas, que no tienen formación académica, que deben
de estar todo el tiempo con su ropa originaria, con abarcas; mejor si ya no usa celular,
mejor si ya no sube al avión; es indígena, tiene que caminar, es indígena, se debe
comunicar con el humo; y nosotros, como indígenas, hemos aceptado, los hemos
naturalizado con ese estereotipo de nosotros. En el tema de las mujeres pasa lo mismo,
hemos aceptado que nos digan “pobres”, “analfabetas”, “sin profesión”, que somos como
“salvajes”, y nosotras aceptamos.
Entonces quiero que reflexionemos con esta historia; muchas veces nos separan de
la sabiduría, del conocimiento; de esta manera es como nos ven, a nosotras, las mujeres
indígenas, que no somos capaces y que no tenemos conocimiento; apenas nos ven, piensan
y el imaginario que somos “pobres”, venimos del campo y estamos abandonadas. Eso
sucedió cuando las mujeres indígenas decidimos tomar un espacio en el gobierno, un
espacio público, y fue muy observado y satanizado por los pequeño-burgueses; son estos
23
estereotipos, construcciones imaginarias, no sólo de ellos, sino también de las propias
mujeres indígenas. La sumisión y la inseguridad en nosotras mismas; peor aun cuando
queremos ingresar a escuelas superiores, nos denigran, nos hacen ver insuficientes, con
pocos conocimientos, que no podemos, que no era para nosotras; todo esto nos causó la
mentalidad colonial, patriarcal, porque así nos han hecho creer y así lo hemos ido
aceptando, hasta ahora; y es para nosotras todavía una barrera el generar espacios para
todas las mujeres, para luchar conjuntamente.
En muchas de nuestras comunidades, en nuestros ayllus, la organización es chacha-
warmi, kari-warmi, el ejercicio de autoridad es todavía par; pero son pocas las
comunidades en que aún perdura eso. Ahora se convirtió en un tema de discurso, porque los
pueblos se han ido apropiando de temas que no eran suyos y ahora, en la actualidad, dicen
que esos son los “usos y costumbres” de sus pueblos, pero, en realidad, no lo es, porque en
ellos van incluidos el tema del machismo, de la violencia.
El tema del conocimiento y sabiduría que tenían las mujeres era una ciencia de las
mujeres indígenas, en el tema de la medicina tradicional, de la alimentación adecuada para
la familia, el manejo de las pirwas, cómo conservar los alimentos, los cereales, por varios
años. Era de las mujeres, porque éstas tienen una relación especial con la Madre tierra; por
tal razón, la feminidad, en nuestras tierras, es algo muy importante; porque cuando nace un
varón, dicen que la familia será pobre, en cambio, sí nace una mujer, dicen que la familia
será prospera, “casa llena”.
Ahora en la actualidad va desapareciendo esa sabiduría, porque vamos viviendo en
una sociedad muy machista, muy patriarcal; porque cuando nace una varón se dice que será
fuerte, macho y con una visión de superioridad, pero si nace una mujer empezamos a
crearle una baja autoestima; y nosotras tratamos de romper esto, que no sólo es de las
mujeres sino de la sociedad.
El sistema patriarcal no solamente está en ellos, hay también mujeres con un poder
patriarcal y lo ejercen, porque nos criaron así, con niveles de diferencia entre nosotras,
pobres, mestizas, académicas, empresarias; y entre nosotras también se manifiesta el nivel
de poderes y de opresión. Entonces, la despatriarcalización no va sólo contra el varón,
24
contra el machismo, sino va contra toda estructura mental colonial que tenemos cada uno
de nosotros, y eso es muy complicado. Pues si hablamos de las leyes, todavía éstas no están
al alcance de los pueblos indígenas, y el conocimiento que se tiene entre las mujeres de los
pueblos indígenas no es muy conocido, esta invisibilizado todavía. Si tenemos ese
conocimiento las mujeres, en los pueblos indígenas, estos no son reconocidos, son
invisibilizados; por ejemplo, en la nación Kallawaya, el mayor conocimiento está en manos
de las mujeres, de las abuelas, quienes, por el tema del idioma o del cuidado de la familia,
no pueden salir fuera del pueblo y está invisibilizado su conocimiento. Pero en el exterior y
fuera del país, son los hombres los que salen a exponer nuestros productos y medicinas, a
vender, a curar, y son sólo a ellos a quienes se les da el reconocimiento; de esta manera se
produce el poder a través de ese empoderamiento.
Los tanta chawis, en mi comunidad, no se habla, se hace; pero sólo hablan los
hombres, porque las mujeres no estás muy entendidas en el tema, por no conocerlos, pero
ellas van escuchando y analizando, al final una de ellas se para y pone a conocimiento su
postura, la cual es aceptada por el pueblo, pero no figura como un aporte del planteamiento
de una mujer, sino como una propuesta de la comunidad, un trabajo discutido por los
varones, y por esta razón la mujer sigue invisibilizada. Nosotras no buscamos una discusión
con los varones, sino empezar a que nos respeten con nuestros saberes y conocimiento.
En el tema del racismo y la discriminación, nosotras, las mujeres indígenas, también
hemos sufrido esos temas en los espacios públicos; pero ahora, con la ley 045, la gente nos
tolera, se calla, aunque siguen insultándonos y discriminándonos. No buscamos que nos
toleren sino que nos respeten como a sus semejantes, como vestimos, hablamos, vivimos;
tampoco esperamos que los varones nos toleren, sino que nos respeten en los espacios que
ocupamos; no buscamos la pelea con los varones quitándoles su trabajo. La
despatriarcalización busca una construcción del “vivir bien”.
Muchos se plantean el tema del “vivir bien” como el cuidado a la Madre tierra y no
sólo es eso, sino la armonía entre los seres humanos, respetándonos los unos a los otros;
por eso la descolonización y la despatriarcalización es parte de la construcción del “vivir
bien”, del “sumaj kausay”. Yo escuche en los pueblos indígenas, que muchas autoridades y
25
dirigentes enuncian el “vivir con la Madre tierra”, que la cuidan para el “vivir bien”. Las
mujeres no estamos de acuerdo, no hay esa equivalencia, ese equilibrio.
Nosotros hemos hecho los “matrimonios colectivos” desde nuestra identidad, pero
eso fue muy censurado, porque dijeron que el matrimonio era algo muy institucional. Pero
nos obliga la Constitución Política del Estado: el Estado es responsable de cuidar y buscar
el equilibrio dentro de la familia y el matrimonio; en la actualidad tenemos familias muy
patriarcales, machistas, por eso hay crisis, hay divorcios, separaciones, abandonos, sólo se
piensa en la mujer y en el varón, pero nadie piensa en los hijos, ¿cuál será su destino? Por
estas razones hay muchos casos de embarazos en la adolescencia, alcoholismo.
Preguntamos: ¿qué clase de sociedad vamos a ser los bolivianos?; porque siempre decimos,
los niños son el futuro del país, pero si estamos pensando en ese planteamiento, nuestros
niños están abandonados con embarazos tempranos, con el alcoholismo, dejando el colegio,
la universidad; entonces es un problema de la sociedad, un problema del Estado.
De esa manera nosotros planteamos el tema de los matrimonios, para construir otra
forma de familia, porque el tema de la religión afectó mucho, porque la religión causo
mucho daño e inferiorizó a las mujeres; mostrando al hombre blanco fuerte, todopoderoso,
y las mujeres sólo una costilla del varón, entonces, como le pertenecen, pueden hacer lo que
quieran con ellas. En el matrimonio ocurre lo mismo, pues los curas, dentro el matrimonio,
ya dan los roles a la pareja, sin saber siquiera qué es una pareja y eso pasa en nuestras
comunidades.
Muchas mujeres, en las ciudades, venidas de las comunidades, con todos sus hijitos,
son observadas por esa razón y tildadas de tener hijos como salvajes, sin saber si esto
hubiera ocurrido antes o después de la colonia. Por esto es que surgió el tema de la
planificación familiar; también los médicos tradicionales son los que tienen conocimientos
sobre estos temas de embarazos y planificación familiar, con plantas medicinales; las cuales
no quieren usar porque nos han metido en la mente que, según la Iglesia, se deben tener los
hijos que vengan, porque eso es una bendición de Dios y, cuando se mueran, irán al
paraíso; así como el seguir siendo pobres, aceptar nuestra realidad, sin aspirar a otros
espacios, limitándonos el acceso de la educación, porque la educación es sólo para los que
tienen plata y los que viven en la ciudad.
26
En las comunidades, todavía la educación está bajo la jerarquía de técnicos;
entonces, para nosotros, es algo importante el buscar otras alternativas, con trabajos de
investigación; en el área rural, por ejemplo, hemos hecho talleres de cambio de actitudes.
En el tema de trabajo, hacemos una encuesta del uso del tiempo, del 100% de la carga de
trabajo, el 70% era de las mujeres, el 30% de los hombres; hacemos esta comparación
porque muchos dicen, no, en mi familia no hay violencia, con mi esposa nos llevamos bien,
pero hacerles trabajar el 70% de la carga laboral a la mujer, en la familia, es una forma de
violencia, aunque no sea física ni psicológica sino de usurpar el tiempo que tienen las
mujeres.
Por eso la mujer no tiene tiempo para prepararse, ni para participar en los talleres, ni
para hacer debates políticos; porque esa carga laboral está todavía en nuestras manos,
mientras como los hombres sólo cumplen el 30% de la carga laboral, ellos sí cuentan con el
tiempo para prepararse y entonces nos dicen, las mujeres no se preparan, las mujeres no
asisten, las mujeres no pueden; entonces no es problema sólo de mujeres sino de los
varones también.
La despatriarcalización plantea que tiene que haber un cambio de actitud desde las
dos partes, varones y mujeres; para nosotros es ese planteamiento el que estamos haciendo
desde el Viceministerio, de buscar la institucionalidad, de debatir los temas de la
visibilización, el cuestionamiento de los roles patriarcales que nos dio la sociedad de las
normativas, de las institucionalidades; muchos nos cuestionan el por qué realizamos los
temas de descolonización y de despatriarcalización, de lucha contra el racismo, en un
colegio, en un espacio. Lo que nosotros buscamos es romper las barreras que nos separan,
dentro de los espacios que sólo son de machos, de privilegiados, de ricos. Si no lo
visibilizamos, sólo se quedara ahí, sin resultado alguno, con ese centro patriarcal que
tenemos. Gracias.
27
Criterios metodológicos para una descolonización de la despatriarcalización
Rafael Bautista Segales3
En la reflexión que venimos realizando en torno a la descolonización, en la perspectiva
metodológica y epistemológica que queremos clarificar, aparece inevitablemente el tema de
la despatriarcalización. Pero esta mi reflexión proviene también de una experiencia que
tuve en la Asamblea Constituyente, donde fui testigo de la discusión entre mujeres urbanas
y mujeres rurales. Hay una cierta desconfianza y cierta susceptibilidad, y apareció allí el
asunto, de las compañeras rurales ante posiciones feministas liberales del ámbito urbano.
Entonces, queriendo comprender el asunto, fui agarrando los argumentos, sobre todo los
provenientes del ámbito rural. Los fui trabajando, de modo de poder sustentarlos de mejor
modo –porque me parecían fuertes–; porque ya en ese entonces veníamos trabajando la
descolonización, de modo inicial, sobre todo el desprejuiciamiento eurocéntrico del
conocimiento que traviesa casi toda nuestra formación académica.
Ese tipo de argumentos los fui trabajando y, gracias a ellos, fui afinando y
clarificando todo aquello que he venido exponiendo en la temática de la descolonización.
Así que esta reflexión la expreso como agradecimiento, porque muchas de las reflexiones
la debo a esa experiencia que, sobre todo, me brindaron los constituyentes indígenas y, más
aún, las constituyentes indígenas. Porque hay un criterio, un lugar que, en un mundo en el
cual la dominación se ha naturalizado y a la víctima se la ha inferiorizado, de tal modo que
3 Escritor, conferencista y filósofo paceño. Autor de más de una decena de libros, entre los que se destacan:
¿Qué significa el Estado plurinacional?, Del mito del desarrollo al horizonte del Suma Qamaña, La
descolonización de la política. Introducción a una política comunitaria, etc. Es columnista en diversas
páginas electrónicas.
28
la dominación aparece como algo divino, como algo que no se puede cambiar y “así nomás
es” (como una maldición), descubrimos que hay un lugar, un locus, el lugar desde el cual
se ve más claro y se puede, desde allí, expresar la crítica más contundente a la dominación;
entonces, la crítica es posible por el saber situarse en el lugar de la víctima más víctima de
la exclusión y la dominación.
Y en esa experiencia comprendimos el por qué alguna vez Rigoberta Menchú decía:
“yo sufro triple discriminación, como pobre, como india y como mujer”. Entonces,
situarnos en el lugar desde el cual puede enunciarse una crítica radical, supone situarse en
el ámbito privilegiado desde donde es posible una crítica contundente y total al sistema de
dominación. Y es por eso que, la temática de la descolonización, para nosotros, le debe a
esa experiencia, que no viene de la academia, sino de haber participado en esas discusiones,
muy ricas y profundas, que se dieron en el periodo constituyente. Entonces, esta
participación quiere expresarse en forma de agradecimiento y reconocimiento a aquello.
Cuando plantemos “criterios metodológicos para una descolonización de la
despatriarcalización”, estamos agarrando un conjunto de ideas que hemos venido
trabajando, y nuestra pretensión es coadyuvar a una clarificación del asunto, para que el
argumento sustantivo, que proviene sobre todo del mundo indígena (y, en este caso, sobre
todo, de la mujer), sea más consistente. Nuestro granito de arena sería mostrar algunas de
las cuestiones que hemos venido trabajando, que nos parecen pertinentes para la reflexión
posterior; son un conjunto de ideas que tiene el carácter de precisar, de manera
metodológica, la descolonización; y a su vez mostrar que, el conocimiento que supone todo
proceso emancipatorio, tiene que pasar por un tamiz, un “sospechometro” que identifique
de qué modo la dominación está expresada en forma sofisticadamente encubierta en el
conocimiento que manejamos para emanciparnos.
Este conocimiento, el moderno, ha negado cualquier otro tipo de conocimiento y de
saber. Todo saber que no sea moderno euro-norteamericano-céntrico, todo tipo de
conocimiento que tenga pretensión universal, más allá del conocimiento hegemónico, es
catalogado siempre, desde esa hegemonía, como premoderno, prehistórico, irracional,
bárbaro, etc. Y, sin embargo, hoy en día, cuando la crisis multiplicada está en todos los
ámbitos, desde el alimentario hasta el financiero, desde el económico hasta el moral, desde
29
el político hasta el ecológico, nos está mostrando que, lo que ha entrado en crisis, en
realidad, es ese conocimiento, que formaliza un proyecto de vida que ya no es capaz de
ofrecerle a la humanidad alternativas a la crisis que esa misma forma de vida ha originado.
Nos estamos refiriendo al proyecto de vida moderno-occidental, que se inaugura
con la conquista, invasión y saqueo del Nuevo Mundo. Entonces, frente a esto, la precisión
metodológica que pretendemos realizar, podría coadyuvar a una clarificación necesaria en
torno, por ejemplo, al modelo ideal del chacha-warmi, y del principio epistemológico desde
el cual es posible entender en qué consiste este modelo ideal. El principio epistemológico
de la complementariedad en la reciprocidad es necesario aclarar, para que demos cuerpo y
sustancia al conjunto de criterios que se desprende del horizonte de sentido que nos han
venido proponiendo los pueblos indígenas; para que este nuevo desiderátum y este
horizonte utópico que nos estamos planteando, tenga el cuerpo referente desde el cual
pueda deducirse una nueva economía, una nueva política, un nuevo derecho etc., etc.
Entonces, no estamos tratando de ofrecer un decálogo de recetas, ni siquiera la
exposición de principios dogmáticos que puedan pretender soluciones inmediatas. Nuestra
pretensión es más modesta. Lo que pretendemos ofrecer es una reflexión sobre los criterios
que podrían permitir organizar de modo crítico una posición emancipatoria.
Descolonización y despatriarcalización no son lo mismo. La despatriarcalización es
una posición emancipatoria, mientras que la descolonización es un criterio metodológico
que nos permitiría organizar una posición emancipatoria; pero, además, nos permitiría
hacer, de esa posición emancipatoria, una posición crítico-emancipatoria. Si revisamos un
poco la historia, a lo largo de los procesos emancipatorio, en la modernidad, una
emancipación siempre deviene en una nueva dominación; es decir que, una emancipación
determinada aparece redituando la dominación que tanto critica, promoviendo un nuevo
tipo de dominación.
Una posición crítico-emancipatoria debiera ser consciente, hoy por hoy, que, un
proceso de emancipación involucra necesariamente lo que llaman los compañeros del grupo
“modernidad/colonialidad”, el giro decolonial. Es decir, hoy en día, no sería posible
producir pensamiento crítico sin atravesar el giro descolonizador. Porque para producir una
30
posición emancipatoria, con carácter o pretensión de liberarse de toda forma de
dominación, lo que se precisa es desmontar todo el conocimiento que hace posible que la
dominación se repita o se reditúe de modos más sofisticados y hasta bajo nuevas banderas
liberadoras. Esto supone tener criterios para evaluar las propias posiciones emancipatorias,
para que no caigan en una nueva dominación.
Esto significa un asunto mucho más complejo, a eso llamaríamos una posición
crítico-emancipatoria, o sea, una posición, en sentido estricto, de liberación, no de
liberación de algo, sino con pretensión de liberación de toda forma de dominación. A esto
apuntaría la reflexión en torno a lo que la liberación de la mujer ha venido apuntando;
porque cuando la mujer lucha, pelea y expresa y manifiesta un proceso de liberación, sobre
todo cuando proviene de estas triples exclusiones, nunca se expresa en términos
exclusivistas, sino que dentro de ese proceso de liberación que expresa el movimiento de
liberación de la mujer, siempre están los hijos, la familia y, de modo inherente, está metida
la Madre tierra, la Madre naturaleza.
