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PARTIDOS POLTICOS CLASES SOCIALES GOBIERNO Artculo publicado en ASPAS N 2, del 5 de septiembre de 1965. 1. Claves histricas
El proceso extranjerizante que domina el
periodo 1800/1900 se expresa en una poltica
bipartidista (peluconismo pipiolismo) cuyas
diferencias ideolgicas y hasta
se desarrollan en el seno de una misma clase
aristocrtica. La poltica fue mirada como cosa
de futres, permaneciendo la gran masa marginada de problemas que no le
interesan vitalmente y, [adoptando] frente a ellos la actitud recomendada por el
patrn.
El ms alto tono vital de este perodo est aun por descubrir. Sin duda hay que
buscarlo en gestas guerreras en las cuales resplandeci la pujanza y estilo de
una raza; en la colonizacin del territorio nacional ms all de los centros
tradicionales (Santiago, Concepcin, Valparaso); en la creacin de obras de
aliento nacional (Ferrocarriles, etc.). La mayora de nuestras historias adolecen
del grave defecto de creer que la historia se agota en la descripcin de batallas,
tratados y elecciones alejndose del tipo concreto de chileno que ha existido en
cada paso del transcurrir nacional.
Al perder la aristocracia la idea y vivencia del mando, se confundi con la
plutocracia y se descalific por ese solo hecho para regir los destinos de una
burguesa y un proletariado que desde comienzos de siglo se consolidan en el
plano del pas.
Muchos elementos pueden apuntarse como determinantes de la aparicin de
una burguesa y un proletariado: el proceso industrial, la creacin de grandes
ncleos urbanos, el xodo del campesinado, etc.
Esta clasificacin que puede tener un valor ordenador puramente mental, ha
sido consagrada por nuestra legislacin laboral. La distincin entre empleados y
obreros u oficiales y [suboficiales] que se hace atendiendo a si el trabajo es
manual o intelectual, da expresin legal a un injusto problema social.
Aparece en nuestro pas el Partido Radical que pretende introducir las ideas
socialistas en el sistema demoliberal imperante y trata de ser el representante
de la burguesa y lo que ms tarde se conocer como clase media. Lo logra
imponiendo su doctrina principalmente a travs de una educacin laica y
manteniendo su poder en base a la administracin pblica y semifiscal.
Este partido se transforma en representante de la clase media e incluso
reconoce la existencia de la lucha de clases pero, no encuentra finalidad dentro
de ella y aparece el criterio de la ascensin de una clase a otra. La burguesa
se transforma en propietaria de la tierra, la industria, el comercio y la banca. El
sector popular del partido asciende a administrador del Estado: aparecen los
burcratas.
Luego surgen en Chile movimientos polticos que obedecen a movimiento
europeos, principalmente el anarquismo y el marxismo que, reconociendo el
principio de la lucha de clases, aspiran a que esta se produzca y hacen grandes
esfuerzos por destruir el sistema liberal.
Los anarquistas tratan de llegar al poder a travs del sindicato y comienzan
movimientos huelgusticos violentos. De ellos queda solo el recuerdo en los
anales de la CUT y en la declaracin de principios de sta.
Los socialistas tratan de llegar a una sociedad marxista a travs de un camino
nacional y revolucionario. Combaten al comunismo y crean el frente de
trabajadores.
Los comunistas no siguen ningn [camino] criollo y su posicin cambia segn
los acuerdos del partido comunista ruso que tienen en sus manos la direccin
del comunismo internacional. Comienzan quemando la bandera nacional y
atacando violentamente a la Iglesia y terminan -ltimas elecciones
presidenciales- nacionalistas y profundamente cristianos pero marxistas. Se
definen en Chile como la conciencia de la clase popular.
El social cristianismo reconoce las clases pero no acepta el concepto de su
lucha. Tiene dos formas de vigencia: la democracia cristiana y el falangismo
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espaol. Uno acepta el sistema poltica liberal y la otra lo cambio por un
rgimen totalitario. En Chile el actual partido de gobierno experiment el cambio
de falangismo a democracia cristiana.
