Aspectos Teoricos Del Abuso Sexual Infantil

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Presentación para charla de ASI

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ASPECTOS TEÓRICOS DEL ASI

CONTENIDOS A REVISAR

• FACTORES DE RIESGO

• FACTORES PROTECTORES

• MECANISMOS DE COERCIÓN

FACTORES DE RIESGO DEL ABUSO SEXUAL INFANTIL

• Falta de educación sexual

• Baja autoestima

• Carencia afectiva

• Actitud pasiva

• Dificultades en el desarrollo asertivo

• Tendencia a la sumisión

• Baja capacidad para tomar decisiones

• Aislamiento social

• Timidez o retraimiento

FACTORES PROTECTORES RELACIONADOS CON LA PREVENCIÓN DEL ABUSO SEXUAL INFANTIL

Tal como se ha señalado, cualquier niño puede ser víctima de abuso sexual; sin embargo, se han descrito ciertas características personales y en la interacción con la familia que son consideradas como factores de protección y que son importantes de fortalecer en el

proceso de crianza. A continuación se describen las más relevantes:

Desarrollo de una buena autoestima:

para prevenir cualquier tipo de abuso, es fundamental que el niño refuerce su autoestima,

sintiéndose amado y respetado.

Un niño que se quiere a sí mismo está menos expuesto a la vulneración de sus derechos, pues tendrá conductas de autocuidado y pedirá ayuda

en caso de necesitarla.

Valoración de su cuerpo:

el reconocimiento del cuerpo como un territorio personal es fundamental en la prevención de

cualquier tipo de abuso. Para ello, es vital que el niño conozca y nombre cada parte del mismo, tomando conciencia de su valor y la necesidad de cuidarlo.

Buena comunicación:

la comunicación con los padres es vital, ya que se sienten valorados y aceptados. Si son escuchados y acogidos desarrollan más fácilmente la capacidad de

expresar lo que les sucede.

Expresión de sus sentimientos:

si queremos saber qué le está sucediendo a un niño , debemos enseñarle a expresarse, a comunicar lo que acontece en su mundo interno, a darse cuenta de lo

que necesita y a reconocer las sensaciones que producen bienestar y las que son desagradables.

Al reconocer sus propias emociones y sentimientos, le será más fácil al niño distinguir entre el trato amoroso

y la caricia peligrosa.

Respetar sus propios límites:

muchas veces obligamos a los niños a mostrarse cordiales y afectuosos con los demás y olvidamos

respetar sus propios indicadores corporales, los que se corresponden, en muchos casos, con mecanismos de autoprotección. También hay que tener en cuenta que al niño se le hace difícil poder negarse a la demanda de un adulto, en tanto cree que éste, por el simple

hecho de ser adulto, tiene la razón y debe aceptar y ser complaciente ante su deseo.

Educación sexual: el mayor factor de riesgo con respecto al abuso

sexual infantil es la ignorancia. Es recomendable que llevemos la iniciativa en el abordaje del tema, usando términos claros y adecuados para la edad del niño. Si

él no encuentra respuestas en su familia, las obtendrá en otros lugares, a través de amigos,

medios de comunicación u otras fuentes. En algunos casos, quienes abusan aprovechan esta ignorancia para aproximarse a los niños y dar respuestas a su

curiosidad sexual.

MECANISMOS DE COERCIÓN

A continuación se describirán los mecanismos de coerción más frecuentes que utilizan los abusadores:

Abuso de la relación de confianza:

lo más frecuente en los casos de Abuso Sexual Infantil es que quien abusa sea una persona conocida y de

confianza para el niño. En virtud de este vínculo, a la víctima le es difícil atribuir malas intenciones a la

conducta del abusador, quien se aprovecha de esta falta de alerta para ir logrando cada vez más

proximidad corporal con el niño.

Chantaje emocional:

quien abusa apela al chantaje emocional de variadas formas. Por ejemplo, si el niño empieza a manifestar conductas de alejamiento, el sujeto pone en cuestión el vínculo afectivo que los une, recurriendo a frases

tales como: “¿acaso ya no me quieres?”. Otra situación común es que quien abusa utilice el chantaje

emocional para evitar que el niño devele el abuso, aludiendo al sufrimiento que eventualmente le

provocaría a su familia (por ejemplo:“si tú le cuentas, tu mamá se va a poner

a llorar”).

La complicidad y el secreto:

generalmente, el abuso sexual no es la primera situación que se mantiene en secreto entre quien abusa y la víctima. Al niño, por ejemplo, se le han dado previamente obsequios respecto de los que

debe guardar silencio (ej.: golosinas que sus padres les prohíben comer demasiado) o el abusador le ha hecho algún favor (como ofrecerse a encubrir una

mentira que el niño ha dicho a sus padres), siempre apuntando a comunicarle al niño que se ha

establecido una complicidad.

Estos primeros secretos no suelen despertar alerta en los niños porque aún no han sentido que se les hace algún daño, incluso, al contrario. Sin embargo, esta

complicidad que pareciera inofensiva en primera instancia, es una poderosa herramienta de

manipulación mediante la cual quien abusa empieza a instituir la ley del silencio y logra generar fuertes

sentimientos de culpa al niño.

La confusión:

quienes abusan suelen generar y aprovecharse de situaciones ambiguas, confusas, en las que el

contacto corporal pueda tener más de una interpretación. Asimismo, sus estilos de comunicación

tienden a generar confusión y muchas personas abusadores recurren a paradojas o mensajes

contradictorios. Un ejemplo de paradoja es amenazar a un niño/a a

con contarle a sus padres acerca de las tocaciones de las que está siendo objeto.

Existe algo contradictorio en el mensaje: si las tocaciones, “el secreto”, es algo negativo que otros

no deben saber, ¿por qué él mismo, el que las efectúa, iría a contarle a sus padres? La recurrencia de este tipo de mensajes paradójicos, ilógicos, dejan a las niños sumergidos en la confusión y la sensación de no comprender la realidad que están viviendo y los puede llegar a paralizar incluso más que el miedo generado

por una amenaza de daño físico.

La amenaza:

quienes abusan amenazan con hacer daño, aplicar violencia, si los niños no satisfacen sus deseos y, más

aun, si pretenden develar la situación abusiva.