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8.1 Argentina ha progresado muchísimo al brindar edu-
cación y atención médica básicas, especialmente para
niños, construyendo así una base de bienestar y habilida-
des básicas. Sin embargo, los jóvenes aún deben realizar
una transición exitosa hacia la adultez, para lo cual se
requiere que puedan: a) acceder a una educación supe-
rior de calidad y completar dichos estudios; b) adaptarse
a funciones reproductivas y conductas saludables; c)
construir un activo para la vida familiar ; d) prepararse
para las exigencias de mercados laborales más comple-
jos; y e) convertirse en ciudadanos capaces y participati-
vos. Explotar el potencial de la población joven (específi-
camente de los jóvenes en riesgo) y realizar una fuerte
inversión en la formación de capital humano le permiti-
rán a Argentina mejorar el crecimiento económico, redu-
cir la pobreza y construir una sociedad más segura.
“Me gustaría participar en foros donde se debata sobre políticaspúblicas concretas. No un foro muy político, tampoco en un entornopartidista, sino debatir más políticas públicas concretas.”
Carolina, 24 años, estudia y trabaja para una ONG, Ciudad de Buenos Aires.
8 . PAUTAS SOBRE POLÍTICAS JUVENILES PARA REDUCIR LA CANTIDAD DE JÓVENES EN RIESGOJUAN FELIPE SÁNCHEZ
COMPRENSIÓN DE LOS BENEFICIOSDEL DIVIDENDO DEMOGRÁFICO
8.2 Como ya se observó en los primeros capítulos, el
46 por ciento de los jóvenes de entre 15 y 24 años corre
algún tipo de riesgo. En la actualidad, hay demasiados
jóvenes argentinos que:
• Viven en la pobreza, sin esperanzas de escapar de la
trampa de la pobreza.
• Carecen de acceso a una educación secundaria y ter-
ciaria de calidad (y de relevancia); por el contrario,
cuando sí tienen acceso, muchos no son capaces de
completar sus estudios.
• Ingresan demasiado pronto al mercado laboral, no pue-
den encontrar trabajo, trabajan en condiciones muy
difíciles, perciben salarios más bajos que los adultos o
no logran conservar el empleo por mucho tiempo.
• Tienen conductas riesgosas o sufren las consecuencias
de haber tomado malas decisiones (embarazo tempra-
no,VIH/SIDA, violencia, delitos, abuso de sustancias).
• No sienten que les otorguen poder y perciben una
necesidad de tener mayor voz para contribuir al des-
arrollo local y nacional.
8.3 El grupo de jóvenes de la actualidad es el grupo de
población más grande de Argentina. Junto con la próxi-
ma generación de niños, van a influir en la economía, la
estructura social y la política del país, como mínimo,
durante los próximos 40 años. Si en la actualidad se
invierte en la juventud, el país cosechará los beneficios de
esa ventana demográfica de oportunidades, antes de que
el rápido envejecimiento de la población traiga como
consecuencia compensaciones más costosas entre las
necesidades de los jóvenes y las de los ancianos.
8.4 Invertir de manera más eficaz en la población
joven le permitirá a Argentina crear una base más sóli-
da para lograr mejor crecimiento económico y seguri-
dad. Para lograr ese objetivo, es necesario brindar edu-
cación secundaria y terciaria de calidad a los jóvenes y
tratar las amenazas relacionadas con la salud, como las
enfermedades de transmisión sexual, el consumo de
alcohol, tabaco y drogas, los accidentes de tránsito y la
violencia. Para los jóvenes que tienen conductas ries-
gosas y sufren las consecuencias de haber tomado
decisiones equivocadas, los programas de segundas
oportunidades pueden ayudarlos a adquirir las aptitu-
des necesarias y volver a ocupar su lugar en la socie-
dad. Es necesario introducir reformas en el mercado
laboral para poder incorporar de un mejor modo a los
nuevos jóvenes que ingresan y para mejorar las condi-
ciones de trabajo.
8.5 Las políticas centradas en los jóvenes deben con-
cordar con las prioridades nacionales, y es necesario
contar con una capacidad de implementación intersec-
torial más eficaz (con estructuras de coordinación cla-
ras, instrucciones de implementación y acuerdos de
cooperación, participación y compromiso efectivo de
los jóvenes, y seguimiento y evaluación de la calidad).
8.6 El costo de no invertir en la juventud es pasmo-
so: alto índice de desempleo, costos más elevados de
asistencia social y salud pública, inseguridad y un menor
crecimiento económico. Por lo tanto, es urgente reco-
Pautas sobre políticas juveniles
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CUADRO 8.1 - LOS JÓVENES SON UN ACTIVOPARA LA SOCIEDAD
Contar con una juventud saludable, educada, participativa, conempleo y productiva es la clave para romper el ciclo intergene-racional de la pobreza, lograr un crecimiento sostenible y crearseguridad. Si se les brinda la posibilidad de participar y ayudar,los jóvenes pueden brindar la tan necesaria innovación y tenerun rol catalítico en la promoción de la democracia y el creci-miento económico; pueden crear empresas y generar empleo,incrementar los ingresos y ayudar al país a conectarse con elresto del mundo; pueden ayudar a los niños más pequeños (ya comunidades enteras) a desarrollarse; y pueden ayudar a dis-minuir la pandemia de SIDA y preservar el ambiente con res-ponsabilidad.
Fuente: Banco Mundial (2005a).
nocer a los jóvenes como un activo y, en consecuencia,
invertir en ellos. La juventud constituye una fuerza
positiva para el cambio (Cuadro 8.1). Invertir en los
jóvenes de Argentina es una forma necesaria y eficaz
en función de los costos de tratar el problema de la
vulnerabilidad juvenil, reducir la pobreza y beneficiar a
toda la sociedad.