La democracia cristina es una posicin corporativa [dentro] de un rgimen
liberal. Reconoce la existencia de las clases sociales y mantiene como principio
la democracia representativa. Cree que la base fundamental de la sociedad es
la familia y busca una redistribucin de los bienes a travs de la participacin de
los trabajadores en las utilidades de la empresa en que labora. Acepta la
propiedad privada pero condena sus excesos.
2. Qu piensa el Movimiento de las clases?
En resumen podemos decir que en nuestro pas todos los partidos reconocen la
existencia de clases y se ufanan por representarlas. As por ejemplo, los
partidos tradicionales creen que las clases representan un orden natural querido
por Dios y, polticamente, se manifiestan como [defensores] de la empresa
privada, el latifundio, el crdito, comercio, industria y la banca, todo lo cual se
denomina clase alta.
Radicales y demcrata cristianos se manifiestan como defensores de
empleados y obreros, de la pequea minera y comercio, de los artesanos y
profesionales.
Socialistas y comunistas se manifiestan como defensores del obrero y del
campesino.
Eso es lo que los partidos presente. Sin embargo la realidad ha sido adversa a
esta pretensin. Esto se debe a que [ellos] constituyen su realidad que poco y
nadie tiene que ver con la realidad. Cuando fracasan los esquemas buscan
explicaciones: somos partido de masas, dicen. O, sencillamente, se niegan a
entender: Ibez, dice, fue un fenmeno aparte.
Con lo anterior se concluye que nuestro sistema de democracia representativa
es una pugna de partidos cada uno de los cuales [dice] representar intereses de
grupos o clases o, los representa de hecho.
Si siempre sostuvimos que la democracia liberal es la super estructura legal del
capitalismo, ahora agregamos es la expresin jurdica de la lucha de clases.
Todos desconocen el valor histrico de nuestro pueblo y la fuerza que emana
de nuestra tradicin. Creen que la cuna de los [sistemas] polticos es Europa y
desprecian todo cuando ha sido creado en Chile al margen y a veces en lucha
contra los partidos: portalianismo, monttvarismo, balmacedismo, alessandrismo,
pratismo, nacional sindicalismo chileno.
La contradiccin lleva al fracaso. Esto lo ha probado el partido radical. Creemos
que una de las razones que tienen los socialistas para jurar destruir al
radicalismo es por su posicin socialista dentro de un estado liberal.
El eventual fracaso de la Democracia Cristiana se deber a que lleva esta
contradiccin en su seno: querer realizar un programa de aspecto corporativo
dentro de un sistema democrtico.
El Movimiento no cree en las clases sociales y prefiere hablar de funciones
sociales. El Movimiento no es la expresin poltica de una clase ni pretende
serlo. El Movimiento no es clasista. Sus militantes no se reconocen miembros
de clases sociales, solo se reconocen chilenos desarrollando actividades en la
comunidad nacional.
Estas actividades determinan distintos quehaceres en los cuales el hombre
busca su plena realizacin.
Los sindicatos y los gremios son la expresin de las funciones sociales o
actividades de la comunidad. Los gremios y sindicatos conducen a la unidad de
la nacin, pues su trabajo presupone lo [orgnico] y la expresin de lo orgnico
es el orden y la jerarqua. Orden y jerarqua se traduce en unidad.
Los partidos son, por ser organismos creados por el liberalismo econmico y la
democracia inorgnica, expresin de grupos y clases, y, por tanto, instrumentos
de presin de una sociedad dividida que divide a la nacin.
El municipio y las regiones son la expresin de la comunidad social, cuya base
es la familia y el terreno sobre el cual vive.
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El Movimiento quiere darle responsabilidad poltica a las sociedades
intermedias entre la sociedad y el Estado.
El Movimiento cree en un poder parlamentario en que estn representadas las
sociedades intermedias jurdicamente organizadas en lo nacional.
El Movimiento cree que son incompatibles el desarrollo de las sociedades
intermedias con la mantencin del rgimen demoliberal.