Lo que nos ha posibilitado reflexionar, de modo radical, el sentido emancipatorio, es
que, precisamente, el proceso de liberación que inauguran las que sufren triple
discriminación, es precisamente el ámbito en el que se reúne una lucha de carácter
cualitativo, porque en esa lucha están involucrados hasta los varones; en ese sentido, esta
lucha por la liberación de la mujer no solamente pretendería liberar a la mujer, sino también
al varón, porque la dominación es algo en lo que estamos involucrados todos, y esa sería la
radicalidad que estaría mostrando este proceso de liberación.
Esta es la discusión que se tuvo en la Asamblea constituyente, sobre todo, las
constituyentes indígenas. Entonces, ¿cómo planteamos la descolonización? Se ha
privilegiado una perspectiva formalista de la descolonización. Y, las críticas que hemos
dirigido al proceso que estamos viviendo, señalan que, la descolonización, de modo formal,
en el mejor de los casos, sólo propone una yuxtaposición de actores; pero no por tener un
indio como presidente o dos mujeres, como cabeza del poder legislativo, quiere decir que la
cosa ha cambiado; si hablamos que el sistema y las relaciones de dominación, tienen
carácter estructural, quiere decir que el cambio no puede ser formal sino de contenido,
31
porque son las estructuras mismas las que deben transformarse, no meramente la
apariencia.
No es porque adoptemos la whipala es que el cambio se ha producido. Cuando
decimos que la dominación posee carácter estructural, se quiere decir que la dominación se
ha sofisticado, de tal modo, que no solamente estructura las instituciones sino hasta la
propia subjetividad de los individuos; por eso es que hay correspondencia entre las
estructuras institucionales de dominación y la estructura subjetiva de los individuos, por eso
estas estructuras objetivas son legitimadas por los propios individuos, porque esas mismas
estructuras están presentes en su subjetividad, de modo que el sistema de dominación no
sólo se reproduce objetivamente sino también subjetivamente y subjetivamente es cómo la
dominación objetiva halla legitimación.
Los propios individuos llegan a creer que “así nomás funcionan las cosas”, creen
que debe siempre haber subordinados y patrones, siervos y señores, que la dominación es
algo natural, que nadie lo puede cambiar. A eso se llama naturalización de la dominación.
Pero las relaciones de dominación son consecuencia de historias de poder, es algo que se ha
producido humanamente; por lo tanto, humanamente es que podemos revertir y superar una
dominación naturalizada. Esta nueva forma de dominación (ya que nunca había adquirido
este carácter naturalizado) se produce básicamente a partir de la conquista del Nuevo
Mundo, por eso es que, también, debemos precisar la distinción necesaria entre
colonialismo y colonialidad.
Esa es otra de las deficiencias que encontramos en el discurso oficial sobre la
descolonización. Al no entenderse o al confundir colonialismo y colonialidad, no llega a
percatarse que, el fenómeno del colonialismo es un fenómeno antiguo y que básicamente
atraviesa la historia de la civilización humana; es decir, es la condición tributaria que se les
impone a las periferias, tributan a un Imperio determinado para recibir “protección”.
Cuando los imperios se disputan sus respectivas áreas de influencia, entonces reducen a sus
periferias inmediatas a condición tributaria; pero no destruyen su vida religiosa, cultural,
económica y política, no destruyen su forma de vida, siempre y cuando tributen al Imperio
de turno.
32
En tal caso, la descolonización significaría, simplemente, salir de una condición
tributaria a una soberanía económica (habría una situación post-colonial, sólo sería
necesario un cambio formal del modelo económico). Pero ya sabemos que, cuando nuestras
repúblicas se independizan, no necesariamente devienen en repúblicas soberanas e
independientes; formalmente lo son, pero su contenido sigue siendo tan colonial como
antes e incluso de un modo mucho más perverso. Entonces la cuestión es más compleja; por
eso tendríamos que hacer una distinción fundamental: lo que ha hecho posible la
estabilidad, duración y la consistencia de la dominación moderno-occidental, es una
sofisticación de los sistemas, las relaciones y las formas de dominación, en torno a la
devaluación absoluta de la humanidad del dominado.
La dominación moderna es sólo posible por una clasificación antropológica que
devalúa a las víctimas de la conquista como no humanas, por tanto, sin cultura, o sea, sin
humanidad y, por ende, sin derechos. La invención de la raza es lo que hace posible
aquello. Si no hay nada humano en lo nuestro, entonces se entiende que, aun en procesos
emancipatorios, lo único que pueda adoptarse es el proyecto de vida del dominador.
Por eso la crítica que se hacía a la izquierda latinoamericana, allá por el 2006,
cuando se reúnen los pueblos del Abya Yala, aquí en la Vicepresidencia; cuando dijeron
que la izquierda latinoamericana nunca tuvo identidad. Pero también se podría decir lo
siguiente: la izquierda latinoamericana confundió el socialismo como un fin en sí mismo; y
hoy en día estamos aprendiendo que, incluso un sistema económico es sólo una mediación
para alcanzar un proyecto de vida determinado.
Es decir, lo que en última instancia persigue una política, sobre todo una política
soberana, es hacer posible un proyecto de vida que un pueblo se propone a sí mismo, de
manera libre, soberana y autodeterminada. Nadie le impone a un pueblo un proyecto
determinado; cuando se le impone, ese pueblo no es sujeto, es objeto de un poder externo.
Pero cuando un pueblo decide, por cuenta propia, producir para sí mismo, un proyecto
propio de vida, estamos hablando de la realización del pueblo en tanto sujeto. Ese es el
verdadero pueblo y no la suma numérica de todos los componentes de una sociedad.
33
Ahora bien, ¿por qué nuestras repúblicas no alcanzan independencia después de que
se liberan del yugo español? Porque la colonización ya no era tan simple; su sofisticación
permitía su reproducción incluso bajo banderas de liberación. Si estaba colonizada la
subjetividad de los actores, los fines y los propósitos de su liberación sólo podía, en última
instancia, remedar el proyecto de vida que los había colonizado. Querían los dominados ser
como sus dominadores. El conocimiento que los actores adoptaban, para hacer posible su
independencia, lo único que lograba era nuevas formas de dependencia (a nombre de
soberanía); esto quiere decir que hay un nuevo fenómeno que ha resignificado el
colonialismo y lo ha hecho mucho más complejo.
La dominación se ha hecho forma de vida, se ha hecho sistema cultural-social-
económico-político, y la ciencia y la filosofía del dominador lo ha encubierto
sistemáticamente, de modo que ya no aparece como un conocimiento de dominación sino
como “racional”, “verdadero”, “universal”, etc. Por eso puede, de modo hasta mecánico,
reproducirse incluso dentro de procesos emancipatorios.
Esto para nosotros es fundamental, porque tiene que ver con el fundamento mismo,
con la experiencia fundacional que hace posible al mundo moderno. Para esto voy a
recordar el primer argumento filosófico de justificación de la conquista, que proviene de las
célebres “Discusiones de Valladolid”, entre Bartolomé de las Casas y Ginés de Sepúlveda;
donde Ginés expresa, de modo contundente, la justificación de la dominación; esto también
lo expresa en un libro que, curiosamente, lleva este título: “De la justa causa de la guerra
contra los indios”. La invasión y la conquista aparecen en términos de “justicia”. Cómo
argumenta él la “justicia” de la conquista; porque no es sólo Bartolomé de las Casas, sino
también Antón de Montesinos, Pedro de Córdova, es decir, un sector crítico de la Iglesia,
en este caso, los dominicos, quienes están empezando a ser la “mala conciencia” de la
invasión y la conquista, están empezando a criticar el supuesto “derecho” que se atribuyen
los conquistadores, están denunciando la injusticia de la conquista.
En las “Discusiones de Valladolid”, de 1550, se está discutiendo algo fundamental,
pues los conquistadores necesitan justificar, ante sí y ante el mundo, el supuesto “derecho”
que poseen. Se trata de una discusión jurídica. Es decir, los españoles necesitan tener una
justificación de lo que están produciendo (el genocidio) y, sobre esa justificación,
34
fundamentar, de modo legal, el “derecho” que tienen, del saqueo, del robo y del holocausto
que están produciendo. El argumento de Ginés de Sepúlveda es fundamental, para darnos
cuenta cómo, va a operar, de ahí en adelante, el fenómeno de la dominación. La
naturalización de la dominación es fundamental para este proyecto de dominación que se
va a expandir globalmente, porque lo va a hacer en términos civilizatorios, es decir,
reduciendo a sus dominados a “bárbaros” que precisan civilizarse.
Inferiorizar a la víctima es la consecuencia de naturalizar la dominación (si es
inferior por naturaleza ya no es víctima, porque si es inferior entonces no es plenamente
humana). De ese modo, las víctimas que está produciendo la conquista, ya no aparecen
como víctimas, como seres humanos, sino privados de humanidad, por lo tanto, la
conquista es concebida hasta como un favor que se les hace, pues se les trae la
“civilización”. Entonces la invasión y hasta el genocidio que se está produciendo se
justifica. Ginés de Sepúlveda lo expresa así: “la primera razón de la justicia de esta guerra,
es que siendo por naturaleza siervos los hombres barbaros indios, incultos e inhumanos, se
niegan a admitir el imperio de los que son más prudentes, poderosos y perfectos que ellos,
imperio que les traería grandísimas utilidades, siendo además [esto quiero subrayar, pues
está citando a Aristóteles] cosa justa, por derecho natural, que la materia obedezca a la
forma, el cuerpo al alma, el apetito a la razón, los brutos al hombre, la mujer al marido, lo
imperfecto a lo perfecto, lo peor a lo mejor, para bien de todos”. Esta es la inversión total
que produce este tipo de justificación; si podemos resumir esto quiere decir: el victimario,
el verdugo, es inocente de toda la violencia que desata, la víctima es la culpable de todo.
Esto es lo que se ha formalizado, sofisticado, como ciencia y filosofía modernas,
por eso hablamos de la experiencia fundacional de un proyecto de dominación que, cuando
se expresa discursivamente, carga estos prejuicios, porque son su fundamento existencial.
¿Por qué Europa primero y luego USA se asumen como modelo universal de vida? Porque
han reducido a toda la humanidad a condición de barbarie. Todo esto es lo que va a dar
nacimiento a las ciencias modernas (estos prejuicios son sus creencias irrenunciables), en
primer lugar al derecho, la política, Hobbes, Locke, Hume, la economía política, Adam
Smith, hasta la ciencia de la historia. En el siglo XIX, los románticos alemanes, refundan la
ciencia de la historia, desconociendo lo que era hasta entonces cosa sabida, incluso para las
35
capas cultas de Europa del siglo XVIII: la cuna de la civilización era negra, es decir,
africana, Egipto. Pero desde mediados del siglo XIX, la cuna de la civilización ya no ha de
ser Egipto sino Grecia; de ese modo se blanquea el origen de la historia, es decir, las
ciencias humanas, sociales, naturales, son profundamente racistas. Hasta la filosofía
contiene estos prejuicios congénitos. A lo largo de toda la formalización y sofisticación del
conocimiento moderno, podemos ver cómo arrastran y contienen estos prejuicios como
núcleo de sus creencias básicas.
Por eso, cuando nos queremos liberar y hacemos uso del conocimiento que nos ha
dominado, nosotros desaparecemos, porque aparecemos sin cultura, sin historia, sin saber,
sin ciencia, sin filosofía, etc.; por lo tanto, ¿qué nos queda?, ser como el que nos ha
dominado, ¿qué quiere decir esto?, “modernizarse”. La modernización es un determinado
proyecto de vida, un proyecto que desde el inicio significa: “hay que dominar a otro, para
ser algo en este mundo”, “no hay otra forma de ser algo sino dominando a alguien más”.
Esa es la forma de vida que ha entrado en crisis y que, básicamente, se expresa en
esta sentencia: “un desarrollo de carácter ilimitado o un crecimiento sin límites, alimentado
por el mito del progreso infinito, es lo que está destruyendo las dos únicas fuentes de
riqueza, la humanidad y la naturaleza”. Porque la humanidad y la naturaleza no son
infinitas, como lo es el afán desmedido de un crecimiento ilimitado o de un progreso
infinito. La naturaleza y la humanidad son finitas, se pueden acabar y se pueden morir. A
esto conduce esta serie de prejuicios (el dominador cree que todo es suyo y puede hacer lo
que se le antoje, para su propio disfrute sin límites), que se formalizan científica y
filosóficamente y que, cuando los asumimos como conocimiento universal, válido para
todos, no permite una liberación real de nuestros pueblos. Por eso es fundamental pensar en
la producción de un conocimiento propio, que se deduzca de lo que somos, para liberarnos
plenamente.
Ahora quisiera hacer una observación en torno al concepto de despatriarcalización.
Porque en el concepto es donde se manifiesta una suerte de contradicción entre un
feminismo liberal y la lucha de la mujer que aparece desde el ámbito rural, y parece no
hallar encuentro. Pero podríamos posibilitar, a partir de criterios metodológicos, un
encuentro al respecto, y eso significa un cuestionamiento radical al conocimiento moderno-
36
occidental, pues se trata de liberarnos de sus trampas cognitivas. El concepto de
despatriarcalización, creemos, contiene también el prejuicio moderno-occidental de
hipostasiar por sobre toda la historia humana y las culturas, los prejuicios típicos de la
modernidad; por ejemplo, aquello de que todo era peor antes del mundo moderno y que, si
no fuera por el capitalismo, “seguiríamos viviendo en los árboles”.
Parte del desprejuiciamiento consiste, sobre todo, en la recuperación y restauración
de nuestras culturas, excluidas y negadas por el mundo moderno. Aquello que estamos
llamando complementariedad en la reciprocidad sólo es cognoscible a partir de nuestras
propias cosmovisiones. Desde allí podemos decir que la vida sólo es posible desde la
reunión de lo par, de la paridad; una paridad que no puede enfrentarse u oponerse, porque
sería la destrucción de la vida. La reunión, de lo que es par, requiere complementarse, pero
no una complementación unilateral, porque uno se puede querer complementar a costa de
otro; se trata de una complementariedad recíproca. Desde nuestros mitos podemos ir
descubriendo esto, en torno al hecho de que, si hay Pachamama también hay Alaxpacha, es
decir, si hay Pachamama hay Pachatata. Una vez, una yatiri, una señora, nos hacía la
siguiente analogía, preciosa, que nos muestra cómo nuestra cosmovisión expresa la
complementariedad en la reciprocidad, decía: “la tierra por sí sola no da, necesita del cielo,
de la lluvia del cielo”. Es como si la lluvia fuera la fecundación que baja de los cielos y
hace posible que salga la vida del vientre, del útero telúrico, que significa la tierra; dos
componentes que, al complementarse recíprocamente, crean la vida.
Las culturas, llamadas patriarcales, son las que, aunque de modo ambiguo,
reivindican aquello. Ahora bien, lo que llamamos patriarcado, son precisamente culturas
que no se asumen a sí mismas como patriarcales (en el sentido actual); por ejemplo la
hebrea, que reivindica al patriarca y, a la matriarca, pero sobre todo al hijo. Son culturas
cuya más alta responsabilidad consiste en ser padre, en ese sentido, son culturas mucho más
dignas que la actual (donde ya nadie quiere ser padre, ni madre). Del otro lado estaría, por
ejemplo, la cultura griega, que no es patriarcal sino androcéntrica, porque no reivindica la
responsabilidad paterna, pues hasta el mismo Zeus es promiscuo y sus dioses devoran a sus
hijos. En los propios mitos helénicos de descubre una cultura de dominación, por eso
desarrollan una civilización esclavista.
37
Voy a mostrar cómo justifican, a partir de sus propios mitos, por ejemplo, la
dominación del varón sobre la mujer. En la obra de Eurípides, encontramos el relato de
Ifigenia (para contextualizar, Agamenón, padre de Ifigenia, va a la conquista de Troya, pero
le retiene el hecho de que no hay viento; la interpretación que hace es que hay que
sacrificar algo para que la victoria sea posible, entonces, el discurso masculino, interpreta
que la diosa Artemisa requiere el sacrificio de la hija de Agamenón, es decir, Ifigenia); voy
a leer parte del relato, en el cual, Ifigenia misma justifica, frente a su madre, Clitemnestra,
su propio sacrificio: “Madre, escúchame, creo te indignas en vano contra tu esposo, pero tú
debes evitar tus acusaciones, resuelta está mi muerte y quiero que sea gloriosa (…) ¿yo sola
podré oponerme a la gloria de Grecia? (…) ¿podremos nosotras acaso resistir la gloria que
nos corresponde? [fíjense en esto:] un solo hombre es más digno de ver la luz que infinitas
mujeres (…) Madre, los griegos han de dominar a los bárbaros, no los bárbaros a los
griegos, que esclavos son los unos y libres los otros”.
Se nota que es la versión de quien tiene el poder, y lo tiene el padre, pero que no es
padre, porque ¿cómo un padre va a matar a su propia hija? Este es un mundo
androcéntrico; una cultura androcéntrica que, en sus propios mitos, justifican la
dominación a la cual aspiran; porque si “unos son libres y otros esclavos”, son sus propios
mitos, que se expresan artísticamente en la tragedia griega, los que justifican esa aspiración.
Por eso la cita que hace, Ginés de Sepúlveda de Aristóteles, no es casual, él es un filósofo
de la dominación que expresa muy bien las pretensiones de su cultura, por eso es preceptor
de Alejandro Magno.
Ifigenia, en la primera versión que hace Esquilo, se resiste al sacrificio, se resiste a
ser asesinada, por eso, Ifigenia, en la obra de Esquilo, aparece como una loca, y el sensato
es Agamenón, el padre (que reniega de ser padre pues ordena la muerte de su propia hija).
Eurípides escribe otro relato, el que les leí, donde Ifigenia aparece “sensata” y hasta desea
su sacrificio, y lo justifica, por eso dice: “un solo hombre es más digno de ver la luz que
infinitas mujeres”. Su “sensatez” consiste en resignarse a ser sólo una mujer; la loca es
ahora la madre, Clitemnestra, quien le reclama al marido la muerte de la hija. La cuerda es
la loca y el loco resulta ser el cuerdo.