LOGRAR UNA COMBINACIÓN MÁSEFICAZ DE POLÍTICAS JUVENILES
8.7 Debido a que los jóvenes responden a su entorno,
es razonable centrarse en lograr el entorno adecuado,
combatiendo los factores de riesgo y promoviendo los
factores de protección. Una serie de programas evalua-
dos muestran que esos objetivos pueden lograrse aun-
que existan fuertes restricciones fiscales, por ejemplo, si
se expande el desarrollo en los primeros años de la
infancia y se orienta el entorno escolar hacia el ejercicio
de la ciudadanía y el aprendizaje de por vida. Para lograr
una eficacia máxima, es esencial centrarse en los jóvenes
pobres. 226
8.8 Se necesita un porfolio mixto de programas e
intervenciones, algunos dirigidos específicamente a los
jóvenes y otros con un enfoque más amplio, para lograr
un equilibrio entre los esfuerzos de corto plazo dirigi-
dos a aquellos jóvenes que ya han sufrido las conse-
cuencias negativas de conductas riesgosas (como los
programas de segundas oportunidades y la rehabilita-
ción para jóvenes que ya están “estancados”) y la pre-
vención a largo plazo para evitar que otros jóvenes se
involucren en conductas riesgosas y para que desarro-
llen su potencial.227
8.9 Si las políticas y los programas se centran en el indi-
viduo (mejorando las aptitudes para la vida y la autoesti-
ma), en relaciones clave (padres, personas que los cuidan,
pares), en comunidades (escuelas, vecindarios, policía) y
en leyes, instituciones y normas sociales, se incrementan
enormemente las oportunidades de disminuir la cantidad
de jóvenes en riesgo en el largo plazo.
8.10 Se desarrollarán recomendaciones específicas
durante las consultas con homólogos gubernamentales y
jóvenes. No obstante, una estrategia básica debería con-
siderar los siguientes puntos:
• Invertir en la vida más tempranamente y expandir las
oportunidades de los jóvenes.
• Dirigirse a los jóvenes en riesgo de un modo más efi-
caz.
• Influir sobre las políticas que afectan a los jóvenes pero
no están dirigidas específicamente a ellos.
• Atraer a los jóvenes para mejorar la gobernabilidad y
la rendición de cuentas.
• Hacer que la política pública funcione para los jóvenes
8.11 En las secciones siguientes se presentan esas áreas
estratégicas que deberían tomarse en consideración.
Invertir en la vida más tempranamente yexpandir las oportunidades de los jóvenes8.12 Las estrategias y los programas de prevención son
eficaces no sólo para desarrollar el potencial de los jóve-
nes sino también para tratar la aparición temprana y tar-
día de conductas riesgosas. Mejorar y expandir las inter-
venciones existentes ampliará las oportunidades de los
jóvenes de desarrollar su capital humano. Esa variedad
de políticas tendrá como propósito lograr : i) que los
niños ingresen en la adolescencia con las aptitudes bási-
cas para aprender y vivir de manera práctica; ii) que los
jóvenes ingresen en la fuerza de trabajo en el momento
adecuado, bajo las condiciones adecuadas y con las apti-
tudes apropiadas; y iii) que los jóvenes se conviertan en
representantes capaces que participen en la toma de
decisiones.
8.13 Se deben considerar las políticas e intervenciones
de eficacia comprobada y que promueven el desarrollo
Los jóvenes de hoy: un recurso latente para el desarrollo
116
226. McGinnis (2007).227. McGinnis (2007).
de los jóvenes y evitan que los jóvenes carenciados se
pongan en riesgo. El presente informe recomienda anali-
zar más detenidamente los siguientes programas.228
8.14 Ampliación de los programas de Desarrollo Infantil
Temprano que existen actualmente a fin de que lleguen a
la mayoría de los niños de 0 a 3 años de edad. Los progra-
mas de Desarrollo Infantil Temprano son una de las for-
mas más eficaces en función de los costos de desarrollar
el capital humano del país y prevenir conductas riesgosas
en los jóvenes.229 Tienen un impacto considerable en la
reducción de desigualdades en la educación, los ingresos,
la salud, la delincuencia y la violencia a lo largo de toda
una vida. Cuando están bien orientados hacia los pobres
y centrados en la complementación nutricional, la esti-
mulación psicosocial y las habilidades para la crianza y el
cuidado de los hijos de manera adecuada, esos progra-
mas pueden tener importantes impactos a largo plazo en
la reducción de los riesgos de embarazo temprano, acti-
vidad delictiva, violencia y abuso de sustancias a medida
que los jóvenes ingresan en su adolescencia y en sus pri-
meros años de adultez. Los efectos a largo plazo de esos
programas también reducen los costos que implican para
la sociedad los costosos enfoques de recuperación (tra-
tamiento de la deserción escolar o la repetición de gra-
dos y la encarcelación, y programas de rehabilitación).
8.15 Los programas de Desarrollo Infantil Temprano
pueden:
• Brindar intervenciones de calidad para la infancia tem-
prana, centradas en los niños de entre 0 y 3 años, y
ofrecer educación para los padres y actividades de
apoyo. El Desarrollo Infantil Temprano puede brindar-
se a través de centros o de programas a domicilio. En
cualquiera de los casos, es necesario que los padres y
la comunidad participen.
