Post on 15-Jun-2015
description
1881 / 2001
120 ANIVERSARIO
BANDA D MÚSICA D CANDAS
BANDA DE MÚSICA DE CANDAS
ANIVERSARIO
188!,'200!..... . . .120 A N I V E R S A R I O
BAN D A D M Ú S I C A D CAN DAS
nía ^sJireetíva
Presidente: José Miguel Carrera Álvarez
Vicepresidente: José Manuel Pérez-Vega Artime
Secretario: Roberto Suárez Menéndez
Tesorero: José Botas Carvajal
Vocales: Carlos Álvarez Díaz, Jesús Manuel Viña Iglesias, Carlos López Álvarez
HO reoá
Joaquín Fernández Fernández, Director Perpetuo y Benefactor (1956)
Manuel Pérez Vega. Presidente Honorario
Marcelino Menéndez Menéndez, Socio de Honor (1999)
Cofradía de Pescadores de Candas, Socio de Honor (2001)
Julián Martín. Socio de Honor (2001)
Edita: Banda de Música de Candas
Fotografías: Archivo Banda de Música, Félix Rodríguez González,
Víctor Manuel Fernández y otros
Coordinadores Generales de esta edición: José Miguel Carrera,
Marcelino Menéndez, Roberto Suárez, José Ramón González
Diseño y Maquetación: ramóndejulián, Candas (www.ramondejulian.con-
Fotomecánica: Asturlet
Imprime: Gráficas Covadonga
Depósito Legal: AS-3205/01
Antecedentes Históricos 11
Salutación del Excmo. Sr. Presidente del Principado. D. Vicente A. Álvarez Areces 13
Salutación del limo. Sr. Consejero de Industria, Comercio y Turismo del Principado. D. Jesús Urrutia 14
Salutación del Alcalde de Carreño. Ángel Riego González 15
Salutación del Presidente de la Banda de Música de Candas. D. José Miguel Carrera Álvarez 16
Historia de la Banda de Música de Candas y Evolución. David Pérez-Sierra y otros 17
En torno a la Banda de Música de Candas. Marino Busto (Cronista Oficial de Carreña y miembro del R.I.D.EA.) 22
¡Que 120 Años son Mucho...! (A modo de preámbulo). Marcelino Menéndez (Socio de Honor de la Banda de Música de Candas)... .25
Todos con la Banda. José Ángel Gutiérrez Suárez (Patrón Mayor Cofradía Pescadores "Ntm. Sra. del Rosario"de Candas) 27
En los años 70. José María González García (Portavoz del Grupo Municipal del Partido Popular) 28
Una Banda para el Pueblo. Julián Iglesias (Portavoz del Grupo Municipal de Izquierda Unida) 29
Una Visión Técnica y Musical. Óliver Díaz Suárez (Ex-Director de la Banda de Música de Candas) 31
Candas y la Orquesta de la Santa Iglesia Catedral de Oviedo. Ma Josefa Sanz Fuentes (Catedrática del Departamento de Historia y
Arte de laUniversidadde Oviedo) 33
Noticias sobre la Banda de Música de Candas en el Siglo XIX. Manuel Ramón Rodríguez Rodríguez 36
La Banda de Música en Apuros. Jesús Jerónimo Rodríguez González (Catedrático de Historia de EM.) 39
Aquellos Lejanos Inicios... La Banda de Música de Candas. Coral Braña 41
La Banda de Música en su 120 Aniversario. Miscelánea de Retazos. Manuel Menéndez Santos (Ex-Presuiente de So.Fe.Ca.) 43
Banda de Música de Candas: 120 Años Dando la Nota. Facundo Artime García (Director Coral) 48
Una Distinción para la Banda. Armando Rodríguez (Corresponsal del Diario "El Comercio") 49
Pinceladas Históricas. David Orihuela (Corresponsal en Carreña del Diario "La Nueva España") 54
120 Aniversario de la Banda de Música de Candas. Luis Prendes Fernández 55
Viva la Música. Agustín Mondo Llera 57
Una Historia del Mundo Real. Luis Fernández Fernández (Presidente de la Asociación "Amigos de Candas") 58
Revivir. Moncho II, Ramón García González 59
Muchos Años de Banda. Delfino Gavela Pérez (Maestro) 63
La Banda de Música de Candas. Joaquín Rodríguez Serrano 64
Tiempo de Recuerdo. Carlos Luis Alvarez Vega 67
Recuerdos y Acordes. Antonio Rodríguez Dosantos 69
Una Banda que Siempre Supo Tocar Caminando. Agustín Santarúa 70
Música en las Parroquias del Concejo. Jesús Herminio Sánchez Menéndez (Párroco de Guimarán-Valle, Carreña) 71
La Vieja Foto. Alfredo Menéndez Menéndez 73
Por la Banda de Música. María Amor Muñiz Fernández (Delegado Sindical UGT/FSP)) 74
Escuela de Música "Óliver Díaz Suárez" de la Banda de Música de Candas. José Botas Carvajal 75
D. Joaquín Fernández Fernández 79
Rafael del Moro Collar 83
José Antuña Arguelles (Maestro Antuña) 89
Genaro Valdés Rebollar 101
Daniel Sánchez Velasco 109
Óliver Díaz Suárez 115
Iván Cuervo Fernández 123
Antecedentes Históricos
D. Braulio del Busto García
11
Banda de Música de Candas. Aniversario.
. fr/- ' /,
f . , x•j!-~ ¿*7*97¿m*t^~~¿f? f^-*l
12
Miscelánea de Apuntes, Imágenes y Comentarios
BANDA DE MÚSICADE CANDAS.120 ANIVERSARIO
1 onstituye la presente una excelen-
1 te oportunidad, a la par que una
satisfacción, que me permite diri-
girme a los componentes y res-
ponsables de la Banda de Música de Candas para ex-
presarles ante todo mi felicitación por el ciento veinte
aniversario de la agrupación que se cumple en el pre-
sente año.
Ciento veinte años es mucho tiempo de permanen-
cia entre nosotros de una agrupación eminentemente
voluntarista donde la cohesión entre sus miembros no
es otra que el sentir solidario y el amor a la música.
Ante este importante acontecimiento es de justicia
reconocer aquí la clara visión y el mérito de la Cofradía
de Pescadores de Candas a quien se debe la creación
de la agrupación. Sus componentes tenían ya claro,
hace más de un siglo, la importancia de la educación, y
el importante papel que juegan los estudios musicales
en la formación global de los niños y jóvenes.
También resulta obligado traer en este momento
el recuerdo de todos aquellos componentes de la
agrupación, que desde su creación se han ¡do suce-
diendo en el tiempo, y cuya generosidad y entrega
ha hecho posible la pervivencia de la misma hasta
nuestros tiempos, proporcionando un realce adecua-
do a los actos en que participaba y ofreciendo a los
vecinos y vecinas de Candas lo mejor de su arte. Este
aniversario debe ser también un homenaje a todos
ellos cuyo recuerdo ha de servir de estímulo a los
actuales miembros de la Banda. Ellos representan el
presente de la misma y a ellos les compete asegurar-
le un brillante futuro, de forma y modo que la tradi-
ción y el espíritu de los fundadores permanezcan en
el tiempo, como un rico tesoro de la Villa Candasina.
A todos los citados quiero expresar mi agradeci-
miento y reiterar mi enhorabuena con mis mejores
deseos para el futuro de esa Agrupación musical.
D. Vicente A. Álvarez ArecesExcmo. Sr. Presidente del Gobierno del Principado de Asturias
13
Banda de Música de Candas. Aniversario.
a historia de los pueblos está di-
rectamente relacionada con aque-
llos eventos que han significado
cambios en su quehacer diario y
que los distingue en relación con sus vecinos.
La Música ha sido desde la antigüedad un ele-
mento que siempre ha estado presente en la evolu-
ción del ser humano.
Los antiguos la atribuyeron directamente a la divi-
nidad, considerándola como un don de la misma.
Por tanto, ante la celebración de los 120 años de
la Banda de Música de Candas, debemos agradecer
a todas las personas que han hecho posible la pervi-
vencia de esta institución que ha distinguido a Candas
como un pueblo volcado hacia el arte y la cultura
donde la Banda ha sido un elemento de referencia.
Por encima de avatares sociales y políticos la
Banda de Música ha pervivido hasta llegar a cumplir
muchos más años que instituciones que han sido re-
ferentes en nuestra historia.
Si la música es considerada por todos como un
don capaz de elevar nuestros sentidos, hoy debemos
mostrar todos nuestro reconocimiento a una institu-
ción que ha sido, es y será referente de la historia de
Candas.
Largos años de vida a la Banda de Música y a sus
componentes.
D. Jesús Urrutiallustrísimo Señor Consejero de Industria,
Comercio y Turismo del Principado de Asturias
14
Miscelánea de Apuntes, Imágenes y Comentarios
a directiva de la Agrupación Ban-
da de Música de Candas, de la
mano de su Presidente, José Mi-
guel Carrera, ha solicitado mi co-
laboración para el libro que van a editar en conmemo-
ración del 120 aniversario de su fundación. No cabe
más honor para un Alcalde que contribuir a tan impor-
tante acontecimiento, no sólo por el detalle de que he
sido objeto personalmente sino, fundamentalmente,
por lo que representa la Banda de Música de Candas
para el Concejo de Carreño y sus gentes.
La Agrupación Banda de Música de Candas, es
una de las instituciones de más importancia del Con-
cejo de Carreño: su papel en los actos sociales y cul-
turales y su proyección en el ámbito autonómico e in-
cluso internacional con sus intercambios con otras
agrupaciones musicales son una de las tarjetas de visi-
ta de nuestras gentes. No en vano recientemente to-
dos hemos tenido ocasión de comprobar el ímpetu y
las energías renovadas de esta Agrupación en la ce-
lebración del Festival Internacional de Piano "New Mi-
llennium", el Certamen de Bandas o en sus Concier-
tos.
Por todo lo expuesto, sólo puedo desear que su
trayectoria se prolongue por otros 120 años y aque-
llos que me sucedan puedan sentirse tan orgulloso
como yo lo estoy en este momento.
Gracias a la Banda de Música de Candas, a sus
directivos de todas la épocas, a sus músicos y al pue-
blo que la apoya y sustenta.
Ánimo y adelante, que las generaciones futuras
puedan recibir un legado musical rico y variado don-
de la cultura y sus valores se proyecten en el tiempo
e imperen entre las gentes.
Ángel Riego GonzálezAlcalde de Carreño
15
Banda de Música de Candas. Aniversario.
a Banda de Música constituye un
fenómeno social evidente de
ejemplaridad popular, afectivo y
de valores positivos en todo
orden social que se preste. Es obvio que una mayor
o menor organización artística en este sentido pro-
porciona unas calidades que, en cualquier caso, varí-
an en áreas geográficas distintas.
La actividad que desarrolla nuestra Banda de
Música es permanente a través de todo el año, pero
quizás se exterioriza más a partir de la primavera con
los conciertos al aire libre. El esfuerzo es considera-
ble. El sacrificio, enorme. Quienes viven de cerca
esas inquietudes bien lo saben.
Es por ello y haciendo honor a esa voluntad de
superación, lo que debe mover a nuestra Agrupación
Musical es el ¡rrenunciable reto de ofrecer unos con-
ciertos en los que el oyente perciba y asimile las dife-
rentes obras con un cierto grado de positividad. Bien
es verdad que la cultura musical no nos llega como
debería. Demasiadas veces oímos a gente que reco-
noce no tener una formación musical mínima. Por
eso, el sonido de la palabra debe ir acompañando a
muchas de nuestras audiciones, pormenorizando
autores, épocas, estilos, diferencias entre la orques-
tación original y transcripción, el reconocimiento de
los temas o motivos que concurren en la obra, etc. Es
decir, la ambientación y motivación adecuadas para
estar, vivir, gozar y, naturalmente, formar al aficiona-
do.
Para quienes puedan quedar un poco apartados
de la realidad en el campo musical de nuestra Banda
o no haber seguido de cerca la evolución de nuestra
Agrupación está claro (que no justificado) la falta de
rigor analítica para poderla juzgar debidamente.
En estos últimos años nos encontramos con que la
evolución favorable de la misma ha sido sorprenden-
te, aún a pesar de la poca o nada atención que la
Administración Regional dedica a este medio, tan
necesitado de una correcta infraestructura musical de
apoyo en todas las órdenes artísticas, económicas y
sociales. A todas luces es evidente que la Banda ha
demostrado ganarse ese reconocimiento con hechos
concretos, ayudándola entre todos a ser mejor.
No sería justo silenciar la labor de los años ante-
riores. Si hoy tenemos esta Banda de Música ha sido
(no cabe duda) el resultado de muchos años de
esfuerzo; músicos, socios, directivos, directores, todo
un pueblo que ha luchado por algo tan hermoso que
es la música, y lo que es mejor, dispuestos a sacrifi-
carse tantas veces como sea necesario. A los músicos
y a nuestros directores se les debe la mayor parte de
este empuje actual. Nunca han regateado esfuerzos
y a la vista tenemos los resultados. No es menos ver-
dad que al lado de ellos se encuentra una directiva
dispuesta a afrontar todos los problemas que en
torno a esta sociedad musical se presentan: compra
de instrumentos, uniformes, Escuela de Educandos
"Óliver Díaz Suárez", local social, etc... Ellos saben
mejor que nadie los problemas de nuestra Agrupa-
ción.
Toda esta realidad, en marcha desde hace ciento
veinte años gracias a la iniciativa de la Cofradía de
Pescadores, nos debe convertir a todos en críticos
sanos y entusiastas, sinceros y analíticos, trabajando
conjuntamente, y suscitando nuevas posibilidades
artísticas.
Miremos con orgullo hacia atrás, pero con espe-
ranza, trabajo e ilusión hacia el futuro. Que también
es de nuestros hijos.
José Miguel Carrera ÁlvarezPresidente de la Banda de Música de Candas
16
Miscelánea de Apuntes, Imágenes y Comentarios
HISTORIA DE LABANDA DE MÚSICADE CANDAS YEVOLUCIÓN
a primera referencia que encuen-
tro de lo que pudiera derivarse la
continuación o el origen de una
naciente Banda de Música de
Candas se retrotrae a principios del año 1881, cuya no-
ticia aparece cuando la reciente reaparecida Sociedad
de Mareantes, entre los acuerdos de su flamante direc-
tiva figura la enseñanza de música para los hijos de los
asociados, con asignación de 375 pesetas, organista y
director de Banda en el presupuesto para el mismo año
1881.
Con motivo de que se desplaza a Candas el conde
de Revillagigedo, amigo personal del candasino don
Manuel González-Valdés y González-Tuñón "Valdés Pu-
marino", en junio de 1885, la Asociación de Mareantes
dispone que salga la Banda de Música a recibirle.
En "El Noroeste", del 22/3/1909, se dice "(...) em-
pezarán dentro de unos días los ensayos de la banda
de música particular, formada por hijos del citado pue-
blo, que amenizará las fiestas de Pascua que allí se pre-
paran".
En esta Banda de Música se lucía Manolo "El Me-
són" mientras que el irónico-simpático Ramón García
García (Ramón "El Con"), que ya tenía 27 años, se es-
forzaba por ser un buen músico. Tiempos de los sa-
cerdotes organistas don Clemente Magdalena y don
Medardo Carreño Suárez, que si era necesario echa-
ban una mano, cuando era director de dicha banda
D. David Pérez-Sierra ySuárez-Otero (1874-1948)
don Gerardo Suárez, llamado
afectuosamente Gerardo "el
anzolero". Gerardo hizo de
director, de subdirector y tocó
el requinto alternativamente
en las bandas candasinas.
En "El Noroeste", del
21/4/1909 se informa que "se
aprobó el reglamento de la 'Li-
ra candasina'. Sociedad coral e
instrumental con apasionadas
discusiones". (Se complementa-
ba esta sociedad con una sec-
ción de declamación para representar obras teatrales,
en la que se alternaban presidencia y secretaría entre
don Carlos Prendes Solís y don David Pérez-Sierra y
Suárez-Otero).
En "El Noroeste", del 13/7/1909 (fechada la noticia
tres días antes), se pide por el corresponsal Ramón Celi
que la Banda de Música particular amenice uno o dos
días a la semana cualquier sitio de la villa.
En "El Noroeste", del martes 22/11/1909, el cronis-
ta informa de una velada organizada por "La Lira Can-
dasina" en el Teatro Santarúa, a quienes felicita de esta
manera: "Muy bien, pero que requetebién, los organi-
zadores de ella. Recibid un aplauso, amigos, David,
Laspra, Gerardo, don Clemente y cuantos habéis con-
tribuido al éxito".
En "El Noroeste", del sábado 7/5/1910, Ramón de
Celi dice en su crónica: "..."La Lira Candasina", socie-
dad dedicada a la cultura de esta juventud en el arte de
17
Banda de Música de Candas. Aniversario.
Apolo-Talía, quitando al vicio elementos, acaba de fe-
necer. Las cosas buenas poco duran. Nuestro amigo
don Gerardo Suárez hace días salió para Cudillero, en
cuyo punto dirigirá una banda de música (...)".
Hacia 1912, nuevamente
se reorganizó la Banda, esta
vez por don Joaquín Fer-
nández Fernández, que em-
pezó con unos instrumentos
''-' de la banda antigua que se
Mh conservaban en un cajón
• .;--'; ¿fl grande de madera, en el Sa-
' ' • • ' • Mfr JB Ion Victoria. Se formó una
Banda compuesta por unos
veinte músicos: "Fuxina", los hermanos Saturno y Bru-
no "Jacoba", Ramón el "Con", Lino el "Sacristán",
Manuel "Moscalín", Rogelio el "Sastre", Paco el de
"Faso", Pepe el "Alemán" (hijo de Antón el "Rulero"),
Octavio Fernández, y el niño Pedro Braña Martínez,
que tocaría el requinto y que alguna vez tomaría la
batuta.
Al principio de los años 20, el candasín don José
Antuña debuta en la Banda, tocando el requinto,
cuando también dirigía los ensayos el sacerdote or-
ganista don Medardo, pero que no salía con la mis-
ma. A mediados de la década de los años 20, aunque
don Joaquín seguía de director, Antuña ya es el sub-
director y el hombre de batalla que apechuga en la
academia con Lino "Sacristán", "Fuxina", Armando la
"Pacha", "Moscalín" (Padre), Ramón el "Con", "Pe-
pe Santiago"...
Ya cumplido el primer cuarto de siglo, sigue don
Joaquín como director, con meritoria afición y despren-
dimiento económico frecuente en beneficio de la Ban-
da, que cuenta con una mezcla de sacrificados y bue-
nos elementos: José Antonio Prendes López ("Moreno
el Sastre") clarinete, Félix el de Alfredo, Saturno "Jaco-
ba", "Milión", "Lino el Sacristán", "Fuxina", Manuel
"Moscalín", Rogelio el Sastre, Eusebio Suárez, "Taño",
y al lado de Ramón el "Con", que sigue, empieza el
muchacho Eloy, que habría de tocar el requinto y coger
la batuta más de una vez. Muchísimos más se podrían
citar: Braulio G. Braña, Paco Badiola, Octavio y su her-
mano, el polifacético Pocholo.
Por "El Noroeste" del viernes 22/11/1929, me en-
tero que el Ayuntamiento, que había retirado o sus-
pendido la subvención a la Banda, acuerda ahora la
consignación de 1500 pesetas en los presupuestos
que han de regir en el ejercicio del año siguiente.
En la "Hoja Parroquial de Carreño", n° 10, del
24/11/1929: "Santa Cecilia.- Hoy a las diez habrá mi-
sa solemne. Tocará la Banda de Música y cantarán
elementos de la misma banda, dirigidos por su entu-
siasta director don Joaquín Fernández".
En "El Comercio", del 31/7/1929, se queja el co-
rresponsal censurando la contumaz opinión del alcal-
de de no poner el kiosco y de no regar el pavimento.
Al poco de estallar la guerra, en el 36, la Banda de
Candas fue militarizada, con nuevos uniformes, dirigida
por Antuña y empleándose don Medardo de los edu-
candos. Seguidamente, la Banda fue trasladada a Gijón
y acuartelada en el palacio de Revillagigedo, pertene-
ciendo al Regimiento Máximo Gorky, que mandaba el
comandante Muñiz. La Banda se reforzó entonces con
músicos de diversos lugares de Asturias, llegando a
reunir hasta 52 componentes mientras que al sacerdo-
te don Medardo le mandaban su paga de miliciano a
Candas como si fuese un jubilado.
Exceptuando una vez que vinieron a Candas, to-
dos los domingos daban conciertos en el muelle gijo-
nés, ante la presencia de la estatua de don Pelayo. ¿Y
quién puede adivinar lo que pasaría entonces por la
cabeza del caudillo astur?. Unos meses antes de la
rendición de Gijón se disuelve la Banda como conse-
cuencia del ocultamiento guerrero. Los candasinos
hubieron de incorporarse al frente con la excepción
de Joaquín el "Moscalín" que, con 16 años, pasó pa-
ra la Banda de Milicias de Gijón, y algunos adoles-
18
Miscelánea de Apuntes, Imágenes y Comentarios
centes, como Félix Pérez, hubieron de regresar a sus
casas.
No hubo Banda hasta mayo de 1948, cuando por
iniciativa del que iba a ser su benefactor, don Manuel
Pérez Vega, hay un incipiente resurgir con desfile sin
uniformes y pocos días después se contrata al poleso
don Rafael Moro Collar, bohemio, amigo de todos.
Moro afinó la Banda que, además, dada su populari-
dad, se ganaba la simpatía por el director donde
quiera que fuese el lugar de actuación de la misma.
En esta época, a mediados de siglo, abandonó la
Banda Moro Collar, dejándonos con su grato recuer-
do, que habría de revivirse por cuantos candasinos le
topasen por su Pola de Siero u otros lugares. Se pro-
duce un corto periodo de vacío de director que inte-
rinamente se resuelve con un viejo músico militar,
procedente de Madrid, apellidado Baltar, que los
guasones candasinos tradujeron por "Barcal", "Bar-
calín". Y también "Pocholo", provisionalmente, ha-
bía de responsabilizarse por entonces en la tarea de
mantener la batuta.
En el año 1952 tiene ya la Banda al maestro Antu-
ña de director, que habría
de cumplir una larga y
meritísima dedicación a la
misma, pese a carecer de
la ayuda necesaria para
renovar el instrumental
inadecuado. Con él si-
guen los veteranos Eloy,
Joaquín el "Moscalín" y
el trío delantero que for-
man el caricato "Chicu-
la", el no menos gracioso
"Pepe el Chelo" y Joa-
quín con los muchachos
"Tuti", Pepe Luis, her-
manos Manolo y Alfonsín,D. Manuel Pérez Vega y
D. Ángel Rodríguez "Viki" - que pasa a ser el
D. Ángel Rodríguez González
heredero del requinto, que en-
tre otros tocaron Gerardo, Pe-
dro, Antuña, Félix el de Alfredo,
Eloy, Amaranto Menéndez del
Valle (que cuando esto escribo
es director de la Coral Nolán,
de El Llano de Gijón), citaciones
que hago de alguno de ellos co-
mo referencia de esta época en
la que podíamos dar muchísi-
mos nombres más en justa co-
rrespondencia a sus méritos y
desvelos.
Desde la década de los 60, con don Manuel Pérez
Vega como presidente honorario, hace funciones de
presidente don Ángel Rodríguez González, como
aquél, destacado promotor de la construcción.
En el año 1982, Ángel Rodríguez deja su actividad
rectora en la Banda, y en la primavera de 1983 se ju-
bila Antuña, sumando 32 años como director de la
misma y no 50, como erróneamente se viene repi-
tiendo, aunque casi alcanza esa cifra virtualmente,
teniendo en cuenta todos los años que estuvo vincu-
lado a ella el querido Antuña, maestro de más larga
trayectoria en la enseñanza musical de los candasinos.
La Banda de Música de
Candas recibe del Ayunta-
miento una subvención, que
paulatinamente ha ido en
aumento, alcanzando ahora
un millón de pesetas, según
el "Boletín Municipal", nú-
mero O, correspondiente al
mes de julio de 1983. Por
estas fechas ya es presiden-
te de la Banda don José Luis
Rodríguez Martínez, que compagina admirablemen-
te esta responsabilidad con el saxofón. Y, asimismo,
cuenta con el nuevo director, el gijonés don Genaro
D. José Luis Vega Fdez.(Alcalde de Carreña)
19
Banda de Música de Candas. Aniversario.
D. José Luis Rodríguez Martínez
Valdés Rebollar, que
por cierto, siendo un
adolescente y dada la
compenetración con
nuestro Antuña, alguna
vez lo trajo éste a refor-
zar la Banda a media-
dos de la década de los
años cincuenta. Desde
entonces, algo ha llovi-
do, y ahora el señor
Valdés Rebollar es profesor de la Orquesta Sinfónica
de Asturias, como clarinete solista, y subdirector de
la Banda de Gijón que, con gran abnegación, se las
arregla para hacer compatible con la de director de
la de Candas.
A la Banda, en este periodo de renovación de ins-
trumental y adquisición de nuevos uniformes, le vie-
nen muy a propósito otras 800.000 pesetas que le
concede El Ayuntamiento S/<B.I.M>, núm. 1, agos-
to del 83.