38
Entonces, así como hay mitos de liberación, así también hay mitos de dominación,
como estos que expresan el androcentrismo característico de la cultura griega y, después, la
romana. Por eso, no en vano, son esclavistas. Todo su conocimiento formalizado en
filosofía expresa aquello. Ahora, si se dan cuenta, esa es la perspectiva desde la cual, lo que
en principio fue una religión de los esclavos, el cristianismo original, en el 325, con
Constantino, se imperializa, es decir, se convierte en una religión imperial; cuando se
heleniza y latiniza el cristianismo original, se invierten sus principios originales, y esa
perspectiva, imperializada, es la versión que tenemos nosotros del cristianismo, es decir,
una religión sacrificial.
Ese es el modo, la perspectiva desde el cual, interpretamos el sacrificio, el Cristo en
la cruz. Pero, una cultura patriarcal, que sería la hebrea, parte de otro mito; cuando
Abraham recibe la promesa de ser padre, no de un solo hijo, sino de todas las naciones, esto
constituye una resignificación de lo que es ser padre, ser padre es algo que se desea como
responsabilidad, me hago cargo del futuro que engendro, me hago criador, como el propio
Dios que no sólo crea sino también cría. Por eso Abraham no mata a Isaac, su libertad
consiste en no matar al hijo, en desear su vida, como libre, como hermano, por eso ser
padre, en estas culturas, es ser modelo de vida, por eso es un criador. La Pachamama
también cría, por eso es dadora de vida. Esto lo expresan nuestros mitos, distintos a los que
hemos leído; en nuestros mitos, el ser varón y el ser mujer son potencialidades que, cuando
se reúnen, producen vida, es decir, cuando se complementan, de modo recíproco, hacen
posible la vida; esto es lo que epistemológicamente podríamos exponer como el pasar de la
libertad a la responsabilidad. Porque sólo siendo libre puedo asumir responsabilidades y la
responsabilidad más grande es hacerse cargo de la vida, no sólo de mi vida sino de toda la
vida.
Hoy en día, lo que estaría contaminando los ideales de libertad, es que la libertad se
resume a la libertad individualista, sin responsabilidad, es decir, sin comunidad (porque una
libertad individual sólo es deducible de un individuo pensado sin comunidad). Pero cuando
el varón adquiere la responsabilidad de una nueva vida y, por eso, ser padre no significa
sólo procrear físicamente, sino, sobre todo, ser y convertirse en ejemplo de vida, es cuando
el varón, como padre, afirma su condición de ser responsable; y es lo que le permite asumir
39
la responsabilidad por otro que no es él. Esto contiene el concepto de jaq’i, porque jaq’i es
aquel que no está solo, sino que tiene ya de quién hacerse cargo; es alguien con capacidad
de responsabilidad. Por eso, en tanto modelo ideal, uno puede ser autoridad, uno tiene el
mérito de ser autoridad, si es primero un ser responsable, y la responsabilidad empieza en la
casa; por eso, el ejemplo de vida, el paradigma modélico que tienen, tanto padre como
madre, representa la condición de lo que hace posible la política, porque no puedo adquirir
responsabilidad si es que no tengo experiencia previa de lo que es responsabilidad, y esto
aparece en el ámbito nuclear de la familia.
El problema, para nosotros, es que creemos que la familia es el modelo moderno de
familia, es decir, el modelo de dominación, en el cual el padre es un dominus y la madre es
una domina y, paradójicamente, esa vocación dominadora produce una situación en la que
todos pierden, porque no hay dominación sin dominados, de modo que, quien vence, es el
macho, pero su triunfo es su propia derrota, porque no logra la felicidad. En la dominación
nadie puede ser feliz, ni siquiera el dominador. Esa es la patología de nuestro mundo
moderno.
Los mundos culturales que reivindican la paternidad y la maternidad, donde no hay
patriarca sin matriarca, reivindica también la vida del hijo; y esto es lo que funda la ética.
Padre e hijo no son enemigos, como lo muestran las tragedias griegas, sino hermanos. Esto
quiere decir que, la condición de responsabilidad es una condición trascendental, que no
sólo se resumen a la familia sino que trasciende ese ámbito y ahí nace la posibilidad de la
política: el hacerse responsable por todo y por todos.
Pero esto es el modelo ideal; es decir, no es algo que, empíricamente, se pueda
señalar. Para eso hay que hacer la distinción de niveles de reflexión, pues mucha gente
confunde y dice que, como no lo puede ver, no existe. Los modelos ideales se hallan en el
nivel de las utopías y las utopías no se ven, lo que se ve es lo que producen. El ideal que
persigo es lo que me define quién soy. El chacha-warmi es un modelo ideal, que se
desprende de los mitos que contiene la cosmovisión, en este caso andina; a partir de la
reflexión de estos mitos, es posible descubrir los fundamentos desde los cuales podemos
comprender en qué consiste este modelo ideal del chacha-warmi.
40
No podemos juzgar nuestro mundo cultural, desde los valores de otro sistema
cultural (eso sería reeditar la colonialidad), sino que tenemos que hacer el esfuerzo por
comprender nuestra cosmovisión, los fundamentos ético-míticos que dan razón del
horizonte de sentido que da sentido a nuestras luchas; si queremos una transformación
liberadora, tenemos que clarificar en qué consiste el mundo que queremos restaurar, y de
ahí iniciar un proceso crítico-emancipatorio, porque en todo mundo cultural, así como
tenemos pretensiones de liberación, así también aparecen pretensiones de dominación, que
son posible de crítica, a partir de su propio núcleo ético-mítico, no desde afuera.
Eso hace la modernidad, pretende juzgar al mundo entero desde una supuesta
objetividad metafísica, más allá de cualquier referencia. Se cree el ojo de Dios. Es lo que
decía Edward Zaid. Occidente cree conocer al mundo entero, pero lo único que conoce del
mundo entero es un espantapájaros, una imagen que ellos mismos se han inventado. La
modernidad juzga y condena a todos pero nunca se juzga a sí misma. Para nosotros es
fundamental un proceso de producción de conocimiento propio, paralelo a la producción de
un proceso crítico-emancipatorio, a partir de nuestros propios mitos, para desde allí
producir una liberación auténticamente propia.
En ese sentido, creemos que el concepto de despatriarcalización le atribuye a la
dominación colonial un rasgo que no contiene y que, más bien, nos urge recuperar. La
modernidad no desarrolla una cultura patriarcal, pues si parte del individualismo
metafísico, se hace imposible que el individuo asuma una responsabilidad que no sea sus
propios intereses particulares; desde aquello y, con el desarrollo del capitalismo, hasta la
reproducción humana es devaluada como apéndice de la reproducción del capital y del
mercado, por eso procrear ya no es un acto trascendental sino hasta un literal sacrificio, es
decir, dar vida se convierte en una carga. Pero si el macho no asume la paternidad, pues
sólo busca el placer propio, tampoco la mujer desea la maternidad; entonces ambos
reproducen la lógica que, con el neoliberalismo se acentúa, y consiste en desentenderse de
todo lo que no sea la satisfacción de su propio cálculo de utilidad propia o de su propio
interés inmediato.
Todos persiguen sus propios intereses estrictamente individualistas, de modo que
los logros individuales ya no son comunes y todos, asegurando su salvación exclusivista,
41
coadyuvan a que todos pierdan. La descolonización nos sirve para identificar que, los
prejuicios modernos pretenden hacernos creer que dominación siempre ha habido y siempre
ha de haber (y que, para liberarnos, debemos buscar a quién dominar). Lo que podemos
decir es que, con la naturalización de la dominación, se ha sofisticado de tal modo la
dominación que, estructuralmente, atraviesa casi todos los ámbitos de la vida humana,
pervirtiendo todo proceso emancipatorio como un empoderamiento competitivo entre unos
y otros.
Reivindicar el sentido original del patriarca (así como Abraham es impensable sin
Sarah, así también Manco Kapac es impensable sin Mama Ocllo, o Túpac Katari sin
Bartolina Sisa, etc.), significa recuperar el sentido de responsabilidad que el varón adquiere
cuando presupone una comunidad de vida que le da sentido a su existencia; no es un aislado
que pueda, de modo solitario, realizar su existencia; del mismo modo, la mujer, como la
Pachamama, es fuente de vida y asumir aquello es también entenderse como ser
responsable; la conjunción de ambos hace posible la vida, es decir, la vida es posible por la
reunión complementaria y recíproca de ambos.
La vida moderna y el capitalismo necesitan destruir toda relación comunitaria para
convertirnos en individuos ego-istas, que sólo velan por sus propios intereses individuales.
Necesitamos recuperar la comunidad. Esto no quiere decir, como decíamos, una asunción
romántica de aquello, sino siempre una recuperación crítica de todo aquello que ha negado
y excluido la modernidad. Por supuesto que nuestros mundos culturales también
desarrollaron relaciones de dominación, pero nunca comparados a lo que produjo el mundo
moderno, a partir de la inferiorización de las víctimas.
Por eso no es comparable la dominación moderna con las formas de opresión que la
antecedieron. Entonces, en una asunción crítica, podríamos hasta recuperar lo positivo de
las culturas patriarcales y no negarlas de cuajo, como usualmente hace la perspectiva
moderna. El nihilismo es prototípico de la modernidad. Por ello, en un proceso de
descolonización integral, también podemos recuperar lo emancipatorio de la modernidad,
sin sus mitos de dominación y sacrificiales, y proyectar un nuevo mundo en el que, a
diferencia del mundo moderno, quepan, como dicen los zapatistas, todos los mundos
posibles.
42
En ese sentido, una descolonización de la despatriarcalización, apuntaría a un más
claro señalamiento de aquello en que consiste la dominación moderna, su especificidad, y
no confundir los prejuicios modernos con todo lo que humanamente han preservado las
culturas milenarias. La familia no es una invención moderna sino que es una institución
humana, recuperar su sentido original significa, hoy, liberarnos de la auto-referencialidad
individualista; ni el varón ni la mujer pueden liberarse si su liberación no implica la
liberación del otro o la otra, y esto podría extenderse a la siguiente hipótesis: la humanidad
no puede ser libre si no libera antes a la naturaleza.
Si somos la “cultura de la vida”, entonces se entiende que varón y mujer, macho y
hembra, son lo que la vida ha dispuesto para hacerla posible; por eso la comunidad no es
algo dado sino algo que se produce y lo producimos los seres humanos. Por eso la
Pachamama es Madre y nosotros sus hijos e hijas, y sólo es posible de entenderla así,
cuando decidimos ser padres y madres; chacha-warmi no es algo que se nos impone sino
algo que optamos, por propia voluntad, por eso es modelo ideal, porque es algo que nos
proponemos, de modo libre, soberano y responsable. En eso parece que consiste ser
humano, en hacerse responsable de la vida, no sólo de mi vida sino de la vida toda. Estos
criterios nacen de nosotros, de lo que somos; por eso, en este cambio, estamos involucrados
todos y cada uno de nosotros. Gracias.
43
La descolonización del feminismo
María Lugones4
Todos los que hablan de descolonización, no hablan de la mujer, a no ser en casos
excepcionales; hablan de la mujer como algo, una cosa específica, una parte muy reducida
del mundo. Pero una de las cosas que hoy se dijo es que la mujer es una presencia muy
grande en el mundo, como política, como educadora, con sabiduría médica, en la nutrición,
como personas que no se pueden reducir.
Quiero proponer que la descolonización y la despatriarcalización son inseparables.
La imposición de la inferioridad de la mujer boliviana es una introducción colonial, la
introducción de la inferioridad es inseparable de la creación de la raza; es decir, la creación
de la inferioridad, por naturaleza, de la gente de Abya Yala, está viva en el presente; es
inferioridad en todo sentido, es creada por la imaginación racista y con hambre de riqueza.
Pero si la inferioridad de la mujer boliviana y la creación de la raza son inseparables y la
raza es una creación colonial, la inferioridad de la mujer boliviana, es una introducción
colonial; por lo tanto, concebir y luchar por la descolonialidad es luchar por una relación no
colonial de la mujer y con los demás miembros de su familia, su comunidad, sus grupos de
afiliación, su sociedad, las instituciones, los sistemas de poder político, económico, y las
instituciones de la producción de conocimiento; es decir, todas las áreas de la vida tienen
que descolonizarse.
4 Profesora, filosofa y teórica feminista, nació en Argentina. Actualmente es directora del “Programa de
estudios latinoamericanos y caribeños” en la Universidad de Amherst, en Nueva York, Estados Unidos. Ha
escrito una gran variedad de ensayos en los asuntos de raza, género, violencia sexual, pluralismo y
multiculturalismo.
44
La colonialidad tiene que ver con la introducción de la raza. Ésta fue parte principal
en la colonización de la gente de Abya Yala. Racialización quiere decir que la clasificación
de toda la gente colonizada y, por lo tanto, de la gente indígena y afrodescendiente, es vista
como seres inferiores por naturaleza, no porque perdieron una guerra sino por naturaleza.
El trabajo que tienen que hacer está entonces racializado; el trabajo que tenían y que tienen
hacer, es parte del capitalismo. Es un trabajo de esclavos porque son pensados y tratados
como inferiores, antes por la colonia, ahora por el capital; mientras que los proletarios en
Europa eran asalariados. A esta conjunción de trabajos explotadores, brutales, sin paga o
con malísima paga, a gentes declaradas subhumanas e inferiores en todo sentido, Aníbal
Quijano le llama, la “colonialidad del poder”.
Gente pensada y tratada como seres inferiores por naturaleza, eran hombres y
mujeres pensados como animales; mientras que la mujer y el hombre blancos, al
reproducirse, reproducían la raza blanca y la propiedad, los colonizados deshumanizados,
reproducían gente inferior que sólo trabajarían al beneficio de la gente blanca, europea,
eurocentrada y, por lo tanto, producían plusvalía, capital. También reproducían, como
resultado muy frecuente, el abuso y la violación a gente mestiza, mulatas o mulatos,
quienes seguían siendo tratados como gente inferior. El abuso sexual ha sido una parte
importante de la colonia.
La producción de la gente mestiza es un tema importante, ya que mucha de esa
gente han querido ser blanco-mestizos eurocentrados y se han vuelto en contra de su origen
en la ruptura colonial. Cuando los blancos mestizos toman el poder, entonces, en todas sus
facetas, se forma en Bolivia una colonia interna, la cual, después del fin de la colonia
española, los blanco-mestizos no incluyen a la gente indígena y afro como iguales; con lo
cual continua y se reproduce el racismo y la “colonialidad del poder” en todas sus facetas.
La colonia introdujo un sistema de género, que separó lo humano y lo no humano.
El hombre europeo moderno del siglo XV en adelante, se persuade a sí mismo como el
centro del mundo por ser un ser de razón; característica auto-atribuida para sí y para nadie
más. Las mujeres, en todas partes de Europa, del siglo X, eran campesinas, que cuando ya
no tenían tierras para trabajar se volvían mujeres urbanas pobres, en las primeras ciudades
europeas; esas mujeres lucharon junto a hombres campesinos, urbanos pobres, contra los
45
señores feudales, la Iglesia, sus clérigos y los agentes del capitalismo en desarrollo. Esa
gente, hombres y mujeres sin poder económico o político, lucharon por cinco siglos por sus
tierras, su autodeterminación, para construir juntos comunidades autónomas entre hombres
y mujeres, para que entre ellos fueran iguales; confluyeron en muchas de esas comunidades
visionarias que fueron destruidas. Esa gente se llamaba “heréticos”. Veían que el
capitalismo quería hacerlos máquinas; en vez de trabajar sus tierras, les sacaban toda su
libertad, en su trabajo y en su reproducción.
Esa gente fue derrotada, quemada, ahogada, destruida. A las mujeres más
luchadoras las llamaron brujas y las quemaron vivas. De esas luchas es que salió una
opresión muy particular de las mujeres europeas, para controlar su reproducción, para que
se reproduzcan, quieran o no quieran, cuando se necesitaba trabajadores; por ejemplo,
durante el momento de la plaga, el rol que se les dio era quedarse en el hogar, un lugar
pequeño donde estaban encerradas con sus crías; eso aseguraba la paternidad si la mujer era
la mujer de un hombre de poder, ese sistema de género aseguraba que las mujeres
reprodujeran sus hijos del hombre de poder y su capital y su propiedad; la mujer burguesa
participaba de privilegios de clase, pero no tenía libertad, vivía encerrada en espacios
domésticos sin participación política o social, las mujeres pobres proletarias no tenían
libertad y reproducían a la clase trabajadora, se quedaban en las calles y eran tratadas como
prostitutas a la merced de todo abuso imaginario. Este sistema de género fue creado por el
hombre de poder, de razón, el hombre occidental moderno, brutal, acostumbrado a una
relación entre poder y violencia.
Los siglos XIV y XV fueron la culminación de las formaciones del sistema de
género, en este sistema de género la inferioridad de la mujer europea burguesa y
trabajadora se ligó totalmente a la reproducción; mientras el hombre pobre era un proletario
cuyo trabajo asalariado no era suyo. El hombre era un hombre de poder, en un sistema de
género que era heterosexualista y procreativo (es decir, la sexualidad per se no existe en ese
sistema de género).
Con la conquista y colonización del Abya Yala se introdujo un sistema de género
que, por un lado, mantenía la subordinación de la mujer blanca y la posición del hombre
blanco como el ser humano por excelencia, con el poder de gobernar, de extraer el trabajo
46
de los demás, de reproducirse con mujeres que, como sus esposas, le garantizaban que sus
hijos eran suyos y que mantendrían la raza ahora y el capital.
Como la conquista y la colonización produjeron la racialización de las gentes
colonizadas, la “colonialidad del poder” entendía a los colonizados y colonizadas como no
humanos, sin saberes, sin lenguaje que puedan expresar; estos hombres y estas mujeres
colonizadas serían, en tanto animales, seres sin género, los animales no tienen género
(piensen un momento eso, ¿qué animal tiene género?), entonces, tratados como animales,
este sistema de género deniega tener género a los seres colonizados, porque son
considerados como animales.