• Desarrollar habilidades para la crianza de los hijos y
prevenir el abuso infantil durante los años críticos de
formación. El abuso puede manifestarse internamente
a través de la depresión y externamente a través del
abuso de sustancias y la delincuencia. Para prevenir
esos caminos negativos (con sus correspondientes
altos costos para la sociedad), es importante brindar
servicios de apoyo, preparación y prevención del
estrés para los padres en riesgo, que probablemente
también sean personas jóvenes.
• Identificar tempranamente conductas problemáticas en
las escuelas, brindando el apoyo adecuado antes de
que esos niños se conviertan en adolescentes con pro-
blemas emocionales.
8.16 Mejorar la educación para que los jóvenes puedan ter-
minar la escuela secundaria y tengan mejores aptitudes
básicas para seguir estudiando, conseguir un puesto de tra-
bajo y vivir de manera práctica. Se podrían tomar en con-
sideración los siguientes puntos:
• Ampliar el acceso a un sistema educativo secundario y
terciario superiores, más variado y flexible, reorientar
el programa de estudios a fin de que los jóvenes
aprendan habilidades prácticas y relevantes para el tra-
bajo (informática, idiomas) y aptitudes para la vida
(resolución de problemas, trabajo en
colaboración/equipo), creando vínculos más fuertes
entre la escuela y el trabajo.
• Evaluar los beneficios de repetir de grado en contrapo-
sición a las medidas preventivas y de apoyo que podrí-
an tener un impacto en los resultados educativos posi-
tivos futuros (especialmente de 1º a 4º grado) y evitar
la creación de incentivos que refuercen rendimiento
académico insuficiente de los alumnos (en programas
como la Beca Nacional para Estudiantes o en eventua-
les programas de transferencias en efectivo condicio-
nadas).
• Adaptar las clases, los métodos de enseñanza y los
materiales a la edad de los alumnos y abordar los pro-
blemas de distorsión de edad.
• Brindar programas de incentivos para los maestros y
los administradores.
Pautas sobre políticas juveniles
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228. McGinnis (2007); Banco Mundial (próximamente); Banco Mundial (2006b); y Banco Mundial (2005a).229.Young (2002); Banco Mundial (2006b).
• Incrementar el acceso a los libros en las escuelas
• Aumentar la participación de los padres en la educa-
ción de sus hijos.
• Establecer créditos o becas dirigidos a estudiantes que
los merezcan y estén en zonas rurales y en zonas urba-
nas de bajos ingresos.
• Utilizar las transferencias en efectivo condicionadas
como un complemento clave para garantizar que los
jóvenes pobres sigan asistiendo a la escuela (ver reco-
mendaciones sobre transferencias en efectivo condi-
cionadas más abajo).
8.17 Poner a disposición de los jóvenes una mejor informa-
ción para ayudarlos a tomar decisiones acertadas con res-
pecto a sus elecciones de vida y de salud. Los esfuerzos
deben ir más allá de la mera difusión de la información
para desarrollar la capacidad de los jóvenes de cambiar
actitudes y conductas, y tomar decisiones acertadas
(sobre su salud, el trabajo, las relaciones y la vida en gene-
ral). Entre las intervenciones recomendadas se incluyen:
• Implementar en todas las escuelas i) un programa uni-
versal de educación sexual y VIH basado en el plan de
estudios para reducir las conductas sexuales riesgosas;
ii) capacitación en aptitudes para la vida para brindar
habilidades sociales y de autogestión; iii) información
sobre la toma de decisiones informadas relacionadas
con el abuso de sustancias, la violencia, los conflictos y
la prevención de los delitos, y desarrollo de habilidades
para poder tomar ese tipo de decisiones.
• Utilizar los medios de comunicación nacionales y loca-
les para aumentar la exposición a mensajes específicos
de marketing social y reducir la exposición a conduc-
tas negativas.
• Dirigir los mensajes de prevención de riesgos en las
escuelas y en los medios de comunicación a las eda-
des, la experiencia sexual y la cultura adecuadas.
Dirigirse a los jóvenes en riesgo de un modo más eficaz8.18 Mejorar y expandir las políticas que abordan los
factores de riesgo y de protección, centrándose en brin-
dar segundas oportunidades (o, en algunos casos, rehabi-
litación) para los jóvenes que, de algún modo, ya están en
riesgo, abandonando la tolerancia cero (o la mano dura)
y optando por un enfoque orientado al desarrollo inte-
gral de los jóvenes (Cuadro 8.2). El objetivo de esos
esfuerzos es reducir considerablemente la cantidad de
jóvenes que, en mayor o menor medida, se encuentran
en riesgo (actualmente, el 46 por ciento), y ayudarlos a
acceder a los servicios que protegen y desarrollan su
capital humano, reinsertando en la sociedad a los jóvenes
que han perdido la esperanza y mejorando sus capacida-
des para la toma de decisiones con el objeto de maximi-
zar su bienestar.
8.19 Se deben considerar las políticas e intervenciones
Los jóvenes de hoy: un recurso latente para el desarrollo
118
CUADRO 8.2 INTERVENCIONES PARA JÓVENES ENRIESGO QUE NO TRABAJAN
• Mano dura: medidas policiales severas, encarcelación sin reha-bilitación, juzgando a los jóvenes en tribunales para adultos.• No promoción a los grados subsiguientes: hacer repetir degrado a los alumnos que tienen un rendimiento inferior alexigido o promoverlos de grado sin apoyo.• Capacitación vocacional tradicional: no muy eficaz cuandose utilizan planes de estudio desactualizados o si la capaci-tación no tiene conexión con las exigencias ni de losempleadores ni del mercado laboral.• Centros juveniles tradicionales: se hace demasiado hincapiéen la infraestructura, y no en la programación sostenible ycentrada en los jóvenes.• Programas “shock” para la prevención de la violencia y la dro-gadicción: programas de 'prevención' de la violencia y ladrogadicción de corto plazo, no voluntarios y severos.• Prisión civil con régimen militar: no muestra ningún efectosignificativo en la reincidencia y es posible que los jóvenesestén expuestos a otros jóvenes delincuentes y refuercensu conducta delictiva.• Recompra de armas de fuego: estrategia costosa que noproduce ningún efecto sobre la violencia con armas. Elentrenamiento con armas de fuego y la propiedad dearmas obligatoria no han demostrado ningún efecto signi-ficativo en la reducción de la violencia y el delito.
