Post on 25-Apr-2020
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orden. Una comprensión del principio de caridad que quizás reduzca a la nada o a la trivialidad las tesis indeterministas quineanas que, no obstante, Davidson dice asumir.
También se le ha preguntado a Quine más de una vez si su concepción indeterminista de la traducción no viene a decir a la postre sino que la conducta lingüística de un hablante siempre puede explicarse por una multiplicidad de diferentes teorías lingüísticas, de modo que no vendría a ser, aplicada al campo de la lingüística, sino el equivalente de la tesis epistemológica general, igualmente asumida por Quine, de la infradeterminación empírica de las teorías. Quine ha negado esta interpretación de su pensamiento afirmando que no hay hechos materiales con respecto a los que la traducción resulte indeterminada, a diferencia de lo que suponemos que ocurre en el caso de las teorías científicas empíricas. Lo cual, lejos de inmunizar sus puntos de vista, posiblemente no haga sino presentar un flanco por el que estos resultarían especialmente vulnerables, y es que su concepción indeterminista de la traducción parece ahora ligada en su suerte a una filosofía de la psicología tan discutida como la del conductismo, o a una tesis ontológica general tan discutible como es el fisicalismo.
ACERO, J. J. y CALVO, T. (eds.), Actas del Simposhtm Internacional sobre el pensamiento filosófico de W. v. O. Quine, Servicio de Publicaciones de la Universidad de Granada, 1987; BARRETT, B. G. y GIBSON, R. (eds.), Perspectives on Qttine, Oxford, Blackwell, 1990; DAVIDSON, D., De la verdad y de la interpreta- . ción, Barcelona, Gedisa, 1990; DAVIDSON, D. y HINTIKKA, J. (eds.), \Vords and Objections, Dordrecht, Reidel, 1969; QUINE, W. v. O., Palabra y objeto, Barcelona, Labor, 1968; QUINE, W. v. O,
La búsqueda de la verdad, Barcelona, tica, 1992.
Nicolás Sánchez Durá Vicente Sanfélix Vidart~
Transcendental
El término «transcendental» lo usó filosofía escolástica para designar un .··· tipo de predicados del ente. En gene-:: ./\ ral, los predicados acotan la referencia ·.··· ·.·· del sujeto-ente atribuyéndole una pro:-. \( piedad que posee una parte (un subS< conjunto) del total de la extensión del sujeto y no el resto; p.e., «animal» un predicado que poseen un tipo ·de
:~~:al~l~s n;~etr~:{~~~:ceeg:t:tes:e;:~~ ;~ Pero hay un tipo de predicados qu~ convienen a toda la extensión del sU.2 : ¡~ jeto-ente, es decir, que cumplen todo.s ª los entes: a estos predicados la filosdD' :~f fía escolástica les llamó «transcenden- ,., tales». · ... ···• :>Dl'0
Son predicados que no acotan el ~ ámbito del sujeto, sino que son coe~~ i1~ tesivos con él. Por esta razón están pcir>:~ encima (o más allá) de los géner?~t·'~ supremos, ya que estas, las categorfas,<i0J dividen diversos tipos de entes, míen- ; tras que los predicados que considel'.~~ ·j~ mos no subdividen la universal refe- ''" rencia del ente. Así pues, «trasciende1'1~~/ 'B los géneros supremos y quizá por ésa '1
razón se les llamó transcendentales/Ya :0
Aristóteles había afirmado que «lo· qÜé"l!~ es, en tanto que algo que es, posee .~ ciertas propiedades, y estas son aC}ú~~;[~ Has cuya verdad corresponde al filóso- 0
fo examinar» (Met.,. IV, 1004b), y ~~<\·'· ha querido ver en este texto una fbr:''! mulación de las propiedades transc~g~ ,::; dentales, que además constituiríarl'~ objeto de estudio de la filosofía. ·. .. . ..
Los cinco transcendentales clásic:OsD~l son res (cosa), unüm (uno), verum (ver-
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dadero), bonum (bueno) y aliquid (algo). Algún otro transcendental se ha pretendido incluir a lo largo de la historia (como el pulchrum, bello), pero no vamos a entrar en ello. Todas estas propiedades del ente en tanto que son coextensivas gozan de la misma generalidad que el concepto de «ente» que, como es sabido es el más general de todos los conceptos ya que de todo se puede decir que es ente, en consecuencia de todo se puede decir también que es verdadero, bueno , etc. Esta doctrina se formulaba con el dictum clásico «e ns, unum, bonum, verum ... convertuntur».