Los europeos comenzaron a ver, en la modernidad, a la naturaleza, incluyendo a la
gente colonizada como animales, como algo para explotar para su propio beneficio;
emplear al ser humano como animal le permitía al hombre blanco-europeo usar cualquier
método, para sacar beneficio, para sí mismo, de esas personas que usa y sigue usando de
modo brutal y violento. Cuando ingresamos en eso pensemos en el sistema de género y, por
lo tanto, en la inseparabilidad de la situación, de los hombres y las mujeres colonizados.
A la introducción de este sistema de género en la colonia, que divide lo humano de
lo no humano y, por un lado, pone a la mujer y el hombre blanco como humanos y a la
gente colonizada como no humanas, yo le he llamado la “colonialidad de género”, y al
sistema mismo lo he llamado el “sistema moderno-colonial de género”; un sistema de
género que fue y sigue siendo una parte central del sistema capitalista. Notemos que, en ese
“sistema de género” para el poder que racializa, para la colonia, hombres y mujeres son lo
mismo, porque no son hombres y mujeres, solo los seres humanos son hombres o mujeres.
Ese “sistema de género” es profundamente heterosexualista y controla la
reproducción de la mujer blanca en la colonia; a la gente colonizada se la piensa en tanto
animales, como de una sexualidad descontrolada, eso permite la violación de la mujer
colonizada por el hombre blanco; este “sistema de género moderno-colonial” niega al
cuerpo como una fuente de placeres múltiples y niega la intimidad y el cariño que pueden
acompañar a esos placeres.
47
Ya vamos entendiendo por qué la descolonización y la despatriarcalización no se
pueden concebir y tratar una separada de la otra; pero yo creo que debemos de abandonar la
palabra patriarcado, porque es a-histórica, no considera la producción histórica en distintos
grupos y sociedades, de sistemas distintos de opresión y subordinación de las mujeres y,
también, considera a todos los hombres y mujeres como iguales, la universalidad del
termino hombre y del termino mujer.
Esa universalidad borra la producción histórica del “sistema de género”, que oprime
a las mujeres con riqueza de una manera distinta que a los hombres pobres; en ese sistema
la mujer burguesa tiene más poder que el hombre proletario, porque está íntimamente
asociada al poder. No estamos hablando de ese “sistema de género” que precedió a la
colonia, hoy estamos hablando de un “sistema de género” producido históricamente durante
la conquista y la colonización, de lo que llegó a llamarse América y hoy llamamos Abya
Yala, y que negó el género a los colonizados, porque los vio y los trato como animales,
donde claramente hombre y mujer no son términos universales.
El patriarcado es una forma específica de dominación masculina, el uso de la
palabra tendría que ser reservado, para gente de tipo nómada, pastoral, como en el Antiguo
Testamento, de donde viene la palabra. Abraham fue un patriarca, un hombre viejo de
poder absoluto sobre sus mujeres, niños, ganados; era el aspecto de la paternidad, una
institución definida así por el grupo al cual pertenecía. Pero cuando estamos hablando de la
formación de un “sistema de género colonial”, durante la modernidad, no estamos hablando
de una relación familiar, estamos hablando de raza, de género racializado, animalizado y
deshumanizado.
Los movimientos de liberación de la mujer que empezaron en el siglo XX, en los
Estados Unidos y Europa, han considerado a la mujer como un ser universal; todas las
mujeres son iguales. Para ellos el término “patriarcado” es algo justo, porque las mujeres
siempre han sido iguales. Pero la mujer universal ha sido siempre concebida como blanca y
su liberación no considera la opresión de las mujeres colonizadas, racializadas y no las
entienden; no entienden esa opresión porque no pueden incluir la raza y el racismo en la
constitución de la situación de las gentes que no han sido consideradas como seres iguales,
sino inferiores por naturaleza; no entienden cómo conciliar la raza o el racismo institucional
48
e interpersonal, no entienden que sin entender la raza y el racismo no pueden empezar a
entender la vida, experiencias, opresiones de las mujeres colonizadas-racializadas-
deshumanizadas.
Ahora debe ser claro para ustedes el por qué no se puede descolonizar sin
despatriarcalizar, ni despatriarcalizar sin descolonizar; aunque podemos cambiar
“patriarcado” por “sistema patriarcal de género”, por un lado, y pensar que no es el
“patriarcado” ese “sistema patriarcal de género” lo que estamos descolonizando sino el
“sistema colonial-moderno de género”. Y, claro, no se puede deshacer, terminar, con ese
“sistema colonial-moderno de género” sin descolonizar; están unidos uno al otro, las dos
cosas son inseparables en un sistema de opresión introducido por la colonia aún vigente.
Es muy importante que nos demos cuenta que no se puede separar un ámbito
particular de la vida en la cual reside la opresión de la mujer, eso es repetir la “colonialidad
de género”. La “colonialidad y descolonialidad de género” penetran y están entramadas en
todos los aspectos institucionales e interpersonales de Abya Yala; penetran la producción
del saber, la economía, la política, las leyes, la vida institucional y la vida colectiva e
interpersonal. En la historia de la colonia, había hombres colonizados que han querido ser
como los hombres blancos, gente de riqueza, como los hombres blancos, y con poder sobre
las mujeres colonizadas.
Este mimetismo, este copiar al hombre capitalista blanco-europeo o anglo-europeo
se basa en el robarle a las mujeres de Abya Yala, de su ser pensadas y tratadas como seres
de gran valor, sabiduría y capacidad de generación de vida; no solamente por medio de la
reproducción, sino por su creatividad inteligente y su disposición comunal. También ese
hombre blanco o blanco-mestizo euro-centrado o anglo-centrado deja de ser comunal, se
vuelve individual y aprende que tiene que dejar de ser alguien que piensa en su trabajo, su
pensamiento, su energía y cariño como algo hecho por y para los demás miembros de su
grupo o comunidad o sociedad.
Creo que ese mimetismo, que ha sido estudiado por Franz Fanon, es una forma de
fidelidad a la colonia, una falta de dignidad hacia Abya Yala, sus mujeres, su vida. Un
primer paso hacia la descolonización es decirle no a las creaciones europeas y anglo-
49
centradas, que comenzaron con la colonia, que siguen habitando nuestras vidas, en la
construcción de nuestras sociedades. Eso incluye decirle no, es inseparable decirle no a ese
“sistema moderno-colonial de género”. Eso viene de toda una historia que trata a la mujer
de una marera colonial y junto al hombre, como animales, en una historia de colonización,
como animales sin género.
La descolonialidad de género no consiste en ser en general, ni en generadas; hay ahí
una posible igualdad entre hombres y mujeres totalmente destructiva, opresora del ser
humano de Abya Yala. Todos esos seres humanos estaban constituidos en su ser, entre su
gente, como personas de maneras contradictorias, a las que hemos pensado hoy, como
constituyendo su relación con las mujeres burguesas y hombres europeos y el poder de la
colonia.
La descolonialidad tiene que terminar con el sistema colonial de género, no copiar o
reproducir las versiones eurocentradas de relación entre mujeres y hombres europeos o
angloamericanos. El “sistema moderno-colonial de género”, no sólo es destructivo de las
mujeres, es destructivo del espíritu y la energía comunal, es destructivo de la vida, es
necrófilo, ama la muerte. Decirle no a ese sistema, es decirle no a la colonia y vivir de una
forma diferente, no destructiva, no necrofílica; diciéndole no a la guerra, a la
deshumanización, a la explotación, la extinción del planeta, la muerte, es decir, llegar,
como dice Rafael, a tener un proyecto de vida de los pueblos del Abya Yala.
La descolonialidad del poder y de género nos pide, vivir de una manera diferente,
que recuerdan en nuestra memoria colectiva, cuáles son los principios de vida y relación de
la filosofía y teología de todos los pueblos de Abya Yala, no solamente los pueblos andinos
(he visto un énfasis muy marcado en pensar sólo a los pueblos andinos, pero si es así,
entonces no es un Estado plurinacional). Y, al recordar esos principios, recordemos también
que los usamos para resistir, para luchar, en cada momento, en cada gesto, en cada práctica,
en cada manera de ser con los demás; los hemos usado no sólo contra la deshumanización
colonial sino en nuestras propias concepciones de lo que es la vida.
Y aquí pienso, en lo que veo, en muchas de las gentes que han sido parte de Abya
Yala y que fueron colonizadas. Uno es el principio que tiene que ver con la conexión de
50
todas las cosas, que no hay nada separable de otra cosa; y el segundo es un principio que
tiene que ver con la dualidad. La dualidad no es la separación total de un hombre de una
mujer, de una warmi de un chacha; sino que es una concepción, como dice Silvia Marcos,
de dualidades fluidas, y es algo que tenemos que insistir, que tenemos que discutir.
Tenemos que recuperar esos principios de una manera crítica (en eso estoy muy de
acuerdo con Rafael) y comparar las distintas filosofías con las que las gentes han sido
constituidas de manera comunal, en esa lucha por afirmar la vida. Ese recordar crítico es
muy importante. Por eso creo que la interculturalidad y la pluralidad tienen que incluir una
disposición y un compromiso a conocer los principios de otras personas que han sido parte
de Abya Yala y que han sido colonizados. En eso consiste una clase de coalición
fundamental, que sea plural, prestando atención a lo que dicen y escriben los pueblos
asiáticos y los pueblos africanos.
Necesitamos una práctica decolonial que alcance a todos, como miembros de
grupos, familias, del Estado plural; aquí incluyo a hombres y mujeres, no distingo
diferencia en esa participación, aunque muchas gentes distintas tengan distintas maneras de
participar y eso es algo muy diferente. Tenemos formas y capacidades distintas. La
descolonización considera terminar con el “sistema moderno-colonial de género” de modo
que se pueda proliferar y exhibir nuestras distintas capacidades.
En el pluralismo que se propone en Bolivia, hay que poner en práctica el ejercer la
práctica decolonial en la gente; para mí, no es tanto con mandos o leyes, sino con educación
popular que llegue al corazón boliviano, a la vida popular, donde los principios de los
cuales hablamos estén vivos; algo que todos tenemos que hacer, hombres y mujeres juntos.
Gracias.
51
La despatriarcalización en América latina
Estelina Quinatoa5
Por experiencia propia, cuando se habla del tema de la descolonización en América Latina,
es importante juntarnos geográficamente, tanto Ecuador, Perú, Bolivia y los demás países
andinos que estamos en Sudamérica, principalmente del lado costero del pacifico. Cuando
queremos hablar de despatriarcalización, tenemos que tener nuestros fundamentos y
tenemos que conocer lo que sabemos como una obligación.
Como pueblos despojados de nuestra memoria histórica, tenemos la obligación de
conocer nuestra historia; se habla de Tiahuanaco, se habla de los incas, pero como algo que
paso hace mil años, porque lamentablemente la historia colonial, la historia hispana, la
historia oficial de los pueblos no cuenta como nuestra verdadera historia; la cual debe
comenzar por nosotros, desde nuestras fuentes, en las mamás, en las guaguas, cómo viven,
cómo piensan, esa es la manera directa de recuperar nuestra historia y nuestra identidad, y a
pesar de que la vida en la ciudad es fuerte y se resiste a eso, intentamos reproducir nuestra
forma de vida también para las ciudades.
Por eso yo propongo partir de esta gran esencia de vida, esta gran cosmovisión –
como nos dicen los antropólogos–, reconocer lo que sería la despatriarcalización, lo que
sería el género, lo que sería lo masculino, lo femenino. Para nosotros sería kari-warmi,
hombre-mujer, porque nosotros venimos de una generación arquetípica femenina, por eso
es que hablamos de la Pachamama, ya que ella es todo.
5 Representante del Ecuador.
52
La Isla de La Plata, en nuestro país, era a donde venía gente de todas partes, e
incluso del continente, a hacer sus ofrendas y ceremonias a nuestra deidad; cuando
hablamos de la Pachamama también hablamos del Intitayta y éste no es un legado
solamente de los incas. Los incas vivieron unos cientos de años antes de la llegada de los
españoles, este Intitayta tiene, para nosotros, más de 2500 años; está investigado y
comprobado en una máscara funeraria, con la representación del sol en un pueblo
ecuatoriano llamado “la Tolita”, esta mascara está en oro laminado de 23 quilates, pero este
sol tiene un rostro humano y la punta de sus rayos son serpientes y la serpiente, el Amaru,
está sosteniendo el sol. Esta presencia, de estas deidades, nos ha ayudado a vivir desde años
atrás.
Hablando de los arquetipos femeninos de nuestras antiguas mamas: la Pachamama,
la Cochamama y la Saramama (que fue una mazorca que tuvo 11 hijitos, 7 nacidos y 4 no
nacidos). Hace 2500 años atrás hicieron la representación de la Saramama en oro; cuando
somos mamas y a nuestras guaguas les da el malayde y no sabemos con qué limpiarles,
nosotros usamos una caspa de Saramama.
Cuando hablamos de los Andes centrales, el problema que tenemos que resolver en
Bolivia, es la coca. La Cocamama. Igual que Perú, igual que Colombia, todos tenemos que
integrarnos al reconocimiento de esa práctica ritual ancestral de la coca; a diferencia de la
droga, la coca es una hoja sagrada, una planta sagrada, una planta de conocimiento, una
planta maestra, una planta alimenticia y medicinal; al ser mal usada saben que ya no es la
vida sino la muerte. Entonces, para no desviarnos de nuestro tema, de la
despatriarcalización, del arquetipo femenino y, en este caso, la Cocamama, también tiene
que ser reconocida de esta manera; cuando queremos recuperar el mito y se quiere hablar
de cosmovisión, podemos decir que la mujer está en todo momento, junto a los hijos, los
esposos, la familia, las nietas, está en la vida del ser humano y eso no va a cambiar.
Frente a eso vemos cómo los sistemas han ido cambiando, y podemos ver en nuestra
cosmovisión que todo es par, y podemos ver al sol y la luna, podemos ver el día y la noche,
el hombre y la mujer, así también la montañas son par y aunque nuestros hijos ecuatorianos
nazcan fuera de nuestras tierras dicen, el tata Indavura y la mama Cotacachi; y estos dos
términos son pares que se pierden en la lejanía de los años. Cuando hablamos de las
53
lagunas, siempre son hombre y mujer, las cuales nunca pueden estar solas, la una de la otra,
y cuando hablamos de árboles, de plantas, la ortiga macho y hembra siempre están en dos,
y hasta los animales más pequeños, como por ejemplo las hormigas, también son duales.
Con este concepto de dualidad nosotros hemos ido reproduciendo en mi país, según
los andes, de una manera complementaria; cada ser vivo que somos, tenemos nuestro
propio rol y nuestro propio rol es nuestro propio trabajo, y eso no quiere decir que seamos
enemigos o antagónicos.
Cuando yo voy a las comunidades y quiero hablar de la identidad cultural, digo que
tenemos que estar fuertes y seguros, y luego respetar. Se ha encontrado en el Ecuador, en la
costa ecuatoriana, en el pacifico en la costa de Santa Elena, un cementerio muy grande (de
7000 o 9000 años antes de Cristo), el cual fue descubierto en una excavación arqueológica
durante 15 años, realizado por una extranjera (que tiene mayor culturalidad que nosotros),
allá por los años 70 u 80. Le llamó la atención una parejita, en el Ecuador le llaman “los
amantes de Sumpa” (“la gente que sabe amar”).
Esos son nuestros primeros taitas hasta ahora encontrados en el Ecuador, 9000 años
antes, donde podemos ver un hombre y una mujer, los cuales fueron analizados con
carbono 14 y, con certeza, tienen esa antigüedad. Ahora, cuando yo hablo justamente de la
dualidad, de la paridad, de que nosotros somos colectivos y no individuales, y la pareja –
que aproximadamente son de 23 o 25 años de edad–, están enterrados de una forma muy
amorosa; el hombre va abrazando a la mujer y ella hace lo mismo, teniendo entrelazadas las
piernas como lo hacemos hasta ahora. Así que es algo milenario y, bajo esta pareja, se
encontró polen de coca y piedritas. Yo digo: desde hace 9000 años atrás estos taitas,
pensaron y enterraron así, mandaron a sus difuntos al más allá, siendo este el sueño
arquetípico, donde ambos están, para toda la eternidad, hombres y mujeres, juntos.
Tenemos también otra pareja en la costa, es una representación que está hecha en
barro; hace 1500 años atrás, en la sierra ecuatoriana, tenemos la representación de dos
viejitos, la expresión del rostro, sobre todo del viejito y la señora, es todo un arte hecho por
los ceramistas: estar juntos en el nuevo Tahuantinsuyo. Los hemos recuperado en el
Ecuador; esas figuritas de oro se llaman tunopas pequeñitas, eran amuletos que
54
acompañaban a los personajes importantes; está también la representación de un hombre y
una mujer, y los dos son incas; está también la llama y el tupu, que aun veo en algunas
mamas en Bolivia. Esto un poco antes de la llegada de los españoles, tal vez 200 o 100 años
antes. Para también graficar nuestra historia milenaria, tenemos que recuperarla en todos
los países sudamericanos; hasta los querus del siglo XVII, hechos de madera, aun poseían
figuras de dualidad, una hombre inca y una mujer inca. Esta es nuestra historia milenaria,
en la que nosotros siempre fuimos hombre y mujer.
Con la colonia, la Iglesia que llegó a nuestras tierras y el bautismo impuesto, llega el
sometimiento y empezó la colonización. La colonización está directamente relacionada con
nosotros, con los pueblos indígenas; también está implicada la población futura, la
población mestiza de todos los países. Todo lo que hicieron los españoles y los sacerdotes
católicos era en función del sometimiento de los pueblos indígenas; supimos que las hijas
de Huayna Kapac convivieron con los españoles, se casaron con los españoles y, parte de
ese matrimonio, la consecuencia de ese matrimonio, de esas mujeres importantes con estos
hombres, es ahora la elite que llamamos, en mi país, los “pelucones”.