Fuente: Banco Mundial (próximamente)
que han demostrado ser más eficaces y que se reco-
miendan para los jóvenes que han abandonado la escue-
la, a los que es más difícil llegar y que corren un riesgo
mayor de sufrir consecuencias negativas.230
8.20 Ampliar los programas de transferencia de efectivo
para los jóvenes pobres, con la condición de que terminen la
escuela secundaria y reduzcan conductas riesgosas especí-
ficas. Los programas de transferencias en efectivo condi-
cionadas (como el programa Oportunidades de
México), que se centran en los jóvenes en riesgo, mues-
tran importantes efectos positivos en el grupo de jóve-
nes de entre 12 y 18 años, lo cual ayuda a preservar las
inversiones realizadas a edades más tempranas y, a su
vez, mejora sus perspectivas.231 Se debe contemplar la
posibilidad de ampliar los programas que ya exigen algún
tipo de rendición de cuentas (ver Apéndice VIII), que
podrían servir de base para un programa ampliado de
transferencias en efectivo condicionadas, multisectorial y
centrado en los jóvenes. Algunos de los componentes
específicos podrían ser :
• Cuentas de aprendizaje individual
• Asistencia financiera dirigida a la educación terciaria
(una combinación de créditos y subsidios).
• Orientación vocacional en la escuela
• Becas para fines específicos basadas en el mérito y la
necesidad para estudiantes pobres de escuelas secun-
darias en zonas rurales y urbanas.
8.21 Establecer programas de equivalencia de títulos reco-
nocidos por el sistema de educación formal para los jóvenes
cuyas edades sobrepasan la edad escolar. Se debería con-
siderar la posibilidad de establecer oportunidades más
flexibles para obtener los títulos de educación formal pri-
maria, secundaria y terciaria a través de programas de
equivalencias de calidad. Los títulos certificados aumen-
tan las posibilidades de que los empleadores brinden
oportunidades laborales para los jóvenes. Los diseños de
los programas deberían:
• Vincularse con enfoques preventivos que ayuden a dis-
minuir la repetición de grados en los primeros años de
escuela.
• Ofrecer horarios flexibles, planes de estudio prácticos
y métodos de instrucción específicos para cada edad.
• Forjar vínculos estrechos con el sistema educativo for-
mal, tanto para garantizar títulos de equivalencia como
para maximizar la infraestructura pública.
• Establecer relaciones con empleadores potenciales
8.22 Invertir en programas de servicios juveniles. Atraer a
los jóvenes para que participen activamente en la pres-
tación de servicios públicos y obras públicas (especial-
mente a nivel vecinal o comunitario) es una forma de
ayudar a los jóvenes a adquirir la experiencia, los conoci-
mientos y los valores necesarios para tener una transi-
ción exitosa hacia una vida de empleo productivo y el
ejercicio de la ciudadanía. Esos programas son más efica-
ces para los jóvenes que viven en zonas pobres rurales y
urbanas. Pueden servir como una herramienta para la
capacitación en el trabajo y para adquirir aptitudes para
vivir de manera práctica. Los programas de servicios
juveniles pueden brindar servicios de guardería comuni-
taria y servicios básicos de atención de la salud, construir
viviendas sostenibles y accesibles desde el punto de vista
económico, mejorar los índices de alfabetización adulta y
proteger el ambiente. 232
8.23 Apoyar las actividades extraescolares, la participa-
ción de los padres y la familia y los servicios de tutoría.
Las intervenciones en esta área podrían considerar la
ampliación de:
• Interacciones saludables y de protección entre los
padres/adultos y los jóvenes. Hacer hincapié en las
aptitudes para la crianza de los hijos, manejar conflic-
tos y relaciones familiares y facilitar la participación
familiar para reducir la violencia doméstica, el abuso de
sustancias, la deserción escolar, la asociación con pares
delincuentes y los problemas con el sistema de justicia.
Pautas sobre políticas juveniles
119
230. Banco Mundial (próximamente); Banco Mundial (2006b); Banco Mundial (2005a); Instituto Banco Mundial (2005).231. Banco Mundial (próximamente).232. Banco Mundial (2006a).
• Actividades extraescolares. Ofrecer actividades
extraescolares supervisadas con un enfoque tanto aca-
démico como recreativo puede tener un impacto
positivo en una serie de habilidades y conductas
importantes y ayudar a los jóvenes a utilizar su tiempo
de un modo más positivo.233 Esos programas deberían
brindar servicios a las familias de bajos ingresos, utilizar
las infraestructuras existentes siempre que sea posible
y ofrecer una amplia gama de actividades interesantes
y específicas para cada edad.
• Servicios de tutoría que ubiquen a los jóvenes más
carenciados con un adulto protector en una relación
de tutoría individualizada ayudará a los jóvenes en ries-
go a tomar decisiones adecuadas cuando se enfrenten
a situaciones difíciles. Para que esos programas sean
exitosos, deben tener un enfoque de desarrollo y brin-
dar capacitación para los tutores, actividades estructu-
radas, expectativas de contacto frecuente y seguimien-
to de cerca de la implementación general.
