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Vida Nueva A Ñ O I N Ú M . 2 2
Zaragoza, 27 Septiembre 1930
1 0 cén t imos e jemplar
ORGANO DE LA UNIÓN GENERAL DE TRABAJADORES Y DEL PARTIDO SOCIALISTA OBRERO
LO QUE E S P E R Á B A M O S
MUCHO PEOR QUE ANTES Dijimos en nuestro número anterior que
no sabíamos si alegrarnos o sentir el levan-
tamiento de la censura. El dilema que se
presentaba para la Prensa liberal, verdade
ramente liberal, era terrible.
Aquel criterio nuestro ha sido confirmado
plenamente.
Deseábamos y nos produjo alegría grandísima, la desaparición de la censura. Tal medida adoptada por la Dictadura entrañó la supresión de la libre emisión del pensamiento, el silencio por la fuerza, la imposición de un criterio cerril y bárbaro, eclosión de cerebros estrechos, incapaces de sentir inquietudes espirituales que transmitir a la sociedad.
Durante siete años hemos vivido sujetos a la férula del lápiz rojo de censores incapacitados para juzgar del pensamiento ajeno, de las ideas, de las opiniones.
Pero la desaparición de aquel absurdo nos ha colocado en un más grande apuro: Tampoco existe libertad de expresión, ni aun dentro de los términos de mayor ecuanimidad. Ahora no se pena solamente la frase cruda, aunque esté llena de verdades; se castiga el concepto, el pensamiento del autor. Mayor absurdo. No se puede pensar gráficamente, en letras de molde. Ni transcribir lo que se haya dicho en una tribuna, ante un auditorio. El pensamiento de los oradores ha de quedar prisionero en las cuatro paredes de un local; no se quiere su expansión; se teme, sin duda, que el ambiente recoja las ideas, los conceptos. Vano empeño.
Ha sido denunciado y recogido El Liberal, de Bilbao, en dos ocasiones: bastó para ello que publicara extractos de los discursos
pronunciados por Indalecio Prieto en Logroño y Castro Urdiales.
También ha sufrido denuncia y fué recogido El Pueblo Vasco, de San Sebastián, por insertar una carta del señor Salvatella o la más alta representación del Estado.
Igual medida se adoptó contra El Pueblo, de Valencia, por publicar un artículo comentando el v i g e n t e Código Penal y aludiendo a la labor del ministro de Justicia, señor Estrada.
Y dos periodistas santanderinos han sido procesados por otros tantos artículos en el periódico La Región de la capital monta-ñesa.
Para esto no merecía ser suprimida la censura. Esta degradaba a quienes la impusieron. E l actual régimen seguido con la Prensa no mejora el antiguo.
Todos los periódicos piden la supresión de esos artículos del actual Código Penal, de la ley de Jurisdicciones, contra la que, hace años, se levantó un clamor general en la nación. S e pide libertad para escribir, para razonar, para emitir juicios sea contra quie-
nes sean.
Lo que no se hizo contra la censura se verá obligada la Prensa a hacer contra las actuales medidas.
Estamos peor, mucho peor que ante aquella imposición de la Dictadura, vergüenza nacional de la que tardaremos mucho tiempo a librarnos.
Solamente hay un medio de lograr la vindicación de aquello.
Ese nos lo dará el tiempo, en plazo quizá no lejano.
Una revolución más
Otra revolución más ha hecho vibrar de indignación, de odio y de entusiasmo las calles de Buenos Aires.
Otra revolución más, que si bien derroca una etapa dictatorial fuertemente opresiva para el pueblo argentino, no consigue plenamente el régimen de la democrática libertad que buscaba.
N o se modifica en el fondo la estructura del Estado con la subida al poder del general Uriburi. Habrá desaparecido la desca-rada dictadura de Irigoyen, pero subsiste ésta a través del nuevo sistema.
Se ha constituido un gobierno conservador. ¿Conservador de qué? De l privilegio, de la tiranía, de la dictadura encubierta bajo la máscara progresiva de la república latina. N o pueden interesar a nadie los hombres que forman los gobiernos conservadores. H a n caído tan en desuso, son tan viejos como caducos y tan fuera de lugar los sistemas que utilizan, tan inhumanos sus procedimientos, que el solo hecho de que estos elementos constituyen un gobierno, además de no significar nada en la vida de un país, supone un obstáculo para el desarrollo de su prosperidad.
La Argentina puede casi asegurarse que nada ha conseguido con su rápida revolución antiirigoyenista. Ha expulsado del P o der una Dictadura; pero ha colocado en su lugar otro representante del poder personal, que ahora acepta la voluntad del pueblo porque las circunstancias así lo exigen, pero en cuanto esta razón desaparezca, acabará por erigirse en dictador descaradamente, si el pueblo le ensalza su labor cómico-dramá-tica.
Es de notar que otra, como tantas veces
ya, son los militares los que se alzan en for
ma airada contra la fuerza de los poderes
constituidos. Y otra vez son los defensores
de la patria los que se adjudican a sí mis-
mos los cargos más elevados del Estado.
¿Hasta cuándo en las repúblicas hispano
americanas va a durar la fiebre militarista?
¿Hasta cuándo los pueblos van a seguir am
parando las causas de fanatismo por el hom
bre y no por las ideas?
Difícil e s precisarlo, pues según demues
tran las revoluciones hechas por los países
latino americanos subsiste todavía la política
de caudillaje.
N o se hacen en estos pueblos las revolu
ciones por ideas; se hacen por hombres de
nombres más o menos sonoros. N o son movi
mientos que aplasten un régimen inadecuado
a los necesidades presentes transformando su
estructura básica. Es un simple cambio de
personas dentro del mismo sistema. Es como
decir: ya me he cansado de que tú seas el
amo; ahora quiero serlo yo.
Los pueblos cultos no deben ser juguetes
de intereses más o menos personales, no pue
den prestarse ni utilizarse por nadie como
víctimas de estas maniobras. En estos movi
mientos se vierte sangre y esta sangre gene
rosa se da creyendo que sirve un alto ideal,
que no se logra por la intromisión de elementos reaccionarios que asumen voluntariamente la dirección del movimiento, para apo
derarse después del resultado.
La imagen de Irigoyen persistirá en la re
tina de los argentinos mientras éstos persis
tan en apoyar partidos de extrema derecha
presididos por el general A o por el gene
ral B, que viene a ser todos uno y lo mismo.
No debe esperarse nada de las jerarquías
descontentas. Sin embargo, debe esperarse to
do del pueblo que produce, del pueblo que
trabaja, que es el que siente en toda su in
tensidad la miseria o la prosperidad del Es
tado en que vive. No son los militares los
que deben mezclarse ni hacer los revolucio
nes. Es el pueblo; pero el pueblo trabajador,
el que sufre todas las humillaciones, el que
aguanta todas las incomodidades de una si-
tuación precaria.
La Argentina y el Perú han entrado en
una vieja y "nueva" fase política. Cuando
decaiga el entusiasmo y se aclare la situación
no habrá variado la posición de los parti
dos políticos. Antes y con Irigoyen y Le-
guía y después de su estrepitosa caída, con
pequeñas variantes, la situación será la mis
ma. Será precisa una revolución más. ¿Será
la última?
GROZA.
PATRONOS MULTADOS
Por el Comité paritario de Construcción
han sido impuestas las sanciones siguientes:
A l patrono Francisco Jimeno, 25 pesetas,
por trabajar en día festivo y también más
de la jornada legal el día anterior.
A Joaquín Rodríguez, 9 0 pesetas, por te
ner trabajando obreros que no pasaron por
la Bolsa del Trabajo. Este patrono, además,
tenía un obrero al que pagaba una peseta
diaria menos en el jornal estipulado por el
Comité Paritario, y se le ha obligado a pa
gar a dicho obrero la peseta de diferencia
que cobraba de menos durante un mes.
Quedan pendientes de sanción otros pa-tronos.
ABSURDOS Confieso que sufrí una agradable equivo
cación en el mitin socialista organizado por la Juventud. Fui a él persuadido de que los compañeros que en él tomaron parte, responderían a las falsas imputaciones que se les han hecho, con lenguaje parecido al empleado por sus detractores.
N o fue así. Se defendieron con una nobleza tal, con una alteza de miras tan grande, que fué una lección, de cultura y de civilidad que no agradecerán nunca sus enemigos. Y o sentí una escalofriante impresión. A pesar de la reconocida cultura de los camaradas que usaron de la palabra, no los creía yo en posesión de un tan alto sentido político. En vez de injuriar, en lugar de responder a la ofensa con la ofensa, se lamentaron de la actitud de ciertos elementos que. sin darse cuenta del daño que causan a la clase obrera y, por ende, el beneficio que proporcionan a la burguesía y ofrecieran, leal y noblemente, su mano al contrario.
Digna lección que pone en evidencia no sólo la superior cultura de quien así obra, sino la visión clara del momento tan grave por que atravesamos. Yo les felicito con toda mi alma. La clase obrera sabrá agradecerles ese gesto tan generoso como altruista.
