Post on 09-Jul-2015
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Profesora Leslie Calcín Romero
¿Qué observas
en estas
imágenes?
¿Porqué crees
que están así?
¿Cómo
están
estas
personas?
En la actualidad, ser feliz es sinónimo y
blanco de los más diversos juicios e
interpretaciones. En un mundo cada vez
más caótico y lleno de tragedias que vemos
y vivenciamos diariamente, y de las cuales
es difícil abstraerse, pareciera ser que el
conseguir la felicidad fuese un lejano ideal
sostenido por un reducido grupo de
personas que parecieran vivir alejadas de la
realidad actual, y hablando desde un lugar
más bien imaginario
Todo esto puede sonar muy adecuado y fácil
de comprender. Ahora bien, el real desafío
para todos nosotros es el siguiente:
¿Qué pasos concretos
podemos tomar día a
día para ir
experimentando ser
feliz medio de todas las
preocupaciones de la
vida diaria?
A continuación, comparto
cinco acciones cotidianas
sumamente sencillas que te
ayudaran enormemente y te
permitirán mantener en gran
medida un buen estado de
equilibrio entre la vida agitada
y el desarrollo de una
experiencia de alegría interna:
Debemos mantener un estado de gratitud
con nosotros mismos y con nuestro
entorno, a través de un simple ejercicio. El
agradecer nos hace mejorar nuestra
autoestima, autoconfianza y motivación y,
con ello, nos mantiene conscientes y claros
respecto de nuestro poder interno, lo cual
es un gran propulsor para el desarrollo de
nuestra felicidad interna.
La sonrisa y la risa constituyen grandes
activadores de endorfinas, hormonas
asociadas a la sensación de bienestar y
felicidad internas, las cuales, además,
tienen directa relación con la salud de
nuestra mente y cuerpo. Sonreírle a la vida,
la cual es, por sobre todo, una formidable y
enriquecedora experiencia llena de
contrastes y aprendizajes, debiese ser, sin
duda, nuestra actitud de vida.
Saber que todo afuera es transitorio y puede
cambiar en un segundo, la flexibilidad es
integrar el hecho que en nuestra vida siempre
se dan diferentes resultados, muchos de ellos
corresponden al logro de lo que deseamos y el
resto a aquello que necesitamos para aprender
grandes lecciones. Aceptar nuestras vivencias
cotidianas como oportunidades de crecimiento
permanente nos sitúa, sin duda, en una
experiencia de gran apreciación por nuestra
vida y nuestras circunstancias.
Darnos cuenta que nuestro paso por esta vida
es breve y que siempre tenemos este
momento para volver a nuestro centro y, a la
vez, disfrutar de nuestros logros y nuestro
entorno, es fundamental. Detenernos un
instante y enfocarnos con intención en
nuestro cuerpo, especialmente nuestra
respiración, es una buena manera de
ponernos en contacto con nuestro centro y
con el poder que encierra este preciso
momento.
Salir de nuestros dramas personales y
enfocarnos en dar a los demás, desde dar
un consejo a ayudar genuinamente a
quienes más lo necesitan, nos permite
aumentar nuestra perspectiva de las
cosas y darnos cuenta que nuestra vida
es mucho mejor de lo que pensamos y que
la felicidad se encuentra, muchas veces,
en las cosas más sencillas.
Todas estas acciones
constituyen un ejercicio
diario para familiarizarnos
con nuestro centro y
contactarnos gentilmente
con una experiencia de
felicidad que, más que
constituir una meta a
seguir, es un proceso de
cada instante. Proceso que,
sin duda, vale la pena vivir
y trabajar por él