8.24 Ampliar las prácticas y la capacitación para adquirir
aptitudes para el trabajo y la vida. Mejorar las perspectivas
laborales para los jóvenes en riesgo requiere de progra-
mas de capacitación que les ofrezcan un paquete de
capacitación tanto en habilidades profesionales como de
vida, seguidos por prácticas en el lugar de trabajo.234 Para
que resulten eficaces, los programas deben:
• Estar impulsados por la demanda, y brindar prácticas
con diversos empleadores.
• Vincular a los empleadores con institutos de capacita-
ción.
• Incluir capacitación para el desarrollo de aptitudes para
la vida.
• Conectarse con otros programas educativos de segun-
das oportunidades que complementen la capacitación
técnica en el lugar de trabajo (clases nocturnas o equi-
valencias).
• Usar colaboraciones multisectoriales, asociándose para
lograr sostenibilidad.
• Medir los resultados sobre el desarrollo de los jóvenes
8.25 Ampliar los servicios de empleo destinados a los jóve-
nes en riesgo. Se deberían tomar en consideración los
siguientes puntos para tratar las restricciones de informa-
ción imperfecta en el mercado laboral: 235
• Mejorar los servicios intermedios en el mercado de
trabajo, incluyendo un mayor uso de Internet, creando
redes institucionales e interactuando más con los
empleadores.
• Centrarse en los jóvenes en riesgo, que por lo general
carecen de acceso a Internet y dependen de las redes
de información informales para enterarse de las opor-
tunidades laborales.
• Equiparar el éxito del programa con índices de empleo
sostenidos, tratando de llegar a los jóvenes menos
favorecidos y haciendo hincapié en un mejor desem-
peño.
• Utilizar las organizaciones no gubernamentales, las orga-
nizaciones juveniles y los operadores del sector priva-
do para vincular de manera más eficaz las instituciones
de capacitación, las escuelas de formación laboral, las
escuelas secundarias y los empleadores potenciales.
8.26 Las instituciones y los programas dirigidos a los
jóvenes en riesgo deberían facilitar el acceso de los jóve-
nes carenciados a los bienes y servicios. Las intervencio-
nes, las prácticas y los incentivos que afectan la conducta
interna de los jóvenes deberían brindar una mejor res-
puesta a sus prioridades e intereses. En ese sentido, se
debería considerar la posibilidad de llevar a cabo análisis
institucionales exhaustivos para evaluar el modo en que
los distintos programas e intervenciones llegan a los jóve-
nes en riesgo.
Influir sobre las políticas que no están dirigidasespecíficamente a los jóvenes8.27 Muchas políticas causan un impacto importante en
los jóvenes, aun cuando ellos no sean su objetivo princi-
Los jóvenes de hoy: un recurso latente para el desarrollo
120
233. Banco Mundial (próximamente).234. Banco Mundial (próximamente) y McGinnis (2007).235. Banco Mundial (próximamente).
pal, porque se centran en algunos de los contextos más
generales y factores comunitarios que afectan a los jóve-
nes. Esos esfuerzos requieren de una estrecha colabora-
ción multisectorial entre las múltiples partes interesadas.
Se podrían tomar en consideración los siguientes puntos:
8.28 Promover reformas que amplíen las oportunidades del
mercado laboral para los jóvenes y mejoren sus condiciones
de trabajo. Es necesario realizar amplias reformas en los
mercados de trabajo que equilibren la protección laboral
con la flexibilidad necesaria para fomentar la creación de
puestos de trabajo. Una posibilidad es un enfoque gra-
dual que reduzca el énfasis en un mercado laboral seg-
mentado para los distintos grupos etarios, en el que se
incremente la protección gradualmente a medida que
aumenta la antigüedad del trabajador en su puesto. 236
También es importante mejorar las condiciones en el
sector informal y facilitar la transición hacia actividades
económicas en el sector formal.
8.29 Centrar los programas de microcrédito/microempresas
en los jóvenes. Esos programas maximizan los recursos
financieros y técnicos para crear oportunidades econó-
micas y generar empleo para los jóvenes (especialmente
para mujeres jóvenes que son jefas de hogar) de la
siguiente manera:
• Ampliando los servicios financieros y bancarios forma-
les para los pobres de zonas urbanas y rurales (por
ejemplo, programas de créditos y ahorro de pequeña
escala) para facilitar la incorporación de los jóvenes en
los sistemas financieros formales.
• Encauzando los recursos financieros, materiales y téc-
nicos hacia las comunidades de bajos ingresos con una
gran cantidad de gente joven para aumentar el acceso
a la vivienda y el empleo sostenible.
8.30 Fortalecer la capacidad de respuesta a los problemas
juveniles de los sistemas policial y judicial. Para prevenir la
violencia y la delincuencia juvenil es necesario reformar
los sistemas de justicia penal y de menores para reflejar
las necesidades específicas de cada edad y las priorida-
des de los jóvenes. Asimismo, se deberían considerar
políticas que también aumenten la capacidad de las
comunidades para brindar soluciones viables a los con-
flictos y problemas interpersonales en la familia. A con-
tinuación se mencionan algunos ejemplos de interven-
ciones en esa área:
• Mejorar los tribunales de familia y los tribunales espe-
cializados en tratar delitos juveniles para que se adap-
ten mejor a los casos juveniles. Esos servicios deberían
estar más cerca de las familias, ubicados centralmente
dentro de las comunidades rurales o los barrios de
bajos ingresos.