El amigo "Donarber", en el número último de V I D A NUEVA rompe una lanza en favor de los profesores músicos de Zaragoza, víctimas, según él, de la competencia que les hace el cine sonoro.
Perdone mi compañero si no estoy de acuerdo con él en eso de que sea «el cine sonoro el mayor enemigo con que cuentan los profesores músicos".
El mayor adversario de la música y de los buenos ejecutantes es Llapisera y las bandas de Emplastes. Llapisera no se contentó con desprestigiar la llamada fiesta nacional y creyó que también la música necesitaba perder su pureza y 1a mixtificó con esas bandos cómicas que son un desprestigio para el
arte lírico.
Y si los amantes de la belleza de la música no dirigimos nuestras campañas contra Llapisera y sus Emplastos, acabarán éstos por mixtificar hasta las costumbres públicas. Es preciso, pues, amigo "Donarber" atacar con furia a Llapisera. Mientras éste sea dueño y señor de todas las manifestaciones artísticas nacionales, no habrá seriedad y no serán sólo los profesores músicos los que sufran las consecuencias de la influencia de ese grotesco personaje.
El general Berenguer, según dijo, está dispuesto a acabar con las demasías y desahogos de las bandas de legionarios más o menos puros que, para vergüenza de la nación, se manifiestan de manera harto contundente.
Y o no sé si el jefe del Gobierno cumplirá lo prometido. Pero si el Gobierno no corta de raíz los abusos intolerables de esos chulos de levita, debe ser el pueblo el que intervenga y el que se encargue de que no prosperen las jactancias de esos flamencos, que son la roña que corroe a España.
N o debe tolerarse a quienes no tienen la menor noción del respeto que se merecen todas las ideas, que esgriman como único argumento la estaca y la pistola. Debe obligárseles a recluirse en sus centros para evitar que su repugnante labor haga prosélitos y se conviertan las calles en sangrientos campos de batalla. Sería deprimente en extremo que, mientras se coarta la libre emisión del pensamiento, se tolere que la estaca y la pistola se manifiesten tan pródigamente.
E l señor Salaverría, con un cinismo inconcebible, intenta negar al trabajador el derecho de exigir mejores económicas y políticos. El señor Salaverría, pues, con este su modo de pensar, se ha erigida en apóstol de la gandulería y de la vagancia. Sólo el paria, el ocioso, el zángano, el vago, tienen méritos para disfrutar de la vida.
Y o no concibo que haya hombres a quienes se les reconozca talento y amor al trabajo y sostengan ideas tan peregrinas y tan disparatadas. El señor Salaverría es un escritor, y, como tal, un trabajador, un productor. Según su pintoretea teoría, él tampoco tiene derecho a los goces que proporciona la vida. ¿Qué hace, pues, el cronista de ABC que no se suicida, habiendo en Madrid un Viaducto tan o propósito p a n ese fin?
¿O es que espera el reinado de los zánganos para ver imperar sus doctrinas?
Jamás se habían acordado los católicos de que existía una clase obrera rural, esquilmada y explotada inicuamente Pero ahora que se ha iniciado una reacción vigorosa en esa comunidad proletaria, ahora que se apresta a la defensa por medios seguros, los que la olvidaron, los que se sirvieron de su ignorancia para medrar a su costa, intentan engañarla de nuevo con promesas que, segu-
ramente, no convencerán a nadie.
¿Qué habéis hecho vosotros, falsos apósto
les de una doctrina que no practicáis, du
rante los muchos años que habéis sido los
árbitros del país? ¿Qué leyes protectoras
habéis promulgado en beneficio de esa masa
campesina?
El cinismo de estos católicos llega a lo
increíble. Explotan, esclavizan, se burlan de
los obreros del agro mientras éstos no se han
dado cuenta del valor que representan, y
ahora que se alzan en contra de sus verdu
gos, éstos tratan de hacerles ver que sólo
los católicos serán sus libertadores.
N o se cansen los propagandistas ensotana-
dos. El obrero rural les conoce y les ha juz
gado como a unos farsantes. Y es verdad.
JUAN PUEBLO.
E L A C T O D E L P R Ó X I M O D O M I N G O
Indalecio Prieto hablará a los socialistas y a los obreros de Zaragoza
"Deber de los obreros ante el momento político de España"
El título que antecede es el tema de la conferencia que el próximo domingo,
día 5, dará nuestro camarada Indalecio Prieto en el Teatro Principal, a las once
en punto de la mañana.
Hacía tiempo que el querido camarada Prieto tenía deseos de dirigirse desde
una tribuna a la democracia zaragozana. Y no era menor el interés de la Agru
pación Socialista en traer a tan gran orador para escuchar sus frases, si cru
das en algunos momentos, llenas de sinceridad, de verdades, de enseñanzas so
ciales, de amor a la democracia.
Es magnífica la campaña que viene realizando Indalecio Prieto. Desde la
tribuna del Ateneo de Madrid, en la Sociedad "El Sitio", de Bilbao; en nume
rosos actos de propaganda, ha llevado a quienes le escucharon la realidad de
la situación actual española, las lacras de un sistema que ahoga, que perturba,
que hunde en el barro la moral, la libertad colectiva e individual, el espíritu
democrático. Contra toda injusticia eleva su voz elocuente Indalecio Prieto;
contra las expoliaciones de que ha sido y es víctima la nación, nuestro cama-
rada ha lanzado su protesta enérgica, noble, sincera.
Prieto es una de las figuras cumbres del socialismo español. A su cultura,
a su talento, une un espíritu luchador, que se rebela contra las infinitas injus
ticias existentes en el panorama social y político de la nación.
No le arredran persecuciones, ni demasías; se ha impuesto como norma po
ner al descubierto los defectos sociales que padecemos y llega a todos los ex
tremos para hacerse oir de los de arriba y de los de abajo.
En esta ocasión, en nuestra ciudad, su conferencia estará dedicada a los
elementos obreros y a la democracia zaragozana.
Expondrá su criterio de la actitud de los obreros ante los momentos por
que atraviesa la política española. Hablará el socialista, el político. .
Tenemos la seguridad de que ha de satisfacer plenamente su conferencia y
que responderá cumplidamente a la expectación que ha despertado.
La entrada al teatro será por rigurosa invitación
La Agrupación Socialista de Zaragoza, organizadora del acto, ha tomado el
acuerdo de que la entrada al teatro sea por rigurosa invitación, a todas las lo
calidades.
Tal acuerdo fué tomado en virtud de la indicación de los arrendatarios del
teatro Principal La aglomeración, con entrada libre, será grandísima y cau
saría, seguramente, desperfectos inevitables, aun obrando el público con la
mayor circunspección.
Todas las invitaciones serán repartidas por la Agrupación Socialista, única
entidad que ahora interviene en la organización.
Hubieran destado los socialistas zaragozanos celebrar el acto en un local
más amplio, pero se ha exigido que se verificase en local cerrado. Contra esta
conminación se estrelló el deseo de los organizadores.
Tampoco se ha permitido que el discurso de Indalecio Prieto fuera radiado,
ni la colocación de altavoces en el escenario, aunque todo ello entraba en el pro
pósito de la Agrupación Socialista.
Hemos de hacer una advertencia a nuestros camaradas y simpatizantes: que
ni antes ni después será permitida manifestación alguna en la calle. Es una de
las varias condiciones impuestas para autorizar la conferencia.
Por ello rogamos a todos se abstengan de iniciar manifestación alguna,
que podría provocar intervenciones que deslucieran el acto.
Obsequio al compañero Prieto La Agrupación Socialista deseaba celebrar un acto más con el que demos
trar al culto camarada el afecto y simpatía que por él sentimos.
Ese acto será un banquete que tendrá lugar a la una de la tarde en el res
torán Ruiseñores. Será un acto de admiración, de confraternidad.
En relación con este banquete la Agrupación Socialista ha tomado un
acuerdo.
Se pensó que aquél fuera, exclusivamente, dedicado por los socialistas y,
por lo tanto, que sólo los afiliados concurrieran a él. Pero se ha recibido peti
ción de bastantes admiradores y simpatizantes nuestros y del camarada Prieto
expresando su deseo de ir al banquete en acto de admiración al hombre demó
crata, sincero, luchador infatigable.
La Agrupación Socialista accede a ello y acepta complacida la adhesión
de esas personas. Podrán, pues, concurrir quienes deseen expresar ese senti
miento.
La petición de tarjetas deberá hacerse, hasta el jueves próximo, al presi
dente de la Agrupación, camarada Aladrén, de siete a nueve de la tarde, en
nuestro Centro de la calle de Estébanes, 2.
Solamente hemos de decir que la expectación por escuchar a Prieto es gran
dísima y que ha producido enorme entusiasmo en la ciudad.
2 VIDA NUEVA 2
PROPAGANDA SOCIALISTA
Un magnífico acto organizado por la Juventud
A las once d e la mañana del pasado domingo comenzó el mitin de propaganda so-cialista organizado por la Juventud en nues-
tro Centro.