Se comentaba por el verano que la Banda estaba
en fase de ensayos con notable adelanto. No obs-
tante, la comunicación circulante, cuando reaparece
la Banda el 14 de septiembre de 1983, fue una sor-
presa inesperada la franca mejoría experimentada en
tan pocos meses, que satisfizo las mayores exigen-
cias, o mejor diríamos esperanzas, con claras mues-
tras de exultación en el auditorio.
La Corporación municipal acuerda avalar a la Ban-
da un crédito de 600.000 pesetas, con cargo a la
subvención de 1984 (<B.I.M>, n° 5, diciembre 83). La
Banda empieza a conocerse fuera del concejo, parti-
cipa en el Festival de Bandas de Música de Asturias
celebrado en Oviedo, organizado por Radio Nacional
de España, confirmando el éxito en donde quiera
que está presente con su actuación. Yo fui testigo
presencial en el Primer Festival de Bandas de Música
del Principado de Asturias, celebrado el domingo 17-
6-84, en Luarca, donde fue la agrupación candasina
la más fuertemente aplaudida. Y lo digo sin hipérbo-
le ni apasionamiento'11.
Sin duda, este esfuerzo de las directivas no hubie-
ra sido posible sin el apoyo económico de la primera
corporación democrática presidida por D. José Luis
Vega Fernández, quien en todo momento demostró
una gran sensibilidad para con la Banda de Música de
Candas que ya por esas fechas rondaba el centena-
rio.
En el año 1985 comienza un nuevo periodo de la
Agrupación. Primero como concejal delegado en la
Banda de Música y a partir de 1987 como Presidente,
José Miguel Carrera Álvarez da el espaldarazo defini-
tivo a la Agrupación.
Es también, bajo su mandato, cuando se crea la
sección de Gaitas, la cual, tras una etapa de consoli-
dación, pasa a tener personalidad propia fuera ya de
¡a Banda de Música.
Se renueva profundamente tanto el instrumental
como utillaje musical y el vestuario. Se incorpora a la Di-
rección de la Banda D. Da-
niel Sánchez Velasco en
1991, joven valor musical
avilesino de 19 años, clari-
nete coprincipal de la
OSPA que modifica el ritmo
de trabajo en los ensayos,
al separar la madera y el
metal, renovando también
el repertorio con la incorpo-
ración al mismo de compo-
siciones y obras clásicas.
Daniel Sánchez desempeñó
el cargo de Director de la
Agrupación hasta 1994,
con un paréntesis de ocho
meses entre los años 92-93 D. José Miguel Carrera Álvarez
20
Miscelánea de Apuntes, Imágenes y Comentario
en los que ejerció como director D. José María Martí-
nez.
A partir de este momento la Banda incorpora a
sus conciertos instrumentos de cuerda (Violonchelos
y Contrabajos). También se inicia una nueva orienta-
ción en el desarrollo de la actividad musical de la
Banda mediante la puesta en marcha de nuevas líne-
as de trabajo entre las que cabría señalar, como más
importantes, por un lado, la captación e incorpora-
ción de jóvenes a la actividad musical y paralelamen-
te la intensificación de la labor docente orientada
preferentemente a estas nuevas incorporaciones.
Esto trae consigo la necesidad de poner en servicio,
además de la tradicional "Academia", un nuevo local
de ensayo y trabajo docente.
Otro campo de actuación ha sido la realización de
actividades novedosas en relación a la promoción de
la música y especialmente de los nuevos jóvenes
valores que forman parte de la Banda, como por
ejemplo la realización de actividades que trascienden
el marco puramente local y regional. En este sentido
se acude a convocatorias nacionales y europeas que
cristalizan hasta el momento con la aprobación de
dos proyectos dentro del programa europeo "La
juventud con Europa". Esto trae consigo la salida de
la Banda de Candas a nuevos escenarios, concreta-
mente y hasta el momento Alemania, así como la pre-
sencia en nuestra villa de agrupaciones musicales de
otros países, consolidando así esta nueva línea de
trabajo de la que la Agrupación está siendo pionera
en Asturias. También, la celebración de las "Jornadas
de Música Joven, en el verano en la calle" en los años
90.
En el año 1994 accede a la Dirección D. Óliver
Díaz Suárez que la ostentará hasta 1999, joven músi-
co de 21 años que hasta ese momento formaba parte
de la Banda como saxofón alto. Gracias a su forma-
ción y al papel que en la misma han tenido Amador
Fernández, María Joao Pires, Jean - Francois Heisser,
Miguel Beroff, Irina Zaristkaya, Blanca Uribe, y Josep
María Colom, entre otros, además de la Banda local
se hizo cargo de la Big-Band del Conservatorio de
Música de Gijón en calidad de pianista y director.
Desde 1998 reside en Baltimore, donde tras ser
admitido en "Peabody Conservatory of the Johns
Hopkins University", es correpetidor y asistente en la
ópera de la universidad, allí amplía sus estudios en
interpretación pianística con Mr. Julián Martín (jefe
del departamento de piano de dicha universidad y
profesor en Julliard School of Music), dirección de
orquesta con Mr. Edwars Polochick (director titular
de la "Lincoln Symphony Orchestra) en Nebraska y
de "Concert Artist" en Baltimore) y composición con
el Dr. Tom Benjamín.
Se asiste a la consolidación de la "Academia" -
ahora bajo el nombre de "Escuela de Música "Óliver
Díaz Suárez" de la Banda de Música de Candas"- no
sólo como centro de formación musical sino como
vivero en el que nutrirse y garantizar el futuro de la
Banda de Música. En ella, bajo la atenta tutela de
siete profesores titulados, se imparten clases de cla-
rinete, saxofón, trompeta, trompa, trombón, bom-
bardino, tuba y percusión pudiendo sus alumnos lle-
gar a formar parte de la Banda de Música de Candas.
En la misma línea de promoción, en el verano del 97
se editó un CD Rom bajo el título de "la música en el
cine y otros temas" de una duración aproximada de
cincuenta minutos y que incluye vídeos y archivos
fotográficos de la Agrupación.
El relevo en la dirección lo tomará Iván Cuervo
Fernández, profesor del Conservatorio Julián Orbón
(Aviles) y colaborador con la Orquesta Sinfónica del
Principado de Asturias, Virtuosos de Moscú, Orques-
ta Ciudad de Granada y Joven Orquesta Nacional de
España.
1 Hasta 1984 el Texto ha sido extraído de la obra"El Candas Artístico-Musical",
de David Pérez-Sierra González
21
Banda de Música de Candas. Ais. Aniversario.
EN TORNO A LABANDA DE MÚSICADE CANDAS
uede afirmarse y, no es poco, que
la centenaria Banda de Música de
Candas en su amplio caminar ha
tenido de todo: desde carencia
absoluta de medios económicos para sostenerla, fal-
ta de instrumentos o críticas malsanas como denomi-
narla irónicamente "Banda del Chubasco", porque
llovía siempre que actuaba, más frente a ello, res-
puestas alegres y gratificantes de mucha parte del
vecindario, amante de la música, siempre prestos a
conservarla, con o sin uniformes, con la ayuda en pri-
mer lugar del Cristo, de su Cristo, el Gran Náufrago
de los mares de Irlanda, que sabía bastantes de los
aconteceres de su pueblo fiel, a quien a su sincera
veneración trataban de "tú a Tú" el Santo del "Ca-
marín", del que también sincero devoto y amigo, el
desdichado poeta festivo gijonés, víctima irracional
de la Guerra en 1937, Luis Fernández Valdés "Ludi",
quien refiriéndose a la benevolencia del Santo Cristo
hacia quienes en alegre romería le visitaban, dedicó
como parte de un pequeño poema, estos versos:
Allí los que canten, bailen
y se farten de empinar,
son los que más endulgencies
del Santo suelen ganar...
BENEFACTORES Y DIRECTORES RECORDADOS
Con el Cristo Marinero, además, repetimos, bue-
na parte de habitantes de la villa, que querían la Ban-
da, la ayudaban en lo posible y animaban, codo a
codo, con personas pudientes y beneméritas, como
por citar, entre otros descollantes, los contratistas de
obras Manuel Pérez Vega y Ángel Rodríguez, quie-
nes, por si no fuera bastante su ayuda económica, en
determinadas épocas, más o menos brillantes, actua-
ron de eficaces presidentes de la "Asociación Banda
de Música".
Mas por encima de todo, tiempos extraordinaria-
mente difíciles, social y políticamente, el entrañable y
para nosotros venerable D. Joaquín Fernández Fer-
nández, que con el clásico "en gloria esté", con gra-
titud le recordamos, justamente, claro está, con quie-
nes se entregaron en cuerpo y alma a la Banda, y, de
una forma muy especial, a "Pipi", o si se quiere al
"Maestro Antuña", D. José Antuña Arguelles.
Vueltos a D. Joaquín, el más antiguo Director, que
dirigió la Banda durante el periodo 1912 a 1936, en
que la Asociación Musical, víctima también de la
Guerra, fue militarizada y trasladada a Gijón, hasta más
allá del final de la desgraciada contienda civil. D. Joa-
quín Fernández, ilustre personaje de nuestro pueblo,
que aunque ya difuminado en nuestra mermada me-
moria, entre otras cosas por más de 86 años de usar-
la, lo recordamos, unido a la Asociación Musical, co-
mo persona que incansablemente enseñaba y educa-
22
Miscelánea de Apuntes, Imágenes y Comentarios
da musicalmente, que renovaba instrumentos inservi-
bles, adquiría uniformes que sufragaba de su peculio,
muchos de los gastos y hasta "sin dar cuartos al pre-
gonero", mitigaba algunas necesidades
humanas...De ahí que agradecidos por bien nacidos,
nada de extraño tiene que sus músicos y educandos,
acordaron nombrarlo Director Perpetuo y Bienhe-
chor de la Banda en 1956. D. Joaquín, aparte de los
24 años al frente de su conjunto musical, tuvo tiem-
po para ser Presidente de la Sociedad de Mareantes
y Alcalde del Concejo.
Sucedió a D. Joaquín, el músico y compositor lo-
cal "Pipi" o "Maestro Antuña", D. José Antuña Ar-
guelles, quien estuvo al frente de la "Asociación Ban-
da de Música de Candas", desde 1936 al 1983, Gue-
rra Civil por medio, militarización, traslado a Gijón y
acuartelamiento en el Palacio de Revillagigedo, con
dos escapadas para dirigir las Bandas locales de
Sotrondio y Langreo, al parecer, no demasiado bien
acogidas entre la afición local. En tan largo periodo
de responsable de la Banda, padeció desilusiones,
disgustos, tal vez incomprensiones, desde veladas
acusaciones de escaso apego a la Banda, abandono
de su cometido y otros demasiados etcéteras, que
ciertamente le afectaban, puesto que aseguraba su
amor a la Banda "su Banda"...
En el portfolio de 1986, bajo el epígrafe "Aclaran-
do", escribía:
lar y actuaba principalmente en funciones religiosas
solemnes de muchas parroquias. La verdadera fama
la alcanzó al ser autor de la música - la letra es de
quien esto escribe - del Himno Oficial de la Virgen de
Los Remedios, Patraña del Concejo de Carreño, que
se cantó por vez primera el 27 de setiembre de 1959,
coreado por más de 5.000 personas sitas en la expla-
nada del Santuario de Guimarán y alrededores, en el
momento que el Obispo D. Ángel Riesgo Carbajo -
hoy en proceso de Beatificación - colocaba la corona
de oro sobre la cabeza de la Celestial Patraña de
Carreño, canónicamente la segunda - con la Santina
de Covadonga - de Asturias...También en el momen-
to, actuó la "Capilla del Maestro Antuña"...Con este
acto, uno de los más importantes religiosos de todos
los tiempos en Carreño, Antuña quedó unido históri-
camente para siempre a la mejor historia de nuestro
municipio, quien le mostró su gratitud y respeto,
declarándole Hijo Predilecto el 23 de diciembre de
1982 y dándole su nombre, "Maestro Antuña", a un
hermoso parque, el cual, siempre que llegamos a
Candas en tren atravesamos de punta a punta, por-
que lleva el nombre de quien fue entrañable amigo
"Pipi" y en el que está el monumento alegórico del
legendario "Pleito de los Delfines".
Y OTROS DIRECTORES Y PRESIDEN FES
QUE DÍA A DÍA FORJARON EA BANDA
"/Amo a Candas de verdad!
¿Olvidar?. No lo penséis...
Nunca olvidaré Candas.
Mi palabra ahí la tenéis...
¡Jamás! ¡Jamás! ¡Jamás!".
En 1983, pidió voluntariamente la jubilación y po-
co a poco fue adentrándose de lleno en Gijón, donde
impartió clases de música, compuso canciones y creó
la Capilla Sacra "Maestro Antuña" que se hizo popu-
No fueron solos, en verdad, los citados Bene-
méritos, directores y presidentes, quienes forjaron y
llevaron a buen puerto en, largo navegar, a las ya his-
tórica, famosa, y sobre todo digua Asociación
BANDA DE MÚSICA DE CANDAS; cargada de histo-
ria, y de la buena, que ya existía en 1880, como
puede comprobarse en el Acta de Constitución de la
Sociedad de Mareantes de Candas, fechada a uno de
noviembre del año referido en la que consta entre
sus finalidades una "subvención al organista de la
23
Banda de Música de Candas. Aniversario.
iglesia parroquial, con el cargo de enseñar gratuita-
mente música a los niños del pueblo hijos de los
socios que lo soliciten y dirigir la Banda de la locali-
dad . (Lo transcribe el inolvidable José Alonso Jesús,
en "Asociacionismo marinero de Asturias", Candas
1993). Ese mismo año participa la Banda en las
Fiestas de S. Félix, primero de agosto.
Así de pronto, me viene a la memoria, como
directores, el sacerdote D. Medardo Carreño, que lo
era en excepcionales momentos, que principalmente
enseñaba y nunca salía con la Banda; también el ¡lus-
tre Pedro Braña y, en lugar de excepción, el poleso
Falo Moro, imposible de olvidar, buen músico, que
igual tocaba que cantaba habaneras y danzares..
Bonísima persona, aún cuando fuese alegre y bohe-
mio. Y Genaro Valdés Rebollar, agradable presencia,
actualmente director de la Banda de Música de Gi-
jón, Villa Jovellanos.
Todos ellos, hasta el actual director D. Iván
Cuervo Fernández y el presidente, además músico
José Miguel Carrera Álvarez, forman el gran desfile
que paso a paso dieron cuerpo y alma a la Banda
candasina, a las ayudas de mecenas, particulares y la
gratificante del Ayuntamiento que de la "nada" de
tiempos pasados actualmente protege y ayuda con
ejemplar grandeza. Gracias a todos en conjunto y
sobre todo a los componentes músicos de la misma.
Ahora la Banda da gusto verla y escucharla. Mirarla
llena de juventud junto a los mayores. Chicas joven-
císimas y hermosas, muy "prestosas" y no menos
atractivos muchachos, a quienes enamorados de su
Banda, nada se les pone delante.
Marino BustoCronista Oficial de Carreño y miembro del R.I.D.E.A.
24
Miscelánea de Apuntes, Imágenes y Comentark
¡¡QUE 120 AÑOS SONMUCHO...!!(A MODO DE PREÁMBULO)
oda efeméride es la síntesis de
una evolución. Y, como en este
proceso opera la selección natu-
ral, tanto más meritorio resulta
poder celebrar el aniversario de una de las institucio-
nes con auténtica "solera" -desde el punto de vista
de su trayectoria continuista- en Carreño: la Banda
de Música de Candas.
El entramado social del Concejo, dispone de un
tejido interpuesto de numerosos entes, asociaciones
y grupos dedicados a los menesteres más variopintos
que , como en cualquier ciclo vital, sufren los típicos
vaivenes en su actividad: ora alcanzan el culmen par-
ticipativo, ora presentan temporadas de profundo
letargo, hasta su nueva reactivación.
Sin embargo, en este itinerario quisiera resaltar al-
gunas observaciones. En primer lugar, constatar la par-
ticipación horizontal y de proximidad, en algunos casos;
es decir, el factor cercanía se superpone al interés por el
entorno inmediato (caso de los movimientos vecinales).
Pero no siempre es así; en otras circunstancias, el moti-
vo de agrupación es la temática. Surgen entonces
colectividades dedicadas a cuestiones plurales: depor-
te, ocio, gastronomía, coleccionismo, etc....
En todo ello conviene destacar también, como
factor de indudable importancia, el apoyo financiero
y logístico que, desde hace ya bastantes años, vienen
prestando las distintas Corporaciones Municipales,
con un sentido que - en mi particular opinión - debe
tender a favorecer la participación, evitando injeren-
cias o intervencionismos partidistas que, a la postre,
provocan disfunciones en el normal desarrollo socie-
tario. Esto se puede resumir brevemente en un afo-
rismo cuya validez se puede contrastar en el tiempo:
siempre se deben de reconocer las Instituciones, no
a las personas que, de forma circunstancial, ocupan
puestos directivos en la misma, pues, en analogía
con la corriente de los ríos, aquellas permanecen,
mientras que éstas fluyen y se renuevan de continuo.
Pero, centrémonos en el motivo de la conmemo-
ración. Cuando el artista de la canción popular di-
ce..."¡¡Que 20 años no son nada!!...", nosotros pode-
mos afirmar con rotundidad que 120 sí lo son ¡¡Y mu-
cho!!.
En esta larga etapa se condensa la acción de
numerosas personas, desde directores a educandos,
sin olvidar la aportación de socios y filántropos.
Todos ellos han contribuido a deleitar las fiestas de
Candas y las distintas Parroquias del Concejo. Algu-
nos de estos personajes, han dejado su impronta,
con el reconocimiento agradecido de menciones
25
Banda de Música de Candas. Aniversario.
honoríficas de la ciudadanía: el Parque Maestro An-
tuña o la calle Pedro Braña son dos ejemplos a des-
tacar.
No obstante, toda esta andadura no fue un cami-
no fácil. Hubo periodos de prolongadas crisis en el
desarrollo de las Bandas de Música de Asturias, hasta
tal punto de que en ciertos momentos, solamente
subsistieron las de Candas y nuestros vecinos limítro-
fes: Gijón y Aviles. Quizás convenga señalar esta for-
taleza que, sin duda alguna, proviene de una heren-
cia marinera común, acostumbrada a luchar "contra
viento y marea".
Pero los años pasan...y, pienso que en el caso de
la Banda de Música de Candas, con un sentido muy
positivo. Afortunadamente, aunque las necesidades
son siempre muchas, atrás se queda la inestabilidad
que provocaba la carencia permanente de instalacio-
nes e instrumental adecuado.
Hoy nos encontramos, en el ámbito de nuestra
querida Asturias, con la explosión exultante en el
campo musical que -dicho sea de paso- hay que salu-
dar con alborozo. Pero, en esta dinámica, conviene
valorar con los parámetros utilizados en la cultura vi-
tivinícola y, en eso, todos somos buenos entendedo-
res: sabemos que un "crianza" tiene más valor que un
caldo reciente, sin que ello signifique -por supuesto-
despreciar los personalísimos gustos individuales.
Sin más preámbulos y actuando como en la esce-
nografía del teatro, al discurrir las cortinas para que
comience la obra a representar -en este caso la Ban-
da de Música de Candas- sólo me queda despedir-
me con un deseo que, estoy seguro, es ampliamente
refrendado por los vecinos: ¡¡Larga vida a esta insig-
ne Institución!!.
Marcelino Menéndez MenéndezSocio de Honor de la Banda de Música de Candas
26
Miscelánea de Apuntes, Imágenes y Comentarios
TODOS CON LA BANDA
orno siempre nada de Candas es
ajeno a su ribera. Todo está íntima-
mente ligado a la mar. No pode-
mos escapar al balanceo. Es nues-
tra identidad, nuestra esencia pura. Ni la banda de músi-
ca se puede deshacer de este punto de partida. A mí, en
estos momentos me cabe el honor de sostener izado el
pabellón que representa toda la tradición de un pueblo,
que vivió por y para la mar, y desde aquí, quiero entrar
en esa conmemoración centenaria, seguramente llena
de detalles y aventuras que la banda de música festeja
con todo merecimiento. Desde las interioridades de es-
te cargo que me toca defender como pescador en acti-
vo, siento que aquello que germinó como organización
relacionada con la mar y con la pesca, sirvió para llegar
hasta donde hoy estamos. Aquel gremio de mareantes
tuvo que ser el primer núcleo organizado en cuestiones
importantes con la mar y su problemática. Los comien-
zos de cualquier cuestión organizativa siempre son in-
ciertos, por lo que para mi, goza de toda mi simpatía y
mi reconocimiento, y desde luego, es evidente que con-
tribuyeron en traer a este pueblo muchas más cosas que
las meramente relacionadas con la mar. Podían carecer
de lo que hoy llamamos elementos técnicos, pero el po-
tencial económico y humano que en aquel entonces ge-
neraba nuestro pueblo, tenía que ser sin lugar a dudas
muy superior al que nos asiste en estos momentos aun-
que parezca exagerado, ya que en la villa, ciertamente
desde principios de los sesenta viene bajando insistente-
mente la capacidad económica y humana de todo lo re-
lacionado con la mar hasta la precariedad actual. Aquel
Candas se fue diluyendo por la decisión de sus hombres
de abandonar la mar por otras alternativas que sin duda
también contribuyeron a la prosperidad de todos noso-
tros pero, son alternativas distintas. Me parece a mí, que
Candas en aquellos tiempos, gozaba de una salud... tan
saludable...que hasta se metían en cuestiones de mú-
sica, lo que estaba realmente bien. Nunca está de más
aprovechar los buenos momentos económicos para de-
jar una impronta tan interesante y tan estupenda como
ésta, con unos resultados que a la vista están, esto es
innegable, la decisión fue acertadísima. Me gustaría in-
sistir en el tipo de organización que tenían, ya que des-
taca la gran realidad que fue después nuestra banda de
música, con su prolongada trayectoria que se evidencia
como un logro bien consolidado. Ciertamente que Can-
das es un pueblo con música interior; quiero decir con
alegría por dentro, y con esta esencia tan característica,
nuestra banda nos representó una y otra vez, en mil oca-
siones por Asturias y fuera de ella, de una forma bien
digna. No fue poco lo conseguido, estoy convencido de
que hay toda una interesantísima historia de toda la gen-
te que formó parte durante tantos años de la banda y se
quedan acontecimientos y momentos interesantes de-
trás de las bambalinas..., pero quisiera hablar del futuro
que resulta más interesante y arriesgado por lo que tie-
ne de clarividencia, quiero pensar que en lo sucesivo se
ira manteniendo y seguramente aumentando y mejoran-
do, por aquello de innovarse como lo viene haciendo
desde su nacimiento. Yo deseo que esta embajada tan
candasina, en este nuevo siglo sepa navegar bien con
todos los vientos. Espero que los derroteros sean los
acertados. De este modo seguro que seguiremos bien
representados por juventud aficionada al pentagrama y
cada vez más capaz de interpretar los repertorios más
exigentes. Para el deleite de todos nosotros y de quie-
nes siguen detrás en el curso de la vida, es decir: nues-
tros hijos.
José Ángel Gutiérrez SuárezPatrón Mayor Cofradía Pescadores "Ntra. Sra. del Rosario" de Candas
27
Banda de Música de Candas. Aniversario.
EN LOS AÑOS 70
nte el 120 aniversario de la Ban-
da de Música de Candas, hecho
excepcional en una actividad cul-
tural de este tipo en Asturias, en
estas líneas muestro mis primeras experiencias con
su existencia.
En los comienzos de la década de los 70, momen-
to del comienzo de mi actividad profesional, fue un
atractivo especial encontrarme con la Banda de
Música. En esa época, en la ciudad de León, de don-
de procedía, hacía tiempo que la Banda de Música
había desaparecido, manteniéndose el quiosco, en el
Paseo de la Condesa de Sagasta, como muestra de
su anterior existencia y de recuerdo de las mañanas
dominicales de la infancia.
En esos años sus actuaciones, durante el periodo
final de la primavera, cuando el curso académico
daba sus últimos coletazos, eran un remanso de exal-
tación del espíritu, las distintas interpretaciones
musicales, coincidentes con la animación del momen-
to.
Esos son los retazos de esos años, en los que con
gran maestría José (Pipi) Antuña dirigía la agrupación
musical candasina, con personas tan entrañables co-
mo Pepe el Chelo, Chicula o Juaco, este último con
su especial habilidad en el manejo de los platillos, al
lado del resto de los integrantes.
En esa circunstancia conozco el apodo popular de
"Banda del Chubasco", algo chocante en este tipo
de institución cultural. Una explicación de esta deno-
minación la señala, Braulio Rodríguez "Pocholo" en
"Candas 1980", al relatar una de las andanzas de la
Banda durante las fiestas de Bañugues, en los años
treinta.
La actividad de la Banda se ha mantenido e incre-
mentando desde esos años, de tal manera que en la
actualidad es una de las sociedades culturales de
vanguardia del Concejo de Carreño.
