Post on 10-Dec-2015
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En los últimos decenios la esperanza de vida ha mejorado
mucho en el mundo.
Una niña y un niño nacidos en 2012 tendrán por término
medio una esperanza de vida de 72,7 y 68,1 años,
respectivamente. Esto significa 6 años más que la media
mundial de la esperanza de vida para los nacidos en 1990.
Los mayores progresos se han hecho en los países de
ingresos bajos, en los que la media de la esperanza de vida
ha aumentado 9 años entre 1990 y 2012: de 51,2 a 60,2 años
en los hombres, y de 54,0 a 63,1 años en las mujeres.
Esto se ha logrado pese a la pandemia de VIH, que sigue
afectando a muchos países de ingresos bajos del África
subsahariana
Un importante factor que ha contribuido a aumentar la esperanza
de vida en los países de ingresos bajos han sido los progresos en la
reducción de las muertes infantiles, así como la reducción de las
muertes por enfermedades infecciosas en los adultos.
Los seis países que mayores progresos han hecho con respecto a la
esperanza de vida han sido Liberia (19,7 años), Etiopía, Maldivas,
Camboya, Timor-Leste y Rwanda.
Entre los países de ingresos altos, la esperanza de vida aumentó en
un promedio de 5,1 años, oscilando entre 0,2 años en la Federación
de Rusia y 9,2 en la República de Corea.
Enfermedad. Alteración que afecta a todo el cuerpo o a cualquiera de sus partes, que impide el funcionamiento normal.
Las enfermedades cardiovasculares (ECV) son un conjunto de trastornos del corazón y de los vasos sanguíneos. Son la principal causa de defunción en todo el mundo. Panorama general
Las enfermedades no transmisibles (ENT), también conocidas como enfermedades crónicas, no se transmiten de persona a persona.
Son de larga duración y por lo general evolucionan lentamente.
Los cuatro tipos principales de enfermedades no transmisibles son:
a. las enfermedades cardiovasculares (como ataques cardiacos y accidentes cerebrovasculares),
b. el cáncer,
c. las enfermedades respiratorias crónicas (como la enfermedad pulmonar obstructiva crónica y el asma) y
d. la diabetes.
Las ENT afectan ya desproporcionadamente a los países de ingresos bajos y medios, donde se registran casi el 75% de las muertes por ENT, 28 millones.
Datos y cifras
•Las enfermedades no transmisibles (ENT) matan a 38 millones de personas
cada año.
•Casi el 75% de las defunciones por ENT -28 millones- se producen en los
países de ingresos bajos y medios.
•16 millones de las muertes atribuidas a las enfermedades no transmisibles se
producen en personas menores de 70 años de edad; el 82% de estas muertes
«prematuras» ocurren en países de ingresos bajos y medianos.
•Las enfermedades cardiovasculares constituyen la mayoría de las defunciones
por ENT, 17,5 millones cada año, seguidas del cáncer (8,2 millones), las
enfermedades respiratorias (4 millones), y la diabetes (1,5 millones1).
•Estos cuatro grupos de enfermedades son responsables de alrededor del 82%
de las muertes por ENT.
•El consumo de tabaco, la inactividad física, el uso nocivo del alcohol y las dietas
malsanas aumentan el riesgo de morir a causa de una de las ENT.
Las enfermedades cardiovasculares (ECV) son un grupo de desórdenes del corazón y de los vasos sanguíneos, entre los que se incluyen:
1. la cardiopatía coronaria: enfermedad de los vasos sanguíneos que irrigan el músculo cardiaco;
2. las enfermedades cerebrovasculares: enfermedades de los vasos sanguíneos que irrigan el cerebro;
3. las arteriopatías periféricas: enfermedades de los vasos sanguíneos que irrigan los miembros superiores e inferiores;
4. la cardiopatía reumática: lesiones del músculo cardiaco y de las válvulas cardíacas debidas a la fiebre reumática, una enfermedad causada por bacterias denominadas estreptococos;
5. las cardiopatías congénitas: malformaciones del corazón presentes desde el nacimiento; y
6. las trombosis venosas profundas y embolias pulmonares: coágulos de sangre (trombos) en las venas de las piernas, que pueden desprenderse (émbolos) y alojarse en los vasos del corazón y los pulmones.