El salón de actos se hallaba completa-mente lleno, quedando mucha gente en las escaleras sin poder penetrar en aquél .
Poco después de comenzar el acto se presentó en el local el consecuente y prestigioso republicano D . Gil Gil y Gil, que fue acogido con muestras de simpatía y afecto.
Comenzó el mitin el compañero Miranda, presidente de la Juventud, quien en breves palabras explicó el espíritu de l acto, concediendo la palabra al compañero Mulet .
Este, en términos vibrantes y razonados, dijo que la única clase que puede encauzar a España por los derroteros de la democra-cia es la clase trabajadora, puesto su pensamiento en la implantación de la República socialista. ( U n a salva de aplausos premió sus pa labras) .
Seguidamente hizo uso de la palabra el compañero Castillo. Recomienda éste, en sentidas palabras, a los trabajadores, que se apresten para l a lucha dentro de l a Unión General de Trabajadores y del Part ido Socialista, para acometer contra todas las tira-nías, sin parar mientes en esos pseudorrevo-lucionarios que engañan a la clase trabajadora con sofismas de todas clases, desvián-dola de los organismos que han d e llevarla a seguro triunfo.
H i z o ver cómo a pesar de la forma poco democrática de los organismos oficiales, sólo hizo falta que unos cuantos compañeros, genu inos representantes de la clase trabajadora, fueran al Parlamento para que se pensase exigir responsabilidades por los sucesos de Annual .
Expuso el deber que en los actuales momentos tienen todos los sectores liberales y democráticos d e unirse para implantar un régimen democrático en el que todos los Poderes sean responsables. P a r a esto, siempre estamos dispuestos los socialistas. P e r o cuando este régimen se halle implantado, nosotros seguiremos en el sitio de combate para seguir luchando por los intereses del proletariado hasta ver implantado el régimen socialista.
(Durante su discurso fué interrumpido constantemente por aplausos ensordecedores, y sus palabras quedan sin oír por una es-
truendosa ovación).
A continuación hace uso de la palabra el compañero Mariano Serra.
Están en un error—dijo—los que crean que voy a a tacar a otras fracciones obreras. A l revés: en estos momentos todos debemos unirnos para combatir al enemigo común. Lleva al ánimo de los asistentes el convencimiento de que la Unión General de T r a bajadores no h a colaborado con l a Dictadura. S i intervino en los Comités Paritarios fué, no porque creyera que era la panacea que iba a hacer desaparecer la opresión que sufre el proletariado, sino porque vió en ellos
un medio de conseguir p a r a éste algunas
mejoras y porque tenía el deber-—lo contra
rio hubiera sido ser traidores a la causa d e
los trabajadores—de luchar contra la bur
guesía en lodos los frentes.
Recomendó a todos los jóvenes socialistas
que se capaciten para los acontecimientos
venideros y que luchen por infiltrar en el con
fuso ambiente obrero l a luz d e l a verdad.
( U n a ovación acogió sus últimas palabras).
El compañero Manuel Albar, con frases claras y elocuentes relató el oprobioso régimen que hemos soportado, en el que l a magistratura, la enseñanza, la prensa, todo, en fin que demuestra la vitalidad de un país, fué postergado.
Los compañeros que me han precedido en el uso de l a palabra—dijo—han tratado diversos temas de indiscutible interés; pero yo considero que por encuna de todo hay una cosa que debe ocupar por entero nuestro pensamiento. Es ésta el cambio de régimen que ansía y precisa España, porque si éste no se
hace, la Monarquía matará a la nación es
pañola y debe ser todo lo contrario. Sobre
todos estos problemas que nosotros aquí ape
nas esbozamos, habéis de pensar mucho para
formaros un criterio propio.
En Madrid hay dos casas que simbolizan a
las dos Españas antagónicas. A l a una, van
hombres de blusa, hombres que viven de su
diario trabajo. Esta es la Casa del Pueblo.
A la otra van hombres enchisterados y en
levitados, pero sin conciencia, a tratar asun-tos que sólo interesan a una familia o a una
camarilla. Esta es la Casa Real. Y o confío que aquélla derrocará a ésta. (Grandes ovaciones le tributaron durante su discurso,y al terminar éste los aplausos eran ensordece-dores) .
El veterano Isidoro Achón dijo que en estos momentos debe solamente pensarse en la lucha que se avecina.
Saluda a D . Gil Gil y Gil, que está sen-t ando en la presidencia, demostrando su verdadero amor a la democracia. ( E l público aplaude estas palabras).
A taca a las derechas españolas, que en lugar de permanecer en sus casas arremeten contra los ciudadanos dignos y contra los periódicos republicanos. Esto nos enseña la actitud que nosotros debemos adoptar. Hace ver que el régimen capitalista se está de rrumbando por sí solo, y como prueba de esto son esos ejércitos de obreros parados, que dentro de este régimen caduco no encuentra solución. Como más fuerte puntal de los regímenes democráticos considera al proletariado del agro, y éste, dice, en España va formando potentes organizaciones que conducirán a un seguro triunfo. (Como los demás oradores recibió grandes aplausos) .
Terminó el acto con unas sencillas palabras del presidente, dando al final un viva a la democracia que es contestado unánime-mente.
Consecuencias de la baja de la peseta
E n diferentes ocasiones, y desde el mo
mento en que la peseta inició su fantástico
descenso, advertimos en estas columnas el
peligro que suponía para la economía na
cional aquel descenso, no solamente en el as
pecto del encarecimiento de los artículos de
primera necesidad (que tenemos que impor
tar por no aprovechar los medios naturales
que nuestro suelo posee, y de esto cabe úni
camente la culpa a loa poseedores d e la p ro
piedad rural y a los gobiernos, que no se han
preocupado de los latifundios más que para
beneficiar con ellos a sus familias), sino en
la repercusión que pueda tener en los hoga-
res obreros, donde el pan cotidiano está su
jeto a todas las eventualidades, sin que se
pueda resolver más que por un camino: por
el aumento de jornal.
Sin querer presentar soluciones técnicas
al problema, porque no estamos a l tanto de
las interioridades de las jugadas de Bolsa,
sí que creíamos, y seguimos creyendo, que
esta debe ser la cuestión cuya solución debe
atañer al Gobierno, pero no con notas más
o menos ampulosas, no con reuniones cele
bradas en el transcurso de una laboriosa di
gestión, después de un pantagruélico ban
quete, sino con la ecuanimidad de quien
siente l a responsabilidad del cargo que des
empeña y l a conciencia de su propio deber.
Creemos firmemente que una de las causas
de l a baja d e la peseta es e l poco crédito
que nuestros dirigentes nacionales ofrecen a
las Bolsas extranjeras, las cuales no se ri
gen por apariencias de riqueza, por decora
ciones tranquilizadoras, sino por realidades
internas, por hechos ciertos, por créditos re
conocidos.
U n a vez señalada nuestra forma de pen
sar nos creemos en el debe r de apuntar los
peligros a que la prolongación de este estado
de cotas nos puede conducir , peligros que,
conscientes de nuestra razón y de nuestra
fuerza, afrontaremos por necesidad y por
convicción con todas sus consecuencias.
El industrial, el comerciante, todo el que no tiene una nómina cerrada de ingresos, no
solamente no pierde con estas cuestiones, pues es el pescador del río revuelto, sino que le sirven para aumentar los ingresos, pues con ellos sube el valor de los artículos que tenían almacenados con anterioridad al crack financiero.
Pero, en cambio, el asalariado, ante estas soluciones anómalas, no tiene más solución
que lanzarse a peticiones que tropiezan con
la cerrazón intelectual de una clase patro
nal ramplona, de una clase media beatífica
y cobarde, de una aristocracia con tanto or
gullo para con el débil como mansedumbre
para con el fuerte, y con unos gobiernos
oligarcas que no tienen inconveniente en atro-
pellar a la razón y a la justicia con ta l d e
seguir disfrutando las delicias del Poder .
A todos estos obstáculos que se oponen
a que ejerzamos nuestro derecho a la vida
tenemos que combatir y los combatiremos, en
la seguridad de que el triunfo s e r á nuestro.
Por eso decimos que era un peligro la si
tuación que se nos crea, peligro que se debe
evitar poniendo en ello más interés que en
evitar la ruina de agiotistas y traficantes,
que no vacilan en condenar al hambre a sus
semejantes con tal de amontonar el oro en
sus cajas d e caudales, cua l s i éstas fueran el
único amor de tus metalizados corazones.
P a r a que el triunfo sea nuestro no se ne
cesita más que un poco de voluntad. T a r d e
o temprano, la necesidad nos obligará a l an -
zarnos a movimientos reivindicativos. P repa
rémonos para ello, y será la única forma de
poder entablar la lucha cuando nos conven
ga y con las máximas garantías de triunfo.