José María González GarcíaPortavoz del Grupo Municipal del Partido Popular
28
Miscelánea de Apuntes, Imágenes y Comentarios
UNA BANDA PARAEL PUEBLO
s para nosotros motivo del mayor
orgullo que se nos haya invitado
a expresar una palabras a propó-
sito de esta publicación, y es una
satisfacción poder felicitar sincera y públicamente a
la Banda de Música de Candas por sus muchos años
de funcionamiento exitoso, de consolidación y de
perfeccionamiento constante.
Podría parecer que nuestra ignorancia musical,
producto, entre otras razones, de un sistema educa-
tivo que nunca ha dado importancia a la música, nos
inhabilita para estimar el trabajo de la Banda a lo
largo de sus años de existencia.
Ciertamente, no somos nosotros los más indica-
dos para juzgar la brillantez en la ejecución de las
piezas, la calidad artística de sus miembros, o la coor-
dinación musical entre ellos.
No obstante, nos creemos obligados a plantear
algunas cuestiones, desde un plano social y político,
ya que no específicamente musical.
Ante todo queremos reflejar que la Banda de
Música de Candas, ha sido un producto del propio
pueblo, en su intento por emanciparse de condicio-
nes de existencia muy duras y austeras. Con la crea-
ción de la Banda el pueblo ha venido a coger las rien-
das culturales frente al arte de las élites al que tradi-
cionalmente se le negó el acceso. La Banda de
Candas no sólo ha sido y es arte para el pueblo, en
sintonía con su gusto estético, sino que es arte pro-
ducido por el propio pueblo. En esta medida, cabe
decir, sin matices, que es en sí misma una entidad
democratizadora e incluso que tiene algo de revolu-
cionario.
Afortunadamente, las bandas de música no se
han dejado encorsetar por programas oficiales, por
reglamentos estériles o por directrices ministeriales,
y han mantenido, por ello, el sabor de lo que nace
desde abajo y crece autónomamente sin caer en las
redes de los grandes intereses económicos o de los
intereses de los partidos que controlan el sistema.
La Banda de Candas ha jugado siempre un papel
educativo de primer orden, cumpliendo además fun-
ciones de integración social, en momentos en que la
sociedad fue (y sigue siendo) excluyente.
Pero creemos, igualmente, que no sólo por estas
razones merece nuestra consideración, aunque tales
razones no sean pocas ni irrelevantes.
La Banda es, diríamos por definición, arte en la
calle, música en la calle, un arte directo que no se es-
conde en auditorios ni tras los precios de las entra-
das. Un arte que contribuye a crear calidad de vida y
que genera el tipo de atractivo turístico y de ambien-
te específicamente populares. Algo que representa,
29
Banda de Música de Candas. Aniversario.
sin duda alguna, la alternativa real a quienes creen
que el turismo pasa por los macroconciertos, las dis-
cotecas y la música repetitiva de sintetizador.
Debemos apuntar, además, que el repertorio
amplio y diversificado de la Banda de Candas ha ¡do
conformando, la habilita para dar cobertura a todo
tipo de actos sociales, y la hace compatible con toda
manifestación cultural y festiva de este concejo.
Por ser un arte del pueblo, para el pueblo y en
sintonía con la orientación que, al menos desde nues-
tro punto de vista, deben adoptar los festejos y las
muestras culturales de Candas y de Carreño, la felici-
tación a la Banda de Música no es, para nosotros, en
conclusión, felicitación de cortesía, sino muestra de
agradecimiento sincero, garantía de apoyo en cuan-
to nos sea posible, y ánimo para proseguir durante
muchos años con una de nuestras instituciones popu-
lares que más nos llena de admiración.
Confiando en el éxito de esta publicación y del
conjunto de vuestra labor, recibid el saludo fraternal
de un amigo,
Julián IglesiasPortavoz del Grupo Municipal de Izquierda Unida
30
Miscelánea de Apuntes, Imágenes y Comentarios
UNA VISIÓN TÉCNICAY MUSICAL
reo sinceramente no ser la perso-
na más apropiada para emitir un
juicio de valor sobre la longevi-
dad y productividad en tiempos
pasados de la agrupación Banda de Música de
Candas. Ahora bien, sí me gustaría desde estas pala-
bras, mostrar mi admiración hacia una entidad que
pese a la tendencia actual, pese a ese descuido terri-
ble hacia los valores tradicionales, al desprecio de las
formas, y al culto y al amor al dinero que desgracia-
damente preside hoy en día nuestra sociedad, sigue
siendo una agrupación romántica, pero no solo en el
contenido, sino en la forma también. Y de ahí, del
respeto, de la consideración, de la profesionalidad
que hacen gala desde el primero hasta el último de
sus componentes -pero ojo, no la profesionalidad
como la entendemos hoy en día, es decir, tratar de
arañar segundos al reloj sin tener ningún tipo de
aprecio por la labor que desempeñamos -, en fin, de
todos esos valores que desgraciadamente uno
encuentra en contadas ocasiones, es de donde se
nutre el "milagro de la Banda de Música de Candas",
frase con la que a mí me gustaba denominar el mag-
nífico talante, disposición, prestigio y esa especie de
magia, que convierte lo que puede parecer un pro-
yecto excesivamente ambicioso y difícil, en una
empresa perfectamente abordable para una agrupa-
ción que parece no tener límites.
Como miembro de la cuerda de Saxofones, como
director, como colaborador y como amigo, uno de
mis mayores orgullos personales y profesionales es
haber sido, y en la medida que mi profesión me lo
permite seguir siendo, miembro activo de tan noble
empresa: allí donde nadie ofrece una educación com-
pleta ni al alcance de todos los bolsillos, la Banda de
Música de Candas responde con una de las mejores
plantillas de profesores de la región (sino la mejor) y
a un precio prácticamente simbólico para que todos,
absolutamente todos tengan la oportunidad de estu-
diar con magníficos profesores y magníficos instru-
mentos; allí donde nadie respeta a los músicos, y el
instrumento que guía los destinos de los artistas es el
económico, la Banda de Música de Candas hace gala
de una seriedad y dignidad hacia los músicos en un
ambiente en el que por encima de toda exigencia
descabellada y sin fundamento, está el respeto por el
arte, los valores artísticos y los profesionales de ese
arte; allí donde a nadie le importa el sacrificio de una
generación joven por alcanzar unos ideales, y donde
lo único trascendente y reseñable es la productividad
individual, la Banda de Música de Candas aporta ese
romanticismo casi olvidado que le permite poner al
frente de la agrupación a un joven músico deseoso
de aprender y mejorar en su vocación artística, y así
uno tras otro vamos encontrando la necesaria prime-
31
Banda de Música de Candas. Aniversario.
ra oportunidad numerosos jóvenes músicos asturia-
nos.
Pero afortunadamente, no son estos, valores que
adornan solo el pasado y presente de la agrupación,
sino que gracias al gran trabajo de su junta directiva
y del magnífico cuerpo docente que imparte clases
en su escuela de educandos, tendrá con toda seguri-
dad en el futuro, a no ser que algún desaprensivo se
empeñe en poner fin a tan maravillosa empresa, que
créanme, a construir nadie se arrima pero para des-
truir sobran manos hoy en día.
En fin, demos las gracias a todas las generaciones
por las cuales la Banda ha ido pasando y que la han
hecho llegar a este espléndido momento actual del
que disfruta. Y por último y de forma personal me
gustaría dar las gracias desde aquí a todas las perso-
nas que desde la propia Banda de Música me han
ayudado a crecer como músico, y más importante
aún, como persona. Son raíces que a uno le marcan
profundamente y que le ayudan a ver con más clari-
dad el camino que desde otros ángulos a veces se
nos torna oscuro y nebuloso. Me siento, por todo
ello, en deuda con una agrupación que ha dejado en
mí una huella imborrable, y desde luego el mejor
regalo en este 120 aniversario de la Banda, para
todos los que queremos a esta entrañable y maravi-
llosa casa, es contemplar cómo a pesar de vientos y
mareas - y nunca mejor dicho para un pueblo de tra-
dición pesquera - la Banda de Música de Candas
sigue creciendo, sigue mejorando, sigue dando
oportunidades, y lo más importante de todo, sigue
siendo una de esas contadísimas instituciones no
contaminadas por el virus de la sociedad actual, que
ayuda a que los sueños de algunos jóvenes músicos
se convierta en realidad... ¡Felicidades y que cumplas
muchos más!
Óliver Díaz SuárezEx-D¡rector de la Banda de Música de Candas
32
j f n este momento en el que Candasi ^^ •» •V ^ —N celebra orgullosa la ya larga vida
de su Banda de Música, hemos de
recordar que hace más de dos
siglos, Candas, dentro de su modestia de villa marine-
ra, supo celebrar sus fiestas más señaladas con música.
Si hace unos años, en el Porfolio de Fiestas, di a co-
nocer la entrada como hermano de la Cofradía del
Cristo de un gaitero vecino del lugar de Tiñana, en La-
viana, que se prometía a venir a Candas a tocar el día
de la fiesta del Cristo o, en caso de que él no pudiera
hacerlo, enviar a otro que lo hiciera en su lugar, certifi-
cando así la presencia de la música popular dentro de
los festejos candasinos, hoy la que se abre paso en
estas líneas es la venida a Candas de parte de la que
fue primera agrupación musical conocida en Asturias,
agrupación dedicada, como es natural por su patroci-
nadora, la Catedral de Oviedo, a la música culta reli-
giosa.
Estaba la orquesta de la Catedral de Oviedo con-
formada por instrumentos de cuerda, de viento, de
tecla y de percusión. Entre los primeros, los había de
cuerda y arco: violín, violón, viola y violeta, y de cuerda
Miscelánea de Apuntes, Imágenes y Comentarios
CANDAS Y LAORQUESTA DE LASANTA IGLESIACATEDRAL DE OVIEDO
punteada: arpa. Más numerosos eran los de viento:
bajón, clarín, corneta, chirimía, fagot, oboe, trompeta,
trompa, serpentón y flauta. De tecla: órgano (cuando la
orquesta tocaba en la catedral) y clavicordio. En fin, un
conjunto, que dirigido por destacadas personalidades
llegadas a Asturias desde los más diversos puntos de la
geografía hispana, alcanzó muy altas cotas en la inter-
pretación musical.(1)
La primera vez que tenemos constancia de la pre-
sencia de componentes de esta orquesta en Candas es
en el año 1748. Se había concluido ya el retablo para
albergar la imagen del milagroso Cristo y por ello la
parroquia quiso celebrar su fiesta con la mayor solem-
nidad posible. Es el párroco de San Félix quien, por
medio del arcediano de Ribadeo, dignidad del cabildo
catedral ovetense, solicita la venida a la villa de algunos
músicos de la orquesta. Así lo recogen las Actas del
cabildo celebrado en la Sala Capitular de la Catedral
ovetense el día 6 de septiembre de ese año:
"Lizenzia a unos músicos
El señor Rivadeo suplicó al cavildo diese lizenzia a
unos músicos para poder ir el día de la Cruz a la festi-
vidad de el Christo de Candas; y aviendo dado lugar y
vetándose, se acordó que baian Pravia y Barlet, con tal
que a Barlet le substituía su hermano en la terzia y
procesión (2)
(1) Sobre la orquesta de la Catedral es de obligada referencia la magnifica obra del archivero catedralicio D. Raúl Arias del Valle, La orquesta de la S.lCatedral de Oviedo (1572-1933). (En los orígenes y desarrollo de la música culta en Asturias). Oviedo,1990(2) Archivo Catedral de Oviedo, Actas Capitulares, lib. 53, fol. 189v.
33
Banda de Música de Candas. Aniversario.
Es muy probable que de los tres hermanos Barlet
acudiese a Candas, Carlos o Francisco, ambos tañe-
dores de oboe; de ahí que el que restase en Oviedo
debería cubrir la ausencia de su hermano, tal y como
indica el acuerdo capitular. El acompañaría al violinis-
ta García Barrera, apodado "Pravia" por su lugar de
origen.
Lo reducido del número de músicos desplazados
aparece claramente justificado en la segunda ocasión
en que una vez más, ciertos componentes de la Or-
questa ovetense se desplazan a Candas. Es el año
1761 y de nuevo ante el cabildo catedralicio de
Oviedo, reunido en su Sala Capitular el día 27 de
agosto, se presenta una nueva petición:
"Licencia a unos músicos para ir a Candas
Leiose un memorial del maiordomo del Santísimo
Christo de la villa de Candas que pide se le permita
llebar unos músicos para la fiesta que haze la
Cofradía el día de la Cruz de Septiembre. Y se acor-
dó que, por ser día ocupado acá y no se le poder dar
todos los que necesita, se le permita llebar los que el
maestro de capilla diga que se puedan escusar acá. Y
al capellán de Candas se le da licencia para que baian
y se puedan mantener por allá ocho o diez días des-
pués".{3)
La noticia es más escueta en lo que al número de
músicos y a quiénes eran estos se refiere, pero acla-
ra el motivo: el día de la Cruz de septiembre es fies-
ta en la catedral de Oviedo, fiesta jubilar cuando tal
fecha cae además en viernes, y por ello no podía des-
plazarse toda la orquesta, ni siquiera un número
amplio de sus componentes. Pero al menos esta vez
los músicos pueden permanecer en Candas no sola-
mente el día de la festividad, sino también durante
toda la octava.
Ahora bien, Candas no fue sólo receptora de la
Orquesta de la Catedral de Oviedo, sino que tam-
bién contribuyó a la misma, ya que de ella formó
parte Jerónimo Velasco, natural y vecino de la villa.
Muy diversas noticias tenemos sobre la trayectoria
vital de este candasín, que ya en el año 1781 es niño
de coro y aprendiz de bajón. En 1787, siendo acólito
y residiendo en el Colegio de San José, se piden
informes al rector del Colegio y al maestro de Capilla
sobre su "suficiencia" para el bajón, y se acuerda que
desde el día de Año Nuevo, 1 de enero de 1788
"dejará el acolitazgo y el colegio y empezará a ganar
cuatro reales diarios de salario por el instrumento de
bajón" (4), ingresando desde este momento de forma
efectiva en la Orquesta.
El esfuerzo que han de realizar se refleja con rela-
tiva frecuencia en su merma de salud y en el cambio
que en muchas ocasiones hacen de instrumento. A
comienzos de septiembre de 1801 el cabildo cate-
dral le concede a Velasco 18 días de licencia "para ir
a tomar baños de mar en el Puerto de Candas", con
lo que además Gerónimo Velasco podía asistir a las
fiestas del Cristo. Aunque intenta ser adquirido con
violín o viola, continúa Velasco siendo primer bajón
de la orquesta catedralicia, y como tal va a participar
en uno de los hechos históricos más entrañables de
la villa.
Una vez concluida la Guerra de Independencia,
por Real Orden de 15 de julio de1815 se había dis-
puesto que las banderas pertenecientes a los regi-
mientos de voluntarios con nombres de determina-
dos concejos, que habían sido declarados extingui-
dos, fuesen llevadas solemnemente a la iglesias
parroquiales de las capitales de dichos concejos. D.
Juan González Cienfuegos, conde de Maree! de
Peñalba, coronel jefe que fuera del Regimiento de
Candas y Luanco, inicia el proceso que va a concluir,
(3) Archivo Catedral de Oviedo, Actas Capitulares, lib. 57, fol. 114r.(4) Arias del Valle, ob. dt, p.233.
34
pese a la reclamación presentada por el concejo de
Gozón, en la traída de la bandera del regimiento a
Candas, a donde llega el 23 de junio de 1916 (5:. Y
para mayor solemnidad del acto es el propio conde
de Marcel de Peñalba el que solicita del cabildo cate-
dral ovetense la presencia del bajón Velasco, al que
se responde con el siguiente acuerdo, tomado por el
cabildo el día 21 de junio:
"Belasco, bajón. Se concedieron ocho días de
licencia al bajonista Belasco para su asistencia a la
colocación de la Bandera de Candas, cuya gracia
Miscelánea de Apuntes, Imágenes y Comentarios
suplicó el conde de Marcel de Peñalba".(6)
Con tal concesión agradecía el cabildo a Candas
la presencia de tan buen músico entre los compo-
nentes de su orquesta, más aún si se lo solicitaba tan
noble persona como don Juan González Cienfuegos,
cuya casa solariega se alzaba y aún alza en Carreño,
en la parroquia de Garrió.
M" Josefa Sanz FuentesCatedrático del Departamento de Historia y
Arte de la Universidad de Ovido
(5) Sobre estos acontecimientos vid. el documentado trabajo de Marino Busto García, Historia heroica de Carreño en la Guerra de la Independencia españo-la, Candas, 1990, pp. 329-339. Una breve introducción al tema por el mismo autor en Historia del Concejo de Carreño en la general de Asturias, Gijón, 1984,p. 295(6) Archivo Catedral de Oviedo, Actas Capitulares, lib. 67, foí. 192v.
35
Banda de Música de Candas. Aniversario.
NOTICIAS SOBRE LABANDA DE MÚSICADE CANDAS ENEL SIGLO XIX
falta de realizar un estudio
exhaustivo sobre los orígenes y
la fundación de la Banda de
Música de Candas, las primeras
noticias que conocemos sobre su existencia nos tras-
ladan al lejano año de 1880. Así, en el número 7 de
la "Revista de Asturias", publicada en Oviedo el 15
de abril de dicho año, el autor - cronista de una de
sus secciones (Ecos y Rumores) que firmaba con el
seudónimo de Saladino y no era otro que su director
- fundador, el catedrático de Derecho de la
Universidad de Oviedo, don Félix Pío de Aramburu y
Zuloaga (Oviedo, 1848 - Madrid 1913), personaje
muy vinculado a nuestro concejo, pues solía pasar el
periodo estival en una finca familiar de Perlora desde
donde mantenía una estrecha relación de amistad
con otros ¡lustres veraneantes carreñenses de la
época como eran el perlorino José Polledo Cueto,
los hermanos don Genaro y don Leopoldo Alas
"Clarín" o el novelista don Armando Palacio Valdés.
Pues bien, el mencionado Saladino al narrar su estan-
cia en nuestra villa durante la festividad del domingo
de Pascua de ese año, entre otras cosas nos describe
lo siguiente:
"Candas, con sus blancas casas, su encumbrada
iglesia, sus pintorescos alrededores de tierra y mar,
presentóse a mi vista desde el alto de la Formiga; y
parecía solitario, callado, melancólico, hasta que al
trasponer la última vuelta de la cuesta, descubrí al pie
de la sin igual fuente de Santarúa numerosa concu-
rrencia que se apiñaba en torno de una música mien-
tras ésta tocaba, y que se entregaba a los tradiciona-
les bailes del país cuando una de las novedades del
día dejaba de preocuparla. Porque hubo muchas
novedades aquel día, y la de la tarde era aquello: una
docena de jóvenes que, tras de breve pero aprove-
chada enseñanza, después de proporcionarse instru-
mental nuevo y bien combinado, se exhibía a sus
convecinos recreándolos con la ejecución de sencillas
y bonitas piezas y prometiéndoles adelantos futuros,
de que ya los presentes eran segura y no dononiana
garantía".
Además de esta breve crónica que bien pudiera
ser la primera noticia de la presentación de un
pequeño grupo o banda, formada por no más de una
docena de jóvenes aficionados a la interpretación
musical en la villa de Candas, acaecido el domingo
28 de marzo de 1880, conocemos otras informacio-
nes referentes a la existencia de esta agrupación
musical el citado año. Esta vez será el diario gijonés
El Comercio del miércoles 28 de julio en donde se
menciona la presencia de dicha banda dentro del
programa festivo en honor del patrono local San
Félix. La crónica del anónimo informante decía:
"A Candas.- Según nos escribe un amigo se pre-
paran grandes festejos religiosos y profanos para
solemnizar la fiesta de San Félix, patrono del vecino
36
Miscelánea de Apuntes, Imágenes y Comentarios
pueblo citado, la cual tendrá lugar el domingo 1° de
agosto. El 30 del corriente, a las doce principarán los
festejos con repiques de campanas, salvas y amenos
bailables ejecutados por la banda de la localidad. Las
vísperas serán solemnes y con acompañamiento de
orquesta. Iluminación por la noche amenizada por la
banda de música citada, fuegos artificiales y profu-
sión de luces de bengala en el Campo de la Bara-
gaña. El día 1° recorrerá las calles de la villa a la hora
de diana la banda de música. Misa solemne con
acompañamiento de orquesta y cantores de la capi-
lla de la catedral de Oviedo, dirigidos por el inteli-
gente profesor Sr. Sanz. Por la tarde regatas y cuca-
ñas en el puerto, que estará adornado elegantemen-
te, colocándose más tarde la banda de música en el
paseo de la famosa Fuente Santarúa, a ejecutar las
mejores piezas de su repertorio. Es, pues, de esperar,
que dicho día esté concurridísimo el vecino pueblo a
quien los gijoneses miran siempre con predilección,
viendo siempre en él un hermano menor dispuesto a
secundar sus planes. A Candas, pues lectores, ellas y
ellos, os prometo que pasareis en la pintoresca villa
en delicioso día como es seguro lo pasará este servi-
dor y capellán"
Otra reseña informativa muy similar en donde se
da cuenta de la intervención de la banda de música
local en los citados festejos patronales candasinos
también aparecía en el número 22 de la revista ¡lus-
trada "La Ilustración Gallega y Asturiana", publicada
en Madrid el 8 de agosto del mencionado año.
Sin embargo, la mayor parte de las informaciones
relativas a este colectivo musical durante el siglo XIX
se encuentran en los cuadernos de actas y reglamen-
to de la desaparecida Sociedad de Mareantes de
Candas. Esta asociación, constituida el 1 de noviem-
bre de 1880 bajo la presidencia del doctor don
Braulio del Busto García - Barrosa, mantendría una
vinculación especial con la banda de música debido
principalmente a la participación de ésta en la pro-
gramación de los diversos actos festivos que organi-
zaba y costeaba dicha asociación marinera, y espe-
cialmente en la festividad de la Pascua de Resu-
rrección, en la que tradicionalmente los miembros
del Gremio del Mar local honraban con gran solem-
nidad a su patraña Nuestra Señora del Rosario. Así,
entre los fines y objetivos recogidos en el capítulo
segundo de su Reglamento fundacional figuraba
expresamente: "Subvención al organista de la Iglesia
parroquial con cargo de enseñar gratuitamente en le-
cción pública a los hijos de los asociados que lo solici-
taren y dirigir la Banda de la localidad".
En el mes de marzo de 1881 la Junta Directiva de
la Sociedad de Mareantes acordaba pagar a dicho
organista y director de la banda de música la canti-
dad de 500 pesetas anuales, siempre que la parro-
quia le subvencionara con menor cantidad, pues si
era igual o mayor se le abonarían 375 pesetas, a la
vez que se gratificaba con 100 reales a los compo-
nentes de la banda por la fiesta de Pascua con invi-
tación en el establecimiento de bebidas de don Ge-
naro Pérez-Sierra, y en abril del año siguiente la can-
tidad asignada a la citada banda por la instrucción
para la festividad de Pascua alcanzaba la suma de 60
pesetas. Llegado el año 1883, tras acordar en el mes
de febrero la contratación por dos años con dicho or-
ganista y maestro de música, de nombre don David
Rodríguez, y al enterarse poco después del estado
de indisciplina en que se encontraba la banda de mú-
sica por no concurrir su director a impartir las corres-
pondientes lecciones públicas en la Academia de
ensayo, en octubre le suspenden el pago de su asig-
nación y acuerdan gratificar al contratista y maestro
de obra local don Severiano Peláez, componente de
dicha banda, que venía instruyendo y dirigiendo inte-
rinamente la misma, al menos desde el mes de enero
de dicho año.
En el año 1885, además de actuar en la festividad
de Pascua, la banda de música tendría una destaca-
37
Banda de Música de Candas. Aniversario.
FESTEJOSamenizados por la 'Banda militar
'del Regimiento del Principe
funciones religiosasA LOS NlNOSdel3sESCU[US.$OCORROSaLOS pOOrOS
////////taiY/Ar;
/W//0 García Mencía, Cartel para Li fiestas del Cristo de Candas
(1899). (Litografía Artística Moré Hermanos, Gijón)
da participación en los actos organizados en el mes de
julio con motivo de la visita a Candas del diputado a
Cortes por el distrito de Gijón, don Alvaro Armada
Fernández de Córdoba, conde de Revillagigedo. Al
año siguiente la banda vuelve a actuar en la fiesta de
Pascua y parece que inicia una etapa de declive que a
la postre le llevará hasta su desaparición, pues en los
tres años siguientes se hace preciso contratar una
banda y músicos de Gijón para solemnizar las funciones
festivas del Gremio, aunque en diciembre de 1888 por
invitación de la comisión a favor de la construcción del
nuevo Puerto del Musel, la Junta Directiva de la
Sociedad de Mareantes que presidía don Manuel
González- Valdés y González - Tuñón, conocido popu-
larmente como "Valdés Pumarino" , acordaba acudir a
la concentración regional que tendría lugar en Gijón
acompañada de la banda de música local, gratificando
con 3 pesetas a cada músico y con 4 al director, y
haciéndose cargo del importe del viaje hasta Veriña en
carruaje de caballos, y desde allí a Gijón proseguirían
en el tren, aunque por cuenta de los organizadores del
acto.