La enfermedad cardiovascular se asocia a ateroesclerosis o enfermedad de los vasos sanguíneos, que se produce por el exceso de colesterol en la sangre, la que se deposita e inflama las paredes de las arterias, reduciendo su diámetro y terminando por dificultar el flujo sanguíneo tan necesario para el corazón y el cuerpo.
Corazón
Infarto del miocardio;
cuando una arteria
coronaria (del corazón)
se tapa o se obstruye (no
llega la suficiente sangre
al músculo cardíaco).
Cerebro:
Infarto cerebral;
cuando se
compromete
una arteria que lleva
sangre al cerebro.
Extremidades:
Dolor al caminar o mala
circulación distal;
cuando se
comprometen
vasos sanguíneos de las
piernas.
Es una condición personal que aumenta las
posibilidades de desarrollar una enfermedad cardiovascular aterosclerótica.
Tipos de factores de Riesgo: - Modificables: son aquellos que pueden ser
corregidos o eliminados cuando realizamos cambios en nuestro estilo de vida.
- No modificables: son propios de la persona, es decir, siempre existirá y no es posible revertirlo o eliminarlo.
La presión arterial debe ser controlada periódicamente sobre todo cuando existen antecedentes familiares.
Una persona es hipertensa cuando su presión arterial es superior a 140/90 mmHg.
Presiones arteriales mantenidas sobre 140/90 mmHg producen daño en las paredes de las arterias y esto favorece la formación de placas de ateroma (lo que facilita el taponamiento de los vasos).
El colesterol es una sustancia grasa natural presente en todas las células del cuerpo y es fundamental para el normal funcionamiento del organismo.
Para circular en la sangre el colesterol se combina con proteínas (lipoproteínas) que lo transportan.
El colesterol en cifras normales, es imprescindible para el metabolismo de cualquier célula, sólo resulta peligroso si sus niveles sanguíneos se elevan.
Al porcentaje de colesterol que circula unido a la lipoproteína HDL se le llama “colesterol bueno”.
Al porcentaje de colesterol que circula unido a la lipoproteína LDL se le llama “colesterol malo”.
Estas lipoproteínas que se encargan de
arrastrar el colesterol desde las arterias al
hígado para que lo elimine, por lo tanto
protege al organismo de la acumulación
de colesterol en las células y las arterias.
Se sabe que las personas con nivel de colesterol en sangre mayor a 240 mg/dl tienen doble riesgo de tener un infarto al miocardio que aquellas con niveles menores de 200 mg/dl.
Estas lipoproteínas transportan el colesterol por todo el organismo.
Si se encuentra sobre los valores normales se deposita en las arterias.
Deriva de dietas ricas en grasas saturadas y colesterol.
El tabaco es el factor de riesgo cardiovascular más importante, con la particularidad que es el más fácil de evitar.
El fumar o estar expuesto a fumadores daña las paredes internas de las arterias, permitiendo el depósito de colesterol en ellas.
Está demostrado que la enfermedad coronaria es tres veces mayor en fumadores.
1. Desencadena la liberación de hormonas que producen daño en la pared interna de las arterias.
2. Produce alteraciones de la coagulación, aumenta la capacidad de las plaquetas para unirse y formar coágulos (agregabilidad plaquetaria).
3. Produce aumento de los niveles de colesterol malo (LDL) y reduce los niveles de colesterol bueno (HDL).
La inactividad física se considera uno de los mayores factores de riesgo en el desarrollo de las enfermedades cardíacas, incluso se ha establecido una relación directa entre el estilo de vida sedentario y la mortalidad cardiovascular.
El ejercicio regular disminuye la presión sanguínea, aumenta el colesterol HDL y ayuda a prevenir el sobrepeso y la diabetes. Por otro lado colabora a disminuir el estrés, considerado como otro factor que favorece la aparición de complicaciones.
Antes de iniciar cualquier programa de entrenamiento físico se recomienda consultar con su médico.