De todos los transcendentales que hemos enumerado el más relevante desde el punto de vista epistemológico es sin duda el vemm (así como el bonum lo será desde el punto de vista ético), ya que considerar ,el predicado «verdadero» como un predicado de todo lo que es implica tanto un especial concepto de verdad como del fundamento de la verdad.
Por lo que respecta al concepto de «verdad», si se parte de la definición clásica que la concibe como «adaequatio rei et intellectus», decir que el ser es verdadero quiere decir que el ser (todo lo que es) es «adecuado» a un entendimiento y ese entendimiento ha de ser necesariamente el entendimiento divino: todo lo que es es adecuado a la idea en la mente divina. A su vez, esta característica universal del ser deviene fundamento de verdad (fundamentum veritatis) y hace posible que el entendimiento humano pueda formular juicios verdaderos ya que es propiedad de los entes el ser dado~ a la verdad.
En el pensamiento moderno el término «transcendental» está directamente vinculado con la filosofía kantiana a la que el propio Kant denomi~ nó «filosofía transcendental». Este uso
del término poco o nada tiene que ver con la doctrina medieval a la que antes nos hemos referido (aunque Kant se ocupó de dicha doctrina, dándole una peculiar interpretación, en KrV, B 113-117): Kant no se sitúa en el reino de las propiedades del ente, sino en el ámbito de las condiciones de posibilidad del conocimiento objetivo, preguntándose por su fundamento (su constitución), estructura y límites.
Para entender el significado de «transcendental» en su uso kantiano hay que distinguir dos tipos de conocimiento: por un lado, el conocimiento propiamente dicho o conocimiento de objetos y, por otro, el conocimiento transcendental. El primero tiene su origen en la experiencia y se refiere siempre a objetos que se nos dan en la experiencia tanto externa -los objetos del mundo físico- como interna -las afecciones del yo o estados de conciencia-; solo este tipo constituye conocimiento objetivo. A mi juicio, también puede incluirse aquí el conocimiento matemático como un conocimiento de objetos no dados a través de los sentidos, sino construidos por la imaginación transcendental y el entendimiento desde la espacialidad y temporalidad a priori; de ser esto así, este tipo de conocimiento de objetos no seria empírico sino a priori.
El segundo de los tipos mencionados, el transcendental, es de más difícil conceptualización. La mejor manera de precisarlo es acudir a textos del propio Kant: «Llamo transcendental todo conocimiento que se ocupa no tanto de los objetos, cuanto de nuestro modo de conocerlos, en cuanto. que tal modo ha de ser posible a prioi ri. Un sistema de semejantes concep-.\ tos se llamaría filosofía transcenden+ tal» (KrV, B 25). Y unas páginas rila~ ' adelante añade: «Haré ahora una Ob12
servación que debe tenerse present~,;~~~: •X:,,I@
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cuya influencia se extiende a todas las consideraciones que siguen: no todo conocimiento a priori debe llamarse transcendental (lo que equivale a la ·posibilidad del conocimiento o al uso de este a priori), sino solo aquel mediante el cual conocemos que determinadas representaciones (intuiciones o conceptos) son posibles o son empleadas puramente a priori y cómo lo son» (KrV, A 56, B 80) .
Según el primero de los textos el término «transcendental» califica aquel tipo de conocimiento que versa sobre el modo o manera (la forma) que tenemos de conocer los objetos, en tanto que se trate de una manera o forma a priori. Así, p.e., el conocimiento de los mecanismos psico-fisiológicos del conocimiento de objetos del mundo externo (los mecanismos de la percepción sensorial, o las leyes psicológicas asociacionistas que formuló Hume, etc.) no constituyen conocimiento transcendental. El problema central consiste en dilucidar qué quiere decir «nuestro modo de conocer los objetos [ ... ] en tanto que a priori», y esto lo especifica Kant afirmando que si bien es verdad que todo nuestro conocimiento comienza con la experiencia, no todo procede de ella. Hay «elementos» («contenidos formales», si se quiere) del conocimiento de objetos que no los aporta la sensibilidad sino el entendimiento mismo, ya que el entendimiento tiene sus propias reglas de conocer, que son las reglas mediante las cuales el entendimiento humano puede convertir una formulación subjetiva de juicios (los llamados por Kant, en los Prolegómenos, «juicios de percepción») en una formulación objetiva (los juicios llamados «de experiencia»).