Y cuando eso llegue, como habremos lanza
do noblemente nuestra voz d e alerta, que
c a d a santo aguante su vela y allá cada cual
con las consecuencias de sus actos, pues de
espíritus viriles es arrostrarlas, y de cobardes
hur tar el cuerpo a responsabilidades con
traídas al amparo de la fuerza del favori-tismo.
A U R E L I O G R A C I A .
Nuestras iniciativas
Que desaparezca ese kiosco
Nuestro camarada doctor Algora visitó en su despacho al señor alcalde, en representación del comercio, propietarios y vecinos de la plaza de Sas.
Le entregó al señor Jordana una instancia, razonadísima, firmada por los interesados en que desaparezca el impopular kiosco. E l alcalde, después de ordenar el pase de dicho escrito a la Comisión correspon-diente, manifestó que encontraba lógica la petición de los vecinos.
D . Jorge Jordana conversó sobre este asunto y sobre los antecedentes de la concesión. etcétera, con nuestro camarada, y sin prejuzgar nada de la resolución que al Ayun ta miento pueda adoptar, pareció estar dispuesto a que el kiosco desaparezca, pero no a que en su lugar sea colocado un jardín.
El señor Jordana tiene el criterio (que hallamos bastante lógico) de que l a calle de Alfonso no sea sólo para los carruajes de una dirección, pues actualmente se está viendo que por estar inutilizada para e l tránsito la calle de Don Jaime, se desarrolla en doble vía por la mencionada calle de Alfonso y que por su amplitud no da lugar a ningún atropello. Con este criterio y desaparecido el kiosco de la plaza de Sas, ésta serviría para descongestionar dicha calle, parada momentánea de automóviles y vuelta de los mismos.
Sea como fuere, con ja rd ín o sin él, lo indispensable y preciso es la desaparición de ese armatoste que tanto estorba y tan antipático es a todo el mundo.
Propaganda de la U. G. T. en Alagón
El día 23. a las seis de la tarde, se cele
bró la anunciada conferencia, disertando
nuestro querido amigo Manue l Alba r .
Los locales del Sindicato Agrícola, ates
tados por completo, fueron insuficientes para
el público que, apiñado materialmente, fué
deseoso de escuchar l a autorizada palabra de
nuestro compañero.
Presidió el camarada Langoy, y tras de
saludar a la enorme concurrencia, dió lec-
tura a una carta enviada por la Administra
ción de El Socialista, en l a cual recomenda
ba a los trabajadores propagasen nuestro dia
rio, que trae amplia información de los ac
tos de propaganda sindical y política que se
llevan a cabo en todas las provincia de Es-
paña.
Acto seguido presentó a los compañeros
Castillo y Alba r y concedió la palabra al
camarada Castillo, quien saludó a los tra
bajadores de Alagón y recomendó que cada
vez se unan más para luchar en estos mo
mentos con la fuerza y el optimismo que
necesitan las fuerzas obreras en España. Al
final fué calurosamente aplaudido.
E l camarada Alba r saludó a los obreros
de Alagón y trató ampliamente las cuestio
nes obreras y políticas que plantea la situa
ción actual en España. E n párrafos brillantes fustigó y condenó
la política caciquil de la dictadura; hizo
historia de su advenimiento y condenó al Go
bierno actual que sigue el mismo procedi
miento de censura y restricción de los dere
chos ciudadanos, y en hermosas frases llenas
de emoción hace un llamamiento a las con
ciencias para que se apresten a luchar en
estos momentos difíciles para que triunfe la
democracia.
Habló de la conveniencia de la unión;
sobre todo en los obreros campesinos, y dijo
que cuando este proletario, que ya empieza
a despertar, se una al de la ciudad, no po
drá haber gobiernos que desatiendan los in
tereses generales, porque el peso de l a orga
nización obligará a que se revistan de res
ponsabilidad todos los poderes.
Terminó su brillante conferencia con pá
rrafos de optimismo y d e fe en l a causa so-
cialista y recomendó que sobre lodo ingre
sen en las filas de la U . G. de T., organis
mo sindical que representa en nuestro país
el más firme puntal de la democracia.
U n a clamorosa y larga ovación premió el
hermoso discurso de nuestro camarada.
El presidente recogió las palabras de A l
bar y recomendó que siguieran el ejemplo
y tuvieran presente la lección de nuestro ca
marada que de una manera tan brillante ha
bía expuesto ideas que deben ser acatadas
por todos los trabajadores.
E l acto terminó dentro del mayor orden
y brillantez.
A LOS ANARQUISTAS
LA PAZ O LA GUERRA A los anarquistas de los Sindicatos úni
cos van dirigidas estas l íneas: a todos los elementos directivos que al volver de su letargo emprenden senderos tortuosos y muy equivocados.
Mi actuación leal y clara y los muchos años pasados dentro de la lucha activa del campo social, conociendo bien y muy en de-talle los procedimiento del "método" anarco-sindicalista, me dan derecho a exponer libremente mi opinión, noble y enérgica, sobre l a situación actual de los anarquistas de los Sindicatos únicos.
El capitalismo, en sus variadísimas formas, domina y explota, ahora más que nunca, a todos los productores. Moral y material-
mente una inmensa mayoría de seres sufri
mos las injusticias que una minoría de potentados nos impone, apoyados en la fuerza.
Parece , y lógico sería creerlo así, que los anarquistas que dirigen los Sindicatos únicos luchaban contra el capitalismo, causante de todos los males. ¡ N o es así! Los anarquistas, en lugar de combatir al burgués, se distraen combatiendo a los elementos representantes del Socialismo. N o te atreven, son impotentes para combatir el Ideal Socialista y , vano error, pretenden destruirlo lanzando infamias contra sus militantes. ¡ P o -brecillos anarquistas!
Los trabajadores que integran los Sindicatos únicos están en ellos por creer que van a conseguir mejoras en sus jornales, empleando todas las energías sindicales en luchar contra l a burguesía. Los anarquistas dirigentes no lo entienden así. T o d o su furor combativo se emplea contra otros trabajadores, dejando tranquilo al único enemigo de la clase obrera, que sigue explotando al trabajador y riéndose de todos.
Los trabajadores se alejarán de los Sindicatos únicos al ver que sus jornales siguen
sin aumentar.
Luchan los socialistas contra lo tiranos allá donde se refugian: en la fábrica, para
alcanzar aumento en los jornales; en los Ayuntamientos, en Diputaciones y en cuantos organismos existen, para arrancar a l capitalismo sus privilegios, exigiendo leyes que beneficien a la clase trabajadora hasta que ésta sea dueña del Poder , socializando los medios de producción y distribución; produciendo cada uno según sus fuerzas y consumiendo según sus necesidades.
Expongan los anarquistas su programa de acción a los trabajadores. Estos, reflexionando un poco, comprenderán bien qué organismo nacional puede defenderse en todo momento, y allá donde se traten cuestiones obreras y ciudadanas, contra las tiranías capitalistas y autoritarias.
Hágase obra de capacitación y no de odio, y rencores.
Empleemos todas nuestras energías en combatir a la clase capitalista.
Discutamos nosotros, sí, d e ideas.
Celebremos conferencias contradictorias, guardando al que no piense igual todos los respetos.
Respetad para que os respeten. ¡Pobre ideal que deja de serlo al ser pro
pagado para lanzar infamias o calumnias!
Cesen en su campaña de difamación los anarquistas de los Sindicatos Únicos.
Reflexionen un poco y no olviden que alguien que militó en los medios anarquistas y sindicalistas (alejándose por voluntad propia al comprender el error en que vivía), que posee una feliz memoria. vió y oyó cosas que jamás han realizado los elementos militantes en el Socialismo, y que en uso de legítima defensa, se vería obligado a publicar con sus nombres propios y con toda la cruda realidad.
La paz o la guerra. La situación actual por que atraviesa Es
paña no debe hacer perder las energías a los que tenemos el deber de emplearla contra las tiranías que nos dominan.
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Z A R A G O Z A
3 VIDA NUEVA 3
¡ E L C O C O !
¡QUE VIENEN LOS LEGIONARIOS! Han comenzado a organizar en Zaragoza
esa mascarada que llaman Legionarios de España, esa orgainzación que, cobardemente, asaltó, pistola en mano, l a redacción del semanario Nosotros.
Seguramente se pretenderá repetir en Zaragoza las hazañas realizadas en la Corte.
La ciudad no debe tolerar que sus calles sean perturbadas por quienes, alardeando de pretender imponer el orden, alborotan la vida de las poblaciones y provocan tumultos y cometen agresiones como la del semanario madrileño.
Esos perturbadores quieren imponer el reinado de l a porra; ponen en práctica la frase aquella de "Los descamisados" " . . . y muera el que no piense, igual que pienso yo".
Y en Zaragoza hay quienes pretenden, nada menos, que unos cientos de legionarios
madrileños hagan acto de presencia en nuestra ciudad. Con ello traerían el desorden, la perturbación, la intranquilidad a Zaragoza.