En marzo de 1890, se acordaba igualmente la con-
tratación de una orquesta, voces y banda de música
para los actos festivos de la Pascua de Resurrección,
pues según las manifestaciones del director de la
banda local, don Gerardo Suárez Fernández "el
Anzolero", ésta no reunía las condiciones precisas para
actuar. Sin embargo, en noviembre de dicho año, con
motivo de la visita a nuestra villa del diputado a Cortes
don Alejandro Pidal y Mon, a quien se le tributaría un
caluroso recibimiento organizado por una comisión
mixta integrada por miembros de la Junta Directiva del
Gremio y del Ayuntamiento, acto que contaría con la
actuación de la banda de música local.
A partir de esa fecha no conocemos más noticias
sobre la participación de la banda de música local en
los diversos actos festivos organizados por la Sociedad
de Mareantes, Comisión de fiestas o el propio
Ayuntamiento, por lo que suponemos su cese definiti-
vo, al menos durante varios años, y no será hasta el final
de la primera década del nuevo siglo cuando resurja de
nuevo, integrada junto a un cuadro teatral y un coro en
la sociedad La Lira Candasina, y bajo la batuta del ante-
riormente citado don Genaro Suárez Fernández, cono-
cido popularmente como "Genaro el Anzolero", por
dedicarse a la fabricación de anzuelos para la pesca en
su taller ubicado en la calle del Muelle.
Manuel Ramón Rodríguez Rguez.
38
Miscelánea de Apuntes, Imágenes y Comentarios
LA BANDA DEMÚSICA EN APUROS
¡n duda no sería la primera vez,
en una entidad ya entonces casi
centenaria, que, desde comien-
zo de los años setenta del siglo
XX,vla Banda de Música de Candas estaba en apuros.
A finales de 1972 el corresponsal de "La Nueva
España", José Ángel Alonso Jesús(1), daba la voz de
alarma haciéndose eco de una escueta circular con la
que la agrupación musical comunicaba a sus "bene-
factores" la suspensión del festival de Santa Cecilia
de ese año alertando incluso sobre el peligro de su
propia desaparición. Aunque las altas registradas
desde entonces y la actualización de algunas cuotas
sólo permitieron superar en parte "las apreturas eco-
nómicas" de la Banda, hubo festival con la actuación
del "Presi" y el Coro Asturiano de La Calzada, asi-
duos colaboradores de la entidad candasina a la que
acompañarán con el mismo motivo en años sucesi-
vos.
Desde 1951 la Banda de Música estaba dirigida,
en la que sería su segunda etapa al frente de la
misma, por el maestro Antuña y la integraban 25
componentes, a los que su director no habría tenido
nunca "la dicha de ver [...] juntos en la academia, y
menos aún en las audiciones o salidas". Y es que.
según sus propias declaraciones, la afición de los
músicos no compensaba la irregularidad de su asis-
tencia ni su falta de sacrificio. A ello se sumaban las
dificultades económicas que , pese a haberse mano,
con lo que retener a los doce educandos que estu-
diaban entonces solfeo en la Banda.
Cierto que poco se podía esperar de aquellas
cuotas de cinco pesetas mensuales, que todavía a
comienzo de 1976 se trata de subir a diez o al menos
de que no bajasen por socio de cien al año, mientras
se ponían cada vez más llamativas las carencias de la
Banda de Música. Y de las más llamativas era la de
los uniformes, sobre la que, con humor, llamaba la
atención el maestro Antuña en los versos publicados
en el diario "El Comercio" el 14 de septiembVe de
1975:
"Como los chicos medraron
es muy lógico señores,
- pues los trajes se quedaron -
sólo aptos para menores", duplicado la aporta-
ción del ayuntamiento, no permitían disponer de ins-
trumentos - ni siquiera de segunda
Y, además, proponía, como única solución,
"el recabar del pueblín
que se haga una suscripción
en favor de este bandín.
Yendo más allá, el director de la Banda de Música,
a punto incluso de abandonar, retaba
(1): las referencias de prensa proceden de "El Comercio", 14-IX-1975 y de las crónicas de este mismo periódico, "La Nueva España" y "La Voz deAviles", recogidas en el Muy Leal y Fiel Ayuntamiento de Carreño, Carreño en sus noticias 1940-1990. Publicadas en los medios de comunicación delPrincipado. Recogidas y ordenadas por tomos y fechas, por José Ángel Alonso Jesús, Biblioteca Municipal "Carlos González de Posada", Candas, tomo5 (1972), 127-128; 13 (1975), 192-95; 16 (1976), 195-97; 19 (1977),163.
39
Banda de Música de Candas. Anivers;
"A ver quien es el valiente
que al ver nuestra situación
se nos muestra complaciente
e inicia esta suscripción"
Sería, además una forma a afrontar uno de los
cuatro problemas más acuciantes que, a su juicio,
tenía la entidad candasina, como era la necesidad de
"reverdecer e cariño, apoyo y simpatía con que
nuestro querido pueblo siempre nos distinguió".
Aunque la propia supervivencia de la Banda de
Música fuese de suyo indicador más que suficiente
de que nunca le faltó el aliento popular que ya está
en sus orígenes, lo cierto es que no eran tiempos
buenos para las agrupaciones de este tipo hasta el
punto de que, a mediados de 1977, sólo quedaban
cuatro en Asturias: las de Candas, Gijón, Aviles y
Langreo.
Sin uniformes y casi sin instrumentos, la Banda de
Música de Candas atravesó un momento crítico, que
parecía prolongar el silencio con que al principio fue
acogido el llamamiento del director para renovar los
uniformes. Y de hecho, antes de suspenderlo, los
músicos, como había anunciado el maestro Antuña,
actuaron en el festival de Santa Cecilia de 1975 "en
traje de paisano". Sin embargo, la esperada respues-
ta, que movilizó una vez más las simpatías de los veci-
nos por la que, independientemente de su grado de
vinculación con la agrupación, consideraban su
Banda, llegó. Y lo hizo de manos de una comisión de
mujeres, cuya constitución se anuncia al final de la
actuación de la Banda de Música en este festival.
Aceptando el reto , pusieron en marcha una "colecta
domiciliaria" y, en poco más de dos semanas, recau-
daron 96.000 pesetas que, junto a las 32.000 ya
aprobadas por a Comisión Municipal Permanente a
propuesta del alcalde, Ramón Artime Rodríguez, y la
aportación de otras 10.000 de la Banda de Música de
Gijón, completó el presupuesto de los uniformes.
Finalmente, los músicos salieron con los nuevos tra-
jes, en lugar de "los viejos, recosidos y desteñidos",
como no podía ser otro, el día de Pascua de 1976.
La iniciativa femenina había sido todo un éxito y
la suma conseguida en tan poco tiempo exponente
de la proximidad y el afecto de los candasinos por la
Banda y su director. Así lo entiende José Antuña que,
especialmente agradecido a la comisión de mujeres
que espontáneamente habían acudido a su llama-
miento, quiere dejar constancia expresa de sus nom-
bres, cuya relación apareció así en el número de "La
Nueva España" del 7 de enero de 1976: Lucinda
Gutiérrez, Antonia y Ceferina Gutiérrez, Generosa
Serrano, Rafaela González, Diamantina Cañón,
Conchita Rodríguez, Nieves Muñiz, Mary Carmen
Palmeiro, Lourdes Barrosa, Rocío Martínez e Isabel
Gallego. Además, el director de la Banda recogió
este episodio de la historia de la agrupación candasi-
na en unos versos dedicados a sus protagonistas que,
escritos sobre material demasiado efímero, sólo apa-
recen dejando huella en el recuerdo de algunas de
sus destinatarias.
Jesús Jerónimo Rodríguez GonzálezCatedrático de Historia de E.M.
40
Miscelánea de Apuntes, Imágenes y Comentarios
AQUELLOS LEJANOSINICIOS...LA BANDA DE MÚSICA DECANDAS
i buen amigo Manuel Menéndez
Santos, me pide que escriba al-
go para dedicárselo a la Banda
de Música de Candas con moti-
vo de su aniversario, y acepto de muy buena gana
aunque al momento pienso que me estoy metiendo
en un terreno difícil para mí. Si, digo bien, porque es-
cribir no es mi fuerte ni mucho menos, y no debe
competir mi pluma con tantas y tan buenas como hay
en mi querida Candas. Sólo tengo una disculpa para
hacerlo y es: continuar hablando de mi padre. Ahí se
rompen los moldes y espero que entendáis que es el
corazón quien roba el sitio a la pluma una vez más.
Querida Banda de Música de Candas. Pedro Bra-
ña Martínez autor de mis días, sigue cobrando prota-
gonismo una vez más con motivo de la celebración
de vuestro aniversario, pues no sé si tenéis conoci-
miento de que sus primeros pasos musicales los dio
en esa Banda, llamada por aquellos años "Lira Can-
dasina" bajo la dirección de D. Joaquín Fernández y
que los mayores recordarán era de la familia de los
de "Jovino" de Candas. En 1912 con solo diez años
tocaba el "requinto" o clarinete, y alguien cercano,
incluso me asegura que en otro tiempo también fue
su director. Ese dato lo desconozco como desconoz-
co muchos más. Hoy daría cuanto tengo por volver a
tenerle junto a mí y bucear a fondo en su ser y enri-
quecerme con sus vivencias más ínfimas, con su sabi-
duría y su bondad. Yo creía como todos los hijos, que
papá no iba a morir nunca y descuidé mi obligación
como recopiladora de todos los hechos que compo-
nen su historia. El destino que Dios nos depara en el
momento de nuestro nacimiento, es irrevocable. Y el
suyo fue la música. Nació, vivió y murió por y para la
música. Me contaba en algunas ocasiones que su afi-
ción había sido tan prematura, que a la corta edad de
cinco años volvía loca a mi abuela Josefa pidiendo:
Mamá, ¡cómprame un "xiblato"! ¡anda, cómprame un
"xiblato"!... No creo que tenga que traduciros nada.
Esos debieron ser los comienzos de "Pedrín". Le
gustaba mucho que le llamaran así y a mi tercer hijo
le bautizamos con su nombre, con lo cual no sólo su
recuerdo sigue vivo entre nosotros, sino que además
nos recreamos llamándolo de esa manera que él pre-
fería, tan asturiana, tan candasina.
Quería yo, escribir una nota amena y anecdótica
que no tuviese nada que ver con datos biográficos,
pero pienso que es justo que conozcáis, sobre todo
los más jóvenes, algo de su trayectoria por la impor-
tancia que tiene su vinculación a la Banda. Su etapa
en ella no debió ser muy larga, pues la afición que
demuestra por la música, le lleva a realizar estudios
de violín y piano en Gijón de la mano de los profeso-
res Adolfo Vega y Eulogio Llaneza. En 1921 comple-
ta sus estudios de piano y solfeo en el Real Conser-
41
Banda de Música de Candas. Aniversario.
vatorio de Música y Declamación de Madrid, obte-
niendo las máximas calificaciones; luego su marcha a
Italia en 1926, estudiando junto a los grandes maes-
tros; aquellos pasos firmes en el aprendizaje de la
composición, la armonía, el contrapunto, la fuga etc.
En el Liceo Musical Giuseppe Verdi, le dieron la su-
ficiente altura musical para demostrar ser un gran
maestro. Termina en 1930, y con veintiocho años co-
mienza dirigiendo orquestas, creando la orquesta
ACROAMA, estrenando obras en Madrid y Barcelona
y poniendo música a treinta y siete películas de esa
época. Fue ya casado y después de nacer su primera
hija, cuando piensa en dar una seguridad a su familia.
Se presenta a oposiciones para banda consiguiendo
el número uno dado sus conocimientos y elige Sevi-
lla, tierra que le marca hondamente, hasta el fin de
sus días. También Sevilla queda marcada por el paso
de este personaje hasta el punto que no quiere olvi-
darle y agradecerle su dedicación y la labor musical
que desarrolla en la ciudad, incluso después de su
muerte. En febrero de este año se ha celebrado en
Sevilla el quinto Memorial.
Vivió larga vida, no todos llegamos a los noventa
y tres años y en plena lucidez. Haciendo de la música
su vida, alcanzando altos honores por su entrega ab-
soluta. De todo lo que le tocaba vivir, aprendía, así
que es extraordinario poder agradeceros vuestra im-
portantísima aportación. La influencia que ha tenido
esa Institución y su director D. Joaquín Fernández, el
cual debió de aconsejarle y alimentar sus sueños ado-
lescentes para seguir en por del más bello arte: La
Música.
Esto se debe resumir diciendo: De la Banda de
Música de Candas surge un músico importante: Pe-
dro Braña Martínez. Yo agradezco infinitamente que
hayáis sido uno de los detonantes, y os ofrezco mi ca-
riño con la pureza que tienen los sentimientos, en es-
ta festividad hermosa de vuestro aniversario y espe-
ro de todo corazón que también vosotros os sintáis
orgullosos de él, como él se sentía cuando hablaba
de Candas y de su Banda.
Un brindis muy especial por esos ciento veinte
años que contemplaron el paso del ser más querido:
Mi padre. Otro para todos los componentes que con-
tribuyen al transcurso de esos años que hoy celebra-
mos. Y otro especial para su director el Profesor D.
Iván Cuervo Fernández, cuya batuta es imprescindi-
ble para la buena marcha de la Banda, y que al igual
que sus predecesores, estoy segura de que aconse-
jará y animará a quien lo necesite para que sigan sa-
liendo de esa Banda grandes músicos. Para su propio
orgullo, el de Candas, y si me lo permitís, el de toda
España.
¡Ojalá podamos repetir juntos este brindis el pró-
ximo año, en que celebraremos Dios mediante, el
Centenario de su nacimiento!.
Coral Braña Barrio
42
Miscelánea de Apuntes, Imágenes y Comentarios
LA BANDA DE MÚSICAEN SU 120 ANIVERSARIOMISCELÁNEA DE RETAZOS
n amigo me ha solicitado un artí-
culo para la Banda olvidándose
de mis notables carencias, tanto
documentales sobre aquella co-
mo literarias. No obstante, intento cumplir con el com-
promiso interpolando algunas vivencias personales y
determinados retazos de nuestro país que por coincidir
en tiempo y espacio con la disciplina musical, considero
de algún interés. Cierto, que me obligan a hablar de mí.
Actitud que parece romper con la norma elemental de
educación; como si pretendiera privarla de su legítimo
protagonismo. Todo lo contrario. Mi participación es so-
lo circunstancial.
Agrupación musical que hunde sus raíces referencia-
les en el Reglamento de 1880 de la Sociedad de Ma-
reantes. En 1909 se la conoce con el nombre de "La Lira
Candasina", cesando al año siguiente. En 1912 REAPA-
RECE dirigida por Don Joaquín Fernández Fernández
que a su larga trayectoria de más de veinte años al fren-
te de la Banda, se le suma un local de su propiedad a
título de Academia. Alcalde del Ayuntamiento de Carre-
ño durante varios años y Presidente de la Sociedad de
Mareantes, fue también director Pedro BRAÑA Martí-
nez , que se incorporaría en 1912, entonces un niño,
que llegaría a convertirse en un notable compositor.
Ilustre candasín que el próximo 5 de febrero de 2002 se
cumplirá el CENTENARIO de su nacimiento: magno
evento para el que están programados numerosos
actos conmemorativos: tanto en Asturias como en la
capital hispalense, Sevilla, por su distinción de Hijo
Adoptivo. Es de esperar y desear que su Candas natal
haga honor a tan destacado acontecimiento.
Largo periodo musical que se vería interrumpido por
el estallido de la guerra del 36. La Banda, con José AN-
TUÑA de director, es militarizada y meses después DI-
SUELTA. Tiempos en que si la Guerra Civil había supues-
to un desgarro trágico, la Segunda Guerra Mundial su-
puso a su vez, la amenaza de una intervención directa
para quien empezaba a construir la paz en medio de su
angustia y endeblez. Por delante, la POSGUERRA con
su terrible HAMBRUNA en una España devastada, rota
por las sangrantes heridas de un trauma demasiado
reciente.
Nuestra villa, netamente pescadora, entre cartillas
de racionamiento, de estraperlo..., trapicheo de un po-
co de aceite por otro poco de pan... PELEÓ, LUCHÓ y
SUFRIÓ simplemente para SOBREVIVIR y llegar a 1948.
Fecha de mi ingreso en el Sanatorio Marítimo de Gijón
aquejado de un tumor blanco de cadera. Es en dicho
centro benefactor donde me entero de la REORGANI-
ZACIÓN de la BANDA de MÚSICA bajo el patrocinio
de Don Manuel Pérez Vega (años después presidente
de aquella), dirigida por Don Manuel MORO Collar.
Tras cuatro años de ausencia, las circunstancias me
colocan en "Vulcanizados Artime", en la calle El Rosal,
sito en el que fuera, muchos años después, bar "La Ba-
ragaña". Con Enrique Artime, de sentido recuerdo, tra-
43
Banda de Música de Candas. Aniversario.
bajaban dos artesanos del calzado y músicos: José
"Bomba" (hijo) y Manolo (Lolo), de familia musicológica,
pues antes de la guerra ya los había sido su padre, Ma-
nuel, más conocido familiarmente como "Moscalín", y
otro de sus hijos, Joaquín, que permanecería en la Ban-
da hasta principios de los noventa. Pues bien, influen-
ciado por los dos nuevos, estupendos amigos, inicio
unas clases de SOLFEO con José ANTUÑA; las que
pronto abandono por temor a dificultades durante los
desfiles.
Pasada la mitad de los años cincuenta un animoso
grupo de jóvenes músicos: Los hermanos "Cumbre",
Manolo y Alfonso; Pepe "Chicula"; Federico "Kiriki"
quien tras muchos años sin vernos tuve el placer de sa-
ludar ente verano; y los hermanos "Moscalín" Joaquín y
Lolo. Sin desvincularse de la Banda fundan la orquesta
SWING. Las excelentes relaciones con el sexteto me
permiten asistir a los ensayos y participar en muchos de
ellos. Motivos que me animaban a interpretar algunas
melodías de la época con la SWING en el que fuera
popular salón de baile "El Palermo". Verdad, que mi
timidez se hacía de rogar, pero unas balsámicas "ange-
litas" de la paciente Rosario, vencía cualquier complejo
caracterial. Algo similar sucedía con los culines de sidra
cuando, en determinadas romerías, me aventuraba a
subirme a algún escenario acompañando a la orquesta.
Y fue en una de esas festivas giras campestres cuando
surgió la simpática anécdota: Cercana a Gijón, la rome-
ría parecía una colmena en ebullición al ritmo trepidan-
te de la marchosa SWING. Chicula, sabedor de mi afi-
ción al tango y admiración por el famoso artista argen-
tino, Carlos Gardel, indistintamente me llamaba
"Carlos" o "Gardel". Y fue así, con su humor carica-
turesco como me presentó ante un público sudoroso y
jadeante, mientras yo ajeno, combatía el sofocante
calor a la sombra de una de las barracas acompañado
de refrescantes culines de sidra y de un buen bocadillo
de chorizo casero. Quizás este "forraje" fuese la causa
de que mi timidez continuara baja. Y bajó más aún, por-
que aunque iba por la tercera botella, levanté el vuelo y
fui a aterrizar a uno de esos, hoy raros establecimientos,
donde igual te servían un vaso de vino..., que te vendí-
an un paquete de achicoria.
Regresé a la romería cuando el sol emitía los últimos
destellos en el seno de la agónica tarde; momento en el
que los músicos recogían los instrumentos y demás
utensilios de la orquesta. Intencionadamente me acerco
a Chicula para tantear su estado de humor y con aire
candido le pregunto:
¿Puedo ayudarte en algo, Pepe?;
sosteniendo uno de los platillos en una mano; me
mira con intenciones de lanzador de disco y apretando
las mandíbulas a lo Popeye, truena:
¿Dónde te metiste? ¡Cabronazo...!, ¿Fuiste a Buenos
Aires?... ¡Toda la romería preguntando por "Gardel"... y
¿Llegas ahora?... ¡Cabronazo...!
La cosa no tuvo mayor importancia. Chicula supo
muy bien disculparse ante el festivo gentío al afirmar
que me había extraviado entre los maizales.
En otra ocasión, principios de los sesenta, el grupo
de la SWING se había incorporado, por poco tiempo, a
la Banda de Música de Luanco contratada para Piedras
Blancas. En el autocar, además del sexteto, viajábamos
unos pocos acompañantes; entre estos mis amigos:
Julio "El Tamborín", y Alfonso, sobrino de los hermanos
Joaquín y Lolo. El director, de quien sólo recuerdo su
nombre, Alfonso, dirigiéndose a nosotros dice: "como
somos pocos músicos es necesario que ustedes desfilen
con nosotros. Yo me opuse, pero me aseguró que iría-
mos despacio y, ¡un cuerno!, a los pocos minutos me
encontraba abrazado a un destartalado saxofón mar-
chando a paso ligero por las calles de Piedras Blancas,
al ritmo de "Una casita en Canadá", en dirección a la
romería, sin dificultad alguna.
La mitad de la década de los sesenta había estado
marcada por una serie de importantes acontecimientos:
económicos, sociales, políticos... La clase obrera, la
mayor parte llegada de las zonas rurales y hacinada en
44
Miscelánea de Apuntes, Imágenes y Comentarios
los barrios periféricos de las grandes urbes industriales,
apenas notaba el auge económico, que en nuestro país
se estaba produciendo. Ello derivó en una toma de con-
ciencia social que se articuló con otras fuerzas oposito-
ras que demandaban, entre otras exigencias, mejoras
sociales y cambios políticos. Reivindicaciones que traje-
ron consigo movimientos huelguísticos de la clase obre-
ra y movimientos estudiantiles que se prolongaron en la
década siguiente. La que en 1977 dio paso a las prime-
ras elecciones democráticas. Legislativas coincidentes
con mi viaje a Mallorca como colofón a los estudios de
Magisterio.
En medio de estos visos casi revolucionarios, al final
de los sesenta la Banda de Música perdía a uno de sus
apreciados componentes en la persona de mi siempre
recordado y entrañable amigo "Lolo Moscalín".
Tiempos de resistencia numantina de aquella. Verdad
que, de vez en cuando, llegaba alguna contrata, pero
había tantos gastos... Sin embargo, era admirable la
férrea voluntad de seguir adelante; y de manera muy
especial la LEALTAD al amigo que para todos los com-
ponentes representaba la carismática figura de su que-
rido director: José ANTUÑA Arguelles: popular "PIPI".
El vehículo del tiempo nos sitúa en 1980. Hacía un
año que los ayuntamientos disfrutaban de corporacio-
nes elegidas libremente por el pueblo. En Carreño go-
bernaba el PCA en coalición con el PSOE, alcalde José
Luis Vega Fernández, familiarmente "Pelís" quien en las
tres legislaturas siguientes regiría con mayoría absoluta
por el PCA y luego, por la coalición de IU; no presen-
tándose a las convocatorias de 1995 y1999, que serían
ganadas por mayorías simples por IU, alcalde Joaquín R.
Fernández "Canales", que no concurriría a la actual le-
gislatura gobernada por el PSOE y primer edil Ángel
Riego López.
Entre las prioridades de la joven corporación está la
de velar por las diversas manifestaciones, sin miras de
lucro: culturales, deportivas, festivas... y demás activida-
des representativas, y cuantas van surgiendo en nuestro
concejo carreñense. Compromiso que, bajo la alcaldía
del mencionado José Luis Vega, queda vinculado per-
manentemente, y con carácter periódico, a las ayudas
que se concretan anualmente en los presupuestos
municipales, gracias a los cuales la BANDA de MÚSICA
pudo dignificar su personalidad en el sentido de llevar a
cabo la renovación total de sus instrumentos, así como
otros utensilios musicales, vestuario... Pero antes, en
1980 la Corporación, habiendo considerado la meritoria
labor de su director José ANTUÑA Arguelles, el 19 de
marzo le reconoce un bonito parque público: "MAES-
TRO ANTUÑA". Distinción que sería superada el 23 de
diciembre de 1982 al ser nombrado Hijo Predilecto de
Carreño. Reconocimiento que el insigne candasín glo-
saría en uno de los portfolios de SOFECA con estos
perspicaces versos:
"Tengo un pensamiento fijo/ que a diario me quita
el sueño/
¿Por qué se me nombró Hijo/ Predilecto de Carre-
ño...?
Desde entonces adquirí/ una tenaz obsesión/
¿Qué fue lo que hice allí/ para tan alta destinción...?
Tras su jubilación, en 1983, me resultaba fácil encon-
trarme con él en el conocido Café Dindurra cuando ¡ba
a recogerle algún artículo para el portfolio o nos veía-
mos por otras circunstancias, entonces siempre hablaba
del "pueblín" como gustaba llamar a su querido Can-
das. Así, entre encuentros, unas veces frecuentes, otras
más espaciados fueron pasando los años hasta que un
aciago 13 de diciembre de 1993 el reloj del sentido,
¡lustre candasín don José ANTUÑA Arguelles; PIPI se
detuvo definitivamente con su último adiós, pero nunca
su olvido.