Son ellos los que nos están gobernando, y estamos viendo cómo estamos cambiando
de estilo de moda; porque vemos que había que “estar bien” en la época colonial cuanto
más se tenía poder; la mujer indígena imita a la española. Pero la presencia no es sólo de
los españoles, o la nuestra, está también un gran componente de lo que hoy llamamos
afroamericanos. Sabemos todos que, cuando hablamos de la plurinacionalidad, no nos
vamos a olvidar nunca de los afrodescendientes, que vivieron en esa condición y que ahora
viven en un proceso de reivindicación en cada uno de nuestros países.
En los siglos XVIII y XIX se vivió el tiempo de los “obrajes”, donde hombres,
mujeres, niños, familias enteras se dedicaban a estos trabajos, para la producción de linos y
la exportación de los mismos. Tomaré una cita del señor viceministro de Descolonización
Félix Cárdenas: “Cuando hablamos de despatriarcalización, estamos hablando de trabajar
un proceso, tanto hombres y mujeres”; y del sometimiento, como lo dijo la compañera
Elisa: “hemos soportado un sometimiento de 500 años”. Creo que debemos de trabajar en
nuestras organizaciones o donde estemos para que se visibilice y se respete las actividades
55
que hacemos las mujeres; ya lo dijo el señor filosofo: “las mujeres en nuestros países han
sufrido de triple discriminación: por ser mujeres, por ser indígenas y por ser pobres”.
Entonces, es un proceso que tenemos que trabajar bastante, porque quiero contarles
también sobre la despatriarcalización o sobre la patriarcalización, la visibilización del
poder. En los años 60, 70 y 80 iban apareciendo unos movimientos denominados
“feministas”, se estaban organizando como una especie de revanchismo, para decir que las
mujeres también tenían la potestad de hacer lo que hacen los hombres. En el año 96, en el
movimiento indígena, muchas mujeres indígenas, líderes actuales en mi país, planificaron
un taller para hacer una organización femenina a nivel nacional, que era el COCNI, y las
mamas decían en el taller: “cuidadito con querer hacer lo que hacen los hombres, de no
llegar a casa, de estar borrachas, o tener otro marido como lo hacen nuestros maridos”.
Enseguida se mostró el problema del machismo.
El proceso ya está siendo conocido y ha sido trabajado desde los años 90. En estos
tiempos no he podido estar cerca del proceso, por mis otras ocupaciones (pero así es la
vida, uno va cumpliendo lo que le llega). En la actualidad, muchas mujeres que
sobresalieron como líderes, para que se cree la CONAIE, las centrales, son ellas las que han
estado trabajando junto con nuestros compañeros dirigentes, para que los pueblos
originarios seamos reconocidos en el país. No ha sido una voluntad de los gobernantes, ha
sido una lucha para que el Ecuador sea reconocido como un primer intento de
plurinacionalidad. En el Ecuador del siglo XX, nosotros tenemos una lideresa que es
Dolores Cacuango, quien trabajó mucho para la educación de los niños, para tener el acceso
a la escuela, al conocimiento, pero, sobre todo, en la lucha del reconocimiento de las tierras.
Con mucho orgullo le decimos, nuestra mama Dolores. Otra luchadora, compañera de
mama Dolores, que murió hace dos años atrás, mama Pomahuaña, quienes trabajaron por
los niños y por todos, hasta organizaron el Partido Comunista. Muchas de estas mujeres,
por la lucha, acabaron tomadas presas. Esta es la historia que quería contarles. Muchas
gracias.
56
Diálogos:
“descolonización y despatriarcalización”
Representante del Ecuador
Hermanas y hermanos, una breve historia. Como mujer indígena de mi país, en la lucha que
he estado, voy a expresar el racismo y la discriminación en mi país. Nosotras, las mujeres
indígenas, de acuerdo a la historia, hemos tenido, en la lucha, muchas lideresas mujeres,
que han forjado la lucha para superar la despatriarcalización, el imperialismo y el
colonialismo; porque esas ideologías nos han metido en nuestras comunidades, en nuestras
organizaciones, en nuestras bases; y el avance de las luchas de las organizaciones, del
pueblo, de las comunidades, hoy, en Ecuador, ha producido algunas respuestas.
Gracias al levantamiento indígena del 90, nosotros, como pueblo indígena, hemos
reclamado nuestros derechos, los derechos de los pueblos, que ahora consta en la
Constitución; no es un favor, es gracias a nuestras luchas. Gracias a nuestras
reivindicaciones, nosotros hemos constituido, en la asamblea del 2008, la interculturalidad,
la plurinacionalidad, la integración de las mujeres indígenas, nosotras, las mujeres
forjadoras, no sólo como mujeres indígenas. Aun así, en este proceso, podemos decir que,
como mujeres indígenas, todavía nos falta; pero gracias a lo que hemos logrado, como es el
caso del país hermano boliviano, nosotras también estamos en ese proceso, luchando,
gracias a muchas mujeres que han luchado y forjado nuestras reivindicaciones.
Por qué no nombrar a nuestras mujeres lideresas, en este caso, a Dolores Cacuango,
quien viajo a muchos países y trabajó y luchó, a pesar de no saber leer ni escribir, ella luchó
57
por nosotras, las mujeres, para seguir progresando. Lorenza Avimañay, una mujer que, en
nuestro país, luchó por nosotras, luchó para tener un Estado plurinacional y reivindicar a las
mujeres; pues no sólo estamos para ser utilizadas en nuestros hogares o ser simples amas de
casa. La lucha de las mujeres se forjó, sobre todo, en la lucha contra las haciendas. Manuela
León, una mujer luchadora que fue ejemplo de mujer forjadora indígena, le agradecemos de
corazón, ahora, cuando quizás ya esté fallecida; esa mujer que fue ejemplo de mujer
lideresa que, aun cuando viajó a muchos países, nunca ha negociado con ningún hermano,
ella ha demostrado tener buen liderazgo.
Gracias a aquellas mujeres y hombres, hoy nosotros podemos reclamar nuestros
derechos en nuestros países; hacer que nuestro Estado sea realmente plurinacional e
intercultural. Por eso nosotros reconocemos nuestras raíces milenarias en nuestra
constitución (forjada por hombres y mujeres de nuestros pueblos; tenemos 18 pueblos y 14
nacionalidades); en la cual trabajamos por nuestra diversidad, para realmente llegar al
“buen vivir”, al “sumaj kausay”, buscando el bien común, con armonía, con lealtad, con
transparencia.
Nosotras, las mujeres, hemos ingresado a la administración pública (mi persona fue
gobernadora de mi provincia). Gracias a nuestras luchas, que mujeres y hombres han
forjado, hoy tenemos, en el Ecuador, mujeres luchadoras en el gabinete; las mujeres son el
26% en los gabinetes ministeriales; también tenemos una Asamblea representada por una
mujer joven, de 29 años, que hoy maneja el Estado ecuatoriano; en la Asamblea, de 134
asambleístas, tenemos el 22% de mujeres; en las elecciones populares, de igual manera,
tenemos una vice-prefecta; hay 47% de mujeres concejales; 28% en la Corte de Justicia;
tenemos 47% de mujeres que están trabajando en nuestras leyes (aunque nosotras seguimos
reclamando que sea respetada la justicia indígena).
Hay muchas mujeres que han trabajado y luchado; por eso yo hago un llamado aquí,
porque creo que Bolivia tiene un avance mucho más logrado. ¿Por qué nosotros, en
Ecuador, no profundizamos nuestra lucha? Porque eso no es puro discurso, sino que tiene
que ser algo palpable, demostrable. Nosotros seguimos luchando contra la colonización y el
racismo. El racismo persiste, pero gracias a estas luchas, el decreto 060, en mi país, declara
que la discriminación y la xenofobia sea penalizado; pero aun así el racismo persiste. Ante
58
eso, nosotras tenemos que socializar y articular todos nuestros procesos, como pueblos,
nacionalidades y mujeres, defender nuestros procesos.
Gracias por poder participar; yo estoy participando, por primera vez, en estos
eventos. Gracias al espacio que nos han otorgado, hermanos bolivianos. Quiero entonces
agradecer al hermano viceministro del Estado plurinacional de Bolivia y, también, a la
hermana embajadora, compañera Maribel Santa María.
Hermanos y hermanas, es un gusto estar aquí, compartiendo esta pequeña
experiencia. Como mujeres seguiremos luchando y unidas venceremos. Las mujeres
estamos también para liderar; no sólo estamos para ser utilizadas en nuestras casas, con
nuestros hijos. Nosotras la mujeres tenemos que hacer nuestras leyes; con todo el respeto a
los caballeros, a los hombres, ellos no han sufrido realmente lo que es ser mujer, no saben
lo que es parir, disculpen que se los diga de esta manera. No pueden hacer leyes por
nosotras. Las mujeres tenemos que forjar este nuestro proceso.
Catalina María Chipis (pueblo Nasa, Colombia)
Buenas tardes a todas y todos. Yo soy originaria del pueblo Nasa, un territorio ancestral de
más de 300 años a.d.C. Es la cuna de nuestro pueblo, allí se conserva no sólo la sabiduría
ancestral sino toda la práctica de nuestro pueblo; pero como todos, nuestro pueblo se ha ido
esparciendo por todo el país y hasta otros países. El pueblo Nasa, en Colombia, es uno de
los más perseguidos, es uno de los más resistentes, en la lucha y la defensa de los derechos
indígenas.
En ese orden y, por esa razón, hemos organizado, en las ciudades, cabildos
indígenas, que han logrado fortalecerse y mantener su cultura, aunque ya no tengamos
territorio. Se empezó con un grupo muy pequeño, en Cali, y se ha vuelto el modelo, a nivel
nacional, de organización indígena, en esas condiciones. Hace 8 días logramos tener el
“Primer Encuentro Nacional de Pueblos Indígenas”, donde se ratificó la defensa de los
derechos y el sostenimiento de nuestra cultura. En Colombia somos 102 pueblos, somos un
59
país pluriétnico y multicultural, constitucionalmente definido. Pero, así como ustedes, todos
los que estamos hoy, encontrándonos, en Bolivia, falta muchísimo por hacer.
En Colombia, igual que ustedes, también tenemos derechos constitucionales
enmarcados en dos jurisdicciones, jurisdicción ordinaria y jurisdicción especial; siendo un
país multiétnico y con una diversidad cultural, esos derechos siguen siendo violados.
Colombia tiene tres niveles de derechos: tiene un nivel de derechos propios, prácticas
propias, dinámicas propias, y a esto le llamamos derechos en el marco consuetudinario de
la práctica; también tiene derechos constitucionales, enmarcados en derechos
fundamentales individuales y colectivos; pero Colombia también ha ratificado, como sé que
muchos países lo han hecho, convenios y tratados internacionales en derecho internacional
humanitario. Pero esos derechos no se cumplen.
La discusión y el debate en Colombia y América latina, es acerca de la violación de
derechos; porque los derechos están y, si no están en la norma o escritos, son nuestras
prácticas las que valen, y aquí lo han dicho de manera repetitiva, son nuestros “usos y
costumbres”, son las prácticas tradicionales, que serían contundentes en la decisión de los
pueblos indígenas. Entonces, la resistencia, la defensa y la insistencia de permanecer como
culturas, está basada en los derechos, en la sostenibilidad de nuestras culturas.
Pero aquí nos podríamos gastar días y hasta meses hablando sobre derechos y sobre
cultura; en el discurso se torna muy bonito, pero en cuanto no se baje ese discurso a la
realidad, a la base, a la comunidad, simplemente se queda en discurso y eso es lo
preocupante para América latina. En Colombia estamos diciendo eso, tenemos que dejar de
hacer tanto discurso; tenemos que hacer y hay mucho por hacer, trabajar con los niños por
ejemplo, esos niños, esos jóvenes indígenas que ya no quieren ser indígenas, esos niños que
ya no bailan o ya no danzan lo tradicional, sino que está pegados al reguetón, a la música
norteamericana que ni siquiera entienden, a esos niños hay que apuntarle, porque nosotros
ya estamos muy viejitos.
Tenemos muchos resabios, demasiadas malas costumbres que aprendimos de los
españoles; a veces la envidia nos carcome a un nivel que es grave; alguien decía que, en
Colombia, nos está matando más la envidia que la enfermedad. Los pueblos indígenas
60
también cargamos con anti-valores: la envidia, el egoísmo, el individualismo; y se nos
olvidaron los valores: lo colectivo, la unidad, los principios, la lealtad, el respeto por el
otro. Estar juntos, con un mismo principio y con un mismo fin, es lo que permanecerá en el
tiempo, como pueblos, como culturas, dueños de este territorio. Esa es la apuesta. Muchas
gracias.
Félix Cárdenas, (viceministro de Descolonización, Bolivia)
Sería bueno encarar estas intervenciones sobre los temas de descolonización y
despatriarcalización pero, también, tomando en cuenta, qué mandatos podríamos generar
desde esta Cumbre. Puede haber un sinfín de mandatos, pero ¿qué mandatos serían a nivel
continental? La descolonización no podrá iniciarse en algunos países, con gobiernos
totalmente conservadores, pero se puede avanzar con sus movimientos sociales, con sus
movientes indígenas, que puedan incorporar la descolonización y la despatriarcalización en
sus organizaciones; o en algunos lugares, donde ya hay gobiernos que están en la
construcción de la plurinacionalidad, debería ya incorporarse el tema de la descolonización
en su institucionalidad. Deberíamos también proponer, entendiendo que es un tema central
y que nos une a todos: el tema de la identidad.
Estos temas nos hacen discutir mucho y es bueno seguir discutiendo, porque
nuestros abuelos nos han enseñado que la memoria oral es la memoria más rica. ¿Cómo
entendemos el tema de la identidad?, ya decíamos que no es sólo cuestión de ropa o de
idioma sino, fundamentalmente, de lógica de comportamiento. Cuando decimos que
queremos construir un Estado plurinacional, entendemos que este Estado plurinacional no
será posible si no hay interculturalidad; esa es la condición de un Estado plurinacional. Pero
tampoco puede haber interculturalidad si no hay intraculturalidad, o sea, la capacidad de
reconocer quiénes somos.
¿Por qué hay agresiones permanentes? La inseguridad ciudadana siempre queremos
solucionarla con cárcel: agresión, cárcel; delincuencia, cárcel; violencia contra la mujer,
61
cárcel. Por esa vía, vamos a llenar de cárceles nuestros países. Se trata de la identidad. Si
uno no está seguro de quién es, estará siempre a la defensiva y propenso a agredir.
Entonces, el tema de la intraculturalidad apunta a la capacidad de fortalecernos como
somos, de aceptarnos como somos; porque la forma colonial nos ha hecho despreciar lo que
somos y pretendemos ser lo que jamás lograremos ser; por eso nuestros hijos caminan en la
escuela siempre con crema nívea en el bolsillo, creyendo que, de tanto ponerse nívea, se
puede blanquear, porque el ideal es ser blanco, o el ideal de la mujer es 90-60-90.
Todos estos estereotipos, que nos hacen perseguir modelos, es una demostración de
falta de identidad; cuando vemos jóvenes con aretes en la nariz o en el ombligo, vemos
falta de o búsqueda de identidad, pero rechazando lo propio. El día que nos miremos en el
espejo y nos veamos morenitos, chatitos, gorditos, aymaras, quechuas, mayas, aztecas, ese
día, cuando nos sintamos orgullosos de lo que somos, habremos empezado nuestra propia
descolonización.
Cuando uno está firme en su identidad, entonces puede desarrollar interculturalidad,
recién entonces empezará a respetar al otro, al diferente; y esa interculturalidad recién nos
dará la posibilidad de la construcción de un Estado plurinacional. La descolonización es,
primero, en nosotros. Hay que sacar de nuestros cerebros a ese Cristóbal Colón que se
resiste, que, en algunos momentos, a pesar de que seamos indios, a pesar de que digamos
soy originario, soy marxista, aquí hay un Cristóbal Colón que sobrevive y revive
permanentemente, y nos traiciona, pues siempre estamos desarrollando machismo,
patriarcado, racismo, discriminación. Nosotros mismos.
Hay que suicidarse en nuestra estructura mental colonial que tenemos; cuando
tengamos la capacidad de suicidarnos mentalmente, de ese modo, nos recuperaremos. El
tema de la identidad es muy importante para la construcción de una sociedad diferente. Hay
mucha gente que dice: mi abuelo era indio pero yo ya no soy, porque yo he entrado a la
universidad; en su colonialismo, piensa que, por el hecho de ponerse corbata y terno, han
dejado de ser indios aymaras, quechuas, guaraníes. La identidad no es un problema de ropa
sino de estructura mental. Siempre somos lo que somos. El negar lo que uno es, es el otro
tema insalvable; por eso, quizás, mucha gente piensa que la descolonización es un tema de
indios, pero no es así.
62
El colonialismo ha atravesado todo. Los empresarios privados nuestros, los
agroindustriales, son totalmente colonizados, porque piensan y creen que están
predestinados sólo a sobrevivir de las migajas que les arrojan las transnacionales. Eso es
colonialismo. No aprenden a ser una empresa nacional con emprendimientos agresivos; a
eso llamará, Zavaleta Mercado, una “burguesía ratona”, incapaz de hacer emprendimientos
económicos.
Por eso la descolonización tiene que llegar a todos los niveles. Por ejemplo, el rol de
las FFAA, como lo sugería el Gral. de La Fuente (tal vez todavía como aspiración); para
muchos de nosotros, las FFAA deberían cumplir un rol cualitativo en la formación del
hombre nuevo; el tema de la patria, el tema del anti-imperialismo, del anti-colonialismo,
son el escenario ideal de unas FFAA descolonizadas.
Tenemos que tomar en consideración lo que dice la hermana del Ecuador; a nuestros
niños los han educado tres armas fundamentales: la educación, la religión y las leyes. En la
educación frustran a nuestro niños; los profesores, no porque se les ocurre sino porque el
sistema colonial es así, clasifican a los alumnos: los mejores a un lado, los regulares al otro
lado y los “burros” a este lado; ahora la nueva educación dice que no hay que clasificar, que
sólo el profesor tiene que tener en mente aquello, pero, entonces, siguen clasificando, ya no
los separan pero siguen clasificando. O sea, desde la educación tenemos niños frustrados;
en estos meses, cuando ya son exámenes finales, hay jóvenes que, sabiendo que se han
aplazado, ya piensan en irse a Chile, a la Argentina, otros se casan y se fugan. La educación
es frustrante; ese tipo de educación hay que cambiar.