Su presencia significaría un insulto a los sentimientos liberales zaragozanos, una injuria a la ciudad. Esta no debe sufrir el bochorno de que las plantas de esos legionarios mancillen nuestras calles.
Sin duda, ante el fracaso que significa su organización en Zaragoza, pretenden llevar a efecto ese alarde queriendo demostrar su pujanza ficticia en otras partes.
Quienes están en el deber de velar por el orden y la tranquilidad, no deben tolerar que tal acto sea llevado a cabo.
Porque ello provocaría desórdenes y revueltas que nadie desea, pero que afronta-
ría ante el insulto y la amenaza.
A todos los obreros panaderos de Aragón
"La Panificadora", afecta a la Unión General de Trabajadores, ha dirigido el siguiente manifiesto:
"Desde hace algún tiempo, unas veces por elementos que se dicen anarco-sindicalistas, y otras por cobijados en Sindicatos católicos libres, viene difamándose de una manera sistemática y cobarde a nuestra Sociedad y, principalmente, a sus militantes representati-vos.
N o rehuimos la crítica noble y honrada de nuestra actuación sindical; pero no estamos dispuestos a tolerar que con falsedades y calumnias se intente desprestigiar una organización obrera que actúa a la luz del día, sin oscuridades, sin esos célebres fondos secretos, sima sin fondo, en donde no hace mucho tiempo se echaban las cuotas de los asociados, sin que nadie—nadie de los que la pagaban—supiere a dónde iban a parar.
A l fundar la Sociedad de Obreros P a naderos " L a Panificadora", l o hicimos con la firme decisión de defender con toda energía los derechos de los trabajadores de las panaderías frente al egoísmo de la clase patronal y frente a la avaricia del capitalismo en general; pero, además, quisimos, y así lo haremos, cueste lo que cueste, no ser juguetes de los radicales a todo pasto, que unas veces llevaban a la organización a la derrota y al dolor, y otras le hacían concebir esperanzas que los mismos inductores sabían no era posible convertirlas en realidad en un abrir y cerrar de ojos. D e igual manera nos propusimos repudiar a esos apóstoles que "libremente" quieren resolver el problema social de nuestros tiempos, colgando del pecho de los explotados una medalla o ponién-
doles en la mano un devocionario.
Y para no caer en el error de esos dos extremos, y cuando nadie se decidía a organizar a los trabajadores panaderos para que no estuvieren indefensos y a merced de los patronos, constituímos "La Panificadora", sumándonos a la Federación Nacional de Ar-
tes Blancas y, por lo tanto, a la Unión General de Trabajadores, convencidos de que estos organismos nacionales significan energía en la lucha y honradez en la administración. Ya sabíamos de antemano que esta actitud de regirnos por nosotros mismos, sin ingerencias extrañas, nos acarrearía la furiosa enemiga de los antiunionistas y de los eternamente resignados católicos libres.
P o r eso llamamos la atención de cuantos obreros panaderos sientan con rectitud el noble anhelo de redención proletaria, para que no se dejen engañar por nuestros detractores, que, al no poder probar públicamente sus acusaciones, recorren a la mentira dicha al oído, con la esperanza de volver a envene-
nar a quien no esté saturado por el antitó
xico de la experiencia pasada...
Compañeros: Cuando os cuenten algunas de las infamias que acostumbran, decidles que vengan a probároslo en nuestra Secretaría, en la seguridad de que no recibiremos a nadie, como nuestros difamadores lo han hecho otras veces en sus organizaciones, con instrumentos contundentes.
Si os hablan mal de nosotros porque in-tervenimos en los Comités Paritarios, de
cidles que estamos dispuestos a demostrarles con realidades que, en nuestra profesión, jamás los trabajadores han disfrutado como ahora de los beneficios de la legislación social y del derecho a apelar con éxito contra los atropellos de la clase patronal Y si. además del Comité Paritario tenemos una buena y fuerte organización sindical, no cabe duda que nuestra posibilidad ofensiva y defensiva será mucho más positiva.
N o dudando tendréis muy en cuenta cuanto aquí os decimos, esperamos ingreséis todos en nuestras filas, como lo están haciendo ya muchísimos compañeros, convencidos de que nuestra táctica es la más eficaz, como lo demuestran los hechos.
Os saluda fraternalmente.
L A D I R E C T I V A " .
OBREROS EXPLOTADOS
Manera de morir de hambre... trabajando
Desde hace una temporada se ha emprendido la campaña del envase del abono en la Industrial Química, cuya campaña y trabajo en otras temporadas se han llevado desastrosamente y en la actual peor aún, por su organización en contra del obrero y en beneficio del que se dice ser contratista.
Nada más me voy a referir a esta campaña, por ser de la que con mayor causa se puede hablar y concretar hechos que pueden presenciar en cualquier momento los que tengan derecho a velar por los intereses del trabajador, como son los inspectores de trabajo y sanidad, ya que pueden darse perfecta cuenta del trabajo que en los muelles se realiza. Los unos verán cómo se trabajan de ocho a diez horas y, además, a destajo, cosas que dentro de las leyes del trabajo no están permitidas.
También pueden comprobar en la forma que hacen trabajar a los obreros, que no está a tono con los principios de la civilización, pues se trabaja como los esclavos, a punta de látigo; pero lo más doloroso es que esos obreros no pueden llevar n su casa el sustento que les hace falta para sí y para sus hijos, por robarles parte del mísera jornal que perciben.
S e da el caso que trabajando de ocho a diez horas, y a destajo, perciben estos obreros la irrisoria cantidad de 3 5 a 37 pesetas en los seis días de la semana; un jornal como para morirse de hambre, mientras el contratista se llene los bolsillos de pesetas a costa del sudor de los trabajadores, en compañía de cuatro paniaguados que hacen de capataces para que los molinos trituren más
y les queden más beneficios y llevarles las altos y las bajas de los protestas que hacen los obreros, por la forma en que les hacen trabajar, porque seguramente al señor Mai-nar le da vergüenza el verse con los braceros por la forma tan inicua y despiadada de ver cómo se dejan sus fuerzas y sus energías esos obreros tas ferozmente explotados por él, porque no hay derecho a que, por picar y moler el abono y envasarlo en sacos de 50 a 100 kilogramos, un vagón de diez mil kilos pague la miserable cantidad de 9'50, cuando en otras campañas, sin ser por contrata han pagado por los diez mil kilos 15 pesetas; y a otros, por cargar los diez mil kilos, o sea un vagón completo, teniendo que llevar el abono del muelle al vagón, cuya distancia a recorrer es de cincuenta a cien metros, se les paga la gran fortuna de tres pesetas vagón.
¿Estas anomalías en los trabajos están dentro de la ley? ¿Tiene la culpa la baja de la peseta?
¡Que vuelvan estos señores accionistas la cara hacia los años de la gran guerra, y piensen en los millones que ganaron explotando la vida y el sudor de los obreros, por trabajar con sustancias nocivas que queman las ropas y hasta las entrañas de los obreros! ¡ Q u é les importa a ellos que el obrero no pueda comer, o muera víctima de alguna intoxicación, si ellos disfrutan del beneficio y se apropian del pan de muchas familias!
¡Qué les puede importar que un obrero muera si ellos no pierden nada?
N o hay derecho a explotar tan inicuamente al trabajador, pues no estamos en tiempos en que esto se pueda tolerar.
Compañeros de la carga y descarga de la Industrial Química: la Unión General de Trabajadores, única defensora de los in
tereses del trabajador, nos llama y una vez, asociados arrasaremos a toda esa canalla, ruin y explotadora, y les saldremos al paso de cara y frente a frente, para hacer prevalecer nuestros derechos de ciudadanos conscientes y obreros honrados.
Compañeros: afiliaos a la Unión General de Trabajadores, que es la defensora de
la masa obrera.
JOSE V I L L A R R O Y A .
E S Q U E M A S
Grandioso acto de solidaridad—conjunción de espíritus—el celebrado hace unas semanas en la magnífica villa de Ejea de los Caballeros. Latió allí en un ambiente amable y cordial, y por encima de apremios de tiempo y agotamiento de energías, un recio afirmar de nuestros ideales socialistas. Fué un acto modelo de serenidad, de fe en la organización de U. G. T . Como todos los organizados por los socialistas.
Los jóvenes socialistas de Zaragoza se han apuntado un nuevo triunfo, por el que todos hemos de congratularnos. El mitin por ellos organizado y realizado con insuperable brillantez el domingo último, en nuestro Centro de la U . G. T. , debe alentarles a proseguir en tan hermosa labor. El porvenir es de los jóvenes. A ellos, en primer término, con su ímpetu arrollador, les está reservada la más bella jornada. ¡Adelante!
N o somos partidarios—no lo hemos sido nunca—de la división entre los trabajadores. Pero es innegable que existe y existirá siempre. Ahora, que a las ideas han de oponerse las ideas. A una táctica, otra táctica. Y unas y otras deben rebatirse con serenidad, con conocimiento, pensando siempre más en construir que en derrumbar.