Este es un problema serio de salud y presenta un marcado incremento en nuestro país.
Clásicamente se ha definido la obesidad como el incremento del peso debido al aumento de la grasa corporal.
Se produce cuando el número de calorías ingeridas es mayor que el número de calorías gastadas.
Muchos estudios han demostrado que los pacientes obesos presentan más enfermedad cardiovascular que las personas de peso normal.
La obesidad aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares debido a su efecto sobre los niveles de colesterol en sangre.
Los efectos de la obesidad sobre la salud cardiovascular pueden comenzar en la infancia, lo que aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares en la edad adulta.
El sobrepeso y la obesidad aumentan el riesgo de enfermedad y muerte asociada con enfermedad coronaria, y es un importante factor de riesgo de ataque al corazón
Está reconocido que el estrés aumenta el riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular.
El estrés es una reacción normal de las personas ante un evento externo, por lo que no es perjudicial en sí mismo.
Cuando se hace inmanejable, se genera un desequilibrio que puede llevar a aumentar el riesgo cardiovascular.
El consumo excesivo de alcohol puede elevar los niveles de presión arterial y triglicéridos y así aumentar el riesgo de problemas cardiovasculares.
La ingesta moderada de vino tinto (según indicación médica), puede elevar los niveles de colesterol bueno (HDL) .
Los hombres tienen mayor riesgo de
enfermedad coronaria.
Este riesgo se iguala cuando la mujer llega a
la menopausia.
El riesgo de enfermedad ateromatosa
aumenta si algún familiar en primer
grado ha desarrollado una enfermedad
coronaria o vascular.
El riesgo cardiovascular aumenta con el paso de los años.
Se ha establecido que los hombres desde los 45 años y las mujeres desde los 55 años aumentan notoriamente su riesgo de desarrollar esta enfermedad.
Las personas que tienen enfermedad coronaria diagnosticada, presentan mayor riesgo cardiovascular, es decir, una mayor probabilidad de desarrollar un nuevo episodio de enfermedad coronaria .
Antecedentes familiares de EC aumenta las probabilidades individuales de sufrir un episodio.
Para disminuir los factores de riesgo es necesario introducir cambios en el estilo de vida.
La idea es realizar acciones con el fin de ejercer un efecto (cambio) sobre los factores de riesgo Modificables.
Controlar periódicamente su presión arterial.
Disminuir el consumo de sal, de té y café si se tiene presión alta.
Moderar el consumo de alcohol. Mantener un peso adecuado a la estatura.
Llevar una alimentación completa y equilibrada, no abusar de productos precocinados, congelados o fritos y alimentos ricos en grasas animales.
Aumentar el consumo de legumbres, verduras y frutas. Seleccionar alimentos de alto valor nutritivo pero de
escaso valor calórico.
Ajustar la alimentación a las necesidades del estilo de vida. No se puede consumir el mismo número de calorías una persona que realiza un trabajo sedentario que un deportista.
No creer en dietas mágicas. No dan resultado y pueden ser muy perjudiciales para la salud. Una dieta alimenticia sólo debe establecerla un especialista.
Dejar de fumar. Hacer ejercicio de acuerdo al estado de
salud, características físicas y aficiones. Si la actividad física no resulta placentera rápidamente se abandona.
La Asociación Americana del Corazón recomienda realizar entre 30 a 60 minutos diarios de ejercicios aeróbicos, como caminar a un ritmo de 6 km/hr, para reducir el riesgo de sufrir un infarto.
Antes de iniciar cualquier programa de
entrenamiento se recomienda consultar con el médico.
Modificar costumbres para mantener saludable el
corazón: caminar más, no tomar el ascensor, realizar las pequeñas compras sin utilizar el auto, fomentar el contacto con la naturaleza.
Dejar tiempo libre para esparcimiento y para descansar.
Aprender a controlar las emociones.
Dormir las horas necesarias y en las mejores condiciones ambientales posibles.
Ser positivo y con sentido del humor para afrontar los problemas diarios.
Realizar un chequeo médico preventivo anual según la recomendación de su médico.