El Vendedor de periodicosEl Vendedor de periodicos

Autora: Isabel Freire de Matos

• Tomas vivia con su mamá y sus hermanas en el barrio La Perla, a la orilla del mar.

• De lejos las casuchas se veían enlazadas unas a otras, con sus vivos remiendos de cartón verde, lata y madera. Al subir la marea, las más altas parecian andar en zancos por las aguas verdeazules.

• El barrio daba impresión de pobreza, pero era tan bello el paisaje, que los niños se sentian parte del paisaje. Su mejor distracción era el mar.

• Tomás cooperaba con su familia. A veces salia a pescar con los amigos y traia algunas sardinas para la cena.

• Por las noches, el niño se sentaba sobre una roca grande y observaba los barcos llenos de luces que surcaban el mar.

• Ahora entiendo por qué David me dice que en los periódicos él aprende mucho del mundo y de la gente. Me gustaria vender periodicos y leerlos.

• El primer día de trabajo, tomas llegó temprano a buscar los veinticinco periódicos que debía vender. Por cada uno ganaría diez centavos.

• –Cuando tengas más experiencia, venderás una cantidad mayor- le dijo el encargado de ventas.

• También quiero enterarme de las informaciones que traen. Mire qué interesante es el título de esta noticia: -El tiempo.

• Me alegra mucho tu interés en aprender. Pero hay que perseverar, sentir amor por el trabajo . Si de momento no alcanzas lo que deseas, sigue trabajando hasta triunfar.

• El niño decidio vender los periódicos y luego entregar el dinero al encargado de ventas.

• Terminada su tarea , iba a retirada, cuando se encontró con David.

• – ¿Que te sucede? Traes una cara de mil penas- le preguntó Tomás .

• – Me ha pasado algo extraño . He perdido un paquete de periódicos y ahora debo pagarlos.

• - No tienes que alarmarte, David. Yo encontré los periódicos, los vendí y aquí está el dinero que pensaba entregar al encargado de ventas . – ¡Que hermosa es la amistad! – exclamó David mientras abrazaba a Tomás conmoción gran e.

• No tienes que alarmarte, David. Yo encontré los periodicos , lo vendí y aqui esta el dinero que pensaba entregar al encargado de ventas. – ¡Que hermosa amistad ! – Exclamo David

Tomás estuvo largo rato caminando por las calles de San Juan. Se veía complacido con su labor. Día a día hacia su trabajo con mayor exito.

Una fresca mañana , cuando Tomás subia por la calle Fortaleza de San Juan, encontró un paquete de periódicos en la acera.

• El ayudaba con los gatos de la casa y seguia estudiando con exito . Ademas, había aprendido mucho con el tiempo.

• Tomás compraba mapas, revistas y libros. Sus hermanas tambien los leían. Cada día se intersaban mas por conocer el mundo.