La burguesía acecha y se llena de júbilo cuando empleamos los trabajadores, para discutirnos, frases demoledoras que sólo a los
obreros, a todos, de una u otra tendencia,
nos causan un evidente perjuicio. Defendamos noblemente, pues, las ideas que sustentamos. Pero como hombres de responsabilidad. No descendamos a la plazuela o al bo-degón.
Los Gobiernos de clase no son como ellos quieren ser, sino como quieren las clases sociales victoriosas que los han forjado.
H a y quien no se resigna a dar por muertos los antiguos partidos, a pesar de cuanto se haga por resucitarlos. N o advierten que los cambios habidos en la opinión pública han hecho imposible la antigua comparsería que, con el nombre de partidos, y aislados de la opinión, campaban alternativamente en el Poder.
Por ello, cuando algunos combaten la estructura del actual gobierno, olvidan que se trata de una mera integridad, surgida no de un capricho, ni de una ventolera, sino precisamente de la imposibilidad práctica
de que continuara lo anterior.
Suscripción voluntaria para propaganda socialista
Suma anterior 487'50
Eduardo Castillo 7'50 Juan Sierra ... 2'00 Esteban Enguita 3'00 Antonio Lafuente 2'50 Francisco Cotillo ... ... 100'00
T O T A L . 602'50 Los donativos pueden hacerse en nuestro
Centro de la calle de Estébanes, 2, prin-cipal.
C A S O S El d o c t o r G a l á n y la h i g i e n e e n e l
c a m p o d e d e p o r t e s d e l I b e r i a
A raíz del Congreso de Sanidad Municipal, celebrado hace unos meses en Zaragoza, tuvimos ocasión de congratularnos y aplaudir unas valientes palabras pronunciadas por el galeno zaragozano don Pedro Galán. Dijo en una de las sesiones, refiriéndose a los locales de primera enseñanza de la mayoría de los pueblos y aun ciudades de Es-paña que, a su juicio, en aquellos antihigiénicos y sórdidos edificios habían equivocado el rótulo, pues que en donde ponía "Escuelas nacionales" debería leerse: "Matadero público". Muy bien dicho.
Ahora bien. E l doctor Galán, tan amante de la higiene, ha sido elevado a presidente de una sociedad anónima que se dedica a explotar el deporte del futbol, hoy de tanto arraigo en toda España. Y da la coincidencia de que en el campo donde se practica tal deporte—nos referimos al Iberia— los aficionados de la entrada general, que, como es lógico, es siempre la más favorecida de concurrencia, al verse precisados a hacer sus necesidades mayores y menores, tienen que hacerlo arrimados a la tapia que
cierra el campo, separada dos metros escasos del público y a la vista de éste. Y es que los directivos que hasta ahora han movido este negocio, acordaron instalar tres water clós en la entrada de preferencia, pero sin duda se les olvidó este "pequeño" detalle para los desheredados de las localidades po pulares. Y así seguimos un año y otro.
¿Subsanará el galeno don Pedro este olvido de sus antecesores en la presidencia del Club? ¿ O seguiremos abonando la tapia a la vista de los sufridos espectadores de la entrada general?
En usted confiamos. Porque de las autoridades no esperamos nada. Ni de esa Junta de Espectáculos públicos que no sabemos si existe en Zaragoza o es que los pobrecitos que la forman son todos ciegos de nacimiento y han tenido después la desgracia de perder los sentidos del oído, del olfato, del gusto y del tacto.
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S U G E R E N C I A S
Bosquejillo de la política española durante la Dictadura Siete años han transcurrido desde que
Pr imo de Rivera, rebelándose contra su p ro pio rey, implantó en España la bochornosa dictadura que tuvo sojuzgadas todas las libertades ciudadanas. Siete años, durante los cuales España , privada d e exponer libremente sus pensamientos, ha padecido estoicamente el régimen de oprobio y de vergüenza del que aún no nos hemos librado del todo, y que nos sonroja al comparar nuestra lamentable situación, no con ninguna República, sino con otras Monarquías , comparación que pone de manifiesto lo nefasta que ha sido para España la dictadura.
Cayó la dictadura y se vio lo terriblemente funesta que fué su actuación. H a b l a b a n d e un superávit de ciento ochenta y seis millones noventa y seis mil quinientas veinte pe-setas, y por el contrario, lo que dejaron fué un déficit de veinte mil millones novecientas quince mil cuatrocientas cincuenta y ocho pesetas. E s decir, una cantidad que España tardará muchos años, muchísimos, en amor-tizar.
P e r o si la libertad económica de España fue arrastrada al estado en que se encuentra, si el pueblo español ha sido sumido en la gran miseria en que se halla, en cambio ellos, los que nos gobernaron con armas ruines, pisoteando toda la dignidad del pueblo español, se enriquecieron a expensas de éste, sumiéndole en la más horrorosa catástrofe económica, como lo demuestra la crisis d e trabajo que en l a actualidad se padece en España.
Conocidos son ya de todo el país los tristemente célebres negocios del ferrocarril O n -taneda-Calatayud, de la Telefónica y del Monopolio d e Petróleos.
El Gobierno español, desde su diario oficioso, La Nación, decía a cada momento: " E s necesario consumir los productos nacionales; si se importa del extranjero, se perjudica grandemente a nuestra libertad económica" Y luego eran ellos, los que nos gobernaban, los que sin preocuparse para nada del estado en que se encontraba y se encuentra, desgraciadamente, el pueblo, emprendían negocios tan vergonzosos como los y a citados anteriormente.
P e r o si ellos estaban bien, tenían lujo, eran los amos de España , ¿qué les importab a la gran tragedia económica que se cernía sobre España? V e d , si no . Antes d e caer P r imo de Rivera, la peseta empieza a bajar, se precipita en su descenso y llega al deplorable estado en que ha estado hasta ahora y del que aún no se ha restablecido del todo.
E n resumen: la dictadura no ha engrandecido a España ; lo que ha hecho ha sido empobrecerla más de lo que y a l o estaba. Si alguien se ha engrandecido, han sido ellos, los dictadores, que han conseguido, quién sabe cómo, reunir un capital con que asegurarse el resto de su vida. Esta ha sido la actuación de la dictadura en cuanto a la
cuestión económica.
P e r o si esta actuación fué deplorable,
¿cómo fué la polít ica? Sencillamente se ex
pl ica : la situación económica de todo país
es una fiel demostración de su política, es
decir, que la cuestión económica va íntima
mente unida a l a política. P o r lo tanto, si
ésta es mala , aquélla también ha de serlo.
Inmediatamente de ocupar el P o d e r , el
general P r imo de Rivera ve que es impres
cindible crear un cuerpo, que todos repudia
ron, el de Somatenes, y constituye esta guar
dia pretoriana. Constituído, se le le equipara
y da poderes omnímodos. C la ro está que
para equiparla con la célebre carabina de
Ambrosio se necesita dinero. P e r o ah í están
las arcas del Tesoro .
M á s adelante, a l empezar a notar que n i
pedestal no es tan sólido como parecía, re
conoce que para sostenerse en el Gobierno
le es imprescindible un part ido político. Crea
la U . P. P a r a constituir un partido se ne-
cesita dinero. ¿ D e dónde sacarlo? A h í es-
tán las arcas del Teso ro que abren sus puer
tas ante la ganzúa dictatorial.
Ya tenemos en funcionamiento los dos fir
mes sostenes d e la D i c t a d u r a : la U . P . y
los Somatenes. P r i m o d e Rivera desea saber
la opinión de l pueblo respecto a él y su a c
tuación ministerial y verifica un plebiscito
que , como e ra de esperar, constituye un éxi
to p a r a el dictador.
Pe ro , y a que hemos hablado del plebiscito,
detengámonos un momento, porque es curio
so saber cómo se consiguieron aquellos mi
llares de firmas. N o queremos censurar a
nadie injustamente y empezaremos por reco
nocer que muchos d e los principales inter
ventores del plebiscito obraron según las ór
denes que recibían de sus superiores.
C o m o se recordará , en dicho plebiscito
sólo podían tomar par te los c iudadanos de
ambos sexos mayores de e d a d , los que, es
pontáneamente, sin coacción de ninguna cla
se, habrían d e firmar en las listas preparadas
al efecto. ¿ S e hizo as í? N o . ¿Cómo se iba
a obrar sin violencia ni coacción, gobernan
do una Dic tadura? N o se hizo así, sino que,
por el contrario, los patronos afiliados o sim
patizantes con la U . P., valiéndose de la
gran crisis de trabajo provocada por la de
sastrosa política económica de la dictadura.
obligaban a sus obreros, a sus empleados, a
firmar las listas, bajo la amenaza de despe
dirlos en caso contrario. ¡Plebiscito sincero,
expresión libre y espontánea del pensamiento
ciudadano! Farsa, explotación, hambre, mi-seria.