¿Y la religión? ¿Qué pasa cuando vas a la Iglesia? Como por arte de magia,
mientras afuera estas riendo, cuando entras, te pones triste, nos hacen sentir culpables de
algo que no hemos hecho; ves a un hombre crucificado, como si lo hubiéramos hecho
nosotros. Todo es silencio, porque todos están con un sentimiento de culpa. La Iglesia
católica es una Iglesia de gentes tristes. Igual son las leyes. Hasta ahora, hay abogados que
siguen manejando la clásica tipificación del delincuente, eso también maneja la policía:
jamás va a creer el policía, el abogado y el juez, que delincuente sea uno que vista saco y
corbata; en su colonialismo, el indio sí es un delincuente en potencia, porque tiene, según la
63
tipificación clásica, los “pómulos salidos”, la “mirada torva”, es decir, la tipificación del
delincuente en potencia.
Así han sido diseñadas las leyes, la religión y la educación. Hay tanto para
descolonizar. Si hay identidad, hay interculturalidad e intraculturalidad, por lo tanto, Estado
plurinacional; si es así, el taqui, el camino, el “vivir bien”, es sólo una consecuencia, no es
un objetivo. Algunos dicen que el “vivir bien” es nuestro objetivo, no, eso será sólo una
consecuencia. El tema del Abya Yala, de la “gran patria latinoamericana”, sólo será
consecuencia de esa descolonización.
Entonces, en Bolivia, por ejemplo, nuestra discusión viene de varias vertientes; hay
raíces marxistas, raíces indianistas, nunca hemos dicho que esto se impone sobre este otro.
Por eso, la revolución boliviana, tendrá, por lo menos, tres vertientes o sustentos
ideológicos, tres, que sustentan la revolución boliviana; por un lado, está la lucha
permanente de nuestros pueblos, luego está el marxismo boliviano (que nada tiene que ver
con el marxismo occidental colonial que viene de Europa) y luego está el indianismo, que
también tiene diferentes vertientes. Esas tres vertientes hacen este proceso que llamamos
“revolución democrático-cultural”; en algunos lugares es el marxismo, en forma de
izquierda, el que expresa el Estado plurinacional, en otros lugares será el indianismo, el que
tenga más fuerza, más fortaleza.
Hay diferentes expresiones políticas e ideológicas, o sea, no podemos decir que ésta
es una revolución que va al socialismo comunitario, parte desde el marxismo, desde el
leninismo, no, no es así, pero tampoco desechamos el marxismo como una vertiente.
Tampoco porque seamos mayoría indígena decimos que todo es indianismo, no, tiene sus
pesos y sus contrapesos. Todos nos necesitamos. Eso no quiere decir que las revoluciones
sean exactamente lo mismo. No somos receta de nadie. No somos receta para nadie. La
derecha nos dice que estamos siguiendo el camino de Venezuela, que estamos haciendo
algo al estilo cubano. Ni Venezuela, ni Cuba, son nuestros modelos de sociedad. Allá ellos,
que construyan bien su proyecto y que sea para bien de todos. Nosotros tenemos la
obligación de construir un tipo de sociedad que se asemeje a lo que somos nosotros, desde
nuestra identidad. Esa es la clave de la construcción del Estado plurinacional.
64
Ana María Quiroz (CONAI, Perú)
Como representante de la CONAI, del Perú, para mí, ha sido muy importante este evento.
Nos ha hecho entender bastante todos estos cambios que se están dando, a través de todo
este tiempo y, de mejor modo, lo que se está dando en Bolivia. Bolivia es un ejemplo para
nosotros, porque nosotros también estamos haciendo lo mismo en el Perú, pero nuestras
organizaciones, ya dentro del campo político, en cuanto gobierno, no nos dan mucho
apoyo. Pensábamos que este gobierno (de Ollanta Humala) iba a representar un cambio
para el bienestar de nuestros pueblos, pero se ha alineado al sistema capitalista; ya no lo
tomamos como un “proceso de cambio”, al igual que en otros países, pero no perdemos la
esperanza, pues dentro de nuestro contexto, estamos haciendo muchas cosas importantes.
No solamente en nuestro país sino en lugares más recónditos, el cambio realmente
se está dando en nuestros pueblos; el ejemplo, para nuestros pueblos, es que tenemos un
presidente como Evo Morales, que ha dado el paso principal para que se pueda reconocer
que, los pueblos andinos y amazónicos y todo el Abya Yala, podemos hacerlo. Porque
tenemos todo, tenemos nuestras culturas, nuestras lenguas, todo tenemos, como lo dijo el
hermano que me antecedió. Necesitamos unirnos, para poder reencontrarnos nosotros
mismos, y ser una “patria grande”, una patria que sea para el bienestar de todas nuestras
generaciones, de nuestros hijos, de todo lo que vendrá después.
Por eso estamos haciendo el tercer congreso, al cual invitamos a todos nuestros
hermanos de todos los países. Estamos haciendo el “Tercer Encuentro del Tahuantinsuyo.
Jatun Tinkuy 2013. Por la Unidad y la Autodeterminación de los Pueblos Originarios del
Perú y América latina”, que se realizará el 3 y 4 de noviembre. Esta es una experiencia muy
importante para nosotros; primeramente tenemos que reencontrarnos nosotros mismos,
tenemos que descolonizarnos, para poder ayudar a descolonizar al resto de nuestros
hermanos y ese, justamente, es el paso más importante; eso lo he venido realizando desde
hace más de 12 y 13 años atrás, en los cuales yo pertenecía a una organización de
reservistas, servía como patriota; yo pensaba que tenía que defender a la patria, que mi
patria era el Perú solamente y nada más; pero dentro de todo eso, fuimos encontrando
65
nuestro camino y lo encontré y también encontré a muchos hermanos que, desde entonces,
estamos unidos para la reconstrucción del cambio, de la descolonización de nuestros
pueblos. Muchísimas gracias.
Catalina María Chipis (pueblo Nasa, Colombia)
Para los indígenas en Colombia, la apuesta es la educación. La educación es el instrumento
más importante para poder descolonizarnos, porque la descolonización, ya se ha dicho, es
espiritual, es mental y es de acción; entonces, con el espíritu, con el pensamiento y con la
acción. Lo que ha hecho la educación es hacernos olvidar nuestra identidad cultural. Por
eso estamos estableciendo escuelas propias con maestros propios; tenemos ya una escuela,
hasta el bachillerato, y nuestra Universidad Indígena, la “Aguayí”; ésta no es sólo una
apuesta exclusiva para Colombia, sino que se invitan maestros de América, hay maestros de
México, Bolivia, Perú, de toda América latina. Hoy nos está integrando de una manera más
práctica, pero algo puntual es que hay que cualificar la gente que tenemos formada como
profesionales, cuántos necesitan formarse con doctorados, etc.
Tenemos espacios, pero, a veces, nos quedamos cortos, porque lo que nos toca decir
hay que enseñar, que otro lo plasme. En ese marco de apuestas, el reto es ¿cómo nosotros
podemos hacer un inter-relacionamiento académico, en Colombia, Bolivia y todos los
países, para que nos integremos y fortalezcamos el tema de la identidad cultural, lograr una
profesionalización, como los doctorados, en el tema de identidad cultural, en el tema de
derechos, en el tema de procesos organizativos?
Esa es la apuesta de la Universidad Indígena que tenemos en el Cauca. La educación
es clave. Una educación adecuada a nuestros “usos y costumbres”, a nuestras prácticas y,
sobre todo, a fortalecer y recuperar nuestra identidad cultural como pueblos.
66
Saludos del Kurdistán
Yo vengo del Kurdistán. El Kurdistán es un pueblo originario dividido entre Turquía, Irán,
Irak y Siria. Nos dividieron desde la primera guerra mundial, a causa del petróleo. Tenemos
agua, tenemos riquezas. Está colonización que vienen del Occidente, de los países
imperialistas, por cuestiones económicas y, por la imposición de la cultura occidental,
hacen mucho daño a los pueblos. En Bolivia, en América Latina, aprendí mucho, aprendí
de la revolución democrática de los pueblos originarios, que tienen, por primera vez, el
control de su vida. No es fácil sacar la educación colonial, capitalista, que tiene muchos
años, no es fácil transformar la persona, no es fácil despatriarcalizar la sociedad. Nosotros
hacemos el mismo trabajo, luchamos contra el imperio, luchamos para poder liberar a
nuestro pueblo, a nuestra naturaleza, a la madre tierra, pero esto pasa, ante todo, por liberar
a la persona misma, la persona tiene que causar los efectos educativos, culturales,
económicos, la manera de producir el descolonizarse.
Déjenme expresarles un saludo muy especial de parte de las mujeres del Kurdistán.
40 millones de personas viven en esta región, luchando por su derecho, pero no para crear
un Estado-nación, como los capitalistas exigen, sino para crear Estados plurinacionales,
confederados. De los militantes guerrilleros que están luchando en esta región del
Kurdistán, más del 50% son mujeres. Cada organización tiene, en principio, su base
organizada en educación, teatro, guerrilla, política y cultura. También tenemos un
principio: la co-presidencia; en toda presidencia debe haber un hombre y una mujer, como
co-presidentes de la organización. La mujer kurda dice: yo no soy esposa, yo no soy
hermana, no soy madre, soy mujer, soy persona; porque la sociedad colonial-capitalista nos
percibe como todo pero menos como personas; por eso, compartir esta experiencia de la
despatriarcalización nos parece importante.
Y, a nombre de todos los guerrilleros y guerrilleras que están luchando en Siria
contra el Imperio, pues en Siria el Imperio quiere hacer una intervención (hace más de 2
años controlamos el norte de Siria con 50.000 guerrilleros, y la mayoría son mujeres;
creamos comunidades, asambleas populares y el modelo de un Estado plurinacional, con
67
los hermanos y hermanas árabes, turcos, armenios, etc.), les saludamos. Quisiéramos, con
todos los hermanos y hermanas, compartir y establecer una relación directa, para que los
podamos también recibir en nuestro país. Muchas gracias.
Juana (Centro Cultural Casa Bolívar, Chile)
Nosotros como “Centro Cultural Casa Bolívar”, hace ya unos años que nos constituimos y
hemos estado haciendo un trabajo que tiene que ver con la integración latinoamericana. Nos
sentimos un poco envidiosos por este “Encuentro” porque, obviamente, no estamos en
gobierno y estamos lejos, muy lejos de lo que hemos podido escuchar y aprender lo que
tendríamos que desarrollar en nuestro país.
Hace 40 años, en mi país, hubo un golpe de Estado para implantar un modelo
neoliberal, que fue instalado a sangre y fuego. Hace 40 años estábamos esperando construir
algo distinto. Quiero contrales, muy brevemente, porque aquello tiene que ver con lo que
aquí está pasando, y nos permite visualizar una esperanza, de que, si nosotros podemos
triunfar con este movimiento y nuestros líderes, que no es Michelle Bachelet (ya fue
presidente y siguió administrando el modelo neoliberal, es más, siguió privatizando
nuestros recursos naturales), tenemos la esperanza que, nuestro movimiento, que ha sido
promovido por los jóvenes, y son ellos, los estudiantes, que han elegido a nuestro líder, que
es Marcel Claude, y al que nosotros nos hemos sumado, pueda triunfar; porque nos ha
permitido soñar nuevamente en lo que fue la “Unidad Popular”, el gobierno de Salvador
Allende.
Hemos venido acá a aprender y a adquirir compromisos también; sentimos que una
forma importante de poder avanzar en estos temas (nosotros obviamente, con las
organización que trabajamos, con los movimientos sociales, nosotros vamos a contarles lo
que aquí está sucediendo, vamos a hacer todo nuestro esfuerzo en avanzar en esto de la
descolonización), que nos parecen temas trascendentales y tremendamente profundos, que
tiene que ver con el tema que nosotros estamos planteando profundamente y que tiene que
68
ver con la refundación. Lo que nosotros estamos planteando es partir de cero. Debemos
partir desde buscar nuestra identidad, debemos partir desde conocernos y decirnos qué es
lo que queremos (y eso tiene que ver con lo que se está discutiendo acá).
No es posible hacer un cambio profundo en el sistema que tenemos en mi país.
Chile, mi país, es reconocido como uno de los de mayor desigualdad en el mundo. Y eso ha
creado una situación donde nosotros tenemos que pagar por la educación de nuestros hijos;
para que nuestros hijos puedan acceder a una educación y poder ingresar a la universidad,
el Estado chileno nos hace una burla, pues la mayoría de los chilenos ganamos sueldos
bajos y, obviamente, no podemos acceder a la educación.
Bueno, finalmente, decirles que, en representación de la “Casa Bolívar”, tal vez, de
este Encuentro, podríamos llamar a un “movimiento de descolonización continental”, para
sentirnos más comprometidos y un poco controlarnos en las tareas que vamos a adquirir,
pues podríamos caer en la vorágine de las propias temáticas de nuestros propios países. Ese
mecanismo de control quizás podría incentivarnos. Así que, muchas gracias compañeros.
Lizbeth Vargas (nación Chichas, Bolivia)
Nosotros, dentro de lo que ha sido la reconstitución de la nación Chichas, en el sur de
Potosí, estamos con varias propuestas. Pero déjenme hacer un poquito de historia. Somos el
último pueblo originario que se ha declarado en el censo del 2012, en Bolivia (con la
pregunta 29, donde declaramos ser chicheños). A raíz de eso, hemos reconstruido el
territorio de la nación Chichas, en Bolivia. Nos hemos autodeterminado y nos hemos
autoidentificado como “pueblo originario”.
Mi Federación de mujeres campesinas se componía de 5 municipios: Tupiza,
Villazón, Atocha, Cotagaita y Mojinete; 155 dirigentes hemos estado a la cabeza de esta
autodeterminación, de reconstitución, que serían los 19 ayllus de la nación Chichas.
Nosotros hemos traspasado las fronteras, al lograr convenios con organizaciones sociales
69
del norte argentino; propuesta que venimos a dar aquí, en la “Primera Cumbre de
Descolonización”.
Primero: romper fronteras, fronteras mentales y fronteras geopolíticas; porque
nosotros, por ejemplo, somos un “pueblo originario” que estamos establecidos en tres
territorios de tres países: Argentina Chile y Bolivia. Y así nos estamos reconstituyendo,
como nación Chichas; el proyecto es volver a los ancestros, por eso estamos llevando el
registro de todos nuestros descendientes chichas en los tres países.
Por último, nos proponemos llevar, como antiguamente, como nuestros abuelos
llevaban la leña, ida y vuelta, el que la hace la paga; esa es nuestra ley, esa experiencia
venimos a expresarla aquí, en esta “Cumbre Internacional”. En Bolivia, el proceso se está
dando, pero a pasos, porque todavía hay gente colonizadora, todavía neoliberal, que aun
somete a los pueblos. Mi comunidad ha sido la última que ha sido liberada de la esclavitud,
en la hacienda Santa Rosa, en 1986; recién ha tenido su personería jurídica el 2002 y,
ahora, en el 2013, nos estamos declarando “pueblo originario”. Esa es nuestra experiencia y
la venimos a compartir con todos ustedes. ¡Kausachun Kawa, “Primera Cumbre de
Descolonización”! Soy mujer del arco iris, como lo es mi Federación.
Miguel Ángel Álvarez (pueblo guaraní, Argentina)
Nos sentimos honrados por la invitación. Nos sentimos orgullosos, los hermanos
originarios, en la Argentina, por estos temas; porque estos temas no se tratan en la
Argentina, se habla de derechos humanos pero no se habla de los derechos de los pueblos
originarios. Las mujeres son violadas, los niños mueren de hambre, no hay agua, entonces,
estos temas son fundamentales; son fundamentales para que en América, para que en el
Abya Yala, los gobiernos que, muchas veces dicen ser progresistas, son los que primero
invisibilizan nuestras luchas.
Muchas hermanas están siendo masacradas, en el departamento de Formosa, límite
con el Paraguay, en una comunidad que se llama Nivaplé (que no tenían documentos, ni
70
argentinos ni paraguayos, porque no las reconocen). Por eso es muy importante lo que
decían acá, con respecto a la colonización de estos Estados coloniales, que no reconocen a
los hermanos, que no les dan documento de identidad, que constantemente sufren
agresiones (para que tengan una idea, hermanos, cuando suben a un colectivo, les dicen:
“indios de mierda, no pueden subir a un colectivo”). Pero ustedes tienen la idea, como en
toda Sudamérica, en el mundo, que nuestra presidenta habla de derechos humanos, de
descolonización, de las islas Malvinas. Pero no descoloniza al Estado colonial argentino.
Siguen masacrando a nuestros hermanos.
Como propuesta para una descolonización verdadera, en Argentina (donde se habla
pero no se hace), los hermanos originarios del Abya Yala, tendríamos que mandar un
hermano o un hermana, de cada nacionalidad, a las islas Malvinas, y demostrarles a los
ingleses que nosotros somos dueños de esta tierra, que nosotros tenemos nuestra propia
justicia; y demostrarle a Argentina que es un país colonial, una república colonial.
¡Imagínense!, los derechos de los pueblos indígenas –el Estado ecuatoriano
plurinacional, el Estado boliviano plurinacional–, los ha insertado en su constitución; en
Argentina no está reglamentado, porque no nos quieren devolver nuestro territorio, no
quieren reconocer nuestra identidad; nos usan para las fotos, nos usan para decir: “ah, qué
lindo se ven los indios vestidos”. Por eso, cuando vayan a la Argentina, vayan a las
comunidades, donde los hermanos son realmente humillados, invisibilizados (en Formosa
han matado a una abuela, con su niña, “gendarmes”, “gendarmes que tienen la bandera
argentina” y dicen, ¡vivan las Malvinas!, pero al indio le pisan la cabeza.