Al flamante director de este 1983, don Jenaro Val-
dés Rebollar, era frecuente verle en la década de los cin-
cuenta en la Banda de Música traído por su antecesor
José ANTUÑA. Le había conocido por medio de mi
recordado amigo, Lolo, con quien le unía una buena
amistad. Musicólogo de sólida formación y gran expe-
45
Banda de Música de Candas. Aniversario.
rienda, subdirector de la Banda de Música de Gijón,
profesor de la Orquesta Sinfónica de Asturias, fueron
referencias para la confianza puesta de manifiesto poco
tiempo después. Habían transcurrido tres meses de in-
tensos ensayos cuando la banda, sorpresivamente, se
presentó el 14 de septiembre, Día Grande del Cristo
pudiendo apreciar el entusiasmo y numerosísimo audi-
torio la mejora experimentada en tan corto espacio de
tiempo, durante el concierto ofrecido en el Paseín.
Mejora musical fruto de la dedicación y entrega,
tanto a la propia Institución como a la adecuada prepa-
ración de los muchos educandos, sin obviar la renova-
ción del repertorio... Aportaciones esenciales que se
fueron reflejando en el considerable viraje en la apre-
ciación de los efectos de la belleza musicales en la
nueva personalidad de la Banda, digna de cruzar el "ru-
bicón" de las fronteras carreñenses y participar en el I
Festival de Bandas de Asturias celebrado en Oviedo; or-
ganizado por Radio Nacional de España. Elogiosa ac-
tuación de nuestra representante candasina; superán-
dose a sí misma en el I Festival de Bandas que tuvo lu-
gar en Luarca el 17 de junio de 1984. Importante even-
to musical que tendría su continuidad, al año siguiente,
en nuestra capital carreñina con la celebración del II Fes-
tival de Bandas de Asturias.
En efecto. El 16 de junio. Candas rebosaba de ani-
mación. SIETE BANDAS de MÚSICA, bajo una mañana
espléndida, partieron de tres puntos diferentes: del Par-
que de Santarúa las Bandas de Langreo y de Aviles; de
Fernández Ladreda las de Laviana, Luarca y Candas; de
San Félix las de Gijón y San Martín. Banda que acom-
pañé como delegado por las calles asignadas. Tras con-
fluir todas en la Plaza de la Baragaña, iniciamos otro re-
corrido por las calles de Valdés Pumarino..., para en-
troncar con la Rufo Rendueles y parada en el, entonces.
Ayuntamiento donde la corporación recibió a las autori-
dades e invitados entre los que se encontraban los ilus-
tres candasinos: Pedro BRAÑA Martínez y José ANTU-
ÑA Arguelles con los que crucé una breves palabras sa-
lutatorias. Luego, la Corporación hizo entrega a cada di-
rector de una placa del escudo de Carreño y un libro
con la historia del Concejo.
En medio de un ambiente extraordinario, comenzó
el II Festival actuando en primer lugar la Banda de Gijón
dirigida por el conocido Antolín de la Fuente quien,
junto con su esposa, pasé unas gratas horas en Proaza
con grato recuerdo, lamentablemente, fallecida hace
unos años . A CONTINUACIÓN, fueron actuando las
Bandas de: Aviles, San Martín, Laviana, Luarca... DIRIGI-
DAS por los directores: Ángel Millán; Jesús Rodríguez;
José Félix Ordiz; Enrique Rodríguez; J. Guzmán
Lomardero y Jenaro Valdés director de la anfitriona
BANDA de MÚSICA de CANDAS que cerró el destaca-
do evento con piezas: "El sendero", "Fiesta de las trom-
petas"... para finalizar con el himno de Asturias y la apo-
teósica ovación como reconocimiento a la brillante ac-
tuación de las Bandas participantes.
Los años transcurren sin visos de anormalidad; hasta
que a principios de los noventa se produce, sorpresiva-
mente, la dimisión del director, Sr. Valdés Rebollar. Va-
cantes cubiertas sucesivamente: en 1991 por don Da-
niel Suárez Velasco que, salvo unos meses ausente, per-
manecería hasta 1994. Fecha en que accede don Óliver
Díaz Suárez. Su marcha en 1999 la ocuparía el actual
director don Iván Cuervo Fernández. Jóvenes valores
que, no sólo han inscrito dignamente sus nombres en
los anales históricos de la Banda de Música, sino que
también ha sido enriquecida con sus sólidos conoci-
mientos musicales como a su vez, lo viene haciendo en
su línea el actual, joven, director.
Años de iniciativas innovadoras: creación del Grupo
de Gaitas, independizado tiempo después. Introdu-
cción de algunos instrumentos de cuerda. Intercambios
socioculturales, entre las Bandas St. Petrus, alemana, y
la de Candas con visitas recíprocas en 1995. En 1997
nueva visita a la Banda alemana con la que compartí
mesa y mantel en el Colegio Público Poeta Antón de
Marirreguera. "Jornadas de Música Joven", en la calle,
46
Miscelánea de Apuntes, Imágenes y Comentarios
en los noventa. Ratificación de la "Academia" en Escue-
la de Música denominada "Óliver Díaz Suárez", como
"cantera" de educandos bajo la dirección pedagógica
musical de siete profesores.
A punto de finalizar este cuarto folio me ha entrado
una terrible nostalgia del pasado. No por los años per-
didos e irrecuperables, sino por la admiración hacia tan-
tas personas que con talento, las unas y con gran capa-
cidad de sacrificio y tesón, las otras cayéndose y levan-
tándose una y mil veces, supieron sacar adelante pro-
yectos bellos y altruistas..., o vencer tremendas adversi-
dades de la vida cotidiana. No obstante, ninguna época
pasada fue mejor, ni tan siquiera igualarse con ésta. No
se puede negar que hemos conseguido grandes avan-
ces en, prácticamente, todos los campos (al menos en
esta parte del mundo occidental) mientras que, en las
pasadas, la suerte de cada cual dependía en qué hogar
depositaría "la cigüeña su bebé"; si el hogar era opu-
lento, o en el del pobre...
Pero, como queda dicho, cada época es diferente a
su predecesora y a su vez, cada sociedad. Aunque en la
actualidad viejos arraigos heredados se resisten a ser
erradicados. Me refiero que, si en la época anterior en
la sociedad, por "imperativo legal", cuchicheábamos la
palabra "libertad" ahora, por paradójico que parezca,
se tiene la extraña sensación de que todavía no hemos
asimilado la democracia en los términos que demanda
su aplicación; por cuanto eludimos expresarnos en "voz
alta" por más que sobradas razones existen para criticar
abyectas conductas humanas. Sin embargo, continua-
mos alimentando la clase de sociedad que, intereses
muy concretos nos vienen indicando el camino y qué
conducta seguir en medio de una gama de estímulos
que van: desde la moda, no sólo del vestido, sino de la
vida en general, propaganda, política... hasta la mani-
pulación de los sentimientos. Es decir, una sociedad que
se deja formar sin esforzarse en realizar una existencia
propia y responsable cegada por el resplandor del
mundo mercantil, donde como he aludido, casi todo se
puede comprar y vender o viceversa. Mientras tanto,
valores esenciales de la condición de llamarse ser huma-
no, como los maleados Derechos Humanos, se van
transformando en valores puramente materialistas y
codicias sin medida.
No obstante, aún a riesgo de caer en la ingenuidad,
sigo pensando que la Banda continúa manteniendo el
carácter vocacional histórico como un estímulo espiri-
tual, generados del gusto de nuestro pueblo por el más
genuino y bello arte del ser humano: La Música. Y la ins-
titución candasina nacida de esa maravillosa "célula
madre" se ha convertido en otra reproducción real y
tangible.
Finalizo adhiriéndome a este Aniversario, merece-
dor de cuantos agasajos se celebren, y con la Banda
que debe sentir el derecho a saberse querida y respe-
tada; pues no podemos obviar que gracias a la dedica-
ción de sus componentes, directiva y por supuesto: la
importante ayuda municipal, socios..., nuestra capital,
CANDAS, y por extensión todos los demás carreñenses,
tenemos el privilegio de contar con una digna
Institución musical; aunque también más condescen-
diente con quien sólo desea tenerla lo más cerca de sí
para, junto al lucimiento de su arte sonoro y deleite del
respetable, recibir de éste el afecto y calor de siempre.
Adhiriéndome, como he dicho, con la convicción de
que este tiempo de homenajes sea también, el de la
reflexión a cargo de las personas con potestad para
decidir en la defensa de ALGO vital para nuestra villa
candasina. Algo que satisfaga a la Institución musical y
a los demás vecinos.
Manuel Menéndez SantosEx-pres¡dente de SO.FE.CA.
47
Banda de Música de Candas. Aniversario.
BANDA DE MÚSICADE CANDAS: 120 AÑOSDANDO LA NOTA
a Banda de Música, para una vi-
lla pequeña como Candas, es
un lujo estimable y estimado, es
un privilegio merecido, es una
herencia con solera y es una esperanzadora apuesta
para el futuro. Es la garantía de que no habrá fiesta,
desfile o celebración que carezca de ese acompaña-
miento rítmico, brillante y colorista que se pone de
manifiesto en plena calle.
En los pueblos y en las villas pequeñas los coros y
las bandas de música son quizá las dos referencias
sonoras que más nos aproximan a una época pasada
mucho menos trepidante y ruidosa que la actual. Son
dos claros ejemplos de la música sencilla, festiva y
espontánea, de la música despojada de artificios. Por
eso hay que mimarlos, volcarse en ellos, incentivarlos
y sobre todo no dejarles morir, garantizar su continui-
dad en el tiempo.
Para Candas su Banda de Música es un logro
absolutamente envidiable, es un orgullo ciudadano.
Con un pasado que se remonta al último cuarto del
siglo XIX, es una entidad que ya tiene rango de secu-
lar, auténtica veteranía. Si a eso se añade el hecho de
que la institución que le dio origen fue la antigua
Sociedad de Mareantes entonces se convierte, por
méritos propios, en un acontecimiento histórico tan
vinculado a la tradición de esta villa como cualquiera
de sus muchas y variadas manifestaciones sociocultu-
rales.
La Banda de Música de Candas no sólo es un
generoso legado de nuestros antepasados, es tam-
bién una realidad llena de dinamismo; es el esfuerzo
continuado de un nutrido grupo de personas que la
mantienen viva a base de empeño común y de placer
compartido por un trabajo que merece todos los elo-
gios y todos los estímulos.
Este año se celebra su Ciento Veinte Aniversario y
hay un sinfín de razones que justifican dicha conme-
moración: Resulta imposible resumir en un escrito
todo lo que la Banda de Música puede evocar en la
memoria colectiva de Candas. Es muy probable que
cada persona conserve un lugar en el recuerdo don-
de la música inconfundible de la Banda puso fondo
sonoro a una fecha, a un sentimiento, a una emo-
ción... a algo. Nadie puede negar su poder de seduc-
ción.
Pues bien, por todo ello, por lo explicable y lo
inexplicable; por el ayer, el hoy y el mañana; por
quienes la fundaron, quienes la mantienen en activo
y quienes la sienten muy suya: Felicidades.
La Banda de Música de Candas...
¡que siga sonando!.
Facundo Artime GarcíaDirector Coral
48
Miscelánea de Apuntes, Imágenes y Comentarle
PROPUESTA PARA LA CONCESIÓN DE LAMEDALLA DEL CONCEJO O
ROTULACIÓN A TÍTULO HONORÍFICODE PLAZA, PARQUE, AVENIDA, CALLE, OPASEO CON EL NOMBRE DE LA BANDA
DE MÚSICA DE CANDAS EN SU120 ANIVERSARIO.
UNA DISTINCIÓNPARA LA BANDA
a Agrupación Banda de Música
de Candas prosigue en su más
que centenario periplo cum-
pliendo años, más de 120 a ca-
ballo entre tres siglos, y sigue "tan joven" y "tan sa-
bia" porque ha sabido adaptarse con el apoyo de fi-
guras carismáticas a las épocas y al tipo de socieda-
des que le ha tocado vivir sin perder por ello el Norte
y su espíritu de lucha. Disfruta hoy una de sus etapas
doradas gracias a su "cantera" en la escuela de edu-
candos contribuirán sin duda a consolidar, asegurar y
engrandecer aún más, en el futuro esta institución.
La agrupación ha logrado hacer frente en este
tiempo a sobresaltos marcados por los periodos his-
tóricos con la premisa exclusiva de la función musical
y en tal singladura se han dado curiosidades, viven-
cias, encuentros, tiempos de calma, bonanzas y bo-
rrascas, pero así y con todo han prevalecido siempre
los fines de la organización.
A su "guarda calor", o mejor al de sus músicos
han ¡do surgiendo conjuntos, tríos, mini bandas, cha-
rangas y hasta formaciones de gaitas para el bien de
la cultura, de las fiestas, de los bailes, el ocio, la juer-
ga, el jolgorio y la diversión.
La banda desde su embrión en el seno del Gremio
de Mareantes ha intervenido en desfiles, conciertos,
marchas, procesiones, alboradas y oficios religiosos.
Ha interpretado himnos del más diverso signo políti-
co, despedido a los emigrantes y acompañado a las
principales figuras locales, ornamentando las efemé-
rides, celebraciones y actos del máximo relieve en la
reciente Historia del Concejo.
Curiosamente, durante décadas y hasta fechas
muy recientes, sólo pudo contar entre sus filas con un
máximo de 25 intérpretes, una cifra que parecía mal-
dita porque siempre que se incorporaba un nuevo
miembro ocurría de inmediato algún suceso que
impedía superar tales dígitos. Así y con todo siempre
supo revertir de brillantez cada uno de los aconteci-
mientos en los que tomó parte.
Los reinados de Alfonso XII y Alfonso XIII, los
Gobiernos de Primo de Ribera, de la República, la
Guerra Civil española, Franco y la Democracia, han
aparecido ante la Banda de Música de Candas como
simples episodios.
49
Banda de Música de Candas. Aniversario.
En 1934 amenizó el Campeonato de Asturias de
natación al frente el popular director, Pipi, donde el
candasín Odón Muñiz Prendes fue campeón absolu-
to en los 100 y los 200 metros braza. La banda fue mi-
litarizada durante la contienda nacional, contribuyó al
recibimiento y agasajo de los olímpicos candasinos,
interpretó el himno de la República en 1991 con
motivo del homenaje a los aviadores republicanos en
el aeródromo de El Valle; antes, fue testigo del her-
manamiento con la comunidad francesa de Pardies, y
en general su devenir ha ido paralelo a las circuns-
tancias, trayectoria y papel jugado por los vecinos de
este municipio en la evolución general de Asturias y
sus principales eventos.
Pero junto a esta perspectiva, bueno es aludir a
que también existe una microhistoria, que no está
escrita, que no ha sido contada y que no aparece en
los medios de comunicación. Nos referimos a los ava-
tares que transcurren de puertas adentro, a las vicisi-
tudes de sus componentes y familias, a los problemas
que la institución debe sobrellevar- económicos,
adquisición de instrumentos y otros -, que jamás tras-
cienden al exterior pero que tienen un mayor relieve,
calado y peso específico ya que en definitiva esa
labor callada y oculta tanto en la directiva como de
los músicos es la base bajo la que se sustenta la esce-
nografía, esa imagen que todo el mundo conoce de
la banda con sus uniformes sobre un escenario.
Por todo ello y aprobado este año el nuevo
Reglamento de Honores y Distinciones del Ayun-
tamiento de Carreño, desde estas líneas no dudamos
en ser oportunistas y solicitamos para la Banda de
Música de Candas, ahora que la capital del concejo
crece sobremanera y se embellece día a día, una dis-
tinción honorífica, -bien, la Medalla del Concejo, bien
la Rotulación a titulo honorífico de plaza, parque,
avenida, calle o paseo con su nombre- porque nadie
como esta entidad se ha hecho tan acreedora a tal
reconocimiento.
Y dicho esto, a modo de apunte incorporamos
alguno de los chascarillos del colectivo relatados por
sus propios personajes.
• Fermín Rodríguez Fernández, El Cumbre, 54
años. Es miembro de la banda en la que empezó a los
nueve años, toca el saxofón tenor.
"Tocábamos en Muros del Nalón siendo yo un
crío. Por entonces cuando contrataban a la banda
para una fiesta, normalmente, íbamos ya por la
mañana y regresábamos al anochecer. El programa
comenzaba antes del mediodía con pasacalles por
todo el pueblo y luego acompañábamos la proce-
sión. Más tarde ofrecíamos un concierto y por la
tarde tenían lugar los bailables. En uno de aquellos
descansos, fuimos varios a jugar como rapacinos que
éramos de 11 o 12 años. Compramos petardos y se
los pusimos a una sapo que encontramos. Mientras
nos divertíamos con el batracio que no paraba de dar
saltos entre estallido y estallido oímos de repente a
lo lejos sonar la banda que habíamos dejado en cua-
dro ya que de 24 miembros, faltábamos seis. Regre-
samos corriendo y después de que terminó la pieza
justificamos nuestra ausencia. Todos esgrimimos el
mismo argumento: "venimos del Water", así que
cuando llegó el último, el director le cortó, ¡no me
digas más, tu vienes de limpiar el culo a los demás!.
Aparte de la gran reprimenda nos penalizaron y tuvi-
mos que pagar una multa".
• Pepe Luis Rodríguez, Molleta, 58 años. Es com-
ponente de la banda, toca el saxofón tenor,
"Nos contrataron una vez en Salinas para interve-
nir en las fiestas de El Carmen. El cometido era
acompañar a la procesión y un pasacalles. Como llo-
vía, el director José Antuña nos recomendó guare-
cernos en el cabildo de la Iglesia. Nos ordenó tocar
una marcha militar -algo que nos extrañó bastante
porque no era muy frecuente en tales ocasiones pero
hay que reconocer que tampoco resultaba tan des-
cabellado- se trataba del pasodoble Banderas
50
Miscelánea de Apuntes, Imágenes y Comentarios
Moradas. El párroco, una persona bastante anticua-
da, en cuanto se percibió de la pieza interrumpió la
ceremonia y públicamente y ante el asombro general
nos mandó cesar de inmediato los acordes bajo la
promesa de que íbamos a cobrar igual.
Nos encontrábamos un día tocando en las fiestas
de San Pedro, en Cudillero. Lo hacíamos sobre una
tarima y de repente sentimos un gran estruendo.
Miramos todos hacia atrás y había desaparecido la
batería entera, esto es tres músicos, el de los bom-
bos, el de los platillos y el de la caja. Resultó que se
había hundido la plataforma pero aún con todo,
Juaco, el platillero seguía tocando desde el suelo".
• La directiva de la agrupación
"La festividad de Santa Cecilia siempre disponía
de dos partes, una, la del concierto - bien en el
Manila o en el Teatro Prendes - ; dedicado especial-
mente a los socios; y una segunda que consistía en
un ágape que se hacía posible merced a las donacio-
nes de los comerciantes recogidas por los educan-
dos. Pues bien, hubo un tiempo en que las existen-
cias de bebidas llegaron a ser tan generosas que los
miembros de la banda se aprovechaban y estaban el
resto del año bebiendo vino".
• José Menéndez Prendes, Chicula, 86 años.
Permaneció en la banda más de 20 años tocando la
caja (tambor).
"En mi época era frecuente que nos chumáramos.
Si no bebíamos, no tocábamos. En mi viaje a Ávila
acabamos varios moñaos y a mí a punto estuvieron
de dejarme en tierra.
La Banda de Música siempre fue un revulsivo para
aspirar a otras inquietudes. Julio Beltrán, al violín,
Pipi, al piano y yo, a la batería formamos un trío que
actuaba en la sala de baile Palermo, en Candas y
teníamos mucha aceptación. Con otros compañeros
también hice una minibanda para actuar fuera de
Candas y más tarde con una docena de amigos, una
charanga con la que interveníamos por los pueblos
montando la comedia.
En Cudillero con la minibanda a punto estuvieron
todos de ir a la mar. Yo les dirigía, unas veces les
decía ¡pa lante!, luego ¡pa tras! a lo que todos obe-
decían sin reparos. En una de estes retrocedieron
más de la cuenta y cuando ya estaban al borde del
muelle tuve que gritar, ¡de frente, de frente!. Cuando
se dieron cuenta que estaban en la pica al pie del
agua echaron todos a correr.
Una de mis mayores aficiones siempre fueron los
toros y con la charanga, antes de la corrida hacíamos
los pasacalles y terminábamos en la plaza. En una de
aquelles y vestido con una blusa llena de pintes como
un traje de luces dióseme por tírame de voluntario al
ruedo. Taba enfilao, el caso ye que veía doble y
cuando vino el toro acercábenseme dos imágenes,
dudé entre una y la otra. El caso ye que pusei el
capote al morlaco que no era y embistióme el que
era. La cogida fue de aupa, no podía respirar, hun-
dióme dos costilles y tuve varíes semanes de baja en
Ensidesa.
Cuando militarizaron a la banda durante la Guerra
Civil mandáronnos a Gijón, al batallón de Somoza, en
el Revillagigedo. Nos ordenaron que pasáramos
delante para amenizar el desfile y armóse la de coyer.
Nos negamos bajo el pretexto de cómo íbamos a ser
nosotros los que encabezáramos la marcha. Entre
órdenes y desórdenes aprovechamos varios pa poner
pies en polvorosa, y escabullimos a la desbandada,
nunca mejor dicho".
• Víctor Jesús Rodríguez Rodríguez, Viky, 57 años.
Comenzó en la banda con nueve años y permaneció
unos 40 tocando el requinto y a veces el saxofón. Fue
miembro de la charanga y de la orquesta Los Rodris.
"Eren les fiestes de San Roque, en Lastres, todo
muy guapo, había misa y luego procesión por la mar.
Suben la imagen al barco, luego el cura y la banda.
La mar como un plato, totalmente en calma y el
director, Pipi niégase a subir porque diz que se marea
51
Banda de Música de Candas. Aniversario.
y marcha pal bar. Echen a nadar todes les lanches
detrás nuestro escoltando al santo y salimos a alta
mar. Empezamos a tocar una marcha de procesión y
va el cura garra los platillos, empieza a tocar y diz
que aquí nada de marches de procesión que hay que
tocar un pasodoble y así lo hicimos. ¡Mira!, levantóse
una galerna que casi quedamos en la mar. Les oles
saltando por los cosíaos, toda la xente moyao y les
lanches zarandeades pa toos los Naos. Cuando atra-
camos en tierra con aquel temporal y la mar brava,
brava, vemos a Pipi en el bar comiendo una tapa de
pulpo y escojonando de risa. Bueno, pues después
de eso y de andar tocando de arriba pa abajo por
aquelles cuestes, llega la sesión vermú y aparez otra
vez el cura. Empéñase que tenemos que quedar de
noche pa la verbena. Comenzamos el concierto a las
ocho de la tarde y como de aquella no había altavo-
ces, ni había nada va Pipi y repartió la Banda en dos.
Unos tocábamos a una hora y otros a otra. Acabamos
a la una de la madrugada y toda aquella gente empe-
ñábase que de marchar nosotros de allí nada de
nada, que siguiéramos todavía más. Comenzaron a
balancearnos el autocar y pudimos salir de allí a tran-
ques y barranques".
"Cuando eren los toros en Gijón díbamos en
coche del Marranillo, un coche que tenía toldo y pa
dar la vuelta en La Baragaña tenía que hacer manio-
bra. Vamos por la plaza y empezamos el paseíllo.
Actuaba el Bombero Torero, después de desfilar
metímonos pa dentro. Yo era un rapacín de nueve o
diez años y al ver aquella xente del espectáculo con
aquelles cabeces cagúeme todo. Mandáronnos subi-
nos pa la grada y a Rafa el de Emilión cayoi la gorra
entre los toros. Así que taba al final de la fila allá arri-
ba y vien un paisano y dizme oye neno "aguántame
por esta cuerda". Yo no sabía lo que era, ¡mecago en
la mar!, era pa ponei la divisa al toro. El director que
me ve - ya íbamos a empezar el pasodoble - llega pa
mí y arreóme un trastazo que me tiró al suelo ¡bobo
no ves que te puede matar el toro!. Así que pasáron-
me por la baranda y vi tan campante los toros en pri-
mera línea".
"Voy contate cómo dejé la banda. Fue en Pola
Siero. Actuábamos tocando desde La Castañal. El
conductor que nos llevó fue con la condición de que
a las doce de la noche tuviéramos en Gijón de vuelta
porque luego él tenía que marchar a un viaje a León.
Allí comenzó realmente la charanga al ver al grupo
tan simpático de Los Claveles. Entós vamos nosotros,
dimos la vuelta a les chaquetes y cogimos rames de
laurel y enredárnosles en la cabeza como cesares.
Desfilamos con todo el mundo alrededor nuestro y
después de la murga vamos al autocar y que faltaben
varios directivos y un músico. El conductor negro ya
porque tenía que marchar y después de no se cuan-
to tiempo aparecen los directivos pero seguía sin lle-
gar el componente. Entonces tomen la decisión de
dejar al músico en tierra que era un chavalín. El
Chispa y entáblase una discusión. Intervengo yo y
dícenme que me calle que no tengo ni voz ni voto
¿Sí?. Déjelo todo y hasta luego".
"Fuimos a Cancienes a una fiesta y la costumbre
era una vez que tocábamos en misa, en la procesión
y en la sesión vermú el repartinos los vecinos por les
cases pa comer. Bueno, quedamos en venos todos
de nuevo sobre las siete de la tarde pal concierto de
las ocho en la romería que taba al lao de la estación.