P e r o aún hay más. Descartando a los empleados oficiales, que siempre se encuentran dispuestos a dejarse explotar, y que en esta ocasión fueron también empleados pera expresar una voluntad nacional que no existía, se usó de otro medio más repugnante. En la escuela oficial, donde, desgraciadamente, hay que profesar la religión católica, los maestros, tan explotados como los trabajadores del campo o l a ciudad, se sirvieron de sus alumnos para llenar de firmas pliegos que luego habrían de servir pera que el dictador se regocijara ente el pueblo, aunque él no lo tuviera muy seguro, de un triunfo que le habían proporcionado sus secuaces.
Y a habéis visto, queridos lectores, hasta qué punto llegó la presunción de un dictador al que no importaba el engrandecimiento de su pueblo, sino el sostenimiento de un régimen que ya desechan de sí todos los países civilizados.
E n otros artículos continuaremos examinando clara y bien orientadamente las consecuencias d e l a política del dictador P r i m o de Rivera y sus "botones" Guadalhorce, Yanguas, Calvo Sotelo, etc.
ISIDRO RODRIGUEZ M E N D I E T A .
Madrid.
Quintiliano Sa ldaña , mag i s t r ado del S u -premo, e s t á demos t r ando en sus ar t ículos los enormes chanchul los de la Dicta-dura. En ellos aparecen mezcladas personas que representan altos puestos en
la nación. El pueblo tiene, pues, donde elegir. Con
ellos o con los que vamos contra ellos.
La Mutualidad Obrera
Se reunió el Consejo de L a Mutual idad
Obrera , con asistencia de los compañeros
Ros , Jimeno, Mar t ín , Sebastián, Mora te ,
Ladrón y Viesca.
E l cuerpo de practicantes numerarios y
supernumerarios comunica que han acordado
hacer un donativo colectivo de 150 pesetas
para engrosar la suscripción de ampliación
d e servicios y suscribir individualmente los
bonos sin interés, reembolsables, que c a d a
uno estime conveniente. Se acuerda conste
en acta el agradecimiento del Consejo y
comunicárselo a los interesados.
Se conceden varios cambios de médicos.
S e acuerda cubrir la vacante de super
numerario de tocólogo y comunicar el acuer
do al designado, para que dé su confor
midad.
U n mutualista solicita ser cobrador y pro
pagandista en un barr io de la afueras.
Se resolvieron diferentes asuntos de trá-mite.
A l t a s d u r a n t e el mes d e s e p t i e m b r e
Número 1.582, Emilio Es teban; 1.583,
El ías Giménez; 1.584, Castora Mar t ín ;
1.585. J u a n de Ass io ; 1.586, Roque C a s -
tel; 1.587, Tomáss del B u r g o ; 1.588, F r a n
cisca Migue l ; 1.589, Jul ián F le ta ; 1.590,
Luis Bar to lo ; 1.591, José Mar í a Baqueda-
no; 1.592, César Bretos; 1.593. Benigno
Garcés; 1.594, Antonio Laus ín ; 1.595, A n
tonio T o m á s ; 1.596, P i l a r M u ñ o z ; 1.597,
Julián Mar t ínez ; 1.598, Maca r io Giménez;
1.599, José M o l i a ; 1.600, Francisco P e i
n a d o ; 1.601, Rafael Apar i c io ; 1.602, Cos
me A u r e d ; 1.603, Miguel V a r a ; 1.604;
Felipe H e r r e r a ; 1.605, José Sánchez ; 1.606,
Alfonso G a r c í a ; 1.607, P i l a r P a m p l o n a ;
1.608, Luis R o c h e ; 1.609, Antonio Cer
d á n ; 1.610, Sant iago A r r u t i ; 1.611, J u a n
Gómez ; 1.612, Ati lano Apar i c io ; 1.613.
Pa t r i c io Alco lea ; 1.614, Juan L e a l ; 1.615,
José D u c e ; 1.616, Eugenio M o n t ó n ; 1.617,
Lamberto Alcolea ; 1.618, Julián Nogue
ras ; 1.619, Miguel A l o n s o ; 1.620, P a s -
cuala A lca lne ; 1.621, J u a n M a l d o n a d o ;
1.622, Mar i ano Ero les ; 1.623, P a b l o L ó
p e z ; 1.624, Manue l Fel ipe ; 1.625. Clemen-
cio San Nicolás ; 1.626, Francisco C a n d e
l a ; 1.627, Federico C a n d e l a ; 1.628, Enr i
que S a l a s ; 1.629. Crisanto Se r r ano ; 1.630,
Al f redo G r a c i a ; 1.631, Rafae l G i l ; 1.632,
Francisco Grac ia ; 1.633, Vicente Blasco; 1.634, Miguel M u r ; 1.635, Antonio Mantecón; 1.636, Mario U r r e a ; 1.637, Manuel Pas to r ; 1.638, Lorenzo Díaz .
S u s c r i p c i ó n d e b o n o s p a r a a m p l i a
c i ó n d e s e r v i c i o s
Suma anterior, 945 pesetas.
P e d r o José, un bono de 5 ptas., 5 ; Faustino Gómez, dos íd. de 5 ptas., 10; Bienvenido Sebastián, dos íd. de 5 ptas., 10; José Laguéns, dos íd. de 5 ptas., 1 0 ; E loy Valero , uno íd. de 5 ptas., 5 ; José Morate , dos íd. de 5 ptas., 10; Pedro Jimeno, dos ídem de 5 ptas., 10; Mariano Gómez, uno ídem de 5 ptas., 5 ; Anastasio Amo, cinco ídem de 5 ptas., 2 5 ; Evaristo Gi l , dos ídem de 5 ptas., 10; Joaquín Arna l , uno íd. de 5 ptas.. 5 ; Pascual Marqués, uno íd. de 5ptas., 5; Isabel Martínez, uno íd. de 5 pesetas, 10 ; Luis Barrad, dos íd. de 5 pesetas, 10; Fernando Lausáduri, uno íd. de 5 pesetas, 5 .
Suma y sigue, 1.075 pesetas.
S C H E M A S
¡¡SOCIEDAD!!
Los grupos de hombres unidos en sus ne
cesidades comunes hubieron de ordenarse a
la fuerza. El orden, nacido de la fortaleza,
creó la jerarquía, la autoridad. Es decir, e l
poder de unos hombres sobre otros, indepen
diente del poder natural fisiológico de los mismos.
Crearon la personalidad, la jerarquía de uno, la autoridad de uno, la monarquía. P e r o la autoridad precisaba contrarrestar la fortaleza de los otros, adquirir la fuerza que no tenía para hacer efectivos el mando, la ley, su voluntad, y nació el ejército como fuerza organizada, social, al servicio de la autoridad. Y hubo d e crearse también l a a d ministración de justicia, o sea la organización social de la venganza, del castigo, para hacer respetar también, a la fuerza organi-zada.
P e r o también hubo de crearse algo que hiciera respetable esta justicia y la defendiera, y se creó la Religión, la Iglesia, organización social de la moral, d e lo desconocido, pero que, en definitiva, pudo divinamente dominar la justicia, la fortaleza, la autoridad, el mando y las jerarquías.
Mira ese horizonte social; contempla el campo de Agramante donde los hermanos se matan por vivir; concentra tu pensamiento sobre la justicia que te d a la sociedad, sobre la moral , sobre la verdad. . . ¿Estás con-forme con todo?
Los hombres ya comienzan a luchar, estando disconformes con las diferencias sociales . . . H a n nacido las luchas de clases.
P e r o tú, hermano mío. . . , ¿quieres ser clase?... T ú quieres, entonces, matar a tu hermano, para tú vivir mejor.
S i quieres que tu clase sea la mejor, siéntete orgulloso de que tu clase se ponga al servicio de los hombres; pero no te jactes de poder tener a todos los hombres, a todos
Los hombres no pueden tener clases; los los hermanos, al servicio de tu clase.
hermanos sí que podemos tener actividades
distintas, que no deben ser antepuestas a
nuestra fraternidad, para así servir mejor, ser
más útiles, para darnos, con el afecto cor
dial, la utilidad del conocimiento, o la de
nuestro esfuerzo muscular; lo que se precise
para ser felices, que es el fin del hombre y
el objeto de la civilización.
Atiende al conocimiento máximo d e lo
que te sea posible conocer, entre el comien
zo y el final de tu vida, desconocidos. Vive
la v ida ; ama la vida.
O r d e n a la sociedad, por la vida. P o r la
biología sobre la sociología.
Organízate para el amor, para la servi
dumbre fraternal, para vivir, para conocer,
para justificar, para ser sano, que es ser libre.
P e r o no te organices para el mando, para
la guerra, para justiciar grupos, para la dic
tadura de clases, para la tiranía, para la
fuerza, para el dolor, para la muerte. P o r
que no tenemos ningún derecho legítimo na
tural para disponer de lo en que no podemos
mandar: la vida.
A U G U S T O M . A L C R U D O .
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Cura radical SIN OPERACIÓN NI DOLOR -:- Procedimiento español
propio y único, sin esclerosis.