• Aumentar la comprensión y la capacidad de la policía y
el ejército para actuar en asuntos específicos de cada
edad y prioridades de la población juvenil, incluyendo
el tener conocimiento de la Convención sobre los
Derechos del Niño y tener las habilidades necesarias
para implementarla.
• Separar a los delincuentes juveniles de los adultos en
las cárceles.
• Contar con un sistema de sanciones graduales que se
ajusten al tipo de delito y engloben una serie de alter-
nativas residenciales y no residenciales para los delin-
cuentes juveniles.
8.31 Crear vecindarios y comunidades seguras. Los progra-
mas que combinan diseños urbanos mejorados, servicios
sociales y mantenimiento del orden en la comunidad
para crear comunidades más seguras también deben
estar dirigidos a los jóvenes. Esos programas pueden
tener efectos positivos en los servicios básicos a nivel
vecinal/comunitario (Desarrollo Infantil Temprano/educa-
ción, salud, agua/sanidad/higiene) y en la seguridad, para
ayudar a prevenir conductas riesgosas en los jóvenes y
promover su desarrollo.Algunas de las áreas que deberí-
an mejorarse son:
• Espacios urbanos seguros y específicos para cada edad
(espacios públicos, parques, senderos/caminos).
• Seguridad vial/ control del tránsito
Pautas sobre políticas juveniles
121
236. Bajo investigación en Francia y sugerido por Banco Mundial (2006b).
• Ubicación /prestación de servicios sociales orienta-
dos a los jóvenes en los barrios (centros de
Desarrollo Infantil Temprano, instituciones de cuida-
dos básicos de la salud, centros de Internet, instala-
ciones deportivas).
• Agua potable y servicios sanitarios; campañas de higie-
ne; gestión/ reciclaje de residuos.
• Control de espacios públicos; calles/ caminos seguros
hacia las escuelas; alumbrado público; mantenimiento
del orden en la comunidad; e instalaciones policiales
vecinales.
8.32 Limitar la disponibilidad de alcohol y tabaco. Las polí-
ticas que reducen el acceso de los jóvenes al alcohol
pueden tener un impacto importante sobre una serie de
resultados negativos.237 Se podrían tomar en considera-
ción los siguientes puntos:
• La restricción de la venta puede lograrse limitando los
horarios de funcionamiento, prohibiendo la venta al
por menor de bebidas alcohólicas cerca de las escue-
las, haciendo cumplir las leyes que establecen una edad
mínima para la compra de alcohol y prohibiendo el
consumo de alcohol en eventos comunitarios y depor-
tivos o en áreas públicas. Para que esas medidas se
hagan efectivas, debe existir una amenaza de sanción
creíble.
• El incremento de los precios a través de impuestos
ayudará a reducir el consumo total de alcohol y taba-
co, pero especialmente en los jóvenes, que son muy
sensibles al precio.
8.33 Incluir mensajes dirigidos a los jóvenes en las campa-
ñas de prevención de conflictos y campañas contra la vio-
lencia. Las campañas nacionales y locales para promover
cambios de actitud, modelos de conducta positivos y
resolución pacífica de conflictos deberían tener mensajes
específicos para cada edad. En particular :
• Desalentar la violencia y la agresión, como los castigos
corporales en la escuela y en el hogar.
• Promover ideas más positivas de humanidad que valo-
ren la diversidad y tener relaciones saludables y esta-
bles con el sexo opuesto.
• Desarrollar las habilidades de los jóvenes, de sus fami-
lias y de las comunidades para resolver conflictos y
rechazar la violencia, promoviendo historias y modelos
de conductas positivas.
• Dirigir las campañas de prevención de conflictos a
aquellas áreas más propensas a la violencia y hacer par-
tícipes a las distintas partes interesadas (escuelas, igle-
sias, medios de comunicación, clubes deportivos y
padres).
Promover la inclusión y la participación dela juventud8.34 La inclusión y participación de la juventud en la
política pública brinda más opciones a los jóvenes,
amplía sus aptitudes y mejora sus vidas y sus comuni-
dades. Integrar a los jóvenes en el proceso de desarro-
llo como partes interesadas y como personas respon-
sables de adoptar decisiones (desde consultas hasta
formulación de políticas, desde la implementación
hasta la evaluación) hace que ellos se conviertan en
propietarios de las políticas e intervenciones que los
afectan y mejora los procesos de desarrollo nacional y
local. Se podrían tomar en consideración los siguientes
puntos:
• Darles mayor poder a los jóvenes para que desempe-
ñen un papel activo en el desarrollo del país y de su
comunidad.
• Permitir que los jóvenes adquieran la experiencia, los
conocimientos, las habilidades y los valores necesarios
para conseguir empleo y ejercer la ciudadanía activa-
mente.
• Fomentar la participación de los jóvenes en las iniciati-
vas de rendición de cuentas a la sociedad y en la lucha
contra la corrupción.
• Brindar alternativas constructivas para las conductas
riesgosas y reintegrar a los jóvenes marginados.
• Atraer a la juventud para que ayude a tratar una gran
variedad de prioridades relacionadas con el desarrollo
(luchar contra el VIH/SIDA, construir viviendas sosteni-
bles, mejorar los índices de alfabetización, brindar tuto-
ría a los jóvenes en riesgo, construir infraestructura,
proteger el ambiente).
Los jóvenes de hoy: un recurso latente para el desarrollo
122
237. Banco Mundial (próximamente).
Hacer que las políticas públicas funcionenpara los jóvenes8.35 La estrategia de desarrollo de los jóvenes a largo
plazo debería concordar con los objetivos macroeconó-
micos nacionales, los Objetivos de Desarrollo del Milenio
y los resultados esperados de las estrategias de reduc-
ción de la pobreza y las inversiones sectoriales. Para
lograr esa concordancia, las políticas deberían:
• Identificar los vínculos entre los resultados interrelacio-
nados de los jóvenes y sus factores determinantes
comunes a todos los sectores y grupos etarios.