El resultado de la experiencia sensorial, sea del sentido externo como del sentido interno, se podría formular, más o menos, así: «Cuando el sol
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toca la piedra, esta se calienta», el ejemplo es del propio Kant (Prolegó- ) menos, § 20, nota). Otros ejemplos < más intuitivos podrían ser del siguien2\ te tenor: «el vino me produce una sen- :; sación agradable», «noto que la habi-:-.· tación está caliente» ... : estos juicios ha- / cen referencia a sensaciones respecto < del mundo exterior, y tienen validez .. ::: meramente subjetiva, para el sujetó<!; que las percibe. El primer ejemplo, <
aunque parezca que se trate de l1P.} ii: juicio objetivo, sin embargo, corrió >;~ advierte Kant, no tiene más fundamen- •j to que el haber experimentado es.ª ·\l observación. Para que haya objetivii<J1' dad, el juicio ha de adquirir la forma- ·· lidad de referirse a un evento del mundo. de forma que ese referirse s~~· universalmente válido, y eso acontece en una formulación como «el soLqa lienta la piedra», La primera, que e fruto de las impresiones sensoriales se convierte en esta segunda media1tf una función del entendimiento qu consiste en enlazar las percepciones según el concepto de «causa»,
En los juicios de percepción en lace entre percepciones se efectúa so bre la base de la conciencia percipieff te que las percibe simultánea o sucesi vamente; mientras que en el juid() ~ experiencia el enlace se fundamenta > una «forma » universal que tiene el entendimiento humano de conóce17J, ~ realidad. A esa autoconciencia delért'" tendimiento humano es a la que Kant_ llamó «apercepción transcendentah~. P «yo transcendental». .. . . ·
Después de lo dicho puede enten derse el significado de la defini<;i9 kantiana de «transcendental» comO\<f manera de conocer objetos en fant que esta es posible a priori». Pero . f!J .~e gundo de los textos anteriormente cita dos advierte que no todo conocimient a priori es transcendental. En efecto;Jo juicios matemáticos, como es sabido1
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son para Kant juicios sintéticos a priori. Sin embargo, no constituyen conocimiento transcendental, ya que estos juicios a priori no se refieren a la manera de conocer objetos, sino que constituyen una ciencia en sí mismos, la llamada matemática o, si se prefiere, la aritmética y la geometría. El conocimiento de las estructuras transcendentales del conocer (conocimiento al que Kant llama «transcendental») «es aquel mediante el cual conocemos que determinadas representaciones (intuiciones o conceptos) son posibles o son aplicadas puramente a priori y cómo lo son». Así evidentemente la matemática no es un conocimiento transcendental, pero saber que la síntesis geométrica tiene su base en la aprioridad del espacio sí que constituye un conocimiento transcendental; igualmente, los juicios de la física son empíricos, pero saber que la condición de posibilidad de su valor objetivo, como «juicios de experiencia», radica en las estructuras transcendentales del entendimiento (el concepto de «causa», p.e.) sí que es conocimiento transcendental. Por ello Kant llama «filosofía transcendental» .al sistema de conceptos a priori que hacen posible el conocimiento objetivo.
A partir de Kant, el concepto de transcendental se ha convertido en moneda corriente, aunque se · 10 use en sentidos diversos. A Husserl, p.e., la lógica transcendental le sirve como vía para desembarazarse del psicologismo de la subjetividad de cada uno y abrir la universalidad de la conciencia como única vía para fundamentar las ciencias y constituir la ciencia última que es la tarea de la filosofía: « [ ... ] solo una lógica transcendental puede ser una teoría última de la ciencia; teoría de las normas y principios de todas las ciencias, que sea la última, la más profunda y la más universal» (Husserl, 1962, 19), y esa lógica trans-
cendental da lugar a una subjeJivi~a .\. transcendental que como conciencia >\ constituyente fundamenta el mundo · . constituido al que pertenece el entramado de subjetividades de los individuos que forman parte de él. Aunque sea distinto el modo en que Husserl concibe ese proceso constituyente, el término «transcendental» conserva en Husserl algunas dimensiones del senti-do kantiano, pese a introducir Husserl un concepto de mundo ajeno al pensamiento kantiano.
