A menudo vivimos encerrados en
burbujas
La realidadnos llega
difuminada
También los que más
sufren están encerrados en su propio
dolor, aislados de los demás
Miramos y no vemos, ni
sentimos
Pero no todos, hay personas que han salido de la burbuja
de la indiferencia
Otras siguen en ella
No quieren ver, no quieren saber, tienen miedo a
cambiar las cosas
Al “calor” del dinero
y su comodidad
Salir de la burbuja es nacer de nuevo.
Salir al encuentro,
crecer juntos
Encontrarnos, conocernos, compartirnos
Misiones Diocesanas nos
ha permitido romper nuestra
burbuja y acercarnos a la
realidad de otras personas que viven lejos
de nosotros