Comienza el reparto y dicen bueno ¿quién va con el
cura?. Y fueron Amaranto y Manuel Ángel; otro vecín
¡a ver dos pa mi casa! y así. Preguntó un paisano
¿quién de vosotros tien un tío en Ensidesa que se
llama Ángel? y era yo, pero no me enteraba, era un
guaje, así que diz corriendo Rafa el de Emilión ¡yo,
soy yo!, - era mentira - y ala pa casa el paisano. A
Manolo El Sacristán y a mí lleváronnos pa una casa al
lao de la romería y antes invitáronnos a tomar un Kas
en la barraca. Entós veo en suelo 20 duros y digoy a
Manolo ¡Manolo, hay 20 duros ahí tiraos!. Y mandó-
52
Miscelánea de Apuntes, Imágenes y Comentarios
me cógelos, pero lo que ye la inocencia de un rapa-
cín de nueve o diez años, no me atrevía. Entós dizme
él, sabes lo que vas facer, coges un pañuelo, haces
que te suenes y tíreslo en el suelo y cuando te aga-
ches cógeslo. Así lo fice pero sin coger les 100 pése-
tes y dizme él no coime, cógelo todo a la vez, así que
tuve que repetilo y al final repartimos los 20 pesos.
Cuando llegamos a comer pusiéronnos pa nosotros
solos un pollo, tábamos asustaos. Comimos muy bien
y cuando fuimos pal concierto de por la tarde cada
uno contó su peripecia y cómo lo había pasao. Llegó
toda la gente y comenzamos a tocar, dan les nueve,
las diez, y Rafa el de Emilión que no aparez. Todos
preocupaos. Allí se deja ver sobre la once y media de
la noche todo derrengao, ¡llevo bajando tres hores
de aquel monte - que nos señala con el dedo - aquel
paisano vivía en una montaña más alta que el Eve-
rest!".
"El director de la Banda de Música de Luanco
pide una vez refuerzos a la banda de Candas porque
necesitaben gente. Fuimos ocho o nueve y como los
uniformes eren distintos tuvieron buscándonos cha-
quetes pa no desdecir. A mí la única que me valió
taba llena de "galones" por les mangues o sea de
mocos, así que desfilé de aquella guisa. El director
invitónos a que comiéramos los que quisiéramos en
el Guernica, cogimos unes fartures y por la tarde dié-
ronnos tarjetes pa entrar gratis en el hípico. Vamos
pa ya y yo era la primera vez que veía aquello.
Arrímeme a donde había barullo y eren les apuestes,
los demás amigos marcharon pa otro lado. Así que
pregunté en qué consistía, explicóme uno que si
acertabes el caballo ganabes más dinero que el que
poníes. ¡Madre vaya chollo!. Faltaben cinco minutos
pa cerrase les apuestes y con el duro que me dieron
en casa pedí una apuesta. Era un renacuajo y pediyos
el número nueve que nadie quería. Comenzaron a
saltar los caballos y dicen al final ¡ganador el número
nueve!. Pagábenlo a 105 pesetas. Garre el dinero y
vine pa casa andando del susto desde Luanco a
Candas sin decir nada a nadie. Al día siguiente can-
saron de reñime en la banda porque teníen miedo
que me hubiera pasao algo. Preguntáronme que por
qué había marchao y díjeyos que era que me sentía
mal, no tragaron de que enfermo hubiese marchao
andando,¡eso no cuela!. De aquella a los músicos de
Luanco les pagaba su banda 300 o 400 pesetas y a
nosotros por ir a tocar allí, nos dieron 1.800 pesetas
además de paganos los taxis, la comida y la invitación
al hípico.
Armando RodríguezCorresponsal del Diario "El Comercio"
53
Banda de Música de Candas. Aniversario.
PINCELADASHISTÓRICAS
andas es una localidad abierta al
mar y con una larga tradición
marinera. Sus gentes han recorri-
do caladeros de medio mundo a
lo largo de los siglos y eso les ha dado un carácter abier-
to. La capital de Carreño ha asimilado durante su histo-
ria numerosas corrientes culturales que ha integrado en
su propio devenir.
Una de las instituciones más apreciadas por los can-
dasinos es la Banda de Música, nacida bajo los auspicios
de la Sociedad de Mareantes de Candas. La Banda de
Música afronta ahora un nuevo siglo celebrando sus 120
años de historia desde que naciera a finales del siglo XIX
y sobreviviera a las convulsiones del XX.
La institución estuvo unida desde sus orígenes al ca-
rácter marinero de la villa. El día uno de noviembre de
1880 se reunían en el Ayuntamiento de Carreño arma-
dores, patrones, y mareantes del puerto, bajo la presi-
dencia de Braulio Busto. De ese encuentro nacía la
"Asociación de mareantes del puerto de Candas". En el
cuarto punto del acta fundacional se lee: "subvención al
organista de la iglesia parroquial con cargo de enseñar
gratuitamente música a los niños del pueblo hijos de los
socios que lo solicitaren". En el reglamento de la socie-
dad presentado el 12 de marzo de 1881 se añaden los
términos "(,,,} y dirigir la Banda de la Sociedad".
En ese momento había nacido una de las Bandas de
Música con más tradición en la región pero que estuvo
sometida a los caprichos de la historia.
El primer tercio del siglo XX se considera un periodo
de expansión. La primera década permanece en la oscu-
ridad de una historia perdida hasta que en 1909 comien-
za una nueva etapa con una formación renovada y en la
que se incluye una coral con reglamento propio.
En esta época la Banda era conocida como "La Lira
Candasina", sociedad que agrupaba el teatro, la banda
de música y el coro. Son años en los que la institución se
va afianzando llegando a tener en 1928 más de setecien-
tos socios. El 12 de mayo de 1929 se inaugura en la Pla-
za de la Baragaña de Candas un kiosco para los concier-
tos de la formación.
Pero el advenimiento de la Guerra Civil trunca esta
trayectoria y la banda pasa a estar militarizada. Sus com-
ponentes se dispersan a causa de la contienda y no fue
hasta 1948 cuando gracias al entusiasmo de un grupo
de candasinos renace la institución.
El espaldarazo definitivo llegó cuando a la dirección
se incorpora el maestro Antuña Arguelles, candasín de
nacimiento y columna vertebral de la banda entre 1949
y 1983. Su labor al frente de la agrupación fue reconoci-
da por la corporación que puso el nombre de "Maestro
Antuña" a uno de los parques céntricos de la villa y nom-
bró a José Antuña hijo predilecto. En 1985 comienza un
nuevo periodo para la Banda de la mano de José Miguel
Carrera quien fue concejal delegado de la banda de mú-
sica y preside la institución desde 1987.
Es el periodo de afianzamiento y modernización de
la formación que renueva instrumentos, vestuarios y uti-
llaje.
Conciertos en todo el concejo de Carreño, salidas a
otras ciudades del Principado y participación en eventos
nacionales e internacionales han conseguido que aque-
lla idea de los mareantes se constituya en uno de los ele-
mentos con más valor cultural del concejo.
David OrihuelaCorresponsal en Carreño del Diario "La Nuera España"
54
Miscelánea de Apuntes, Imágenes y Comentarios
120 ANIVERSARIO DELA BANDA DEMÚSICA DE CANDAS
a Banda de Música de Candas
que actualmente está celebran-
do su 120 aniversario, siempre
consideré que dio -y sigue
dando- prestigio a nuestro pueblo, pues después de
tantos años transcurridos, aún es difícil encontrar otro
similar que disponga de ella.
Por medio de estas líneas, quiero modestamente
colaborar a esta celebración , exponiendo mis re-
cuerdos sobre la Banda que se remontan a los lejanos
tiempos de mi niñez, cuando asistía a sus conciertos
en el escenario del Teatro Marina y también cuando
el mal tiempo impedía darlos desde su kiosco en la
contigua Plaza de la Baragaña, tenían a su disposi-
ción el teatro, en horario que no coincidiese con el
de las funciones de cine. Siempre que los admiraba
en un sitio u otro, lo mismo fuese durante las fiestas,
procesiones, verbenas, etc., me daba perfecta cuen-
ta del mucho entusiasmo y desinterés que mostraban
todos sus componentes, personas muy populares en
el pueblo, algunas muy allegadas a nosotros, como
nuestros familiares Octavio y su hermano Pocholo y
otras como "Moreno el Sastre" que estuvo al frente
de la Cabina del Marina y posteriormente de la del
Apolo, en cuyo local también formó parte de su plan-
tilla el popular "Ramón el Con", siendo por tanto
muchos los años de mi colaboración con ellos.
El Maestro Brana recuerdo, que en repetidas ve-
ces me había comentado, que en su primera juven-
tud antes de marchar a estudiar a Italia, había forma-
do parte de la Banda, cuando en sus últimos años
coincidíamos asistiendo a los Certámenes que la Co-
ral "Villa de Aviles" celebra en su Casa Municipal de
Cultura de los que él era su invitado de honor, siem-
pre que en ellos actuaba nuestra Banda y también la
Coral candasina, me decía lo mucho que le agradaba
verlos tan bien uniformados, cuando poblaciones de
mayor importancia, carecían de ellos y la alegría que
le causaba que en varios de estos certámenes fueran
premiados.
Al frente de nuestra Banda, llegué a conocer co-
mo su director a quien lo fue durante muchos años:
Don Joaquín Fernández, que también la ayudó mu-
cho económicamente, incluso facilitándoles un local
de su propiedad en la calle de la Iglesia como Aca-
demia de la misma. En 1936 con motivo de la guerra
civil, la Banda de Música fue militarizada y luego prác-
ticamente desapareció hasta finales de los años cuaren-
ta, en que volvió a reaparecer bajo la protección de su
nuevo benefactor Don Manuel Pérez - Vega, en cuya
época su principal director fue Rafael Moro Collar,
persona de gran simpatía y muy popular en el pue-
blo.
Posteriormente ya en 1952 por mediación de la
Alcaldía de su Ayuntamiento, se logró contratar
como nuevo director, al candasín José Antuña, más
popularmente conocido como Pipi, que ya en su
55
Banda de Música de Candas. Aniversario.
juventud había sido miembro de la Banda y a cuya
dirección se dedicó plenamente hasta su jubilación
en los años ochenta, en los que el Ayuntamiento
agradecido por su intensa labor, puso su nombre al
nuevo parque construido en las proximidades del
apeadero de FEVE.
Nunca he podido olvidar que cuando en la maña-
na del 1 de Enero de 1956, tal como era entonces
norma y costumbre, se procedió a la bendición del
nuevo Teatro Prendes, a la que invitados asistieron
autoridades y representaciones locales, inesperada-
mente se presentó allí la Banda de Música con el
Maestro Antuña a su frente, que iban a felicitar la
onomástica a su presidente Sr. Pérez-Vega, antes de
lo cual quisieron dar más realce a la inauguración del
teatro, interpretando desde su escenario varias com-
posiciones, lo cual resultó muy vistoso y teniendo
esta atención con su empresario, como agradeci-
miento por el apoyo recibido mientras estuvo al fren-
te de su ayuntamiento.
Aunque por diversas circunstancias, el escenario
del teatro tardó unos años en ser habilitado con
todos los elementos de tramoya, cortinas, camerinos,
etc., ello no fue obstáculo para que mientras tanto la
Banda dispusiese del mismo para celebrar anual-
mente la fiesta de su patrona Santa Cecilia, en la que
después del concierto actuaban desinteresadamen-
te, unos magníficos conjuntos de variedades que el
Maestro Antuña lograba formar con artistas amigos
suyos y como la entrada era gratuita, el teatro se lle-
naba "hasta el tope" e igualmente la Banda de
Música también colaboró en las funciones que el
Ayuntamiento organizaba en el teatro a beneficio de
la "Campaña de Navidad".
Termino, pues todo lo demás pertenece a tiem-
pos más recientes en los que afortunadamente nues-
tra admirada Banda de Música que ya se encuentra
en el tercer siglo de su existencia, continúa deleitan-
do a nuevas generaciones de candasinos y asturia-
nos, bajo la dirección de jóvenes y magníficos direc-
tores que siguen dando prestigio a la misma.
Luis Prendes Fernández.
56
Miscelánea de Apuntes, Imágenes y Comentarios
VIVA LA MÚSICA
a música europea experimentó una
transformación revolucionaria durante
el siglo XIX. Los requerimientos ecle-
siásticos y cortesanos, daban paso a
los grandes conciertos. Los genios de la música clásica
componían sus obras maestras. El mundo parecía agran-
darse con los nuevos medios sociales de comunicación.
El siglo va camino de agotarse. Antes , la "grandeur"
francesa celebra su famosa Exposición Universal, en ho-
menaje a una época febril y tumultuosa, donde Eiffel,
deja su torre por testigo.
El ardor está en todo. El músico quiere pintar los
sonidos. Se multiplican las iniciativas. El joven com-
positor, Claude Debussy, asiste a una actuación musi-
cal frente al Trocadero. Un grupo de Java agita ca-
denciosamente sus instrumentos de bambú. Es una
música dulce, aunque penetrante, voluptuosa y car-
gada de sentimientos religiosos asiáticos, con aromas
arrancados a perennes pebeteros. Van descalzos.
Pantalón a la indiana y blusa de colores. Su entusias-
mo se desborda y vuela hacia la escuela impresionis-
ta.
Candas ha constituido su Banda de Música. Un
grupo joven, animoso y animado, recibe un instru-
mento musical, entre ilusión y perplejidad. Aunque
amantes de la música, en las manifestaciones popu-
lares, jamás han descifrado un pentagrama. Co-
mienzan sus primeros ensayos, llevados por el logro
de una nota, incitados por la unión con la siguiente.
Han pasado unos años y, el grupo, ha experimen-
tado su alegría ante los primeros trozos armónicos, la
emoción de su primera interpretación. ¿Se puede
imaginar el entusiasmo colectivo?. Músico e instru-
mento forman una pareja de hecho, que da vida al
fenómeno polifónico.
Debussy es la viva expresión de la "música del por-
venir", que rivaliza en entusiasmo y coexiste, con estos
candasinos, en su esfuerzo por marcar una pauta de fu-
turo.
Ahora disponía de una institución que posibilitaba
una educación correcta del sentido musical y una nueva
cultura del placer de escuchar y enjuiciar una composi-
ción.
Aquella institución que heredamos los jóvenes de la
posguerra, no generó excesivo entusiasmo entre nos-
otros. No porque los candasinos hubieran perdido su
pasión musical. Candas aceptaba con resignación la ad-
versidad y no dejaba que ésta desplazase la alegría. Se
cantaba en las fiestas, en los cafés, en los viajes, en las
fábricas, en cualquier sitio y, en este ambiente éramos
más propensos al canto que a la instrumentación, quizá
porque las dificultades y la descohesión social no procu-
raban los necesarios agentes de enlace o, simplemente,
por temor a la disciplina que parecía emanar desde
aquella banda de música, que llamábamos cariñosa-
mente "del chubasco", ahora se que no por ellos sino
por lo mucho que llovía, antes de que la tierra se reca-
lentara.
Hoy, la ocasión antes que la curiosidad, me ha procu-
rado el placer que el oído encuentra ante la obra musi-
cal. Mas no son los sentidos placenteramente agradeci-
dos los que me impulsan a elogiar esa sentida institu-
ción, nunca tan viva. Es la razón la que puede argumen-
tar, lo que puede el entusiasmo y el tesón, cuando se
ponen a contribución de un proyecto social y cultural in-
teresante.
Mucha vida y muchos éxitos. ¡Viva la Música!
Agustín Iríondo Llera
57
Banda de Música de Candas. Aniversario.
UNA HISTORIADEL MUNDO REAL
í \. _ n unos tiempos en que se está per-
Ví S^.S^ diendo la memoria y hemos pasa-
do de ser un pueblo marinero a ser
un pueblo playero en el que los
bañistas, los hidropedales y las motos acuáticas no
dejan ver la mar que hay más allá.
Ahora que la Educación es cada vez más específi-
ca y se nos orienta a ser técnicos en una sola mate-
ria. Se nos enseña la manera más barata y eficaz de
fabricar tornillos, sin preocuparnos de si ese tornillo
pertenecerá a una batidora o a un misil de largo
alcance.
Cuando nos imponen los planes de estudio que
nos convertirán en científicos especializados, pero sin
tener una perspectiva de lo que es el mundo de ahí
fuera y, clonaremos ovejas y personas.
Ahora, donde el e-mail nos ha cambiado la vida y
parece más fácil establecer relaciones por Red, más
imaginadas que reales, primando lo virtual antes que
lo real. Con líderes que dominan los medios y media-
tizan los fines, que desconocen el uso de compra y
cambio de la moneda y dan ejemplo de pompa y
derroche.
Mientras esto ocurre en esta sociedad nuestra, es
gratificante encontrarse con lo rea , con esa bocana-
da de aire puro que nos aportan estas imágenes, de
esa pequeña gran historia de nuestra vida cotidiana,
de los 120 años de existencia de nuestra banda de
música.
Historia cotidiana que muchos candasinos y carre-
ñenses conservan aun presente porque la vivieron.
Gentes de mirada clara, que aportaron su trabajo y
su forma de vida.
Presente y futuro de nuestra banda en esos jóve-
nes músicos pletóricos de fuerza y de ilusiones, de un
futuro que llevan dentro, esencia y orgullo de su pue-
blo.
En brazos de un progreso que no sabe de senti-
mientos, que no entiende de pequeñas historias
como ésta, ojalá, como candasinos y carreñenses
comprometidos con nuestra tierra y nuestra historia,
nunca olvidemos las raíces que representan a nuestro
pueblo. Es una obligación de todos, salvaguardar y
defender todo aquello que constituye nuestra perso-
nalidad.
Luis Fernández FernándezPresidente de la Asociación "Amigos de Candas"
58
Miscelánea de Apuntes, Imágenes y Comentarios
REVIVIR
I presidente de la Banda de Música
de Candas me llama para comunicar-
me la celebración del centenario de
la Institución, pidiendo mi colabora-
ción en la recopilación de recuerdos, fotografías princi-
palmente y, si me es posible, participar en la publicación
que tienen proyectada editar, teniendo en cuenta mi
condición como componente que fui de la misma.
Han pasado tantos años que, en el plano actual de
mi vida, aquellos momentos son como nebulosas que
flotan en el recuerdo, como si desde un sitio privilegia-
do hubiese sido testigo de su existencia. Pero mi amigo
Alfredo me dice que recordar es volver a vivir y con ese
deseo hago un gran esfuerzo para situarme en aquel
plano de mi existencia coincidente con los años felices
del tránsito de la niñez a la pubertad y de ésta a la hom-
bría, realizando estos caminos, en este marco, de la ma-
no de algo que me cautivó y todavía hoy me cautiva, la
música.
Antes de entrar en mi vivencia creo conveniente ha-
cer una escueta definición del marco, exponiendo lo
que escuché en aquellos momentos a los veteranos con
los que conviví. En sus inicios unos cuantos amigos se
unieron para crear un conjunto musical, pero fue con
Don Joaquín el de Josefina cuando tomó la forma de
Banda de Música organizada. Compra de uniformes, di-
rección -é mismo - escuela de educandos, etc. De este
momento salieron grandes músicos, como Pedro Braña
y José Antuña "Pipi". Esta organización quedó trunca-
da con la guerra civil, que tras ser militarizada, se disol-
L
vio al cogerles la contienda fuera de Candas. Pero uno
cuantos, Emilio González "Emilión", Rogelio, Lino el Sa-
cristán, etc., le dieron continuidad hasta que otro canda-
sín, Manuel Pérez Vega, puso dinero para reorganizarla,
compra de instrumentos, uniformes. Contrata un direc-
tor, Rafael Moro Collar, y es ahí cuando yo me incorpo-
ro. El momento me da pie para seguir relatando mis vi-
vencias.
A la Banda acudí, con quince años, junto con mi ami-
go Juan - no se cuál de los dos arrastró al otro- en los
inicios de esta nueva etapa. Mi afición se formó con la
vivencia cautivadora de todos los Sábados de Gloria de
mi niñez, escuchando embelesado los mágicos sonidos
que salían de los instrumentos que tocaban aquellos su-
pervivientes de la Banda disuelta en la guerra civil - Emi-
lión, Rogelio, Eloy, Chicula, y algunos más que no re-
cuerdo - desgranaban al acompañar a la Virgen hacia su
refugio en el Palacio - para al día siguiente celebrar el
encuentro con su Hijo - entonando el Ave María. Nos
recibió y dio de alta como educandos, Rafael Moro Co-
llar.
A todos iniciaba en el solfeo con el método de Hila-
rión Esava, menos a mí que ya acudí con un grado de
conocimiento por el aprendizaje que obligatoriamente
me hizo mi abuela desde más o menos los nueve o diez
años, truncado por su muerte, y utilizando otro método
distinto al mencionado.
Para mi edad estaba bastante desarrollado, y esto
junto con mis conocimientos de solfeo en las dos claves,
pudo ser la causa de que me asignasen el primer instru-
mento que toqué, el helicón, una especie de tuba de
utilización frecuente en las bandas militares de Estados
Unidos, por lo que veíamos en las películas. Pesaba alre-
59
Banda de Música de Candas. Aniversario.
dedor de los diez o doce kilos y la cesta de mimbre que
lo contenía requería el concurso de dos personas para
su traslado. Me paro un poco en él porque fue un instru-
mento atípico en nuestra Banda y yo fui el único que lo
manejó. Se adquirió en Pola de Siero y se pagó con una
actuación en las fiestas del Carmín.
Rafael Moro Collar, era un compositor bohemio, ve-
nía de dirigir otras bandas asturianas. Estando con nos-
otros metió en el repertorio varias de sus composicio-
nes, que los más jóvenes, dejando al lado los instru-
mentos, cantábamos formando un coro dentro de la
misma Banda. Están en el recuerdo de todos: "La Veci-
na de mi Casa Carolina", "Casimiro el Sapo", "El Amor
del Marino", "Gijón", ésta la compuso para un concur-
so en Gijón y lo interpretamos en la Plaza de Italia, con
un tiempo fatal para ser Agosto. Lo recuerdo porque el
viento se metía por la campana del helicón y lo pasé fa-
tal.
De esa época es también "Yo busco una mujer",
canción con connotaciones muy sentimentales para el
compositor.
Unos años después, cuando ya no estaba Moro en
Candas, por razones privadas, yo he pasado una inolvi-
dable época en Pola de Siero, Falo Moro tenía entonces
la orquesta Fox, yo acudía a sus ensayos en un almacén
de cereales. En el baile dijo que iban a interpretar una
canción que a pesar de ser suya no la conocían en su
pueblo, pero un amigo aquí presente - era yo - enten-
dería, y cantó, con el sentimiento que sólo un artista co-
mo él podía poner, "Yo Busco una Mujer".
Comentaba yo la existencia de esta canción, hace
poco tiempo, con Ramón, un poleso con una gran voz,
y me dijo que creía conocer toda la obra de Moro pero
que esa no la conocía. Tenía que preguntar por ella a
Paquita Moro, guardiana de toda su obra. No se lo que
ella le contestó.
Recuerdo, de mi estancia en Pola de Siero, de ser
testigo de la composición de una canción publicitaria
para el anís de la Asturiana, en el principio, que terminó
siendo de la Praviana. Era en la galería que tenían en la
primera planta del Hotel Antonia, su casa. Moro estaba
al piano componiendo y Ramón iba cantando desarro-
llando la composición, conmigo de mudo y admirado
testigo. Moro era un compositor conocido en toda As-
turias, principalmente por "Campanines de la Aldea",
"el Himno del Sporting", "Costa Verde", "La Chica del
Tambor", etc.
De esta época destaco sólo dos anécdotas de las
muchas que tuvimos. En Somao tocábamos en un kios-
ko que hicieron en el parque aprovechando un seto pa-
ra la pared trasera. De repente, en una actuación, el
bombo seguía sonando, pero con el instrumento no ha-
bía ninguna persona y la maza con buen ritmo estaba
aporreando el bombo. Todos quedamos mosqueados
por lo que ocurría y quizá también, no lo niego, por los
"refrigerios previos" y descubrimos que Juaco con la
emoción de la interpretación dio un paso atrás y cayó
entre la tarima y el seto, y desde el suelo, sin perder
compás, siguió interpretando su papel.
La otra nos ocurrió en San Juan de Nieva. El coro
que ya mencioné se unió en una parte del "kiosko" y
cuando más emoción se daba, marcando el ritmo de la
canción que se estaba interpretando, seguramente La
Carolina, se hundió toda la tarima y casi toda la banda
se desparramó por el suelo. Por fortuna no hubo ningún
herido de consideración y aparte de las magulladuras
que luego fueron renegrones. Sólo Tino necesitó aten-
ción médica, pero sin importancia.
Fue Moro el Director con el que menos tiempo estu-
ve en la banda, no teniendo en cuenta a otros de muy
corto paso, pero me he extendido en él por la huella
que dejó en nosotros con su especial personalidad.
Después de Rafael Moro, tuvimos un director madri-
leño, virtuoso del clarinete, que venía jubilado de una
banda de la capital. No recuerdo su nombre, lo llamába-
mos "Barcalín". El pobre era tan mayor que no tenía
fuerzas para sostener la batuta y a veces, dirigiendo, pe-
gaba algún pigazo.