Por lo anterior tenemos que prepararnos para la poca de la contradiccin y
actuar con decisin y energa revolucionarias para instaurar nuestro Estado de
Comunidad Nacional.
3. Originalidad y Plagio
Concurren a formar un partido hombres que tienen las mejores intenciones para
su pas. Ms an; tener una idea de convivencia poltica es esencial y propio del
hombre. Pero, el hombre comienza a envilecerse cuando pierde seorio sobre
su idea y pasa a ser esclavo de ella. Aumenta esta esclavitud cada vez que el
hombre se conforma con menos: del programa a la consigna, de la consigna al
slogan.
No son pues las intenciones el criterio para juzgar de la bondad de un partido, ni
tampoco para atribuir a uno originalidad respecto de otro.
El Movimiento cree que detrs de cada militante de partido existe un chileno
con las mejores intenciones. Cree que la chilenidad est mucho ms viva
cuando ms lejos se encuentre se slogans, consignas o programas. Cree que la
chilenidad ser ms vital cuando se site en ideas con sentido nacional, ya que
stas n son ni exclusivas ni excluyentes.
Pero, estima que la nacin pide un sacrificio que exije (sic) grandeza:
abandonar la propia misin ideolgica para permitir que la patria cumpla su
misin.
Si la intencin no es el criterio para juzgar la originalidad de un partido, tampoco
lo es la mayor o menor documentacin que sus lderes sean capaces de aducir.
Existen a este respecto avances de la ciencia y de la tcnica que no se pueden
atribuir a ningn pas en particular, ni menos a un gobierno o a un partido.
Existen estos elementos tambin en poltica? Una breve revisin es de
utilidad.
Entre los elementos tcnicos tenemos a manera de ejemplo: a) informes y
proposiciones de organismos tcnicos internacionales: Comunidad Econmica
Europea (C.E.E.), Consejo Interamericano Econmico y Social (C.I.E.S.), Fondo
Monetario Internacional (F.M.I.) Organizacin para la Alimentacin y la
Agricultura (F.A.O.), etc.
b) Accin interna de Organismos Pblicos: CORFO, INSORA, Institutos de
Economa de la Universidad de Chile y Catlica.
c) Accin interna de organismos o publicaciones privadas: Centro Belarmino,
DESAL, ICARE, etc.
Tales organismos comenzaron a introducir a manera de recomendacin o
perspectiva, de anlisis o de advertencia una temtica econmica. Tal fue la
importancia de estos elementos, ajenos a los partidos, que en la pasada
eleccin presidencial los bandos enfrentados en lucha incorporaron tambin a
sus filas estos instrumentos de dialctica. As fue como la OCEPLAN, por un
bando, y la CECOP, por otro, recogieron los frutos de organismos ajenos a la
poltica y de carcter netamente cientfico y tcnico para librar una campaa,
que a diferencia de las otras fue total.
Pero existen tambin elementos polticos comunes que deben tomarse en
cuenta para un juicio desapasionado:
a) Desprestigio del Congreso que hace fracasar a los presidentes populares
quienes se quedan de ser prisioneros de las leyes.
b) Tcnicos e independientes incorporados al gobierno -por lo menos en el del
seor Alessandri- al margen de la militancia en partidos polticos.
c) Uso de las estadsticas para justificar actitudes polticas.
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Junto a los anteriores que pudiramos llamar elementos polticos externos
podemos sealar elementos polticos internos:
a) Suma de aspiraciones inherentes al nivel histrico de toda nacin, ya
bastante influido por obra de la segunda guerra mundial de una socializacin
progresiva y de una creciente planificacin.
b) Elementos catalizadores de las medidas concretas a tomar: crecimiento
demogrfico, poblaciones marginales, bajos niveles de ingreso per cpita,
analfabetismo, etc.
Todas estas consideraciones hacen intolerable sostener la originalidad absoluta
de tal o cual partido. Resulta suicida creer que el destino de un pas pueda estar
limitado al cumplimiento o no cumplimiento de un programa. Especialmente
cuando un programa no especifica las vas concretas de accin y se queda en
mera expresin de deseos.