J a i m e Ledesma Especialista del Hospital Victoria Eugenia
en enfermedades de la Piel, Venéreo y Sífilis.
Alfonso I, núm. 16, entlo.
CONSULTA; DE 11 A 1
Z A R A G O Z A
PANORAMAS DEL MOMENTO Bellos proyectos y nada más
Reconozcamos una vez más la buena fe que guía al que actualmente ostenta la vara de primer regidor en nuestra ciudad. Pe ro , sin pretender un alcalde perfecto, pues soñar con imposibles no es lema de nuestro ideario, querríamos, sí, para Zaragoza, un hombre que se diese cuenta, sin bambollas ni efectismos llenos de teatralidad, de las urgentes necesidades de nuestra urbe. Y fuese a resolverlas, una por una, con matemática precisión, en la que la labor de cada día inspirase confianza plena en una futura y el propio tiempo segura resolución de cuantos problemas, hoy complejísimos, hay necesidad d e llevar a la práctica, por decoro ciudadano, por estética, por necesidad ineludible de todo pueblo civilizado.
Ese alcalde es el que pide y necesita Z a ragoza. Y el señor Jordana no sabe serlo. Las cosas deben decirse con claridad. Pese a su buena voluntad, su labor se diluye en un continuo resbalar por las necesidades municipales de la urbe, pero sin pasar de eso, de resbalar. . . ; sin llegar al fondo de las cuestiones, y lo que es más absurdo, pretendiendo crear nuevos obstáculos para la economía municipal, y , por lo tanto, para que lo ya empezado, todo ello muy interesante y necesario, se estanque y olvide, con evidente perjuicio para Zaragoza.
N o se nos oculta que el Ayuntamiento no tiene, entre la gente adinerada de Zaragoza, ayudas ni estímulos; que la iniciativa particular es aquí sórdida y apocada, y que todo se pretende que salga de las arcas municipales, las que, al fin y a la postre, son engrosadas, en su mayor parte, con dinero del proletariado, que es, a la vez, quien más deficiencias tiene que señalar, ya que las barriadas obreras son objeto de la desatención municipal en lo que a alumbrado, pavimentación y limpieza se refiere.
Pe ro precisamente por esto, por la gazmoñería de todos aquellos elementos que por figurar como primeros contribuyentes son los que menos contribuyen, quienes desde el Concejo de nuestra ciudad están obligados a velar por los intereses ciudadanos, por los intereses de la ciudad, han de afinar en todo momento su labor, para que con los escasos medios con que cuenten pueda hacerse el máximum de labor práctica.
Y esto es lo que no se hace ni se ha hecho nunca. E l dinero de Zaragoza se derrocha a manos llenas desde el Ayuntamiento, y a fines de cuentas nos encontramos con una ciudad en donde ni uno solo d e los servicios se halla medianamente dotado.
Las afueras de Zaragoza se han poblado rápidamente de barriadas en donde la iniciativa particular, explotada por los propietarios de terrenos, ha edificado sin orden ni concierto, no preocupándose de otra cosa que
de encontrar un cobijo que en el interior d e
la c iudad se hacía c a d a d ía más difícil. N o
se ha atendido a la más elemental norma de
lógica urbana, y los Ayuntamientos no se
han preocupado tampoco de hacer un serio
plan de ensanche de la ciudad, pues si así
se hubiera hecho, no se habría llegado a es
tos momentos, en que el mal ya no tiene re
medio, y lo que hace años se hubiera podido
resolver con poco dinero, ahora es algo de
importancia tan extraordinaria, que nos te-
memos no llegue a resolverse en muchos años.
¿Y esto es, lo que nada menos, y como
aquel que le cosa no tiene importancia, pre-tende resolver, con un nuevo y cuantioso
empréstito, el actual Ayuntamiento, con el
alcalde a la cabeza? ¡Soñar, no!
Comenzado un Parque que Zaragoza necesita; sin resolver, ni aun con todos los buenos deseos del señor Jordana, el magno problema de la falta de escuelas; empeñado el crédito municipal con la merienda de ne-gros de las casas baratas; carente de un me
diano servicio de limpieza, por lo que el polvo, el barro y toda clase de inmundicias se amontonan hasta por las vías más céntricas de nuestra ciudad; con una carencia de personal cada día mayor en los servicios municipales, pues no hay equipo de bomberos que puedan dedicarse exclusivamente al servicio de incendios; ni personal suficiente para el servicio de limpiezas, ni material para el mismo; cuando no hay baños municipales, absolutamente gratuitos y con la higiene precisa, en una ciudad por la que pasan nada menos que cuatro ríos; cuando la Casa de la Ciudad está a un extremo de Zaragoza e instalada impropia y pobremente; cuando el Hospital es un viejo caserón, mal atendido, en donde un doctor eminente, el señor Gó-mez Salvo, está pasando año tras año en
una cruzada nobilísima para acabar con tal estado de cosas y construir un nuevo Hospital, por el que Zaragoza entera se interesa . . . Y tantas y tantas cosas más que nuestra ciudad necesita,.. ¿Ahora nos sale el alcalde con nuevos proyectos y empréstitos, cuando, como decimos, de los ya comenzados no sabemos ni cuándo podrán terminarse, ni qué fórmula económica será la que los lleve a puerto seguro?
Por eso deben acabar, para siempre, esas bellas frases que continuamente estamos oyendo de labios del señor Jordana y ponerse a trabajar, sin caer en las fantasías que tan amargamente estamos ahora pagando, y de las que puede ilustrarle el señor Allué Salvador, el hombre de las grandes iniciativas y de los famosos proyectos...
¿Es ese el camino que ha emprendido el señor Jordana? Sospechamos que sí.
Temblemos, pues, por las consecuencias...
D O N A R B E R .
De ética c i u d a d a n a
¿A qué esperamos?
Cuando hayan pasado muchos años, allá
por el 2000, si las inclemencias del tiempo
no han logrado borrar el rótulo que ostenta
el nombre de D . Ga lo Ponte a la entrada y
salida de la antigua calle de la Audiencia,
los que vivan en esa época preguntarán qué
méritos hizo ese hombre para que así le hon
rara l a ciudad del 5 de marzo.
Y el saber que fué quien elaboró un Códi
go penal en el que se encadenaba al pensa
miento y se aherrojaba a la Prensa , segura
mente creerán que los zaragozanos de 1930
éramos unos imbéciles o enemigos del pro
greso y de la cultura.
Y p a r a evitar este comentario nada hala
gador para nosotros, es preciso que todos los
hombres liberales, los que sufrimos las conse
cuencias de ese Código absurdo elaborado
por unos hombres a espaldas de la opinión
pública, valiéndose para ello d e la fuerza,
en momentos en que la civilidad atravesaba
una crisis pasajera, nos lancemos a una cru
zada que dé a l traste con esos rótulos que
pregonan el triunfo momentáneo de los ma
yores enemigos de la civilización."
Y debe alzarse la c iudad entera p a r a de
fenderse contra esos focos que pregonan la
osadía de la reacción poniendo sus plantas
en un pueblo que siempre h a blasonado de
ser ferviente defensor de l a democracia.
N o puede, no debe tolerarse por más tiem
po que en los muros de las casas zaragoza
nas se guarde el menor recuerdo d e una épo
ca de reacción desenfrenada, de decadencia
espiritual, de reinado d e le chulapería y de
la guapeza, de la fuerza frente al derecho,
d e las armas frente a l a razón, del atrope
llo a la cultura y a la ciencia, del desprecio
a todo cuanto e n el país era digno de respeto.
Y precisamente ha sido colocada esta pla
c e en la fachada del templo de la Justicia,
que tan vilipendiada, que tan ofendida, que
tan menospreciada y pisoteada fué por los
ministros de la Dictadura. ¿Cabe mayor sar-casmo?
¿A qué esperamos los elementos liberales
para acabar con estas vergüenzas que nos
legó la Dictadura. ¿ A qué se espera para
organizar un acto público, donde todo los
que presumimos de demócratas hagamos oir
nuestra protesta contra todos esos rótulos
que nos sonrojan?
N o sé si seré escuchado; ignoro si alguien
recogerá mis propósitos para llevarlos a la
práctica; pero no me cabe dude que a mí
no alcanzarán los juicios severos que los ciu
dadanos del año 2000 dirigirán a los de
1930 si no logran hacer desaparecer el me
nor vestigio de la Dictadura. P o r q u e estoy
seguro d e haber cumplido con mi deber de
liberal convencido.
F . C.
CORRESPONDENCIA
A. Badres .—Arnedo .—Puede enviar im
porte suscripción por giro o en sellos de
Correos.
M. So le r .—Car iñena .—No publicamos su
artículo. L e escribimos.
M. Domínguez. — G a l l u r . — L e decimos
igual que a Soler .
ALMACEN DE SAN PEDRO
MARIANO GOMEZ Venta de Alhajas, Mantones de Ma
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Tip. La Académica . Galo Ponte, 3 y 5