• Especificar de qué manera los objetivos y metas de
desarrollo para los jóvenes pueden contribuir en las
prioridades de desarrollo nacionales e insertar esos
objetivos y metas en i) el marco de planificación del
desarrollo nacional, ii) las estrategias de reducción de
la pobreza y iii) las estrategias y programas relevantes
para todos los sectores.
• Fortalecer los vínculos entre la visión de desarrollo de
los jóvenes a largo plazo y las correspondientes estra-
tegias a mediano y corto plazo, las asignaciones presu-
puestarias, los mecanismos de coordinación y los pro-
cesos de seguimiento y evaluación.
PAUTAS DE POLÍTICAS ADICIONALES
8.36 Además, se podría seguir estudiando el siguiente
conjunto de intervenciones:
Mejorar la información para una focaliza-ción e implementación más eficaces8.37 Las políticas eficaces deben incluir indicadores de
riesgo mensurables y fuentes de datos confiables para
saber a qué jóvenes deben estar dirigidas. Es funda-
mental crear perfiles precisos de los desafíos que
enfrentan los jóvenes para establecer resultados prio-
ritarios, desarrollando un conjunto de pruebas de lo
que funciona, lo que no funciona y en qué circunstan-
cias, y promoviendo políticas de manera eficaz en fun-
ción de los costos. Se deberían tomar en consideración
los siguientes puntos:
8.38 Utilizar herramientas y conjuntos de datos multisecto-
riales y específicos para cada edad para evaluar los riesgos
y las oportunidades específicas a los que se enfrentan los
jóvenes. Esos conjuntos de datos y herramientas de segui-
miento deberían desglosar a los jóvenes, teniendo en
cuenta su gran diversidad en cuanto a la edad, el género,
la escolaridad, el estado civil y la residencia urbana/rural.
Además, se deberían recabar datos para ayudar a identi-
ficar a los más vulnerables, de acuerdo con el tipo de
riesgo juvenil (Tipos I, II y III), así como los momentos
clave en los que se debe actuar (por ejemplo, cuando se
consolida una desventaja o cuando surge una oportuni-
dad de desarrollo).
8.39 Mejorar las encuestas y sistemas de datos existentes.
Las mejoras en las herramientas y los datos específicos
para cada edad deben insertarse en los sistemas existen-
tes para evitar la creación de encuestas y sistemas de
datos paralelos. Las áreas a explorar podrían ser las
siguientes:
• Modificar las Encuestas Demográficas de Hogares para
integrar los datos sobre conductas de riesgo juveniles
específicas y sus correspondientes resultados (como,
por ejemplo, preguntas sobre delincuencia y violencia
doméstica). El cuestionario de la YSCS utilizado para el
presente estudio podría servir como un ejemplo de
cómo adaptar esas encuestas (ver Apéndice I).
• Llevar a cabo encuestas más especializadas en zonas
carenciadas (como, por ejemplo, encuestas sobre victi-
mización en áreas urbanas y rurales de bajos ingresos).
• Incluir los indicadores recomendados específicos para
los jóvenes (además de los indicadores estándar de
educación, salud y pobreza) para identificar los princi-
pales problemas que afrontan los jóvenes y para que
sirvan de alerta temprana en problemas clave que
afectan a los jóvenes en riesgo.
8.40 Dirigirse a los jóvenes en riesgo de zonas rurales y
urbanas de bajos ingresos de un modo más eficaz.
Mediante la utilización de los datos mejorados, es nece-
sario que las prioridades e intervenciones se centren en
los riesgos y oportunidades específicos de los jóvenes:
Pautas sobre políticas juveniles
123
• Jóvenes afectados por el VIH/SIDA
• Juventud indígena
• Jóvenes en conflicto con la ley
• Jóvenes involucrados en el trabajo infantil o que traba-
jan en circunstancias peligrosas.
• Jóvenes jefas de hogar
• Jóvenes de zonas urbanas y rurales pobres, prestando
particular atención a las provincias más pobres.
8.41 Garantizar que los jóvenes tengan voz en el diseño
y la implementación de las políticas e intervenciones que
los afectan. Para establecer una interfaz eficaz entre las
instituciones del sector público y las organizaciones
juveniles (fomentando y facilitando su participación y
compromiso), deberían tomarse en consideración los
siguientes puntos:
• Reconocer a los jóvenes como partes interesadas. Se
debe reconocer a los jóvenes como partes interesa-
das importantes en la política, los programas y las
intervenciones públicos (desde el comienzo hasta el
final del proceso de desarrollo). También se debería
incluir a otras partes interesadas clave (especial-
mente a las que tienen un impacto en los jóvenes y
en la implementación de intervenciones de progra-
mas centrados en los jóvenes).
• Ampliar las opciones para que los jóvenes participen
del diálogo político y en los proceso de desarrollo
nacional/local. Establecer espacios y mecanismos
para la participación de los jóvenes en el proceso
de planificación del desarrollo nacional, provincial y
local (como, por ejemplo, el plan de desarrollo
nacional, los planes provinciales y municipales, las
estrategias de desarrollo ciudadano, los programas
de perfeccionamiento de vecindarios/ comunidades/
barrios de tugurios y las iniciativas impulsadas por la
comunidad).