60
Miscelánea de Apuntes, Imágenes y Comentarios
Finalizado esto comienza la etapa de José Antuna
"Pipi", candasín, componente formado en la banda de
música anterior a la guerra. Tenía una famosa orquesta
en Gijón, por más que me esfuerzo, no recuerdo su
nombre.
Con él comenzó para mí una nueva etapa, dejé el
helicón para pasar al saxofón tenor. Con este instru-
mento me realicé completamente en mi afición musical.
El bombardino lo tocaba Emilio, el hijo de "Emilión" y
los dos que siempre estábamos juntos interpretábamos
la que para mí era lo mejor de una composición, el con-
trapunto con la melodía principal. Entrábamos siempre
después de un suspiro, cogiendo el tren en marcha, un
tiempo después de iniciada la melodía, para rellenarla
con una música redonda, aupándola y resaltándola en
los momentos que precisaba. Tanto me gustaba que
cuando "Pipi" me pasó al saxofón alto, al marchar Mi-
guel Ángel, el hermano de Juan, no acabé de sintonizar.
Desconozco si llegase a hacerlo, porque en aquel mo-
mento, por motivos de trabajo recién cogido, tuve que
dejar la banda.
De este momento acuden a mí más recuerdos que
de la anterior. Teníamos muchos desplazamientos y la
edad era la propicia para disfrutar de ellos. Mi amigo
Manolo y yo tuvimos experiencias que me callo. Voy só-
lo a referir un par de anécdotas.
A Cudillero íbamos todos los años por las fiestas de
San Pedro, en uno de ellos nos quedamos más de un
día. En una pensión nos colocaron a unos cuantos en
una habitación de dos camas. No recuerdo si nos turná-
bamos, pero esto no es la anécdota. Manolo y yo acu-
dimos cuando el resto estaba acostado y para no des-
pertarlos no encendimos la luz. Quise recoger los pan-
talones muy bien doblados para mantener la raya y
cuando estaba en la operación me cayeron varias mone-
das al suelo, me puse a recogerlo al palpo y al meter la
mano, arrastrándola, debajo de la cama para cubrir
todo el espacio, cogí una cosa blanda que resultó ser
excremento de gato, mi exclamación fue tan fuerte que
los demás despertaron. Lo demás se lo imaginan.
En otra ocasión fuimos a tocar a El Entrego. A la no-
che, después de terminar, algunos seguimos con los li-
gues que habíamos tenido. Cuando regresamos a la ba-
se para coger el autobús, serían posiblemente las dos
de la madrugada, nos encontramos que el resto de la
banda con el autobús que nos llevó se habían ido hacía
un rato. La organización nos puso, después de muchos
ruegos, un autobús de los que realizan el servicio a La-
viana y que tenía toda la estructura de un tranvía, prác-
ticamente sin asientos. No creo que alcanzase una velo-
cidad superior a los diez o quince kilómetros por hora.
Después de una eternidad llegamos a Candas con el
tiempo justo para ir a casa a dar la novedad y marchar
para Soto del Barco, donde ese día teníamos que ac-
tuar. Recuerdo que la sahariana blanca, uniforme de ve-
rano, con el carbón acumulado en el viaje parecía más
la prenda de invierno, por el color.
El delegado de la banda era Emilio González, "Emi-
lión". Era el que nos pagaba y tenía una curiosa forma
de realizar los cálculos para el reparto de los fondos
destinados a retribuir a los músicos, en cada desplaza-
miento. Utilizaba garbanzos y a cada músico asignaba
uno, dos o más, según la categoría que tuviese, y le en-
tregaba la cantidad que resultase después de dividir el
montón por el total de garbanzos, división que aún hoy
día no se como la hacía, pues no era de la forma tradi-
cional. Utilizaba los métodos de cálculo que él conocía,
con ese nutritivo abaco.
Termino, me he extendido en vivencias personales
que me fueron surgiendo de los recuerdos, de las que
recogí las que, a mi criterio, pudiesen representar la vida
de la banda fuera de la música pero alrededor de ella.
Fueron muchas más las que afloraron y que profunda-
mente he vuelto a revivir.
MONCHO II. Ramón García González
L 61
Banda de Música de Candas. Aniversario.
MUCHOS AÑOSDE BANDA
sncargado escribir algo
sobre la Banda de Música de
Candas, y la verdad es que no
conozco nada de la banda, ni
de su historia, componentes, etc...
Tampoco me preocupa mucho este detalle, no
siendo la música una de mis aficiones, y en la seguri-
dad de que dentro de este mismo libro habrá otros
que escriban largo y tendido sobre todos los avata-
res que haya pasado la Banda.
Sin embargo, hay un detalle que hace que uno se
fije en la Banda de Música...120 años.
120 años de historia. 120 años de actividad. 120
años de supervivencia. 120 años en Candas. Difícil
supervivencia.
Por este hecho se puede convertir en un referen-
te histórico, en un buque insignia de representación
de Candas más allá de las fronteras de nuestro con-
cejo, ya que otros muchos referentes han desapare-
cido, los hemos hecho desaparecer. Creo que éste es
un problema que tiene Candas, de fidelidad y respe-
to a su pasado, a su historia. Preparar su futuro, pero
sin dejar de respetar y mimar su pasado.
Por traslado laboral, llegué a Candas hace 18 años.
Nunca antes lo había visitado, no lo conocía. Cuando
alguien me preguntaba por mi nuevo destino, las úni-
cas referencias que sabía darle eran las que había escu-
chado, leído o visto en los medios de comunicación.
Candas entonces sonaba como "Villa Marinera", y
así aparecía en los folletos turísticos.
A nivel nacional, Candas sonaba por su corrida de
toros en la dársena del puerto, declarada fiesta de
interés turístico. También sonaba por la unión de las
aguas de los 5 océanos y los personajes que la visita-
ban en este evento, incluido el Conde de Barcelona,
padre del Rey.
También se hablaba de ella por los murales que
aparecían en la calle, con diferentes motivos.
Hoy, 18 años después, cuando me preguntan por
mi lugar de trabajo, ya no se qué responder. Han des-
aparecido demasiadas señas de identidad, y no han
sido sustituidas por otras.
- Ha desaparecido la corrida marinera . Esto no
quiere decir que sea partidario de ella, pero le reco-
nozco su singularidad. En Luanco tienen un torneo de
tenis en la playa.
- Ha desaparecido la unión de los océanos, inclui-
do el busto del padre del Rey.
- Han desaparecido los murales, en este caso sí
sustituidos por otros diferentes, pero no incompati-
bles con los anteriores.
- Y lo más difícil de asumir: ha desaparecido la Villa
Marinera, absolutamente arrasada por la piqueta urba-
nizadora moderna, que no ha dejado ni una sola mues-
tra de sus señas de identidad marineras. Al parecer, a
esto le llaman el progreso, como en el caso del "remo-
delado" barrio de la Cuesta, pero en cambio hay otras
localidades asturianas donde compaginan progreso y
conservación (puede visitarse el pueblo de Cudillero).
62
Miscelánea de Apuntes, Imágenes y Comentarios
Cuando hoy me preguntan por Candas, no en-
cuentro respuestas. Quizás tenga que empezar a res-
ponder que es una villa que tiene una Banda de Mú-
sica con 120 años de historia a sus espaldas. No se si
éstas serán suficientes señas de identidad.
No es imprescindible ser conservador para man-
tener las señas de identidad de una sociedad. Una
sociedad puede ser progresista, y al mismo tiempo
mantener sus tradiciones. (Los ingleses siguen reali-
zando el cambio de la Guardia Real ante el Palacio.
Un anacronismo, pero pocos turistas que visiten
Londres se resisten a verlo). Nuestro progreso o pro-
gresismo candasino está un poco errático (sin villa
marinera, sin pesca, quizás lo más grave, sin identi-
dad).
Mi anterior trabajo estaba en Cangas de Onís, en-
tre los años 74 y 83. Aquello cambió, pero mante-
niendo y potenciando sus singularidades.
Cangas de Onís era:
- La 1a capital de España.
- Ciudad agrícola, de servicios, sobre todo turísti-
ca, como puerta de entrada a los Lagos de Covadon-
ga y Covadonga.
En el 2001, Cangas de Onís sigue siendo:
- La 1a capital de España.
- ciudad agrícola y de servicios, con un sector tu-
rístico de primer orden, que se ha multiplicado has-
ta el infinito por el simple detalle de hacer que finali-
zasen etapas de la Vuelta Ciclista a España en los
Lagos de Covadonga con la televisión por el medio.
Y no han renunciado a sus señas de identidad.
Y Candas, 1° villa marinera, luego villa residencial
para siderúrgicos, hoy con menos siderurgia, aho-
ra...no lo se. Hace falta encontrar un rumbo, un cami-
no, una dirección... que esté por encima del grupo
de turno que lleve el gobierno municipal.
- Hay que ofrecer algo más serio a la población
que pasarnos el año en la prensa con cosas como las
obras del puerto (que si están paradas, que si avan-
zan despacio, que llevan un ritmo superior al previs-
to...todo esto no pasa de ser una anécdota).
- Candas necesita volver a ser algo, algo defini-
do...que no se si será suficiente con un "Carreño Di-
gital", o la nueva "Candas, villa de olímpicos". Algo
consistente, capaz de implicar a la mayor parte de la
población.
Mientras tanto, tenemos una Banda de Música
que lleva 120 años, y continúa, y continuará la Banda.
Enhorabuena a todos los que han tirado de ella
durante estos 120 años.
Delfino Cávela PérezMaestro
63
Banda de Música de Candas. Aniversario.
LA MÚSICA YCANDAS
iento veinte años, es verdad que
no es nada en la historia de la
evolución, por aquello de que el
calendario cósmico se mide con
otros parámetros; pero en la historia cultural de Can-
das; en concreto estos ciento veinte años, son la ram-
pa vertiginosa que nos lleva, desde navegar sus hom-
bres a vela con los vientos del Cantábrico, hasta nave-
gar sus jóvenes, por el modernísimo mundo de Inter-
net... ¡Casi nada!. Para marearse en este improvisado
viaje. Pues bien: a mi, me gustaría recorrer "virtual-
mente" este trayecto, en compañía de aquella inci-
piente Banda de Música, a la que teníamos derecho,
porque la ley de la compensación funciona, y a los
peligros de la vida en la mar; las ganas de vivir, cuan-
do llegaban al puerto de arribada. Los días de vino,
música y fiesta, eran el contrapeso a todos aquellos
sinsabores. Quiero resaltar, la acertadísima decisión
del Gremio de Mareantes, que supongo manifesta-
ban el sentir de todo un pueblo cuando decidieron
formar en la música a sus jóvenes, y agradecer a todos
los que hicieron posible esta realidad de hoy, por arri-
mar el hombro. Confieso, que ante la falta de anéc-
dotas para sumergirme en este acontecimiento y plas-
marlas en este papel, sólo me queda hablar de mi
pueblo, que sigue siendo el protagonista. El paradig-
ma de cualquier banda de música es el concierto,
aunque hacen muchísimas más cosas y para mí, La
Baragaña y El Paseín, siempre tuvieron el encanto es-
pecial de juntar a mi gente vestida con sus mejores
trajes y sus zapatos limpios, para la fiesta, como en un
precioso mural de nuestro paisano Alfredo Menéndez
"el fío de Pumacena"... recogiendo este acto social.
¡Qué bonito sería...! Las bandas de música son, en
cualquier lugar, un símbolo cultural de primerísimo
orden, al que no podemos ni debemos renunciar.
Tampoco está de más recordar a nuestros jóvenes de
dónde vienen, para que no pierdan la ubicación; y
sigan conservando todo lo que nos hace ser origina-
les. La identificación de la música con la mar, la en-
cuentro yo, cuando por primera vez leo a Hornero en
La Odisea... Ulises es un marinero frente al destino...
Y desde aquel maravilloso día, ya no puedo separar,
la música y la mar. Es más, veo una gran afinidad,
entre la mar, la música y mi pueblo. Sobre todo, en la
incomparable aventura que se narra en el canto doce.
Es un sentimiento, porque en realidad la Odisea es un
poema de valor... Pero tiene partes en la que yo veo
a mi pueblo primitivo. Menos belicoso, pero, mucho
más marinero porque, los golpes de mar del
Cantábrico son los gigantes de la Odisea, compara-
dos con el Mediterráneo. Con todo Candas, fue un
lugar bien castigado e ignorado por los poderes,
desde siempre. Es verdad que el siglo XVIII, que fue
el siglo de la ilustración, España era la gran olvidada
en todos los campos, sin embargo, el periodo fue
muchísimo mayor: abarcaría también todo el siglo
diecinueve. Fueron cientos de años de aislamiento.
Esto supondría un atraso tan enorme que aún hoy lo
estamos pagando. En este tiempo, pueblos parecidos
al nuestro, tenían centros educativos con bastantes
64
Miscelánea de Apuntes, Imágenes y Comentarios
facilidades para preparar a toda su juventud, - estoy
hablando, del espacio referido a las primeras tres
cuartas partes de este centenario -. Para situarnos
mejor: cuando vetusta era nuestra capital, y Clarín,
provinciano universal escribió la Regenta, allá por el
1884, coincidiendo este abundante centenario con el
nuestro, pues bien: yo sostengo que en Candas no
había escuelas, pero parece que sí había un gran inte-
rés por la cultura; sino, ¿cómo se entiende que un
pueblo con estas carencias, tuviera jóvenes que
pudieran interpretar una partitura, y formaran una
banda de música?. Evidentemente tenía que haber un
gran interés por el conocimiento. Aunque en este
tiempo, sólo estuviéramos comunicados con el resto
del mundo, por carruajes tirados por caballos, (me
vienen a la memoria los burros de Regañejo viejo, en
la cresta del Monte Fuxa, dispuestos siempre a tirar
del carro), y con todo. Candas era un bonito rincón,
con sus balcones abiertos al mar, para escuchar el
rumor de sus intenciones... casi siempre malas.
Conclusión: no había escuelas, (mis bisabuelos eran
analfabetos, y mis abuelos también; esto no admite
discusión), pero era un pueblo erudito, y no tiene por
qué ser una absurda contradicción. Me pregunto:
¿Cómo podían navegar aquellas compañas de mari-
neros, por los mares de cualquier latitud, y regresar a
casa una y otra vez sanos y salvos, si no fueran erudi-
tos?. Aquí no puede ver casualidades. ¿Cómo estima-
rían las demoras, calculando distancias, corrientes,
vientos, navegando a vela en embarcaciones que ya
hoy no concebimos?. Es además en esta época cuan-
do todavía no había un meridiano cero aceptado por
todos los países como es hoy el de Greenwich, en
aquel entonces cada país tenía el suyo. El nuestro era
Cádiz. Por cierto: con sus mares plagados de corsa-
rios, sobre todo por aguas de Gibraltar, donde los
piratas del norte de África agazapados, esperaban
con velamen preparado, para cazar cualquier presa.
Nosotros aquí en el norte, los teníamos mejor, nos
ganábamos el pan a golpe de mar y de anzuelo, la
piratería ya era cosa de otras latitudes, al menos en
esta época, porque haberlos... también los hubo... Y
si no, que me digan para que, aquellos maravillosos y
viejos cañones, que un día siendo crío descubrí, en la
misma punta del cuerno. Nuestros hombres no todos
pudieron ser capitanes de bergantín, pero sí fueron
grandes marineros de altura, que es mucho más com-
plejo, porque hay que saber navegar y pescar. No qui-
sieron "salear" faenando en la misma costa, decidie-
ron la altura porque sabían manejar. Conocían las
estrellas. Toda la mar era nuestra... -hoy no queda
nada que repartir-, ¡lo siento!. Lo peor, es que aquel
tiempo de carencias, se pierde para siempre, y ya
nunca se recupera. ¡Es lo que se llama atraso históri-
co!... y mis paisanos, además de todo eso, también
querían que sus hijos fueran músicos, y lo eran. Voy a
manifestaros algo que guardo para mí desde hace
tiempo: no fueron Ulises y su gente, los únicos que
sintieron la llamada de las sirenas, como dice Hornero
en el inigualable poema épico: ¿por qué iba a ser esto
un privilegio sólo de ellos ¿. Respetando muchísimo la
imaginación del autor, los hombres de Candas, tam-
bién eran marineros frente a la naturaleza, y seguro
que escucharon en nuestros mares este peligroso cán-
tico y se quedaron con él, para hacerlo bueno y can-
társelo ya en tierra a sus compañeras... Este también
pudiera ser el origen de la musicalidad que tienen los
candasinos: lo reivindico. Basta recordar, a aquellas
vendedoras de pescado muy directas herederas de
este Candas, al que nos referimos, que con la "paxa"
a la cabeza, entonaban la repetida canción de... ¡A lo
vivoo...! ¡Cómo sonaba su voz!... ¿Qué es esa entona-
ción, mas que el comienzo de una maravillosa melo-
día?...¡¡Ayü Si las fábricas de conservas nos pudieran
hablar... ¡Cuánto nos dirían!... Nada es comparable a
aquella estampa de actividad y hermanamiento, por
la voz y por las notas, de tantas y tantas canciones
como entonaron, todas las mujeres de mi pueblo en
65
Banda de Música de Candas. Aniversario.
sus fábricas... Aquello si que era una escuela de músi-
ca, donde voluntariamente se enseñaban unas a
otras, a coger los tonos y semitonos, y pasar de
menor a mayor a cambiarlo con mil matices más.
Todas eran un auténtico diapasón. Entre mis recuer-
dos de niñez favoritos, está: el de ir a buscar "engua-
do" a casa de José Ortiz, donde - por cierto - traba-
jaba mi madre, "sobando anchoa", ¡perdón!... y me
encontré con toda la fábrica cantando y hasta alguna
de sus mujeres marcando el tiempo de compás me-
nor, o compasillo. Conocían perfectamente la escala
de voces: soprano, mezzosoprano, contralto, tenor,
barítono, bajo. Todo esto cualquiera de ellas lo sabía,
por eso sus hijos tienen ya ganado el derecho a ser
buenos músicos, dicen los grandes de esto, que el
"feeling" se lleva dentro, y nuestro pueblo lo tiene
por derecho. Yo os aseguro que es verdad. Para
muestra, el siglo abundantísimo de nuestra banda de
música, que no refleja más que ese talante que tiene
toda nuestra gente. Cuando un grupo de personas,
decide crear sin grandes alardes, una banda de músi-
ca en el pueblo, y seguramente con mil dificultades,
está plantando mucho más que una semilla determi-
nada; los sociólogos dirían: están poniendo las bases
para alcanzar una buena asociación humana, y una
buena estructura social. Pero, dejemos esto para ellos
que son los que deben de estudiar estos fenómenos;
aunque es indudable que al "Gremio de Mareantes"
nunca se le valorará como se merecen, al colocar esta
gran piedra angular de la cultura, en nuestro pueblo.
Esta decisión, sin duda sirvió para que Candas sea
más Candas, reforzando así su identidad, aunque sólo
fuera una pequeña parroquia que en el último tramo
del siglo XIX, sin duda, estaban decididos a romper
con la situación, y traer al pueblo aires de moderni-
dad. A vosotros, más jóvenes, si es que me estáis
acompañando en esta singladura, entre olas de tem-
poral, arribadas y calma, que de todo hay en este oce-
ánico viaje; por ser los últimos en llegar, os pido que
hagáis un esfuerzo para seguir viviendo en nuestro
barco. Os diré, que no podéis defraudar las expecta-
tivas que vuestros mayores tienen puestas en vos-
otros, como continuadores de la historia de este rin-
cón maravilloso. Se, que a todos los jóvenes por el
echo de serlo, ya os gusta la música; pero probar a
interpretarla... no os arrepentiréis. Entraréis en un len-
guaje universal, que une, y nunca separa. Antonio
Gala siempre afirmó: "la música es lo más grande que
el hombre hizo"... y esta afirmación que a bote pron-
to parece muy discutible, no lo es tanto si se reflexio-
na sólo un segundo. Con la música no hay soledad.
Nos puede llevar a donde queramos; influye en nues-
tro tono vital mucho más de lo que creemos, hasta el
punto que yo digo que las personas que dejan de
escucharla, irremediablemente se ponen enfermas.
Podemos viajar a Londres, y tendremos más o menos
problemas dependiendo de nuestros conocimientos
de inglés; seguro que escuchando la sinfónica de este
país, hay gente de distintas partes y todas la entien-
den, y se maravillan de lo que escuchan. El
tico...tico..., lo adoran hasta los japoneses, y Paquito
el chocolatero... una pieza de banda de música por
excelencia, y muy del levante español, - su autor era
valenciano -, la bailamos en cualquier momento,
sobre todo en las fiestas de moros y cristianos. Esto es
una obviedad, pero a veces es necesario recordarlo.
Conservar una institución de estas características tan
complejas, durante tanto tiempo, requiere además de
mucha dedicación, un gran esfuerzo económico, y a
vosotros los más jóvenes si es que queréis de verdad
bucear entre corcheas, blancas, negras, puntillos,
fusa, semifusa, etc..., conoceréis un mundo maravillo-
so: el de la música... veréis cómo la interpretación os
va a gustar, podéis estar seguros . Me quedo aguar-
dando una respuesta.
Joaquín Rodríguez Serrano
66
Miscelánea de Apuntes, Imágenes y Comentarios
TIEMPO DERECUERDO
\ candasín de la Baragaña (a mu-
cha honra), guardo un recuerdo imbo-
rrable de nuestra Banda de Música.
De la Banda de Música de Candas.
Tras la etapa anterior a nuestra Guerra Civil, bajo
la dirección de Don Joaquín Fernández, muerto
como consecuencia del enfrentamiento, reapareció
la banda allá en los comienzos de los ya lejanos años
cincuenta, interpretando "Bajo la Doble Águila", de
Wagner, que todos tarareábamos. Cuando llegaba el
verano, el viejo quiosco de madera pintada de verde,
situado en la esquina de la plaza, nos deleitaba a
todos los candasinos y veraneantes, con sus audicio-
nes, que se solía ejecutar un día a la semana, creo
que el miércoles. Años después fue sustituido el viejo
quiosco de madera por uno de piedra y seguían sien-
do las tarde estivales y bajo la batuta del inolvidable
Maestro Antuña momento de disfrute del concierto
de la música veraniega en boga, ya que en el tema
de la actualidad musical estaba siempre al día el
bueno de Pipi.
Acodado en el balcón de mi casa, acompañado
de mi madre, en estos hermosos atardeceres, ya que
Carolina no perdía concierto, despertando en ella
gran nostalgia el recuerdo de su hermano Carlos, el
entrañable y siempre recordado Lirus.
Carlos Vega Menéndez, tío del que escribe estas
páginas, y aprovecho para pedir perdón tanto como
por entrar en mi familia, a la par que por retroceder
en el tiempo, formó parte de la Banda de Música en
sus años jóvenes, y fue famoso en su época y aún
bastante después por ser promotor, organizador y
actor principal de murgas, charangas, rechiflas, chiri-
gotas y demás juergas al frente de la inolvidable
Pandilla del Portal, amen de excelente clarinetista, en
lo que a la música se refiere que al fin y a la postre es
el tema que nos ocupa.
Retomando el tema y de vuelta a la actualidad, en
el momento en que festejamos el aniversario de
nuestra Banda de Música, momento en el que feliz-
mente y para orgullo de directores, profesores, direc-
tivos, músicos y en definitiva todos, años de trabajo
y lucha han dado por fruto una extraordinaria agru-
pación musical, fruto repito, de una excepcional
dedicación, capacidad, trabajo y gestión, sólo posi-
ble cuando se cree en lo que se hace y ello además
nos gusta.
¿Cómo debe de seguir nuestra Banda? Pues muy
sencillo al igual que la inmortal obra de Glenn Miller
que ella interpreta como nadie, debe de seguir ¡en
forma!.
Gracias por la paciencia de haberme leído y en
cuanto a ti, queridísimo Miguel: ¡en qué lío te metis-
te!. Un fuerte abrazo queridos amigos.
Carlos Luis Álvarez Vega
67
Banda de Música de Candas. Aniversario.
RECUERDOS YACORDES
n mi pueblo no existen cosas que
estén lejos o cerca, las distancias
se miden en función de estar cues-
ta arriba o cuesta abajo. De crios
bajábamos por agua fresca a la fuente de Santarúa.
O subíamos a la iglesia, porque se tenía que ir a misa.
O bajábannos a la playa para jugar un partido de fút-
bol. O subíamos al cine a ver una película, que siem-
pre llegaba cinco o seis meses después de su estre-
no. O íbamos al puerto a pescar algún chicharro, un
sargo despistado, con suerte un salmonete, o tal vez
la misteriosa gran lubina, cuya prueba de su existen-
cia era el terror que provocaba en las densas banda-
das de mulles. O subíamos al campo de fútbol por-
que jugaba el Candas contra el Marino de Luanco, y
había que animar al Candas o reír con los de Luanco,
o más bien las dos cosas a la vez. O bajábamos a la
playa a bañarnos un rato y saltar desde las lanchas. O
subíamos al apeadero mal llamado "la estación". Y
en ese apeadero, que con el paso del tiempo le robó
protagonismo a la auténtica estación de Candas, las
cosas se dividían, Gijón o Aviles. Al principio a estu-
diar a una u otra ciudad, después a salir con una
moza, o mozo, y al final llegaba el trabajo, la familia,
y el dejar de subir y bajar a los sitios de la infancia.