No tengan la idea que la Argentina respeta los derechos; respetan los derechos de
los que tienen plata. Hasta ahora no le dan personería jurídica a las comunidades (una
hermana mapuche murió en Rio Negro, a causa del cáncer, herencia de Repsol, de
Chevron; ¿el gobierno argentino qué hizo?, silenció todo). Por eso agradezco a los
hermanos. Acá se está hablando de verdadera descolonización. Aunque nos duela, hay que
decirlo: los militares argentinos tienen vergüenza de decir que la raíz de Argentina es
indígena. Por eso, cuando vayan a la Argentina no van a encontrar hermanos, los hermanos
están en los montes, humillados, pasando hambre.
71
Esa es la propuesta, para demostrarles a estos Estados coloniales si son,
verdaderamente, anticolonialistas, que manden hermanos a las islas Malvinas. Porque la
Argentina, cuando le va a reclamar a las Naciones Unidas, reclaman las islas Malvinas
como argentinas; pero nunca dicen que esta tierra fue de indígenas. Entonces, exigirle a este
gobierno colonial argentino, que mande una delegación de hermanos y hermanas, para
realmente exigirle a los ingleses, porque los ingleses les dicen a los argentinos: ustedes son
hijos de inmigrantes, ustedes les robaron el territorio a los indígenas, ¿de qué nos hablan
después? Entones, con hermanos de todo el Abya Yala, podríamos tener más fuerza, para
que el Estado argentino y el inglés dijeran: no podemos negar que los dueños de la tierra
son los pueblos originarios del Abya Yala. Gracias hermanos.
Representante de la Argentina
Quiero hablar de las empresas transnacionales que, ya en el Ecuador, después de haber
contaminado miles de hectáreas, ahora vienen a la Argentina, de la mano de amistades de
gobiernos locales y del gobierno nacional, a saquear y hacer acuerdos secretos con YPF,
para explotar el yacimiento de Vacas Muertas en Neuquén; con formas de extractivismo
totalmente depredadoras, como la fractura hidráulica o “fracking”. Una forma de sacar
hidrocarburos “no convencionales” terriblemente contaminante, además de destructible;
esto trae, para los pueblos, desempleo, destruye las formas de vida tradicionales, enferma a
nuestros pueblos, promociona la trata de mujeres, pues esto condena a que nuestros pueblos
tengan que buscarse la manera de sobrevivir.
En ese sentido, nosotros creemos que, para una verdadera descolonización y una
verdadera despatriarcalización, tienen que salir estas empresas transnacionales, no sólo de
la Argentina, sino de toda nuestra Abya Yala. Fuera Monsanto, fuera Barrick Gold, fuera
Chevron, fuera todas las empresas transnacionales de nuestra Abya Yala, que saquean
nuestros territorios, que están condenando a la miseria a nuestros pueblos.
72
En cuanto a la despatriarcalización, vemos muy importante que, en Bolivia, se haya
encarado esta lucha. Queremos contarles que, en la Argentina, esto no es un tema
importante, no está en la agenda pública, no está en la agenda del gobierno nacional, esto se
refleja en las últimas leyes, como la ley “contra la violencia a las mujeres” u otras leyes;
tienen menos presupuesto que otras leyes, como la ley anti-terrorista, la cual reprime a las
comunidades originarias de los pueblos originarios y a los pueblos que están luchando
contra la Mega-minería.
Estos temas no están en la agenda de nuestro país, por lo cual nos parece súper
importante que Bolivia pueda influir en el continente, para tener una política seria en la
lucha contra el patriarcado. Hoy, en la Argentina, la principal causa de muerte materna es el
aborto clandestino, muchas mujeres están destinadas a morir si quieren decidir sobre su
propio cuerpo; entonces, nosotros venimos acá a pedirles, ya que han encarado esto, que
puedan impulsar a que todos los países hermanos de nuestro Abya Yala puedan también
comenzar y continuar esta lucha.
Manuel Chucure (pueblo mapuche, Chile)
Vengo en representación del pueblo mapuche, en resistencia hoy, que tiene presencia en
siete provincias del Estado chileno; decimos en resistencia, porque el proceso de
descolonización lo hemos empezado hace 15 años atrás, cuando hemos descubierto que los
mapuches, como pueblo originario, éramos capaces de levantar nuestra propia propuesta y
nuestra propia lucha, independientemente de todos los partidos, ya sean de izquierda o del
gobierno de turno.
Los mapuches en resistencia, estamos en el proceso de acumulación de fuerzas, de
concientización, y no pidiéndole al Estado que, por favor, nos otorgue derechos, sino que
construyamos una fuerza que permita exigir nuestros derechos, con la propia fuerza de
nuestro pueblo. Eso, indudablemente que tiene un costo, porque es una lucha dura, y
sabemos que es una lucha confrontacional entre dos pueblos distintos, el pueblo chileno y
73
el pueblo mapuche. Sin embargo, aceptamos el desafío de la lucha de nuestro pueblo,
soportando la represión y la aplicación de leyes dictatoriales, como la ley anti-terrorista,
que fue hecha para controlar a los movimientos sociales en la dictadura de Augusto
Pinochet.
Hoy podemos decir claramente que en Chile no hay democracia, que no se respetan
los derechos humanos. Los mapuches, hoy en día, vivimos en dictadura; porque la que
llaman presidenta “democrática” Michelle Bachelet, sigue aplicando la ley anti-terrorista
contra el pueblo mapuche, y lo han aplicado todos los gobiernos de “la Concertación”, en
complicidad con los poderes de los latifundistas y las empresas transnacionales que
controlas al país de Chile. El país de Chile no lo controla la masa obrera, los trabajadores,
lo controla los grupos de poder y contra esos grupos de poder se enfrenta nuestro pueblo
mapuche.
Hoy estamos acá para aprender y para solidarizarnos, también, con los demás
pueblos originarios que están en resistencia, en otros espacios territoriales, y también para
pedir el apoyo moral, porque tenemos una autoridad de la Central mapuche, Celestino
Córdoba, que en veinte días enfrenta un juicio por la ley anti-terrorista, por instigación, por
el asesinato del latifundista Luisinger, ocurrido el 2013; queremos llamar a la solidaridad
internacional, a los hermanos amautas y los otros hermanos sabios de otros pueblos, que
con su espiritualidad, con su religiosidad, nos acompañen en la defensa de nuestro
territorio.
La propuesta nuestra es: que de los pueblos originarios depende el futuro de
nuestros pueblos. Nosotros y nada más que nosotros, somos los encargados de hacer que
nuestros pueblos sobrevivan en el tiempo. Tenemos que tener muy claro, que nuestra lucha
es justa y digna y nuestra lucha es profundamente anti-capitalista. Esa es la propuesta que
podemos dar para esta “Primera Cumbre”: avanzar con nuestra propia fuerza, avanzar con
nuestra religiosidad y con nuestra identidad de pueblo y nación originaria. Muchas gracias.
74
Alejandrina Calancha (pueblo quechua, Perú)
Nosotros venimos a que, en esta plataforma, se considere también los medios de
comunicación; donde los indígenas tengamos nuestra voz, donde los indígenas podamos
participar desde nuestras herramientas, desde nuestro conocimiento y que, también, en el
Perú, se insista para que haya un festival de cine y video indígena, que no tenemos. Quiero
retomar lo que decía la compañera Elisa; vienen, nos fotografían, nos contemplan, pero no
reconocen nuestra política, nuestra religión, no reconocen que tenemos una cultura
altamente desarrollada.
La cultura inca, de donde provengo, ha desarrollado economía, política, cultura, ha
desarrollado estructura social y tenemos religión. Nosotros nos valemos por nosotros
mismos. Entonces, los medios de comunicación son también nuestros. Ustedes
compañeros, desde sus plataformas y sus espacios, den fuerza y ayuden a todos los
indígenas que estamos en esta lucha de los medios de comunicación. Nuestra producción no
les importa a los gobiernos, porque el indígena sólo está para la foto. Por eso pido en esta
plataforma, que se establezcan los “medios de comunicación populares”, para nosotros
mismos, y hagamos ejercicio del uso de la tecnología del internet. Nosotros llegamos aquí
por el internet. Hagamos uso de la tecnología y empecemos a usar todos los recursos
occidentales para conocer nuestro pasado y nuestro futuro (es absurdo pero, para poder
entrar a Machu Picchu, a la casa de nuestros abuelos, tenemos que pagar); por eso es
necesario contar con medios de comunicación propios, donde podamos participar por igual.
Muchas gracias.
Toribia Flores Villca (pueblo aymara, Bolivia)
Para mí es muy bonito hacer un intercambio de ideas, de experiencias y, desde luego, hacer
fortaleza entre hombres y mujeres; queremos dar la bienvenida a todos los países, es bueno
conocernos. Nosotros aquí en Bolivia, con nuestros ministerios y viceministerios, estamos
75
tratando de avanzar en nuestro “proceso de cambio”; pero, hermano viceministro, nos falta
todavía trabajar mucho en el área rural. Ahora, cuando hay tantos países, es cuando
debemos luchar entre todas y todos, para que podamos “vivir bien”, entre hombres y
mujeres. Cuando un hermano nos recordaba que, en la lucha guerrillera, las mujeres eran el
50%, me pregunto, cuando viene el trabajo político y social, ese 50%, ¿estará tomado en
cuenta?
En Bolivia mismo existe aún esa discriminación, no vamos a engañarnos, pero
estamos cambiando paso a paso (tampoco es tan fácil exigir un cambio rápido). Como
todos somos hermanos, debemos realizar un plan de acción y trabajar entre todos (si hay
algo bueno sugerido en Bolivia, que se proponga en otros lados). En mi territorio estamos
en el proceso de tener una autonomía, porque nuestro territorio es ancestral, en el norte de
La Paz, y el manejo ancestral es mejor.
En el tema de producción, existe todavía discriminación, colonialismo, como por
ejemplo, eso que nos dicen, que nuestro arte no es arte, sino artesanía, pero lo que hacemos
es rescatar lo nuestro y eso llevamos a nuestras comunidades; si bien nos habían colonizado
con el “arte”, rescataremos nuestras propias palabras y veamos en qué estamos
equivocados. Nosotros, como pueblos originarios, tenemos ese derecho.
El tema de la despatriarcalización es un tema de todos y todas, es una tarea que
debemos hacer juntos, con todos los hermanos y hermanas. La propuesta sería llevar la
“Segunda Cumbre Internacional” a otro lugar y que, los medios de comunicación, enfoquen
nuestro trabajo, de todas y de todos (llevar un granito de arena, de aquí para allá, nos va a
servir de mucho). Tenemos distintas trayectorias, pero quisiera volver a verlos y trabajar
juntos, para que tengamos una vida digna, sin racismo, sin discriminación y con igualdad.
Quienes hemos vivido eso, sabemos que no es bueno. Por eso coordinemos y trabajemos en
todo lo que se pueda, por ejemplo, cómo estamos en la producción en nuestros países;
nosotros producimos la coca milenaria y trabajamos para tener una buena legislación para
la producción tradicional-milenaria. Muchas gracias a todos ustedes y espero llevar todo lo
aprendido a mi comunidad, como así también llevarán ustedes a sus lugares.
76
María Zuñiri (pueblo quechua, Perú)
Les saludo de todo corazón. Para nosotros es importante trabajar la descolonización, el
machismo, el racismo y la discriminación. Yo vengo de la tierra de Micaela Bastidas, de
Túpac Amaru; y, a nosotros, después del descuartizamiento de nuestro hermano mayor, ha
sido tanta la discriminación, que nos dijeron: ¡Nunca más van a hablar más su idioma!
¡Nunca más levantamientos! Ese era el castigo de los colonizadores españoles. Justamente
por eso, tengo que reconocer que mi país, el Perú, es el más racista y discriminador; porque
yo no he visto en Bolivia, en Colombia, en Ecuador, tanta imposición como en el Perú.
Y esto les digo porque yo soy ex-congresista. Cuando por primera vez, en mi país,
se juramentó en quechua, ha sido para mí terrible, porque decían: ¿a qué ha venido esa
“india”, esa “cholita”, a hablar ese idioma que hablan tres gatos? Cuando yo dije que
juramentaba con mis antepasados, con Micaela Bastidas, dijeron, ésta es del MRTA; eran
tan ignorantes que ni siquiera sabían la historia del Perú, no está en la conciencia de la
gente. No están los héroes indígenas en la mente de la gente sino los héroes, como Bolívar,
San Martín, esos están en la mente del país; y cuando habla una mujer dicen, ¿qué sabe
esa? Ni siquiera tenía la solidaridad de mis compañeros, pero tengo que reconocer aquellos
movimientos que se formaron en la lucha, como la CCP, la Confederación Campesina del
Perú, dijeron ¡basta! ¡Basta! dijo también la CNA, la Confederación Nacional Agraria,
también las organizaciones de la Amazonía, que son instituciones que se forman en la
lucha.
Creo que, desde el Congreso, lo que hemos hecho es decir: ¡somos quechuas!,
¡somos aymaras!, ¡somos amazónicos! Hemos hecho bastantes leyes, pero eso nunca lo
dicen. Hasta nuestra propia gente nos decía: ¿qué hacen hablando quechua?, nosotros ya
somos castellanos, españoles. Fíjense, esos están colonizados; por eso es importante el tema
de la descolonización, porque nosotras mismas tenemos que descolonizarnos, nosotras
mismas tenemos que reconocer quiénes somos, de dónde somos, de qué comunidad, de qué
ayllu, de dónde vengo. Nosotros somos esa raíz, raíz quechua, aymara, amazónica.
77
La educación no viene solamente de la escuela, la educación nace de nuestro hogar;
hay que enseñar a nuestros hijos a querer la cultura, a querer la identidad, a querer la
lengua, porque decimos: mi hijito que no aprenda la lengua, puede sufrir como nosotras.
Tienen que querer nuestro idioma, tienen que querer quiénes somos; tenemos una rica
cultura, hoy estamos comiendo quinua y gracias a quienes han mantenido la producción,
han mantenido la lengua, el tejido, la artesanía. Los tejidos hablan por nosotros, es un libro
abierto. Eso es importante tener en nuestra conciencia; nuestras tejedoras son ingenieras,
porque no cualquiera hace esos tejidos; los ingenieros de ahora no saben cómo irrigaban o
cómo construían nuestros antepasados.
La nuestra no es una cultura que está muerta, está viva y, por eso, tenemos que
descolonizarnos y reconocer a nuestros líderes y lideresas indígenas. Cuando nuestros
hermanos dicen, “no queremos deforestación, no queremos minería”, dicen eso porque son
sabios; por defender eso, a nosotras, nos sacaron del Congreso. Las leyes que nos
defienden, no se aplican, parecen letras muertas; la “ley de consulta previa”, de la cual
somos signatarios, no tiene aplicación.
Quiero denunciar que nuestra hermana, ex-congresista, Nancy Obregón, ha sido
encarcelada, por supuesto narcotráfico. Quisiera pedirles la solidaridad para ella. Por ser
dirigente cocalera está encarcelada. Ningún movimiento gremial o indígena ha dicho nada;
¿es eso solidaridad?, ¿es eso estar hermanados? No me parece. Se han callado todos, hay
miedo, pero tenemos que denunciar, no puede ser que las mujeres sigamos siendo
encarceladas, perseguidas, invisibilizadas; porque las mujeres siempre somos
invisibilizadas, hagamos lo que hagamos
Entonces creo que es importante, en esta “Primera Cumbre de Descolonización”,
decir las cosas por su nombre, y eso nos han enseñado en nuestros ayllus, en nuestras
comunidades; quienes todavía guardamos la minka, el ayni, no podemos callar el dolor que
llevo por mi hermana encarcelada. Por eso pido que se pronuncien acá, por esa dirigente
cocalera, ex-congresista. También quisiera pedir acá por nuestras lenguas; en el Perú, según
el censo, hablamos quechua 7’500.000, y aymara 5.500; por eso, si hablamos de
descolonización, nuestro idiomas originarios deben ser tomados en cuenta como lenguas
oficiales.
78
Ignacio Vanis (pueblo guaraní, Paraguay-Argentina)
Dije en mi lengua originaria, el guaraní, que estoy muy contento, que este gran Estado, que
llamamos Bolivia, está encarnando la escuela de la solidaridad mundial, y diría, la escuela
de la cultura global; porque la globalización de la economía no sólo nos mata a nosotros
sino que mata al planeta, pero gracias al rescate de estos valores profundos de todas
nuestras culturas, nosotros, le estamos dando respuestas al mundo: es posible vivir sin tanto
glifosato que está matando a nuestros hermanos, bajo pretexto de cultivar las hojas y
desmontando todo. Ya vemos que el clima se ha alterado terriblemente, por todas las
barbaridades que se ha cometido.
Ninguna especie animal destruye su casa, el planeta. El hombre, que ha perdido los
valores de la espiritualidad, cree ser importante cuando posee cosas y, en ese afán de
poseer cosas, está destruyendo todo el planeta. El glifosato, que se rocía en 5 años,
desertifica la tierra; en Córdoba ya hay tierras destruidas, con el viento, la arena, la
polvareda, el glifosato llega a todas partes. El gobierno de Lugo, que amparaba a las
culturas originarias, se opuso a esa barbarie, entonces mataron unos cuantos campesinos
para poder derrocarlo en ese supuesto “juicio interinstitucional”. Hay muchas cosas para
ver hermanos.
En ese marco, yo les quiero contar, ya no estoy en Paraguay y eso me duele en el
alma, porque yo soy guaraní, y nací y me crie en el Paraguay hasta los 20 años, después,
por la presión de las dictaduras, emigré a la Argentina, donde llevo 49 años de lucha
cultural, en la misma dirección, hermanos.
En Paraguay, hace 28 años, se fundó una institución, de educación primero, luego
de formación docente, hasta ser, hoy, un Instituto de Educación Superior, atenido a la
lengua y cultura guaraní; donde se forman a profesores, licenciados, magísteres y hasta
doctorados en lengua guaraní. Pero todavía la discriminación sobre el originario es muy
fuerte; a través de la lingüística, hay un progreso popular enorme, pero, el hecho de que hoy
no esté ningún hermano paraguayo acá, es la demostración de cómo, el gobierno de los
ricos, aunque se disfracen de demócratas, impide la floración de la cultura.