La teoría psicologista del conocimiento tiene para Husserl un «sentido justo» cuando se comprende el conocimiento como función de la vida anímica del hombre, pero «se convierte en un contrasentido cuando se le confieren tareas transcendentales», es decir, tareas de fundamentación y constitución de un mundo lleno de datos, de contenidos de conciencias.
Recientemente, en los últimos veinte o veinticinco años la noción de «transcendental» vuelve a adquirir relieve en los estudios epistemológicos sobre los llamados «argumentos transcendentales». La epistemología de la segunda mitad del siglo XX se da cuenta de que la reconstrucción de los esquemas conceptuales que empleamos no aporta suficiente justificación epistémica a nuestras creencias sobre el mundo; por otra parte, la naturalización de la epistemología no resiste el embate escéptico ni el vicio circular, y en consecuencia algunos epistemólogos propugnan volver a la noción kantiana de «argumentos transcendentales» para mostrar que ciertos esquemas conceptuales tienen prioridad y constituyen una condición necesaria para hablar de «conocimiento», de «experiencia» ... En definitiva, se trata de volver a argumentar sobre las «condiciones de posibilidad» del conocimiento, lo que constituye el hilo argu-
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mentativo fundamental de la epistemología kantiana. La filosofía analítica clásica trató de argumentar lógicamente para clarificar y fundamentar el conocimiento científico y rechazó todo contenido a priori, reduciendo el a priori a la analiticidad formal de la lógica. El naturalismo que se ha desarrollado a partir de las propuestas de Quine no resuelve los problemas del relativismo y la circularidad. La vuelta a los argumentos transcendentales implica la formulación de algún «Concepto» de ciencia invariante a lo largo de la historia. Se trata de ensayar si por
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esta vía puede fundamentarse la matividad epistemológica, que sería una normatividad transcendental.
CABRERA, l. (ed.), Argumentos dentales, UNAM, México, 1998; P., HORTSTMANN, R.-P. y Transcendental Arguments and Dordrecht, Reidel, 1979; Lógica formal y lógica México, UNAM, 1962; PHILLIPS, Modern thomistic Philosophy, Burns & Dates.
Josep LI. Blasco
Compendio de epistemología
Edición a cargo de Jacobo Muñoz y Julián Velarde
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E D I T O R A L T R O
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CONTENIDO
Prefacio. ... ... ....... ... .. .. .............. .. .. ................................... .......... .. ....... 9 Abreviaturas ............ ......................... .. ......... ... ... ... .... ...... ... .. ..... .... ... .. 11
COMPENDIO........ .. ..................... .. ... ... .. ..... ...... .. ..... ...... ..... .. ... ....... 13
Nota biográfica de los colaboradores..... .. ............... .. ................... ....... 595 Índice general de conceptos .. .. .... .. ............... .. .. ................................ .. 607 Índice de autores y conceptos .... .. .. .............. .. ......... ~............. .. ........... 613 Índice analítico. .... ............. ... ....... ... .. ............................... ........... ...... 617 Índice de autores citados ..... .. .......... ....... ... ........................................ 627
ÍNDICE DE AUTORES Y CONCEPTOS
Andoni Alonso Puelles: Sentido común o conocimiento ordinario Juan Ramón Álvarez: Dilema, Falacia, Juicio, Logicismo, Paradoja, Prueba,
Silogismo Ángel Álvarez G6mez: Abstracción, Anamnesis, Cogito, Incorregibilidad,
Indubitabilidad Eva Álvarez Martino: Ignorancia, Irracionalismo Juan Arana Cañedo-Argüe/les: A priori / a posteriori, Apodíctico, Aporía,
Concepto ]osé Luis Arce Carrascoso: Evidencia, Inmediatez, Justificación Luis Arenas L/opis: Certeza, Infalibilidad, Relativismo, Subjetivismo-
