Quien no está contra mí…26º domingo ordinario - B

Maestro, hemos visto a uno que en tu nombre echaba los demonios. No es de los nuestros y se lo hemos prohibido. Jesús les dijo: No se lo prohibáis… El que no está contra nosotros, está con nosotros.Marcos 9, 37-47

Jesús amonesta a sus discípulos porque quieren impedir que otros, que no pertenecen a su grupo, curen y

prediquen en su nombre. ¡La exclusiva del bien no se limita a una sola persona, a un solo grupo!

Cuántos movimientos, congregaciones o grupos religiosos creen tener la exclusiva del evangelio. Sus líderes, su

espiritualidad, incluso sus tendencias ideológicas, pasan por encima del evangelio. Confunden sus palabras con la palabra

de Dios…

Jesús alerta a sus discípulos. La arrogancia religiosa puede convertirse en pecado de orgullo. Por encima de las ideas

está la caridad. Y la caridad implica tolerancia, comprensión, aceptación y amor del que es diferente…

¡incluso del enemigo!

Quien no está contra nosotros, está con nosotros. Con estas palabras Jesús nos enseña la actitud

cristiana auténtica delante de la diversidad.

Tanto la Iglesia como las otras confesiones religiosas necesitan hacer un esfuerzo ecuménico para abrirse, aceptarse y cooperar. Los últimos Papas, Benedicto y

Francisco, han hecho repetidos gestos y llamadas para esta concordia entre las diferentes religiones.

La segunda parte de este evangelio nos impacta: Si tu mano te hace pecar, arráncatela. Si tu pie te hace caer,

córtatelo. Más te vale entrar cojo en la vida que ser echado con los dos pies al abismo… ¿Cómo interpretar

estas palabras tan duras?

La teología y la exégesis nos dicen que no podemos interpretar esto al pie de la letra. El evangelio está escrito en clave de salvación, no de condena. Dios no quiere que

nos inflijamos daño ni estemos mutilados. ¡Él quiere nuestra salud y nuestra integridad!

Pero, justamente para mantener esta integridad, a veces hemos de renunciar: a actitudes, apegos, conductas… Esto

son las cosas que hemos de «cortar» y arrancar de nosotros: todo lo que nos aleja de Dios y de los demás.

Manos creadorasMaravillosos instrumentos para recrear la creación, para

acariciar, trabajar, rezar… Para ser generosas, para construir, para amar. Las manos pueden herir, pero también pueden

curar y salvar.

Hermosos pies del mensajeroQué hermosos son los pies, que nos sostienen, se mueven, caminan y nos acercan a los demás. Nos llevan hacia Dios,

recorriendo los caminos del mundo. Dios no quiere que cortemos nuestras alas.

Es el egoísmo el que nos hace cojos y paralíticos…

Ojos de DiosEl gran don de la vista es una bendición. Vemos el mundo, la

naturaleza, los otros seres humanos… También hay realidades que nos alejan del amor y nos aíslan, ¡de estas hay que

apartar la mirada!

No seamos ciegos espirituales. Sepamos ver a Dios en el envés de la realidad. Nos dará una visión diferente y

profunda del mundo, y nos hará ver la belleza oculta en cada corazón humano.

Textos: Joaquín Iglesias Arandahttp://homilias.blogspot.com

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