Mejorar la coordinación y establecer líneasclaras de responsabilidad en las políticas ylos sectores que afectan a los jóvenes8.42 La identificación de las sinergias y complementarie-
dades del desarrollo de los jóvenes depende de la estre-
cha cooperación y coordinación multisectorial entre los
distintos ministerios, institutos y equipos. Para garantizar
que los problemas y prioridades estratégicos de los jóve-
nes se implementen en todo el gobierno y el país, se
deben tomar en consideración los siguientes puntos:
8.43 Dar un papel más preponderante y aumentar la
capacidad de los centros de coordinación para que actúen
como unidades transectoriales o mecanismos de coordina-
ción. Dichos centros deberían tener el mandato, los
recursos y la continuidad para formular, coordinar, apo-
yar, realizar un seguimiento y evaluar las inversiones
multisectoriales. Los centros de coordinación no debe-
rían asumir las responsabilidades de los ministerios o
departamentos sectoriales en los que respecta a la
juventud, pero deberían garantizar una perspectiva
juvenil en el proceso de desarrollo. La elaboración de
políticas y planes multisectoriales centrados en los jóve-
nes depende de la participación plena de los organis-
mos gubernamentales involucrados y de otras partes
interesadas, que deberían estar de acuerdo en cuanto a
los objetivos, las metas y los recursos específicos para
implementar inversiones para los jóvenes en todo el
país. Los centros de coordinación juveniles deberían ser
centros de innovación y pericia en el trabajo multisec-
torial en colaboración.
8.44 Forjar colaboraciones multisectoriales, planes de acción
y presupuestos. Las conexiones sectoriales y los asuntos
multisectoriales deberían reflejarse en planes de acción,
presupuestos y acuerdos de implementación acordes.
Para lograr esa coordinación y coherencia, se podrían
considerar los siguientes puntos:
• Centrar las inversiones y los resultados multisectoriales
en resultados integrales para jóvenes incluidos en los
marcos de planificación nacional.
• Desglosar los objetivos y metas a largo plazo centrados
en los jóvenes y transformarlos en metas anuales y lis-
tas de intervenciones prioritarias.
• Especificar los objetivos centrados en los jóvenes, mul-
tisectoriales o específicos de un sector, utilizando indi-
cadores mensurables.
Los jóvenes de hoy: un recurso latente para el desarrollo
124
• Integrar las sinergias, evitando superposiciones, y
garantizar la coherencia entre los programas. Por
ejemplo, las intervenciones de segundas oportuni-
dades dirigidas a los jóvenes en riesgo deberían ser
complementarias a los programas implementados
en los sectores dominantes.
• Asignar plazos y líneas de responsabilidad claras,
especificando los organismos principales, los minis-
terios que participan y los acuerdos de colabora-
ción.
• Estimar los gastos ordinarios y costos de inversión
de cada intervención, utilizando costos unitarios
desglosados en base a estimaciones de los ministe-
rios de operaciones, lograr acuerdos entre las agen-
cias en lo que respecta a esos costos unitarios y evi-
tar la duplicación de las inversiones.
• Presupuestar y asignar recursos para intervenciones
que reflejen mejor las sinergias multisectoriales, que
tengan objetivos mensurables, que sean “implemen-
tables” en cuanto a la colaboración multisectorial y
la capacidad de las agencias, y que tengan líneas de
responsabilidad claramente definidas.
Mejorar el control y la evaluación8.45 El control y la evaluación periódicos deberían
ser un componente clave de cada inversión centrada
en los jóvenes para ayudar a los encargados de for-
mular políticas a separar lo que funciona de lo que
no funciona (cuál es la forma más eficaz en función
de los costos de lograr los objetivos, cuál es inocua
pero ineficaz y cuál realmente empeoraría el proble-
ma). Se deberían tomar en consideración los siguien-
tes puntos:
8.46 Control. Una publicación anual del “Estado de los
Jóvenes” que compile los indicadores básicos para con-
trolar y comunicar los progresos hacia los resultados
acordados para los jóvenes podría ser un buen elemen-
to adicional a los controles de la implementación de las
intervenciones que se realizan actualmente (controlar el
uso de las contribuciones y de los resultados esperables
de los programas).
8.47 Evaluación. Debido a que los resultados para los
jóvenes (a menudo, el resultado de colaboraciones y
focalización multisectoriales) son más difíciles de medir,
es necesario identificar tanto los efectos indirectos de
una determinada transición de los jóvenes a otra, como
las complementariedades entre las distintas transiciones.
Los diseños de evaluación de calidad centrados en los
jóvenes deberían incluir :
• Descripciones de las características demográficas y los
niveles de riesgo de la muestra antes del comienzo de
la intervención.
• Comparación de uno o más grupos similares al grupo
o los grupos tratado(s), utilizando la asignación aleato-
ria siempre que fuera posible.
• Buenas descripciones de los objetivos y métodos de las
intervenciones para reducir las conductas riesgosas.
• Una buena combinación de análisis cualitativo y cuan-
titativo, incluyendo la medición de conductas y efectos
durante y después de la intervención.
Todas esas estrategias y políticas requieren de una cola-
boración estrecha y eficaz entre todos los sectores y
todas las partes interesadas, es decir, entre los ministerios
de operaciones, el sistema judicial, las municipalidades, la
policía, los militares, los tribunales, las cárceles, los medios
de comunicación, las organizaciones comunitarias, las
organizaciones juveniles, los padres, las organizaciones no
gubernamentales de derechos, las escuelas, las universi-
dades, los clubes deportivos, las empresas privadas, las
iglesias y otras organizaciones con enfoque en la educa-
ción, la salud y el desarrollo social.
Pautas sobre políticas juveniles
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