Si las distancias se medían por arriba o abajo, el
tiempo, en mi pueblo, se marcaba por la música. El
de todos los días lo señalaban las campanas de la
iglesia. Pero las verdaderas señales del paso del
tiempo, los acontecimientos que marcaban el año,
esas venías a ritmo de la Banda de Música de Can-
das. En mi pueblo el sentimiento religioso está muy
arraigado; pero por desgracia la religión cristiana es
muy dramática para sus celebraciones, y a ojos de un
niño, apenas existen diferencias entre una celebra-
ción festiva, como la del día del Santo Patrón, o un
drama como la Semana Santa. Pero por suerte la
Banda de Música ponía el color sonoro más apropia-
do a cada momento. Y es que con sus acordes podí-
amos saber cuándo una fecha del calendario era es-
pecial, había fiesta, o pura y simple folixa.
¿Qué sería de los días especiales sin una banda
de música?. Me es imposible concebirlos. Uniforma-
dos, en formación, con los instrumentos brillantes
dispuestos a entrar en acción. Atacando los momen-
tos de solemnidad con temas graves, pomposos y
serios. Marcando la fiesta con charangas pegadizas,
o pasodobles que daban energías nuevas a nuestros
pies. Y todo ello con la maestría de antaño, de cuan-
do los productos de calidad no venían certificados
por un sello de la Unión Europea, sino con el buen
hacer de entrenadas manos y el cariño puesto en su
realización.
68
Más de una vez echamos de menos a la Banda de
Música en el único día especial para los niños en que
no aparecía, el último día de colegio antes de las
vacaciones. ¡Si viniera la Banda de Música a tocar en
la salida del último día de clase, sería perfecto!, pen-
sábamos. E imaginábamos que al salir de clase co-
menzarían a sonar los acordes de un pasodoble, o
una marcha militar, o una alegre pieza de zarzuela. Y
comenzaba el desfile con todos los crios corriendo y
saltando alegres detrás de la Banda. Con Juaco que
con sus platillos ponía el punto chispeante. Con Pepe
El Chelo haciendo de las suyas, y marcando con el
bombo el ritmo al que seguía el Chicula, Rochólo,
Miscelánea de Apuntes, Imágenes y Comentarios
Milión, Manolo Sacristán, Eloy... Tantos, tantos, que
están en mis recuerdos, y en los recuerdos de mis pa-
dres, y en los de mis abuelos. Una Banda de Música
tan vieja, que de tanto trabajar dando alegría se ha
hecho tan joven. Y en nuestros pensamientos íbamos
todos en marcha, con Don José Antuña dirigiendo la
tropa de músicos y niños, calle abajo o calle arriba...
Bueno, era genial, porque cuando sonaba la Banda
de Música se podía escuchar en todo Candas.
Antonio Rodríguez Dosantos
L69
Banda de Música de Candas. Aniversario.
UNA BANDA QUESIEMPRE SUPOTOCAR CAMINANDO
Íiempre presumí de que Candas, el
pueblo donde nací, tuviera banda
de música, - contando con sano
humor - aquello de que los músi-
cos de la banda de Luanco, por contra, sólo sabían
tocar sentados.
Además de a esa banda maravillosa, a las corridas
de toros marineras, claro está, siempre que el Cantá-
brico las ha permitido; a los pescadores del bonito y
les sardines; a la fuente Santarúa, de donde he toma-
do mi seudónimo periodístico; al pleito de los delfi-
nes y, como no, al milagroso Cristo de Candas; a to-
dos ellos, les debo el sentirme plenamente orgulloso
de ser ciudadano candasino.
Recuerdo ahora que, estando al otro lado del
océano, en la "gran manzana" de Nueva York, surgió
entre José Luis Salinas Menéndez de Pola y el abajo
firmante una discusión sobre qué "pueblu ye más
guapu" Luanco o Candas, estando presente mi buen
amigo y gran musicólogo, Aquiles García Tuero.
Tras un acalorado debate, lleno de comparativos
inevitables tales como: Cristo marinero versus Cristo
del Socorro; El Carreño frente al Alsa; Mariano Pola o
González Posada...de pronto, pone punto final a la
discusión, la inevitable supremacía de la banda de
Candas. Una vez más, tan lejos de casa - da igual que
lo midas en kilómetros que en millas como hacen los
americanos - me sentí plenamente orgulloso de mi
pueblo.
Por eso quiero hoy, desde aquí, rendir sincero
homenaje a la banda, con más de un siglo a cuestas,
que ha tenido durante su ya dilatada existencia direc-
tores magníficos, como Gerardo "El Anzolero",
Saltar "Barcalín" o Falo Moro y Pipi. Incluso algunos
de ellos, como Pedro Braña, fueron "exportados"
por Candas a otros "lares" como es el caso de Pedro
Braña, persona muy querida y valorada en Sevilla.
Hoy sigo emocionándome al escuchar tocar a esa
banda compuesta por setenta y cinco músicos, dirigi-
dos por ese excelente clarinetista que es Iván Cuer-
vo. Al igual que el Marqués de Ensenada, continúo
gratamente "sorprendido" por esta vetusta educa-
ción musical de mi querido Candas.
Agustín Santarúa
70
Miscelánea de Apuntes, Imágenes y Comentarios
MÚSICA EN LASPARROQUIAS DELCONCEJO
¡empre ha sido difícil educar. Es difí-
cil educar a un niño; es difícil educar
a un adulto y lo es mucho más edu-
car a un pueblo.
La Banda ha puesto su intento en ello y con un gran
esfuerzo y profesionalidad lo ha logrado.
Somos testigos de su esfuerzo por fomentar los co-
nocimientos y la sensibilidad musical en todo el Muni-
cipio.
Año tras año han ¡do logrando que se incorporen
nuevas generaciones, y año tras año siempre han esta-
do dispuestos a brindarnos sus conciertos a las zonas
rurales, cuando se lo hemos pedido, con ingente sacri-
ficio personal.
En los años que llevo en El Valle de Carreño, cuan-
tas veces les pedimos un concierto allí estaba la Banda
para brindárnoslo; y si en alguna ocasión nos retraía-
mos, conscientes del trabajo que implica el trasladarse
a las aldeas, allí teníamos a Miguel Carrera recordándo-
nos que estaban a disposición de TODO el Municipio.
Y una Banda como la que posee nuestro municipio nos
honra y nos enorgullece.
En mi infancia, recuerdo cuando los domingos tras
la misa asistíamos todos los niños al concierto de la
Banda, allá en el otro extremo de Asturias, y cómo los
sábados por la noche, desde la ventana abierta de la
galería de casa, escuchábamos los conciertos. Este re-
cuerdo que dormía en mi mente revivió al llegar a Ca-
rreño.
También recuerdo la frustración que compartimos
muchos niños de mi generación al no poder incorporar-
nos a ella: nuestras familias no podían pagarnos los ins-
trumentos, aunque fueran de enésima mano y la banda
carecía de medios.
Desde estas líneas pido que se les siga ayudando
material y humanamente. Lo que tenemos es un lujo;
potenciémoslo y disfrutémoslo. En esta época de músi-
ca en "conserva", donde a los municipios pequeños, y
más a las aldeas, tan pocas cosas vivas y de calidad nos
llegan valoremos en lo que vale lo que tenemos, no sea
que tengamos, como otras veces, que lamentar y ho-
menajear a los que perdimos y sus conocimientos.
Gastamos en el Municipio, capital y pueblos, ingen-
tes esfuerzos y dineros en traer conjuntos y grupos mu-
sicales a los que con frecuencia nadie escucha y que en
frecuentes casos si atraen a alguien no es precisamen-
te por su calidad musical y en cambio prestamos muy
poca atención a lo que tenemos en nuestra propia Ban-
da y le escatimamos recursos y apoyos. Hagamos que
nuestros niños descubran la música. Esforcémonos por-
que asistan a su escuela aunque nos resulte más cómo-
do sentarlo a ver la televisión y su violencia y "culebro-
nes". Un niño sensible y culto será un hombre sensible
y culto. Si tenemos la oportunidad de fomentar sensi-
bilidad y cultura, usémosla. El futuro nos lo agradecerá
como nosotros debemos hacer con quienes, con su es-
fuerzo, la mantienes en Carreño.
Jesús Herminio Sánchez MenéndezPárroco de Guimarán-Valle (Carreño}
,71
Banda de Música de Candas. Aniversario.
72
Miscelánea de Apuntes, Imágenes y Comentario
"Hay dos mundos. Uno de ellos existe sin que se hable de él: se le llama el
mundo real, porque no es preciso hablar de él para verlo. El otro es el
mundo del recuerdo: de éste es preciso hablar, pues de otro modo no exis-
tiría. Si no se habla de una cosa, resulta como no acaecida. Sólo la expre-
sión da realidad a las cosas'
Óscar Wilde
LA VIEJA FOTO
"No hay nada que no esté comprendido, captado, experimentado y reco-
nocido en el arcano tembloroso del recuerdo"
R.M. Rilke
ntentaré escribir, con motivo del 120
Aniversario de la fundación de la Ban-
da de Música, sobre lo que, con ella he
vivido, amado y perdido, ya que cual-
quier experiencia nunca es demasiado
pequeña. Por eso no escribo sobre temas generales, si-
no que desearía compartir contigo, querido lector, mis
recuerdos y pensamientos melancólicos.
La tarde que encontré, en una vieja caja de cartón,
una pequeña y amarilla fotografía, en cuyo reverso figu-
raba, en un sello de caucho, la leyenda: "Foto Díaz Can-
das"; y una fecha a lápiz: "1948", sentí una alegría in-
mensa. Allí estaban aquel grupo de catorce personas -
músicos sin uniforme portando sus viejos instrumentos -
que, como un "Ave Fénix", habían resurgido de las ceni-
zas de aquella horrible y necia guerra civil. Eran: "Mos-
calín", Braulio y Félix su hermano, Félix "Rodada", Eloy,
Manolín "el maestro", José "el de Celesta", Eusebio
(uno de los artífices de su resurgimiento), Emilio "M¡-
lión", Pepe "el Chelo", Luis "el Pixio", mi tío Pepe "Chi-
cula" y, en el centro, Manuel Pérez-Vega, el entusiasta fi-
lántropo.
No pude evitar que mi corazón saltase entre la ale-
gría y la tristeza, al reconocerme, en el extremo izquier-
do de la foto, en un adolescente, en periodo de educan-
do y tercer clarinete, al lado de todos aquellos queridos
personajes, muchos de ellos desaparecidos.
Debutábamos en mayo de 1948, y meses antes de
esta fecha, no cesaba de preguntar, a todas horas, en
qué día se celebraría la presentación, si llovería o no, si
para entonces tenía que estrenar un traje, y un sinfín de
preguntas que atormentaban la cabeza mejor sentada.
Todas las noches soñaba con este futuro aconteci-
miento, y en la Academia San Félix era mi conversación
favorita.
Y llegó el día... Salí de casa, con dirección a la iglesia,
llevando en mis manos aquel viejo clarinete de trece lla-
ves y la boquilla forrada de papel. Di corto rato de espe-
ra, en la plaza, ¡Qué largo se me hacía!, ¡Cuántas vueltas
daba!. Me preguntaba: ¿Sabré tocar mientras camino?,
¿Me saldrá todo bien?.
Nada más abrir las puertas de la iglesia, aparecieron
la cruz parroquial y los ciliales, las campanas se echaron
al vuelo y tronaron los cohetes. Nuestra banda acometió
los acordes de la "Marcha Real", mientras las imágenes
abandonaban la iglesia, entre nubes de incienso. Termi-
namos los primeros acordes, emprendimos la marcha y
nos incorporamos a las largas filas de candasinos, que
nos miraban con simpatía y orgullo. Recorrimos las ca-
lles, al son de unas marchas religiosas y, en mi recuerdo,
siempre estarán presentes aquellas mujeres con sus pa-
ñuelos negros, sus toquillas y sus amplias faldas negras;
y aquellos hombres, con sus camisas blancas, sin cuello,
con sus fajas negras, sus chaquetas de mahón y sus pan-
talones negros de pana, estrujando, en sus manos, sus
viejas boinas. El sabor de las exquisitas marañuelas, con
las que nos obsequiaron a toda la banda, es uno de los
regalos más preciados que guardo en mi mente.
Desearía, desde estas líneas, rendir un homenaje de
agradecimiento y admiración, a cuantas personas han in-
tentado y consiguieron dar vida a la Banda de Música de
Candas. Sus esfuerzos y su ilusión han contribuido y con-
tribuyen a ampliar los horizontes culturales de nuestro
pueblo.
Alfredo Menéndez Menéndez
73
Banda de Música de Candas. Aniversario.
POR LA BANDADE MÚSICA
demás del recuerdo sentimen-
tal e histórico que para casi
todos los candasinos tiene
nuestra banda de música y
destacando que casi unos ciento veinte años forma
parte de nuestra cultura, con una participación activa
en el folklore de nuestro Concejo de Carreño. Hay
otro aspecto que merece destacar y se refiere a la
formación, que como grupo ha desarrollado, pues de
ella, han salido personas que han encontrado traba-
jo, dirigiendo otras Bandas, tocando en orquestas,
como la Jonde, La Jospa; impartiendo clases en el
Conservatorio, perfeccionando su conocimiento
como profesores, formando grupos musicales de
diferentes tendencias (Pop, Celta, Charangas, etc.),
¡y como no!, una puerta abierta, donde los jóvenes
de nuestro Concejo que se interesan por la música,
puedan desarrollar una ilusión.
Todo esto, tan importante y transcendente hoy en
día, también es formación, y en esto colabora la
Banda de Música de Candas.
Por consiguiente, merece la pena agradecer, la
colaboración, a todas aquellas personas que la inte-
gran y a las instituciones que la apoyan en su mante-
nimiento para seguir disfrutando por mucho tiempo
de nuestra Banda de Música.
María Amor Muñiz FernándezDelegado Sindical UGT/FSP
74
Miscelánea de Apuntes, Imágenes y Comentarios
ESCUELA DE MÚSICA"ÓLIVER DÍAZ SUÁREZ"DE LA BANDA DE MÚSICADE CANDAS
entrp del presente libro, en el cual
mostramos desde los diferentes
puntos de vista de unas y otras per-
sonas relacionadas con la agrupa-
ción Banda de Música de Candas la labor sociocultural a
través de los 120 años de existencia de la institución
candasina, creo merece una mención especial la Escuela
de Música "Óliver Díaz Suárez" de la Banda de Música
de Candas.
Nacida con el propósito de ofrecer a los jóvenes mú-
sicos del concejo una formación musical completa, de
calidad, con las miras puestas más allá de nuestras fron-
teras, tratando de crear artistas de alto nivel que una vez
alcanzada su madurez artística pasee - con el orgullo
que todo ello conlleva para nuestra institución y nuestro
concejo - el nombre de nuestra tierra por los escenarios
tanto nacionales como internacionales.
Desde este punto de vista, y teniendo en cuenta que
el talento artístico no entiende de condiciones sociales,
el proyecto de la junta directiva presidida por José Mi-
guel Carrera Álvarez trató desde un principio de ofrecer
los mejores profesionales a los estudiantes de la escue-
la de música, intentando además que los prohibitivos
precios de otras instituciones pedagógicas de la región
para determinadas familias de condición humilde, no
fueran en este caso impedimento alguno para que un
posible estudiante con talento tuviera que dejar una vez
más sus sueños en una cuneta como sucede desgracia-
damente en un buen número de familias.
Una vez asumidos los objetivos anteriormente enun-
ciados y tras mucho trabajo y dedicación al proyecto,
nació la escuela que hoy forma con resultados excep-
cionales a muchas de las promesas que empiezan ya a
alcanzar primeros planos en la actualidad musical de la
región. Pero más allá de los objetivos conseguidos, y los
planes de futuro, no debemos olvidar que mientras cual-
quier escuela de música de corte municipal necesita una
subvención que posiblemente se cifra en aproximada-
mente unas quince veces más de lo que la Banda de
Música de Candas recibe para llevar a cabo todas sus ta-
reas (léase compra de instrumental para los músicos y
estudiantes, conciertos, pagos a los profesores, etc....),
y además cuentan con los ingresos de las matrículas y
mensualidades de los estudiantes de estas escuelas con
resultados académicos en algunos casos bastante defi-
cientes, la junta directiva de la Banda de Música de
Candas debe hacer auténticos milagros para mantener
en plantilla a los profesores de la escuela de música de
esta agrupación, además de ofrecer a los estudiantes
como anteriormente se menciona el instrumento musi-
cal en cuestión.
Esperemos pues que el esfuerzo de todas estas per-
sonas así como la exposición aquí relatada no caiga en
saco roto, y todas las instituciones que se sientan afines
a esta causa, de alguna manera apoyen y ayuden a lle-
var a cabo proyectos tan maravillosos como desgracia-
damente poco comunes hoy en día, y que desde el tra-
bajo y el esfuerzo de todo el concejo se ayude a mante-
ner una empresa en la cual tanto la junta directiva como
el maravilloso cuerpo de profesores que imparten sus
enseñanzas ya están dando el "Do de pecho".
José Botas Carvajal.
75
Director, Alcalde de Carreña y Presidente de la Sociedad de Mareantes
.
Miscelánea de Apuntes, Imágenes y Comentarios
Logotipo de la antigua Banda "Lira Candasina"
81
Banda de Música de Candas. Aniversario.
82
Director de la Banda, 1948
Miscelánea de Apuntes, Imágenes y Comentarios
85
Banda de Música de Candas. Aniversario.
86
Miscelánea de Apuntes, Imágenes y Comentarios
87
Banda de Música de Candas. Aniversario.
88
Miscelánea de Apuntes, Imágenes y Comentarios
89
Banda de Música de Candas. Aniversario.
90
?^/7/¿ t^Z/V/
Director de la Banda de Música (1952 -1983)Hijo Predilecto de Carreña
Miscelánea de Apuntes, Imágenes y Comentarios
93
Banda de Música de Candas. Aniversario.
94
Miscelánea de Apuntes, Imágenes y Comentarios
95
Banda de Música de Candas. Aniversario.
96
Miscelánea de Apuntes, Imágenes y Comentarios
«II
97
Banda de Música de Candas. Aniversario.
98
Miscelánea de Apuntes, Imágenes y Comentarios
99
Banda de Música de Candas. Aniversario.
100
Miscelánea de Apuntes, Imágenes y Comentarios
101
Banda de Música de Candas. Aniversario.
102
Miscelánea de Apuntes, Imágenes y Comentarios
103
Banda de Música de Candas. Aniversario.
104
Miscelánea de Apuntes, Imágenes y Comentarios
105
Banda de Música de Candas. Aniversario.
106
Miscelánea de Apuntes, Imágenes y Comentarios
107
Banda de Música de Candas. Aniversario.
108
Director de la Banda, 1983-1991
Cursó sus estudios musicales en los Conservatorios de León y Madrid, en los que terminó la especialidadde Clarinete. Actuó desde muy joven como clarinete solista en la Banda de Música de Gijón, de la cual tam-bién fue Director Adjunto.
En 1974 obtiene la plaza por oposición de clarinete solista de la Orquesta Sinfónica, hasta 1988. Conesta agrupación ha realizado diversas giras por todo el país, desarrollando una gran difusión musical por loque se les concede en 1983 el premio Pablo Iglesias al mérito musical y en 1986 la Medalla de Oro al Méritoen las Bellas Artes.
Actualmente es director de la Banda de Música de Gijón "Villa de Jovellanos".
Miscelánea de Apuntes, Imágenes y Comentarios
111
Banda de Música de Candas. Aniversario.
Miscelánea de Apuntes, Imágenes y Comentarios
113
Banda de Música de Candas. Aniversario.
114
Miscelánea de Apuntes, Imágenes y Comentarios
115
Banda de Música de Candas. Aniversario.
116
X
Director de la Banda, 1991-1994
Nace en Aviles en 1972 donde comienza sus estudios musicales en la Banda Municipal. Posteriormente continuaen los Conservatorios de Aviles y Oviedo donde estudia Piano y Clarinete. A los 16 años acaba la carrera media deClarinete y Música de Cámara.
Son sus profesores en el Conservatorio José Luis Estellés y Peter Handsworth. También antes de finalizar los estu-dios superiores recibe clases de Enríe Pérez (ONE).
En 1992 se traslada a Karisrune (Alemania) donde perfeccionó sus estudios con Wolfgang Meyer. Ha hecho cursoscon los profesores Michelle Carulli, Hans Lemser, Sabine Meyer, Eddie Daniels, Cuy Deplus, etc. Ha sido miembro delaJONDE desde 1992 hasta 1994.
Fue director de la Banda de Música de Candas desde 1991 hasta 1994. En 1994 accede a la plaza de profesor declarinete en el Conservatorio de Aviles. También en este mismo año hace lo propio con la plaza de clarinete co-princi-pal en la OSPA.
Es miembro fundador del Octeto Ibérica y del Quinteto de Viento "Tempus".
Miscelánea de Apuntes, Imágenes y Comentarios
119
Banda de Música de Candas. Aniversario.
120
Miscelánea de Apuntes, Imágenes y Comentarios
• 121
Banda de Música de Candas. Aniversario.
122
Miscelánea de Apuntes, Imágenes y Comentarios
123
7Director de la Banda, 1994-1999
Pianista, director y compositor, el músico asturiano Óliver Díaz comienza a temprana edad su andadura musicalen su región natal, donde se gradúa en Piano. En 1990 mientras continúa sus estudios en el Conservatorio Superiorde Música de Oviedo, conoce al pianista asturiano Amador Fernández, que será una vital influencia para él y con elque continuará su trabajo hasta 1998. Durante este periodo es premiado en diferentes concursos de piano y recibe cla-ses magistrales de solistas de reconocido prestigio internacional como María Joao Pires, Jean-Francois Heisser, MichelBeroff, hiña Zaristakya, Blanca Uribe y Joseph María Colom.
Ha dirigido durante cuatro años la agrupación musical "Banda de Música de Candas". Posteriormente se hizocargo de la Big Band del Conservatorio de Música de Gijón en calidad de pianista y director.
Desde 1998 reside en Baltimore donde tras ser admitido en "Peabody Conservatory ofthe Johns HopkinsUniversity", es correpetidor y asistente en la ópera de la universidad; allí amplía sus estudios en interpretación pianís-tica con Mr. Julián Martin (jefe del departamento de piano de dicha universidad y profesor en Juliard School ofMusic), dirección de orquesta con Mr. Edward Polochick (director titular de la "Loincoln Synphony Orchestra" enNebraska y de "Concert Artist" en Baltimore) y composición con el Dr. Tom Benjamín.
Miscelánea de Apuntes, Imágenes y Comentarios
127
Banda de Música de Candas. Aniversario.
128
Miscelánea de Apuntes, Imágenes y Comentarios
129
Banda de Música de Candas. Aniversario.
130
Miscelánea de Apuntes, Imágenes y Comentarios
131
Banda de Música de Candas. Aniversario.
132
Miscelánea de Apuntes, Imágenes y Comentarios
133
Banda de Música de Candas. Aniversario.
134
.
Director actual de la Banda y Profesor de Clarinete, 1999
Nace en Aviles (Asturias), donde comienza sus estudios musicales en las disciplinas de clarinete y piano.Más tarde se traslada a Oviedo, donde obtiene el titulo superior en clarinete teniendo como profesores aJ.L. Esteüésy
Andreas Weisgerger.Ha trabajado durante años con los maestros M. Carulli, P. Handsword, Walter Boeykens, Michel Arrignon y Guy
Deplus entre otros.Actualmente asiste regularmente a clases con S. Miguel Espejo, solista de la O.S.R. T.V.E.Colabora con la orquesta Ciudad de Granada, Virtuosos de Moscú, O.S. C. O., Orquesta de cámara del Cantábrico,
Orquesta de Estado de Wroclav y principalmente y en calidad de clarinete bajo desde 1991 con la O.S.RA.Ha ofrecido conciertos como solista, cámara y en orquesta en distintos países europeos. También ha grabado para
RTVE y en varias ediciones compactas con el Ensemble Santa Cecilia.Colabora con C+ ESPAÑA como asesor musical para la realización y grabación de conciertos.Es miembro fimdador del QUINTETO DE VIENTO REÍ/CHA, QUINTETO MILENIUM, OCTETO IBÉRICA Y
CUARTETP ABAMIA con los que realiza una importante labor de cámara y con los que ha estrenado obras de distintoscompositores españoles.
En la actualidad es profesor del Conservatorio Julián Orbón de Aviles y director de la Banda de Música de Candas(Asturias).
Miscelánea de Apuntes, Imágenes y Comentarios
137
Banda de Música de Candas. Aniversario.
138
Miscelánea de Apuntes, Imágenes y Comentarios
139
Banda de Música de Candas. Aniversario.
140
Miscelánea de Apuntes, Imágenes y Comentarios
141
Cartel Conmemorativo del 120 Aniversario
120 ANIVERSARIO
BANDA D MÚSICA D CANDAS
142
Grabado realizado en los Talleres de Grabado del Museo Antón, en con-memoración al 120 Aniversario de la Banda de Música de Candas
143
AYUNTAMIENTODE CARREÑO
Cofradía de Pescadores"Nuestra Sra. del Rosario"
Candas
La Nueva España