79
Nuestra cultura era tan extensa, extensa en su territorio, desde el Caribe hasta el rio
Salao, pasando por Buenos Aires, desde el océano atlántico hasta este lugar de la cordillera
de los Andes, compartiendo con una enorme cantidad de pueblos y culturas y naciones. Una
gran nación que se reúne, cada tanto, para declarar que somos una nación transfronteriza,
que estamos en la Argentina, en el Paraguay, en Bolivia, en Brasil, en Guyana y en el
Caribe.
Un aspecto quiero demostrar, a propósito de la discriminación; se reconoce en el
mundo a la gente de piel blanca, se reconoce a la gente de piel amarilla (porque son muy
numerosos), se reconoce a los africanos como de piel negra, pero para nosotros han
reservado una eterna esclavitud sin nombre; muchos dicen que tenemos piel cobriza y otros
dicen piel roca, pero somos los habitantes del Abya Yala, y aquí estamos para fortalecernos
mutuamente.
Es muchísimo lo que nos enseñan los hermanos de Bolivia y todas sus autoridades,
formando un Ministerio para descolonizar, formando Ministerio de las culturas,
presupuesto para este trabajo; eso no existe en la mayoría de nuestros países, hermanos.
Acá Bolivia está demostrando, en medio de estas montañas, que está defendiendo los
valores profundos hacia la llanura y, en la llanura, estamos todos luchando. Estamos
globalizando nuestra enseñanza cultural, estamos todos los pueblos, junto a los educadores,
nuestros hermanos militares. Pero acá no hemos hablado todavía de espiritualidad.
Debemos encara eso, porque es muy importante, porque acá hay una manifestación de
espiritualidad muy profunda, hermanos, en todos los aspectos.
Hermanos, no quería perder esta oportunidad para decirles: todas las lenguas, sean
pequeñas o grandes, fundemos nuestra “Escuelita popular”, en todas partes. Ya basta que
los diarios nos digan que se perdieron 6000 lenguas, que hay 6000 en riesgo de extinción,
como las especies animales que se están extinguiendo. Los seres humanos estamos a punto
de extinguirnos, si seguimos esta conducta tan equivocada, hermanos. Porque cuando ya no
se pueda cultivar la tierra, no van a poder comer ni los lingotes de oro, ni los euros, ni lo
dólares. Pero los que aprendimos a vivir respetuosamente con la naturaleza, encontraremos
siempre la forma para subsistir. No me queda más que reiterarles esta expresión profunda
de amor y hermandad. Muchas gracias.
80
Francisco (pueblo araucano, Chile)
Hermanos y hermanas, no podía dejar de saludar a este “Primer congreso”, donde se discute
dos temas tan fundamentales para nuestros pueblos originarios de la América latina. Debo
agradecer ese saludo que nos dieron las FFAA (eso no lo veo, nunca, en mi país, Chile),
además de entrar a discutir, con nosotros, esos temas fundamentales.
Vengo de una de las regiones más marginadas de Chile, para poder compartir
nuestra demanda, de nuestra región y nuestra comuna, pero también, quiero hacer una
propuesta. He escuchado, en todas las intervenciones que me han antecedido, que, “vengo
del sector indígena de tal o cual lugar”, “aymara”, “quechua”, etc. Yo quiero decir,
fuertemente, que nosotros venimos de nuestra Madre tierra, somos aborígenes de nuestra
Madre tierra y, en ese sentido, quiero hacer esta propuesta: que dentro de esta discusión
pueda salir una sola voz y decir, que todos somos pueblos originarios, seamos mapuches o
quechuas. Seamos originarios. Valorémonos, hermanos y hermanas. Porque muchos dicen
que la fisonomía nuestra viene de los pueblos asiáticos, de la Indonesia. Por eso quiero
decir, a cada uno de nuestros hermanos, de México, Ecuador y de los otros pueblos, que
han llegado aquí a compartir nuestros valores, nuestra experiencia, nuestra vida y nuestra
forma de vivir, que somos hijos de esta Madre tierra.
Y quiero aprovechar esta tribuna para decirles que, así como el pueblo boliviano,
nosotros también tenemos nuestro lema, y eso nos lo dejó nuestro fiel guerrillero, nuestro
fiel defensor de nuestra tierra, que ustedes lo conocen por el nombre Lautaro, pero ese no es
el nombre real, el nombre de nuestro hermano es Leztaro, y nos dejó nuestro lema y quiero
compartirlo con ustedes: ¡Diez veces venceremos compañeros!
81
Walter Aduviri Callisaya (pueblo aymara, Puno)
Gracias hermanos y hermanas. En primer lugar saludar a los hermanos de todas las
nacionalidades, al hermano líder de la nación uru. Es cierto que nuestro país, el Perú, es un
país totalmente colonizado. Lima, que concentra 10 millones de habitantes, es una colonia
española, que hoy vive su vida propia y desconoce su realidad y su verdadera dimensión.
Para el Perú sólo existe Lima, nada más, no existe otras regiones, no existe otras naciones
(los quechuas, aymaras y otros). Para el gobierno de Ollanta Humala, de Alberto Fujimori,
de Alan García, de Toledo (que se formó en Harvard), no existen los pueblos originarios,
no existen para ellos. Nunca han existido.
Y ésta ha sido una de las razones que impulsa a la nación aymara, en el año 2008, a
rebelarse contra el sistema neoliberal en el Perú. ¿Por qué? Por una simple razón, porque el
gobierno neoliberal de Alan García, nos impuso una transnacional en el territorio de Kari.
La población se organiza y, en el rumbo de la descolonización, se dice que los gobiernos
neoliberales no nos pueden imponer sus proyectos en nuestros pueblos.
En ese sentido, los pueblos quechuaymaras y urus, se han puesto de pie y han
hecho retroceder al gobierno neoliberal de García Pérez. Ha tenido que expulsar a la
empresa transnacional y poner fin al extractivismo en esa jurisdicción; ha tenido que sacar
tres decretos supremos, uno, dejando sin efecto todas las concesiones extractivistas de la
transnacional canadiense, segundo, dejando en suspenso todo tipo de concesiones mineras
petroleras, por un periodo de 6 meses, en la región de Puno, en el territorio de las
nacionalidades quechuaymara y urus, y otro decreto supremo, obligando que, el mismo
Estado, debe dar estricto cumplimiento al convenio 169 de la OIT, no solamente en el tema
de la consulta sino en su integridad.
Pero, ¿qué ha pasado con el gobierno de Ollanta Humala? A petición de todas las
organizaciones sociales y gremiales de nuestro país, se promueve una “ley de consulta” y,
posteriormente, se aprueba la consulta, luego se aprueba la “ley de la reglamentación de la
consulta”, pero sin la participación de los hermanos de los pueblos originarios, sin la
participación de los hermanos quechuaymaras, urus y otros pueblos que tenemos en nuestro
82
país. ¿Quiénes participan? Participan ciertos grupos y el mismo gobierno. No hay
interacción con los hermanos.
Hace pocos días, el extractivismo transnacional se ha reunido, 40 países del mundo,
en Arequipa. El extractivismo transnacional está cambiando de estrategia; en el 2011 se
celebró el mismo evento en Arequipa, ahí cuestionaron el trabajo de los líderes sociales.
Esa era la “Agenda Perú 2011”. Ahora el extractivismo transnacional, en la última reunión
que tuvieron en Arequipa, Perú, adoptaron la estrategia de capturar gobiernos, los poderes
del Estado, ejecutivo, legislativo y judicial, capturar gobiernos regionales, gobiernos locales
y municipales; y no solamente eso, están formando dirigentes paralelos a los dirigentes
sociales que existen en nuestro país, muchos dirigentes son formados en las mismas
universidades serviles al sistema; en Perú, a la fecha, ya se han formado dirigentes para
defender el extractivismo transnacional, la colonización; 200 líderes ya han formado las
empresas del extractivismo transnacional, que van a defenderles y los han presentado en esa
Asamblea mundial, en el Perú, este 2013.
Perú lamentablemente depende del extractivismo transnacional. Es el amo, es el rey,
es el Dios de Dioses, y algunos hermanos les apoyan también; se han quedado con la
invasión de Pizarro, con la invasión de los españoles, que llegaron a nuestros pueblos hace
520 años atrás. Pizarro y los españoles se han robado nuestros recursos naturales, no sólo
en el Perú. Ellos –los Pizarros, españoles– creen ser y han sido la primera potencia del
mundo, pero con nuestros recursos naturales, con nuestra riqueza.
Nos han matado a nuestros líderes, a nuestros grandes dirigentes, como Túpac
Katari, Bartolina Sisa, Túpac Amaru; que han luchado por este proceso del que hoy
hablamos. A varios hermanos, que han luchado en este proceso, los han aniquilado, los han
desaparecido. Yo también pediría a este auditorio, que se haga un pronunciamiento, como
decía la hermana María Zuñiri, no sólo para una delegación sino para todas las
delegaciones. Nosotros, en mi organización, hemos ido denunciando, desde el 2011, 200
hermanos presos; yo tengo restricciones en mi país, yo no puedo salir sin orden judicial de
mi país. Sólo les pediría solidaridad. El sistema judicial del Perú persigue dirigentes,
presiona dirigentes, aniquila dirigentes, la policía y el sistema judicial en el Perú encarcela
a los dirigentes, como Nancy Obregón, que está encarcelada.
83
Pero no solamente ella sino varios están encarcelados; hace pocos días, un hermano
ya tenía que estar encarcelado. En el Perú hay varios líderes sociales encarcelados y,
naturalmente, provienen de pueblos indígenas-originarios. Hay muchas cosas para hablar.
Sólo queda agradecerles. ¡Jallalla “Primera Cumbre de Descolonización”! ¡Kausachun
Abya Yala!
Víctor Panca Mendoza (pueblo Uru, Perú)
Saludos muy cordiales a todos mis hermanos urus-chipayas, urus-iruito y, también, urus del
lago Poopó. A mis hermanos que se han hecho presente el día de hoy y a todos los pueblos
indígena-originarios del mundo. Vengo en representación de un pueblo indígena-originario,
reconocido e investigado hace 10 años atrás por la “National Geographic”, donde a los urus
nos califican como una de las etnias más antiguas del altiplano de Perú y Bolivia, de más
de 3700 años de existencia. Nos enorgullece ser indígena-originarios que, frente a toda la
persecución política de las grandes transnacionales del monopolio extranjero, aun todavía –
los pueblos originarios del mundo– nos resistimos a desaparecer.
Los urus vivimos en el lago Titicaca, en el lado peruano, sobre las islas flotantes; es
una historia muy bonita, da mucho de qué hablar y da ganas de llorar. Hoy, mis hermanos
dirigentes, 5, siguen siendo perseguidos por el Estado peruano, por el simple hecho de
defender su territorio, el lago, los totorales. Ahí vivimos los urus. Pero por un decreto, el
185, el Estado peruano nos quiere desalojar de nuestras islas flotantes; como nos hemos
resistido, porque ese es nuestro territorio (porque nosotros vivimos de la caza, de la pesca y
la recolección, porque son “usos ancestrales” reconocidos por el convenio 169), y no vamos
a salir de nuestro territorio, usan pretextos, desde hace 8 años atrás, para perseguirnos
políticamente.
¡Qué lamentable hermanos y hermanas! Nuestro territorio, nuestros “usos y
costumbres”, nuestra sabiduría espiritual de nuestros ancestros, nuestra Pachamama,
nuestro Pachatata, nuestra Mamaqota, nuestros cerros, significan mucho para nosotros,
84
porque es vida, es existencia, es salud, es sabiduría. Al perseguirnos a nosotros persiguen a
todos ellos. Por eso yo pido, a cada uno de ustedes, solidaridad de los pueblos indígenas-
originarios del mundo; para decir ¡alto!, para decir ¡basta!, a la persecución de nuestros
líderes originarios, no solamente del Perú, sino de todos, los aymaras, quechuas,
amazónicos, de todos los pueblos originarios del mundo. Solidaridad hacia nuestros
pueblos indígena-originarios. Gracias.
Hermes Cahuna Morales (pueblo aymara, Perú)
Un fuerte abrazo a ustedes, de parte de la nación aymara del Perú. Para mí, sinceramente, es
muy triste hablarles del Perú; a pesar de que nosotros hemos elegido, en primera instancia,
a un cholo, a Alejandro Toledo, quien nos ha traicionado, después entró Alan García, peor,
hemos sido, otra vez, engañados, pensamos que iba ser como Hugo Chávez o como el
hermano Evo Morales, pero hemos sido traicionados. Y ahora está Ollanta Humala. Es
triste, porque quien quiera hablar de estos temas, es perseguido por el poder judicial. Por
eso hay miedo de hablar de estos temas. Ayer he escuchado a un general que es sensato con
su pueblo, ese es un buen general, pero en el Perú no es así, es todo lo contrario.
Yo vengo de la nación aymara, de los aymaras del Perú. Nuestros derechos, la
Pachamama, nuestra tierra y territorio, han sido invadidos; por eso el pueblo aymara se ha
organizado, para defender su territorio, sus derechos. ¡Ya no queremos ser manejados por
las transnacionales!
Nuestro hermano Walter Aduviri Callisaya, que ya está con nosotros, ha encabezado
la lucha de los aymaras en el Perú, y eso ha sido histórico, pues hemos hecho retroceder a
Alan García. Aun con sus decretos supremos, han salido de nuestra tierra y territorio. Esa es
la historia del pueblo aymara.
Por eso es que, nosotros, hemos venido para aprender, para nutrirnos de ustedes,
hermanos de Bolivia, porque ustedes han avanzado mucho en estos temas. Las luchas
sociales en el Perú se han judicializado.
85
Y hay hermanos y hermanas, quechuas y aymaras, que han llegado al poder y no
han hecho nada, han estado como congresistas, pero simplemente levantaban la mano
cuando a su feje le convenía, cuando ordenaba.
Sacaron leyes en contra de las protestas. Antes, por lo menos, había movilizaciones
libres, pero ahora ya no se puede hacer eso. En el Perú, por protestar, te llevan a la cárcel.
Entonces, pedimos la solidaridad de todos los hermanos, de los países como Ecuador,
Colombia, Brasil, Bolivia, lo que antes era el Tahuantinsuyo. Yo creo que, con el apoyo de
ustedes, de las organizaciones, que aún estamos trabajando, vamos a nutrirnos y vamos a
lograr hacer algo. Ese es el objetivo fundamental de la visita nuestra. Pero hay que decir
claramente: hay organizaciones que se venden al gobierno de turno neoliberal, que
traicionan a sus propios hermanos; también existen estos, aun hoy en día.
Hay que superar esto. Siempre a nombre de la gran nación aymara del Perú, un
abrazo a todos ustedes.
Juan de Dios Mosquera (“Movimiento por los DDHH de las comunidades afrocolombianas
Cimarrón”, Colombia)
En nombre del “Movimiento Nacional por los Derechos Humanos de las Comunidades
Afrocolombianas Cimarrón”, queremos presentar un abrazo solidario y fraterno al pueblo
boliviano, a su proyecto político, a la lucha que sostiene por el empoderamiento –después
de largos quinientos años– de los pueblos originarios de este gran territorio, que debe servir
de ejemplo para el conjunto de los pueblos de las Américas, de los pueblos indígenas y de
los pueblos afrodescendientes.
Dentro del proceso de educación y desarrollo de la visión política que ustedes están
desarrollando, no debemos olvidar a los grandes luchadores históricos contra el
colonialismo y el racismo, no debemos olvidar al gran Franz Fanon, no debemos olvidar al
gran Bob Marley, que nos invitó a liberar la conciencia de nuestros pueblos de la esclavitud
mental, no debemos olvidar ese gran pensamiento panafricanista de Patricio Lumumba, ese
86
gran mártir de las luchas de liberación de nuestras Áfricas, y no debemos olvidar al gran
Nelson Mandela, su legado, su herencia, su espíritu de lucha, su compromiso con la
descolonización de nuestras mentes.
Y en todo este proceso, hemos reclamado, que los gobiernos de nuestras Américas
asuman la declaración y el plan de acción de la “Conferencia Mundial de Durban”, que es
un gran instrumento en la lucha contra el racismo, contra la discriminación y por la
descolonización de nuestros pueblos. Sobre esta última declaración, muchos países están
haciéndose de la vista gorda: la “declaración y convención para la eliminación del racismo
y la discriminación en nuestras Américas”.
Hoy se nos impone una gran tarea: implementar los estudios sobre los pueblos
originarios y los estudios sobre los pueblos afrodescendientes, en todos los sistemas
escolares; tenemos que construir un nuevo discurso de nuestra propia historia; tenemos
que construir un nuevo discurso de los valores colectivos de nuestras identidades; tenemos
que combatir los valores del españolismo, los valores del eurocentrismo europeo,
confrontando una nueva visión y unos nuevos contenidos en torno a los valores identitarios
de los pueblos afrodescendientes, de los pueblos originarios y de los pueblos mestizos de
nuestras Américas.
A los valores colonialistas, tenemos nosotros que oponer los valores originarios y
los valores afrodescendientes. Debemos transformar y revolucionar el sistema educativo de
Bolivia, para que sea ejemplo para todos los sistemas educativos de las Américas. Y
tenemos que entender una cosa: la lucha de nuestros pueblos tiene que entender que,
política significa organización, significa poder, que nuestras madres tienen que educar a
nuestros bebes, desde que nacen, desarrollándoles vocación de poder político.
Tenemos que aprender, desde la educación familiar, desde la educación escolar,
desde los medios de comunicación, que los pueblos originarios, que los pueblos
afrodescendientes, tienen que ser poder y gobierno, para transformar la sociedad. Les
invito a que hagamos de nuestras Américas, de Bolivia, de Colombia, de nuestras
sociedades, países más lindos, sin racismo, países más dignos, sin discriminación. Muchas
gracias.