Nuestro pas est viviendo la experiencia no ya de una idea, sino de un
programa que se pretende justificar con un cocktail de encclicas papales e
informes de la CEPAL.
El Movimiento respeta las ideas, no las melcochas inconsistentes preparadas
en calderos extranjeros o chilenos. Y cree que en razn de la chilenidad,
quienes profesan una idea, son capaces de posponerla cuando se trata ya no
de un programa sino de una integracin de esfuerzos y tareas en un esquema
orgnico.
Lo que el Movimiento no respeta es a los administradores de las ideas polticas,
que, continuamente estas quebrantando el espritu de las bases; lo que el
Movimiento no respeta son a aquellos que lucran con las ideas, ya sea por
dietas parlamentarias o cualquiera forma de granjera.
Al no existir diferencia de valor entre las ideas polticas, no puede constituirse
una jerarqua o un orden porque significa atentar contra la igualdad esencial
que tienen los que profesan una misma idea. Toda jerarqua n este orden es
una falsa jerarqua.
El Movimiento cree que la verdadera jerarqua no proviene tanto de las ideas
que se profesen, como de la calidad de la funcin que se desempea.
Por eso que el esquema poltico del Movimiento puede ser llenado por todos los
chilenos. Es un esquema ordenador de la realidad nacional para posibilitar el
integral desarrollo del ciudadano.
4. Democracia Cristiana y Totalitarismo.
Una idea poltica quiere decir: proposicin concreta de un proyecto de
convivencia poltica.
Un proyecto de convivencia poltica No quiere decir:
a) expresin de buenos deseos. Como dice un proverbio ingls
b) tampoco significa en forma exclusiva cumplir un programa.
Un proyecto de convivencia poltica QUIERE decir: DAR REPRESENTACIN,
ORGANIZACIN, VINCULACIN Y JERARQUIZACIN POLTICA A LAS
ESTRUCTURAS QUE SOPORTARAN EL PESO DE LA CONSTRUCCION DEL
ESTADO QUE DEBERA CUMPLIR:
a) CON EL PROGRAMA, b) CON LA IDEA DEL REGIMEN.
En lo anterior hay una idea matriz: UN PARTIDO POLTICO SER MS
TOTALITARIO CUANDO MENOS OBJETIVAS SEAN LAS ESTRUCTURAS
QUE LO SUSTENTAN. Al decir estructuras queda en claro que no se quiere
decir fenmenos sociales o econmicos. Toda estructura social es un fenmeno
social, pero no todo fenmeno social es una estructura.
Como consecuencia de lo anterior puede decirse tambin: UN PARTIDO
POLTICO SER MS TOTALITARIO CUANDO MENOS REPRESENTACIN,
EXPRESIN, VINCULACIN Y JERARQUIZACIN OTORGUE A LAS
ESTRUCTURAS EN QUE SE FUNDA O PRETENDE FUNDARSE.
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Desde estos supuestos la Democracia Cristiana nos merece serias dudas. Hay
dos grupos de respuestas que precisan de cuidado: . .
El Chile tiene que cambiar es la respuesta a un desafo que parte de una
innegable situacin de injusticia social, econmica, educacional, agraria,
administrativa, etc.
Pero frente a esta respuesta cabe preguntarse si este anunciado cambio
significa o no un cambio radical de estructuras.
El Nacional Sindicalismo ha tenido en este punto una posicin clara y tajante:
a) la antipatria tiene montadas estructuras artificiales (monopolios, clanes, etc.)
que permanentemente estn ahogando a las estructuras naturales (familia,
municipio, sindicato) mediante una serie de taras: (taras que el Movimiento
llama el cncer de Chile) inmoralidad, centralismo, gestores, etc.
Artculo publicado en ASPAS N 2, del 5 de septiembre de 1965.
El presente artculo forma parte de la Coleccin General de nuestra Biblioteca Virtual, material publicado en el peridico ASPAS. Si posee material relacionado con dicho peridico o con cualquier otro, le agradeceramos lo hiciera llegar al correo info@mrns.cl. Todo cuanto pueda contribuir a enriquecer el patrimonio nacional
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