objetivismo, Sujeto-objeto Ignacio Ayestarán Uriz: Naturalismo Cipriano Barrio Alonso: Hipótesis, Teoría julio Bayón Cerddn: Innatismo Fina Birulés Bertrán: Ilusión, Imaginación, Memoria Carlos Javier Blanco Martín: Cognitivismo, Conexionismo, Constructivismo ]osep Ll. Blasco Estellés: Empirismo, Racionalismo, Realismo, Transcendental Fernando Broncano Rodríguez: Enunciados protocolares, Formalismo, Validez,
Verificación Tomás Calvo Martínez: Ataraxia, Pirronismo, Platonismo / neoplatonismo Camilo ]. Cela Conde: Epistemología evolutiva, Epistemología naturalizada Pedro Chacón: Consciencia Román G. · Cuartango: Historicismo Antoni Defez Martín: Cartesianismo, Coherentismo, Corroboración, Dogma -
dogmatismo, Fe / fideísmo, Virtudes epistémicas José A. Díez Calzada: Estructuralismo Javier Echeverrfa: Axiologfa de la ciencia, Explicación científica Ángel Manuel Faerna García-Bermejo: Pragmatismo Manuel Fernández Lorenzo: Contexto, Fundamentalismo, Fundamento,
Gnosticismo, Positivismo
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juan B. Fuentes Ortega: Antropológico, Biológico (El conocimiento como hecho biológico), Mundo externo, problema del
Alfonso García Suárez: Lenguaje privado, argumento del; Otras mentes, Solipsismo
Manuel García-Carpintero: Información, Pensamiento Marta l. González García: Conductismo, Irtteligencia, Sensación / percepción Carmen Gonzdlez del Tejo: Comprensión, Nomotético / idiográfico,
Perspecti vismo Tobies Grima/tos Mascarás: Autoevidencia, Gettier, problema de ]osé Luis Guijarro Morales: Cognición Ignacio Izuzquiza Otero: Diálogo, Esencialismo, Inmanente/transcendente,
Necesario / contingente Manuel ]iménez: Acción comunicativa / Acción instrumental María Isabel Lafuente Guantes: Fenomenalismo, Fenómeno, Fenomenología,
Nóesis / Nóema Pablo López Álvarez: Dialéctica, Sociología del conocimiento José Antonio López Cerezo: Ciencia, Infradeterminación (de las teorías),
Observación, carácter teórico de la · Antonio M. López Malina: Autorreflexión, Ciencias de la natur~leza /ciencias
del espíritu, Intereses (del conocimiento), Reflexión Ignacio Loy Madera: Aprendizaje, Disposición, Estímulo , , . José Luis Lujdn López: Reconstrucción racional, Reducción / Reduccionismo Manuel Medina Gómez: Técnica . . Mary Sol de Mora Charles: Bayesianismo, Probabilidad Carlos J. Moya Bspí: Autoconocimiento, Autoconsciencia, Intencionalidad,
MeI].te, Razones / caus.as, Representación Eugenio Moya: Objetividad, Verosimilitud ]acobo Muñoz: Conocimiento / saber, Creencia, Ética creencia!~ Ideología,
Opinión, Razón / racionalidad ]osé Luis Pardo: Cuerpo, Signo, Símbolo María del Carmen Paredes Martín: Analogía, Intuición Concepción Paredes O.lay: Aprendizaje, Disposición, Estímulo Eulalia Pérez Sedeño: Ciencia / Género, Convencionalismo, Metáfora Ángeles]. Perona: Epistemología feminista, Falibilismo, Falsación, Holismo jorge Rodríguez Marqueze: Externismo / internismo, Proposición Nicolás Sánchez Durá: Interpretación, Traducción. Indeterminación de la
traducción ]osé Carlos Sánche~ González: Aprendizaje, Disposición, Estímulo Vicente Sanfélix Vidarte: Datos sensibles (Sepse-data), Iden.tidad / .identidad
personal, Interpretación, .Traducción. Indeterminación de la traducción Sergio Sevilla Segura: Prax.is · Josefa Toribio Mateas: Semántica, Semiótica Nicanor Urstta Lezaun: Epistemología teórico-informacional Luis MI. Valdés Villanueva: Criterio / canon, Definición
INDICE DE AUTORES Y CONCEPTOS
Luis Vega Reñón: Abducción, Argumentación /Argumento, Axioma¡ Axiomatización, Deducción, Inducción, Inferencia, Inferencia de la mejor explicación, Postulado, Razonamiento, Regreso al infinito (argumento del)
Serafín Vegas Gonzdlez: Entendimiento
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fttlidn Ve/arde Lonibraña: Agnosticismo, Análisis / Síntesis. Analítico / Sintético, Apercepción, Difuso (teoría de lo), Epistemología, Error, Experiencia, Falsedad, Función, Idea, Límites del conocimiento humano, Método / Metodología, Posibilidad (teoría de la), Sistema / modelo, Sistemas expertos, Verdad
Stella Villarmea Reqttejo: Escepticismo